Seguramente habrá quien diga de los que nos oponemos a la intervención militar, dígase guerra, en Siria por parte de la OTAN, que somos unos insensibles ante los abusos que el régimen de Basel al-Asad ha estado cometiendo sobre su población civil; pero básicamente hay está la razón de nuestra crítica: con la revuelta que se ha convertido en una guerra civil se lleva más de un año; los refugiados se agolpaban en la frontera con Turquía huyendo… Pero no sólo de al-Asad.
Nos hemos opuestos a esta intervención y a la toma de partido por parte de occidente a favor de los rebeldes por estas razones:
1.- Al-Asad no es el único dictador en el mundo actualmente que masacra a su población sin contemplación alguna; por lo que deducimos que tras esto hay intereses no necesariamente humanitarios.
2.- Entre los rebeldes hay de todo, pero ya no son aquellos que en la primavera árabe se levantaron pidiendo democracia: varios testimonios de corresponsales y, lo que es más grave, refugiados, aseguran que muchos de los milicianos rebeldes son combatientes del integrismo más sanguinario. De lo cuál se deducen otras dos posturas:
3.- Hay varias voces a tener en cuenta que tienen serias dudas sobre que el ataque con armas químicas, la línea roja que permitiría el asalto a Siria, lo hiciera verdaderamente el gobierno. Teorías al margen, muchas voces creíbles piensan que fueron los “rebeldes”. (NOTA: cuando en las noticias se trata este asunto, con los discursos de fondo de Estados Unidos, UK y Francia, suele decirse “Hay pruebas del uso de armas químicas”; pero rara vez he escuchado “uso de armas químicas por parte del régimen”).
y 4.- Será devastador para una población lo ya suficientemente martirizada por dos frentes brutales, como son el gobierno de al-Asad y los supuestos rebeldes (sean quienes sean) añadir un tercer frente en forma de bombardeos “aleatorios”, que nunca se producen donde dicen que van a ser…
(añadimos) 5.- Resulta preocupante que no hayamos vuelto a oír nada sobre el estado actual de Libia tras la caída de Gadafi…
Y, dicho sea de paso, no consideramos en absoluto a Putin como el defensor de los países no alineados amenazados por la OTAN, como alguna vez algún comentarista dejó caer por aquí: Putin es tan aprovechado como Obama, y lo único que le interesa es mantener sus privilegios e intereses en la región.
En 1938, Miguel Hernández compuso junto al brigadista Lan Adomian esta hermosa canción antibelicista: supone todo un contraste con su poética de esta etapa de exaltación revolucionaria esta reflexión sobre la guerra. Personalmente creo que las razones para invadir Siria son las mismas por las que en su día no se ayudó a la República española…
La guerra, madre
La guerra, madre la guerra.
Mi casa sola y sin nadie.
Mi almohada sin aliento.
La guerra, madre: la guerra.
Mi almohada sin aliento.
La guerra, madre: la guerra.
La vida, madre: la vida,
La vida para matarse.
Mi corazón sin compaña.
La guerra, madre: la guerra.
Mi corazón sin compaña.
La guerra, madre: la guerra,
¿Quién mueve sus hondos pasos
En mi alma y en mi calle?
Cartas moribundas, muertas.
La guerra, madre: la guerra.
Cartas moribundas, muertas.
La guerra, madre: la guerra.
Miguel Hernández – Lan Adomian