Decir aquí Joaquín Díaz, a nivel musical, es semejante a decir Pete Seeger en Estados Unidos. En un tiempo en el que el régimen tenía secuestrado todo el folklore, de todas las regiones, Joaquín Díaz tuvo el coraje, a pesar de que le tildaran de reaccionario, de rescatar y reinterpretar el folklore castellano, mś propiamente de lo que hoy es Castilla y León y entonces Castilla la Vieja. Sus comienzos se centraban casi únicamente en la investigación, recuperación y fiel interpretación de las canciones tradicionales de Castilla, en un tiempo en el que la mayoría de los cantautores (a excepción de los cantautores vascos reunidos en torno a la figura de Laboa en el colectivo Ez Dok Amairu) rechazaban la tradición musical como vehículo de expresión musical, debido a la utilización del régimen del folklore. Él, junto a Ez Dok Amairu en el País Vasco, el Grup de Folk en Cataluña, y Los Sabandeños en Canarias, fueron los precursores de la elaboración de un estilo propio dentro de la canción de autor española.
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El encuentro con Pete Seeger le inspiró para realizar una recuperación mediante la interpretación del folklore castellano. Colaboró con otro gran musicólogo como fue el segoviano Agapito Marazuela, y con él y bajo los auspicios de los dos surgieron grupos que fueron más allá de la interpretación arqueológica: Nuestro Pequeño Mundo, Nuevo Mester de Juglaría, Elisa Serna, Jubal, Carcoma… La música de Díaz fue evolucionando desde la interpretación estática a la reinterpretación, introduciendo en sus temas instrumentos no tradicionales. Durante la politización del folk, que tuvo lugar a principios de los 70, Díaz incluyó también elementos políticos al interpretar temas del folklore republicano de la guerra civil, temas liberales de la guerra de independencia y constitucionales, etc. Un ejemplo:
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En definitiva: que nos alegramos inmensamente por él, que descubrió nuevas sensibilidades musicales en un tiempo en el que se traducía de la manera más frívola el pop británico de los Beatles y el rock’n’roll de Elvis Presley.
Así recogió El Mundo la noticia:
ALLADOLID.- La Academia de las Artes y las Ciencias de la Música entregará al musicólogo y etnógrafo Joaquín Díaz, el próximo 3 de abril en Valladolid y
durante la ceremonia de sus galardones anuales, el Premio "A Toda Una
Vida" como reconocimiento a su generoso magisterio impartido durante
más de cuatro décadas.
La Academia reconoce así en Joaquín Díaz, de 60 años, su amplia e intensa trayectoria al servicio de la investigación y
difusión de la cultura tradicional, avalada ésta por la grabación de 66
discos, la edición de 59 libros y su firma en más de doscientos
artículos y ensayos en publicaciones especializadas.
"La cultura española está en deuda con Joaquín Díaz",
asegura la Academia en una nota de prensa distribuida hoy en la que
informa de un reconocimiento que en las anteriores ediciones recayeron
en la cantante mexicana Chavela Vargas (1999), el compositor de México
Armando Manzanero (2000) y el maestro del bolero cubano César Portillo
de la Luz (2004).
(…)
Desde que en 1965 subió por vez primera a un escenario con apenas 18
años de edad, este compositor, instrumentista y vocalista ha dedicado
su vida al estudio del patrimonio inmaterial, en una primera época como
intérprete en los numerosos conciertos que hasta 1976 ofreció en
universidades españolas, de Europa y Estados Unidos.
Durante esos once años visitó Alemania, Francia, Holanda, Italia, Portugal, cantó en los Estados Unidos, se anunció en recitales por buena parte de la geografía española,
descubrió a cantantes como Cecilia (Evangelina Sobredo), contribuyó a
la formación de grupos como "Nuestro Pequeño Mundo" y trató con
artistas de la talla de Joan Manuel Serrat, Paco Ibáñez y Víctor Manuel.
A lo largo de esa década grabó también su primer disco, "Recital"
(1967), primer eslabón de una abundante discografía que hasta la fecha
suma 66 entregas con la reciente edición, el pasado diciembre, de
"Canciones españolas en el sudoeste de los Estados Unidos" (2007),
dedicadas a la cultura popular de ámbito hispano.
Su retirada de los escenarios en 1976, a los 29 años, abrió una etapa de intensa actividad investigadora y creativa con continuos viajes y trabajos de campo
que, además de su discografía, ha cristalizado en la publicación de 59
libros, el primero de ellos "Palabras ocultas en la canción folklórica"
(Taurus, 1971) y el último sus memorias: "Música y letra" (Ámbito,
2007).
En 1980, otra de sus contribuciones a la etnografía y antropología
hispana, editó el primer número de la Revista de Folklore, por él
dirigida, de tirada mensual, heredera de la antigua Revista de
Dialectología y Tradiciones Populares (RDTP) y que después de 27 años
de vida ha rebasado ya el umbral de sus trescientos números.
Joaquín Díaz, nacido en Zamora en 1947, abandonó
desencantado los estudios de Derecho que emprendió en su adolescencia,
debido al clima académico imperante, y en la actualidad reside en la
primera y única Villa del Libro existente en España, radicada en el
municipio vallisoletano de Urueña, de apenas doscientos habitantes.
En esa histórica villa medieval dirige la Fundación Centro
Etnográfico que lleva su nombre, impulsada por la Diputación de
Valladolid y donde ha depositado y proyecta todo su legado a través de
varios museos y la pública exposición de colecciones de campanas,
instrumentos tradicionales, pliegos de cordel, grabados de trajes,
alfarería e incluso un aula de arqueología.
Gestiona una biblioteca con más de 14.000 volúmenes,
así como un archivo sonoro con más de 14.000 registros y unos 400
vídeos de temática etnográfica, y organiza conciertos, convoca
simposios y asesora a investigadores de cualquier índole, también a
través de su página de internet (www.funjdiaz.net).
Su prolífica y rica ejecutoria ha fraguado en numerosos
reconocimientos entre los cuales destacan el Premio Castilla y León de
Ciencias Sociales y Humanidades (1999), la Medalla de Oro al Mérito en
Bellas Artes (2002) y el Doctorado Honoris Causa por la Universidad de Valladolid (2006), de cuya Cátedra de Estudios Tradicionales es titular honorífico. EFE