Archive for 9 de noviembre de 2006

Unamuno


Fue el día 12 de Octubre, anteriormente (y hoy en Latinoamérica) conocido como «Día de la Raza», en 1936. Una conferencia en la Universidad de Salamanca a la que asistieron Millán Astray (general sublevado), el obispo de (no recuerdo ni nombre ni lugar), la señorísima Carmen Polo, y el ilustre recto d. Miguel de Unamuno.
El señor Unamuno da la impresión de no haber estado nunca a gusto en ningún sitio: de joven tendió al socialismo, luego al existencialismo que el ayudó a configurar para, finalmente, embarcado en la patriótica aventura noventayochista en la que la mayoría de su generación se había embarcado, se unió a las filas franquistas. Sin embargo, poco le duró este idilio a nuestro gran pensador, y no fue porque muriera al poco de esta polémica que voy  a relatar.
Con sus galas, el general gritó que catalanes y vascos eran el cáncer de España. Esto, como me gusta decir, tocó las vasco-gónadas a d. Miguel, que increpó con inteligencia y dialéctica a su menos digno, pero violento, adversario. Los soldados allí reunidos lanzaron proclamas en contra del viejo rector y el lema favorito del general: «¡Viva la muerte!». Cuando Unamuno atacó este grito, calificándolo de necrófilo (justa palabra) los insultos se multiplicaron: «¡Viva la muerte! ¡Muera la inteligencia!», llega a decir Astray; al ver que la vida del pensador corría peligro, la mismísima doña Carmen acompañó a Unamuno fuera, no sin que antes d. Miguel se dirigiera al «respetable» auditorio con esta célebre frase, la muestra de su descontento: «Venceréis, pero no convenceréis», sentencia que se convirtió en profecía. Unamuno moría de viejo pocos días después, seguramente envuelto en rabia, vergüenza, tristeza y arrepentimiento.
Esto me recuerda a una anécdota que conté a un buen amigo: dicen que cuando Pablo Iglesias firmó el manifiesto socialista, tenía los dedos y las uñas negros de tinta de años de trabajo como tipógrafo. Mi amigo me refirió a esta historia, por eso de «muera la inteligencia», porque el hecho es justo la antítesis de tan desafortunada sentencia.
Si encuentro la transcripción del incidente, lo publicaré aquí. Y recordad: sed Unamuno, nunca Millán Astray.

Historia de la canción protesta: algunos términos


Antes de comenzar la nueva colección sobre la canción protesta, vamos a aclarar términos que usaré a lo largo.
Para comenzar, el término «canción protesta» no se ajusta bien, pues no todo aquí es protesta. Así que indistintamente utilizaremos también términos como «canción antroplógica», en referencia a que habla sobre el hombre en general, o «canción de autor». De cualquier manera, soy de la opinión de que ninguna de estas definiciones se ajusta al 100 por cien.
«Cantautor convencional»: será aquel cantautor que envuelve sus letras en un acompañamiento pop al gusto de la época; por ejemplo Serrat, Víctor Manuel o Patxi Andión. En cualquier caso, el término no es peyorativo.
«Cantautor austero»: a falta de un nombre mejor, designa a aquellos que por lo general sólo se hacían acompañar (por lo menos en los conciertos) de guitarra o piano más un instrumento secundario: piano, bajo, cello o 2ª guitarra. A este modelo se ajustan Laboa, Labordeta, Raimon o Pablo Guerrero.
«Cantautor experimental»: con este nombre nos referimos a aquellos que, además de inspiración literaria, explotan su inspiración musical hasta límites insospechados. Pau Riba es el gran ejemplo, pero también Pi de la Serra, Bibiano o Lluís Llach.
«Cantautor/ grupo folk»: aquel o aquellos que toman su inspiración musical en la música tradicional.
«Cantautor/ grupo de música de raíz»: el o los que interpretan música tradicional pura.
Folk»: género musical que permite variaciones e interpretaciones musicales de temas y músicas tradicionales.
Música de raíz: aquella que es mera interpretación de la música tradicional.

Cantaor protesta: aquel cantante que utiliza el flamenco puro para protestar.

Intéprete: aquel que no canta textos propios, los hay de tres tipos:

  • de otros cantantes: es aquel que versiona canciones de sus compañeros para darlas a conocer. Rosa León fue de las mejores en esto.
  • con letrista fijo: aquel cantante que cuenta con un letrista. Por ejemplo, Moreno Galván era el letrista de José Menese.
  • de poetas: el más numeroso y usual; es aquel que pone música a los poemas de un poeta. Paco Ibáñez es el gran ejemplo.

Musa de la canción protesta: éste es un nombre barroco de mi invención que sirve para designar a aquellas intérpretes femeninas que servían de expresión a las palabras y a la música de otros autores. Ana Belén, Marisol y Massiel son los 3 grandes ejemplos, aunque a muchos les choque la inclusión de la 3ª.

Cantautor autosuficiente: perdón por la invención del término; con éste quiero designar a aquellos cantautores que cantaban sólo sus textos como Aute, Guerrero, Munárriz o Labordeta generalmente.

Proveedor de canciones: aquellos cantautores que, además, regalaban algunas de sus mejores canciones a otros cantantes. Casos como Aute o Manolo Díaz para los primeros discos de Massiel, Hilario Camacho para Pablo Guerrero, y viceversa, Pablo Guerrero para Hilario o para Luis Pastor…

Claro que yo no soy amigo de etiquetar, pero esto no es más que una aclaración: aparte de que no es estricta. No quisiera ser malinterpretado.

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