Mirad bien esta gran obra pictórica de Francisco de Goya y Lucientes. ¿Qué os sugiere?
Unos dirán, un capítulo histórico. Otros, borrachos todavía de los festejos de la revuelta madrileña contra el invasor francés, dirán la represión contra el pueblo de Madrid. Otros, acercándose más a lo que quiero decir, dirán simplemente un fusilamiento. Y es que así es: cuando veo este cuadro, no veo franceses y españoles, veo el atropello del poder; los franceses podían ser los fusilados y los soldados los españoles, o unos podían ser checos y otros griegos: da igual. Son personas las que mueren y personas las que matan. Los fusilado están presos, pero, seguramente, como dice este poema, "El fusilado", de Nicolás Guillén, los soldados estén tan presos como el hombre, quizás incluso más: quién lo podría saber. Traigo este poema hoy, día Universal de los Derechos Humanos porque hay ciertos países muy proclives a condenar la falta de derechos humanos en los países que se les oponen, bien vía oficial, bien mediante supuestas ONGs observadoras del cumplimiento de los derechos del hombre (mejor dicho, de algunos hombres) que, sin embargo, mantienen la práctica atroz y condenable de la pena de muerte.
Fusilamiento
Van a fusilar
a un hombre que tiene los brazos atados.
Hay cuatro soldados
para disparar.
Son cuatro soldados
callados,
que están amarrados,
lo mismo que el hombre amarrado que van
a matar.
—¿Puedes escapar?
—¡No puedo correr!
—¡Ya van a tirar!
—¡Qué vamos a hacer!
—Quizá los rifles no estén cargados…
—¡Seis balas tienen de fiero plomo!
—¡Quizá no tiren esos soldados!
—¡Eres un tonto de tomo y lomo!
Tiraron.
(¿Cómo fue que pudieron tirar?)
Mataron.
(¿Cómo fue que pudieron matar?)
Eran cuatro soldados
callados,
y les hizo una seña, bajando su sable,
un señor oficial;
eran cuatro soldados
atados,
lo mismo que el hombre que fueron
los cuatro a matar.
Nicolás Guillén, 1937 |
En 1968, un joven llamado Hilario Camacho, que comenzó a cantar con un grupo de amigos en el proyecto Canción del Pueblo, grababa su primer sencillo. En él había dos canciones, dos musicalizaciones de poemas de Nicolás Guillén, entre ellas estaba este "El fusilamiento". Dado que es su primer trabajo, pudiera parecer un buen trabajo, pero algo rudimentario, sobre todo comparado con todo lo que haría después, explorando mucho más las posibilidades musicales, imbuido en una filosofía hippy a la hispana, alejado ya de la intención de hacer "canción política o protesta":