25
Ene
Posted by Gustavo Sierra Fernández in Canción de autor, Flamenco, Folk, Historia de la canción de autor, Música. Tagged: 1er Festival de la Canción Protesta, Adolfo Celdrán, Almas Humildes, Amancio Prada, Andalán, Antonio Curiel, Antonio Gómez, Antonio Mata, Antton Valverde, Argia, Aseari, Aute, Benedicto, Benito Lertxundi, Benito Moreno, Bibiano, Boira, Canción del Pueblo, Canciú Mozu Astur, Carlos Cano, Carmina Álvarez, Celso Emilio Ferreiro, copla, Desde Santurce a Bilbao Blues Band, EDIGSA, EDIGSA-Xistral, El Cachas, Elisa Serna, Emilio Cao, Eneko Labeguerie, Enrique Morente, Errobi, Euskadi, Euskal Kanta Berria, Euskalherria, Ez Dok Amairu, folk canario, folk castellano, folk gallego, folk vasco, folklore vasco, Fuxan os Ventos, Gerónimo Granda, Guillermo Rojo, Hadit, hermanos Artze, Hilario Camacho, Imanol, Ismael, Jesús Munárriz, Joaquín Díaz, Jorge de Oteiza, José Afonso, Juan de Loxa, Julia León, Kako Senante, La Bullonera, La Fanega, La Trágala, Labordeta, Las Madres del Cordero, Lluís Llach, Lourdes Iriondo, Luis Emilio Batallán, Luis Leal, Luis Pastor, Lupe, Maite Idirin, Manifiesto Canción del Sur, Manolo Díaz, Manuel Gerena, Manuel María Fernández, Manuel Toharia, María Manoela, Massiel, Miguel Hernández, Mikel Laboa, Miro Casabella, Mixel Labeguerie, Moncho Alpuente, Nova Cançó, Nova Canción, Nuberu, Nueva Canción Aragonesa, Nueva Canción canaria, Nueva Canción castellana, Nuevo Flamenco, Nuevo Mester de Juglaría, oaquín Carbonell, osé Menese, Oskorri, Pablo Guerrero, Pantxo eta Peio, Patxi Andión, Pi de la Serra, Raimon, Ricardo Cantalapiedra, rock vasco, Rogelio Botanz, Rosa León, Rosalía de Castro, Sabandeños, Serrat, Setze Jutges, Suso Vaamonde, Taburiente, Tomás Bosque, Tuñón de Lara, Txomin Artola, Víctor Manuel, Verode, Vicente Araguas, Vicente Soto "Sordera", Voces Ceibes, Xabier Lete, Xavier G. del Valle, Xerardo Moscoso, Xesús Alonso Montero, Xulio Formoso. 1 comentario
La Nova Cançó supuso el 1er intento serio de canción popular (en sentido estricto) y poesía. Si bien, al principio, el gobierno no les tuviera una seria consideración y pensaban de ellos como grupos folklóricos, esto empieza a cambiar debido 1º a la popularidad de Raimon, que recorre toda la geografía española y el extranjero (nos representa en el 1er Festival de la Canción Protesta en La Habana, en 1967) y, 2º a la creciente popularidad de Joan Manuel Serrat, incluso en catalán. Esto lleva a músicos y poetas de otras regiones a seguir el ejemplo.
Poco a poco, la Nova Cançó fue consiguiendo adeptos, admiradores e imitadores fuera de Cataluña también. En realidad, simplemente fue la catalización de unos sentimientos muy generalizados y de unos gustos musicales comunes: aunque algunos fueran más "afrancesados", otros "aportuguesados", otros "norteamericanizados" y otros "latinoamericanizados", siempre era la canción con mensaje. Es curioso, pero no fue determinante, que allá donde tocaba Raimon, florecían nuevos colectivos y propuestas generalmente, aunque no necesariamente, regionalistas. En realidad, una de las claves de su éxito fue precisamente que, aunque fuera una canción cantada en catalán, no tocaba temas exclusivamente catalanes, sino universales. El catalanismo (no político militante) de sus intérpretes estaba, en realidad, lo suficientemente soslayado para que sus temas se pudieran adaptar a la realidad social de cualquier región de España. Así, tomando sus más impactantes y populares canciones-himnos, como “Al vent” de Raimon, “L’estaca” de Llach, o cualquier canción de Pi de la Serra o Joan Manuel Serrat (en catalán), descubrimos que éstos tienen, al menos, dos o tres niveles de comprensión: uno, a nivel regional, como himnos para los Països Catalans; dos, a nivel nacional: válidos para cualquier realidad nacional/ regional de España; y, tres, a nivel universal: la inmensa acogida de estos intérpretes en el extranjero, incluso en el extranjero no hispano-hablante, lo atestigua. De esta manera aparecen imitadores en prácticamente todo el país, siendo tres de ellos los más importantes en un principio, en el País Vasco, en Castilla (Madrid) y en Galicia.
Euskal Kanta Berria
Fue en el año 61 cuando los hermanos Labeguerie, Mixel y Eneko, vasco-franceses, sacaron su 1er EP en vasco. Esto les hizo ser los auténticos pioneros de la canción vasca. Poco más tarde sería cuando se formaran los colectivos; uno de ellos fue el formado en torno al escultor vasco Jorge de Oteiza:
Cuenta una leyenda vasca que un santo se encontró un día al diablo, y el diablo le propuso un trato: le propondría un número y el santo tendría que responder qué significaba ese número; el santo aceptó. El demonio comenzó, pues: “Bat/ Uno”; “Jainkoa/ Dios”, dijo el santo. “Bi/ dos”, preguntó el diablo; “Aita eta Semea/ el Padre y el Hijo”, respondió el santo. “Hiru/ Tres”, propuso el diablo; “Aita, Semea eta Espiritu Santua”, respondió sin pestañear el santo… Estuvieron así hasta llegar a 12: “Hamabi?”, dijo el diablo; “Apostoleak”, respondió el santo; “Hamahiru/13”, dijo el diablo; Amairu? –dudó el santo-, “Amairu… “Ez dok amairu!/ ¡No hay trece!”.
Ésta fue la leyenda que deslumbró a Jorge de Oteiza; según Benito Lertxundi, lo que quería decir Oteiza es que no caben treces con la cultura. El colectivo contó desde el principio con Mikel Laboa, quien desde entonces era considerado el patriarca de la canción vasca: fue en 1964 su 1er recital en vasco. Luego se fueron uniendo Lourdes Iriondo, Benito Lertxundi, los hermanos Artze, y los dos más importantes, que escribieron prácticamente toda la canción vasca: Antton Valverde y Xabier Lete, éste último, además, poeta de reconocido talento y prestigio. Así hasta completar, de nuevo fortuitamente, doce. El otro colectivo fue Argia (luz), donde estuvieron Imanol y Lupe entre otros. En esta ocasión no hubo choque de intereses: ambos colectivos reivindicaban la lengua, la poesía y la tierra vasca, y ambos usaron sin complejos el folklore euskaldun, recopilado a lo largo de los siglos por maestros en cancioneros. Esto fue lo que distinguió inicialmente a los cantautores vascos de otras propuestas iniciales: el uso sin prejuicios, desde el principio, de su música tradicional, legada a través de la historia, y que también fue utilizada por el régimen: pero para los vascos el folklore musical era indesligable de su lengua y de su tierra, y así lo entendieron siempre. Al igual que a los catalanes, a los cantautores vascos se les veía al principio como una rareza foklórica, a la que no tenían demasiado en cuenta… Sin embargo, la cosa fue avanzando, y los vascos, al igual que los catalanes, y después los gallegos, rompieron sus fronteras. Sin embargo, los cantautores vascos sí tenían una relación más estrecha con los temas de Euskal-Herria, aunque esto no fuera obstáculo para su expansión nacional e incluso internacional, desde Iparralde (País Vasco Francés) y más allá. Más tarde, rompiendo con el austerismo inicial, aparecerían nuevas propuestas como el folk de Oskorri, o el rock progresivo de Errobi, amén de otros cantautores como Aseari (Txomin Artola), Lupe, el dúo Peio eta Pantxo, Urko, Imanol, Maite Idirin…
-Además de la Euskal Kanta Berria, desde principios de los 60 hasta su explosión en 1968, comenzaron casi simultáneamente los movimientos castellanos y gallegos-.
Nueva Canción Castellana y Canción del Pueblo
El término “Nueva Canción Castellana” se refiere casi exclusivamente a la actividad poético-
musical madrileña, aunque signifique nueva canción en lengua castellana. En esta denominación entró gente tal como los precursores en castellano Manolo Díaz, Jesús Munárriz y Ricardo Cantalapiedra, más Luis Eduardo Aute, la Massiel de después de Eurovisión (con los textos de Munárriz, Aute y Moncho Alpuente), Patxi Andión, Almas Humildes, Moncho Alpuente y sus proyectos encarnados en los grupos Las Madres del Cordero y Desde Santurce a Bilbao Blues Band… No obstante, con todos los respetos hacia sus componentes, hubo cierta manipulación conceptual creada por la prensa musical: si el nombre “Nova Cançó” fue un apelativo que se dio con posterioridad a una serie de intérpretes con ciertas similitudes (la más importante, que cantaran en catalán), en este caso, precisamente para emular o plantar cara a la Nova Cançó (no ideológicamente), el nombre antecedió al fenómeno y sólo se aplicó a estos intérpretes, y aún, en un principio, no a todos. Por otra parte, hay que decir que no todos, como Aute, que consideraba que la auténtica nueva canción era la de Canción del Pueblo, estuvieron de acuerdo en ser introducidos en esta definición: tampoco los proyectos/ grupos de Moncho Alpuente estaban de acuerdo, queriendo desmarcarse del comercialismo que rodeaba a muchos de estos intérpretes (véase su canción “Al cantante social, con cariño”). Comercialidad, falta de dureza en sus canciones, defecto de espíritu crítico e, incluso, cierto espíritu naïve en sus letras, eran las críticas más repetidas contra una canción protesta “tonta”, como dijo Manuel Tuñón de Lara (reseña al disco de Labordeta, Cantar y callar). Incluso alguien pudo decir que en realidad estaban más preocupados por asistir a las fiestas de alto “standing” a las que a otros cantantes tenían prohibido el paso, que eran, precisamente y entre otros, los miembros de Canción del Pueblo.
Lo que distinguía a algunos intérpretes de la llamada Nueva Canción Castellana del colectivo Canción del Pueblo fue una cuestión de actitud. Los miembros de Canción del Pueblo elaboraban una canción de temática más adulta, fruto de una comprensión crítica más profunda. Sus preceptos eran bien parecidos a los de Setze Jutges –quitando la problemática de la lengua-: hacer una nueva canción que testimoniara los problemas del hombre, los problemas de una sociedad injusta: problemas a los que subyacía una falta de libertad. Algunos de sus miembros fueron, en un principio Luis Leal, Carmina Álvarez, Manuel Toharia, José Manuel Brabo “el Cachas” (que se escapó a Barcelona buscando el ambientillo hippie), y los que tuvieron una continuación más larga e intensa, Adolfo Celdrán (el primero en grabar en un LP), Hilario Camacho, Elisa Serna… Con ellos, desde el principio y para siempre, estuvo el periodista Antonio Gómez, actuando a veces de ideólogo del colectivo, otras como productor, otras como letrista, y, las más de las veces, como abogado defensor de cualquiera que cantara con honestidad. Luego Canción del Pueblo también se disgregó, algunos de sus miembros se reencontrarían en la asociación “La Trágala” (título de un himno liberal de la guerra constitucionalista); llegarían otros valores, como Rosa y Julia León, los extremeños Luis Pastor y Pablo Guerrero, el asturiano Víctor Manuel (al que le metieron dentro de Nueva Canción Castellana), y muchos otros.
¿Significa esto que no hubo una Nueva Canción Castellana a la manera que sí hubo una Nova Cançó? Realmente sí la hubo, pero no era solo lo que la prensa así llamaba. Existió la a
uténtica Nueva Canción de Castilla, con éstos, pero también con Canción del Pueblo, y con los grupos y cantantes de folk, como Joauín Díaz, Ismael, Nuevo Mester de Juglaría, Hadit, La Fanega… Pues de la Nova Cançó tampoco se podía decir que la constituyeran sólo Els Setze Jutges.
Como pasó en los otros colectivos, los preceptos iniciales o se rompieron o se volvieron más flexibles. Aunque en Canción del Pueblo el problema del folklore no fuera tan acuciante (nacidos en un medio totalmente urbano), algunos de sus miembros, como Elisa Serna, utilizan el folklore castellano para la elaboración de sus canciones. Por su parte Hilario Camacho abandona la canción comprometida para hacer otro tipo de canción, quizás más intimista, pero también muy contestataria, y con unos arreglos más pop.
A Nova Canción Galega
Todo esto había pasado a mediados de los 60: ya había canción de autor en catalán, en castellano, en vasco… Entonces, "¿e por qué non en galego?", dijeron los futuros miembros de Voces Ceibes (voces libres). El colectivo, imitando a los Jutges catalanes, puso como preceptos la difusión y defensa del gallego y sus poetas (especialmente Celso Emilio Ferreiro), y musicalmente se alejaron de foklorismos. Sus dos grandes iniciadores fueron Xavier González del Valle y Benedicto García Villar, que realizaron un recital conjunto bajo los auspicios del catedrático y escritor Xesús Alonso Montero y del poeta en lengua gallega Manuel María Fernández; a ellos, bajo el nombre de Voces Ceibes, se les sumarían Guillermo Rojo, Xerardo Moscoso, Vicente Araguas, Miro Casabella, y, algo más tarde, Bibiano Morón y Suso Vaamonde. El sello catalán Edigsa, que había abierto sucursales en el País Vasco para los cantautores euskaldunes, abrió también en Galicia otra, EDIGSA-Xistral, en donde se grabaron los 1ºs EPs del colectivo: Miro, Benedicto, Xerardo, Xavier, Vicente… comenzaban así sus andanzas en la canción de autor. Sin embargo, la rigidez inicial de sus preceptos no les permitía avanzar más, aparte de las críticas de nuevos cantautores y grupos de folk, así como el descubrimiento de la canción portuguesa, especialmente de José Afonso, que fue una incansable fuente de inspiración para ellos. Es así que a finales de los 60 Voces Ceibes se disuelve y se forma un colectivo mucho más plural, en donde cabían, además de los ya citados más Bibiano, los Fuxan os Ventos, Luis Emilio Batallán, Emilio Cao, María Manoela… Y un leonés, de El Bierzo, que cantaba indistintamente en gallego y en castellano poemas de Rosalía de Castro, Miguel Hernández o clásicos como San Juan de la Cruz: Amancio Prada. Pero también desde Venezuela, un gallego exiliado: Xulio Formoso daba sus geniales contribuciones, comenzando casi al mismo tiempo que los Voces Ceibes. Así, en la Nova Canción se pasaría del estilo catalán-francés, inspirado directamente en Raimon, al estilo folk, mediante la reinterpretación de viejas melodías y temas, tal como lo habían hecho desde el principio los vascos de Ez Dok Amairu.
Otras propuestas
Éstas fueron, por así decirlo, debido al influjo de la Nova Cançó, los tres principales pilares de los primeros días de la Canción de Autor española. Tras ellos, como hemos visto, los colectivos se diluyeron y se refundieron, abandonando o reciclando los preceptos fundacionales. Pero también hubo otros movimientos, regionales la mayoría de las veces, que fueron apareciendo desde finales de los 60 y principios de los 70 y que continuaron durante toda la época. Aquí tenemos algunos de ellos:
-Manifiesto Canción del Sur nació en Andalucía oriental, en torno al poeta Juan de Loxa. Sus objetivos son análogos a los otros colectivos, sólo que añaden la recuperación de la identidad andaluza y su folklore para protegerse del expolio cultural del franquismo. Forman parte de él Benito Moreno, Antonio Mata, Antonio Curiel, Carlos Cano… Su forma de expresión es la copla.
-Nuevo Flamenco en realidad es incluso anterior a algunos de estos movimientos, ya que muchos de sus componentes comienzan a cantar desde principios de los 60. Era un movimiento no tan regionalista como de clase: mezclando el flamenco con la poesía y la reivindicación de clase, también la reivindicación regional en ocasiones, sus miembros apostaban por la recuperación del flamenco para el pueblo, intentándolo alejar de gustos señoriales y de ese espantoso invento que fue el nacional-flamenquismo. José Menese, Manuel Gerena, Enrique Morente, Vicente Soto "Sordera"… Mezclaban la tradición flamenca con la poesía y la protesta, reivindicando a la vez la fuerza contestataria del flamenco.
-Canciú mozu astur y Cameretá fueron colectivos en los que comenzaron cantante y grupos en bable, generalmente folk, como Nuberu o Gerónimo Granda. En ocasiones colaboró con ellos el asturiano residente en Madrid Víctor Manuel.
-Nueva canción canaria: Un movimiento fuertemente regionalista que abarcaba a grupos de folk como Los Sabandeños, Taburiente, Verode, y cantantes como Kako Senante o Rogelio Botanz. Sus grandes iniciadores fueron Los Sabandeños desde el año 67, reinventado la tradición musical canaria con una fuerte inspiración latinoamericana.
-Nueva canción aragonesa: Fue un movimiento de canción de autor y folk en la que estaban José Antonio Labordeta, Joaquín Carbonell, Tomás Bosque, Boira, La Bullonera… Se englobó en los movimientos regionalistas aragoneses como Andalán, dirigido principalmente por el propio Labordeta, quien es el auténtico iniciador de este movimiento que pretendía hablar al resto del país de los problemas de la tierra de Aragón.
Ésto es sólo un resumen introductorio a los movimientos de canción de autor más importantes e influyentes en España. Algunos de ellos han sido ya desarrollados aquí ampliamente; pueden verse en los siguientes enlaces:
–Canción del Pueblo (40 aniversario)
–Voces Ceibes (tres entregas)
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15
Jun
Posted by Gustavo Sierra Fernández in Música. Tagged: Adolfo Celdrán, Aguaviva, Al Tall, Al-Mutamid, Antonio Gómez, Antonio Machado, Antonio Resines, Aseari, Atahualpa Yupanqui, Aute, Beatles, Benedicto, Bibiano, Blas de Otero, canción de autor, canción latinoamericana, canción portuguesa, Carlos Cano, Celso Emilio Ferreiro, Chanson, Comuneros, comunismo, Coses, derechos civiles, el búnker, emigración/ inmigración, exilio, Federico García Lorca, folk, Francisco de Quevedo, Gabriel Celaya, Generación de los 50, Generación del 27, Generación del 98, Georges Brassens, González Lucini, Grateful Dead, guanches, guerra civil, Institución Libre de Enseñanza, Jacques Brel, Jarcha, Jefferson Airplane, Joaquín Sabina, José Afonso, José Agustín Goytisolo, Julián Besteiro, Koska, La Fanega, Labordeta, Lluís Llach, Lourdes Iriondo, Luís Cília, Luis de Góngora, Manuel Gerena, Miguel Hernández, Moody Blues, Nuevo Mester de Juglaría, Pablo Guerrero, Paco Ibáñez, Pantxo eta Peio, Patxi Andión, Pete Seeger, Pi de la Serra, poesía de la cárcel, poesía del exilio, poesía social, posguerra, psicodelia, Rafael Alberti, Raimon, Ramón Muntaner, represaliados, Ringo Starr, rock, rock duro, rock sinfónico, Rosa León, Sabandeños, sindicalismo, songwriters, tardofranquismo, Teresa Cano, Víctor Jara, Violeta Parra, Voces Ceibes, Woody Guthrie, Xavier G. del Valle. Comentarios desactivados en Historia de la canción de autor: lenguaje y simbología
La gran virtud que la canción de autor tiene es su riqueza poética: no obstante, su raíz etimológica, traducida del francés, viene a significar canción con contenido poético. Aunque encontramos también cierta riqueza lírica en otros géneros como cierto pop que surgió a partir de 1965 hasta nuestros días, la psicodelia, el rock en general, pero muy especialmente el rock sinfónico y el rock duro (claro que esto abriría nuevos debates acerca de si se pudiera encuadrar como cantautores a ciertos grupos y solistas como Moody Blues, Jefferson Airplane o Grateful Dead), es en la canción de autor, especialmente la canción de autor clásica, en donde esta dimensión adquiere sus formas más literaria.
Básicamente fueron tres los elementos que configuraron la Ars Poética de la canción de autor, uno de ellos en menor medida que los otros dos. Primera y fundamentalmente, se puede considerar a los cantautores herederos de prácticamente toda la tradición poética española; ilustra esto el repertorio del cantante de toda la producción poética española: Paco Ibáñez canta con la misma intensidad y respeto las obras de distintos autores a lo largo de la historia: la poesía del siglo de oro (Góngora, Quevedo), de la Generación del 98 (Machado), de la Generación del 27 (Lorca, Alberti, Hernández) y de la Generación del 50 (Celaya, de Otero, Goytisolo). Así, incluyendo además a los poetas españoles que escribieron en otro idioma, podemos perfectamente considerar a los cantautores deudores de toda la tradición poética, pero muy especialmente de la poesía de los años 50: aquella poesía, escrita en los cuatro idiomas cooficiales de hoy en día, que gritaba desesperadamente sobre las ruinas y la miseria de las ciudades y aldeas de la pos-guerra, y abogaba por la salvación y recuperación del Hombre.
Otra importante fuente fueron los textos de la canción de autor extranjera: la crítica a la sociedad burguesa de la Chanson francesa; la arenga a la justicia y a la libertad de la canción latinoamericana; el sindicalismo y la lucha por la igualdad social y racial de los cantautores norteamericanos; y el hermanamiento con la canción portuguesa, que al igual que los nuestros luchaban guitarra en mano contra una dictadura bastante similar a la de Franco. Jacques Brel, Georges Brassens, Atahualpa Yupanqui, Violeta Parra, Pete Seeger, Woody Guthrie, Jose Afonso, Luis Cilia…, por citar a los más famosos, fueron maestros tanto musicales como literarios de nuestros cantautores.
La tercera, y la más curiosa, fue la censura franquista (de la que ya hemos hablado ampliamente en otras ocasiones). La influencia de la censura sobre la canción de autor tiene una lectura doble: un aspecto relativamente positivo y otro negativo. Lo positivo fue que para burlar la censura, los autores de todos los campos se vieron obligados a forzar su imaginación para decir cosas que no podían ser dichas más claramente, aunque esto en ningún modo puede achacarse a la represión censora, sino a la creatividad del autor; pero, por otro lado, el miedo a la castración censora conllevó en ciertos casos a una sobre-censura o auto-censura: en ocasiones, lejos de forzar la imaginación, la cercenaba y creaba cierta frustración: de ahí que algunos decidieran auto-exiliarse.
Ya hemos hablado en otras ocasiones de ciertas técnicas para burlar a la censura: la similitud fonética (decir «verda» en vez de «merda», «revulsió» en vez de «revolució», o «dentadura» en vez de «dictadura»), la ironía y la sátira, desbordar al censor con canciones censurables para finalmente grabar la que realmente se quería (Aute), el recurso al cancionero tradicional (especialmente si la canción había sido recogida por la Sección Femenina)… Pero hablemos sólo de poesía de autor (aunque, ¿alguien duda acaso de que el cancionero tradicional no sea poesía popular?).
Lenguaje
El lenguaje utilizado generalmente en la canción de autor no es -al igual que los símbolos- realmente nuevo: también éste es heredado de las fuentes que hemos visto; pero obviamente, nada en arte es realmente nuevo, sino reciclado, incluso re-reciclado, por lo que, sin olvidar su deuda, la canción de autor recicla este lenguaje.
Un texto: un poema, una canción, una novela, una obra de teatro, etc., según yo lo veo, funciona por intencionalidad y por interpretación: intencionalidad del autor e interpretación del oyente. Un autor suele crear un texto con cierta intención, y lo publica: su labor concluye ahí y comienza la labor interpretativa del público. El público recoge el texto y le dota de la interpretación que él crea, coincida o no con la intención del cantante. Pongo por ejemplo «L’estaca»: una persona cualquiera, de cualquier país (en el que no se viva mal, si es que existe ese país), escucharía o leería el texto y no pasaría de ver una canción que podríamos denominar costumbrista rural; pero, gracias a la gran oportunidad interpretativa que ofrece la música, podría adivinar que algo no andaba bien en el país y en el tiempo en el que Lluís la compuso. Ahora claro, un español de los años 60, medianamente inteligente, en seguida piensa, y sus mecanismos asociativos comienzan a trabajar automáticamente. Claro que también a veces ocurren fenómenos de sobre-interpretación, a los que la censura era muy dada; aunque tenga poco que ver, en esto los Beatles fueron especialistas (por así decirlo), sobre todo por su manía de hacer canciones que no querían decir absolutamente nada: por eso, los fatídicos mecanismos de asociación de Charles Manson vieron en «Helter Skelter» un mensaje según el cual estaban llamando a la aniquilación absoluta, o, más simpática, mi profesora de música del instituto, viendo en la banda que toca en «Yellow submarine» (cuando Ringo canta “… and the band begins to play”) una crítica hacia el ejército. A veces la sobre-interpretación puede ser peor que la falta de ella, aunque en otras ocasiones resulta tal vez beneficiosa: nada hay de malo (aunque yo no crea en estas interpretaciones) que muchos crean que el “Canto a la libertad» de Labordeta sea un himno aragonesista, «L’estaca» catalanista o, jocosamente, «Rascayú» una denuncia del franquismo (¿lo fue realmente o no?). Por eso, para evitar tanto la sobre-interpretación como la falta de ella, y además intentar no ponerle las cosas fáciles a la censura para la prohibición oportuna, los cantautores tenían diversos recursos estilísticos: por un lado, los símbolos, de los que ya hablaremos más adelante, y por otro la forma del mensaje. Tanto símbolos como lenguaje no deben emborronar el significado demasiado: de antemano, el autor ha de contar con la complicidad del oyente, y, por esa razón -y porque se pretende una poesía, una canción, para todos-, se ha de ser todo lo claro que la censura permita. Esto no quiere decir tomar al oyente por tonto, sino más bien no caer en esnobismos u oscurantismos.
El mensaje además debe ser directo: debe buscar el compromiso mutuo con el oyente. Por eso razón, la mayoría de las canciones están escritas en segunda persona, tanto singular como plural («no estés así…», «Tu que me escoltes…»); aunque a veces la segunda persona plural se utilice para hacer una denuncia clara y directa. También suele utilizarse mucho la primera persona del plural («Nosaltres no som d’eixe món», «Gazte gera gazte», «Nosaltres les dones»…). La tercera persona, tanto plural como singular, se suele utilizar, o bien, para denunciar a un colectivo («Ells», «Ellos, los vencedores,…»), o bien, muy especialmente en aquel tipo de canción que mediante el retrato de uno o de varios individuos se pretende retratar a todo un colectivo, clase o estamento (canciones-tipo), ya sea para denunciar, como en el caso anterior, ya sea para acercarnos de manera solidaria a ese colectivo representado por tal personaje (véase «Manuel» o «Els veremadors» de Serrat, «La morrallita» y «El Salustiano» de Carlos Cano, «Vagabundo» de Patxi Andión,…). Por su parte, la primera persona del singular se utiliza para declarar la visión del mundo o las reflexiones de uno mismo: así, el oyente se deja de sentir solo. ¿Qué diferenciaría por esto a la canción de autor de otro tipo de canción que hablara sobre relaciones humanas? Pues precisamente esa dimensión novedosa que fue la aproximación al oyente, sin pretensión de estar a un nivel más alto que el oyente, y en la profundización en esas relaciones en vez de quedarse en el mero relato de lo sucedido o de los sentimientos.
Pero no basta sólo con el lenguaje. La censura estaba ahí, pesando, y para burlarla los autores que escribían sus propios textos tenían que echar mano de numerosos recursos estilísticos: metáforas, símiles, incluso disfrazar el mensaje en forma de leyendas o cuentos, y hasta recurrir al pasado remoto (la reconquista, los comuneros de Castilla, los guanches, la guerra de sucesión…). En esto jugaron un papel fundamental los símbolos.
Símbolos
Para decir ciertas cosas que no se podían decir, como hemos visto, estaba, por un lado, el recurso a la poesía. Gracias a ciertas medidas aprobadas por el ministro Fraga (aunque no fueran suficientes), sucesor del férreo Arias Salgado, hubo una cierta «libertad» editora; de esta manera, los cantautores pudieron cantar textos que se podían vender libremente, aunque, contradictoriamente, la mayoría de las veces se prohibiera cantar esos textos que sí estaban legalmente editados y se podían adquirir con plena o relativa libertad. Por otra parte, para decir estas cosas y pasar la censura, o al menos una de las que existían (si acaso la de grabar la canción), los cantautores, a la hora de escribir sus propios textos, echaron mano de los recursos literarios de sus poetas, especialmente aquellos de los años 50 que, al igual que ellos, escribían su producción bajo la dictadura (por tanto, atados a los mismos mecanismos censores). Las metáforas, los símbolos y las situaciones que los cantautores adoptaron no eran nuevos: habían sido tomados de la poesía social y testimonial de la que eran deudores: la poesía de la guerra civil, la poesía del exilio, la poesía escrita en las cárceles de Franco, la del desarraigado poeta de los 50 y de nuevos poetas amigos. Muchos de esos símbolos ya estaban en aquellos poetas. La palabra precisa y concreta que no podía ser dicha debía mudar, echar a volar su concepto a otro nido, a otra palabra.
De esta manera, el poeta y el cantautor crea un mundo propio, rico en símbolos y metáforas. Pero, rigiéndose por las tesis de la poesía social y testimonial, tampoco podía hacerse un discurso excesivamente complejo: se pretendía hablar a un amplio espectro de la población, desde estudiantes e intelectuales a obreros, campesinos y amas de casa. Había que encontrar el perfecto equilibrio entre la claridad (imposible por la censura) y el oscurantismo (indeseable si se quería que el receptor deseado acogiera el mensaje y le conmoviera). Sobre los símbolos utilizados en la canción de autor, vuelvo a recomendar fervientemente la obra de González Lucini. 20 años de canción de autor en España (varios tomos), en los que detalla una exhaustiva lista de símbolos de la que ésta es sólo una muestra aproximativa.
Éstos son algunos de los símbolos más recurridos:
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Símbolos negativos: describen la situación política y social de la dictadura. La mayoría de las veces encierran además a su contrario.
-La triada noche-silencio-oscuridad. Aunque son tres símbolos, casi siempre aparecen asociados, entrelazados entre sí. Lo que tienen en común es que los tres pesan como una losa sobre la población:
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La noche se entiende como concepto negativo: oscura, silenciosa, pavorosa… Es la noche que inquieta, que da miedo, cerrada, en la que cualquier cosa mala puede acontecer. Es la portadora de oscuridad. No en vano, la mayoría de las detenciones políticas se producían de noche. La mayor parte de las veces, la noche es el presente y antecede al día, que se espera con ansiedad y se sabe que llegará, aunque tarda. La noche es el franquismo entero. Algunos ejemplos son «La nit» de Raimon, «A la voz de un pueblo» de Celdrán, «Gaua» de Lourdes Iriondo, y «Al alba» de Aute (en ésta, sin embargo, por el especial contexto de la canción, lo que sucede a la noche no es el día, sino «la noche más larga»).
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El silencio: es lo que ocurre durante el franquismo, que se suele representar como la noche, y tiene diversas lecturas. Por un lado, el silencio es la censura, que prohíbe hablar, expresarse y manifestarse con libertad; por otro, aunque no se descarte la otra lectura, es lo producido por el miedo. El miedo cercena, castra, arranca a las personas el principal atributo de la humanidad: el lenguaje. Nunca es voluntario realmente, sino impuesto o autoimpuesto. El silencio sólo se romperá si todo el mundo comienza a hablar al unísono. El silencio también es la injusticia, el reprimir la rabia, la risa y el llanto. En muchas ocasiones, el silencio es resignación. Ejemplos: «A la voz de un pueblo» de nuevo (esta canción contiene los tres símbolos), «Silenci» de Llach, «Jo vinc d’un silenci» de Raimon (en donde vemos el concepto del silencio como injusticia y resignación) o «Aquesta remor», cantada por Ramón Muntaner y por Coses.
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La oscuridad: es el atributo de la noche y la hermana del silencio. Aunque no sea canción de autor, quien ha tratado este tema mejor ha sido el dramaturgo Antonio Buero Vallejo, en obras como En la ardiente oscuridad. La oscuridad impide ver otra realidad mejor que esa, lo cual provoca conformismo ante el miedo que produce saber que hay más allá de la oscuridad. Es la ignorancia deseada por el régimen. La oscuridad es densa e impide la humanidad. En la oscuridad siempre gobierna el silencio: en lo lumínico, la oscuridad es igual que el silencio a lo sonoro. Es la representación de la represión, como el silencio. Lo contrario de la oscuridad, naturalmente, es la luz, cargada de significados tales como la esperanza, la libertad, la razón… De nuevo refiero a la gran canción de Celdrán «A la voz de un pueblo».
–Otros símbolos o temas negativos
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El miedo: no es exactamente un símbolo, sino un tema recurrente. El miedo era el estado natural de la población durante el franquismo. Aparece frecuentemente asociado junto a los tres grandes símbolos: la noche, el silencio y la oscuridad. Miedo a todo: al pecado, al comunismo, a la guerra civil, a la represión… Generalmente se refiere al miedo a la represión franquista, que tanto padecía todo aquel que estuviese en contra del régimen. El miedo debe vencerse o sobrellevarse, pero generalmente, el autor es consciente de que el miedo sólo desaparecerá cuando desaparezca el régimen. Canciones que sirven de ejemplo son «Contra la por» y «Sobre la por» de Raimon, «Contra el miedo» de Rosa León, «Beldurrez» («Con miedo») de Koska, «Novembre 72» de Lluís Llach.
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Longa noite de pedra (larga noche de piedra): se trata de un estremecedor poema de Celso Emilio Ferreiro. Fue musicalizado tan sólo una vez por Xavier González del Valle (Voces Ceibes) sin demasiada repercusión. A pesar de esto, el impacto del poema fue tal que todavía hoy, especialmente los gallegos, mucha gente se refiere a la dictadura como la «longa noite de pedra».
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Símbolos cronológicos: ayer, hoy y mañana. Para 1939-1975, el ayer es un tiempo pleno, lleno de esperanzas, que nos fue robado y truncado, y deberá volver a ser re-hecho por todos (Llach: «Cal que neixin flors a cada instant», «Damunt d’una terra»); el hoy es la dictadura: un tiempo insoportable, pero irrenunciable que debe de cambiar; en el «hoy» siempre es de noche. Y el mañana, por su parte, merece un apartado a parte, en los símbolos positivos. Por el contrario, para el periodo 1975 en adelante, el ayer (1939-1975) es una época fea, desagradable, oscura; el hoy está todavía por hacer: aunque se valoran sus puntos positivos frente al ayer, se le reprocha lo que aún le falta o lo que pudo ser y no es: el llamado «desencanto» de 1975-1980 y en adelante. El mañana sigue siendo positivo y encerrando muchas posibilidades, aunque a veces se tantea la posibilidad de que sea peor que el hoy.
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El invierno: la dictadura (disco de Aseari: «Negu luze hotzetik», «Desde el frío y largo invierno»).
–Símbolos asociados a Franco y/ o a sus ministros:
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La estaca: aunque se trata de una única canción, «L’estaca» de Llach, desde su presentación al público, se convirtió en el símbolo por antonomasia que representara a la dictadura: una enorme estaca de madera podrida, pesada y astillante, que no deja caminar, contra la que los abuelos advierten a sus nietos y les dicen que la única manera es tirar todos de ella hasta que se caiga.
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El perro: representa a Franco y aparece principalmente en las canciones de Manuel Gerena: “arrancarle los dientes a todos los perros», que también se lo aplicó a Pinochet en «Por Víctor Jara y su justa venganza» («arrancarle los dientes al perro fiero»). También aparece en una sensacional canción de Bibiano llamada «O can», en el que Bibiano advierte a un viejo y decrépito can de palleiro que pronto va a morir y que se le está cayendo toda la dentadura.
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El burro i l’àguila (el burro y el águila): de nuevo no es un símbolo recurrente, sino una única y emblemática canción titulada así, en esta ocasión del genial Pi de la Serra. El burro no es otro que Franco, y el águila real el entonces sucesor de Franco y Príncipe de Asturias, Juan Carlos. En ella, Quico nos dice que sólo conseguiremos volver a ser libres y felices cuando se mueran el burro y el águila real, que encarnan no sólo la represión, sino la reacción, lo antiguo, e incluso, me atrevo a decir, lo irracional (como opuesto a la razón que hace ciencia).
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La montaña: hace referencia al carácter inmovilista del dictador y de sus más acérrimos seguidores (el búnker). En esta ocasión, se trata de una canción de Raimon titulada «La muntanya es fa vella», es decir, «La montaña se hace vieja».
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La estatua: otro símbolo del inmovilismo, aunque más difuso, pues allí donde aparece parece ser sólo un vago apunte de lo que se quiere decir. Ejemplo: «A quién corresponda» («… los que sudan bajo la sombra de una estatua…»).
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Símbolos carcelarios: el verdugo, el carcelero, las cadenas, la cárcel… De varios autores, incluidos los más preferidos poetas (Miguel Hernández, v.g.): los símbolos carcelarios hacen clara referencia al carácter de presidio que tenía el régimen, a aquella práctica de encarcelar, torturar e incluso ejecutar a todo aquel que no pensase igual que el dictador y sus ministros, aunque en realidad se podría considerar que todo el país era una inmensa cárcel. Varias canciones de Gerena, «Al alba» de Aute, «Aita kartzelan duzu» de Pantxo eta Peio, «Cadenas» de Jarcha, el «sepulturero mayor» en «Adivina adivinanza» de Sabina. etc.
2. Símbolos positivos: suelen referirse a una posibilidad o a una utopía:
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El día (antítesis de la noche): es la luz, también el mañana; es lo que debe necesariamente suceder a la noche: así que siempre es el día de mañana, en el que además luce el sol. «Pola longa lonxanía» de Xerardo.
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El amanecer representa una posibilidad abierta y positiva, mejor que la actualidad. El amanecer ahuyenta la noche y la oscuridad, y con ellas el miedo imperante. Junto al «día» y al «amanecer» suele aparecer también la idea de «despertar», frente a «dormir»: dormir implica no ser consciente de las cosas, no actuar, mientras que despertar representa justamente lo contrario, tomar conciencia, posiciones y actuar. Como ejemplo se me ocurre «Canción a las seis de la mañana» de, una vez más, Adolfo Celdrán.
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La lluvia es un símbolo que aparece disperso por aquí y por allá, con diversas connotaciones, aunque suele ser un símbolo positivo. Obviamente no me refiero a la lluvia como símbolo en las canciones de autor cuyo tema sea el amor, como «Una balada de otoño», con sus connotaciones nostálgicas, sino a cómo es tratado en canciones de temática solidaria y aun social. Tenemos buenos ejemplos: en «Lluvia», de Luis Eduardo Aute, se resalta la el sentido de liberación de la lluvia; en «Choiva» de Benedicto se mezcla el matiz nostálgico de la lluvia a nivel de canción de amor con el tema solidario de la lluvia vista como una especie de alivio para el oprimido; y, por supuesto, «A cántaros» de Pablo Guerrero, en donde Pablo trata de la lluvia como elemento de la naturaleza que limpia la atmósfera, y otras cosas. En mi humilde opinión, siempre he creído que en esta canción Pablo estaba muy influenciado por la mentalidad campesina extremeña, en la que los campesinos aguardan la lluvia para que florezcan los campos, tema que también explotan los castellanos La Fanega en su «Santo Cristo de Hontariego». Por supuesto, hablamos de la lluvia amable, de la tormenta de verano que alivia del calor, de la lluvia que se espera ansiosamente en los campos, y no de la tempestad o de la tormenta violenta, que sería un símbolo, más bien, negativo.
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El mar. Éste es otro símbolo que opera a dos niveles. A nivel de canción social, sobre la vida de los marineros, el mar es un símbolo negativo: el mar se traga vidas, esclaviza a los pescadores, es como una maldición. Tenemos ejemplos en «Nana a una vieja viuda del mar» de Patxi Andión, «Dorna» de Benedicto, «La mala pesca» o «Canción de la novia del pescador» de Adolfo Celdrán. Pero el mar, especialmente para la gente de interior, tiene también connotaciones positivas: el mar como horizonte posible, como espacio ancho de libertad, libre, sin dueño, es lo que nos cantan canciones como «A por el mar» de Rosa León, «Estamos chegando ó mar» de Bibiano (canción que se le ocurrió cuando volvía a su casa durante un permiso en su servicio militar) o, incluso, aunque sea como loa vitalista, «Mediterráneo» de Serrat, o la fabulosa obra sinfónica de Lluís Llach «El meu amic el mar», compuesta por cuatro partes.
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La tierra. Aunque con diversas connotaciones, como pueden ser las relativas a las canciones regionalistas o nacionalistas, me refiero aquí casi exclusivamente a la tierra para trabajar. También tiene dos connotaciones, pero al contrario que el mar, la connotación negativa nunca llega a ser completa, salvo excepciones. La tierra, vista negativamente, es una tierra amarga, que produce con sus habitantes una relación de amor y odio si la tierra no sólo no da los frutos necesarios para vivir, sino que además le ata uno de muchas maneras, sentimental, económicamente o por miedo: «Pequeño propietario» o «Extremadura» de Pablo Guerrero, «Aragón» de Labordeta, o, la que yo pienso que es una de las mayores expresiones de desilusión y realismo, «Pueblo blanco» de Serrat (inspirada por su pueblo materno, Belchite). También como recuerdo de las atrocidades acontecidas unas décadas anteriores y como expresión de deseo de restañar esas heridas y traer la justicia en temas como «La meva terra» de Llach, o «Quatre rius de sang» de Raimon («Cuatro ríos de sangre» que representan a la cuádruple flama de las banderas de los territorios que antaño formaron el Reino de Aragón). Pero también la tierra como madre, como patria (pequeña o grande), como algo que rescatar y defender.
3. Símbolos históricos:
Como la denuncia concreta contra una clase social o unos individuos determinados no pudo ser a menudo posible, muchos cantautores y grupos de folk, especialmente aquellos que tenían un fuerte espíritu regionalista/ nacionalista, buscaron semejanzas con acontecimientos del pasado que, de alguna manera, llevaron a la situación en la que entonces se encontraban. Personajes y hechos como la Reconquista («Al-Mutamid dice adiós a Granada» de Carlos Cano, «La gran pérdida de Alhama» de Paco Ibáñez), la guerra de Castilla (el álbum «Los comuneros» de Nuevo Mester de Juglaría), la conquista de Canarias («Cantata del mencey loco» de Sabandeños), la guerra de sucesión, por la que los Països Catalans perdieron su derecho a hablar en su lengua («Quan el mal ve d’Almansa» de Al Tall)… Y un largo etcétera.
Pero también personajes más cercanos en el tiempo, poetas y escritores exiliados o represaliados en, durante o tras la guerra civil, como Miguel H
ernández («Al borde del abismo», Adolfo Celdrán), García Lorca («Federico» de Aguaviva, o «Verde» de Patxi Andión), y, sobre todo, Antonio Machado («De cómo Antonio Machado limpió su casa» de Carlos Cano; «Muerte de Antonio Machado», escrita por Antonio Gómez, compuesta por Antonio Resines y cantada por Teresa Cano; «En Colliure» de Serrat; o, en gallego, «Poema de emerxencia para Antonio Machado», cantado por Xerardo Moscoso). Claro que, a menudo, el mejor homenaje era la versión cantada de sus temas.
4. Personajes tipo
No es exactamente un símbolo, si acaso un personaje-símbolo. Se trata de representar una situación concreta, una injusticia o una denuncia presentando a un único personaje (generalmente, aunque a veces pueden ser grupos reducidos de personajes) como protagonista de una canción. De esta manera se consigue cierta solidaridad con aquello que representa el personaje, o cierto rechazo: no es más que un estilo que enraíza en la más pura tradición de la novela realista. Ejemplos de personajes «simpáticos» (que levantan simpatía) son, de Serrat, «Manuel», la historia de un campesino tan pobre que no poseía ni siquiera la soga con la que se ahorcó; y «La tieta», una de aquellas señoritas de edad que por circunstancias diversas se ve en un impuesto celibato. De Patxi Andión, aquel «Vagabundo» ateo y bondadoso; la muerte de un perro llamado «Pipo» ante la impasible sociedad; o la historia de aquel profesor rural, proveniente de la tradición laica, científica y socialista de la Institución Libre de Enseñanza, expulsado del pueblo por enseñar versos de Antonio Machado. Ésta última tiene una especie de gemela en «El profesor» de Aguaviva, un profesor que, pese a los reproches y por orgullo, se siente muy orgulloso del carnet socialista que le dio Julián Besteiro. La figura del emigrante en «El Salustiano» o «La morrallita» de Carlos Cano, o en «Emigrante» de Pablo Guerrero. Labordeta, en las «Coplas del tión», nos explicaba en primera persona el drama del primogénito que heredó el mayorazgo, y está condenado al celibato porque las mozas están emigrando a Barcelona… Y muchos más. Pero también se buscó a menudo ridiculizar a la clase dominante (es decir, la burguesía): así tenemos como Víctor Manuel se burlaba de un ministro que aspiraba a ser algo más en «Buenos días, Adela mía»; Pablo Guerrero ridiculizaba aquellas uniones concertadas entre la pudiente burguesía y la aristocracia que ya sólo conserva un escudo y un apellido evocador en «Ecos de sociedad»; o más abiertamente Patxi Andión en «Los bur-manos hu-gueses».
Bien, éstos son sólo algunos símbolos y algunos ejemplos de canciones. Por supuesto, hay muchos más, ya que, al igual que pasa con la literatura -digamos- convencional, cada autor suele tener sus propios símbolos o distintas connotaciones para un mismo símbolo. No cabe duda que el lenguaje fue lo que primordialmente ayudaba a configurar la intencionalidad y la interpreteación de una canción, mientras que los símbolos fueron un excelente recurso para burlar a la censura. Pero, como tantas otras veces he insistido, no fue la censura ni la dictadura la que elaboró estos símbolos, sino la genialidad poética.
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16
Ene
Posted by Gustavo Sierra Fernández in Música. Tagged: agermanats, Al Tall, Alameda, Amancio Prada, Antonio Mata, Aseari, Benedicto, Bob Marley, Boira, Cabada Vázquez, canción de autor, Carlos Cano, Carmen Jesús e Iñaki, Celso Emilio Ferreiro, Chieftains, Chincanarios, Companya Elèctrica Dharma, Comuneros, Curros Enríquez, Elisa Serna, Enrique Morente, Errobi, Fernando Unsain, folk, folklore, Fuxan os Ventos, Gabriel Aresti, Grup de Folk, Gwendal, Iceberg, Imanol, Ismael, J. M. Espinàs, Jarcha, Joaquín Díaz, La Bullonera, La Fanega, Labordeta, Lluís Llach, Luis Chamizo, Luis Emilio Batallán, Luis López Álvarez, Luis Pastor, Manuel Gerena, Marina Rossell, Medina Azahara, nacionalismo, NHU, Nuberu, Nuevo Mester de Juglaría, Oskorri, Pablo Guerrero, Pantxo eta Peio, Pedro Garfias, Pentangle, Pere Quart, Rafael Subirachs, Raimon, Ramón Cabanillas, Ramón Gil-Roldán, reggae, regionalismo, rock, rock andaluz, rock catalán, rock gallego, rock progresivo, rock vasco, Rosalía de Castro, Sabandeños, Salvador Espriu, segadors, Setze Jutges, Smash, Telesforo Monzón, The Dubliners, Triana, Txato Agirre, Uc, Víctor Manuel, Verode, Voces Ceibes, Xerardo Moscoso, Xocaloma. 4 comentarios
En la última entrada (que me complace y enorgullece decir que fue enlazada por la
Unidad Cívica por la República) ofrecí una visión general y su historia de lo que dentro de la canción de autor podría denominarse canción regionalista o nacionalista. Podríamos ahora caracterizar esas canciones: voy a basarme, principalmente, en los tres discos que mejor ejemplifican este espíritu (y que mejor conozco):
Los comuneros de Nuevo Mester de Juglaría,
La cantata del mencey loco de los Sabandeños, y
Quan el mal ve d’Almansa de Al Tall, pero no sólo.
Algo que debiéramos apuntar es que la reivindicación regional a través de la música mediante la lengua y/ o el folklore no fue un fenómeno meramente español, sino que, casi sin tener relación entre ellos, es un fenómeno que está en muchos lugares casi al mismo tiempo: aparecen grupos de música celta como los bretones Gwendal, los irlandeses Dubliners y Chieftains, o los británicos Pentangle; también, en Norteamérica se asiste al endurecimiento de la música negra, ya fuera con las letras, con los ritmos, o bien con indumentarias que los negros habían comenzado a exhibir; aparece también entonces el reggae, de la mano de Bob Marley, que, desde entonces será la música-bandera de los negros y del tercer mundo; amén de la música folklórica andina de corte indigenista y otras experiencias similares a lo largo del mundo. Todo eso casi a la vez que aquí aparecían los grupos de folk y los grupos de rock con raíces o étnicos.
En primer lugar, decir que la canción regionalista/ nacionalista no era únicamente un contenido que se pudiera resumir en el grito «¡viva mi tierra libre!», sino que es más amplio y necesita matizaciones. Principalmente, tenía dos funciones (que son en las que podríamos resumir la entrada anterior a ésta): la solidaridad y la reivindicación.
La función solidaria de estas canciones operaba de esta manera: el cantante o grupo canta una canción en la que explica alguna de las cosas que afectan a su tierra; lo que ocurre entonces es que los oyentes que no son de allí la sienten más cercana y comparten el sentimiento del autor: se solidarizan. La canción se había convertido en un estupendo vehículo de acercar a los demás una tierra para darla a conocer (no de manera turística).
Respecto a la función reivindicativa -la más conocida-, pues poco más se puede decir: servía para intentar unir a los habitantes de esa tierra en una misma reivindicación y despertar la conciencia de pueblo, lengua, identidad, nacionalidad y tierra. Pero no se cantaba para todos los habitantes de la región, sino sólo para algunos muy concretos:
¿A quién/ quiénes canta este tipo de canciones? Cantan casi exclusivamente a las clases trabajadoras/ campesinas de la región y nunca (al menos de manera solidaria o laudatoria) a las clases acomodadas, entendidas éstas siempre como aprovechadas de la clase baja: a pesar de que nacionalismos como el vasco y el catalán fueran fundados en el siglo XIX por las clases burguesas, en esta época se huye de aquel viejo nacionalismo y se entrelaza con el socialismo. Desde éste punto de vista, las canciones tendrán temas muy variables, o se acentuarán unos temas ante otros, dependiendo de la región; así pues, por ejemplo, la canción gallega pone más el acento en lo que venía siendo su problemática desde siglos: la emigración; los andaluces (Carlos Cano, Antonio Mata, Gerena) solían poner el acento en el anti-señoritismo; Víctor Manuel narraba las miserias, penas y dolores de los mineros; los vascos ponían mucho énfasis en el tema lingüístico y en los presos políticos; y un largo etcétera en el que, no obstante, se siente un mismo sentimiento: el amor a la tierra. Pero a veces aparece también la desesperación, incluso el, aunque no exactamente, odio a la tierra, sino a las circunstancias, a las injusticias. A la tierra de uno se la ama, pero también se desespera porque son pobres, porque su suelo no da para comer; ejemplos de éstas pueden ser «Extremadura» de Pablo Guerrero, «La meva terra» de Lluís Llach, «Santo Cristo de Hontariego» de La Fanega, «Me dicen que no quieres» (con letra de Labordeta) y «Y estos yermos de Aragón» de La Bullonera, «Aragón» de Labordeta, «Mi Puebla se quea sola» de Manuel Gerena, «Quatre rius de sang» de Raimon, «Nuestra Andalucía» de Jarcha… Es, ante todo, el dolor de tener que dejar la tierra, o el sufrimiento silencioso de la más reciente historia, con su guerra civil a cuestas.
Se reivindica la tierra y la lengua o dialecto (si la hubiera), pero con ello también a los poetas patrios de todos los tiempos, especialmente románticos y post-románticos como los gallegos Rosalía de Castro o Manuel Curros Enríquez, pero también ya cercanos o del siglo XX como el canario Ramón Gil Roldán (autor de los textos de la Cantata del mencey loco), el catalán Pere Quart, el leonés Luis López Álvarez (autor de Los comuneros y del poema Romance de la reina Juana, que cantó en su primer LP Amancio Prada), el gallego Ramón Cabanillas, o, incluso -aunque más reciente en la voz de Luis Pastor- el extremeño Luis Chamizo (que escribía en dialecto extremeño). Y, cómo no, los tres grandes poetas en las otras tres lenguas cooficiales: el vasco Gabriel Aresti, el catalán Salvador Espriu, y el gallego Celso Emilio Ferreiro. Todos estos poetas, pero muy especialmente estos tres últimos, deslumbraron con sus letras y su filosofía a toda una generación de cantores ansiosos en expresarse en su lengua materna y hablar de su tierra. Esto tiene mucha relación con el siguiente punto.
Muchas de estas canciones son grandes lecciones de historia: gracias a ellas aprendemos una base de sucesos históricos que, muchas veces, están sólo para el conocimiento de grandes estudiosos (para muchos, nuestra historia comienza con el matrimonio de estado de Isabel de Castilla y de Fernando de Aragón). Generalmente cuentan una injusticia y/ o derrota histórica cuya estructura suele ser: una época de bonanza para la gente de la región, muchas veces producida por una revolución contra una injusticia o una situación desfavorable o insoportable (Los comuneros; Quan el mal ve d’Almansa; «Aragón, 20 de diciembre de 1591» del grupo Boira; la versión de «Els segadors» de Rafael Subirachs, evocando el levantamiento de los segadores catalanes contra Felipe IV -gracias a Amara por su observación); se produce una batalla o invasión (La cantata del mencey loco; El rey Al’Mutamid dice
adiós a Sevilla de Carlos Cano) provocada por la reacción (o fuerza invasora) generalmente de índole real (Carlos I en Los comuneros, Felipe V en Quan el mal…); los rebeldes y/ o resistentes son apresados, y se procede a su ejecución; al final suele haber, a modo de epílogo, una canción inflamada, como un himno, en el que al mismo tiempo que se lamenta la injusticia histórica, se llama a recuperar aquello: por ejemplo, «Castilla, canto de esperanza» o el «Canto final» del mencey loco. Estas canciones venían a plantear dos cosas fundamentales: la pérdida de sus derechos e identidades por esta derrota hasta la actualidad, y que eran una excelente manera de denunciar al régimen entendiéndolo como sucesor de aquellos otros (esta idea aparece en uno de los versos de López Álvarez que no recogen Nuevo Mester de Juglaría para su canción).
Pero, por supuesto, también canciones que explicaran la situación actual, bien enlazándola con el pasado remoto («Regreso a la semilla» de Elisa Serna), bien meramente en sus días («Euskadin represioa» -la represión en Euskadi- de Txato Agirre, cantada tanto por Fernando Unsain como por Imanol).
También había himnos, cómo no, bien de la autoría del cantante, bien tomados de algún poeta: «Berros de loita» del poeta Cabada Vázquez, cantada por Benedicto; «Acción galega» de Cabanillas cantada por Xerardo Moscoso; el poema «Asturias» de Pedro Garfias, por Víctor Manuel; «La Rioja existe, pero no es» de Carmen, Jesús e Iñaki; «Aragón» de Labordeta (aunque éste encajaría más bien en la primera clase que hemos nombrado); «Ver para creer» de La Bullonera; «Verde y blanca» de Carlos Cano; «Batasuna» de Telesforo Monzón por Pantxo eta Peio, «Euskadi» o «Gure lekukotasuna» del grupo de rock progresivo Errobi… A parte de los himnos oficiales de cada tierra -si los había- declarados ilegales o parcialmente tolerados desde 1939: véase «Himno de Andalucía» (Enrique Morente, Jarcha, Carlos Cano), «Els segadors» (Marina Rossell, Subirachs), «O Breogán»… y otros más ilegales aún, antiguos, que reflejaban el sentir de un pueblo («Eusko gudariak», «La Santa Espina», «Pendón morado»…).
Aunque el sentimiento nacionalista o regionalista no necesariamente se tenía que reflejar literariamente, especialmente en épocas más duras en las que poco se podía decir y, generalmente, carecían de otra lengua que no fuera el castellano para expresarse. Aunque el interés antroplógico es evidente y obvio, no hay duda de que latía el sentimiento de reivindicación regional cuando Joaquín Díaz, Ismael, los cantautores vascos, los grupos castellanos, los grupos canarios y el Grup de Folk (amén del LP de Josep Maria Espinàs -fundador de Setze Jutges- Cançons tradicionals), entre otros, deciden recuperar la música que era suya y que el régimen les había robado (o les había intentado robar) para legitimar la unidad nacional: el espíritu español que se manifiesta a través de sus «peculiaridades regionales». No podían, claro, entonces considerarse de subversivos y peligrosos (en cuanto a los que únicamente se dedicaban a la interpretación estricta de estos temas: me refiero a los comienzos de los castellanos y de los canarios). Esto supuso un primer paso para que en la siguiente década estos grupos castellanos y canarios se politizaran, a la vez que salían nuevos grupos de folk muy combativos, incluso entre muchos que al principio se negaron a hacer algo parecido a folklore, como era el caso gallego, hartos de ver la usurpación de la gaita y el pandeiro que el régimen hacía. Grupos como los gallegos Fuxan os Ventos y Xocaloma, junto a los anteriores Voces Ceibes y nuevos cantautores, como Luis Emilio Batallán; los aragoneses Boira y La Bullonera; los andaluces Jarcha; los castellanos La Fanega; los baleares Uc; los vascos Oskorri o Aseari, los asturianos Nuberu; los canarios Chincanarios y Verode; además de los grupos y solistas ya citados, venían, a principios y mediados de los 70, a reivindicar su tierra con la palabra, pero también con los sones y danzas de sus tierras. Cosa que también se puede rastrear en el rock de estilo progresivo que se empieza a hacer entonces: el rock andaluz, mezclando el flamenco con la guitarras eléctricas: Smash, Triana, Alameda, Medina Azahara… (es representativa las declaraciones de Tele, batería de Triana: «Chicago son de Chicago y se llaman Chicago. Pues nosotros somos de Triana»; el rock vasco de Errobi, el gallego de NHU, y los grandes grupos catalanes de rock progresivo: Iceberg, Companya Elèctrica Dharma…
Durante todos aquellos años que van aproximadamente desde mediados de los 60 hasta finales de los 70, estos cantantes tomaron como responsabilidad propia el hacerse voceros de su tierra, de su lengua, de sus gentes, de sus penas y alegrías, de su historia, y de las injusticias que sufrían para reivindicar lo que historicamente les pertenecía como pueblo y para acercar sus sentimientos al resto del país.. Nadie debería sentirse ofendido por ello.
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20
Ene
Posted by Gustavo Sierra Fernández in Música. Tagged: Andalán, Antonio Curiel, Antonio Mata, Argia, Aseari, Benedicto, Benito Lertxundi, Benito Moreno, Bibiano, Boira, Cameretá, canción portuguesa, Canciú Mozu Astur, Carlos Cano, Catalunya, copla, EDIGSA, Emilio Cao, Eneko Labeguerie, Enrique Morente, Errobi, Esukadi, Euskal Kanta Berria, Euskalherria, Ez Dok Amairu, flamenco, folk, folklore vasco, Fuxan os Ventos, Imanol, Joaquín Carbonell, Jorge de Oteiza, José Afonso, José Menese, Juan de Loxa, Kako Senante, La Bullonera, Labordeta, Lourdes Iriondo, Luis Emilio Batallán, Lupe, Manifiesto Canción del Sur, Manuel Gerena, María Manoela, Mikel Laboa, Miro Casabella, Mixel Labeguerie, Nova Cançó, Nova Canción, Nuberu, Nueva canción, Nueva Canción Aragonesa, Nuevo Flamenco, Oskorri, Raimon, regionalismo aragonés, rock progresivo, Rogelio Botanz, Sabandeños, Setze Jutges, Taburiente, Tomás Bosque, Venezuela, Verode, Vicente Araguas, Vicente Soto "Sordera", Voces Ceibes, Xavier G. del Valle, Xerardo Moscoso, Xulio Formoso. Comentarios desactivados en Historia de la canción de autor: los inicios, Euskal kanta berria, Nova canción galega y otros
Poco a poco, la Nova cançó fue consiguiendo adeptos, admiradores e imitadores fuera de Cataluña también, como hemos visto con la Nueva canción. En realidad, simplemente fue la catalización de unos sentimientos muy generalizados y de unos gustos musicales comunes: aunque algunos fueran más «afrancesados», otros «aportuguesados», otros «norteamericanizados» y otros «latinoamericanizados», siempre era la canción con mensaje. Es curioso, pero no fue determinante, que allá donde tocaba Raimon, florecían nuevos colectivos y propuestas generalmente regionalistas.
Euskal kanta berria
Fue en el año 61 cuando los hermanos Labeguerie, Mixel y Eneko, sacaron su 1er EP en vasco. Esto les hizo ser los auténticos pioneros de la canción vasca. Poco más tarde sería cuando se formaran los colectivos; uno de ellos fue el formado en torno al escultor vasco Jorge de Oteiza:
Cuenta una leyenda vasca que un santo se encontró un día al diablo, y el diablo le propuso un trato:
le propondría un número y el santo tendría que responder qué significaba ese número; el santo aceptó. El demonio comenzó, pues: Bat/ Uno, Jainkoa/ Dios, dijo el santo; Bi/ dos, preguntó el diablo, Aita eta semea/ el Padre y el Hijo, respondió el santo… Estuvieron así hasta llegar a 12: Hamabi?, dijo el diablo, Apostoleak, respondió el santo; Hamahiru/13, dijo el diablo, Amairu?, dijo el santo, Amairu… Ez dok amairu!/ No hay trece.
Esta fue la leyenda que deslumbró a Jorge de Oteiza; según Benito Lertxundi, lo que quería decir Oteiza es que no caben treces con la cultura. El colectivo contó desde el principio con Mikel Laboa, quien desde entonces era considerado el patriarca de la canciçon vasca: fue en 1964 su 1er recital en vasco. Luego se fueron uniendo Lourdes Iriondo, Benito Lertxundi… Así hasta completar, de nuevo fortuitamente, doce. El otro colectivo fue Argia (luz), donde estuvieron Imanol y Lupe entre otros. En esta ocasión no hubo choque de intereses: ambos colectivos reivindicaban la lengua, la poesía y la tierra vasca, y ambos usaron sin complejos el folklore euskaldun, recopilado a lo largo de los siglos por maestros en cancioneros. Al igual que a los catalanes, a los cantautores vascos se les veía al principio como una rareza foklórica, a la que no tenían demasiado en cuenta… Sin embargo, la cosa fue avanzando, y los vascos, al igual que los catalanes, y después los gallegos, rompieron sus fronteras. Más tarde, rompiendo con el austerismo inicial, aparecerían nuevas propuestas como el folk de Oskorri y Aseari, o el rock progresivo de Errobi, y más cositas…
A Nova canción galega
Todo esto había pasado a mediados de los 60: ya había canción de autor en catalán, en castellano, en vasco… Entonces, «¿e por qué non en galego?», dijeron los futuros miembros de Voces ceibes (voces libres). El colectivo, imitando a los Jutges catalanes, puso como preceptos la difusión y defensa del gallego y sus poetas, y musicalemente se alejaron de foklorismos y buscaron como medio de expresión la Canción portuguesa, por lo general, representada por José Afonso. El sello catalán Edigsa, que había abierto sucursales en el País Vasco para los cantautores euskaldunes, abrió también en Galicia otra, donde se grabaron los 1ºs EPs del colectivo: Miro, Benedicto, Xerardo, Xavier, Vicente… comenzaban así sus andanzas en la canción de autor. Sin embargo, la rigidez inicial de sus preceptos no les permitía avanzar más, aparte de las críticas de nuevos cantautores y grupos de folk. Es así que a finales de los 60 Voces ceibes se disuelve y se forma un colectivo mucho más plural, en donde cabían, además de los ya citados más Bibiano, los Fuxan os Ventos, Luis Emilio Batallán, Emilio Cao, María Manoela… Y desde Venezuela, un gallego exiliado: Xulio Formoso daba sus geniales contribuciones.
Otras propuestas interesantes
Manifiesto canción del sur nació en Andalucía oriental, en torno al poeta Juan de Loxa. Sus objetivos son análogos a los otros colectivos, sólo que añaden la recuperación de la identidad andaluza y su folklore para protegerse del expolio cultural del franquismo. Forman parte de él Benito Moreno, Antonio Mata, Antonio Curiel, Carlos Cano… Su forma de expresión es la copla.
Nuevo flamenco
No hace falta hablar demasiado de algunos componentes del nuevo flamenco surgido a principios de los 60: José Menese, Manuel Gerena, Enrique Morente, Vicente Soto «Sordera»… Mezclaban la tradición flamenca con la poesía y la protesta, reivindicando a la vez la fuerza contestataria del flamenco.
Canciú mozu astur y Cameretá
Fueron colectivos en los que comenzaron cantante y grupos en bable, generalmente folk, como Nuberu o Gerónimo Granda.
Nueva canción canaria
Un movimiento fuertemente regionalista que abarcaba a grupos de folk como Los Sabandeños, Taburiente, Verode, y cantantes como Kako Senante o Rogelio Botanz.
Nueva canción aragonesa
Fue un movimiento de canción de autor y folk en la que estaban José Antonio Labordeta, Joaquín Carbonell, Tomás Bosque, Boira, La Bullonera… Se englobó en los movimientos regionalistas aragoneses como Andalán, dirigido principalmente por el propio Labordeta.
Nota bene: he corregido el texto porque contenía algunos errores, como confundir Andalucía oriental con Andalucía occidental (¡¡esa geografía!!), y había excluido una propuesta tan bella e interesante como fue la canción aragonesa.
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27
Oct
Posted by Gustavo Sierra Fernández in Música. Tagged: Aguaviva, Al Tall, Almas Humildes, Amancio Prada, Antonio Resines, Aseari, Benedicto, Benito Lertxundi, Bernardo Fuster, Bibiano, Boira, canción de autor, Canción del Pueblo, Carlos Cano, Carmen Jesús e Iñaki, Celso Emilio Ferreiro, Chincanarios, Daniel Vega, Elisa Serna, Enrique Morente, Ez Dok Amairu, Federico García Lorca, folk, Fuxan os Ventos, Gente del Pueblo, González Lucini, Grup de Folk, Imanol, Jarcha, Jaume Arnella, Javier Maestre, Joaquín Carbonell, Joaquín Díaz, José Menese, La Bullonera, La Fanega, Labordeta, León Felipe, Lole y Manuel, Lourdes Iriondo, Luis Emilio Batallán, Luis López Álvarez, Luis Mendo, Manuel Gerena, Manuel Luna, María Manoela, Maria del Mar Bonet, Marina Rossell, Miguel Hernández, Mikel Laboa, Moreno Galván, Natxo de Felipe, Nuberu, Nuestro Pequeño Mundo, Nuevo Mester de Juglaría, Oskorri, Pablo Guerrero, Patxi Andión, Pau Riba, Rafael Alberti, Rosalía de Castro, Sabandeños, Serrat, Setze Jutges, Suburbano, Taburiente, Torrego Égido, Víctor Manuel, Voces Ceibes, Xabier Lete, Xerardo Moscoso, Xocaloma. 12 comentarios
Aunque, seguramente, cometeré exclusiones, inexactitudes y un sin fin de defectos, aquí presento como colofón, una relación de nombres propios de los que hicieron posible el folk, incluido su gemelo el flamenco, entre el 63 y el 81:
Aguaviva: formado a mediados de los 60, Aguaviva fue la bandera del folk-rock español, combinando el pop con la poesía de Alberti, León Felipe e incluso
Celso Emilio Ferreiro (traducido, nadie es perfecto): su gran éxito fue el poema de Alberti «Poetas andaluces», que llevaron al Festival de San Remo.
Almas Humildes: buen grupo de folk-rock de poca duración, que tuvo a Antonio Resines (no el actor) como vocalista, quien, tras la corta vida del grupo, inició carrera en solitario. Su gran éxito fue «Los cuervos».
Amancio Prada: un cantautor leonés que podía cantar en gallego y en castellano indistintamente y a los poetas de las dos lenguas:
Rosalía de Castro, Luis López Álvarez, Lorca… Merece destacar su habilidad de imitar a la guitarra el ritmo de la pandeirada. Su gran disco fue
Rosalía de Castro.
La Bullonera: grupo de folk aragonés; su vocalista, Javier Maestre, es un gran cantor de jotas (no así Labordeta, quien dice él mismo que le falta estilo), con las que reivindicaron su tierra. El resultado son tres discos llamados La Bullonera y uno último llamado
Punto.
Boira: otro grupo aragonés (siento no poder dar más datos)
Carlos Cano: se le puede considerar el anti-Manolo Escobar al cantar los mismo ritmos pero con temas opuestos; fue el responsable de la recuperación de la copla, y la usó para criticar a quien se la había apoderado: los señoritos andaluces.
Carmen, Jesús e Iñaki: trío de mediados de los 70, que reivindicaron la identidad histórica de La Rioja.
Daniel Vega: cantó por Cantabria (sin más datos)
Elisa Serna: miembro-fundadora de Canción del Pueblo y valedora del folk castellano.
Enrique Morente: cantaor protesta; llega a traducir a Miguel Hernández al flamenco.
La Fanega: grupo folk castellano.
Gente del Pueblo: conjunto de flamenco protesta; se distinguieron por la invención de la «sevillana reivindicativa».
Jarcha: grupo de flamenco protesta; cantaron Hernández, Lorca y Alberti. Después evolucionaron hacia un sonido folk-rock que no acaba de convencer a muchos.
Joaquín Carbonell: cantautor aragonés
Joaquín Díaz: el auténtico precursor del folk castellano y en general en este país; ha llegado a usar la música tradicional para la protesta e incluso ha cantado canciones republicanas.
José Antonio Labordeta: el gran e incombustible cantautor de Aragón
José Menese: otro gran cantaor protesta que cantaba los textos de Moreno Galván.
Lole y Manuel: dúo de flamenco progresivo, no tanto protesta como poesía
Manuel Gerena: aunque en su día los clasistas y puristas, por razones políticas más que artísticas, le excluyeran de certámenes, él es otro de los grandes cantaores protesta
Manuel Luna: cantautor de La Mancha
Nuestro Pequeño Mundo: el gran grupo iniciador del folk en este país
Nuevo Mester de Juglaría: el frupo castellano que dio un giro al folk hacia intereses más políticos
Pablo Guerrero: en los inicios, este cantautor extremeño cantó temas rurales y de denuncia acerca de la situación de Extremadura
Los Sabandeños: los padres del folk canario
Taburiente: otro grupo canario
Los Chincanarios: otro grupo canario nacido al amparo de Sabandeños
Aseari: cantautor vasco
Benito Lertxundi: miembro fundador de Ez dok Amairu
Imanol: el enorme cantautor vasco
Lourdes Iriondo: miembro fundadora de Ez dok Amairu
Mikel Laboa: miembro fundador de Ez dok Amairu; el patriarca de la nueva canción vasca
Natxo de Felipe: vocalista de Oskorri; sacó un único disco en solitario (pero acompañado del grupo) llamado como él.
Oskorri: el gran grupo de folk vasco
Xabier Lete: cantautor y poeta
Al Tall: la senyera del folk valenciano
Jaume Arnella: miembro fundador de El Grup de Folk
María del Mar Bonet: miembro de Setze Jutges; para muchos, la gran voz de las Baleares
Marina Rossell: la otra gran valedora del folk mediterráneo
Pau Riba: miembro fundador de Grup de Folk; concilió el folk patrio y el extranjero junto a la psicodelia y el rock progresivo
Benedicto: miembro fundador de Voces Ceibes (sobre él lo he dicho ya casi todo, pero nunca me canso)
Bibiano: miembro de Voces Ceibes; uno de los primeros en utilizar la música tradicional gallega junto al rock progresivo
Fuxan os Ventos: el grupo que reinventó el folk gallego
Luis Emilio Batallán: otro de los grandes cantautores gallegos
María Manoela: cantautora gallega;
Idioma meu es su gran ttrabajo
Xerardo Moscoso: otro de los grandes miembros de Voces Ceibes
Xocaloma: grupo de folk
Nuberu: el grupo que decidió que lo asturianu debía cantarse en asturianu.
Suburbano: si existe un rock rural, Suburbano son los padres de algo que podríamos llamar folk urbano. Liderados por Bernardo Fuster y Luis Mendo, comenzaron sus andanzas por el año 79, mezclando todo tipo de folk: música gallega, ramalazos flamencos, rumba catalana… Son, entre otras cosas, artífices de la banda sonora de «Makinavaja: el último shoriso».
Y ya está. La lista no está completa, las más de las veces por falta de datos. Por otro lado, a veces es difícil de clasificar un cantante o grupo como folk o como no folk: es el caso de Serrat, Víctor Manuel, Patxi Andión o Benedicto. Si aquí falta alguien, algún dato está equivocado o falta algún matiz, no dudéis en hacerlo constar en comentarios. Para más información recomiendo los libros de González Lucini y de Luis Torrego Égido.
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21
Oct
Posted by Gustavo Sierra Fernández in Música. Tagged: Aguaviva, Al Tall, Al'Andalus, Amancio Prada, Andalucía, Antonio Mata, Antton Valverde, Aragón, Aseari, Asturies, Ángel Corpa, Benedicto, Benito Lertxundi, Benito Moreno, Bernardo Atxaga, Bernat Etxepare, Bitor Egurrola, Bitoriano Gandiaga, Blas Infante, Boira, Cabada Vázquez, Caco Senante, Canarias, canción de autor, Cantores de Híspalis, Carlos Cano, Carmen Jesús e Iñaki, Castilla, Catalunya, Celso Emilio Ferreiro, Chincanarios, Curros Enríquez, Daniel Vega, Eduardo Pondal, Elisa Serna, Eneko Labeguerie, Enrique Morente, Errobi, Euskadi, Euskalherria, Federico García Lorca, Fernando Unsain, Francisco Díaz, Fuxan os Ventos, Gabriel Aresti, Galicia, Gato Pérez, Gente del Pueblo, Gorka Knörr, Guillermina Motta, Iñaki Eizmendi, Imanol, Jarcha, Jei Noguerol, Joan Isaac, Joaquín Carbonell, José Alonso Fernández, José Mª Carrillo, José Menese, Joxe Maria Iparragirre, Juan Antonio Guzmán, Juan Antonio Muriel, Juan José Oña, Juan Velasco, Julia León, Koska, La Bullonera, La Fanega, La Mancha, Labordeta, Lizardi, Lluís el Sifoner, Lluís Llach, Los Juglares, Lourdes Iriondo, Luis Emilio Batallán, Luis López Álvarez, Luis Marín, Maite Idirin, Manex Pagola, Manoel María, Manolo Díaz, Manuel Gerena, Manuel Luna, Manuel Rodríguez López, Manuel Toharia, María Manoela, Maria del Mar Bonet, Mikel Laboa, Miren Aranburu, Miro Casabella, Mixel Labeguerie, Natxo de Felipe, Nuberu, Nuevo Mester de Juglaría, Oskorri, Ovidi Montllor, Pablo Guerrero, Pablo Herrero, Paco Ibáñez, Paco Muñoz, Pantxo eta Peio, Patxi Villamor, Pedro Ávila, Pedro Garfias, Pepe Suero, Pere Quart, popular, Raúl Alcover, Rafael Alberti, Raimon, Ramón Cabanillas, Rosalía de Castro, Sabandeños, Salvador Espriu, Salvador Távora, Suso Vaamonde, Taburiente, Telesforo Monzón, Tomás Bosque, Txato Agirre, Txomin Artola, Uc, Urko, Urretxuko Herria, Uxio Novoneira, Valencia, Víctor Manuel, Verode, Xabier Lete, Xerardo Moscoso, Xoán Manuel Casado, Xocaloma, Zorion Egileor. 4 comentarios
Aquí tenéis una relación de canciones regionalistas de, más o menos, todas las regiones: para aquellos que quieran cantar a su tierra, que no es un pecau. Ha sido extraída de 20 años de canción (1er volumen) de Fernando González Lucini:
ANDALUCÍA
Aguaviva:
¡Ay amor! (García Lorca-M. Díaz).
Poetas andaluces. (R. Alberti-M. Díaz
Al’Andalus
Pinceladas. (José Alonso Fernández).
Andalucía despierta.
Antonio Mata
Balada de los hombres del sur..
Entre la lumbre y el frío.
Benito Moreno.
Sevillano.
Los Cantores de Híspalis.
Despierta Andalucía (Aurelio Verde, Moya, Pascual González).
Cantores.
Carlos Cano.
Verde y Blanca (1976)
Viva la Grasia
La hoguera
Pasodoble p’Almería (1977)
Murga de los currelantes
La controversia
Rota oriental (R. Alberti)
Huelva mía (1980)
A una bella durmiente
Crónicas granadinas (1978)
Andalucía Superstar (1981)
El rey Al’Mutamid dice adiós a Sevilla (1980)
Enrique Morente.
Defender Andalucía.
Gente del Pueblo.
Todos a una (José Mª Carrillo).
Hay que repartir la tierra.
Sevillanas de la autonomía (Carrillo-J. A. Luque)
Arraigo andaluz (Carrillo-Lorenzo Gómez Holgado).
Se van por despeñaperros (Carrillo)
Otra Andalucía
Vinieron los moros
Jarcha
Shalon (P. Herrero)
Nuestra Andalucía (J. J. Oña)
Retratos de Andalucía (Oña-A. Corpa)
Andalucía (Eduardo Álvarez Heder-Corpa)
A pasito seguro (S. Távora) Andalucía: en pie (1980)
En pie (Távora)
Quebranto andaluz (Juan Antonio Guzmán-Corpa)
Himno de Andalucía (Inafante-Maestro Castillo)
José Menese
- Andalucía: 40 años
- Tan hermoso baluarte. Mi cante a la esperanza (rca, 1981)
Juan Antonio Muriel
- Poder andaluz (Belter 77)
- Entre la cal y el cubo
Luis Marín
- Cantata de Andalucía (Andrés Sorel) Lp completo (Movieplay, 1977)
- El anarquismo andaluz (Antonio María Calero) (1977)
Manuel Gerena
- El sudor unido es una bandera. Canto a la unidad de verdad (Movieplay, 1978)
- Andalucía es la madre
Manuel Toharia
- Romance de la conquista de Alhama, con la cual comenzó la última guerra de Granada. (anónimo morisco) (Movieplay, 1976)
Paco Ibáñez (La poesía española de hoy y de siempre –Polydor, 1972) JARCHA (Andalucía vive –Novola-Zafiro, 1975) Los Juglares (Está despuntando el alba –Ariola 1976)
1. Andaluces de Jaén
Paco Ibáñez
1. La gran pérdida de Alhama (anónimo)
2. Balada del que nunca fue a Granada
Pedro Ávila
- Perdido está el andaluz (Alberti). El hombre nuevo cantando
Pepe Suero
1. Andaluza flor morena (M. Sánchez Pernía). Mi tierra es un potro (Columbia, 82)
2. Mi tierra es un potro (Schez. Pernía-Mª Carmen-Suero)
3. Andaluces que es de tó (Sánchez Pernía)
Raúl Alcover
- Por esta gente. En esta tierra (RCA, 78)
- Aquí lo digo. En esta tierra (72)
- Cancionero guía (para andar por el aire de Granada)
- Andalucía
- En esta tierra
ARAGÓN
Boira
1. Aragón, 20 de diciembre de 1591 (Agustín S. Vidal-Gaspar Sanz) De par en par (Guimbarda, 1979)
2. Aragón es parra vieja (Félix Bolea-Jacinto Martín-Alberto Bellido)
3. Nuestra tierra tiene entrañas (Eugenio Frutos-Jacinto Martín)
La Bullonera
- Hermana tierra amiga (María Pilar Navarrete-Maestre) (Movieplay 76); La Bullonera
2. Y estos yermos de Aragón (J. Maestre)
3. Me dicen que no quieres (Labordeta-Maestre)
4. Ver para creer
5. Bajo Aragón
Joaquín Carbonell
-Me gustaría darte el mar
-Canción para un invierno (Teruel)
-Con la ayuda de todos
-Nos quedamos solos
-Según me parece a mí
-Cuando vaya a Huesca
-Arcillas y romeros
-Zaragoza
-Aragón el Paraíso
-Soy de una tierra mudéjar
José Antonio Labordeta
–Aragón
-Coplas de Huesca
-Cierzo
-Amarga compañera
-Coplas de Palentonia
-Albada (escuchadla en directo acompañado por Imanol)
-Rogativa de agua
-Poema
Tomás Bosque
–Deseos
-A todos
ISLAS CANARIAS
Los Chincanarios
-Éste es mi pueblo
-Icod a los poetas
Juan Carlos «Kako» Senante
-Coplas para mi gente
-Qué te pasa tierra mía
-Ser gaviota
-Piedras en el mar
-Canarias (Julio Fajardo)
-Máscara de Carnaval
-Endecha de las dos islas
-Siete
-Una gaviota en Madrid
Los Sabandeños
–Cantata del mencey loco (Lp completo)
-Las seguidillas del salinero (Lp)
-Guanche (Lp)
-Canarios en la independencia de Latinoamérica (Lp)
-Cantos canarios (Lp)
-El güeyero
-Lucha canaria
-Folías parranderas
Taburiente
-La raza vive
-Navidad guanche
-Ach Guañac
-Silencio de siglos
Verode
–Ser canario
-Romance del silbo gomero
-Canto al emigrante
CASTILLA
Amancio Prada.
–Romance de la reina Juana (Luis López Álvarez)
Elisa Serna
–Áspera meseta
-Regreso a la semilla
La Fanega
–Una jota castellana
-Cogiendo los tractores
Juan Velasco
–Lagarteranas del tío Juan
Julia León
-El arriero
-La pinariega
Nuevo Mester de Juglaría
–Los comuneros (Lp)
LA MANCHA
Manuel Luna
–Seguidillas manchegas
-A la Mancha
GALICIA
Benedicto
–Pola unión (Curros Enríquez)
-Berros de loita (X. Cabada Vázquez)
Fuxan os Ventos
–Cántiga de berce
-Brazo pra seitura
-Cantar de cego II
-Cántiga pra unha androidada (X. Luis Rivas Cruz)
-Cara á libertade
-Mencer
Jei Noguerol
–Alborada pra mañán
-Cántigas pra rematar
Luis Emilio Batallán
–Ahí ven o maio
María Manoela
–Idioma meu
-Falade galego
Miro Casabella
-Anacos
-O meu país (Xoan Manuel Casado)
-Ti, Galiza
-O mariscal (Cabanillas)
-Comenzo de canto (Uxio Novoneira)
-A bandeira
-Aló no alto de alba
-Meu carriño (Cabanillas)
-Os irmandiños (popular)
-Hino (Cabanillas-José Mario Blanco)
Suso Vaamonde
–Terra
-Vestida de aldraxe (Manuel Rodríguez López)
-Gaita irreal (C. E. Ferreiro)
-Galicia (Manoel María)
-Ninguén
-Letanía de Galicia (Uxio Novoneira)
-Limiar (Ferreiro)
-Bande (Ferreiro)
Xerardo Moscoso
–Deitado frente ao mar (Ferreiro)
-Acción galega (Cabanillas)
-Galicia (Salvador García Bodaño)
-Pobo, terra e lingoa (G. Roxo)
-Este vaise… (R. de Castro)
-As augas das fontes e os ríos
Xocaloma
–Terra
-Iste é o meu pobo
-A lingoa tiveran (Eduardo Pondal)
-A Villagarcía (popular)
-O vello libro
-Miña Galicia
-Cántiga pra Daniel
EUSKAL-HERRIA
Antton Valverde
–Utsa
-Itsuak ezinikusi (X. Lete)
Aseari
–Euskal andreari
Benito Lertxundi
–Oi gure lurra
-Oi lur, oi lur (Lizardi)
-Herribehera
-Zuberoa I
-Zuberoa II
-Oi Zuberoa
-Aizkoako mendietan
-Amodiozko poema (Errepolloneuke)
-Orbaizetako arma olaren kantua
-Bizkaia maite (Irigaray)
Bitoriano Gandiaga
–Oroitza (Iparragirre)
Errobi
–Euskadi
-Gure zortea
-Nora goaz
Fernando Unsain
–Euskadin represioa (Txato Aguirre)
-Olabeagatik (A. Irigoyen)
-Aizkorritik itsasora
Gorka Knörr
–Eskolan
-Gebara
-Oi arnasa hura (B. Gandariaga)
-Herri bat gara (Irigoien)
-Etorriko direnel (P. Zabaleta)
-Herri geldieznari
-Edongo ari
Imanol
-Josepa Mendizabal (Aresti)
-Euskadin represioa (Aguirre)
-Mendian gora
Iñaki Eizmendi
-Gure jakintsuak
-Gure herria (Atxaga)
-Euskalerria neska balitz
Koska
–Baserriak (A. Guilló)
-Bihozkadar (Lp)
Lourdes Iriondo
–Kitarratxoa ta euskera (Zugasti)
-Nere erria (poema judío)
-Beotibarko gudua
-Igora euskera! (Iparragirre)
Maite Idirin
-Umezurtza (Bitor Egurrola)
-Herri miña (J. Ganbarena)
-Bakoitzak bere (J. Apalategi)
-Euskara (B. Etxepare)
Manex Pagola
–Ez da berria ene kantua
Mikel Laboa
–Herria eta hizkuntza
-Orreaga
Miren Aranburu
-Gaurko Euskal Herriari
-Zure barnean
Natxo de Felipe
–Zergatik zara zu mitozale
-Kapitain piloto (Aresti)
-Aingizko herrian (Aresti)
Oskorri
–Emazurtz (Aresti)
-Euskal unibertsitatea (Amuriza)
-Oskorri (Aresti)
-Bizkaiko aberatsak (Aresti)
Pantxoa eta Peio
-Bai euskarari
-San Prudentzio, San Agustín (Pagola)
-Astiri bat Garazin (Pagola)
-Telebixta eta radio
-Nun dago?
-Kanta aberria
-Batasuna -unidad- (Monzón)
-Ikastoletako ereserkia
-Itsaso ondoan
-Nigarra belgian
-Euskaldunek munduan
Patxi Villamor
-Herri batean
Txomin Artola
–Arrantzale erri
-Lau urte nituelarik
Urko
-Agur Euskal-Herriari
-Guk euskaraz
-Lehenengo ikaskaia
-Nor nintzen ni
-Herri bat (Goikoetxea)
-Goiherri (Zabaleta)
Xabier Lete
-Euskalerri nerea
-Nafarroa, arragoa
-Alzateko Juan
-Kontrapas
-Gauaren ordezko eguna (Valverde)
Zorion Egileor
–Izurrin zaharra
-Nere atzak
Urretxuko herria: Gernikako arbola
Telesforo de Monzón: Batasuna
Mixel Labeguerie/ Eneko Labeguerie: Parisen eta Madrilen
Guillermina Motta: A un amic del País Basc
Raimon
-País Basc
-A un amic d’Euskadi
VALENCIA
Al Tall
–Procesó
-Romanç de cec
-Lladres
-Cant de maulets
-Tío Canya
-Del saber
Lluís Sifoner
-Yo soy Vicente
-Día nacional
-No tinc res contra Castella
-25 de Abril
-Moxeranga
-Som
-Als nous valencians
Ovidi Montllor: A Alcoi
Paco Muñoz
–Vos vull parlar
-Et sents valencià?
-Què vos passa valencians?
ASTURIAS
Francisco Díaz: Asturias
Nuberu:
-Asturies: tiempu de nosotros
-Aída Lafuente
-Atiendi, Asturies
-Dios te llibre de Castiella
Víctor Manuel
-Asturias (P. Garfias)
-Aída Lafunete
CATALUNYA
Joan Isaac: Barcelona, ciutat gris
Gato Pérez
–Rumba de Barcelona
-Passejant pel Vallès
Lluís Llach:
-Verges 50 (Lp)
-La meva terra
Ovidi Montllor
-Corrandes de l’exili (P. Quart)
Raimon: El meu poble i jo (S. Espriu)
VARIOS
María del Mar Bonet. Cobles de la divissió del Regne de Mallorca
UC. En aquesta illa tan pobra
Daniel Vega. Cantabria
Pablo Guerrero. Extremadura
Carmen, Jesús e Iñaki.
-La Rioja existe
-La Rioja empieza a caminar
Claro que la lista no está completa, pero es un buen comienzo.
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21
Oct
Posted by Gustavo Sierra Fernández in Música. Tagged: Adolfo Celdrán, Aguaviva, Aitor Badiola, Al Tall, Al'Andalus, Alberto Cortez, Alberto Pérez, Alfredo Carrión, Alfredo Zitarrosa, Almas Humildes, Alpataco, Amancio Prada, Amaury Pérez, Amerindios, Amparo Ochoa, Ana Belén, Andrés Jiménez, Antonio Curiel, Antonio Mata, Antonio Resines, Antton Valverde, Aseari, Atahualpa Yupanqui, Aute, Ángel Parra, Barcelona Traction, Benedicto, Benito Lertxundi, Benito Moreno, Bernardo Fuster, Bibiano, Bitoriano Gandiaga, Boira, Caco Senante, canción de autor, Cantores de Híspalis, Carlos Cano, Carlos Megía Godoy, Carmen Jesús e Iñaki, César Isella, Charo Cofré, Chicho Sánchez Ferlosio, Chincanarios, Claudina y Alberto Gambino, Companya Elèctrica Dharma, Contracanto, Coses, Cuixa, Daniel Salinas, Daniel Vega, Daniel Viglietti, Delfi Abella, Dolors Laffitte, Elisa Serna, Emilio Cao, Enric Barbat, Enrique Morente, Errobi, Fernando Unsain, Francisco Curto, Francisco Díaz, Fuxan os Ventos, Gabriel Salinas, Gato Pérez, Gente del Pueblo, Gerónimo Granda, Gontzal Mendibil, Gorka Knörr, Gualberto, Guillermina Motta, Guillermo, Hadit, Hibai Rekondo, Hilario Camacho, Horacio Guarany, Humo, Iñaki Eizmendi, Iceberg, Ignacio Fernández Toca, Imanol, Indio Juan, Inti-Illimani, Isabel Parra, Itziar, J. M. Espinàs, Jarcha, Jaume Arnella, Jaume Sisa, Javier Krahe, Javier Ruibal, Jei Noguerol, Joan Baptista Humet, Joan Isaac, Joaquín Carbonell, Joaquín Díaz, Joaquín Sabina, Jorge Melgarejo, José Antonio Espinosa, José Antonio Muriel, José Heredia Maya, José M. Bravo, José Mari Iriondo, José Menese, Juan Velasco, Julia León, Koska, La Bullonera, La Fanega, La Trinca, Labordeta, Las Madres del Cordero, Lluís el Sifoner, Lluís Llach, Lluís Miquel, Lobos, Lole y Manuel, Los Folkloristas, Los Juglares, Lourdes Iriondo, Luis Emilio Batallán, Luis Leal, Luis Marín, Luis Pastor, Lupe, Maite Idirin, Manex Pagola, Manolo Díaz, Manuel Gerena, Manuel Luna, Manuel Picón y Olga Manzano, Manuel Toharia, María Cinta, María Grau, María Manoela, María Salgado, Maria del Mar Bonet, Maricruz, Marina Rossell, Marisol, Marta Contreras, Massiel, Mercedes Sosa, Miguel López, Mikel Laboa, Miquel Porter, Miren Aranburu, Miriam Ramos, Miro Casabella, Moncho Alpuente, Nacha Guevara, Natxo de Felipe, Noel Nícola, Nuberu, Nuestro Pequeño Mundo, Nuevo Mester de Juglaría, O Carro, Oskorri, Osvaldo Rodríguez, Ovidi Montllor, Pablo Guerrero, Pablo Milanés, Paco Ibáñez, Paco Muñoz, Pantxo eta Peio, Patricio Castillo, Patricio Manns, Patxi Andión, Patxi Urrestarazu, Patxi Villamor, Pau Riba, Pavesos, Pedro Ávila, Pedro Faura, Pedro Luis Ferrer, Pep Laguarda, Pepe Suero, Pere Tàpies, Pi de la Serra, Pilocha, Quilapayún, Quintín Cabrera, Raúl Alcover, Rafael Amor, Rafael Subirachs, Raimon, Ramón Muntaner, Remei Margarit, Ricardo Cantalapiedra, Rosa León, Roy Brown, Sabandeños, Sapastres, Sara González, Senda, Sergio Ortega, Serrat, Silvio Rodríguez, Smash, Soledad Bravo, Suburbano, Suso Vaamonde, Taburiente, Tapinería, Teddy Bautista, Teresa Cano, Teresa Rebull, Tita Parra, Tito Fernández, Tomás Bosque, Triana, Txomin Artola, Urko, Vainica Doble, Víctor Jara, Víctor Manuel, Verode, Vicente Araguas, Violeta Parra, Xabier Lete, Xavier G. del Valle, Xavier Ribalta, Xerardo Moscoso, Xoán Rubia, Xocaloma, Xosé Manuel Conde, Zorion Egileor. 1 comentario
Os presento una lista de cantautores y grupos desde 1963 hasta 1982. Ha sido extraída de
20 años de canción (1er volumen) de Fernando Gonzáñez Lucini, un autor que se ha dedicado a su estudio y me ha enseñado bastante:
Canción en castellano:
Adolfo Celdrán
Aguaviva
Al’Andalus
Alfredo Carrión
Alberto Pérez
Almas Humildes
Amancio Prada
Ana Belén
Antonio Curiel
Antonio Mata
Antonio Resines
Benito Moreno
Boira
La Bullonera
Los Cantores de Híspalis
Carlos Cano
Carmen, Jesús e Iñaqui
Chicho Sánchez Ferlosio
Los Chincanarios
Daniel Vega
Elisa Serna
Els Sapastres
Enric Barbat
Enrique Morente
La Fanega
Francisco Curto
Francisco Díaz
Gato Pérez
Gente del Pueblo
Hadit
Hilario Camacho
Humo
Ignacio Fernández Toca
Javier Ruibal
Javier Krahe
Jarcha
Joan Manuel Serrat
Joaquín Carbonell
Joaquín Díaz
Joaquín Sabina
Jorge Melgarejo
José Antonio Espinosa
José Antonio Labordeta
José Antonio Muriel
José Heredia Maya
José M. Bravo
José Menese
Juan Carlos Senante
Juan Peña “El Lebrijano”
Juan Velasco
Julia León
Los Lobos
Lole y Manuel
Luis Eduardo Aute
Luis Leal
Luis Marín
Luis Pastor
Las Madres del cordero
Manolo Díaz
Manuel Gerena
Manuel Luna
Manuel Toharia
María Salgado
Maricruz
Marisol
Massiel
Miguel López
Moncho Alpuente
Nuestro Pequeño Mundo
Nuevo Mester de Juglaría
Pablo Guerrero
Paco Ibáñez
Patxi Andión
Pedro Ávila
Pedro Faura (Bernardo Fuster)
Pepe Suero
Raúl Alcover
Ricardo Cantalapiedra
Rosa León
Los Sabandeños
Senda
Suburbano
Taburiente
Teddy Bautista
Teresa Cano
Tomás Bosque
Vainica Doble
Verode
Víctor Manuel
Euskaraz kanta
Aitor Badiola
Antton Valverde
Aseari
Benito Lertxundi
Bitoriano Gandiaga
Errobi
Fernando Unsain
Gontzal Mendibil
Gorka Knörr
Hibai Rekondo
Imanol
Iñaki Eizmendi
Itziar
José Mari Iriondo
Koska
Lourdes Iriondo
Lupe
Maite Idirin
Nanex Pagola
Mikel Laboa
Miren Aranburu
Natxo de Felipe
Oskorri
Pantxoa eta Peio
Patxi Urrestarazu
Patxi Villamor
Txomin Artola
Urko
Xabier Lete
Zorion Egileor
Cançó en català, valencià i mallorquì
Al Tall
Coses
Cuixa
Delfí Abella
Dolors Laffitte
Enric Barbat
Guillermina Motta
Jaume Arnella
Jaume Sisa
Joan Baptista Humet
Joan Isaac
Joan Manuel Serrat
Josep M. Espinàs
Lluís Llach
Lluís Miquel
Lluís El Sifoner
María Cinta
María Girau
María del Mar Bonet
Marina Rossell
Miquel Porter
Ovidi Montllor
Paco Muñoz
Pau Riba
Els Pavesos
Pep Laguarda
Pere Tàpies
Pi de la Serra
Rafael Subirachs
Raimon
Ramón Muntaner
Remei Margarit
Tapinería
Teresa Rebull
La Trinca
Xavier Ribalta
Canción en galego
Amancio Prada
Benedicto
Bibiano Morón
Emilio Cao
Fuxan os Ventos
Guillermo Roxo
Jei Noguerol
Luis Emilio Batallán
María Manoela
Miro Casabella
O Carro
Pilocha
Suso Vaamonde
Vicente Araguas
Xavier González del Valle
Xerardo Moscoso
Xoan Rubia
Xocaloma
Xose Manuel Conde
Canción en bable
Gerónimo Granda
Nuberu
Canción latinoamericana
Alberto Cortez
Alfredo Zitarrosa
Alpataco
Amaury Pérez
Amerindios
Amparo Ochoa
Andrés Jiménez
Ángel Parra
Atahualpa Yupanqui
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César Isella
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Contracanto
Charo Cofré
Daniel Salinas
Daniel Viglietti
Los Folkloristas
Gabriel Salinas
Horacio Guarany
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Los Juglares
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Marta Contreras
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Osvaldo Rodríguez
Pablo Milanés
Patricio Castillo
Patricio Mans
Pedro Luis Ferrer
Quilapayún
Quintín Cabrera
Rafael Amor
Roy Brown
Sara González
Sergio Ortega
Silvio Rodríguez
Soledad Bravo
Tita Parra
Tito Fernández
Víctor Jara
Violeta Parra
Por supuesto, ésta lista no está completa: hay quien incluiría a cantantes y a grupos como Gualberto, Smash, Triana, Barcelona Traction, Iceberg, Companya Elèctrica Dharma…
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19
Oct
Posted by Gustavo Sierra Fernández in Música. Tagged: agermanats, Al Tall, Al-Andalus, Amancio Prada, Andalucía, Aragón, Aseari, Asturies, Benedicto, Bibiano, Blas Infante, Boira, Canarias, canción de autor, Cantabria, Carlos Cano, Carmen Jesús e Iñaki, Castilla, Catalunya, Companyia Elèctrica Dharma, Comuneros, Coses, Daniel Vega, Elisa Serna, Eliseo Parra, Euskadi, Euskalherria, folk, Fuxan os Ventos, Galicia, Gerónimo Granda, guanches, guerra civil, Imanol, J. M. Espinàs, Jarcha, Joaquín Carbonell, Joaquín Díaz, José Menese, La Bullonera, La Fanega, La Mancha, La Rioja, Labordeta, León, Luis López Álvarez, Manuel Gerena, Manuel Luna, María Manoela, Marina Rossell, Nuberu, Nuevo Mester de Juglaría, Oskorri, Rafael Subirachs, Sabandeños, segadors, Taburiente, Uc, Valencia, Víctor Manuel, Xabier Lete, Xerardo Moscoso. Comentarios desactivados en Historia del folk español VIII: el regionalismo
El folk-protesta trajo una gran novedad a la canción protesta: el regionalismo (sé que se podría llamar nacionalismo en algunos casos, pero como esa palabra no me gusta, y me refiero a algo más bien reivindicativo desde un sentido menos violento, prefiero usar ésta porque es más simpática). Y es que ¿se os ocurre que la música tradicional para reivindicar la región, la poesía, la lengua o dialecto y, como no, la música? Pues a eso me refiero.
Bien es cierto que bastantes cantautores «convencionales» ya habían reivindicado con canciones su tierra; por ejemplo, Josep María Espinàs, además utilizando una vieja balada, reflexionaba: «Qué s’ha fet dels mocadors/ que volien ser banderas?». Pero es a principios de los 70 cuando la música empieza a ser bandera de las diferentes regiones y no viene de la mano de los catalanes, los vascos o los gallegos: sino de los castellanos. En 1969, el grupo Nuevo Mester de Juglaría editó lo que fue la colección de himnos regionalistas castellanos más importantes, basados en el libro de poemas de Luis López Álvarez con el mismo título, este grupo redefinió el orgullo de ser de Castilla:
Los Comuneros fue el signo de que el folk dejaba su mera labor de interpretación para convertirse en un instrumento más de protesta.
Este regionalismo reivindicaba a través de la poesía regional y de la música tradicional no sólo la cultura, sino también la historia: se recuerda viejas eras, amargas derrotas en las que los reyes moros de Al-Andalus, los comuneros de Castilla, los agermanados valencianos o los guanches de Canarias cayeron en manos de lso reyes de España, quedando aplastada su identidad regional.
Antes que Mester de Juglaría, trabajaba en Canarias Los Sabandeños; fue en Canarias donde más pronto se empezó a hablar de independentismo y regionalismo, pero el salto a la canción protesta se produce a principios de los 70. Siguiendo el ejemplo de los castellanos, los Sabandeños recrearían la dura derrota guanche a mano de los reyes de Castilla en el disco
La cantata del mencey loco; a este le seguirían otros como
Canarios en la independencia latinoamericana. Tras su ejemplo, los nuevos grupos folk canarios comenzaron a identificarse con los guanches: Taburiente graba
La raza vive,
Ach Guañac; etc.
Siguiendo estos ejemplo, los valencianos Al Tall editarían en el 79, recreando la derrota y la represión de Valencia durante y tras la guerra de sucesión entre Carlos de Austria y Felipe V de Borbón.
Los andaluces también fueron muy precoces en esto, y así hay discos y canciones como
El sudor unido es una bandera de Gerena,
Andalucía: 40 años de Menese,
Blanca y verde y
Andalucía superstar de Carlos Cano, y, cómo no, las canciones de Jarcha, tal vez los más regionalistas:
Nuestra Andalucía, Andaluces de Jaén, Segaores y una versión del
Himno de Andalucía de Blas Infante, padre del andalucismo.
Los vascos también tienen buenos ejemplos:
Agur Euskal-Herriai, Guk euskaraz, zu zergatik ez de Urko;
Oskorri, Euskadi euskaraz de Oskorri;
Oskorria-Burgos, 1970 de Imanol; y versiones del himno de batalla de la Guerra civil de los soldados vascos:
Eusko gudariak; Aseari lo graba así, Oskorri lo utiliza de base y también Xabier Lete en
Euskalerri nerea (truco: aunque grabado en una era anterior a la muerte de Franco, siempre se podía decir que se trataba de la canción popular
Atzo Bilbon, canción que es la base de esta otra).
Los gallegos, que ya se habían reconciliado con la música tradicional, tampoco dudan en usarla para la protesta. Benedicto, Bibiano, María Manoela, Xerardo Moscoso entre otros, junto al grupo revelación folk Fuxan os Ventos, arroparon sus propios textos o los de los poetas gallegos con su música. Un ejemplo muy claro es la del cantautor del Bierzo (León) Amancio Prada y su habilidad para imitar la pandeirada en la guitarra en algunos textos de Rosalía de Castro.
Los asturianos hasta entonces, habían estado representados por Víctor Manuel, y aunque él tuvo siempre sus raíces astures en muchas de sus canciones y llegó a cantar en bable, es a mediados de los 70 cuando solistas como Gerónimo Granda o el grupo de folk Nuberu cantan lo asturianu a lo asturianu: en bable y con su música. «Dios te guarde de Castiella» o «Atiendi, Asturies» son sólo dos ejemplos de este gran grupo astur.
En Cataluña había poco folk nuevo, aunque los grupos nuevos como Coses y los de rock-progresivo como Companyia Elèctrica Dharma lo tenían como base. Curiosamente, en lo musical, es la región menos regionalista abiertamente comparada con Castilla o Canarias; pero sí hay ejemplos como el de Rafael Subirachs cantando una incendiaria versión de Els Segadors. Más combativos en lo regionalista por el folk fueron los baleares: Marina Rossell canta Els segadors, y el grupo UC reivindica la isla de Eivissa.
Los castellanos, curiosamente (quizás estaban más hartos que nadie de ser ejemplo de nada y que el resto de compañeros les criticasen por ser castellanos), son de los más regionalistas. Mester de Juglaría, pero también La Fanega, Joaquín Díaz o Elisa Serna, que cantaba en «Regreso a la semilla»: «…y Castilla no fue España» y «Regreso a la semilla que esparcieron los comuneros».
En Aragón cunde el ejemplo de Labordeta y su
Aragón o
Rogativa del agua y un largo etcétera de este gigante; junto a él Joaquín Carbonell y los nuevos grupos de jota reivindicativa: La Bullonera («Son los amos de mi tierra como el perro del hortelano» decía una canción, o ésta de viva actualidad: «Quien quiera quitarle el agua a Aragón/ se las tiene que ver con toda su población») y Boira, reviviendo los sucesos de 1591.
Expresiones menores, es decir, regiones con menos representación fueron La Rioja, con Carmen, Jesús e Iñaki: «La Rioja comienza a caminar», artífices de la toma de conciencia de una identidad riojana; el cántabro Daniel vega, y el manchego Manuel Luna.
Sin embargo, no era como es hoy nacionalismo en sentido perverso, sino regionalismo en sentido sano: las diferencias les unían lejos de separarlos; era justamente lo contrario que la ideología de Sección Femenina: si ellas decían «La unidad de España por sus diferencias», estos dijeron «La unidad y la solidaridad de los pueblos por sus diferencias, pero no sumisión»; si en ellas primaba la unidad, aquí prima la diferencia. Y quizás por esto salen también personas como Eliseo Parra, que, aunque trabaja con el folklore castellano, se presta a todo tipo de folklore.
Debería quedar de ejemplo esta solidaridad que hubo para hoy, cuando tanto nos torturan con centralismos o nacionalismos (xe!: que el centralismo también es un nacionalismo!), unirnos en solidaridad y compartir lo que de bueno tienen todas las regiones: no imponerse ni sobreponerse ni subponerse.
(siento haber repetido tanto la palabra «ejemplo»)
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15
Oct
Posted by Gustavo Sierra Fernández in Música. Tagged: Agapito Marazuela, Aguaviva, Al Tall, Almas Humildes, Andalucía, Aragón, Aseari, Asturies, Aute, Balears, Benedicto, Bibiano, Boira, Canarias, canción de autor, Canción del Pueblo, Cantores de Híspalis, Carlos Cano, Castilla, Chincanarios, copla, Elisa Serna, Enrique Morente, Errobi, Euskadi, flamenco, folk, folklore, Fuxan os Ventos, Galicia, Gente del Pueblo, Gerónimo Granda, Gofiones, Goma, Gong, hippies, Jarcha, Joaquín Carbonell, Joaquín Díaz, José Menese, La Bullonera, La Fanega, Labordeta, Luis Emilio Batallán, Manuel Gerena, Maria del Mar Bonet, Marina Rossell, música celta, Milladoiro, Movemento Popular da Canción Galega, Nuberu, Nuestro Pequeño Mundo, Nuevo Mester de Juglaría, Oskorri, Patxi Andión, Pau Riba, Rafael Alberti, Remei Marguerit, rock andaluz, Sabandeños, Serrat, Smash, Triana, Uc, Valencia, Víctor Manuel, Voces Ceibes. 3 comentarios
Llegamos así a principios de los años 70: el panorama musical comercial está dominado por los llamados «ye-yes», mientras que en la canción protesta triunfa un estilo un poco más comercial: es indudable que Aute, Serrat y Víctor Manuel hacen canciones profundas pero envueltas en un estilo musical pop; también triunfan comercialmente los grupos de folk-rock como Almas Humildes o Aguaviva, poniendo a Alberti en el Hit-Parade. Mientras tanto, la música folk, el flamenco protesta, el jazz y los cantautores menos comerciales (a la vez que austeros) quedan para una minoría intelectual. Pero realmente, ¿estaba tan marginada la canción tradicional? No, pero sí enmascarada: es innegable que los grupos folk-rock la utilizan, especialmente Nuestro Pequeño Mundo, y que algunos cantautores, en algún o en otro momento también: en las canciones de Víctor Manuel ha estado siempre la raíz asturiana, al igual que en las de
Patxi Andión, la música vasca. Pero es justo a principios de los 70 cuando se produce aquello que Nuestro Pequeño Mundo, Riba, Bonet y otros tantos venían buscando.
Al igual que pasara en Norteamérica, de repente canción protesta y folklore se unen para siempre, pero ya no será la imitación del estilo americano: sino el estilo de la tierra de cada uno. Del interés antropológico se devendrá a la reivindicación contra el régimen y, que es lo que tiene de novedoso, a la reivindicación regionalista. Será mejor verlo por regiones.
Andalucía. Habrá que diferenciar dos cosas: lo que es cante andaluz, flamenco en sentido lato, y lo que es cante hondo. Bien es cierto que nadie incluye al flamenco, al cante hondo especialmente, dentro del folk, pero tratándose de una música que ahonda en las raíces, se puede considerar una especie de hermana gémela del folk lo suficientemente enorme como para no ser introducida. Pero como aquí tratamos de música tradicional española, le corresponde estar aquí por derecho.
Desde mediados de los 60 vienen dando guerra los llamados cantaores-protesta realizando una labor de recuperación del flamenco para el pueblo: los tres nombres más importantes son José Menese,
Enrique Morente y Manuel Gerena. En el cante de sus letras fueron más audaces incluso que los cantautores «convencionales». Es a principios de los 70 cuando empiezan a tratar de temas andalucistas.
Respecto a la música tradicional andaluza, cabe destacar a grupos de folk andaluz como Jarcha, andalucistas desde un principio, tocan flamenco y folk-rock casi a la vez; también Gente del Pueblo con sus sevillanas reivindicativas, o Cantores de Híspalis. Carlos Cano, figura señera del andalucismo musical, recupera la copla para los jornaleros y los emigrantes.
A mediados de los 70 surge en Andalucía un nuevo estilo que arrasa: no es folk, pero une las bases del flamenco a las del rock progresivo: grupos como Goma, Gong, Triana y los precursores: Smash, de donde saldrían además Gualberto (que hizo arrancarse a Enrique Morente por soleares al son de un sitar) y los gitanos hippies
Lole y Manuel.
Castilla. En lo que hoy es conocido como Castilla y León, el folk surge bajo los auspicios del gran etnólogo y dulzainero segoviano Agapito Marazuela, que colaboró con muchos de los grupos y solistas, y produjo a algunos como Oskorri. Joaquín Díaz es el pionero. Pero pronto le surge competencia en la forma de grupos como La Fanega o Nuevo Mester de Juglaría, gracias a los cuales se empieza a hablar de reivindicación regionalista castellana, demostrando que también los castellanos tenían motivo de quejarse y que el régimen no los favoreció más que en el lenguaje.
Dentro de Castilla, en Madrid, algunos solistas pertenecientes al colectivo Canción del Pueblo explotan el folklore castellano: es el caso de Elisa Serna.
Islas Canarias. Desde mediados de los 60, los canarios fueron muy audaces en sus proyectos independentistas. Los Sabandeños se convirtió en la bandera de la reivindicación isleña; tras ellos grupos como Chincanarios o Gofiones reivindicaban lo mismo.
Euskadi. No hay apenas cambio en su forma de ver el folklore; salvo la proliferación de grupos folk y de rock progresivo como Errobi, Aseari y, por supuesto, Oskorri.
Galicia. La inclusión de Bibiano en Voces Ceibes, hace replantearse al colectivo su relación con el folklore gallego; se disuelven a principios de los 70 en el colectivo Movemento Popular da Canción Galega, donde militan también nuevos solistas y grupos de folk. Bibiano, Benedicto, Batallán o María Manoela no dudan ya en usar los viejos ritmos e instrumentos; junto a ellos grupos revolucionarios como
Fuxan os Ventos y Xocaloma. A finales de los 70 aparecería el gran grupo de folk gallego-celta: Milladoiro.
Illes Balears. Los baleares tampoco habían renunciado a su música: así, desde un principio, Mª del Mar Bonet utiliza la música balear para protestar, también
Marina Rossell. Junto a ellas aparecerían grupos como los ibicencos UC.
Valencia. Aunque siempre aparece vinculada a Cataluña, sólo por simplificar, en la nova cançó, aquí sí hay un cambio cuando se empieza a hablar de regionalismo valenciano, especialmente si se hace con su música y si la hace Al Tall.
Aragón. Los aragonese aparecen en la escena de la mano de un gigante de la escena: José Antonio Labordeta comienza uniendo folk y protesta; junto a él gente como Joaquín Carbonell y grupos como Boira o La Bullonera usarán las jotas y tonadas aragonesas para la protesta.
Asturias. Aparte del precedente de Víctor Manuel, se empieza a protestar en bable: Gerónimo Granda y el grupo Nuberu serán grandes revelaciones.
Y hasta aquí un resumen del cambio de relaciones con la música tradicional. Los temas que tratará este nuevo o auténtico folk vendrán en otro apartado.
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