En cualquier pueblo, en cualquier barrio, en cualquier ciudad de los 4 puntos cardinales, en la lengua que sea, te los encuentras, tomando cafés, criticando al personal por el afán de criticar, por creerse más listos, puros e inteligentes que naide. Son ellos: los tíos-leyes que decía mi bisabuelo, los listos del pueblo: los que nunca se equivocan, los que tienen siempre razón, los más listos.
Esta subespecie humana solía estar compuesta anteriormente por machos, aunque últimamente estudios recientes han demostrado la existencia de hembras; suelen agruparse en manadas o tribus articuladas por una común y rígida ideología, no permitiendo así la entrada a ningún miembro ajeno. Su hábitat varía en función del estamento social: la sub-sub-especie "populii listus rurali" habitaba en los cafés de la plaza del pueblo luciendo, como luce el pavo real su cola, su hipocresía al hablar de la problemática social mientras el campesino s’eslomaba en el campo. Actualmente, esta sub-sub-especie está en vías de extinción, si bien queda algún vestigio; la razón es que ha evolucionado de ruralis a urbanis, cambiando los cafés por la radio y por la televisión, llenando la cabeza a la gente de retórica vacía sin fundamento creando as´la confusión con su cacareo característico y abrumador. Ya existía la especie anteriormente, pero era tan descomunalmente absurda que nadie la tomaba en serio (tú no haces caso de lo que te diga una gallina, ¿verdad?). Se cree que han empezado a hacer nido en cargos políticos e incluso se ha visto un individuo anidando en una cátedra universitaria en EE.UU.
Lo característico de esta especie es su capacidad de soltar la falacia más tremenda y proclamarla verdad absoluta; pero lo más increíble de esta especie es su capacidad de volverse sorda ante el ataque conceptual contra su falacia: es una especie única en el mundo, pues tiene atributos de varios animales: tozudo como una mula, tonto como un asno, asustadizo como un conejo, irritante como la mosca, insignificante como el mosquito, iracundo como el lobo, servil como el perro, escurridizo como el gato, idiota como él solo.
Así es esta curiosa especie sub-humana: la única del mundo que, por gracia de la naturaleza humana, teniendo lenguaje y poder decir todo, todo dice pero no dice nada… ¡Fascinante!
Esta subespecie humana solía estar compuesta anteriormente por machos, aunque últimamente estudios recientes han demostrado la existencia de hembras; suelen agruparse en manadas o tribus articuladas por una común y rígida ideología, no permitiendo así la entrada a ningún miembro ajeno. Su hábitat varía en función del estamento social: la sub-sub-especie "populii listus rurali" habitaba en los cafés de la plaza del pueblo luciendo, como luce el pavo real su cola, su hipocresía al hablar de la problemática social mientras el campesino s’eslomaba en el campo. Actualmente, esta sub-sub-especie está en vías de extinción, si bien queda algún vestigio; la razón es que ha evolucionado de ruralis a urbanis, cambiando los cafés por la radio y por la televisión, llenando la cabeza a la gente de retórica vacía sin fundamento creando as´la confusión con su cacareo característico y abrumador. Ya existía la especie anteriormente, pero era tan descomunalmente absurda que nadie la tomaba en serio (tú no haces caso de lo que te diga una gallina, ¿verdad?). Se cree que han empezado a hacer nido en cargos políticos e incluso se ha visto un individuo anidando en una cátedra universitaria en EE.UU.
Lo característico de esta especie es su capacidad de soltar la falacia más tremenda y proclamarla verdad absoluta; pero lo más increíble de esta especie es su capacidad de volverse sorda ante el ataque conceptual contra su falacia: es una especie única en el mundo, pues tiene atributos de varios animales: tozudo como una mula, tonto como un asno, asustadizo como un conejo, irritante como la mosca, insignificante como el mosquito, iracundo como el lobo, servil como el perro, escurridizo como el gato, idiota como él solo.
Así es esta curiosa especie sub-humana: la única del mundo que, por gracia de la naturaleza humana, teniendo lenguaje y poder decir todo, todo dice pero no dice nada… ¡Fascinante!