Esta reflexión se acerca un poco a lo que quiero expresar. Diego Armando y Carlos, ecuatorianos inmigrados en España, fallecieron por culpa del atentado en Barajas. Espero que nadie les convierta en mártires, por ningún lado: eran simplemente trabajadores lejos de su tierra. Por eso les dedico este poema, porque ya está bien de abusos, aunque sean fortuitos, contra la clase obrera. Yo tendré mis simpatías políticas (que no cubren el entorno de ETA), pero las dejo de lado, si es necesario, si el pueblo está amenazado por quien sea, donde sea: soy de la gleba también.
Martillo pilón
hoy como ayer latente está la afrenta
que a través de los siglos en su cuenta
acumuló mi clase escarnecida.
Somos los hombres que la historia olvida,
aquellos a quien nadie representa,
los que el mundo en sus libros no comentan
ni los dioses nacieron a la vida.
Perdimos mil batallas en la huida,
nos diezmaron las pestes, la tormenta,
rasgando con sadismo nuestra herida,
¡rasgando con sadismo nuestra herida!
Pero escuchar la clase enflaquecida:
los parias de la historia y de la renta
no dan aún la guerra por perdida
¡no dan aún la guerra por perdida!
música: Imanol
disco: Herriak ez du barkatuko
Posted by jam on 5 enero, 2007 at 15:47
q grande eres gustavo,y ya te comente lo q pensaba ayer de todo esto ….. en fin ,,,lamentable me ha gustado la poesia esa q has escrito ,,,venga un abrazo amigo