Estando de gira en Latinoamérica, Serrat criticó duramente la sentencia de muerte contra tres miembros del FRAP y dos de ETA. Hay una cosa esencial para entender esto: los artistas españoles comprometidos que vivían en España, como aquí estaban tan reprimidos, al salir al extranjero a trabajar y encontrar tales aires de libertad se solían explayar: lo que seguramente le pasara a Serrat es que no pensó en las consecuencias. El caso es que cuando terminó la gira y quiso volver a su tierra, el gobierno franquista le notificó su expulsión del Sindicato de Espectáculos y que se le había prohibido la entrada al país hasta que no se retractase de sus declaraciones o afirmara que eran totalmente falsas las declaraciones vertidas por los medios. Serrat entonces tuvo que volver por donde vino y residir y trabajar una temporada en distintos países de Latinoamérica, haciendo su particular ejercicio de oposición al régimen: mediante música (si bien he dicho que Serrat no era muy dado a expresarse políticamente en canciones, la verdad es que en su repertorio latinoamericano introducía temas, propios o ajenos, que no hubieran sido de ninguna manera aprobados por los gobiernos civiles de ninguna provincia española). El hecho es que antes de la prohibición de entrar a España, Serrat estaba grabando un disco, un LP, Piel de manzana, el cual sale a la venta de manera semi-clandestina, aunque el disco se puede comprar normalmente: en realidad el carácter de semi-clandestino le venía dado por el carácter de prohibido del artista, ya que el disco no contiene canciones que puedan considerarse muy políticas, como sí otros LPs que salieron ese mismo año, o que lo intentaban: a las puertas de la muerte de Franco, los ultras afines al bunker parecían presentar sus últimas batallas en todos los campos. El caso es que diversos comercios llegan a recibir amenazas si no retiran de la venta los productos varios relacionados con Serrat.
Con la amnistía parcial hacia los delitos de opinión y militancia política promulgada por el gobierno Suárez, Joan Manuel vuelve a Barcelona el 20 de Agosto de 1976: el recibimiento es multitudinario:
Muy especial agradecimiento tuvo Serrat con Raimon: a pesar de que el cantante de Xátiva había sido uno de los más duramente críticos con el acercamiento de Serrat al castellano, durante el tiempo que Joan Manuel estuvo exiliado, Raimon cuidó de la familia de éste, ocupándose de gestiones y la comunicación del cantante con su familia en el extranjero. Desde entonces a ambos cantantes les ha unido una enorme amistad: "Donde él vaya iré yo" declaraba en una entrevista relativamente reciente (de hará no más de 3 ó 4 años) Raimon sobre Serrat.
Joan Manuel Serrat había vuelto a España finalmente, al igual que otros tantos artistas, criados en el exilio (Paco Ibáñez) u obligados a hacerlo (Elisa Serna, Imanol, Bernardo Fuster), y se había ganado el respeto de todos sus compañeros.
Esto era un poco una excusa para traeros aquí un artículo que he encontrado en "Hermano Lobo", firmado por un tal Mora, que me ha parecido lúcido e interesante: