Sóc, no vull ofendre, anticlerical (II): Respeto y obediencia


L’ensenyança era com era./ Els ensenyats el què som.

L’escola de Ribera”, Ovidi Montllor

jesuitasA lo largo de la historia, el catolicismo oficial siempre se ha asegurado de tener la primacía y el privilegio en la educación, a través de profesores del clero, o bien, de laicos afines. Esto, no obstante, y por supuesto, no ha sido exclusividad de la iglesia católica: encontramos que la mayoría de las confesiones –cristianos ortodoxos, judaísmo, protestantismo, islamismo, etc.- ha intentado siempre, en algún u otro momento de la historia, tener el control sobre la educación. Esto se explica porque en la Edad Media los únicos que habían heredado la sabiduría de la Antigüedad, y por tanto estudiaron en todos los campos, desde la teología hasta la biología, pasando por la física, fue el clero, y sus avances, en ciertos aspectos, son innegables y encomiables. Pero la historia avanza con sus avatares y sus revoluciones, avances y retrocesos, y en la Modernidad comienza a intentar separarse la educación laica de la religiosa, a la vez que se intenta separar a la iglesia del Estado: era un intento por separar la fe y la razón (si son o no son incompatibles, en eso yo no me voy a meter, aunque creo que depende de cada persona), al igual que en los nacimientos de la filosofía el mundo helénico, para demostrar que la explicación sobrenatural no es, al menos, la única válida. Galileo ante el Santo Oficio, Joseph-Nicolas Robert-Fleury (s. XIX)Uno de los cismas más importantes ocurrió con Galileo: tras el proceso a las “blasfemias” de Galilei, por aquello de contradecir las Escrituras, se escondía otra razón, que era que su sistema, al poner patas arribas la concepción aristotélica del universo, amenazaba el estatus-quo del feudalismo y de la iglesia.

Fundadores de la Institución Libre de EnseñanzaEn España, las relaciones entre la enseñanza y la iglesia siempre fueron muy fuertes, y fue una unión que a lo largo de las eras se intentó separar; pero la Compañía de Jesús, los jesuitas, eran un grupo muy fuerte que, si bien a veces favorecían el progreso de la ciencia, en muchas otras ocasiones lo entorpecían. Liberales del siglo XVIII y XIX, la I República, el regeneracionismo, la Institución Libre de Enseñanza, etc., fueron movimientos y momentos de la historia que intentaron arrebatar a la iglesia su dominio sobre la enseñanza y establecer, de esta manera, una enseñanza laica, igualitaria (para pobres y ricos, chicos y chicas), basada en argumentaciones racionales y no en creencias sobrenaturales. Es ya la II República la que consigue medianamente esto, con el legado de la Institución Libre de Enseñanza, pero la derrota en la guerra civil trunca este proyecto de enseñanza laica y, de nuevo, la enseñanza se entrega a los clérigos. La enseñanza clerical en la posguerra es dura, llena de represión sexual y moral, y manipulación política, cuya base es, principalmente, el catecismo y aquello de la “formación del espíritu nacional”. El Concilio Vaticano II, emprendido por el valiente papa Juan XXIII y concluido por su sucesor Pablo VI, vino a cambiar esto un poco, conjuan XXIII sacerdotes más jóvenes, más liberales y, en algunos casos, más comprometidos con sus parroquias. Así pues, muchos son los que afirman, por su parte, que tuvieron una enseñanza rica y completa en la que se señalaban todas las posibilidades y no sólo una. Pero esta concepción de la joven iglesia choca frontalmente contra el nacional-catolicismo que sustenta, a la vez que es sustentado por, el régimen, cuya concepción es la preconciliar: la iglesia católica, apostólica y romana. Así pues, se vigila con intenso celo a aquellos sacerdotes y religiosas que se sobrepasen en sus concepciones conciliares: es bien famoso el escándalo que ocurrió durante la transición democrática, cuando unos muy católicos padres denunciaron a la dirección del colegio que unas monjas estaban impartiendo educación religiosa a sus hij@s… Quitando estos casos, la educación católica, impartida por clérigos o por laicos afines, seguía siendo bien represiva en lo tocante a la moral, e incluso a la política, algo que llegó hasta mis días de escolar, allá por los primeros y mediados 80s. Pero sin duda fue la infancia de la posguerra la que más sufrió este tipo de enseñanza castradora, como nuestras protagonistas de hoy, el dúo de pop, psicodelia, rock progresivo y canción de autor, Vainica Doble. En este tema, que comienza con el cántico que las religiosas hacían cantar a los niños, Carmen Santonja y Gloria Van Aerssen, unas chicas muy preocupadas por el mundo de la infancia, la familia y la enseñanza desde una perspectiva crítica, critican, por lo menos, tres cosas: por un lado, la dureza que este tipo de enseñanza llevaba siempre implícita, con la máxima “la letra con sangre entra”; por otro, la alianza de cierta iglesia reticente al progreso que no dudaba en casarse con la más dura reacción política y, con ellos, la unidad iglesia-Estado; y, por otro, una crítica hacia esa jerarquía eclesiástica inmovilista y reaccionaria, a pesar de que la vainica-doble_72Conferencia Episcopal de entonces, presidida por Monseñor Vicente Enrique y Tarancón (cardenal non grato para el régimen) era, si no progresista, por lo menos liberal (al menos, comparada con la de hoy, da la impresión de ser una comuna hippie de curas), pero los grandes obispos eran los de siempre…

Escuchar: http://www.goear.com/listen/fc57211/respeto-y-obediencia-vainica-doble

Respeto y obediencia

Respeto y obediencia,
recato y humildad,
amor y reverencia
son flores de santidad.

Paternidad investida
de poder omnipresente,
autoridad sin medida
con derecho omnipotente.

Descarada tiranía,
pretenciosa y omnisciente,
dictadura consentida,
despotismo inconsecuente.

¡Oh Padre!
Gran montaña inaccesible,
tú y tu gran corazón,
¡qué equivocación!

Paternidad dividida
entre el látigo y los besos,
autoridad sin medida
con derecho a todo exceso.

Régimen de mano dura
que no admite parlamentos,
vieja y eterna estructura
aferrada a sus cimientos.

¡Oh Padre!…

Un mal entendido amor,
mal reprimido rencor.

La mano dura en la educación,
aunque sea con buena intención,
engendra amargura en el corazón:
Mal reprimido rencor.
Un mal entendido amor,
mal reprimido rencor.

Carmen Santonja y Gloria Van Aerssen

Vainica Doble

http://books.google.es/books?id=S8Qw1mAvYckC&pg=PA152&lpg=PA152&dq=vainica+doble+%22respeto+y+obediencia+recato+y+humildad%22&source=bl&ots=xZ6mq2urUr&sig=3uBV-tukAgwbs6EneAstQAZ-gHQ&hl=es&ei=bZZPTvPBDMOd-wb9wojQBg&sa=X&oi=book_result&ct=result&resnum=1&sqi=2&ved=0CBkQ6AEwAA#v=onepage&q=vainica%20doble%20%22respeto%20y%20obediencia%20recato%20y%20humildad%22&f=false

2 responses to this post.

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