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La banda sonora de Billy («algo es algo») desgranada


Mal está, tal vez, que uno hable de su propia obra, pero uno de los atractivos de Billy («algo es algo»), que lo dota de originalidad, es que el título de cada capítulo es un fragmento de alguna canción, un pedazo que es relevante y va acorde con el sentido del episodio. Generalmente son de cantautores de España, bien propias, o bien poemas musicalizados de Miguel Hernández, Juan de Loxa, etc.; sin embargo, hay alguna excepción: un poeta uruguayo, un grupo de heavy metal español, y un cantautor y una banda grunge estadounidense.

Billy («algo es algo») (Libros Indie, 2019) es la historia de Guillermo Niño Pérez: un antiguo inspector de la policía política franquista, al que amenaza una querella por las torturas que propició en sus años de servicio, pues ya se salvó de otras, y es perseguido por el recuerdo de la muerte de Gabriel Aceituno, un estudiante agitador al que interrogó brutalmente. Sin embargo, no son estas cosas las que le inquietan, sino un joven vecino cuyo comportamiento errático y su modo de vida misterioso le obsesiona de forma malsana, sacando de él al antiguo inspector que perseguía «malhechores» por su pensamiento y conducta fuera de la norma habitual. Un día, mientras reflexiona sobre cómo esquivar a la prensa que le asedia, un antiguo subordinado le indica que en el periódico se habla de un asesino en serie que imita los métodos de tortura de la Brigada. Tomándoselo como un agravio hacia él y sus compañeros, decide investigar, convencido de tener un sospechoso bastante prometedor.

Me ha quedado algo largo, pero prometo que, en comparación, la novela es más corta.

Al comienzo de este vídeo promocional puedes oír un collage sonoro con los fragmentos de las canciones

Antes del odio, de Miguel Hernández (musicalizado e interpretado por Adolfo Celdrán)

Vencida la República en 1939, el régimen fascista de Franco se dedicó a hacer una dura purga contra los ciudadanos que hubieran tenido, aunque fuera presumiblemente, parte en el anterior gobierno legítimo, en el ejército popular, hubiera pertenecido a partidos de izquierdas o regionalistas/ nacionalistas, o hubiera manifestado abiertamente esas ideas. La mayoría de los intelectuales apoyaron ferviente y abiertamente al partido y al gobierno del Frente Popular, entre ellos, el poeta Miguel Hernández, quien pertenecía al Partido Comunista de España. Hernández fue arrestado y encarcelado, llevado a distintas prisiones donde se hacinaba con otros presos; llegó a tener una pena de muerte sobre su cabeza que, finalmente, le sería conmutada; sin embargo, moriría debido a las insalubres condiciones de esas prisiones. En esas estancias, el poeta escribió unos poemas que describían su situación y la de muchos otros, que se reunirían en un libro titulado Cancionero y romancero de ausencias.

«Antes del odio» es un poema estremecedor, en el que Miguel Hernández describe la miseria por la pérdida de libertad, simbolizada en su mujer y su hijo, ausentes y lejanos; también la incertidumbre de una pena de muerte que podía materializarse cualquier noche, arbitrariamente, junto con otros tantos; y, además de eso, la inquebrantable libertad interior del ser humano.

En 1975, el cantautor Adolfo Celdrán, musicalizó este poema para su disco 4.444 veces, por ejemplo, siguiendo el empeño de rescatar a los poetas silenciados, despreciados o tapados por la censura. Celdrán dota al poema de una melodía estremecedora que amplía las palabras del prisionero.

«… me es pequeño y exterior»: el poema resulta la máxima expresión de los pensamientos y sentimientos de un preso por razones políticas, por esa razón merecía su sitio entre los títulos de Billy («algo es algo»).

Campanades a morts: letra y música de Lluís Llach

Vitoria, 3 de marzo de 1976. La crisis económica mundial comenzó a notarse en España con viveza; los obreros, ante los despidos, las retenciones y bajadas de sueldo, van a la huelga, mientras un cierto ministro de economía, convertido más tarde en aristócrata-empresario de éxito, lanzaba arengas tratando de convencer de que no había otra solución porque no había dinero para los sueldos: que había que conformarse, apretarse el cinturón y pedir a Dios que dé lo que que los humanos niegan (bien, esto es una licencia mía). Especialmente trágica era la situación en Vitoria/ Gasteiz, en donde la huelga parecía interminable y la ciudad estaba al borde de la lucha. Ocurrió que, aquel tres de marzo, los obreros y sus familias estaban reunidos en asamblea en la iglesia de San Francisco de Asís, cuando la policía armada arrojó botes de humo provocando que salieran aturdidos y asfixiados; lo que no podían esperar es que su precipitada salida fuera recibida con fuego real. Murieron los trabajadores Pedro Martínez Ocio, Francisco Aznar Clemente, Romualdo Barroso Chaparro, José Castillo y Bienvenido Perea. Vitoria se convirtió en un campo de batalla, mientras el responsable de las fuerzas de seguridad, el entonces ministro de la Gobernación, Manuel Fraga, se lavaba las manos delegando en Martín Villa, ministro de relaciones sindicales. Finalmente, Adolfo Suárez se puso al mando intentando impedir generar más violencia.

El cantautor catalán Lluís Llach cuenta que se encontraba frente al piano cuando oyó las noticias de las muertes; entonces, de una manera instintiva, aporreó sus teclas con fuerza, saliéndole casualmente los primeros acordes de esta canción, al estilo del réquiem de Mozart.

«… y que en la muerte os persiga nuestro recuerdo». El fragmento escogido («i que en la mort us persegueixin les nostres memòries») representa esa persistencia de los hechos morales de cada uno, que acompañan al actor hasta que muera, como es el caso del protagonista, Guillermo Niño, que se resiste a sentir remordimientos por un crimen que cometió, aunque su recuerdo le persiga.

Canción de vísperas, de Nicolás Guillén (musicalizado e interpretado por Adolfo Celdrán)

En 1977, Adolfo Celdrán sacó un disco que suponía una colección de las canciones que le habían sido censuradas, total o parcialmente, o directamente prohibidas en algún aspecto (grabación, interpretación o difusión radiofónica), con el nombre de Denegado. En él encontramos la musicalización de un poema de Nicolás Guillén, que, probablemente, hablara de la Cuba prerrevolucionaria. Como es natural, al ser muchos de sus versos muy aplicables a la España de la dictadura franquista, la canción no pasó los filtros de la censura.

El fragmento «El ojo del policía» hace referencia a ese llamado «olfato policial» del que Guillermo Niño dice hacer gala, aunque a menudo constituya solo un montón de sospechas infundadas basadas en prejuicios y primeras impresiones. Del otro fragmento que da nombre a otro capítulo, «… y, sobre la pista, el enano equilibrista», relativo a las sesiones del juicio contra Guillermo Niño por sus torturas, solo diré que siempre me ha hecho gracia cómo Adolfo consiguió burlar la censura, para que se impidiera establecer una relación entre este verso y cierto general famoso por su baja estatura, al presentarlo ante la censura como «… y, sobre la pista, Elena no equilibrista».

Cançó en i (letra y música de Francesc Pi de la Serra)

El ácido y satírico cantautor catalán, Pi de la Serra, era muy dado en sus canciones a los dobles sentidos, de manera que los críticos solían decir de él que lo importante no era tanto lo que cantaba como lo que se dejaba entrever en sus letras. En esta canción en concreto, Quico, como suele llamársele también cariñosamente, enumera un montón de clichés y frases hechas sobre la policía que podían oírse en las noticias, contando hazañas de sus agentes como impedir una violación o ayudar a una invidente a cruzar la calle.

«La policía está al servicio de los ciudadanos» (la policia està al sevei dels ciutadans) es el estribillo recurrente que Pi de la Serra deforma jugando con otras palabras como «oligarquía», «servilía», etc., y que escogí para el capítulo en donde se describen algunos de los discutibles métodos policiales de Guillermo Niño y sus compañeros de la Brigada de la Noche, además de su visión de la acción policial, que recuerda al decidirse a proponerse desenmascarar al asesino psicópata que le imita, El Carcelero.

Doña María, de Nicolás Guillén (musicalizado e interpretado por Adolfo Celdrán)

De nuevo un poema del poeta cubano interpretado por Celdrán sirve para nombrar dos títulos de Billy («algo es algo»). Como el anterior, parece ser un poema alusivo a la Cuba de la dictadura de Fulgencio Batista, en donde mucha gente pobre se ganaba un cierto sueldo como confidentes de la policía política. Algo así ocurrió en España, como podrás descubrir en mi novela. Adolfo la musicalizó y la grabó en su primer disco, Silencio (1970).

«¡Ay, pobre doña María…!», verso incial del poema, me sirvió para titular el capítulo en el que se cuentan las tribulaciones e inquietudes de Marisa, la mujer de Guillermo Niño, ante el juicio que va tomando forma, pero también ante el extraño comportamiento que su marido está adoptando y del que poco le cuenta.

«Rondando anduvo mi casa» es otro capítulo, en el que se describen algunas cosas que hace el exinspector.

Enfermedades de invierno, de Jesús López Pacheco (musicalizado e interpretado por Luis Pastor)

Este poema era un canto contra la intolerancia en días del postfranquismo (los últimos años de gobierno de Franco, previos a la transición), contraponiendo la gente llena de razones que luchaban por la democracia frente a los vilentos sicarios del régimen: los ultraderechistas, que comenzaron a volverse más virulentos a medida que la vida del general se apagaba. Grupos como la Alianza Apostólica Anticomunista (AAA/ Triple A), Guerrilleros de Cristo Rey, el PENS (partido nazi español) y el Batallón Vasco-Español (un grupo parapolicial que realizaba atentados contra miembros de ETA y de la izquierda abertzale), que nacieron a finales de los años 60 para presentar batalla contra los jóvenes contestatarios, los obreros y los curas progresistas, pasaron de limitarse a romper escaparates de librerías y boicotear obras de teatro o recitales de cantautores, obviando palizas eventuales a líderes sociales, a cometer asesinatos.

En enero de 1977, toda la tensión de una transición política muy conflictiva acabó por estallar en pocos días: el estudiante Arturo Ruiz moría durante una manifestación por disparos de los Guerrilleros de Cristo Rey, al día siguiente lo hacía Mari Luz Nájera en la manifestación en protesta por esta muerte por la acción policial desproporcionada, y, finalmente, tres pistoleros de la Triple A asesinaban a sangre fría a los abogados laboralistas Enrique Valdevira Ibáñez, Luis Javier Benavides Orgaz y Francisco Javier Sauquillo, y al empleado del despacho Ángel Rodríguez Leal. Se organizó un funeral multitudinario que estremeció por su silencio respetuoso y su demostración de fuerza pacífica, especialmente los militantes del PCE, al que pertenecían las víctimas, y que todavía era ilegal. Suele decirse que esta demostración fue la que convenció a Suárez para, finalmente, legalizar los partidos democráticos.

Se consiguió detener a los tres ultras junto a algunos cómplices y autores intelectuales, pero no se pudo establecer la relación entre este lúgubre suceso y la responsabilidad en él de personas como Blas Piñar, Mariano Sánchez Covisa, Antonio González Pacheco y otras personalidades que lideraban el movimiento integrista o con cargos en las fuerzas de seguridad.

No recuerdo muy bien, pero creo que el poema es anterior al atentado de Atocha. No obstante, cuando Luis Pastor la musicalizó para su disco Nacimos para ser libres (1977), quiso denunciar toda aquella violencia, resquicios de un mundo que se resistía a morir con irracionalidad e integrismo.

«No vayas a coger alguna bala en los pulmones» es un verso lo suficientemente explicativo. No se llegó a saber lo que realmente pasó entonces, por lo que lo que describo en este capítulo (reconozco que muy influido por la película 7 días de enero de J. A. Bardem) es solo elucubración, inspirada por la teoría de que hubo gente importante detrás de este atentado terrorista con la finalidad de generar conflictividad social; una ficción basada en esta teoría en la que verás el papel que Guillermo Niño, de haber existido, hubiera tenido en aquellos asesinatos.

Es urgente, de Juan de Loxa (musicalización de Virgilio Fernández; interpretación de Aguaviva)

Juan de Loxa, poeta, locutor y promotor del colectivo andaluz Manifiesto Canción del Sur, escribió un texto inspirado por dos sucesos. Uno fue el del atentado de la calle Atocha del que ya hemos hablado; el otro fue el asesinato por la espalda a manos de la guardia civil del estudiante Francisco Javier Verdejo. ¿Crimen? Intentar pintar en una pared la frase «Pan y Trabajo». Es un poema en el que De Loxa contrapone también el mundo de la violencia y la irracionalidad con la del diálogo, las razones y la libertad.

«Allí se dan la paz con las manos manchadas»: de nuevo un verso muy expresivo que se explica por sí solo, alusivo al fervor religioso de unas personas que mandaban y mandaban matar, o mataban directamente. Una frase que un joven seminarista le recita a Guillermo Niño mientras asiste a misa con Marisa.

Están cambiando los tiempos (letra y música de Luis Pastor)

También del disco Nacimos para ser libres, fue una canción que, a pesar de lo que indicaba su título (al menos en apariencia), no estuvo libre de polémicas y boicots, como, por ejemplo, un aluvión de protestas de ciertas gentes a la dirección de TVE por su interpretación en el especial «Yo canto», acompañadas de amenazas serias contra el artista. Sobre todo por el verso que escogí para este capítulo: «No saldrá del agujero», aunque irónicamente se acabó pidiendo que saliera para meterle en otro agujero más familiar.

Galería de perpetuas (letra y música de Pedro Cobos y José Nieto; intérprete: Marisol)

En el proceso de Pepa Flores con romper de alguna forma con su pasado, encarnado en la dulce niña prodigio de nombre Marisol, surgieron discos y canciones interesantes, muy alejadas de aquellas que cantaba en su niñez en aquellas películas ñoñas. Pepa/ Marisol demostraba no solo haber conservado, y hasta perfeccionado, sus dotes interpretativas, sino que podía ser una artista comprometida y para un público adulto. Galería de perpetuas (canciones para mujeres), del año 79, es uno de esos discos, y la canción que daba nombre al disco toda una declaración de intenciones.

Es parte de una historia: Dolores Vázquez, cantante folklórica conocida como La Petenera, cumple cadena perpetua en la prisión de Alcalá de Henares por un asesinato; sin embargo, como confiesa en su carta a su amante, en su opinión cumple esa sentencia por el contenido machista de algunas de las canciones que cantaba, justificando el maltrato y echando sobre la mujer la culpa.

«Su dignidad y su vergüenza» fue el verso escogido para el capítulo en el que una tal señora Lluch relata las torturas a las que fue sometida por el inspector Guillermo Niño (inspiradas por las que relata Lidia Falcón), declarando que, a su parecer, el policía mostraba un desprecio especial hacia las mujeres.

Jo vinc d’un silenci (letra y música de Raimon)

El valenciano Ramón Peleguero Sanchís, bautizado artísticamente como Raimon (con acento en la «o»), se representa a menudo como el cantautor arquetípico en España, pues, junto a Paco Ibáñez, influyó en los cantautores de todos los rincones de España y en todo idioma de manera definitiva.

En su disco Lliurament del cant (1976), aunque con la presentación previa en recitales, incluía esta canción, que es una de las más celebradas, solicitadas y aplaudidas: un himno para la clase obrera, reivindicando la sencillez y desvelando las mentiras que se esconden tras los grandes discursos y los grandes nombres históricos, porque, como él y yo sabemos, es la clase obrera, a la que él y yo pertenecemos aunque nos desclasen, la que hace la historia. ¡Y punto!

«Quien pierde los orígenes pierde identidad» (Qui perd els origens perd identitat) fue el verso elegido para el capítulo en el que narro la infancia y la juventud de Guillermo Niño en su pobre y pequeño pueblo de Extremadura, siendo hijo de un duro y severo labrador que esconde un secreto oscuro y sangriento… Y el sentido es ese: que siendo de clase humilde eligió, al hacerse policía, pasarse al bando de los que oprimen, ejeciendo la labor ejecutiva de esa represión.

Knockin’ on Heaven’s Doors (letra y música de Bob Dylan)

Rompiendo la hegemonía, para este capítulo escogí a un cantautor, pero estadounidense. Y había una razón.

Esta canción, todo un himno pacifista, pertenece a la banda sonora de la película Pat Garret & Billy The Kid, de Sam Peckinpah (1973), aunque ese Billy el Niño romantizado, interpretado por Kris Kristofferson, dista mucho de parecerse a Guillermo Niño (Billy Kid) o a aquel policía al que se apodó así.

«Demasiado oscuro para ver» (Too dark to see) es un verso alusivo al dolor que causa ser el responsable de tanta muerte.

La meva estrella (letra y música de Francesc Pi de la Serra)

De nuevo el genial cantautor catalán. Es una canción incluida en su disco No és possible el que visc (1974), en donde narra un suceso preciso: la represión de una manifestación y cómo, al tratar de ayudar a un viejo en la huida, descubre que es un infiltrado que trata de detenerle.

En ese momento es cuando dice «Todo se ha vuelto de color gris» (Tot s’ha tornat de color gris), refiriéndose al color del uniforme de la policía armada y a su ingente número. Aunque el capítulo que lo nombra no trata exactamente de eso, sino que es en un sentido más literal: todo se vuelve oscuro para el exinspector Guillermo Niño cuando la querella toma finalmente la forma de juicio.

Las cárceles, de Miguel Hernández (musicalizado e interpretado por Elisa Serna)

Otro poema de Miguel Hernández, esta vez de su poemario de la guerra El hombre acecha, en el cual los estudiosos ven un cambio de enfoque: más preocupación por la humanidad que por el conflicto bélico y el hecho revolucionario en sí.

Es un poema en el que Hernández habla de la represión que se producía en la zona dominada por los fascistas, y una reflexión: que se puede tener a una persona encerrada, pero solo su cuerpo: su alma es libre e inquebrantable.

«No le atarás el alma» De entre otras versiones, escogí el fragmento del poema que canta Elisa Serna, la gran cantautora y gran represaliada por el régimen, en su disco Este tiempo ha de acabar (1974), que era una reedición depurada de su disco publicado en Francia el año anterior Quejido. Elisa comenzó su andadura, influida por Paco Ibáñez, musicalizando poemas, especialmente los de Miguel Hernández. Yo elegí este fragmento para un capítulo en el que se describen algunas de las torturas que Guillermo Niño propiciaba a sus víctimas, porque, en cierto momento oscuro, esta canción me dio fuerzas. Creo que a Elisa le hubiera gustado el libro: espero que en el Cielo tengan servicio de biblioteca.

Los dos gallos (letra y música de Chicho Sánchez Ferlosio)

Chicho, hijo de Rafael Sánchez Mazas y hermano de Rafael Sánchez Ferlosio, dentro de la canción de autor, era una persona tan discreta como fundamental, eligiendo la mayor parte de las veces pasar al segundo plano y componer para otros. Sin embargo, tiene el mérito de ser uno de los grandes precursores. A principios de los 60 «grababa para dos jóvenes suecos, Sköld Peter Matthis y Svengöran Dahl, un número de canciones que saldrán en EP bajo el título
genérico de Spanska Motståndssånger (Canciones de la resistencia española), que fueron editadas en 1963 en Suecia (se reeditarán en LP en el año 1974), con portada e ilustraciones de José Ortega, y bajo anonimato del autor e
intérprete (“Se silencia el nombre por razones de seguridad”, rezaba en sueco la contraportada del disco). Era un encargo de la revista Clarté para un número especial, que se enmarcaría además en una exposición de 1965 en Estocolmo llamada Spannien Annorlunda (España diferente), con obras de pintores suecos y del grupo Estampa Popular» [de mi tesis La creación de una cultura de la resistencia a través de la canción social]. Una de esas canciones era esta: una alegoría sobre la guerra civil en la que enfrentaba a un gallo negro contra otro rojo.

«Otro gallo cantaría» es una alusión a que la historia hubiera sido muy diferente. Por eso utilicé este verso para narrar la micronovela que supone este capítulo, en donde cuento la historia del abogado, primero defensor de los oprimidos y luego acusador del opresor, Alberto Flores Leal, sus encontronazos con Guillermo Niño y su inicio de la demanda que, finalmente, llevará a cabo su hija Cristina. Además, ilustra una frase que describe aquellos encontronazos y luchas de poder como una pelea de gallos. Es todo un homenaje a los abogados laboralistas de los 60 y 70 que se jugaron la piel por los trabajadores y los opositores, por desgracia, en alguna ocasión, literalmente.

Los rockeros van al infierno (letra y música de José Luis Campuzano y Carolina Cortés; intérpretes: Barón Rojo)

Pudiera parecer que, con la elección del himno de los heavies españoles, incluido en el disco Volumen brutal (1981), vuelvo a alejarme de los cantautores de España, pero no es del todo cierto. Los fundadores de Barón Rojo, los hermanos Armando y Carlos de Castro, venían de Coz, otro grupo de rock duro, pero que, además, guardaba buenas relaciones con los cantautores y había apoyo mutuo. Los De Castro abandonaron Coz porque, según versiones, la discográfica prefería las canciones de los otros miembros a las suyas, o bien por la deriva comercial que el grupo estaba tomando, y fundaron el Barón Rojo: el gran grupo de hard-rock de España, sin desmerecer al resto.

«Esa falsa humanidad de los que se dicen buenos»: la elección de esta línea fue algo casual. Tenía puesta la canción y de repente la escuché, y me dije que podría ser uno de los títulos. De hecho, es el título de uno de los capítulos más escabrosos de la novela, en donde relato las inquietudes e inclinaciones y perversiones sexuales de Guillermo Niño, además de su homofobia repugnantemente patente.

Parábola sobre el billar, de Carlos Álvarez (musicalización e interpretación de Luis Pastor)

Este poema es una alegoría sobre la palizas en las detenciones: una bola roja de sangre, tres hombres condenados a chocar… Podían ser dos policías, o, en caso de querer más contundencia, matones contratados. Sergio Rodríguez Tejada, en su Zonas de libertad (libro que me sirvió para documentarme), contaba el testimonio de detenidos que apuntaban a que la policía de Valencia solía recurrir a los servicios de un brutal albañil, apodado Pepe el Boxeador, para llevar a cabo estas labores.

«No puede haber otro juego tan cruel como el billar» es el título del capítulo en el que un poeta y artista narra cómo fue sometido al método de tortura conocido como «la rueda»: un corro de policías o matones (para el caso es lo mismo) se pasan de mano en mano al detenido propinándole golpes.

Pueblo blanco (letra y música de Joan Manuel Serrat)

Se incluye en su álbum Mediterráneo (1971) esta estremecedora canción sobre un pueblo, uno de tantos, que ya agonizaba y donde la tierra parecía amarrar a sus habitantes. Según el cantautor bilingüe, hijo de madre aragonesa, la canción le fue sugerida al contemplar las ruinas de Belchite, el pueblo que quedó destruido durante la guerra y reconstruido en otro lugar.

«Fuerte p’a ser su señor y tierno para el amor»: para el capítulo en el que a Marisa se le empieza a caer la venda de los ojos respecto a su marido, en el que comienza a reflexionar sobre el papel que ambos han tenido en el matrimonio y en lo que ella era para él, solo me interesaba esta línea de «una canción que le gustaba (el cantante, no tanto)».

Què volen aquesta gent (letra de Lluís Serrahima, música de Maria del Bonet; interpretación de Maria del Mar Bonet)

Un estándar ejemplar de canción protesta en España por la trovadora mallorquina. La canción cuenta, de forma épica, a la manera de los juglares medievales, un suceso: el suicidio de un joven estudiante antes de ser detenido por unos hombres. Naturalmente, tanto letrista como intérprete no cometerían el error de decir quiénes eran esos hombres y que el término suicidio era solo un eufemismo. Pero el público era muy inteligente y adivinaba lo que la canción callaba tanto como lo que dejaba entrever el redactor del periódico al tratar este tipo de noticias. Erróneamente suele atribuirse su inspiración al asesinato de Enrique Ruano, que fue posterior a la grabación de la canción; en realidad habla de otro estudiante, también madrileño, que murió en circunstancias similares: Rafael Guijarro Moreno. Sin embargo, la canción sirve a ambos indistintamente. Realizó una adaptación al castellano muy fiel Elisa Serna.

«La ley una hora señala» (la llei una hora assenyala) y «Murió de una llamada al romper el alba» (traducción libre de n’és mort d’un truc a trenc d’alba): dos frases de la canción para dos capítulos que giran en torno al mismo tema. En Billy («algo es algo») me inventé un personaje ficticio, un joven llamado Gabriel Aceituno Arrendajo, que tuvo una suerte parecida a la de Guijarro y Ruano. El recuerdo de su asesinato es, en gran parte, el leit motiv de la novela.

«Alguna trovadora escribiría un romance describiendo un hecho similar: podrían prohibírselo, pero el romance correría de boca en boca» (Billy («algo es algo»)).

Refranívocos, de Mario Benedetti

El genial poeta uruguayo elaboró un poema en el que truncaba la segunda parte de refranes y dichos populares, cambiándoles el sentido, o inventándose algunos. Inolvidable la mezcla de su recitado junto a «El diablo en el paraíso» de Violeta Parra, interpretada por Daniel Viglietti.

«… pero algo es algo»: No, no es espoiler, si conoces el poema en sí. Ese «algo es algo», que además tomé como subtítulo, viene a significar que, a pesar de las injusticias, de alguna manera la literatura, el arte en general, viene a brindar un cierto consuelo, por pequeño que sea. Como ya sostuvo Gramsci, a través de la literatura el humilde puede soñar con la venganza sobre el poderoso.

Smells like teen spirits (letra y música: Kurt Cobain, Dave Grohl, Krist Novoselic; intérpretes: Nirvana)

El himno de los grunges se publicó en el disco Nevermind (1991), y, alcanzó tal éxito, que el grupo llegó hasta a cogerle manía. No se les puede quitar la razón, cuando un sonido tan sucio como encantador, el santo y seña de los desarrapados despreciados por la sociedad biempensante, entró por la puerta de los éxitos discográficos hacia la aceptación social.

«Ya estamos aquí, diviértenos» (Here we are now, entertain us): aquí sí me alejé del todo de la hegemonía de títulos de canciones de cantautores españoles. La razón es más personal y su elección no fue fácil del todo. En este capítulo, a través de nuestros alter-egos, intervenimos mi pareja, Cristina Bermejo Rey, que también es escritora (buscad su Trece relatos de amor maldito), y yo, encarnados en unos periodistas autónomos especializados en asesinos en serie, a los que Guillermo Niño requiere para ser asesorado acerca de El Carcelero. Y la canción, sin más, sonaba durante nuestro primer beso en Bar Garaje (Travesía del Pilar 2, Getafe, Madrid).

Anti-social (letra y música de Bernie Bonvoisin y Norbert Krief; intérpretes: Los Suaves)

Esta versión del grupo gallego de la canción de la banda francesa Trust? (con el precedente de Anthrax) no pertenece a los títulos de los capítulos, porque no me percaté de su letra hasta después. Cuando la escuché, pensé que podría haber estado genial, pero ya era tarde, así que siempre procuro incluirla en las publicaciones a modo de epílogo.


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Rafael Alberti’s “Nocturno”; sung by Paco Ibáñez


Rafael Alberti reading his poems to the V Regiment (February, 1936)One of the best poems by Rafael Alberti, writen in the years of the Spanish civil war. For better understanding of the poem, we must know some things: The Spanish intellectuals (poets, writers, painters, philosophers, musicians, singers…) made a great labour during the Spanish Second Republic (1931-1939), as in its come as in its development. The most of the intellectuals had left-handed politicals positions (marxism, communism, anarquism, democrats…), like many other writers along the whole world: against imperialsm, capitalism, fascism, etc.; so they made a laudable work for educating a people traditionally illiterate, in a society mostly agrarian yet, in the cultural programs of the first Gobernment or by their own. Along these years, the Spanish intellectuals were very active in the socials affairs; between 1934-1936, when the Right won the elections, and then occured the Revolt of Asturias (1934), intellectuals denounced the fascists ways of this gobernment; at the same time, a little of them take part in the I Writers International Congress (Paris, 1935), in which writers from the whole world came to denounce fascism (Mussolini in Italy, Hitler in Germany, and also Greece, Portugal, Bulgary…) and reassert their compromise with the worker people. Spanish Delegation was presided by great writer Ramón María del Valle-Inclán, but being very sick, member of the Spanish Socialist Party, Julio álvarez del Vayo, took his place as president and made the speech. Also, the Spanish intellectuals, grouped in the Spanish section of the Asociación Internacional de Escritores para la Defensa de la Cultura (Writers in Defense of Culture International Association) or Alianza de Intelectuales Antifascistas (Antifascists Intellectuals Alliance), made and signed manifests for very causes: against the invasion of Ethiopia by Mussolini; against Hitler’s repression; against tortures and for the amnesty of the prissoners of the Revolt of Asturias; for the freedom of Antonio Espina (Spanish journalist arrested by an article against Hitler), Antonio Gramsci, Luis Carlos Prestes, Ernst Thälmann… And many acts in benefit of diverses causes… The most of them supported the candidature of the Spanish People Front –a coalition of the most of the left parties, leadered by president to be Manuel Azaña-, that won the ‘36 elections. Then, when militaries and fascists parties tried to realize a coup d’etat, that came into a civil war, the most of them kept their loyalty to the legitimate Gobernment of the Spanish Republic, and continued the intellectual labour; many of them wrote poems about the war, some of them were a denounce against unfair killing of Federico García Lorca. In 1937, take place in Spain the II Writers International Congress, also known as II Antifascists Intellectuals International Congress, in which writers from the whole world came to Valencia, Madrid and Barcelona to show their compromise with the Democratic Spain, In this year, Rafael Alberti wrote this beautiful poem: Alberti, as a member of the Spanish Comunist Party, was one of the intellectuals more active in this acts, but, as its said in the poem, he felt a little helpless as a poet and not soldier. "I've been singing for the people", Paco Ibáñez (www.triunfodigital.com)All the words they said and the acts they made couldn’t prevent war, nor the killing of Lorca and the bombardment over Guernica, Madrid and other towns and cities… Writers of the world was saying beautiful words, but they were useless words, and the only effective action was the combat. So, all that impotence is reflected in this poem that, many years later, was sung by the great songwriter Paco Ibáñez. Paco replaced the reiterative verse “Balas. Blas” by a play of guitar and bass: at the time of dictatorship, Rafael Alberti’s word were even most strongly in force when in the voice of Paco, Alberti’s words take a new meaning, when the Spanish intellectuals were deeply democratics and antifascists too.

Nocturno

Cuando tanto se sufre sin sueño y por la sangre
se escucha que transita solamente la rabia,
que en los tuétanos tiembla despabilado el odio
y en la médula arde continua la venganza,
las palabras entonces no sirven: son palabras.

Balas. Balas.

Manifiestos, artículos, comentarios, discursos,
humaredas perdidas, neblinas estampadas,
¡qué dolor de papeles que ha de barrer el viento,
qué tristeza de tinta que ha de borrar el agua!

Balas. Balas.

Ahora sufro lo pobre, lo mezquino, lo triste,
lo desgraciado y muerto que tiene una garganta
cuando desde el abismo de su idioma quisiera
gritar lo que no puede por imposible, y calla.

Balas. Balas.

Siento esta noche heridas de muerte las palabras.

Nocturne

When so much suffering without dream and by the blood/ it’s listening that only rage walks,/ that in the marrows hate shivers awake/ and in the medulla vengeance burns continuous,/ then words are not worth: they are words.// Bullets. Bullets.// Manifests, articles, comentaries, speechs,/ lost smoke, printing mists,/ what a sorrow of papers that should be windswept,/ what a sadness of ink that should be erased by water!// Bullets. Bullets.// Now I’m suffering the poor, the small minded, the sad,/ unfortunate and dead a throat has/ when from the abyss of its language it wanted/ to cry what it cannot as impossible, and keep quiet.// Bullets. Bullets.// I’m feeling tonight words as wounded of death.

Rafael Alberti

Paco Ibáñez at Olympia Theatre, Paris

Federico García Lorca (1898-1936)


Federico García Lorca: nuestro más grande poeta.Sobre el que probablemente sea el poeta español más grande de todos los tiempos ya se ha dicho casi todo, desde lo más exacto hasta lo más extravagante, pasando por las calumnias más atroces para exculpar a sus verdugos (Ruiz Alonso, Queipo de Llano, y el mismísimo Franco… Ya que aún el zar Nicolás II se cuidó muy mucho de ejecutar al escritor Maxim Gorki) y en parte hay una mezcla de vergüenza, pero también de orgullo por haber traspasado las barreras, de que sea un señor irlandés, Ian Gibson, su mayor conocedor (mientras, aquí se ha decidido eliminar casi todas las filologías, sin pararse a pensar que quizás, en un futuro, el mejor conocedor de Dostoievski o de Ljudmil Stojanov sea español). Sin embargo, la mayoría de la gente suele desconocer las opiniones de Lorca sobre los asuntos que le ocupaban. Como simpatizante –no sé si miembro- de la Alianza de Escritores por la Defensa de la Cultura, que arrancó desde París en 1935, firmó manifiestos y participó en acciones tales como peticiones de amnistía para los represaliados de Asturias, por la liberación del búlgaro Georgi Dimitrov, del italiano Antonio Gramsci, del alemán Ossietzky, etc. Hacia 1936 declaraba, ante la pregunta sobre “el arte por el arte”:

«… este concepto del arte por el arte es algo que resultaría cruel si, afortunadamente, no fuera cursi. Nigarcia_lorca_1ngún hombre de verdad cree en esa tontería del arte puro, del arte por el arte. En este dramático momento del mundo, el artista debe llorar y reír con su pueblo. Hay que dejar el ramo de lirios y meterse en el fango hasta la cintura para ayudar a los que buscan los lirios

(Dario Puccini, Romancero de la resistencia española (Península. Barcelona, 1982, p. 33)

Más aún, opinaba sobre la sociedad y los nacionalismos de índole fascistoide:

lorca11El mundo está detenido ante el hambre que asola a los pueblos. Mientras haya desequilibrio económico, el mundo no piensa, […] Natural, el día que el hambre desaparezca va a producirse en el mundo la explosión espiritual más grande que jamás conoció la Humanidad. Nunca jamás se podrán figurar los hombres la alegría que estallará el día de la Gran Revolución. (p. 1636)

Yo soy español integral,  y me sería imposible vivir fuera de mis límites geográficos; pero odio al que es español por ser español nada más. Yo soy hermano de todos y execro al hombre que se sacrifica por una idea nacionalista abstracta por el solo hecho de que ama a su patria con una venda en los ojos. El chino bueno está más cerca de mí que el español malo. Canto a España y la siento hasta la médula ; pero antes que esto soy hombre del mundo y hermano de todos. Desde luego, no creo en la frontera política. (p. 1939).

Acerca de la crisis del teatro, no tenía la menor duda de su causa:

«… el problema de la crisis del teatro estará resuelto cuando los del gallinero bajen al patio de butacas.»

(Víctor Fuentes, La marcha al pueblo en las letras españolas (prólogo de Manuel Tuñón de Lara. Eds. de la Torre. Madrid, 2006).

Estatua dedicada a Lorca en la Plaza Santa Ana, frente al teatro EspañolEl asesinato de Federico García Lorca conmociona a los escritores de todo el mundo, y no la entienden, principalmente porque Lorca no parecía casarse con ningún partido político, salvo con los pobres y los marginados. “Injurias contra la guerra civil”, la aparición de su nombre en varios escritos, manifiestos y peticiones, al lado de escritores y políticos, comunistas reconocidos, y su amistad y colaboración con el ministro socialista Fernando de los Ríos, impulsor y patrocinador de La Barraca, son “imperdonables” cargos que llevan a sus verdugos a afirmar “agente a sueldo de Moscú”… Ni siquiera el poeta falangista Luis Rosales y sus hermanos, amigos suyos de la infancia, que no se creen semejantes calumnias (principalmente porque Lorca no pertenecía al PCE), pueden hacer nada por él. Por estas razones, el maestro Antonio Machado declaraba el por qué de su asesinato y las consecuencias que tenía:

«Con Lorca –dice con honda emoción Machado- se ha cometido el crimen más estúpido y condenable. García Lorca vivía al margen de la política, pero dentro de la auténtica alma popular. Ésta es su falta, que ha pagado con la muerte. La evidente enemistad del fascismo con el espíritu ha determinado el fusilamiento de Lorca, no una enemistad política, que podría justificarlo más o menos»

(La guerra. Escritos 1936-1939. Colección, introducción y notas de Julio Rodríguez Puértolas y Gerardo Pérez Herrero (Emiliano Escolar editor, Madrid, 1983; p. 82).

Federico Garcia Lorca 11Para el genial autor de Campos de Castilla no cabía lugar a dudas: el asesinato de Lorca no respondía, estrictamente, a ninguna razón política, sino a que el fascismo es enemigo natural de la vida, de la cultura. Y debió de ser así, cuando durante años el nombre del poeta y dramaturgo granadino fue tabú en las escuelas y universidades de España, y su nombre no se podía pronunciar sin declararse uno enemigo del régimen: un régimen que no aprendería la lección y dejaría morir en la cárcel a Miguel Hernández.

Hacia 1976, tenía lugar en su pueblo, Fuentevaqueros (Granada), el primer acto de homenaje permitido, al que acudieron poetas y escritores de renombre:

Las fotos son del autor del vídeo, Antonio Lara Arco

Adenda

Federico García Lorca…

En Granada naciste,
en Granada sentiste,
en Granada resuena
en Granada tu eco,
como el cuco en primavera:
eco ancho y profundo
como un río de pena,
pena de amor y muerte,
pena de muerte entera.

A Granada tornaste,
en Granada apelaste,
en Granada te acecha,
en Granada, la muerte
como acero de Iberia,
treinta soles de ruina,
treinta lunas de guerra,
la muerte bramó segura,
la muerte firmó tu puerta.

En Granada arrancaba,
de Granada, en penumbra,
una noche de estrellas…
Muerte… ¡Fin!
¡Ay Granada!
Paseo de luna nueva,
al alba de un viejo olivo
*echo de ciño, yerta,*
con abrazo infinito, quieto de luna muerta.

Jarcha

(A la memoria de Federico García Lorca, 1984)

NOTA: he transcrito de oído la letra, que aún podría tener algún error. La línea marcada con asteriscos significa que no he podido identificar lo que se decía realmente.

El Poeta del Pueblo


(En primer lugar, agradecer a El Mundano, fabuloso blog dirigido por Adrian Vogel, y especialmente a Antonio Gómez, autor de la entrada de hoy, el haberme hecho recordar el aniversario de la muerte de d. Antonio Machado a través de esta fabulosa entrada que no podéis permitir dejar de leerla…)

Es más difícil estar a la altura de las circunstancias que au dessus de la melée.

Antonio Machado

Poema de emerxencia para Antonio Machado

Eiquí silencio,
ó norte Colliure
i unha morte que enxendra
corazóns prá libertade.
O milagre dun pobo
ente de amor,
o calor da tua cinza
que ente que nos ergue
contra perezosos tempos.
Na terra da charanga e dos pandeiros
Hai unha espranza que inda agarda
encher de futuro iste silencio.

Poema de emergencia para Antonio Machado

Aquí silencio,/ al norte Cotlliure/ y una muerte que engendra/ corazones para la libertad.// El milagro de un pueblo/ ente de amor,/ el calor de tu ceniza/ que ente que nos yergue/ contra perezosos tiempos.// En la tierra de la charanga y de los panderos/ hay una esperanza que todavía aguarda/ llenar de futuro este silencio.

letra: Casares
música: Xerardo Moscoso

En ocasiones, cuando leemos sobre las vidas y los hechos de grandes hombres podemos llegar a deprimirnos, incluso puede nacer en nosotros un cierto rechazo al comprobar que sus hechos morales no estuvieron a la altura de su arte. Precisamente con Antonio Machado pasa justo lo contrario: cuanto más lee uno sobre él, y lee sus obras, más le enamora su persona y su obra, porque don Antonio supo estar a la altura moral de las circunstancias de su tiempo, poniéndose al lado del necesitado, de la justicia y de la libertad, arrimando su hombro al pueblo, ese pueblo al que, prescindiendo del paternalismo propio de muchos intelectuales, Antonio supo cantar.

He andado muchos caminos
he abierto muchas veredas;
he navegado en cien maresAntonio Machado, poeta del sentimiento y defensor del pueblo (tomada de http://www.sbhac.net/)
y atracado en cien riberas.
En todas partes he visto
caravanas de tristeza,
soberbios y melancólicos
borrachos de sombra negra.
Y pedantones al paño
que miran, callan y piensan
que saben, porque no beben
el vino de las tabernas.
Mala gente que camina
y va apestando la tierra…
Y en todas partes he visto
gentes que danzan o juegan,
cuando pueden, y laboran
sus cuatro palmos de tierra.
Nunca, si llegan a un sitio
preguntan a donde llegan.
Cuando caminan, cabalgan
a lomos de mula vieja.
Y no conocen la prisa
ni aún en los días de fiesta.
Donde hay vino, beben vino,
donde no hay vino, agua fresca.
Son buenas gentes que viven,
laboran, pasan y sueñan,
y en un día como tantos,
descansan bajo la tierra.

Éstas palabras son todavía como eso dice que Casares, “o calor da tua cinza/ que ente que nos ergue/ contra perezosos tempos…”, para los que conocemos nuestras raíces y tomamos ejemplo de nuestros abuelos campesinos, cuya mentalidad, contra ese repugnante pensamiento clasista, tenía una clarividencia y sincera verdad que Machado envidiaba y ensalzaba. Siempre que tengo que enfrentarme a ellos recuerdo estas palabras, y recuerdo que Machado estuvo en espíritu junto a mis abuelos, y que va conmigo, y que es un tesoro nacional-popular, como dijo otro gran Antonio, Antonio Gramsci (que comparte ciertas líneas de pensamiento), que jamás nos podrán arrebatar por mucho que se empeñen.

Ese sentimiento fue el que hizo que Machado se alineara con la República desde su fundación, durante la noche oscura de la guerra civil, y en las frías noches del exilio. Ahora sí que dolía España, una España dividida y cercenada, por la que tanto había luchado don Antonio: vehemente, apasionado, enamorado de su tierra y de su pueblo, con el corazón roto, con su hermano Manuel en las antípodas de su pensamiento, y su amada Guiomar lejos, muy lejos.

La guerra estalla, y Antonio pone su fiera y enamorada pluma al servicio del pueblo y de la República: escribe poemas para los órganos de los sindicatos, de los partidos y de los combatientes; da conferencias; elabora postales en campaña para la ayuda de la infancia. De lo único que se lamenta en su activismo es de no ser más joven para poder coger un fusil. La aviación germano-italiana cerca Madrid: Machado denuncia que eran claros objetivos de sus bombas el Museo del Prado y otras instituciones culturales. El gobierno decide partir a Valencia, y ordena la evacuación de los intelectuales; Machado, testarudo como pocos, se niega: son Rafael Alberti y Manuel Altolaguirre los que consiguen convencerles. Durante la evacuación, traba amistad con uno de los capitanes del 5º Regimiento, Enrique Líster, del que diría en un poema-carta: “Si mi pluma valiera lo que tu pistola de capitán/ contento moriría”. Antonio era consciente que, a pesar del halo de respeto y santidad que tenía, intelectual reconocido internacionalmente, como cualquier otro intelectual republicano, su nombre estaba ya en las listas negras de los señoritos contra los que cantara: todos eran LORCA.

EL CRIMEN FUE EN GRANADA: A FEDERICO GARCÍA LORCA

1. El crimen

Se le vio, caminando entre fusiles,
por una calle larga,
salir al campo frío,
aún con estrellas de la madrugada.
Mataron a Federico
cuando la luz asomaba.
El pelotón de verdugos
no osó mirarle la cara.
Todos cerraron los ojos;
rezaron: ¡ni Dios te salva!
Muerto cayó Federico
—sangre en la frente y plomo en las entrañas—
… Que fue en Granada el crimen
sabed —¡pobre Granada!—, en su Granada.

2. El poeta y la muerte

Se le vio caminar solo con Ella,
sin miedo a su guadaña.
—Ya el sol en torre y torre, los martillos
en yunque— yunque y yunque de las fraguas.
Hablaba Federico,
requebrando a la muerte. Ella escuchaba.
«Porque ayer en mi verso, compañera,
sonaba el golpe de tus secas palmas,
y diste el hielo a mi cantar, y el filo
a mi tragedia de tu hoz de plata,
te cantaré la carne que no tienes,
los ojos que te faltan,
tus cabellos que el viento sacudía,
los rojos labios donde te besaban…
Hoy como ayer, gitana, muerte mía,
qué bien contigo a solas,
por estos aires de Granada, ¡mi Granada!»

3.

Se le vio caminar…
Labrad, amigos,
de piedra y sueño en el Alhambra,
un túmulo al poeta,
sobre una fuente donde llore el agua,
y eternamente diga:
el crimen fue en Granada, ¡en su Granada!

Antonio pasa los últimos días de la guerra en Valencia y Cataluña. Cada día se esfuma un poco más el hermoso sueño de libertad e igualdad de la República de los trabajadores. El fascismo ya está aullando a las puertas de Barcelona. Antonio sabe que es hora de partir hacia el exilio: sus compañeros de viaje son el escritor Corpus Bargas, su hermano José y su madre Ana Ruiz, que, aquejada ya de cierta demencia senil, pensaba que volvían a su casa de Sevilla.

Hace algún tiempo en ese lugar
donde hoy los bosques se visten de espinosÚltima foto tomada del viejo profesor Antonio Machado poco antes de su fallecimiento (tomada de http://www.sbhac.net/)
se oyó la voz de un poeta gritar:
"Caminante no hay camino,
se hace camino al andar…"

(Joan Manuel Serrat)

La comitiva, acompañada de soldados vencidos, malheridos, tullidos y furiosos llega a al hotel de un pequeño pueblecito francés, Colliure. Allí, durante una noche, Antonio, con el corazón roto fallecería. Fue esta muerte otro crimen silencioso del fascismo contra los intelectuales que de verdad valían de España, sustituyéndolos por los adalides del rencor, la violencia, la sinrazón, la superstición y la vergüenza: Lorca había sido fusilado, Hernández enfermaba en las sucias cárceles de Franco, Machado enterrado fuera de su amada patria, León Felipe, Alberti, Prados… fuera, en las oscuras noches del exilio, mientras recibía laureles y flores naturales de sangre José María Pemán, un poeta mediocre y bochornoso.

Murió el poeta lejos del hogar.
Le cubre el polvo de un país vecino.
Al alejarse, le vieron llorar.
"Caminante no hay camino,
se hace camino al andar…"

(Joan Manuel Serrat)

Entierro de Antonio Machado en Colliure al poco de su exilio. El ataúd va cubierto por la bandera republicana y es transportado por soldados republicanos Antonio fue enterrado en Colliure: la comitiva fúnebre estuvo compuesta por sus compañeros de viaje. Antes del entierro, como si se tratase del verdadero presidente de España, su cadáver fue cubierto por la bandera española, la de la República, con ese morado que simboliza a Castilla, tierra a la que tanto había cantado en el pasado. El ataúd, cubierto por la bandera, fue porteado por los soldados. Es, sencillamente, una muerte y un entierro totalmente machadiano: la sencillez de un pueblo, el honor al hombre que había dignificado a la República, el humilde homenaje político. Grandeza y humildad se fueron a unir en la muerte y el entierro del hombre que así lo había predicado.

Muerte de Antonio Machado

Con el polvo cansado
de tantas caminatas,
agotado, vencido,
don Antonio Machado,
envuelto en la bandera
de la patria,
entre cuatro soldados,
al borde del caminoam-muerto
con la madre, Ana Ruiz,
y con José, el hermano;
sin pluma y sin fusil,
desnudo como el viento,
bueno con el amigo,
frente al infame, honesto;
con el único abrigo
de la tierra en silencio.
¡Que no se detenga nadie!
¡que aquí no ha pasado nada!
Simplemente un ataúd de madera,
virgen blanca,
y dentro un español
que vino a morir a Francia.
¡Que no se detenga nadie!
¡Que aquí no ha pasado nada!
Simplemente una cruz de madera,
virgen blanca,
entre la carretera y el mar,
en la arena de la playa.
¡Que nadie pregunte nada!
¡que a nadie le importa nada!
¡Que nadie pregunte nada!
¡que a nadie le importa nada!

(letra: Antonio Resines
música: Antonio Gómez
Intérprete: Teresa Cano)

Dijo el inmortal poeta:

A la muerte de don Miguel de Unamuno hubiera dicho Juan de Mairena: "de todos los pensadores que hicieron de la muerte tema esencial de sus meditaciones, fue Unamuno el que menos habló de resignarse a ella. Tal fue la nota anti senequista, original y españolísima no obstante, de este incansable poeta de la angustia española. Porque fue Unamuno todo menos que un estoico, le negaron muchos el don filosófico que poseía en sumo grado (…) Señalemos hoy que Unamuno ha muerto repentinamente, como el que muere en guerra. ¿Contra quién? Quizá contra sí mismo; acaso también, aunque muchos no lo crean, contra los hombres que han vendido a España y traicionado a su pueblo. ¿Contra el pueblo mismo? No lo he creído nunca ni lo creeré jamás.

¿Un arte proletario? Para mí no hay problema. Todo arte verdadero será arte proletario. Quiero decir que todo artista trabaja siempre para la prole de Adán. Lo difícil sería crear un arte para señoritos, que no ha existido jamás.

Antonio Machado: Consejos, sentencias y donaires de Juan de Mairena y de su maestro Abel Martín ("Hora de España", nº 1; Valencia, 1937 (el subrayado es mío). Ver en http://www.filosofia.org/hem/193/hde/hde01007.htm)

Y todo el pueblo dice

¡AMÉN!

Inicios de la Canción de Autor: la Nova Cançó Catalana


Retomemos la historia donde la habíamos dejado: a principios de los 60, la canción de autor distaba mucho de ser un fenómeno de masas, entendida a la manera de los grandes cantantes rutilantes estrellas del pop o de la canción melódica(cosa que tampoco pretendió nunca).

Paco Ibáñez y Chicho Sánchez Ferlosio ya grababan discos, pero era difícil, cuando no imposible, escucharlos. Por su parte, Raimon ya cantaba también, y en 1964, a la vez que salía su 1er EP, aparecía en televisión cantando dos de sus canciones más emblemáticas: "Al vent" y "Diguem no". Aquello debió de ser un aldabonazo en la conciencia colectiva de los españolas, unos deslumbrados por el joven trovador de Xátiva, otros escandalizados por el espectáculo que estaba dando aquel rojo independentista: tal fue así, que Raimon no pudo volver a aparecer en televisión hasta casi los años 80. Y el caso es que estas dos canciones, especialmente la de "Al vent", no son excepcionalmente hirientes; pero en "Al vent", aunque en apariencia no diga "nada", se nota una fuerza y una rabia que los productores y directivos adeptos al régimen no podían consentir. Pero a Raimon no le hacía falta televisión para ser conocido: a mediados de los 60 él era ya todo un símbolo. Pero para entender esto, es preciso dar un poco marcha atrás…

La Nova Cançó Catalana

Si hubo alguna especie de movimiento o propuesta que pusiera en marcha todo el movimiento de cantautores españoles, ese fue, sin lugar a dudas, la Nova Cançó Catalana: el término "nueva canción" (en todos los lenguajes: nueva, nova cançó, nova canción o cantiga, kanta berria) viene a significar un movimiento musical en el que la canción se entiende como instrumento para una finalidad más o menos concreto, no para mero divertimento, distracción o deleite de los altos sentimientos; cada movimiento, incluso cada cantautor, lo entenderá de una manera u otra: denuncia cotidiana, protesta política, reflexión filosófica, reivindicación regional o nacionalista… Pero siempre con una enorme dimensión de profundidad del texto. Así pues, la Nova Cançó Catalana se configuró en torno a unas figuras concretas que entendían que la canción suya debía estar primero escrita en catalán, y, después, servir de instrumento para poner de manifiesto todas sus inquietudes, a la vez que cierta reivindicación, recuperación y dignificación de la lengua y la cultura catalana, así como de su literatura. Estos objetivos deslumbrarían a otros en Galicia y País Vasco que se concentrarían en colectivos iguales a Setze Jutges o Grup de Folk.
De todos los movimientos "cantautoriles" que ha habido, ha sido precisamente el de la Nova Cançó el más criticado y atacado, y no necesariamente desde la derecha o la extrema-derecha, sino incluso desde la izquierda y hasta dentro de la Nova Cançó, como veremos en seguida: las acusaciones más repetidas eran, a Setze Jutges, un supuesto carácter burgués (que ahora veremos), y a algunos miembros de Grup de Folk y de la posterior música Laietana, la acusación de no comprometerse (políticamente), además de la consabida acusación de ser nacionalistas: una verdad a medias, incluso a veces una mentira, pues las letras de temática regionalista o nacionalista, comparadas con la producción vasca, gallega, andaluza y canaria, son estadísticamente menores en el caso catalán. ¿Por qué? Quizás consideraran que ya el uso del catalán era suficiente para manifestar sus ideas al respecto.
Sobre el carácter burgués: tras el 39, de alguna manera, la burguesía catalana (no toda) consigue sobrevivir con cierta tolerancia por parte del régimen. Apunto en primer lugar lo de la burguesía catalana porque hay quien lo considera determinante en el nacimiento y desarrollo de la Nova Cançó ¿Fue eso verdad? Pues ni tanto ni tan calvo. Es cierto que algunos sectores de la burguesía apoyaron el desarrollo de la Nova Cançó con inversiones en la discográfica EDIGSA, pero al mismo tiempo, esa ayuda no fue distribuida por partes iguales. Por ejemplo, Raimon niega en una entrevista concedida a Triunfo que haya recibido esa ayuda. Por supuesto, el argumento de la financiación "burguesa" (y hay que decir que dentro de la burguesía catalana había de todo: desde viejos republicanos de Izquierda Republicana, pasando por los conservadores descendientes de los antiguos rabassaires -nacionalistas, pero anti-marxistas-, hasta independentistas) fue utilizado por la prensa hostil al fenómeno para desacreditarles como cantantes populares, es decir, en cuanto tenían la intención de dirigirse al pueblo: está claro que esta acusación dolía mucho más que la de comunista, nacionalista, anarquista o independentista, especialmente cuando muchos de sus miembros pertenecían a cierta burguesía (Llach era hijo de un médico republicano) o practicaban algún tipo de profesión liberal, como muchos de los miembros fundadores de Setze Jutges.
Sin embargo, aunque fuera efectiva esa gran ayuda económica por parte de elementos burgueses, esto no explica suficiente ni necesariamente el gran éxito a nivel nacional que la mayoría de sus componentes tuvieron, incluso internacionalmente. Si acaso, la única ayuda creíble y visible fue la creación del sello EDIGSA para distribuir la labor de este fenómeno.
Pero, ¿por qué es precisamente Cataluña, más precisamente Barcelona, en donde se da el pistoletazo de salida a la canción de autor española como fenómeno popular? Quizás la respuesta sea la misma que para explicar el arraigue de otros fenómenos musicales en distintos países, incluso ciudades: el carácter de Barcelona como ciudad universal. Desde siempre Barcelona ha sido uno de los punto turísticos más solicitados, quizás porque, incluso después del 39, Barcelona ha gozado siempre de cierta libertad creativa y de una vida cultural muy plena, mucho más que Madrid: por ejemplo, desde muy temprano se empieza a desarrollar cierto movimiento underground que el régimen dejó en paz porque era demasiado minoritario y subterráneo (underground) para suponer una seria amenaza contra su moral. Geográficamente influyó en su carácter el hecho de ser ciudad marítima y su proximidad con Francia: de esta manera era más fácil la importación (legal o clandestina) de discos de los cantautores franceses; en esto, el puerto de Barcelona actuó de la misma manera que el de Liverpool para los Beatles: los marineros traían discos y música hasta ahora desconocida.

Dado que Paco Ibáñez empieza trabajando en el extranjero y Chicho Sánchez Ferlosio graba anónimamente en Suecia, nos quedan Raimon y los Setze Jutges dentro de nuestras fronteras para proclamar ser la primera manifestación de Nueva Canción o canción de autor hecha dentro del país. Y aún más, mucho antes de que Paco y Chicho comenzaran a cantar, ya una antigua enfermera catalana del POUM exiliada en Francia había comenzado a hacer algo, imbuida en el ambiente bohemio parisino en un primer momento, que más tarde será reconocido como Nova Cançó catalana: Teresa Rebull comienza a hacer canción de autor en catalán entre los años 40 y 50 y en adelante. Ignoro si llegó a influir de alguna manera en los pioneros de la canción de autor catalana, pero su precursión de la Nova Cançó es totalmente indiscutible.

Els Steze Jutges, el Grup de Folk y otros


Raimon, cantante cívico ("La crisis de la Nova Cançó", Luis Carandell: www.triunfodigital.com) Raimon era un chaval valenciano, jativés (xatives) al que un día, de viaje en motocicleta, se le vinieron a la cabeza estas palabras "Al vent, la cara al vent, les mans al vent…". Como él mismo decía, en aquel año de 1959, con 18 añitos, compuso "con toda la ingenuidad de la juventud, pero con unas ansias tremendas de cambiar el mundo" (presentación de la canción durante el Recital de Madrid en 1976) una canción sencillísima, facilísima,pero que tendría una trascendencia impresionante. Raimon Peleguero Sanchís era hijo de un anarco-sindicalista que se preocupó de desmentir todo aquello que a su hijo le contaban en la escuela. Se trasladó a Barcelona para estudiar la licenciatura de Historia y pronto le empieza a influenciar el pensamiento italiano inspirado en Antonio Gramsci, así como, musicalmente, la canción de autor italiana (que influyó sobre los cantautores catalanes bastante, aunque a niveles menos notorios que la canción francesa), aunque previamente había pasado por la experiencia rockera con Los Diablos Rojos (de hecho, muchos insisten en que "Al vent" parece más una canción de rock que de autor). Comienza a grabar sus primeros sencillos en EDIGSA, la casa discográfica fundada explícitamente para los cantantes en catalán. Raimon es el primer cantautor catalán conocido y popular fuera de Cataluña o de los Països Catalans, y durante la década de los 60 se dedica a dar recitales a lo largo de casi toda la geografía española: Bilbao, Santiago, Madrid… En 1964 aparece en TVE, cantando dos de sus primeras canciones y, desde siempre, más emblemáticas: "Al vent" y "Diguem no". Esta actuación provoca un enorme revuelo, y, como resultado, es vetado en TVE hasta 1980. No sería su único "escándalo": el recital en 1968 en la facultad de Ciencias Políticas de Madrid, que sí había sido permitido tanto por el rector como por la gobernación civil, acaba mal: debido a ciertos "desórdenes" por parte de los estudiantes, la policía se cree que debe intervenir. El recital (del que se conservan muy pocas imágenes) acaba en desbandada y conInstantánea de Raimon durante el recital de la Facultad de Ciencias Económicas tomada por Juan Santiso Raimon escoltado por los estudiantes. Resultado: a Raimon se le prohíbe actuar en Madrid hasta 1976. Todos estos hechos ayudaron a engrandecer la figura de Raimon: para las autoridades, un artista subversivo y peligroso, al que permitían hasta cierto punto por mantener una imagen de cara al exterior (Raimon ya era famoso fuera de España); para la juventud contestataria, catalano-hablante y no, un símbolo de rebeldía; y para muchos cantautores noveles, un obligado referente: deslumbrados por sus actuaciones, a lo largo de toda España, aprecerán nuevos cantores como los que se juntaron en Voces Ceibes, Canción del Pueblo o Ez Dok Amairu.

Audiència_Pública__trabajo_colectivo_en_directo_de_algunos_miembros_de_Els_Setze Al tiempo que Raimon comenzaba sus andanzas en Barcelona (a dónde se había trasladado a estudiar), comenzaba en Cataluña un bonito proyecto enmarcado en la reivindicación y recuperación del catalán y de la cultura catalana en general a través de la música, cuando Delfí Abella (médico), Josep María Espinàs (novelista y abogado), Remei Marguerit (profesora de música), Miquel Porter (librero y crítico de cine) y otros, dentro de la bohemia estudiantil contestataria catalana de principios de los 60, en marcha Els Setze Jutges. El nombre del colectivo hace referencia a un trabalenguas catalán cuya elección, seguramente, podría esconder una doble intención:

Setze jutges d’un jutjat/ mengen fetge d’un penjat; si el jutjat es despengés es menjaria els setze fetges dels setze jutges que l’han jutjat.

(Dieciséis jueces de un juzgado comen hígado de un ahorcado; si el ahorcado se descolgara, se comería los dieciséis hígados de los dieciséis jueces que le juzgaron). Lluís Llach ("Cánticos de la Transición", Álvaro Feito: www.triunfodigital.com)

Fue casualidad (no se pretendió) que los jóvenes que reclutaron para el colectivo más ellos  sumaran justamente 16. Entre ellos se contaban los que luego serían los brillantes Joan Manuel Serrat, Quico Pi de la Serra, María del Mar Bonet, Guillermina Motta… y el nº 16, para algunos el mejor de todos: Lluís Llach (Raimon no perteneció oficialmente a los jueces, si bien colaboró con ellos). Venían de Cataluña, Valencia e Islas Baleares, unidos por la lengua catalana y su poesía. Las premisas del grupo son claras: defender y difundir la lengua catalana, así como su poesía, y rechazar el folklore tan utilizado (castigado) por el franquismo; para ello utilizan el estilo que entonces hacía furor entre los intelectuales Francesc "Quico" Pi de la Serra (www.triunfodigital.com)(término que uso sin intención peyorativa): la canción francesa de Georges Brassens, Jacques Brel, Leo Ferre, etc. De hecho, Espinàs es uno de los  primeros en cantar temas de Brassens. Tal vez fuera que se quedaron anticuados, o tMaría del Mar Bonet ("Cánticos de la Transición", Álvaro Feito: www.triunfodigital.com)al vez que sus preceptos eran muy estrictos, pero la verdad es que cuando cada uno de los Jutges empezó a evolucionar y a encontrarse a sí mismo musicalmente, el colectivo se disolvió. Había cierto abismo conceptual estético entre los más viejos y  los más jóvenes: los fundadores eran partidarios de la austeridad a ultranza, mientras que los más jóvenes, que, como dice Pi de la Serra, preferían  estar en el bar que ensayando, querían evolucionar hacia otro tipo de música, sin que ello resultara una renuncia al estilo francés: quizás por esta razón, Mª del Mar, más próxima a los cantos tradicionales baleares que a la tonada afrancesada, se pasara al grupo "rival", el Grup de Folk, y Quico Pi de la Serra acabara colaborando con ellos.

Joan Manuel Serrat en el teatro Tívoli, Barcelona 1972 http://www.sinera.org/tot-art/soliart/index.htm En lo tocante a la lengua también hubo mucha polémica: se recuerda la agria polémica que surgió cuando Serrat, rompiendo un poco los preceptos de los Jutges que le vieron nacer, comienza a cantar en castellano también, y a musicar poemas de Antonio Machado. Muchos ven esto como una traición, le acusan de oportunista, de querer ser comercial; Serrat se defiende con los mismos argumentos a día de hoy: "Canto en la lengua en la que me intentan reprimir", que también usará cuando se niegue a ir a Eurovisión, alegando querer cantar en catalán; quizás fuera una demostración de que él no había traicionado su lengua catalana. A raíz de este cambio de lenguaje, se forma eGuillermina Motta ("La crisis de la Nova Cançó", Luis Carandell: www.triunfodigital.com)n la Nova Cançó como dos frentes: los catalanistas y los bilingüsitas; los "catalanistas" (Raimon, Pi de la Serra) critican este cambio, porque, precisamente, se había comenzado a cantar en catalán como reivindicación de la lengua y la cultura catalana, y consideran que este cambio no responde sino a motivos económicos: Serrat ya había logrado un buen éxito cantando sólo en  catalán, así que cantando en castellano duplicaría las ventas. Del lado de Serrat estaban los "bilingüsitas": Guillermina Motta, Enric Barbat, y otros, que defendían la libertad de expresarse en el idioma que ellos eligieran. Quién tenía razón y quién no, entonces era difícil saberlo, ya que ambas razones eran buenas. No hay más que ver que con el tiempo, con la llegada de la democracia y de una normalización y dignificación de las lenguas cooficiales, estas tensiones (que en gran medida eran producto del furor juvenil) se relajaron, y nadie critica a ninguno ya por cantar en catalán o en castellano.

Grup de Folk Un poco después del acto fundacional de Setze Jutges se creo en Cataluña otra propuesta musical-cultural catalana opuesta a esta otra: El Grup de Folk compartía el amor a la lengua, pero no los preceptos culturales ni musicales de sus paisanos. Respecto al lenguaje, el Grup de Folk era mucho menos estricto en sus preceptos, y no rehúsan cantar en castellano versiones de canciones latinoamericanas o canciones tradicionales castellanas. Musicalmente estaban más predispuestos al folk norteamericano, con las enormes figuras de los años 50 como Mavina Reynolds y Pete Seeger, y con las nuevas: Dylan, Joan Baez…, además, aceptaban y usaban libremente (todo lo libre que se pudiera) el folklore catalán, valenciano y balear. Culturalmente no están dispuestos a rescatar figuras decimonónicas o de antes de la guerra, rendidos ante el encanto de nuevas poesías extranjeras como era la poesía beat, con un genial Allen Ginsberg al frente. Pau Riba,Pau Riba ("Cánticos de la Transición", Álvaro Feito: www.triunfodigital.com) quien, con razón, es apodado "l’enfant terrible de la Nova Cançó", actúa un poco como ideólogo del grupo, llega a tener declaraciones sobre los Jutges, para mi gusto, exageradas y fuera de lugar: no pienso que la contraposición cultural les separara, no cuando más adelante colaboraban todos juntos. Para Pau, los Jutges eran la expresión musical de la burguesía catalana, en cuanto querían recuperar escritores y poetas decimonónicos (curiosas declaraciones viniendo del nieto del excelso poeta catalán Carles Riba); su propuesta, frente a la burguesía literaria y la musical, representada por el gusto afrancesado, era, por un lado, el folk norteamericano extrapolado a Cataluña, y, por otro, las nuevas figuras musicales del movimiento hippy, del que Pau llega a pensar que fuera la respuesta contra la repersión franquista.

Sin embargo, desde mi punto de vista, las palabras de Riba son, hasta cierto punto, exageradas: si bien había cierto choque ideológico, la relación entre ambas tendencias no fue siempre necesariamente de rivalidad encarnizada: también hubo colaboraciones, más aún tras la ruptura de ambos grupos. En cualquier caso, es verdad que El Grup de Folk trajo cierto remozamiento a la Nova Cançó, lejos de parecer grises intelectuales marxistas como venía siendo la moda y que, de algún modo, los Festival del Parc de la Ciutadella. Maig del 67. En Xesco, a la dreta, Jaume Arnella al centre Jutges representaban (no digo que lo fueran). Entre los integrantes del Grup estaban Pau Riba, Jaume Sisa, Marina Rossell, Jordi Roure, Xesco Boix, Albert Batiste, los hermanos Casajona, y un largo etcétera. Junto a ellos colaboró el inmortal Ovidi Montllor, y también María del Mar Bonet y Pi de la Serra. Además, el Grup de Folk fue el precursor de un cierto movimiento hippie catalán, amante de los sonidos narcotizantes del rock progresivo, que alcanzaría su esplendor en la llamada Música Laietana. Estos folkloristas, quizás siguiendo el ejemplo musical de Dylan, derivarían a músicas más imaginativas: la psicodelia y el rock progresivo. A principios de los 70, Sisa, Batiste y Riba, junto a un ex-componente de los madrileños Canción del Pueblo, que vino a Barcelona buscando el ambientillo hippie, José Manuel Brabo, más conocido como "el Cachas" (por cierto, el primer cantautor que no usa la palabra) graban un sencillo conjunto titulado Miniaturas, que es una muestra de buen hacer psicodélico. Más adelante, Cachas, Sisa y Batiste, junto a Selene, formarían el grupo de rock progresivo Música Dispersa, que sólo registró un LP con el mismo título que el grupo.

Pau Riba: Elèctroccid àccid alquimístic xoc El Grup de Folk fue, en muchos aspectos, el germen de cierto movimiento musical hippie en los Països Catalans. Ya a finales de los 60, dentro de ellos, se habían creado grupos al estilo de los grupos de folk y folk-rock estadounidenses como Mamas & Papas o Peter, Paul & Mary: grupos como Esquirols o Falsterbo 3, que comenzaron versionando las canciones que habían oído a los folkies estadounidenses. Pero, mientras que algunos de sus miembros, como Xesco Boix -empedernido admirador de Pete Seeger- o Marina Rossell -romántica pero ardiente voz mediterránea-, se mantenían fieles a las formas musicales iniciales del colectivo, Pau Riba, Jaume Sisa, Albert Batiste y otros, que habían comenzado como cantautores folk, al estilo estadounidense, derivarían en una especie nueva de cantautores, diferentes hasta cierto punto de otros: en ellos, más que la letra, primaba más la creación musical. Sus nuevos referentes eran el Bob Dylan eléctrico, Jimi Hendrix, Beatles, los grandes grupos de rock progresivo (Pink Floyd, King Krimson), mientras que la letra pierde su efecto reivindicativo: se renuncia a hacer canción protesta y política, optando por otra variedad Jaume Sisa: Qualsevol nit pot sortir el sol de temas, que van desde lo más filosófico del "Es fa llarg esperar" de Riba a lo más naïve del "Qualsevol nit pot sortir el sol" de Sisa. Estos cantautores son los precursores de la llamada Música Laietana, un fenómeno en el que brillaban los grupos de rock progresivos catalanes como Iceberg, Máquina!, Companya Elèctrica Dharma, Ia & Batiste, etc., y rumberos rumbosos como el inolvidable Gato Pérez, cronista de la Barcelona de la transición. Muchos de ellos se dieron cita en aquel macro festival, a imitación del famoso Woodstock: Canet Rock, compartiendo cartel con Mª del Mar Bonet (a pesar de que el elemento reivindicativo político había desaparecido)Ramón Muntaner ("Cánticos de la Transición", Álvaro Feito: www.triunfodigital.com), Lole y Manuel -los gitanos hippies- y Gualberto y su flamenco psicodélico.

A mediados de los 70, a pesar de la total o parcial disolución de los dos antiguos grupos principales de la Nova Cançó, llegan nuevos talentos tales como el genial Ramón Muntaner, el melódico Joan Isaac, el romanticismo progresivo de Joan Baptista Humet, el folk-rock duro de Coses… Y muchos más, demostrando que la canción de autor catalana todavía podía ofrecer nuevas sorpresas, especialmente durante aquellos duros años de cambio político, que es cuando más se les necesitó tal vez.

No cabe a día de hoy (sería absurdo) decantarse ferozmente por una de las dos tendencias, cuando los mismos miembros, al disolverse los colectivos, se acercaron generalmente. Els Setze Jutges aportó la recuperación de las letras catalanas y la entrada en España de la Chanson, mientras que El Grup de Folk importó la canción protesta norteamericana, la música contemporánea y la recuperación del folklore. Sin duda alguna, los catalanes fueron los iniciadores del estilo, especialmente su cabeza más visible: Raimon, sin olvidar a “l’avià –la abuela- de la Nova Cançó”, Teresa Rebull.

Historia de la canción de autor: la palabra en su tiempo


Después de haber visto la toma de conciencia que se produce en la canción de autor española desde mediados de los años 60 hasta principios de los 80, configurándose en un peculiar y hermoso proyecto estéitco-político, podrá comprenderse mejor cómo el cantor se convierte también en juglar de la denuncia concreta de su tiempo.
Cantar y escribir en abstracto sobre la represión, la emigración, la explotación, las desigualdades sociales, es relativamente «fácil» (entiéndase como bien relativamente) en aquellos tiempos; pero denunciar un hecho concreto, especialmente cuando se tratan de los abusos del poder, es algo más complicado que requiere mucha imaginación y saber hacer por parte del cantante y del poeta, especialmente cuando de lo que se trata es de que una gente entienda lo que se está cantando y otra gente no pueda adivinarlo (aunque sí -es irremediable- intuirlo).
Si, como decíamos, el poema de Gabriel Celaya, «La poesía es un arma de futuro», constituye en muchos sentidos una especie de manifiesto fundacional de lo que también debe ser la canción, entonces el cantor tiene la obligación moral de denunciar todo aquello que ocurre, ya sea en abstracto ya fuera en concreto, cuando se podía.
Algunos ejemplos prácticos:
El 17 de Enero de 1969, la policía irrumpía en una casa con la intención de detener al estudiante activista Enrique Ruano. Según la versión ofrecida a la prensa, en el momento de su detención Enrique decide arrojarse quitándose así la vida. Todo el mundo pensaba, a día de hoy lo piensa, que el muchacho no se suicidó, sino que fue arrojado por la siniestra y despreciable Brigada político-social de la policía franquista al vacío (hay que recordar que, aunque en la policía hubiera gente de diversas condiciones, muchos chicos del campo sin estudios que ahí encontraban un trabajo seguro, en dicha brigada iba gente con ideas demasiado convencidas: que santitos no eran, vamos). María del Mar Bonet, aunque es probable que no parece que se inspirara en ese suceso en particular, narró cantando, con letra de Lluís Serrahima, el trágico suceso. Para que la canción pudiera grabarse, Mª del Mar, con la plena confianza en su público que un artista debe tener, dice que el chico se arroja por la ventana, pero eso no es lo que ella pensaba. Aquí la tienes interpretando el tema junto a Quilapayún:
http://www.youtube.com/watch?v=hfm9Lt_Au5I
María del Mar tuvo muchos problemas para cantar esta canción, aunque no diga en ningún momento que los hombres que llegan son policías, pero la cosa estaba demasiado clara. Elisa Serna la grabó en castellano en París, en su disco Quejido.
 

Salvador Puig Antich, anarquista catalán miembro del MIL (Movimiento Ibérico de Liberación), que había perpetrado un atraco contra una oficina de La Caixa, fue detenido. Durante su detención, hubo un tiroteo en el que resultó muerto el agente de la Brigada político social Francisco Anguas Barragán, mientras que Puig Antich queda malherido. Con pruebas muy débiles, Salvador fue juzgado por un tribunal militar y condenado a muerte por garrote vil el 2 de Marzo de 1974 a pesar de las manifestaciones por su indulto a travér de todo el mundo, y de peticiones de perdón desde el Vaticano y otros estados. Pero los franquistas clamaban venganza por la muerte de Carrero Blanco, y no les importaba quién había de pagarlo. Lluís Llach le dedicó «I si canto trist», una canción que, sin embargo, parece hablar de todos, pero que seguramente cuando la sacó muchos adivinaron a quién realmente iba dirigida. Aún así, comparando la versión original del disco de mismo nombre con versiones en directo posteriores (en democracia) se nota que Lluís se vio forzado a cambiar la letra o a mostrar una que no era la que a él más les gustaría:

http://www.goear.com/files/localplayer.swf
Aquí le tienes, varios años después, interpretándola en directo, en la Gala de Amnistía Internacional, sin tantos problemas, a pesar de que el asesinato de Salvador todavía está impune, y su proceso sin revisar, gracias a la obstaculización por parte de cierta gente que hoy se dice ser amantes de la libertad (de mercado):
 

 

No menos importante fue el homenaje de Joan Isaac, sólo que él decidió hacer un homenaje doble, o incluso indirecto, al cantar a Margalida, novia de Salvador:
http://www.youtube.com/watch?v=Ptp0atzzn84
«A Margalida», incluida en su genial álbum Viure, es un buen ejemplo de aquellas canciones que utilizando el viejo tema lírico del amor, se convierte en un canto de solidaridad y de lucha, pero, por otro lado, también es una especie de denuncia indirecta.

Muchos fueron los abusos del régimen por aquellos años, a mediados de los 70, unos años en los que la represión franquista era especialemente virulenta. Otro ejemplo que podemos citar es a Imanol, que en su disco de 1976 rendía en la canción «Caminito de Erandio» homenaje a unos ecologistas muertos cuando realizaban una protesta por la degradación medio-ambiental de la que Erandio estaba siendo víctima; fue incluida en el disco de 1976 Herriak ez du barkatuko, en donde aparecía también la canción que da título en castellano al disco, «El pueblo no olvidará» (olvidará=perdonará), en la que hace un repaso a todos aquellos lugares en donde los perros del franquismo habían cometido tropelías contra la población civil, la mayoría de las veces sin motivo alguno. Del mismo disco es «Oskorria-Burgos 1970» (La aurora-Burgos 1970), un poema de Gabriel Aresti sobre el proceso de Burgos que más adelante también grabaría Oskorri con el título «Oskorri». Sobre el mismo suceso cantó Urko su «Irabazi dugu» (vencimos).

3 de Marzo de 1976, Vitoria-Gasteiz: la represión por parte de la policía contra una huelga obrera provocó cinco muertos por bala, a pesar de que los obreros se habían refugiado en una iglesia (http://www.loquesomos.org/lacalle/memoria/vitoria.htm). El suceso repercutió para mal en la imagen que el ministro del interior de entonces, d. Manuel Fraga Iribarne, como político reformista, especialmente después de que declarara «que esto sirva de ejemplo para aquellos que quieran perturbar el orden». Lluís Llach empleó entonces toda su rabia e indignación para denunciar tal injusticia, y emulando el requiem de Mozart compuso una de sus mejores obras: «Campanades a morts» 

 

Y aún hoy, esta herida tampoco está cerrada. ¿Adivinan quién se opone?

Pero tal vez ningún otro suceso hizo correr tantos ríos de tinta como de sangre como los últimos fusilados el 27 de Septiembre de 1975, la última ejecución firmada por Franco. De nuevo basándose en pruebas arbitrarias y débiles, un tribunal militar condenaba a muerte a José Luis Sánchez Bravo, Xosé Humberto Baena Alonso, Ramón García Sanz (Frente Armado Revolucionario Patriótico-FRAP), Ángel Otaegi y Jon Paredes Manot «Txiki» (Euskadi ta Askatasuna-ETA). Muchos fueron los que pidieron su amnistía, incluido el papa Pablo VI (cuentan que incluso con severa amenaza de excomunión para Franco), pero no sirvió de nada. Los cinco jóvenes, seguramente inocentes al 100% de los cargos que se les imputaban, fueron fusilados. Aquel suceso, independientemente de las ideas políticas de cada uno, inspiró a muchos cantantes: el disco Manifiesto de Pedro Faura está íntegramente dedicado a los chicos del FRAP, mientras que «Gure lagunei» (a nuestros amigos) de Urko, con letra de Telesforo Monzón, está dedicado a Txiki y a Otaegi. «El Pueblo no olvidará» de Imanol también denuncia este hecho, junto a otros hechos producidos por entonces. «27 de Septiembre» de José Pérez, «27 de Septiembre de 1975» de José Barba (ambos cantautores residentes entonces en el extranjero), «Muerto a muerto» de José Menese, «Xurgatu egin zituzten» de Koska y, por supuesto, «Al alba» de Luis Eduardo Aute:

 

Cuenta el propio Aute que esta canción la grabó en un tiempo récord. Iba a ser cantada por Rosa León al principio. Aute, queriendo que la canción saliera cuanto antes, no le dijo a nadie de qué trataba, ni siquiera a Rosa: «Oye, esto parece que habla de…», «No… Me ha salido así…». Sigo pensando que Luis Eduardo a Rosa no se la dio con queso, pero se calló. La canción apareció en el LP de Rosa León con el mismo nombre, Aute la grabaría al año siguiente en su LP Albanta.
He aquí de nuevo un ejemplo de cómo el tema más antiguo en la lírica, o uno de los más antiguos, puede convertirse en un eficaz arma de protesta, en este caso contra la pena de muerte. Para mí, «Al alba» ha quedado a la altura simbólica de poemas inmortales sobre el tema u otros parecidos, como las cartas de Antonio Gramsci, o los poemas de Miguel Hernández.

Pero tampoco tenían por qué ser sucesos trágicos: hace algunos días veíamos como Pantxo eta Peio cantaban en su «Aita kartzelan duzu» una fuga de presos (no es seguro que fuera la de Segovia) con alegres resultados.

Hubo miles de sucesos parecidos, miles de sucesos que mercerían una canción: el atentado contra los abogados de Atocha, por ejemplo, el asesinato por parte de los policías o de los ultras de estudiantes y sindicalistas… Pero no siempre es tan fácil -algo que he comprobado este año con este proyecto-: no siempre es fácil catalizar el dolor y la indignación por una injusticia, y a veces, antes de frivolizar, es mejor callarse. Sin embargo, a veces, la rabia es tan fuerte que se convierte en canción, en verso, en melodía: es lo más viejo del mundo casi.

 

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