En 1979, en lo que era su tercer disco, La Bullonera 3, el dúo aragonés La Bullonera, formado por Javier Maestre y Eduardo Paz cantaban esta hermosa canción, sobre un poema del propio Maestre. Es una canción enmarcable en un hipotético ciclo de la canción de autor que llamamos “del desencanto”, es decir, surgidas de la desilusión ante la democracia restaurada, porque ésta no sólo no estuvo a la altura de muchas expectativas, sino además porque no supuso una ruptura y una condena de la dictadura. En forma de una carta de amor, Javier Maestre muestra su desilusión, pero también su esperanza y la idea de que todo puede ser posible si se intenta.
Escuchar: http://www.goear.com/listen/244bb81/a-contratiempo-la-bullonera
A contratiempo
Quisiera despoblar tu corazón,
de inútiles promesas que alentaron,
la vida en el invierno,
y obligarte a renunciar,
a un tiempo que soñamos
menos fiero.
Quisiera remover de tu balcón,
la verde claridad de la esperanza
prendida en el cemento.
Y decirte que ya es hoy
el tiempo de un futuro
que era nuestro.
Dale y dale camino
a la vida, hay que andar,
dale viento, agua clara,
semilla y verás
que tarde o temprano
vuelve a granar la vida.
Nos duele de repente soportar
el cotidiano insulto de una vida
atenazada aún por el miedo.
Esperábamos, quizás,
que fuese menos dura,
desde luego.
No vuelvas nunca más la vista atrás,
que ya no queda nadie en el lugar
de aquellos viejos tiempos.
No trates de escapar,
que aquí estamos atados
sin remedio.
Dale y dale camino
a la vida, hay que andar,
dale viento, agua clara,
semilla y verás
que tarde o temprano
vuelve a granar la vida.
Quisiera convenir contigo aquí
que aún puede ser futuro la imposible
libertad que llevas dentro
y demostrarte que ya es hoy
el tiempo de empezar
todo de nuevo.
Quisiera confesarte que no sé
porque razón necesito suponer
que no te estoy mintiendo,
tal vez sea esta canción
como un grito de amor
a contratiempo.
Dale y dale camino
a la vida, hay que andar,
dale viento, agua clara,
semilla y verás
que tarde o temprano
vuelve a granar la vida.
Javier Maestre
La Bullonera