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28
Oct
Posted by Gustavo Sierra Fernández in Canción de autor, Folk, Homenajes, Música, Vídeos. Tagged: Adolfo Celdrán, Antonio Machado, Aragón, Atahualpa Yupanqui, Boira, Chanson, EDIGSA, Eduardo Paz, folk aragonés, Georges Brassens, Jacques Brel, Javier Krahe, Joaquín Carbonell, La Bullonera, Labordeta, Léo Ferré, Le Chant du Monde, Manuel Tuñón de Lara, Mercedes Sosa, Nueva Canción Aragonesa, Ovidi Montllor, Pi de la Serra, Tomás Bosque, Víctor Jara, Violeta Parra. 2 comentarios
El trovador era aquel que, al encontrar (trobar, en occitano) la inspiración, componía sus versos y melodías en el palacio de su señor feudal para el deleite de la corte; pero su ambición no acababa en el ambiente palaciego, y para que su obra trascendiera entre todo el pueblo, se la entregaba a los juglares, que cantaban de aldea en aldea, difundiendo la cultura al pueblo llano y medio. Labordeta, que nunca escribió en un palacio, ni para los altos estamentos de la sociedad, decidió cantar algunas de sus letras al pueblo.
De chaval cantaba. Cantaba cosas mejicanas y argentinas hasta que un día, un geólogo holandés, en una de esas hermosas noches montañeras, nos cantó un texto de un tipo llamado Brassens. "¿No conocen ustedes a Brassens?" Nosotros, aquí, en este país, y allá por los años cincuenta, no conocíamos a nadie. En mi primer viaje a Francia me traje -escondido en lo más hondo- un disco de Brassens. Lo escuché hasta la saciedad y después, años después, comienza esta historia omo homenaje a ese gran tipo que sigue siendo Georges Brassens./ Y fue en Jaca, al final de una esperpéntica reunión en casa del ilustre fotógrafo Tramullas, tras de un recital enloquecido de Pío Fernández Cueto, absurdas teorías sobre la utilidad del magnetófono de Pedro Marín, y cachondeos subterráneos de mi hermano Miguel, fue, digo, después de toda esa barhanda y hartos de vino, de rabia, de agosto y de amargura cuando, metidos en un chalé deshabitado, empecé, a voz en grito, a hacer mi primera canción, que luego nunca canté./ Era una canción entre metafísica y testimonial. Una canción que por un lado tomaba el tono de los espirituales negros y por otro desgarraba el aire con el ritmo de un corrido mexicano. ( … ) Aquella noche, allí, en Jaca, en el viejo chalé de los Tramullas y en el desván destartalado, la canción baturra -como la definiría el sociólogo Mario Gaviria ( … – marcaba ya las líneas por las que, en otro país, y en otras circunstancias históricas, hubiesen podido discurrir. Desgraciadamente en esta realidad cotidiana que se llama Aragón, todo aquello carecía de viabilidad y tardaríamos más de diez años en sacar adelante el primer testimonio de una canción texto.
De Con la voz a cuestas – Págs. 16-17
El primer contacto con la canción de contenido que tuvo Labordeta fue algo de lo más fortuito, en apariencia. La familia Labordeta pasaba sus vacaciones de verano en la frontera con Francia, en un hostal que sigue existiendo llamado Casa Marraco. En algún verano durante los años 50, en una especie de excursión, Labordeta coincidió con unos geólogos holandeses en el Pirineo, en el Estanés, que también frecuentaban Casa Marraco, a los que acompañaron esa jornada; aquel día, después de comer, uno de los geólogos sacó una guitarra y comenzó a interpretar el clásico “La mauvaisse reputátion”, que era ya un himno de aquel genial bigotudo llamado Georges Brassens. Labordeta (que había estudiado francés) quedó fascinado, y como paraban por allí algunos días más, aquel holandés solía cantar las canciones del juglar de Séte. Años después, durante su estancia en Marsella, trabajando de lector de español en un instituto, tuvo la oportunidad de ver a Brassens tocando gracias a Expósito, un exiliado español anarcosindicalista que le explicaba que aquel tipo con bigote, que cantaba canciones tronchantes, pero con un mensaje demoledor y agridulce, era “de los nuestros” (tal como ya contamos en la anterior entrega). A partir de estas dos experiencias, y en las ocasiones en que Labordeta viajaba Francia, no perdía la oportunidad de ver a los más renombrados cantautores franceses como Georges Brassens, o el volcánico belga Jacques Brel, el furibundo anarquista monegasco Léo Ferré, etc., y comprar sus discos. Las canciones de la Chanson fascinaban a los españoles, y fueron un punto de arranque para muchos de nuestros cantautores: eran letras agridulces, satíricas, muy poéticas; podían pasar de la más tierna canción de amor a la más demoledora y soez sátira; eran unas letras que, sobretodo y generalmente, criticaban a la burguesía, al statu quo que se había impuesto en Europa tras la II Guerra Mundial. A muchos de ellos, como Labordeta, Javier Krahe, Francesc Pi de la Serra, Adolfo Celdrán, etc., les fascinaba no sólo la fuerza interpretativa de aquellas canciones, sino sobre todo su inteligencia y su mordacidad: algo que (quizás descontando algunas coplas soterradas, como las de Juan Valderrama y las más antiguas), generalmente no existía en aquellos momentos en España. Junto a la canción francesa, como en otros casos, el otro gran aliciente fue la gran canción latinoamericana que compañeros de por allí le enseñaron en Francia: las canciones de Violeta Parra, Atahualpa Yupanqui, Mercedes Sosa… tenían una fuerza reivindicativa tremenda, reclamaban justicia social y denunciaban los abusos del poder, algo más cercano para un español de entonces, y no sólo por la lengua, pero lo que era también atrayente en ella era cómo estos interpretes utilizaban la tradición musical de su tierra para tales fines, y eso, creo, a Labordeta le entusiasmaba. Fue entonces cuando Labordeta decidió cantar en ese estilo.
Y Labordeta cogió la guitarra y comenzaron sus andanzas. El estilo francés le gustaba, pero había un problema en él: que era un estilo bastante urbano y él pretendía cantar sobre temas más locales en un principio: el orden era Aragón, España, el Mundo. Por esa razón, el estilo de Labordeta se concibe como una mezcla de sus dos grandes influencias musicales iniciales: de la canción francesa tomó la sátira, el texto inteligente (necesario en un tiempo de censura), y algunos ritmos y melodías rastreables en algunas canciones; de la canción latinoamericana tomó el enraizamiento de la música tradicional con el texto testimonial, en su caso no podía ser otro que la adopción de los recursos musicales aragoneses: Labordeta no era, en sentido estricto, un folklorista, pero siempre estaba dispuesto a rescatar alguna melodía tradicional medio olvidada, labor en la que le ayudó Luis Fatás, su músico habitual y compañero de aventuras.
En 1963 Labordeta comienza a cantar, a dar recitales en centros culturales, en la Universidad, etc., y va siendo conocido, para bien y para mal. En 1971 graba su primer sencillo, con cuatro canciones: Cantar y callar, que edita la discográfica catalana EDIGSA; al año siguiente, debido al auge de “movimientos subversivos” en el país, el ministerio de información y Turismo secuestra el disco y lo retira. En 1974, Labordeta graba en el sello Le Chant du Monde (le nouveua chansonier international) (sello francés dedicado a la canción de autor internacionale) su primer LP Cantar i callar (que el sello EDIGSA de repente se negó a publicar, porque sólo publicaban a artistas catalanes). Ambos discos se vendieron muy bien y tuvieron gran acogida ente el público, y perfilaron a Labordeta como el abanderado y el fundador de la Nueva Canción Aragonesa, o Nueva Canción Baturra: La Bullonera, Joaquín Carbonell (alumno suyo, tanto académico como musical), Tomás Bosque, Boira, etc. Labordeta grabaría discos hasta 2001, y daría recitales hasta 2009 ó 2010, en el espectáculo “Vayatrés”, con Carbonell y Eduardo Paz (Bullonera), haciendo frente a esa maldita enfermedad.
Las canciones de Labordeta hablaban de las cosas que les preocupaban a sus paisanos: la tierra, el trabajo, la emigración, la inmigración; había representaciones de personajes típicos entrañables (“La vieja”, “Coplas del tión”); y también reivindicación regional (“Aragón”, “Rogativa del agua”). En palabras de Manuel Tuñón de Lara reseñando su primer LP, Labordeta trascendía la canción protesta al uso y se ponía al lado del hombre, mientras el gran Ovidi Montllor, en su lengua, le daba la bienvenida como otra “flor que neix dins l’esbarzer” (otra flor que nace en la zarza). Sus canciones evolucionarían y abarcarían campos más amplios, sin olvidar nunca la preocupación regional: la incipiente democracia, los líos de la guerra fría, etc. Durante los años del tardofranquismo y la transición, Labordeta dio innumerables recitales en muchos lugares: prefería, al igual que Woody Guthrie, los recitales para pueblos, para sindicatos, para apoyar ésta o la otra causa: no había causa pequeña, sino grandes problemas; pero también en las grandes ciudades como Madrid y Barcelona, y más allá, en el extranjero: Francia, Suiza, Suecia, Alemania… en donde inmigrados y exiliados arrastraban a sus autóctonos compañeros de trabajo y estudios a ver a aquel aragonés que viniendo y hablando de una tierra humilde cantaba sobre grandes cosas. Detrás de estos recitales, incluidos los del extranjero, siempre había un inspector de la Brigada Político Social que traía la correspondiente multa por haber cantado algo que (de repente) no había sido autorizado o porque alguien en el auditorio había gritado no sé qué; en Madrid, por ejemplo, al cantar “Canto a la libertad”, a la salida del teatro muchos (entre ellos Tina Saiz) fueron los que continuaron cantando el estribillo airado y esperanzador, “alteración del orden público” que fue multada con o retirada del pasaporte o pago de la multa; Labordeta había sido invitado a participar en el Primo Recital de Canzone Populare Víctor Jara, en homenaje del injustamente malparado juglar chileno, por lo que decidió pagar la puta multa.
Como dijo Antonio Machado, para ser universal, el artista ha de ser popular, ya que así escribe para los hombres de toda raza, lengua y nación. En ese sentido, Labordeta es un cantor Universal.
Hemos elegido dos canciones para resumir su carrera musical. Por un lado, la motivación social que le llevó a cantar: “Canta compañero, canta”, una exhortación a cantar contra el miedo, la violencia y la represión:
Agua para el erial
y trigo para el barbecho,
para los hombres caminos
con viento y con libertad.
El miedo tiene raíces
difíciles de arrancar;
si ves que se hacen cadenas,
rómpelas y échate a andar.
canta compañero, canta,
que aquí hay mucho que cantar:
este silencio de hierro
ya no se puede aguantar.
Erizando los trigales
una voz viene a anunciar
el camino en el que andamos
tu rabia lo encontrará.
Por el alba del camino
a tu hermano encontrarás,
dale la mano y camina
hasta llegar al final.
Canta compañero canta…
Agua para el erial
y trigo para el barbecho.
Y “Palabras”, una canción que reflexiona sobre la utilidad de las palabras, su eficiencia como instrumentos, que elegimos, no sólo por este mensaje, sino también por su clara inspiración musical brasseniana:
Palabras para cantar.
Palabras para reír.
Palabras para llorar.
Palabras para vivir.
Palabras para gritar.
Palabras para morir.
Nos enredan en sílabas y en voces
desde el instante mismo en que nacemos
y, a través de los días y los días,
los oídos se llenan de palabras, y palabras.
Palabras para cantar.
Palabras para reír.
Palabras para llorar.
Palabras para vivir.
Palabras para gritar.
Palabras para morir.
Yo te bautizo,
justicia e injusticia.
Comunismo en la China,
oposiciones.
Mi buena tía Fina
me quería ingeniero de Estado.
Palabras para cantar.
Palabras para reír.
Palabras para llorar.
Palabras para vivir.
Palabras para gritar.
Palabras para morir.
Hijo mío, hijo mío:
¿por qué has pecado?
Alianzas para matar.
Cañones para el progreso.
Amén, amén, amén.
Descanse en paz.
Palabras para cantar.
Palabras para reír.
Palabras para llorar.
Palabras para vivir.
Palabras para gritar.
Palabras para morir.
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25
Ene
Posted by Gustavo Sierra Fernández in Canción de autor, Flamenco, Folk, Historia de la canción de autor, Música. Tagged: 1er Festival de la Canción Protesta, Adolfo Celdrán, Almas Humildes, Amancio Prada, Andalán, Antonio Curiel, Antonio Gómez, Antonio Mata, Antton Valverde, Argia, Aseari, Aute, Benedicto, Benito Lertxundi, Benito Moreno, Bibiano, Boira, Canción del Pueblo, Canciú Mozu Astur, Carlos Cano, Carmina Álvarez, Celso Emilio Ferreiro, copla, Desde Santurce a Bilbao Blues Band, EDIGSA, EDIGSA-Xistral, El Cachas, Elisa Serna, Emilio Cao, Eneko Labeguerie, Enrique Morente, Errobi, Euskadi, Euskal Kanta Berria, Euskalherria, Ez Dok Amairu, folk canario, folk castellano, folk gallego, folk vasco, folklore vasco, Fuxan os Ventos, Gerónimo Granda, Guillermo Rojo, Hadit, hermanos Artze, Hilario Camacho, Imanol, Ismael, Jesús Munárriz, Joaquín Díaz, Jorge de Oteiza, José Afonso, Juan de Loxa, Julia León, Kako Senante, La Bullonera, La Fanega, La Trágala, Labordeta, Las Madres del Cordero, Lluís Llach, Lourdes Iriondo, Luis Emilio Batallán, Luis Leal, Luis Pastor, Lupe, Maite Idirin, Manifiesto Canción del Sur, Manolo Díaz, Manuel Gerena, Manuel María Fernández, Manuel Toharia, María Manoela, Massiel, Miguel Hernández, Mikel Laboa, Miro Casabella, Mixel Labeguerie, Moncho Alpuente, Nova Cançó, Nova Canción, Nuberu, Nueva Canción Aragonesa, Nueva Canción canaria, Nueva Canción castellana, Nuevo Flamenco, Nuevo Mester de Juglaría, oaquín Carbonell, osé Menese, Oskorri, Pablo Guerrero, Pantxo eta Peio, Patxi Andión, Pi de la Serra, Raimon, Ricardo Cantalapiedra, rock vasco, Rogelio Botanz, Rosa León, Rosalía de Castro, Sabandeños, Serrat, Setze Jutges, Suso Vaamonde, Taburiente, Tomás Bosque, Tuñón de Lara, Txomin Artola, Víctor Manuel, Verode, Vicente Araguas, Vicente Soto "Sordera", Voces Ceibes, Xabier Lete, Xavier G. del Valle, Xerardo Moscoso, Xesús Alonso Montero, Xulio Formoso. 1 comentario
La Nova Cançó supuso el 1er intento serio de canción popular (en sentido estricto) y poesía. Si bien, al principio, el gobierno no les tuviera una seria consideración y pensaban de ellos como grupos folklóricos, esto empieza a cambiar debido 1º a la popularidad de Raimon, que recorre toda la geografía española y el extranjero (nos representa en el 1er Festival de la Canción Protesta en La Habana, en 1967) y, 2º a la creciente popularidad de Joan Manuel Serrat, incluso en catalán. Esto lleva a músicos y poetas de otras regiones a seguir el ejemplo.
Poco a poco, la Nova Cançó fue consiguiendo adeptos, admiradores e imitadores fuera de Cataluña también. En realidad, simplemente fue la catalización de unos sentimientos muy generalizados y de unos gustos musicales comunes: aunque algunos fueran más "afrancesados", otros "aportuguesados", otros "norteamericanizados" y otros "latinoamericanizados", siempre era la canción con mensaje. Es curioso, pero no fue determinante, que allá donde tocaba Raimon, florecían nuevos colectivos y propuestas generalmente, aunque no necesariamente, regionalistas. En realidad, una de las claves de su éxito fue precisamente que, aunque fuera una canción cantada en catalán, no tocaba temas exclusivamente catalanes, sino universales. El catalanismo (no político militante) de sus intérpretes estaba, en realidad, lo suficientemente soslayado para que sus temas se pudieran adaptar a la realidad social de cualquier región de España. Así, tomando sus más impactantes y populares canciones-himnos, como “Al vent” de Raimon, “L’estaca” de Llach, o cualquier canción de Pi de la Serra o Joan Manuel Serrat (en catalán), descubrimos que éstos tienen, al menos, dos o tres niveles de comprensión: uno, a nivel regional, como himnos para los Països Catalans; dos, a nivel nacional: válidos para cualquier realidad nacional/ regional de España; y, tres, a nivel universal: la inmensa acogida de estos intérpretes en el extranjero, incluso en el extranjero no hispano-hablante, lo atestigua. De esta manera aparecen imitadores en prácticamente todo el país, siendo tres de ellos los más importantes en un principio, en el País Vasco, en Castilla (Madrid) y en Galicia.
Euskal Kanta Berria
Fue en el año 61 cuando los hermanos Labeguerie, Mixel y Eneko, vasco-franceses, sacaron su 1er EP en vasco. Esto les hizo ser los auténticos pioneros de la canción vasca. Poco más tarde sería cuando se formaran los colectivos; uno de ellos fue el formado en torno al escultor vasco Jorge de Oteiza:
Cuenta una leyenda vasca que un santo se encontró un día al diablo, y el diablo le propuso un trato: le propondría un número y el santo tendría que responder qué significaba ese número; el santo aceptó. El demonio comenzó, pues: “Bat/ Uno”; “Jainkoa/ Dios”, dijo el santo. “Bi/ dos”, preguntó el diablo; “Aita eta Semea/ el Padre y el Hijo”, respondió el santo. “Hiru/ Tres”, propuso el diablo; “Aita, Semea eta Espiritu Santua”, respondió sin pestañear el santo… Estuvieron así hasta llegar a 12: “Hamabi?”, dijo el diablo; “Apostoleak”, respondió el santo; “Hamahiru/13”, dijo el diablo; Amairu? –dudó el santo-, “Amairu… “Ez dok amairu!/ ¡No hay trece!”.
Ésta fue la leyenda que deslumbró a Jorge de Oteiza; según Benito Lertxundi, lo que quería decir Oteiza es que no caben treces con la cultura. El colectivo contó desde el principio con Mikel Laboa, quien desde entonces era considerado el patriarca de la canción vasca: fue en 1964 su 1er recital en vasco. Luego se fueron uniendo Lourdes Iriondo, Benito Lertxundi, los hermanos Artze, y los dos más importantes, que escribieron prácticamente toda la canción vasca: Antton Valverde y Xabier Lete, éste último, además, poeta de reconocido talento y prestigio. Así hasta completar, de nuevo fortuitamente, doce. El otro colectivo fue Argia (luz), donde estuvieron Imanol y Lupe entre otros. En esta ocasión no hubo choque de intereses: ambos colectivos reivindicaban la lengua, la poesía y la tierra vasca, y ambos usaron sin complejos el folklore euskaldun, recopilado a lo largo de los siglos por maestros en cancioneros. Esto fue lo que distinguió inicialmente a los cantautores vascos de otras propuestas iniciales: el uso sin prejuicios, desde el principio, de su música tradicional, legada a través de la historia, y que también fue utilizada por el régimen: pero para los vascos el folklore musical era indesligable de su lengua y de su tierra, y así lo entendieron siempre. Al igual que a los catalanes, a los cantautores vascos se les veía al principio como una rareza foklórica, a la que no tenían demasiado en cuenta… Sin embargo, la cosa fue avanzando, y los vascos, al igual que los catalanes, y después los gallegos, rompieron sus fronteras. Sin embargo, los cantautores vascos sí tenían una relación más estrecha con los temas de Euskal-Herria, aunque esto no fuera obstáculo para su expansión nacional e incluso internacional, desde Iparralde (País Vasco Francés) y más allá. Más tarde, rompiendo con el austerismo inicial, aparecerían nuevas propuestas como el folk de Oskorri, o el rock progresivo de Errobi, amén de otros cantautores como Aseari (Txomin Artola), Lupe, el dúo Peio eta Pantxo, Urko, Imanol, Maite Idirin…
-Además de la Euskal Kanta Berria, desde principios de los 60 hasta su explosión en 1968, comenzaron casi simultáneamente los movimientos castellanos y gallegos-.
Nueva Canción Castellana y Canción del Pueblo
El término “Nueva Canción Castellana” se refiere casi exclusivamente a la actividad poético-
musical madrileña, aunque signifique nueva canción en lengua castellana. En esta denominación entró gente tal como los precursores en castellano Manolo Díaz, Jesús Munárriz y Ricardo Cantalapiedra, más Luis Eduardo Aute, la Massiel de después de Eurovisión (con los textos de Munárriz, Aute y Moncho Alpuente), Patxi Andión, Almas Humildes, Moncho Alpuente y sus proyectos encarnados en los grupos Las Madres del Cordero y Desde Santurce a Bilbao Blues Band… No obstante, con todos los respetos hacia sus componentes, hubo cierta manipulación conceptual creada por la prensa musical: si el nombre “Nova Cançó” fue un apelativo que se dio con posterioridad a una serie de intérpretes con ciertas similitudes (la más importante, que cantaran en catalán), en este caso, precisamente para emular o plantar cara a la Nova Cançó (no ideológicamente), el nombre antecedió al fenómeno y sólo se aplicó a estos intérpretes, y aún, en un principio, no a todos. Por otra parte, hay que decir que no todos, como Aute, que consideraba que la auténtica nueva canción era la de Canción del Pueblo, estuvieron de acuerdo en ser introducidos en esta definición: tampoco los proyectos/ grupos de Moncho Alpuente estaban de acuerdo, queriendo desmarcarse del comercialismo que rodeaba a muchos de estos intérpretes (véase su canción “Al cantante social, con cariño”). Comercialidad, falta de dureza en sus canciones, defecto de espíritu crítico e, incluso, cierto espíritu naïve en sus letras, eran las críticas más repetidas contra una canción protesta “tonta”, como dijo Manuel Tuñón de Lara (reseña al disco de Labordeta, Cantar y callar). Incluso alguien pudo decir que en realidad estaban más preocupados por asistir a las fiestas de alto “standing” a las que a otros cantantes tenían prohibido el paso, que eran, precisamente y entre otros, los miembros de Canción del Pueblo.
Lo que distinguía a algunos intérpretes de la llamada Nueva Canción Castellana del colectivo Canción del Pueblo fue una cuestión de actitud. Los miembros de Canción del Pueblo elaboraban una canción de temática más adulta, fruto de una comprensión crítica más profunda. Sus preceptos eran bien parecidos a los de Setze Jutges –quitando la problemática de la lengua-: hacer una nueva canción que testimoniara los problemas del hombre, los problemas de una sociedad injusta: problemas a los que subyacía una falta de libertad. Algunos de sus miembros fueron, en un principio Luis Leal, Carmina Álvarez, Manuel Toharia, José Manuel Brabo “el Cachas” (que se escapó a Barcelona buscando el ambientillo hippie), y los que tuvieron una continuación más larga e intensa, Adolfo Celdrán (el primero en grabar en un LP), Hilario Camacho, Elisa Serna… Con ellos, desde el principio y para siempre, estuvo el periodista Antonio Gómez, actuando a veces de ideólogo del colectivo, otras como productor, otras como letrista, y, las más de las veces, como abogado defensor de cualquiera que cantara con honestidad. Luego Canción del Pueblo también se disgregó, algunos de sus miembros se reencontrarían en la asociación “La Trágala” (título de un himno liberal de la guerra constitucionalista); llegarían otros valores, como Rosa y Julia León, los extremeños Luis Pastor y Pablo Guerrero, el asturiano Víctor Manuel (al que le metieron dentro de Nueva Canción Castellana), y muchos otros.
¿Significa esto que no hubo una Nueva Canción Castellana a la manera que sí hubo una Nova Cançó? Realmente sí la hubo, pero no era solo lo que la prensa así llamaba. Existió la a
uténtica Nueva Canción de Castilla, con éstos, pero también con Canción del Pueblo, y con los grupos y cantantes de folk, como Joauín Díaz, Ismael, Nuevo Mester de Juglaría, Hadit, La Fanega… Pues de la Nova Cançó tampoco se podía decir que la constituyeran sólo Els Setze Jutges.
Como pasó en los otros colectivos, los preceptos iniciales o se rompieron o se volvieron más flexibles. Aunque en Canción del Pueblo el problema del folklore no fuera tan acuciante (nacidos en un medio totalmente urbano), algunos de sus miembros, como Elisa Serna, utilizan el folklore castellano para la elaboración de sus canciones. Por su parte Hilario Camacho abandona la canción comprometida para hacer otro tipo de canción, quizás más intimista, pero también muy contestataria, y con unos arreglos más pop.
A Nova Canción Galega
Todo esto había pasado a mediados de los 60: ya había canción de autor en catalán, en castellano, en vasco… Entonces, "¿e por qué non en galego?", dijeron los futuros miembros de Voces Ceibes (voces libres). El colectivo, imitando a los Jutges catalanes, puso como preceptos la difusión y defensa del gallego y sus poetas (especialmente Celso Emilio Ferreiro), y musicalmente se alejaron de foklorismos. Sus dos grandes iniciadores fueron Xavier González del Valle y Benedicto García Villar, que realizaron un recital conjunto bajo los auspicios del catedrático y escritor Xesús Alonso Montero y del poeta en lengua gallega Manuel María Fernández; a ellos, bajo el nombre de Voces Ceibes, se les sumarían Guillermo Rojo, Xerardo Moscoso, Vicente Araguas, Miro Casabella, y, algo más tarde, Bibiano Morón y Suso Vaamonde. El sello catalán Edigsa, que había abierto sucursales en el País Vasco para los cantautores euskaldunes, abrió también en Galicia otra, EDIGSA-Xistral, en donde se grabaron los 1ºs EPs del colectivo: Miro, Benedicto, Xerardo, Xavier, Vicente… comenzaban así sus andanzas en la canción de autor. Sin embargo, la rigidez inicial de sus preceptos no les permitía avanzar más, aparte de las críticas de nuevos cantautores y grupos de folk, así como el descubrimiento de la canción portuguesa, especialmente de José Afonso, que fue una incansable fuente de inspiración para ellos. Es así que a finales de los 60 Voces Ceibes se disuelve y se forma un colectivo mucho más plural, en donde cabían, además de los ya citados más Bibiano, los Fuxan os Ventos, Luis Emilio Batallán, Emilio Cao, María Manoela… Y un leonés, de El Bierzo, que cantaba indistintamente en gallego y en castellano poemas de Rosalía de Castro, Miguel Hernández o clásicos como San Juan de la Cruz: Amancio Prada. Pero también desde Venezuela, un gallego exiliado: Xulio Formoso daba sus geniales contribuciones, comenzando casi al mismo tiempo que los Voces Ceibes. Así, en la Nova Canción se pasaría del estilo catalán-francés, inspirado directamente en Raimon, al estilo folk, mediante la reinterpretación de viejas melodías y temas, tal como lo habían hecho desde el principio los vascos de Ez Dok Amairu.
Otras propuestas
Éstas fueron, por así decirlo, debido al influjo de la Nova Cançó, los tres principales pilares de los primeros días de la Canción de Autor española. Tras ellos, como hemos visto, los colectivos se diluyeron y se refundieron, abandonando o reciclando los preceptos fundacionales. Pero también hubo otros movimientos, regionales la mayoría de las veces, que fueron apareciendo desde finales de los 60 y principios de los 70 y que continuaron durante toda la época. Aquí tenemos algunos de ellos:
-Manifiesto Canción del Sur nació en Andalucía oriental, en torno al poeta Juan de Loxa. Sus objetivos son análogos a los otros colectivos, sólo que añaden la recuperación de la identidad andaluza y su folklore para protegerse del expolio cultural del franquismo. Forman parte de él Benito Moreno, Antonio Mata, Antonio Curiel, Carlos Cano… Su forma de expresión es la copla.
-Nuevo Flamenco en realidad es incluso anterior a algunos de estos movimientos, ya que muchos de sus componentes comienzan a cantar desde principios de los 60. Era un movimiento no tan regionalista como de clase: mezclando el flamenco con la poesía y la reivindicación de clase, también la reivindicación regional en ocasiones, sus miembros apostaban por la recuperación del flamenco para el pueblo, intentándolo alejar de gustos señoriales y de ese espantoso invento que fue el nacional-flamenquismo. José Menese, Manuel Gerena, Enrique Morente, Vicente Soto "Sordera"… Mezclaban la tradición flamenca con la poesía y la protesta, reivindicando a la vez la fuerza contestataria del flamenco.
-Canciú mozu astur y Cameretá fueron colectivos en los que comenzaron cantante y grupos en bable, generalmente folk, como Nuberu o Gerónimo Granda. En ocasiones colaboró con ellos el asturiano residente en Madrid Víctor Manuel.
-Nueva canción canaria: Un movimiento fuertemente regionalista que abarcaba a grupos de folk como Los Sabandeños, Taburiente, Verode, y cantantes como Kako Senante o Rogelio Botanz. Sus grandes iniciadores fueron Los Sabandeños desde el año 67, reinventado la tradición musical canaria con una fuerte inspiración latinoamericana.
-Nueva canción aragonesa: Fue un movimiento de canción de autor y folk en la que estaban José Antonio Labordeta, Joaquín Carbonell, Tomás Bosque, Boira, La Bullonera… Se englobó en los movimientos regionalistas aragoneses como Andalán, dirigido principalmente por el propio Labordeta, quien es el auténtico iniciador de este movimiento que pretendía hablar al resto del país de los problemas de la tierra de Aragón.
Ésto es sólo un resumen introductorio a los movimientos de canción de autor más importantes e influyentes en España. Algunos de ellos han sido ya desarrollados aquí ampliamente; pueden verse en los siguientes enlaces:
–Canción del Pueblo (40 aniversario)
–Voces Ceibes (tres entregas)
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16
Ene
Posted by Gustavo Sierra Fernández in Música. Tagged: agermanats, Al Tall, Alameda, Amancio Prada, Antonio Mata, Aseari, Benedicto, Bob Marley, Boira, Cabada Vázquez, canción de autor, Carlos Cano, Carmen Jesús e Iñaki, Celso Emilio Ferreiro, Chieftains, Chincanarios, Companya Elèctrica Dharma, Comuneros, Curros Enríquez, Elisa Serna, Enrique Morente, Errobi, Fernando Unsain, folk, folklore, Fuxan os Ventos, Gabriel Aresti, Grup de Folk, Gwendal, Iceberg, Imanol, Ismael, J. M. Espinàs, Jarcha, Joaquín Díaz, La Bullonera, La Fanega, Labordeta, Lluís Llach, Luis Chamizo, Luis Emilio Batallán, Luis López Álvarez, Luis Pastor, Manuel Gerena, Marina Rossell, Medina Azahara, nacionalismo, NHU, Nuberu, Nuevo Mester de Juglaría, Oskorri, Pablo Guerrero, Pantxo eta Peio, Pedro Garfias, Pentangle, Pere Quart, Rafael Subirachs, Raimon, Ramón Cabanillas, Ramón Gil-Roldán, reggae, regionalismo, rock, rock andaluz, rock catalán, rock gallego, rock progresivo, rock vasco, Rosalía de Castro, Sabandeños, Salvador Espriu, segadors, Setze Jutges, Smash, Telesforo Monzón, The Dubliners, Triana, Txato Agirre, Uc, Víctor Manuel, Verode, Voces Ceibes, Xerardo Moscoso, Xocaloma. 4 comentarios
En la última entrada (que me complace y enorgullece decir que fue enlazada por la
Unidad Cívica por la República) ofrecí una visión general y su historia de lo que dentro de la canción de autor podría denominarse canción regionalista o nacionalista. Podríamos ahora caracterizar esas canciones: voy a basarme, principalmente, en los tres discos que mejor ejemplifican este espíritu (y que mejor conozco):
Los comuneros de Nuevo Mester de Juglaría,
La cantata del mencey loco de los Sabandeños, y
Quan el mal ve d’Almansa de Al Tall, pero no sólo.
Algo que debiéramos apuntar es que la reivindicación regional a través de la música mediante la lengua y/ o el folklore no fue un fenómeno meramente español, sino que, casi sin tener relación entre ellos, es un fenómeno que está en muchos lugares casi al mismo tiempo: aparecen grupos de música celta como los bretones Gwendal, los irlandeses Dubliners y Chieftains, o los británicos Pentangle; también, en Norteamérica se asiste al endurecimiento de la música negra, ya fuera con las letras, con los ritmos, o bien con indumentarias que los negros habían comenzado a exhibir; aparece también entonces el reggae, de la mano de Bob Marley, que, desde entonces será la música-bandera de los negros y del tercer mundo; amén de la música folklórica andina de corte indigenista y otras experiencias similares a lo largo del mundo. Todo eso casi a la vez que aquí aparecían los grupos de folk y los grupos de rock con raíces o étnicos.
En primer lugar, decir que la canción regionalista/ nacionalista no era únicamente un contenido que se pudiera resumir en el grito «¡viva mi tierra libre!», sino que es más amplio y necesita matizaciones. Principalmente, tenía dos funciones (que son en las que podríamos resumir la entrada anterior a ésta): la solidaridad y la reivindicación.
La función solidaria de estas canciones operaba de esta manera: el cantante o grupo canta una canción en la que explica alguna de las cosas que afectan a su tierra; lo que ocurre entonces es que los oyentes que no son de allí la sienten más cercana y comparten el sentimiento del autor: se solidarizan. La canción se había convertido en un estupendo vehículo de acercar a los demás una tierra para darla a conocer (no de manera turística).
Respecto a la función reivindicativa -la más conocida-, pues poco más se puede decir: servía para intentar unir a los habitantes de esa tierra en una misma reivindicación y despertar la conciencia de pueblo, lengua, identidad, nacionalidad y tierra. Pero no se cantaba para todos los habitantes de la región, sino sólo para algunos muy concretos:
¿A quién/ quiénes canta este tipo de canciones? Cantan casi exclusivamente a las clases trabajadoras/ campesinas de la región y nunca (al menos de manera solidaria o laudatoria) a las clases acomodadas, entendidas éstas siempre como aprovechadas de la clase baja: a pesar de que nacionalismos como el vasco y el catalán fueran fundados en el siglo XIX por las clases burguesas, en esta época se huye de aquel viejo nacionalismo y se entrelaza con el socialismo. Desde éste punto de vista, las canciones tendrán temas muy variables, o se acentuarán unos temas ante otros, dependiendo de la región; así pues, por ejemplo, la canción gallega pone más el acento en lo que venía siendo su problemática desde siglos: la emigración; los andaluces (Carlos Cano, Antonio Mata, Gerena) solían poner el acento en el anti-señoritismo; Víctor Manuel narraba las miserias, penas y dolores de los mineros; los vascos ponían mucho énfasis en el tema lingüístico y en los presos políticos; y un largo etcétera en el que, no obstante, se siente un mismo sentimiento: el amor a la tierra. Pero a veces aparece también la desesperación, incluso el, aunque no exactamente, odio a la tierra, sino a las circunstancias, a las injusticias. A la tierra de uno se la ama, pero también se desespera porque son pobres, porque su suelo no da para comer; ejemplos de éstas pueden ser «Extremadura» de Pablo Guerrero, «La meva terra» de Lluís Llach, «Santo Cristo de Hontariego» de La Fanega, «Me dicen que no quieres» (con letra de Labordeta) y «Y estos yermos de Aragón» de La Bullonera, «Aragón» de Labordeta, «Mi Puebla se quea sola» de Manuel Gerena, «Quatre rius de sang» de Raimon, «Nuestra Andalucía» de Jarcha… Es, ante todo, el dolor de tener que dejar la tierra, o el sufrimiento silencioso de la más reciente historia, con su guerra civil a cuestas.
Se reivindica la tierra y la lengua o dialecto (si la hubiera), pero con ello también a los poetas patrios de todos los tiempos, especialmente románticos y post-románticos como los gallegos Rosalía de Castro o Manuel Curros Enríquez, pero también ya cercanos o del siglo XX como el canario Ramón Gil Roldán (autor de los textos de la Cantata del mencey loco), el catalán Pere Quart, el leonés Luis López Álvarez (autor de Los comuneros y del poema Romance de la reina Juana, que cantó en su primer LP Amancio Prada), el gallego Ramón Cabanillas, o, incluso -aunque más reciente en la voz de Luis Pastor- el extremeño Luis Chamizo (que escribía en dialecto extremeño). Y, cómo no, los tres grandes poetas en las otras tres lenguas cooficiales: el vasco Gabriel Aresti, el catalán Salvador Espriu, y el gallego Celso Emilio Ferreiro. Todos estos poetas, pero muy especialmente estos tres últimos, deslumbraron con sus letras y su filosofía a toda una generación de cantores ansiosos en expresarse en su lengua materna y hablar de su tierra. Esto tiene mucha relación con el siguiente punto.
Muchas de estas canciones son grandes lecciones de historia: gracias a ellas aprendemos una base de sucesos históricos que, muchas veces, están sólo para el conocimiento de grandes estudiosos (para muchos, nuestra historia comienza con el matrimonio de estado de Isabel de Castilla y de Fernando de Aragón). Generalmente cuentan una injusticia y/ o derrota histórica cuya estructura suele ser: una época de bonanza para la gente de la región, muchas veces producida por una revolución contra una injusticia o una situación desfavorable o insoportable (Los comuneros; Quan el mal ve d’Almansa; «Aragón, 20 de diciembre de 1591» del grupo Boira; la versión de «Els segadors» de Rafael Subirachs, evocando el levantamiento de los segadores catalanes contra Felipe IV -gracias a Amara por su observación); se produce una batalla o invasión (La cantata del mencey loco; El rey Al’Mutamid dice
adiós a Sevilla de Carlos Cano) provocada por la reacción (o fuerza invasora) generalmente de índole real (Carlos I en Los comuneros, Felipe V en Quan el mal…); los rebeldes y/ o resistentes son apresados, y se procede a su ejecución; al final suele haber, a modo de epílogo, una canción inflamada, como un himno, en el que al mismo tiempo que se lamenta la injusticia histórica, se llama a recuperar aquello: por ejemplo, «Castilla, canto de esperanza» o el «Canto final» del mencey loco. Estas canciones venían a plantear dos cosas fundamentales: la pérdida de sus derechos e identidades por esta derrota hasta la actualidad, y que eran una excelente manera de denunciar al régimen entendiéndolo como sucesor de aquellos otros (esta idea aparece en uno de los versos de López Álvarez que no recogen Nuevo Mester de Juglaría para su canción).
Pero, por supuesto, también canciones que explicaran la situación actual, bien enlazándola con el pasado remoto («Regreso a la semilla» de Elisa Serna), bien meramente en sus días («Euskadin represioa» -la represión en Euskadi- de Txato Agirre, cantada tanto por Fernando Unsain como por Imanol).
También había himnos, cómo no, bien de la autoría del cantante, bien tomados de algún poeta: «Berros de loita» del poeta Cabada Vázquez, cantada por Benedicto; «Acción galega» de Cabanillas cantada por Xerardo Moscoso; el poema «Asturias» de Pedro Garfias, por Víctor Manuel; «La Rioja existe, pero no es» de Carmen, Jesús e Iñaki; «Aragón» de Labordeta (aunque éste encajaría más bien en la primera clase que hemos nombrado); «Ver para creer» de La Bullonera; «Verde y blanca» de Carlos Cano; «Batasuna» de Telesforo Monzón por Pantxo eta Peio, «Euskadi» o «Gure lekukotasuna» del grupo de rock progresivo Errobi… A parte de los himnos oficiales de cada tierra -si los había- declarados ilegales o parcialmente tolerados desde 1939: véase «Himno de Andalucía» (Enrique Morente, Jarcha, Carlos Cano), «Els segadors» (Marina Rossell, Subirachs), «O Breogán»… y otros más ilegales aún, antiguos, que reflejaban el sentir de un pueblo («Eusko gudariak», «La Santa Espina», «Pendón morado»…).
Aunque el sentimiento nacionalista o regionalista no necesariamente se tenía que reflejar literariamente, especialmente en épocas más duras en las que poco se podía decir y, generalmente, carecían de otra lengua que no fuera el castellano para expresarse. Aunque el interés antroplógico es evidente y obvio, no hay duda de que latía el sentimiento de reivindicación regional cuando Joaquín Díaz, Ismael, los cantautores vascos, los grupos castellanos, los grupos canarios y el Grup de Folk (amén del LP de Josep Maria Espinàs -fundador de Setze Jutges- Cançons tradicionals), entre otros, deciden recuperar la música que era suya y que el régimen les había robado (o les había intentado robar) para legitimar la unidad nacional: el espíritu español que se manifiesta a través de sus «peculiaridades regionales». No podían, claro, entonces considerarse de subversivos y peligrosos (en cuanto a los que únicamente se dedicaban a la interpretación estricta de estos temas: me refiero a los comienzos de los castellanos y de los canarios). Esto supuso un primer paso para que en la siguiente década estos grupos castellanos y canarios se politizaran, a la vez que salían nuevos grupos de folk muy combativos, incluso entre muchos que al principio se negaron a hacer algo parecido a folklore, como era el caso gallego, hartos de ver la usurpación de la gaita y el pandeiro que el régimen hacía. Grupos como los gallegos Fuxan os Ventos y Xocaloma, junto a los anteriores Voces Ceibes y nuevos cantautores, como Luis Emilio Batallán; los aragoneses Boira y La Bullonera; los andaluces Jarcha; los castellanos La Fanega; los baleares Uc; los vascos Oskorri o Aseari, los asturianos Nuberu; los canarios Chincanarios y Verode; además de los grupos y solistas ya citados, venían, a principios y mediados de los 70, a reivindicar su tierra con la palabra, pero también con los sones y danzas de sus tierras. Cosa que también se puede rastrear en el rock de estilo progresivo que se empieza a hacer entonces: el rock andaluz, mezclando el flamenco con la guitarras eléctricas: Smash, Triana, Alameda, Medina Azahara… (es representativa las declaraciones de Tele, batería de Triana: «Chicago son de Chicago y se llaman Chicago. Pues nosotros somos de Triana»; el rock vasco de Errobi, el gallego de NHU, y los grandes grupos catalanes de rock progresivo: Iceberg, Companya Elèctrica Dharma…
Durante todos aquellos años que van aproximadamente desde mediados de los 60 hasta finales de los 70, estos cantantes tomaron como responsabilidad propia el hacerse voceros de su tierra, de su lengua, de sus gentes, de sus penas y alegrías, de su historia, y de las injusticias que sufrían para reivindicar lo que historicamente les pertenecía como pueblo y para acercar sus sentimientos al resto del país.. Nadie debería sentirse ofendido por ello.
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14
Nov
Posted by Gustavo Sierra Fernández in Música. Tagged: Adolfo Celdrán, Agapito Marazuela, Aguaviva, Al Tall, Alboka, Almas Humildes, Antonio Machado, Antonio Mata, Atahualpa Yupanqui, Babia, Benito Moreno, Bernardo Fuster, Bibiano, Bob Dylan, Boira, Caco Senante, canción de autor, Canción del Pueblo, canción latinoamericana, canción portuguesa, Carcoma, Carlos Cano, Carmen Jesús e Iñaki, Chanson, Chincanarios, country, ecologismo, Eduardo Paniagua, El Cabrero, El Lebrijano, Elfidio Alonso, Elisa Serna, Eliseo Parra, Emilio Cao, Enrique Morente, Euskal Kanta Berria, Federico García Lorca, flamenco, folk, folk andaluz, folk aragonés, folk canario, folk castellano, folk español, folk gallego, folk norteamericano, folk vasco, folk-pop, folk-rock, folklore, folksingers, Fuxan os Ventos, Grup de Folk, Gwendal, Imanol, Ismael, J. M. Espinàs, Jarcha, Jethro Tull, Joaquín Carbonell, Joaquín Díaz, José Afonso, José Menese, jota, Juan de Loxa, Jubal, La Bullonera, La Fanega, Labordeta, Lluís Llach, Luis Emilio Batallán, Luis López Álvarez, Luis Marín, Luis Mendo, Manifiesto Canción del Sur, Manuel García Matos, Manuel Gerena, Maria del Mar Bonet, Marina Rossell, música de raíz, Miguel Hernández, Milladoiro, Nuberu, Nuestro Pequeño Mundo, Nuevo Flamenco, Nuevo Mester de Juglaría, O Carro, Oskorri, Pablo Guerrero, Pedro Faura, Pete Seeger, psicodelia, Quilapayún, rock, rock progresivo, Ronda de Boltaña, Sabandeños, Serrat, Setze Jutges, Suburbano, Tomás Bosque, Víctor Jara, Víctor Manuel, Verode, Vino Tinto, Violeta Parra, Voces Ceibes, Woody Guthrie. Comentarios desactivados en Historia de la canción de autor: el folk, la tradición musical y los cantautores
Aunque ya dijimos que, en principio, la canción de autor no tenía un estilo musical propio, como sí lo tienen el rock, el country, etc., sino que se manifestó, de manera más o menos general, en muchos estilos de música, sí podemos denominar a cierto estilo de música como música propia de los cantautores españoles. Aunque también hay un importante número de cantautores que se expresaron musicalmente a través de la psicodelia y del rock progresivo, si hay un estilo que la canción de autor puede reclamar como propio, ese es el folk, más concretamente, el folk hispano.
Cuando hablamos de folk tenemos que aclarar, en primer lugar, que no nos referimos al folk-rock o folk-pop que usaron Aguaviva o Almas Humildes; en segundo lugar, tampoco son, propiamente dicho, las versiones e interpretaciones del folk norteamericano, aunque ayudaron a configurar el folk español; y, en último lugar, distinguir entre folk y música de raíz (incluido el flamenco), aunque hablaremos de ellas dos: la música de raíz es la mera interpretación de una melodía tradicional o popular, aunque se le pueda cambiar la letra e incluso añadir instrumentación más moderna o, al menos, no registrada en los modos de interpretación hasta entonces usados (por ejemplo, un contrabajo o un cello en una jota); el folk, aunque bebe de la música de raíz, no se agota en ella, podríamos decir, y agrega nuevos elementos a la canción y a la música. La diferencia básica esencial es que la música de raíz se dedica simplemente a la interpretación del tema y el folk lo re-interpreta, permitiendo además la creación de nuevos temas en ese estilo de música (aunque nunca se reconocerá como popular, estrictamente, al estar ya firmado). Pero, ¿por qué decimos que el folk es el estilo más propio?
Durante la mitad de los 60, los cantautores se servían de diversas músicas, siendo las más populares las del estilo «balada italiana», chanson francesa, canción latinoamericana, folk rock, folk norteamericano y canción portuguesa, algunas con más tirón comercial que otras. Con los precedentes de la Euskal Kanta Berria, Joaquín Díaz, Nuestro Pequeño Mundo (foto), el Nuevo Flamenco, los grupos folk castellanos y canarios, los cantautores andaluces aglutinados en torno a Manifiesto Canción del Sur, El Grup de Folk y algunos de los temas costumbristas de Víctor Manuel, ante las puertas de los 70 y a mediados de estos surgen nuevos cantautores como Labordeta, Pablo Guerrero o Imanol (aunque éste sea más inaccesible para el público normal y corriente al estar prohibido) y grupos de folk de toda región, lengua y, por ende, estilos: desde los andaluces Jarcha, pasando por los aragoneses La Bullonera, hasta los vascos Oskorri o los gallegos Fuxan os Ventos; estos nuevos enseñan a aquellos cantautores anteriores que habían despreciado, total o parcial, directa o indirectamente, el folklore de su tierra, y, en algunos casos, como en el de Voces Ceibes, se produjo una reconciliación que resultó a todas luces beneficiosa. Es en ese momento, sin que esto sirva de ninguna manera de desprecio hacia las otras formas musicales, cuando la canción de autor encuentra su expresión musical más autóctona y propia. Pero remontémonos al principio.
Por simplificar las cosas al máximo, podemos dividir a los primeros cantautores en folklóricos (en el sentido de investigadores e interpretadores del folklore) y no folklóricos: Setze Jutges, Voces Ceibes, parte del colectivo Canción del Pueblo, etc. Estos últimos, por lo general, y en diversos grados de intensidad, llegando a veces incluso al desprecio, rehusaban utilizar el folklore como instrumento musical para sus letras por una razón política y social: el uso que el franquismo hizo de las manifestaciones folklóricas de todas las regiones, a través del grupo de Coros y danzas de la Sección Femenina de Falange, para, según ellos, a través de la diversidad de sus regiones, afianzar la absoluta y sagrada unidad de España. Esto no suponía un rechazo de plano, por así decirlo, en muchos casos, pero entonces hacer música folklórica no era lo más progresista en España. En otros casos, el amor a la tierra y a su música, y a la investigación etnológica, vencieron a la ideología para poder reclamar lo que por derecho les pertenecía.
No obstante, los cantautores folklóricos descubrieron un pequeño tesoro dentro de lo que era el gran tesoro del legado musical: la gran libertad a la hora de cantar que proporcionaba un tema. Curiosamente muchos descubrieron quejas más radicales (de raíz) y sinceras en los cantos antiguos que en las escuelas y universidades gracias a la Magna Antología de la Música Tradicional Española del profesor García Matos, colaborador de la Sección Femenina y etnólogo admirable, que recogía un gran número de canciones de todas las regiones de España (según estaban conformadas entonces); descubrieron que no necesitaban recurrir a textos propios o a poetas prohibidos, todo lo que necesitaban saber y decir estaba ahí: en el «Atzo tun tun», en unas «Jotas de estilo» aragonesas que resultan tener una sátira feminista, en los versos «Tengo la mano pesada,/ que parece de madera./ Si yo fuera señorita/ más ligera la tuviera» de una jota a lo ligero cántabra… Y un largo etcétera. De manera que, al alegar que eran canciones tradicionales, la censura se veía impotente para prohibir algo que por otro lado estaban, no solo autorizando, sino promocionando. De ahí a la imitación literaria sólo había un paso.
Subyacía a este hacer también una ideología político-estética enraizada en el inmortal Antonio Machado y sus ideas, plasmadas tanto en verso como en prosa, acerca del saber inmemorial del pueblo y su ensalzamiento a lo largo de toda su obra frente al clasismo de algunos «señoritos» guardianes de la intelectualidad y despreciadores de lo popular y proletario por considerarlo de baja calidad artística.
En primer lugar, por orden de antigüedad, podemos citar a los cantaores del Nuevo Flamenco: Enrique Morente, José Menese, Manuel Gerena, «el Lebrijano«, «el Cabrero», etc. Estos cantaores decidieron recuperar el cante hondo de las garras de los señoritos, que lo usaban para su solaz y recreo, para, explotando la vena más rebelde e insumisa del flamenco y sus distintos palos, devolvérselo al pueblo. Utilizando los cantes tradicionales con nuevas letras propias o de poetas estigmatizados como non-gratos (Hernández, Lorca), resucitaron el viejo arte de la queja gitana y andaluza, el grito desgarrado y desgarrador del sur. De esta manera, también al ser apartados a la fuerza de los certámenes oficiales, estos cantaores consiguieron arrancar el cante hondo del llamado nacional-flamenquismo, que tanto daño estaba haciendo al folklore, muy especialmente al andaluz. Casi al mismo tiempo, el movimiento surgido alrededor del poeta Juan de Loxa, Manifiesto Canción del Sur, formado entre otros por Carlos Cano, Benito Moreno y Antonio Mata, reclamaban como propia la copla, un estilo bastante dañado por el nacional-flamenquismo.
En Castilla, mientras tanto, al amparo del maestro Agapito Marazuela, etnólogo y dulzainero segoviano, surgía un nuevo e interesante movimiento de recuperación y restauración del patrimonio folklórico castellano. Joaquín Díaz fue la cabeza clara y visible de este movimiento. Díaz no hacía ningún tipo de discurso político o subversivo en sus canciones, limitándose a la interpretación de temas tradicionales castellanos. Suya es, por ejemplo, esta interpretación de un villancico del Día de Reyes de Castilla, en la que primero podemos oír la versión «original» en boca de un cantor anónimo:

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Esta aparente carencia inicial de contenido político o social, por una parte, y por otra la tradicionalidad de sus temas, hicieron que injustamente cayera sobre él el san-benito de reaccionario. No obstante, con el tiempo, Joaquín Díaz, con intereses medio etnólogicos-antroplógicos, medio políticos, grabaría temas como canciones republicanas de la guerra civil y canciones liberales de la guerra de independencia y constitucional. A pesar de todo, la mayoría no duda en señalar a Joaquín Díaz como el padre de algo que se podía comenzar a llamar folk español, o, al menos, en su caso, castellano.
Unida a la figura de Díaz apareció la del grupo de folk Nuestro Pequeño Mundo. Este conjunto no fue, en realidad, un conjunto de temas originales. En sus comienzos mezclaban en sus discos temas tradicionales españoles de diversas regiones con los temas del folk y de los cantautores norteamericanos; más tarde pasaron a hacer versiones de los temas de algunos de sus contemporáneos, como Llach, Celdrán, Pablo Guerrero, etc. Bajo estos ejemplos, tutelados por Marazuela, aparecerían en Castilla grupos de folk como Nuevo Mester de Juglaría, Jubal, Carcoma o Vino Tinto.
En Cataluña lo que diferenciaba a los dos grandes colectivos, Setze Jutges y Grup de Folk, en esencia, era la música. No obstante, aunque reconocida la animadversión que los Jutges sentían por el folklore catalán en particular, dos de sus miembros, Josep Maria Espinàs -uno de los fundadores- y Joan Manuel Serrat, sacaron ambos sendos discos en el que recopilaban algunas canciones tradicionales catalanas, ambos bajo el nombre de Cançons tradicionals. Pero la gran labor, evidentemente, la realizaron el Grup de Folk, alternando temas del folk norteamericano, de Dylan Seeger, con temas tradicionales catalanes, pero también de otros sitios de España (canciones cántabras) o de fuera (canciones latinoamericanas, algunas de Atahualpa Yupanqui, irlandesas, suizas…), especialmente con la gran incorporación de María del Mar Bonet y Marina Rossell, que supieron poner los llamados Países Catalanes en el mapa de la música mediterránea.
En Euskal-Herria, más propiamente en el País Vasco, la tradición musical euskaldun había sufrido la misma manipulación que el resto del folklore del país, pero con una diferencia, que yo achaco al espíritu vasco: por mucho que el régimen insistiese en usar los cancioneros vascos para la cohesión y unidad de España, el vasco siempre tendrá esta tradición como suya y de nadie más. Por ese motivo, además de la belleza del folklore euskaldun, desde los comienzos el colectivo Ez dok Amairu utiliza su cancionero renovándolo y reciclándolo.
En las Islas Canarias, el primer gran grupo de folklore canario son Los Sabandeños, comandados por Elfidio Alonso y concebidos en principio como una ronda estudiantil (o estudiantina); mezclaban el folklore canario con el folklore latino-americano importado vía Atahualpa Yupanqui. Tras ellos surgirían nuevas formaciones similares como Chincanarios o Verode, además de cantautores como Caco Senante. Mientras que el folk del resto de regiones tenía un carácter nacionalista o regionalista soterrado, el folklore canario casi desde el princio es marcadamente regionalista.
Es de notar que, exceptuando a El Grup de Folk y a los cantautores vascos, el folklore surgió como medio de protesta y reivindicación muy tempranamente en aquellas regiones que sólo tenían una lengua como forma de expresión, el castellano, por lo que era necesario para cada región buscar una nota diferenciadora que le permitiera utilizarla como medio de expresión autóctono de una pretensión de reivindicación histórica de lo que más tarde dio en llamarse nacionalidades históricas, aunque al principio ese espíritu estuviera soterrado por necesidad.
A finales de los 60, con el ejemplo de los folksingers americanos como Seeger, Guthrie o Dylan, de los cantores portugueses liderados espiritualmente por José Afonso, y de los cantautores latinoamericanos más consagrados como Atahualpa y Violeta, pero también de nuevos como Víctor Jara o Quilapayún (que influyeron bastante en el hacer de Sabandeños), muchos comienzan a usar las bases de la música tradicional como vehículo para diversas protestas y reivindicaciones.
Además de los nombrados aquí arriba, hubo un importante precedente de aproximar temas rurales costumbristas, con olor a raíz de música tradicional en el cantautor asturiano Víctor Manuel, el cual comenzó como una especie de cantante de temas costumbristas asturianos alcanzando un éxito importante, aunque derivara más hacia un estilo pop baladístico muy en boga entonces. No obstante, la raíz asturiana en su música siempre estuvo presente, acercando al gran público el gusto por los temas rurales realistas, alejados del ideal falangista, y preparando el camino a otros cantautores que bebían directamente de la música popular de su tierra, de la cual tenían que hablar. Entre ellos encontramos al extremeño Pablo Guerrero y al aragonés José Antonio Labordeta, entre otros (otros cantantes aragoneses importantes son Tomás Bosque y Joaquín Carbonell), ambos con un estilo muy parecido, con la única diferencia en lo regional, tanto en las letras como en el tipo de fuentes musicales, aunque Pablo Guerrero, poco después de sus primeros temas como «Amapolas y espigas» o «Son hombres que se mueren sin haber visto nunca el mar» derivara hacia un estilo más norteamericano en su hacer. Por su lado, Elisa Serna, miembro de Canción del Pueblo, descubría sus raíces musicales castellanas al tiempo que era la primera músico en hacer algo en España que se pueda considerar música fusión. Mención especial merecen también cantantes como Ismael y Eliseo Parra, una especie de aventurero musical que ha interpretado todo estilo conocido, abarcando su repertorio desde las folías canarias hasta los arin-arin vascos.
Los últimos 60 cierran el interés antroplógico en la música folk para pasar al interés político, muy especialemente regionalista. Los comuneros, el mítico álbum que Nuevo Mester de Juglaría realizaron en base al poema de Luis López Álvarez, abre la temática regionalista en la música folk y la canción de autor. Otros dos grandes álbumes de la nueva década encabezarán los ejemplos de música de raíz con intenciones reivindicativas: La cantata del Mencey loco de Sabandeños, y Quan el mal ve d’Almansa del conjunto valenciano Al Tall, sin despreciar, por supuesto, trabajos menos conocidos como Andalucía 40 años de José Menese o El anarquismo andaluz de Luis Marín. Bajo estos nuevos auspicios, surgen en todas las regiones cantautores y grupos con las mismas preocupaciones y motivaciones que usaban como arma una música nueva basada en las viejas tradiciones musicales: de Asturias Nuberu; de La Rioja, Carmen, Jesús e Iñaki; de Aragón, La Bullonera y Boira; de Valencia Al Tall; de Castilla, La Fanega; Jarcha desde Andalucía… En Galicia surgen nuevos cantautores como Luis Emilio Batallán o Emilio Cao, y grupos de folk como Fuxan os Ventos o O Carro; estos arrastrarán a los miembros de Voces Ceibes al reencuentro con sus raíces musicales, aunque la inclusión de Bibiano Morón en el colectivo y el descubrimiento del gran José Afonso, ya les había encauzado hacia ese camino. Y, por su parte, desde el País Vasco, el grupo que renovó totalmente el folk: Oskorri. Es de notar que, a parte de la situación especial que sufrían todas las regiones de España, estos grupos surgen casi a la vez que los grupos de folk de distintos lugares de Europa, más o menos nacionalistas, como los bretones Gwendal, y otros más o menos progresivos en la música, como los británicos Jethro Tull, por lo que no es totalmente un caso aislado, mas que por las características históricas y sociales del país.
Pero el folk no servía sólo para reivindicar la identidad nacional histórica de una región determinada y concreta. El folk se descubrió, dentro del mundo de la canción de autor, como un arma eficacísima en la lucha ecologista frente a la creciente nuclearización del país, en la protesta del mundo rural (especialmente debido a eso que llamaron abandono rural, que era más el abandono del mundo rural por parte de las autoridades que por parte de los aldeanos), en la cual se podrían encuadrar problemas y reivindicaciones clásicas (caciquismo, excesiva clericalización del medio rural…) y en la defensa del patrimonio histórico, aunque esté atado de alguna manera muy fuerte al ecologismo.
Como he dicho, la razón de todo esto, en la mayoría de los casos, es que el resto de estilos era importado de algún lugar, mientras que el estilo folk utilizando la música autóctona de cada región era lo propio de la cultura de estos cantantes.
Por otro lado, es cuanto menos curioso que muchos comenzaran a cantar y a tocar melodías basadas en la música popular de su tierra y que tuvieran un éxito considerable, mientras que ocurrían dos cosas: por un lado, el desprecio hacia ciertas formas tradicionales por parte de una juventud que, fuera por ideologías, fuera por frivolidades, buscaba la modernidad musical en los elucubrantes ritmos anglo-sajones y norteamericanos; y, por otro lado, se estuviese produciendo todo aquel éxodo de gente hacia las ciudades o hacia el extranjero, porque el campo no daba para comer, muy especialmente gente joven que no encontraba futuro en el pueblo. Pero ahí es donde reside su razón de ser y su lógica: en la reivindicación de las raíces, en el no olvidar quién se era y de dónde se venía, y en la protección de zonas muy abandonadas por culpa del desarrollismo industrial y tecnológico de los tecnócratas del Opus Dei.
Todos estos grupos y cantantes cosecharon un éxito importante, tanto a nivel ideológico como musical. No obstante, a medida que se aproximaban los 80 y hasta los 90, una nueva remesa de grupos viene a sustituir a estos: menos preocupados en ideologías y políticas y más concentrados en la música, aparecen grupos como Milladoiro, Ronda de Boltaña, Alboka, Babia, así como diversos grupos encabezados por Eduardo Paniagua para la interpretación del gigantesco legado musical medieval. Tampoco podríamos dejar de recordar a un grupo folk muy importante de finales de los 70 como eran y son Suburbano: nacidos en el barrio popular madrileño de Vallecas, encabezados por Bernardo Fuster (recién regresado de sus andanzas por Alemania, en donde había grabado dos LPs bajo el pseudónimo de Pedro Faura) y por el músico Luis Mendo, Suburbano fue el creador de algo que se puede llamar folk urbano (si existe el rock rural, ¿por qué no el folk urbano?); su música abarcaba desde el folk de inspiración galaico hasta el flamenco y la rumba catalana.
No hay que dudar en absoluto que toda esta remesa de cantantes, músicos y conjuntos, contribuyeron a restituir la dignidad secuestrada por el régimen a la tradición musical de todas parte y rescatarla. De hecho, muchos, como el gran iniciador del folk, Joaquín Díaz, se dedicaron más tarde o más temprano, al estudio de la música tradicional.
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7
May
Posted by Gustavo Sierra Fernández in Música. Tagged: acid-rock, Agapito Marazuela, Aguaviva, Albert Batiste, Alberto Gambino, Alberto Pérez, Almas Humildes, Andalucía, Atahualpa Yupanqui, Ñu, Balears, Beatles, Bill Haley, black metal, blues, Bob Dylan, Boira, Bruce Springsteen, Byrds, Caco Senante, Canarias, canción de autor, Canción del Pueblo, canción latinoamericana, canción melódica, canción portuguesa, cante hondo, Carcoma, Carlos Cano, Castilla, Chanson, Chincanarios, Chuck Berry, Claudina Gambino, copla, country-rock, death metal, El Cachas, Elisa Serna, Elvis Presley, Enric Barbat, Errobi, Esquirols, Euskadi, Ez Dok Amairu, Falsterbo 3, flamenco, folk, folk progresivo, folk-rock, folksingers, Fuxan os Ventos, Georges Brassens, Gorka Knörr, Grup de Folk, Guillem d'Efak, Gwendal, heavy metal, hippies, Imanol, J. M. Espinàs, Jacques Brel, Jarcha, Jaume Sisa, jazz, jazz-rock, Jethro Tull, Joan Baez, Joaquín Díaz, Joaquín Sabina, José Menese, La Bullonera, La Fanega, Labordeta, Lluís Llach, Lole y Manuel, Luis Pastor, Mamas & Papas, Manifiesto Canción del Sur, Manuel Gerena, Maria del Mar Bonet, música celta, música tradicional, Mikel Laboa, Natxo de Felipe, NHU, Nuberu, Nuestro Pequeño Mundo, Nueva Trova, Nuevo Flamenco, Nuevo Mester de Juglaría, Oskorri, Pablo Guerrero, Paco Ibáñez, Patxi Andión, Pau Riba, Pete Seeger, Pi de la Serra, punk-rock, Raimon, regionalismo, rock, rock andaluz, rock duro, rock gallego, rock progresivo, rock psicodélico, rock vasco, rock'n'roll, rockabilly, Rosalía de Castro, Ruper Ordorika, Sabandeños, salsa, Serrat, Setze Jutges, Suburbano, Tete Montoliu, Triana, Víctor Manuel, Verode, Vicente Soto "Sordera", Vino Tinto, Violeta Parra, Voces Ceibes, Woody Guthrie. 1 comentario
Para empezar debemos realizar una definición para ver qué lugar ocupa la canción de autor dentro del cosmos musical. Quedamos -y si no quedamos, lo declaro ahora- en que la canción de autor, y todas sus denominaciones, era un género, si por género entendemos aquella manera de hacer música que a su vez se subdivide en varios estilos e incluso subgéneros que agrupan otros estilos. Pongamos por caso el rock (o rock’n’roll): nadie sabría definir muy bien qué música es el rock, pues está conformada por diversos estilos como el rock clásico (rock’n’roll), rock duro, country-rock, acid-rock, jazz-rock, folk-rock, punk-rock… E, incluso, estos estilos se acaban desarrollando convirtiéndose en subgéneros con sus propios estilos (ejemplo: en el rock’n’roll, el rockabilly; en el rock duro, el heavy metal, el death metal, black metal), pero que en todos ellos se puede rastrear la huella de Chuck Berry, Bill Haley y Elvis Presley. En el caso de la canción de autor sucedería un tanto de lo mismo, salvo con una diferencia: mientras que en el rock y otros géneros es lo musical lo que los determina, en la canción de autor es la letra la que define al género; quiero decir que, estrictamente, no hay un género musical propiamente dicho (si acaso el folk), sino que la canción puede vestirse con la música que quiera. Si no, veamos: ¿cuál es exactamente el punto de unión entre Carlos Cano, Lluís Llach, Pau Riba, Oskorri y Joaquín Díaz? Musicalmente habría que esforzarse mucho, ya que uno hacía coplas, el otro canción francesa, el otro rock psicodélico y progresivo, Oskorri folk progresivo, y Joaquín Díaz música tradicional. Pero no cabe la menor duda, cuando uno los escucha, que sí hay algo en común: eso en común es la creatividad literaria, la profundización en el texto y la difusión poética, aunque en autores como Riba y Llach la música también cobre su importancia y protagonismo, quedando a la altura del texto.
Primitivamente, el cantautor tenía por estilo algo que sonaba a canción francesa, algunos pocos al principio, a canción portuguesa o a canción latinoamericana: esto es, un cantante con guitarra y, general pero no necesariamente, un acompañamiento básico (otra guitarra, un contrabajo, un celo o un piano: muy pocos tenían la suerte de contar con la orquestación de Algueró u otros). Este estilo primitivo, a caballo entre el cantautor francés y el nortemericano era bastante cómodo (Labordeta confiesa que, en parte, los conciertos eran tan simples porque hasta la última hora no sabían si iban a cantar) y permitía acentuar el protagonismo de la letra a través de la voz del cantante. Después, a los que consiguieron un cierto éxito comercial, como Joan Manuel Serrat, Patxi Andión o Víctor Manuel, se les adjudicó un arreglador y orquestador para sus canciones (aunque no pudieran, a veces, darse el lujo de dar conciertos con orquesta): en estos arreglos se nota la influencia de la canción francesa, pero también la de la canción melódica italiana, muy de moda en aquellos días gracias a festivales como el de San Remo.
Sin embargo, en el cambio de década, el tipo de cantautor bohemio y contestatario a lo Paco Ibáñez o a lo Raimon, sin que desapareciera, dejó paso a nuevas formas de entender la canción de autor, en donde la música cobraba tanta importancia como el texto. En parte, por la influencia de la música extranjera -especialmente anglosajona-, pero también, en el caso del folk, por el descubrimiento y posterior acercamiento a las fuentes musicales tradicionales de cada región como arma eficaz de pronunciamiento regionalista. Veamos simplemente algunos ejemplos de estilos que la canción de autor adoptó:
Canción francesa. Consistente en imitar la llamada Chanson française. No es un estilo musical, meramente dicho, único, sino que en la mayoría de los casos depende del intérprete al que se intente emular (sin sentido peyorativo). Por ejemplo: Espinàs, Labordeta, Pi de la Serra, Paco Ibáñez y otros son claramente brassenianos (en cuanto que emulan a Brassens), mientras que Llach o Patxi Andión son brelianos (en cuanto que siguen a Brel).
Canción norteamericana/ Folk (extranjero). Unida al estilo del folk americano, esta tendencia musical aglutinaba a aquellos cantautores que emulaban la canción de los folksingers de Estados Unidos como Pete Seeger y Woody Guthrie, y a los más nuevos como Bob Dylan o Joan Baez. Si la anterior fue bandera del colectivo Setze Jutges, este estilo lo era de el Grup de folk.
Canción portuguesa. Este estilo, también complicado de concretar, iba unido a la música popular portuguesa: fados y chulas y otras cosas; fue muy seguido en los 70 por la mayoría de los cantautores gallegos, pero también despertó admiración y seguimiento en otros como Imanol, Pablo Guerrero y Luis Pastor, quien se descubre en ella.
Canción latinoamericana. No influyó en un estilo musical concreto, sino en la forma de hacer canciones y cantarlas: Mikel Laboa, Labordeta, Sabandeños y otros, por no decir todos, se quedaron fascinados al oír la protesta amarga conjuntada con ternura de Violeta Parra y Atahualpa Yupanqui en temas como «Arauco tiene una pena» o «Preguntitas sobre Dios». Aquel desgarro emocional, aquel lamento, ayudó a configurar una canción a veces fiera, a aveces tierna.
Digamos que estos fueron los estilos raíces extranjeros, que, la mayor parte de las veces, no actuaban solos en un artista, sino conjugados entre ellos. Ahora veremos los estilos-raíces autóctonos:
Nuevo flamenco. Una serie de cantaores, pero también cantautores, como fueron José Menese, Manuel Gerena y Enrique Morente; más adelante se sumarían Lole y Manuel o Vicente Soto «el Sordera». Eran básicamente iguales a los anteriores, con la salvedad de que usaban el cante hondo para protestar, y, la verdad, no debería sorprender a nadie: el cante hondo es la expresión del lamento hecho voz del jornalero o el gitano.
Música tradicional. En este género no era tanto la creación literaria como la investigación y la interpretación del tema. Surge primeramente en el País Vasco con los cantautores del colectivo Ez Dok Amairu; en Castilla, gracias al legado del maestro Agapito Marazuela, con Joaquín Díaz y los grupos Nuevo Mester de Juglaría, Carcoma, Vino Tinto, La Fanega…, siguiendo hasta el colectivo Canción del Pueblo (Elisa Serna, v. g.); en Canarias, con Sabandeños, Verode o Chincanarios; en Baleares, María del Mar Bonet; en Andalucía con Jarcha; e incluso Pablo Guerrero comenzó haciendo canción de raigambre popular extremeña. Esta música daría más tarde lugar al folk.
Folk (autóctono). Es la música derivada de la interpretación de la música tradicional e influenciada en su base teórica por la canción norteamericana, portuguesa y, muy especialmente, latinoamericana: ya no se trataría tanto de la interpretación al pie de la letra, sino de la lectura libre que hace de la canción tradicional el artista. En esta lista entrarían los cantantes incluidos en la música tradicional, más Nuestro Pequeño Mundo, ya que se dedicaba a varios tipos de canciones tradicionales, y otros grupos nacidos durante los 70 como eran los vascos Oskorri, los aragoneses Labordeta, Boira y La Bullonera, o los gallegos Fuxan os Ventos, junto a los reconciliados con sus raíces miembros de Voces Ceibes; los asturianos Nuberu, o los madrileños Suburbano.
Copla. El colectivo andaluz Manifiesto Canción del Sur adoptó como bandera, rescatándola de años de rancia sensiblería nacional-flamenquista, a la copla andaluza, salvándola de su denostación pública a la vez que dignificándola como arte popular. Nadie duda en poner a Carlos Cano como el gran renovador del género.
A partir de ahí, de las dos ramas, la canción de autor va configurándose en algo original y autóctono, desarrollando nuevas vías musicales, o reinventando otras, uniéndose, en muchas ocasiones, a estilos extranjeros. Veremos:
Canción melódica. Debido al éxito de la canción melódica italiana gracias a festivales de música como el de San Remo, la balada a la italiana se puso de moda. Es fácil reconocerla incluso en la música de algunos cantautores como Serrat, Lluís Llach o Patxi Andión, pero dotada a veces de fuertes cargas de denuncia, reivindicación o testimonio poético.
Folk-rock. Nacido del encuentro del folk-rock americano con el folk autóctono, nacen una serie de grupos y solisas que reinventan un género extranjero para crear uno propio en donde reivindicar la poesía y hacer denuncia: grupos como los ya nombrados Nuestro Pequeño Mundo, Aguaviva, Almas Humildes, Esquirols, Falsterbo 3… Fueron grupos que siguieron las mismas estructuras que los americanos Byrds o Mamas & Papas, reinventando la música folk autóctona y la foránea.
Jazz y Blues tradicional. Algo más minoritario que el folk-rock, hubo algunos cantautores enamorados del jazz y del blues al estilo tradicional. Lluís Llach y Francesc Pi de la Serra son los dos grandes ejemplos de amantes del jazz, especialmente por lo que este estilo tiene de creación y libertad musical; amantes del blues fueron también Pau Riba, Enric Barbat o Guillem d’Efak, y diversos miembros del Grup de Folk. De vez en cuando, gigantes del jazz catalán como Tete Montoliu participaron en la grabación de discos (Tete, por ejemplo, colaboró con Serrat muchas veces, y versionó su «Paraules d’amor» al piano) de los cantautores catalanes.
Rock progresivo y psicodélico. Con la llegada de los hippies a las costas baleares y catalanas, también llegaron estos estilos musicales, que arraigaron muy bien, especialmente, en Cataluña y Andalucía. El gran responsable fue Pau Riba, un cantautor de folk que transmutó al rock psicodélico por la influencia de Beatles y Dylan; junto a él, los también catalanes Jaume Sisa (cantautor galáctico) y Albert Batiste, además del madrileño José Manuel Bravo «el Cachas». En Andalucía destaca el grupo Triana, uno de esos fenómenos a caballo entre el rock y la canción de autor, mezclando rock y flamenco con excelente poesía de raigambre lorquiana: su disco Hijos del agobio contiene letras interesantes, testimonio y denuncia del año en que fue grabado. También hubo rock progresivo en Euskadi, con Errobi, o en Galicia, con NHU (no confundir con el grupo de rock duro Ñu), gracias, sobre todo, a Bibiano: un cantautor que mezclaba poesía con la música celta de Galicia y el rock más progresivo a la manera de Jethro Tull o Gwendal, igual que hacían Oskorri en Euskadi también. Sin embargo, no enumeraremos aquí a los grupos más importantes, ya que eso lo reservo para otra entrega.
Rock. Nacido ya como estilo de cantautor a finales de los 70, se trata del rock a la manera de Bruce Springsteen. Este será practicado por nuevos cantautores que fueron apareciendo durante los tres últimos años de los 70, alejados ya del cantautor tipo folk y acercándose al nuevo paradigma de cantautor urbano, ya profetizado por Hilario Camacho anteriormente, preocupado por nuevos temas como la depresión en los barrios o el paro, etc. Son, por ejemplo, Joaquín Sabina, los vascos Gorka Knörr y Ruper Ordorika, etcétera.
Salsa, ritmos caribeños. Un estilo bastante minoritario, de clara influencia de la Nueva Trova cubana, cuenta con fieles como Caco Senante o Alberto Pérez, y también con fans ocasionales como Sabina o Hilario Camacho.
Es muy posible que esta entrada no sea muy acertada: a fin de cuentas, no soy musicólogo y, lo más importante, me separan 40 años de diferencia de algunos de estos fenómenos. En cualquier caso, lo he intentado… Pero he de hacer notar que en la mayoría de los casos un cantautor no se cierra a un solo estilo de música. En mi opinión, al dar cierta primacía e independencia al texto por encima de la música, y componer ésta en función de la palabra y no al revés, como en otros géneros y estilos musicales, se obtiene gran libertad y gran permutabilidad musical. Por ejemplo, Llach, uno de los mejores, maneja un abanico amplio de estilos que van desde la canción francesa y la balada italiana al jazz y al rock; Serrat, por su parte, no dudó en cantar con aires de pasodoble a Baladona, o cantarles una rumba a los albañiles, mientras que en la siguiente pista encontramos folk… Hay muy pocos que se limiten a un estilo o a una serie de estilos, sin que ello constituya que sean mejores o peores. Lo que sí está claro es que, gracias, por una parte, a una serie de productores, y arregladores, como el gran Alberto Gambino (también cantautor junto a Claudina Gambino), y, por otra y más importante, a las inquietudes musicales de la mayoría, se consigue evolucionar desde el cantautor convencional de guitarra, que denuncia y que arenga, a la figura del compositor. Por citar a algunos grandes compositores, arregladores y orquestadores dentro del estilo, podríamos nombrar a Llach, a Pi de la Serra, a Luis Eduardo Aute, Alberto Gambino, Natxo de Felipe y su conjunto Oskorri, Bibiano, Pau Riba, y un larguísimo etcétera. Llegó un punto en el que ya no sólo se exigían buenas letras, sino también buenas músicas, creativas y originales, aunque en más de una ocasión -como ya pasara fuera- la invención musical conste un disgusto por parte de un crítico que de reaccionario se quedó sordo: le pasó a Bibiano con su genial interpretación rockera del clásico de Rosalía «Sombra Negra»… Se acercaban los 80 y algunos seguían pensando como en los 50.
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20
Ene
Posted by Gustavo Sierra Fernández in Música. Tagged: Andalán, Antonio Curiel, Antonio Mata, Argia, Aseari, Benedicto, Benito Lertxundi, Benito Moreno, Bibiano, Boira, Cameretá, canción portuguesa, Canciú Mozu Astur, Carlos Cano, Catalunya, copla, EDIGSA, Emilio Cao, Eneko Labeguerie, Enrique Morente, Errobi, Esukadi, Euskal Kanta Berria, Euskalherria, Ez Dok Amairu, flamenco, folk, folklore vasco, Fuxan os Ventos, Imanol, Joaquín Carbonell, Jorge de Oteiza, José Afonso, José Menese, Juan de Loxa, Kako Senante, La Bullonera, Labordeta, Lourdes Iriondo, Luis Emilio Batallán, Lupe, Manifiesto Canción del Sur, Manuel Gerena, María Manoela, Mikel Laboa, Miro Casabella, Mixel Labeguerie, Nova Cançó, Nova Canción, Nuberu, Nueva canción, Nueva Canción Aragonesa, Nuevo Flamenco, Oskorri, Raimon, regionalismo aragonés, rock progresivo, Rogelio Botanz, Sabandeños, Setze Jutges, Taburiente, Tomás Bosque, Venezuela, Verode, Vicente Araguas, Vicente Soto "Sordera", Voces Ceibes, Xavier G. del Valle, Xerardo Moscoso, Xulio Formoso. Comentarios desactivados en Historia de la canción de autor: los inicios, Euskal kanta berria, Nova canción galega y otros
Poco a poco, la Nova cançó fue consiguiendo adeptos, admiradores e imitadores fuera de Cataluña también, como hemos visto con la Nueva canción. En realidad, simplemente fue la catalización de unos sentimientos muy generalizados y de unos gustos musicales comunes: aunque algunos fueran más «afrancesados», otros «aportuguesados», otros «norteamericanizados» y otros «latinoamericanizados», siempre era la canción con mensaje. Es curioso, pero no fue determinante, que allá donde tocaba Raimon, florecían nuevos colectivos y propuestas generalmente regionalistas.
Euskal kanta berria
Fue en el año 61 cuando los hermanos Labeguerie, Mixel y Eneko, sacaron su 1er EP en vasco. Esto les hizo ser los auténticos pioneros de la canción vasca. Poco más tarde sería cuando se formaran los colectivos; uno de ellos fue el formado en torno al escultor vasco Jorge de Oteiza:
Cuenta una leyenda vasca que un santo se encontró un día al diablo, y el diablo le propuso un trato:
le propondría un número y el santo tendría que responder qué significaba ese número; el santo aceptó. El demonio comenzó, pues: Bat/ Uno, Jainkoa/ Dios, dijo el santo; Bi/ dos, preguntó el diablo, Aita eta semea/ el Padre y el Hijo, respondió el santo… Estuvieron así hasta llegar a 12: Hamabi?, dijo el diablo, Apostoleak, respondió el santo; Hamahiru/13, dijo el diablo, Amairu?, dijo el santo, Amairu… Ez dok amairu!/ No hay trece.
Esta fue la leyenda que deslumbró a Jorge de Oteiza; según Benito Lertxundi, lo que quería decir Oteiza es que no caben treces con la cultura. El colectivo contó desde el principio con Mikel Laboa, quien desde entonces era considerado el patriarca de la canciçon vasca: fue en 1964 su 1er recital en vasco. Luego se fueron uniendo Lourdes Iriondo, Benito Lertxundi… Así hasta completar, de nuevo fortuitamente, doce. El otro colectivo fue Argia (luz), donde estuvieron Imanol y Lupe entre otros. En esta ocasión no hubo choque de intereses: ambos colectivos reivindicaban la lengua, la poesía y la tierra vasca, y ambos usaron sin complejos el folklore euskaldun, recopilado a lo largo de los siglos por maestros en cancioneros. Al igual que a los catalanes, a los cantautores vascos se les veía al principio como una rareza foklórica, a la que no tenían demasiado en cuenta… Sin embargo, la cosa fue avanzando, y los vascos, al igual que los catalanes, y después los gallegos, rompieron sus fronteras. Más tarde, rompiendo con el austerismo inicial, aparecerían nuevas propuestas como el folk de Oskorri y Aseari, o el rock progresivo de Errobi, y más cositas…
A Nova canción galega
Todo esto había pasado a mediados de los 60: ya había canción de autor en catalán, en castellano, en vasco… Entonces, «¿e por qué non en galego?», dijeron los futuros miembros de Voces ceibes (voces libres). El colectivo, imitando a los Jutges catalanes, puso como preceptos la difusión y defensa del gallego y sus poetas, y musicalemente se alejaron de foklorismos y buscaron como medio de expresión la Canción portuguesa, por lo general, representada por José Afonso. El sello catalán Edigsa, que había abierto sucursales en el País Vasco para los cantautores euskaldunes, abrió también en Galicia otra, donde se grabaron los 1ºs EPs del colectivo: Miro, Benedicto, Xerardo, Xavier, Vicente… comenzaban así sus andanzas en la canción de autor. Sin embargo, la rigidez inicial de sus preceptos no les permitía avanzar más, aparte de las críticas de nuevos cantautores y grupos de folk. Es así que a finales de los 60 Voces ceibes se disuelve y se forma un colectivo mucho más plural, en donde cabían, además de los ya citados más Bibiano, los Fuxan os Ventos, Luis Emilio Batallán, Emilio Cao, María Manoela… Y desde Venezuela, un gallego exiliado: Xulio Formoso daba sus geniales contribuciones.
Otras propuestas interesantes
Manifiesto canción del sur nació en Andalucía oriental, en torno al poeta Juan de Loxa. Sus objetivos son análogos a los otros colectivos, sólo que añaden la recuperación de la identidad andaluza y su folklore para protegerse del expolio cultural del franquismo. Forman parte de él Benito Moreno, Antonio Mata, Antonio Curiel, Carlos Cano… Su forma de expresión es la copla.
Nuevo flamenco
No hace falta hablar demasiado de algunos componentes del nuevo flamenco surgido a principios de los 60: José Menese, Manuel Gerena, Enrique Morente, Vicente Soto «Sordera»… Mezclaban la tradición flamenca con la poesía y la protesta, reivindicando a la vez la fuerza contestataria del flamenco.
Canciú mozu astur y Cameretá
Fueron colectivos en los que comenzaron cantante y grupos en bable, generalmente folk, como Nuberu o Gerónimo Granda.
Nueva canción canaria
Un movimiento fuertemente regionalista que abarcaba a grupos de folk como Los Sabandeños, Taburiente, Verode, y cantantes como Kako Senante o Rogelio Botanz.
Nueva canción aragonesa
Fue un movimiento de canción de autor y folk en la que estaban José Antonio Labordeta, Joaquín Carbonell, Tomás Bosque, Boira, La Bullonera… Se englobó en los movimientos regionalistas aragoneses como Andalán, dirigido principalmente por el propio Labordeta.
Nota bene: he corregido el texto porque contenía algunos errores, como confundir Andalucía oriental con Andalucía occidental (¡¡esa geografía!!), y había excluido una propuesta tan bella e interesante como fue la canción aragonesa.
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27
Oct
Posted by Gustavo Sierra Fernández in Música. Tagged: Aguaviva, Al Tall, Almas Humildes, Amancio Prada, Antonio Resines, Aseari, Benedicto, Benito Lertxundi, Bernardo Fuster, Bibiano, Boira, canción de autor, Canción del Pueblo, Carlos Cano, Carmen Jesús e Iñaki, Celso Emilio Ferreiro, Chincanarios, Daniel Vega, Elisa Serna, Enrique Morente, Ez Dok Amairu, Federico García Lorca, folk, Fuxan os Ventos, Gente del Pueblo, González Lucini, Grup de Folk, Imanol, Jarcha, Jaume Arnella, Javier Maestre, Joaquín Carbonell, Joaquín Díaz, José Menese, La Bullonera, La Fanega, Labordeta, León Felipe, Lole y Manuel, Lourdes Iriondo, Luis Emilio Batallán, Luis López Álvarez, Luis Mendo, Manuel Gerena, Manuel Luna, María Manoela, Maria del Mar Bonet, Marina Rossell, Miguel Hernández, Mikel Laboa, Moreno Galván, Natxo de Felipe, Nuberu, Nuestro Pequeño Mundo, Nuevo Mester de Juglaría, Oskorri, Pablo Guerrero, Patxi Andión, Pau Riba, Rafael Alberti, Rosalía de Castro, Sabandeños, Serrat, Setze Jutges, Suburbano, Taburiente, Torrego Égido, Víctor Manuel, Voces Ceibes, Xabier Lete, Xerardo Moscoso, Xocaloma. 12 comentarios
Aunque, seguramente, cometeré exclusiones, inexactitudes y un sin fin de defectos, aquí presento como colofón, una relación de nombres propios de los que hicieron posible el folk, incluido su gemelo el flamenco, entre el 63 y el 81:
Aguaviva: formado a mediados de los 60, Aguaviva fue la bandera del folk-rock español, combinando el pop con la poesía de Alberti, León Felipe e incluso
Celso Emilio Ferreiro (traducido, nadie es perfecto): su gran éxito fue el poema de Alberti «Poetas andaluces», que llevaron al Festival de San Remo.
Almas Humildes: buen grupo de folk-rock de poca duración, que tuvo a Antonio Resines (no el actor) como vocalista, quien, tras la corta vida del grupo, inició carrera en solitario. Su gran éxito fue «Los cuervos».
Amancio Prada: un cantautor leonés que podía cantar en gallego y en castellano indistintamente y a los poetas de las dos lenguas:
Rosalía de Castro, Luis López Álvarez, Lorca… Merece destacar su habilidad de imitar a la guitarra el ritmo de la pandeirada. Su gran disco fue
Rosalía de Castro.
La Bullonera: grupo de folk aragonés; su vocalista, Javier Maestre, es un gran cantor de jotas (no así Labordeta, quien dice él mismo que le falta estilo), con las que reivindicaron su tierra. El resultado son tres discos llamados La Bullonera y uno último llamado
Punto.
Boira: otro grupo aragonés (siento no poder dar más datos)
Carlos Cano: se le puede considerar el anti-Manolo Escobar al cantar los mismo ritmos pero con temas opuestos; fue el responsable de la recuperación de la copla, y la usó para criticar a quien se la había apoderado: los señoritos andaluces.
Carmen, Jesús e Iñaki: trío de mediados de los 70, que reivindicaron la identidad histórica de La Rioja.
Daniel Vega: cantó por Cantabria (sin más datos)
Elisa Serna: miembro-fundadora de Canción del Pueblo y valedora del folk castellano.
Enrique Morente: cantaor protesta; llega a traducir a Miguel Hernández al flamenco.
La Fanega: grupo folk castellano.
Gente del Pueblo: conjunto de flamenco protesta; se distinguieron por la invención de la «sevillana reivindicativa».
Jarcha: grupo de flamenco protesta; cantaron Hernández, Lorca y Alberti. Después evolucionaron hacia un sonido folk-rock que no acaba de convencer a muchos.
Joaquín Carbonell: cantautor aragonés
Joaquín Díaz: el auténtico precursor del folk castellano y en general en este país; ha llegado a usar la música tradicional para la protesta e incluso ha cantado canciones republicanas.
José Antonio Labordeta: el gran e incombustible cantautor de Aragón
José Menese: otro gran cantaor protesta que cantaba los textos de Moreno Galván.
Lole y Manuel: dúo de flamenco progresivo, no tanto protesta como poesía
Manuel Gerena: aunque en su día los clasistas y puristas, por razones políticas más que artísticas, le excluyeran de certámenes, él es otro de los grandes cantaores protesta
Manuel Luna: cantautor de La Mancha
Nuestro Pequeño Mundo: el gran grupo iniciador del folk en este país
Nuevo Mester de Juglaría: el frupo castellano que dio un giro al folk hacia intereses más políticos
Pablo Guerrero: en los inicios, este cantautor extremeño cantó temas rurales y de denuncia acerca de la situación de Extremadura
Los Sabandeños: los padres del folk canario
Taburiente: otro grupo canario
Los Chincanarios: otro grupo canario nacido al amparo de Sabandeños
Aseari: cantautor vasco
Benito Lertxundi: miembro fundador de Ez dok Amairu
Imanol: el enorme cantautor vasco
Lourdes Iriondo: miembro fundadora de Ez dok Amairu
Mikel Laboa: miembro fundador de Ez dok Amairu; el patriarca de la nueva canción vasca
Natxo de Felipe: vocalista de Oskorri; sacó un único disco en solitario (pero acompañado del grupo) llamado como él.
Oskorri: el gran grupo de folk vasco
Xabier Lete: cantautor y poeta
Al Tall: la senyera del folk valenciano
Jaume Arnella: miembro fundador de El Grup de Folk
María del Mar Bonet: miembro de Setze Jutges; para muchos, la gran voz de las Baleares
Marina Rossell: la otra gran valedora del folk mediterráneo
Pau Riba: miembro fundador de Grup de Folk; concilió el folk patrio y el extranjero junto a la psicodelia y el rock progresivo
Benedicto: miembro fundador de Voces Ceibes (sobre él lo he dicho ya casi todo, pero nunca me canso)
Bibiano: miembro de Voces Ceibes; uno de los primeros en utilizar la música tradicional gallega junto al rock progresivo
Fuxan os Ventos: el grupo que reinventó el folk gallego
Luis Emilio Batallán: otro de los grandes cantautores gallegos
María Manoela: cantautora gallega;
Idioma meu es su gran ttrabajo
Xerardo Moscoso: otro de los grandes miembros de Voces Ceibes
Xocaloma: grupo de folk
Nuberu: el grupo que decidió que lo asturianu debía cantarse en asturianu.
Suburbano: si existe un rock rural, Suburbano son los padres de algo que podríamos llamar folk urbano. Liderados por Bernardo Fuster y Luis Mendo, comenzaron sus andanzas por el año 79, mezclando todo tipo de folk: música gallega, ramalazos flamencos, rumba catalana… Son, entre otras cosas, artífices de la banda sonora de «Makinavaja: el último shoriso».
Y ya está. La lista no está completa, las más de las veces por falta de datos. Por otro lado, a veces es difícil de clasificar un cantante o grupo como folk o como no folk: es el caso de Serrat, Víctor Manuel, Patxi Andión o Benedicto. Si aquí falta alguien, algún dato está equivocado o falta algún matiz, no dudéis en hacerlo constar en comentarios. Para más información recomiendo los libros de González Lucini y de Luis Torrego Égido.
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21
Oct
Posted by Gustavo Sierra Fernández in Música. Tagged: Aguaviva, Al Tall, Al'Andalus, Amancio Prada, Andalucía, Antonio Mata, Antton Valverde, Aragón, Aseari, Asturies, Ángel Corpa, Benedicto, Benito Lertxundi, Benito Moreno, Bernardo Atxaga, Bernat Etxepare, Bitor Egurrola, Bitoriano Gandiaga, Blas Infante, Boira, Cabada Vázquez, Caco Senante, Canarias, canción de autor, Cantores de Híspalis, Carlos Cano, Carmen Jesús e Iñaki, Castilla, Catalunya, Celso Emilio Ferreiro, Chincanarios, Curros Enríquez, Daniel Vega, Eduardo Pondal, Elisa Serna, Eneko Labeguerie, Enrique Morente, Errobi, Euskadi, Euskalherria, Federico García Lorca, Fernando Unsain, Francisco Díaz, Fuxan os Ventos, Gabriel Aresti, Galicia, Gato Pérez, Gente del Pueblo, Gorka Knörr, Guillermina Motta, Iñaki Eizmendi, Imanol, Jarcha, Jei Noguerol, Joan Isaac, Joaquín Carbonell, José Alonso Fernández, José Mª Carrillo, José Menese, Joxe Maria Iparragirre, Juan Antonio Guzmán, Juan Antonio Muriel, Juan José Oña, Juan Velasco, Julia León, Koska, La Bullonera, La Fanega, La Mancha, Labordeta, Lizardi, Lluís el Sifoner, Lluís Llach, Los Juglares, Lourdes Iriondo, Luis Emilio Batallán, Luis López Álvarez, Luis Marín, Maite Idirin, Manex Pagola, Manoel María, Manolo Díaz, Manuel Gerena, Manuel Luna, Manuel Rodríguez López, Manuel Toharia, María Manoela, Maria del Mar Bonet, Mikel Laboa, Miren Aranburu, Miro Casabella, Mixel Labeguerie, Natxo de Felipe, Nuberu, Nuevo Mester de Juglaría, Oskorri, Ovidi Montllor, Pablo Guerrero, Pablo Herrero, Paco Ibáñez, Paco Muñoz, Pantxo eta Peio, Patxi Villamor, Pedro Ávila, Pedro Garfias, Pepe Suero, Pere Quart, popular, Raúl Alcover, Rafael Alberti, Raimon, Ramón Cabanillas, Rosalía de Castro, Sabandeños, Salvador Espriu, Salvador Távora, Suso Vaamonde, Taburiente, Telesforo Monzón, Tomás Bosque, Txato Agirre, Txomin Artola, Uc, Urko, Urretxuko Herria, Uxio Novoneira, Valencia, Víctor Manuel, Verode, Xabier Lete, Xerardo Moscoso, Xoán Manuel Casado, Xocaloma, Zorion Egileor. 4 comentarios
Aquí tenéis una relación de canciones regionalistas de, más o menos, todas las regiones: para aquellos que quieran cantar a su tierra, que no es un pecau. Ha sido extraída de 20 años de canción (1er volumen) de Fernando González Lucini:
ANDALUCÍA
Aguaviva:
¡Ay amor! (García Lorca-M. Díaz).
Poetas andaluces. (R. Alberti-M. Díaz
Al’Andalus
Pinceladas. (José Alonso Fernández).
Andalucía despierta.
Antonio Mata
Balada de los hombres del sur..
Entre la lumbre y el frío.
Benito Moreno.
Sevillano.
Los Cantores de Híspalis.
Despierta Andalucía (Aurelio Verde, Moya, Pascual González).
Cantores.
Carlos Cano.
Verde y Blanca (1976)
Viva la Grasia
La hoguera
Pasodoble p’Almería (1977)
Murga de los currelantes
La controversia
Rota oriental (R. Alberti)
Huelva mía (1980)
A una bella durmiente
Crónicas granadinas (1978)
Andalucía Superstar (1981)
El rey Al’Mutamid dice adiós a Sevilla (1980)
Enrique Morente.
Defender Andalucía.
Gente del Pueblo.
Todos a una (José Mª Carrillo).
Hay que repartir la tierra.
Sevillanas de la autonomía (Carrillo-J. A. Luque)
Arraigo andaluz (Carrillo-Lorenzo Gómez Holgado).
Se van por despeñaperros (Carrillo)
Otra Andalucía
Vinieron los moros
Jarcha
Shalon (P. Herrero)
Nuestra Andalucía (J. J. Oña)
Retratos de Andalucía (Oña-A. Corpa)
Andalucía (Eduardo Álvarez Heder-Corpa)
A pasito seguro (S. Távora) Andalucía: en pie (1980)
En pie (Távora)
Quebranto andaluz (Juan Antonio Guzmán-Corpa)
Himno de Andalucía (Inafante-Maestro Castillo)
José Menese
- Andalucía: 40 años
- Tan hermoso baluarte. Mi cante a la esperanza (rca, 1981)
Juan Antonio Muriel
- Poder andaluz (Belter 77)
- Entre la cal y el cubo
Luis Marín
- Cantata de Andalucía (Andrés Sorel) Lp completo (Movieplay, 1977)
- El anarquismo andaluz (Antonio María Calero) (1977)
Manuel Gerena
- El sudor unido es una bandera. Canto a la unidad de verdad (Movieplay, 1978)
- Andalucía es la madre
Manuel Toharia
- Romance de la conquista de Alhama, con la cual comenzó la última guerra de Granada. (anónimo morisco) (Movieplay, 1976)
Paco Ibáñez (La poesía española de hoy y de siempre –Polydor, 1972) JARCHA (Andalucía vive –Novola-Zafiro, 1975) Los Juglares (Está despuntando el alba –Ariola 1976)
1. Andaluces de Jaén
Paco Ibáñez
1. La gran pérdida de Alhama (anónimo)
2. Balada del que nunca fue a Granada
Pedro Ávila
- Perdido está el andaluz (Alberti). El hombre nuevo cantando
Pepe Suero
1. Andaluza flor morena (M. Sánchez Pernía). Mi tierra es un potro (Columbia, 82)
2. Mi tierra es un potro (Schez. Pernía-Mª Carmen-Suero)
3. Andaluces que es de tó (Sánchez Pernía)
Raúl Alcover
- Por esta gente. En esta tierra (RCA, 78)
- Aquí lo digo. En esta tierra (72)
- Cancionero guía (para andar por el aire de Granada)
- Andalucía
- En esta tierra
ARAGÓN
Boira
1. Aragón, 20 de diciembre de 1591 (Agustín S. Vidal-Gaspar Sanz) De par en par (Guimbarda, 1979)
2. Aragón es parra vieja (Félix Bolea-Jacinto Martín-Alberto Bellido)
3. Nuestra tierra tiene entrañas (Eugenio Frutos-Jacinto Martín)
La Bullonera
- Hermana tierra amiga (María Pilar Navarrete-Maestre) (Movieplay 76); La Bullonera
2. Y estos yermos de Aragón (J. Maestre)
3. Me dicen que no quieres (Labordeta-Maestre)
4. Ver para creer
5. Bajo Aragón
Joaquín Carbonell
-Me gustaría darte el mar
-Canción para un invierno (Teruel)
-Con la ayuda de todos
-Nos quedamos solos
-Según me parece a mí
-Cuando vaya a Huesca
-Arcillas y romeros
-Zaragoza
-Aragón el Paraíso
-Soy de una tierra mudéjar
José Antonio Labordeta
–Aragón
-Coplas de Huesca
-Cierzo
-Amarga compañera
-Coplas de Palentonia
-Albada (escuchadla en directo acompañado por Imanol)
-Rogativa de agua
-Poema
Tomás Bosque
–Deseos
-A todos
ISLAS CANARIAS
Los Chincanarios
-Éste es mi pueblo
-Icod a los poetas
Juan Carlos «Kako» Senante
-Coplas para mi gente
-Qué te pasa tierra mía
-Ser gaviota
-Piedras en el mar
-Canarias (Julio Fajardo)
-Máscara de Carnaval
-Endecha de las dos islas
-Siete
-Una gaviota en Madrid
Los Sabandeños
–Cantata del mencey loco (Lp completo)
-Las seguidillas del salinero (Lp)
-Guanche (Lp)
-Canarios en la independencia de Latinoamérica (Lp)
-Cantos canarios (Lp)
-El güeyero
-Lucha canaria
-Folías parranderas
Taburiente
-La raza vive
-Navidad guanche
-Ach Guañac
-Silencio de siglos
Verode
–Ser canario
-Romance del silbo gomero
-Canto al emigrante
CASTILLA
Amancio Prada.
–Romance de la reina Juana (Luis López Álvarez)
Elisa Serna
–Áspera meseta
-Regreso a la semilla
La Fanega
–Una jota castellana
-Cogiendo los tractores
Juan Velasco
–Lagarteranas del tío Juan
Julia León
-El arriero
-La pinariega
Nuevo Mester de Juglaría
–Los comuneros (Lp)
LA MANCHA
Manuel Luna
–Seguidillas manchegas
-A la Mancha
GALICIA
Benedicto
–Pola unión (Curros Enríquez)
-Berros de loita (X. Cabada Vázquez)
Fuxan os Ventos
–Cántiga de berce
-Brazo pra seitura
-Cantar de cego II
-Cántiga pra unha androidada (X. Luis Rivas Cruz)
-Cara á libertade
-Mencer
Jei Noguerol
–Alborada pra mañán
-Cántigas pra rematar
Luis Emilio Batallán
–Ahí ven o maio
María Manoela
–Idioma meu
-Falade galego
Miro Casabella
-Anacos
-O meu país (Xoan Manuel Casado)
-Ti, Galiza
-O mariscal (Cabanillas)
-Comenzo de canto (Uxio Novoneira)
-A bandeira
-Aló no alto de alba
-Meu carriño (Cabanillas)
-Os irmandiños (popular)
-Hino (Cabanillas-José Mario Blanco)
Suso Vaamonde
–Terra
-Vestida de aldraxe (Manuel Rodríguez López)
-Gaita irreal (C. E. Ferreiro)
-Galicia (Manoel María)
-Ninguén
-Letanía de Galicia (Uxio Novoneira)
-Limiar (Ferreiro)
-Bande (Ferreiro)
Xerardo Moscoso
–Deitado frente ao mar (Ferreiro)
-Acción galega (Cabanillas)
-Galicia (Salvador García Bodaño)
-Pobo, terra e lingoa (G. Roxo)
-Este vaise… (R. de Castro)
-As augas das fontes e os ríos
Xocaloma
–Terra
-Iste é o meu pobo
-A lingoa tiveran (Eduardo Pondal)
-A Villagarcía (popular)
-O vello libro
-Miña Galicia
-Cántiga pra Daniel
EUSKAL-HERRIA
Antton Valverde
–Utsa
-Itsuak ezinikusi (X. Lete)
Aseari
–Euskal andreari
Benito Lertxundi
–Oi gure lurra
-Oi lur, oi lur (Lizardi)
-Herribehera
-Zuberoa I
-Zuberoa II
-Oi Zuberoa
-Aizkoako mendietan
-Amodiozko poema (Errepolloneuke)
-Orbaizetako arma olaren kantua
-Bizkaia maite (Irigaray)
Bitoriano Gandiaga
–Oroitza (Iparragirre)
Errobi
–Euskadi
-Gure zortea
-Nora goaz
Fernando Unsain
–Euskadin represioa (Txato Aguirre)
-Olabeagatik (A. Irigoyen)
-Aizkorritik itsasora
Gorka Knörr
–Eskolan
-Gebara
-Oi arnasa hura (B. Gandariaga)
-Herri bat gara (Irigoien)
-Etorriko direnel (P. Zabaleta)
-Herri geldieznari
-Edongo ari
Imanol
-Josepa Mendizabal (Aresti)
-Euskadin represioa (Aguirre)
-Mendian gora
Iñaki Eizmendi
-Gure jakintsuak
-Gure herria (Atxaga)
-Euskalerria neska balitz
Koska
–Baserriak (A. Guilló)
-Bihozkadar (Lp)
Lourdes Iriondo
–Kitarratxoa ta euskera (Zugasti)
-Nere erria (poema judío)
-Beotibarko gudua
-Igora euskera! (Iparragirre)
Maite Idirin
-Umezurtza (Bitor Egurrola)
-Herri miña (J. Ganbarena)
-Bakoitzak bere (J. Apalategi)
-Euskara (B. Etxepare)
Manex Pagola
–Ez da berria ene kantua
Mikel Laboa
–Herria eta hizkuntza
-Orreaga
Miren Aranburu
-Gaurko Euskal Herriari
-Zure barnean
Natxo de Felipe
–Zergatik zara zu mitozale
-Kapitain piloto (Aresti)
-Aingizko herrian (Aresti)
Oskorri
–Emazurtz (Aresti)
-Euskal unibertsitatea (Amuriza)
-Oskorri (Aresti)
-Bizkaiko aberatsak (Aresti)
Pantxoa eta Peio
-Bai euskarari
-San Prudentzio, San Agustín (Pagola)
-Astiri bat Garazin (Pagola)
-Telebixta eta radio
-Nun dago?
-Kanta aberria
-Batasuna -unidad- (Monzón)
-Ikastoletako ereserkia
-Itsaso ondoan
-Nigarra belgian
-Euskaldunek munduan
Patxi Villamor
-Herri batean
Txomin Artola
–Arrantzale erri
-Lau urte nituelarik
Urko
-Agur Euskal-Herriari
-Guk euskaraz
-Lehenengo ikaskaia
-Nor nintzen ni
-Herri bat (Goikoetxea)
-Goiherri (Zabaleta)
Xabier Lete
-Euskalerri nerea
-Nafarroa, arragoa
-Alzateko Juan
-Kontrapas
-Gauaren ordezko eguna (Valverde)
Zorion Egileor
–Izurrin zaharra
-Nere atzak
Urretxuko herria: Gernikako arbola
Telesforo de Monzón: Batasuna
Mixel Labeguerie/ Eneko Labeguerie: Parisen eta Madrilen
Guillermina Motta: A un amic del País Basc
Raimon
-País Basc
-A un amic d’Euskadi
VALENCIA
Al Tall
–Procesó
-Romanç de cec
-Lladres
-Cant de maulets
-Tío Canya
-Del saber
Lluís Sifoner
-Yo soy Vicente
-Día nacional
-No tinc res contra Castella
-25 de Abril
-Moxeranga
-Som
-Als nous valencians
Ovidi Montllor: A Alcoi
Paco Muñoz
–Vos vull parlar
-Et sents valencià?
-Què vos passa valencians?
ASTURIAS
Francisco Díaz: Asturias
Nuberu:
-Asturies: tiempu de nosotros
-Aída Lafuente
-Atiendi, Asturies
-Dios te llibre de Castiella
Víctor Manuel
-Asturias (P. Garfias)
-Aída Lafunete
CATALUNYA
Joan Isaac: Barcelona, ciutat gris
Gato Pérez
–Rumba de Barcelona
-Passejant pel Vallès
Lluís Llach:
-Verges 50 (Lp)
-La meva terra
Ovidi Montllor
-Corrandes de l’exili (P. Quart)
Raimon: El meu poble i jo (S. Espriu)
VARIOS
María del Mar Bonet. Cobles de la divissió del Regne de Mallorca
UC. En aquesta illa tan pobra
Daniel Vega. Cantabria
Pablo Guerrero. Extremadura
Carmen, Jesús e Iñaki.
-La Rioja existe
-La Rioja empieza a caminar
Claro que la lista no está completa, pero es un buen comienzo.
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21
Oct
Posted by Gustavo Sierra Fernández in Música. Tagged: Adolfo Celdrán, Aguaviva, Aitor Badiola, Al Tall, Al'Andalus, Alberto Cortez, Alberto Pérez, Alfredo Carrión, Alfredo Zitarrosa, Almas Humildes, Alpataco, Amancio Prada, Amaury Pérez, Amerindios, Amparo Ochoa, Ana Belén, Andrés Jiménez, Antonio Curiel, Antonio Mata, Antonio Resines, Antton Valverde, Aseari, Atahualpa Yupanqui, Aute, Ángel Parra, Barcelona Traction, Benedicto, Benito Lertxundi, Benito Moreno, Bernardo Fuster, Bibiano, Bitoriano Gandiaga, Boira, Caco Senante, canción de autor, Cantores de Híspalis, Carlos Cano, Carlos Megía Godoy, Carmen Jesús e Iñaki, César Isella, Charo Cofré, Chicho Sánchez Ferlosio, Chincanarios, Claudina y Alberto Gambino, Companya Elèctrica Dharma, Contracanto, Coses, Cuixa, Daniel Salinas, Daniel Vega, Daniel Viglietti, Delfi Abella, Dolors Laffitte, Elisa Serna, Emilio Cao, Enric Barbat, Enrique Morente, Errobi, Fernando Unsain, Francisco Curto, Francisco Díaz, Fuxan os Ventos, Gabriel Salinas, Gato Pérez, Gente del Pueblo, Gerónimo Granda, Gontzal Mendibil, Gorka Knörr, Gualberto, Guillermina Motta, Guillermo, Hadit, Hibai Rekondo, Hilario Camacho, Horacio Guarany, Humo, Iñaki Eizmendi, Iceberg, Ignacio Fernández Toca, Imanol, Indio Juan, Inti-Illimani, Isabel Parra, Itziar, J. M. Espinàs, Jarcha, Jaume Arnella, Jaume Sisa, Javier Krahe, Javier Ruibal, Jei Noguerol, Joan Baptista Humet, Joan Isaac, Joaquín Carbonell, Joaquín Díaz, Joaquín Sabina, Jorge Melgarejo, José Antonio Espinosa, José Antonio Muriel, José Heredia Maya, José M. Bravo, José Mari Iriondo, José Menese, Juan Velasco, Julia León, Koska, La Bullonera, La Fanega, La Trinca, Labordeta, Las Madres del Cordero, Lluís el Sifoner, Lluís Llach, Lluís Miquel, Lobos, Lole y Manuel, Los Folkloristas, Los Juglares, Lourdes Iriondo, Luis Emilio Batallán, Luis Leal, Luis Marín, Luis Pastor, Lupe, Maite Idirin, Manex Pagola, Manolo Díaz, Manuel Gerena, Manuel Luna, Manuel Picón y Olga Manzano, Manuel Toharia, María Cinta, María Grau, María Manoela, María Salgado, Maria del Mar Bonet, Maricruz, Marina Rossell, Marisol, Marta Contreras, Massiel, Mercedes Sosa, Miguel López, Mikel Laboa, Miquel Porter, Miren Aranburu, Miriam Ramos, Miro Casabella, Moncho Alpuente, Nacha Guevara, Natxo de Felipe, Noel Nícola, Nuberu, Nuestro Pequeño Mundo, Nuevo Mester de Juglaría, O Carro, Oskorri, Osvaldo Rodríguez, Ovidi Montllor, Pablo Guerrero, Pablo Milanés, Paco Ibáñez, Paco Muñoz, Pantxo eta Peio, Patricio Castillo, Patricio Manns, Patxi Andión, Patxi Urrestarazu, Patxi Villamor, Pau Riba, Pavesos, Pedro Ávila, Pedro Faura, Pedro Luis Ferrer, Pep Laguarda, Pepe Suero, Pere Tàpies, Pi de la Serra, Pilocha, Quilapayún, Quintín Cabrera, Raúl Alcover, Rafael Amor, Rafael Subirachs, Raimon, Ramón Muntaner, Remei Margarit, Ricardo Cantalapiedra, Rosa León, Roy Brown, Sabandeños, Sapastres, Sara González, Senda, Sergio Ortega, Serrat, Silvio Rodríguez, Smash, Soledad Bravo, Suburbano, Suso Vaamonde, Taburiente, Tapinería, Teddy Bautista, Teresa Cano, Teresa Rebull, Tita Parra, Tito Fernández, Tomás Bosque, Triana, Txomin Artola, Urko, Vainica Doble, Víctor Jara, Víctor Manuel, Verode, Vicente Araguas, Violeta Parra, Xabier Lete, Xavier G. del Valle, Xavier Ribalta, Xerardo Moscoso, Xoán Rubia, Xocaloma, Xosé Manuel Conde, Zorion Egileor. 1 comentario
Os presento una lista de cantautores y grupos desde 1963 hasta 1982. Ha sido extraída de
20 años de canción (1er volumen) de Fernando Gonzáñez Lucini, un autor que se ha dedicado a su estudio y me ha enseñado bastante:
Canción en castellano:
Adolfo Celdrán
Aguaviva
Al’Andalus
Alfredo Carrión
Alberto Pérez
Almas Humildes
Amancio Prada
Ana Belén
Antonio Curiel
Antonio Mata
Antonio Resines
Benito Moreno
Boira
La Bullonera
Los Cantores de Híspalis
Carlos Cano
Carmen, Jesús e Iñaqui
Chicho Sánchez Ferlosio
Los Chincanarios
Daniel Vega
Elisa Serna
Els Sapastres
Enric Barbat
Enrique Morente
La Fanega
Francisco Curto
Francisco Díaz
Gato Pérez
Gente del Pueblo
Hadit
Hilario Camacho
Humo
Ignacio Fernández Toca
Javier Ruibal
Javier Krahe
Jarcha
Joan Manuel Serrat
Joaquín Carbonell
Joaquín Díaz
Joaquín Sabina
Jorge Melgarejo
José Antonio Espinosa
José Antonio Labordeta
José Antonio Muriel
José Heredia Maya
José M. Bravo
José Menese
Juan Carlos Senante
Juan Peña “El Lebrijano”
Juan Velasco
Julia León
Los Lobos
Lole y Manuel
Luis Eduardo Aute
Luis Leal
Luis Marín
Luis Pastor
Las Madres del cordero
Manolo Díaz
Manuel Gerena
Manuel Luna
Manuel Toharia
María Salgado
Maricruz
Marisol
Massiel
Miguel López
Moncho Alpuente
Nuestro Pequeño Mundo
Nuevo Mester de Juglaría
Pablo Guerrero
Paco Ibáñez
Patxi Andión
Pedro Ávila
Pedro Faura (Bernardo Fuster)
Pepe Suero
Raúl Alcover
Ricardo Cantalapiedra
Rosa León
Los Sabandeños
Senda
Suburbano
Taburiente
Teddy Bautista
Teresa Cano
Tomás Bosque
Vainica Doble
Verode
Víctor Manuel
Euskaraz kanta
Aitor Badiola
Antton Valverde
Aseari
Benito Lertxundi
Bitoriano Gandiaga
Errobi
Fernando Unsain
Gontzal Mendibil
Gorka Knörr
Hibai Rekondo
Imanol
Iñaki Eizmendi
Itziar
José Mari Iriondo
Koska
Lourdes Iriondo
Lupe
Maite Idirin
Nanex Pagola
Mikel Laboa
Miren Aranburu
Natxo de Felipe
Oskorri
Pantxoa eta Peio
Patxi Urrestarazu
Patxi Villamor
Txomin Artola
Urko
Xabier Lete
Zorion Egileor
Cançó en català, valencià i mallorquì
Al Tall
Coses
Cuixa
Delfí Abella
Dolors Laffitte
Enric Barbat
Guillermina Motta
Jaume Arnella
Jaume Sisa
Joan Baptista Humet
Joan Isaac
Joan Manuel Serrat
Josep M. Espinàs
Lluís Llach
Lluís Miquel
Lluís El Sifoner
María Cinta
María Girau
María del Mar Bonet
Marina Rossell
Miquel Porter
Ovidi Montllor
Paco Muñoz
Pau Riba
Els Pavesos
Pep Laguarda
Pere Tàpies
Pi de la Serra
Rafael Subirachs
Raimon
Ramón Muntaner
Remei Margarit
Tapinería
Teresa Rebull
La Trinca
Xavier Ribalta
Canción en galego
Amancio Prada
Benedicto
Bibiano Morón
Emilio Cao
Fuxan os Ventos
Guillermo Roxo
Jei Noguerol
Luis Emilio Batallán
María Manoela
Miro Casabella
O Carro
Pilocha
Suso Vaamonde
Vicente Araguas
Xavier González del Valle
Xerardo Moscoso
Xoan Rubia
Xocaloma
Xose Manuel Conde
Canción en bable
Gerónimo Granda
Nuberu
Canción latinoamericana
Alberto Cortez
Alfredo Zitarrosa
Alpataco
Amaury Pérez
Amerindios
Amparo Ochoa
Andrés Jiménez
Ángel Parra
Atahualpa Yupanqui
Carlos Megía Godoy
César Isella
Claudina y Alberto Gambino
Contracanto
Charo Cofré
Daniel Salinas
Daniel Viglietti
Los Folkloristas
Gabriel Salinas
Horacio Guarany
Indio Juan
Inti-Illimani
Isabel Parra
Los Juglares
Manuel Picón y Olga Manzano
Marta Contreras
Mercedes Sosa
Miriam Ramos
Nacha Guevara
Noel Nícola
Osvaldo Rodríguez
Pablo Milanés
Patricio Castillo
Patricio Mans
Pedro Luis Ferrer
Quilapayún
Quintín Cabrera
Rafael Amor
Roy Brown
Sara González
Sergio Ortega
Silvio Rodríguez
Soledad Bravo
Tita Parra
Tito Fernández
Víctor Jara
Violeta Parra
Por supuesto, ésta lista no está completa: hay quien incluiría a cantantes y a grupos como Gualberto, Smash, Triana, Barcelona Traction, Iceberg, Companya Elèctrica Dharma…
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19
Oct
Posted by Gustavo Sierra Fernández in Música. Tagged: agermanats, Al Tall, Al-Andalus, Amancio Prada, Andalucía, Aragón, Aseari, Asturies, Benedicto, Bibiano, Blas Infante, Boira, Canarias, canción de autor, Cantabria, Carlos Cano, Carmen Jesús e Iñaki, Castilla, Catalunya, Companyia Elèctrica Dharma, Comuneros, Coses, Daniel Vega, Elisa Serna, Eliseo Parra, Euskadi, Euskalherria, folk, Fuxan os Ventos, Galicia, Gerónimo Granda, guanches, guerra civil, Imanol, J. M. Espinàs, Jarcha, Joaquín Carbonell, Joaquín Díaz, José Menese, La Bullonera, La Fanega, La Mancha, La Rioja, Labordeta, León, Luis López Álvarez, Manuel Gerena, Manuel Luna, María Manoela, Marina Rossell, Nuberu, Nuevo Mester de Juglaría, Oskorri, Rafael Subirachs, Sabandeños, segadors, Taburiente, Uc, Valencia, Víctor Manuel, Xabier Lete, Xerardo Moscoso. Comentarios desactivados en Historia del folk español VIII: el regionalismo
El folk-protesta trajo una gran novedad a la canción protesta: el regionalismo (sé que se podría llamar nacionalismo en algunos casos, pero como esa palabra no me gusta, y me refiero a algo más bien reivindicativo desde un sentido menos violento, prefiero usar ésta porque es más simpática). Y es que ¿se os ocurre que la música tradicional para reivindicar la región, la poesía, la lengua o dialecto y, como no, la música? Pues a eso me refiero.
Bien es cierto que bastantes cantautores «convencionales» ya habían reivindicado con canciones su tierra; por ejemplo, Josep María Espinàs, además utilizando una vieja balada, reflexionaba: «Qué s’ha fet dels mocadors/ que volien ser banderas?». Pero es a principios de los 70 cuando la música empieza a ser bandera de las diferentes regiones y no viene de la mano de los catalanes, los vascos o los gallegos: sino de los castellanos. En 1969, el grupo Nuevo Mester de Juglaría editó lo que fue la colección de himnos regionalistas castellanos más importantes, basados en el libro de poemas de Luis López Álvarez con el mismo título, este grupo redefinió el orgullo de ser de Castilla:
Los Comuneros fue el signo de que el folk dejaba su mera labor de interpretación para convertirse en un instrumento más de protesta.
Este regionalismo reivindicaba a través de la poesía regional y de la música tradicional no sólo la cultura, sino también la historia: se recuerda viejas eras, amargas derrotas en las que los reyes moros de Al-Andalus, los comuneros de Castilla, los agermanados valencianos o los guanches de Canarias cayeron en manos de lso reyes de España, quedando aplastada su identidad regional.
Antes que Mester de Juglaría, trabajaba en Canarias Los Sabandeños; fue en Canarias donde más pronto se empezó a hablar de independentismo y regionalismo, pero el salto a la canción protesta se produce a principios de los 70. Siguiendo el ejemplo de los castellanos, los Sabandeños recrearían la dura derrota guanche a mano de los reyes de Castilla en el disco
La cantata del mencey loco; a este le seguirían otros como
Canarios en la independencia latinoamericana. Tras su ejemplo, los nuevos grupos folk canarios comenzaron a identificarse con los guanches: Taburiente graba
La raza vive,
Ach Guañac; etc.
Siguiendo estos ejemplo, los valencianos Al Tall editarían en el 79, recreando la derrota y la represión de Valencia durante y tras la guerra de sucesión entre Carlos de Austria y Felipe V de Borbón.
Los andaluces también fueron muy precoces en esto, y así hay discos y canciones como
El sudor unido es una bandera de Gerena,
Andalucía: 40 años de Menese,
Blanca y verde y
Andalucía superstar de Carlos Cano, y, cómo no, las canciones de Jarcha, tal vez los más regionalistas:
Nuestra Andalucía, Andaluces de Jaén, Segaores y una versión del
Himno de Andalucía de Blas Infante, padre del andalucismo.
Los vascos también tienen buenos ejemplos:
Agur Euskal-Herriai, Guk euskaraz, zu zergatik ez de Urko;
Oskorri, Euskadi euskaraz de Oskorri;
Oskorria-Burgos, 1970 de Imanol; y versiones del himno de batalla de la Guerra civil de los soldados vascos:
Eusko gudariak; Aseari lo graba así, Oskorri lo utiliza de base y también Xabier Lete en
Euskalerri nerea (truco: aunque grabado en una era anterior a la muerte de Franco, siempre se podía decir que se trataba de la canción popular
Atzo Bilbon, canción que es la base de esta otra).
Los gallegos, que ya se habían reconciliado con la música tradicional, tampoco dudan en usarla para la protesta. Benedicto, Bibiano, María Manoela, Xerardo Moscoso entre otros, junto al grupo revelación folk Fuxan os Ventos, arroparon sus propios textos o los de los poetas gallegos con su música. Un ejemplo muy claro es la del cantautor del Bierzo (León) Amancio Prada y su habilidad para imitar la pandeirada en la guitarra en algunos textos de Rosalía de Castro.
Los asturianos hasta entonces, habían estado representados por Víctor Manuel, y aunque él tuvo siempre sus raíces astures en muchas de sus canciones y llegó a cantar en bable, es a mediados de los 70 cuando solistas como Gerónimo Granda o el grupo de folk Nuberu cantan lo asturianu a lo asturianu: en bable y con su música. «Dios te guarde de Castiella» o «Atiendi, Asturies» son sólo dos ejemplos de este gran grupo astur.
En Cataluña había poco folk nuevo, aunque los grupos nuevos como Coses y los de rock-progresivo como Companyia Elèctrica Dharma lo tenían como base. Curiosamente, en lo musical, es la región menos regionalista abiertamente comparada con Castilla o Canarias; pero sí hay ejemplos como el de Rafael Subirachs cantando una incendiaria versión de Els Segadors. Más combativos en lo regionalista por el folk fueron los baleares: Marina Rossell canta Els segadors, y el grupo UC reivindica la isla de Eivissa.
Los castellanos, curiosamente (quizás estaban más hartos que nadie de ser ejemplo de nada y que el resto de compañeros les criticasen por ser castellanos), son de los más regionalistas. Mester de Juglaría, pero también La Fanega, Joaquín Díaz o Elisa Serna, que cantaba en «Regreso a la semilla»: «…y Castilla no fue España» y «Regreso a la semilla que esparcieron los comuneros».
En Aragón cunde el ejemplo de Labordeta y su
Aragón o
Rogativa del agua y un largo etcétera de este gigante; junto a él Joaquín Carbonell y los nuevos grupos de jota reivindicativa: La Bullonera («Son los amos de mi tierra como el perro del hortelano» decía una canción, o ésta de viva actualidad: «Quien quiera quitarle el agua a Aragón/ se las tiene que ver con toda su población») y Boira, reviviendo los sucesos de 1591.
Expresiones menores, es decir, regiones con menos representación fueron La Rioja, con Carmen, Jesús e Iñaki: «La Rioja comienza a caminar», artífices de la toma de conciencia de una identidad riojana; el cántabro Daniel vega, y el manchego Manuel Luna.
Sin embargo, no era como es hoy nacionalismo en sentido perverso, sino regionalismo en sentido sano: las diferencias les unían lejos de separarlos; era justamente lo contrario que la ideología de Sección Femenina: si ellas decían «La unidad de España por sus diferencias», estos dijeron «La unidad y la solidaridad de los pueblos por sus diferencias, pero no sumisión»; si en ellas primaba la unidad, aquí prima la diferencia. Y quizás por esto salen también personas como Eliseo Parra, que, aunque trabaja con el folklore castellano, se presta a todo tipo de folklore.
Debería quedar de ejemplo esta solidaridad que hubo para hoy, cuando tanto nos torturan con centralismos o nacionalismos (xe!: que el centralismo también es un nacionalismo!), unirnos en solidaridad y compartir lo que de bueno tienen todas las regiones: no imponerse ni sobreponerse ni subponerse.
(siento haber repetido tanto la palabra «ejemplo»)
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