Hace algún tiempo, Benedicto escribió este artículo en su blog:
"Nin himnos nin banderas", por cierto, uno de sus mejores artículos (tan bueno que fui incapaz de ponerle un comentario durante días). Ahí hablaba sobre la polémica desatada injustamente en torno al cantante Cuchús Pimentel y su versión de "O Breogán", y venía a recordarnos la importancia de no sacralizar demasiado los símbolos. ¿A cuento de qué viene esto ahora? Pues…
Hay ahora otra polémica -casi más idiota que aquella si cabe- sobre que, sostiene el gobierno, el PP está copando los símbolos de la nación en sus marchas; a lo que estos responden que "como españoles, también les pertenecen". ¡Por supuesto! Ambas partes llevan razón: el PP exhibe de forma impúdica la bandera bicolor y la "Marcha" siempre que tiene ocasión de la misma manera que los miembros del KKK, los fascistas y otros exhiben los suyos. ¿Nos hemos olvidado de lo que significa ser facha? Patriotero hasta la náusea… Pero eso sí: recordad aquel Fernando Sabater esgrimiendo el ridículo argumento de que los nacionalistas hondeaban las banderas de su tierra como los nazis la cruz gamada. Y aquí me toca: me he encontrado, aunque no lo conozco, con tan insigne señor a veces, y me quedo con las ganas de decirle qué de criminal tienen el verde, el blanco y el negro, el león y el pendón morado, y la bandera carmesí con las 7 estrellas de genocida… A mí que me lo expliquen sin dejar de explicarme porque entonces ahora se ven banderas regionales (¿nazis, señor Sabater?) en las marchas de ritmo teutónico del PP.
A mí me da igual: soy anarquista y moriré siéndolo; pero mantengo, lo reconozco, algunos símbolos: mis raíces, por supuesto, pero también la antítesis de eso de lo que el PP se ha apoderado: a saber, la bandera tricolor y el "Himno de Riego". El por qué es sencillo: en 1er lugar, empezando por lo menos obvio, ambos símbolos son la expresión de una larga lucha por la libertad y la dignidad del ser humano, ya que enraízan en las revoluciones liberales (humm, el PP dice ser liberal) y la guerra contra el absolutismo de Fernando VII. Pero además, mientras la bandera bicolor es bandera de una región de Italia (creo) y se le adjudicó un significado a posteriori, y el himno, la "Marcha Real" es una marcha militar prusiana, tanto la tricolor como el Himno de Riego son eminentemente españoles.
La bandera tricolor tiene la 3ª franja morada: ese morado simboliza la tierra de Castilla y los ideales de libertad por los que los comuneros (la 1ª revolución liberal de la historia) lucharon y murieron a manos de los perros del infame Carlos I. Los castellanos deberían reivindicar estas cosas de una vez por todas: no la Castilla de Franco ni de Isabel, sino la Castilla de Juan Bravo, la que deslumbró a Riego, a El Empecinado, a Mariana Pineda…
Respecto al himno, ya de por sí la música, por ser militar, resulta deleznable. El Himno de Riego, por el contrario, es descendiente de una antigua danza pirenaica: haced la prueba, tratad de imaginárosla tocada con txistu: es una especie de arin-arin.
De cualquier manera, reitero, soy anarquista, pero puestos a elegir…
Os pongo la letra del himno, versión "oficial" y versión popular:
HIMNO DE RIEGO
Serenos y alegres
valientes y osados
cantemos soldados
el himno a la lid.
De nuestros acentos
el orbe se admire
y en nosotros mire
los hijos del Cid.
Soldados la patria
nos llama a la lid,
juremos por ella
vencer o morir.
El mundo vio nunca
más noble osadia,
ni vió nunca un día
más grande el valor,
que aquel que, inflamados,
nos vimos del fuego
excitar a Riego
de Patria el amor.
Soldados la patria
nos llama a la lid,
juremos por ella
vencer o morir.
La trompa guerrera
sus ecos da al viento,
horror al sediento,
ya ruge el cañon
a Marte, sañudo,
la audacia provoca
y el ingenio invoca
de nuestra nación.
Soldados la patria
nos llama a la lid,
juremos por ella
vencer o morir.
(estoy de acuerdo, un poco belicosa; pero pensad que Marcha Real tuvo letra de Pemán…)
HIMNO DE RIEGO
(Letras populares)
Si los curas y frailes supieran
la paliza que les van a dar,
subirÍan al coro cantando:
"Libertad, libertad, libertad!"
Si los Reyes de España supieran
lo poco que van a durar,
a la calle saldrían gritando:
"¡Libertad, libertad, libertad!"
La Reina vol corona
que vingui a Barcelona
Corona li darem
i el coll li tallarem
Un hombre estaba cagando
y no tenía papel
pasó el Rey Alfonso XIII
y se limpio el culo con él.
(¡Ahh! Esto ya es como estar en casa)
Podéis oírla aquí
Pero puestos a elegir, prefiero como himno, no de España, sino de sus pueblos, este:
VIENTOS DEL PUEBLO ME LLEVAN
Vientos del pueblo me llevan, vientos del pueblo me arrastran, me esparcen el corazón y me aventan la garganta.
Los bueyes doblan la frente, impotentemente mansa, delante de los castigos: los leones la levantan y al mismo tiempo castigan con su clamorosa zarpa.
No soy un de pueblo de bueyes, que soy de un pueblo que embargan yacimientos de leones, desfiladeros de águilas y cordilleras de toros con el orgullo en el asta. Nunca medraron los bueyes en los páramos de España.
¿Quién habló de echar un yugo sobre el cuello de esta raza? ¿Quién ha puesto al huracán jamás ni yugos ni trabas, ni quién al rayo detuvo prisionero en una jaula?
Asturianos de braveza, vascos de piedra blindada, valencianos de alegría y castellanos de alma, labrados como la tierra y airosos como las alas; andaluces de relámpagos, nacidos entre guitarras y forjados en los yunques torrenciales de las lágrimas; extremeños de centeno, gallegos de lluvia y calma, catalanes de firmeza, aragoneses de casta, murcianos de dinamita frutalmente propagada, leoneses, navarros, dueños del hambre, el sudor y el hacha, reyes de la minería, señores de la labranza, hombres que entre las raíces, como raíces gallardas, vais de la vida a la muerte, vais de la nada a la nada: yugos os quieren poner gentes de la hierba mala, yugos que habéis de dejar rotos sobre sus espaldas.
Crepúsculo de los bueyes está despuntando el alba.
Los bueyes mueren vestidos de humildad y olor de cuadra; las águilas, los leones y los toros de arrogancia, y detrás de ellos, el cielo ni se enturbia ni se acaba. La agonía de los bueyes tiene pequeña la cara, la del animal varón toda la creación agranda.
Si me muero, que me muera con la cabeza muy alta. Muerto y veinte veces muerto, la boca contra la grama, tendré apretados los dientes y decidida la barba.
Cantando espero a la muerte, que hay ruiseñores que cantan encima de los fusiles y en medio de las batallas.
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Miguel Hernández