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¡Muerte al cómico!


¡Cómicos!
Duermen vestidos,
viven desnudos,
beben la vida a tragos.
Son adorados,
son calumniados
como dioses de barro.

Víctor Manuel, “Cómicos

Como decían en uno de montajes teatrales, que relataba la vida del actor errante en el siglo XVI, Antonio Orozco y José Palacios, del grupo Taormina, los poderes políticos de las aldeas y villas (alcaldes, corregidores, canónigos, etc.) rechazaban y hasta perseguían a los cómicos porque denunciaban al poder, decían las verdades y eso incomodaba. El texto es suyo, pero es algo que podría haber dicho cualquier actor, desde la Grecia antigua, la Roma imperial, pasando por el teatro barroco español, etcétera, hasta nuestros días. Como reflexión no está mal para empezar, aunque habrá que matizarlo.

Gala-Premios-GoyaCiertamente, la gala de los Goya ha dejado indiferente a muy poca gente, y hacía tiempo que no tenía tanta repercusión desde los días de la guerra de Iraq, no hace mucho. A lo largo de esta semana, llevo viendo ciertas cosas en relación a los discursos que algunos actores, actrices y directores hicieron, y que han desembocado en algunas ocasiones en un linchamiento público, desde la derecha y la ultra-izquierda, a dichas personas, pero más gravemente aún, a la profesión de actor de cine. La cuestión es que es muy difícil sustraerse a la tentación de, si habiendo un representante del gobierno, y más aún, aquél del que depende el salario y el trabajo de uno en cuestión, no lanzar unas cuantas críticas. Por citar los casos más llamativos: Candela Peña lo hizo, aunque quizás se equivocara en un par de cuestiones, para reivindicar los servicios públicos que los ciudadanos –todos- disfrutamos; Maribel Verdú, y no creo que de manera oportunista, dedicó su premio a las personas que lo están pasando mal… Y si para algunos lo de Candela Peña fue un ataque descarado al gobierno de Rajoy, para esos mismos, y lo que más nos jode, para los que están en oposición a aquéllos, Maribel Verdú, con su inofensivo discurso, se convirtió en el chivo expiatorio.

Con esta reflexión, yo no voy a defender a capa y espada a las personas citadas, ni a atacarlas, pues cada uno con su vida y su dinero, fruto de su trabajo, puede hacer lo que le venga en gana si no hace daño a los demás; más bien es un conjunto de pensamientos acerca de algunas manifestaciones que he visto, generalmente en contra. Y voy a empezar por la derecha:

Las reacciones no sólo no se hicieron esperar, sino que se adelantaron: el editorial de La Razón (no sé si me equivoco de periódico) ¡se escribió el viernes anterior!, y el resultado fue invariable, abundando en los tópicos de siempre, con esa curiosa definición de “sectarismo” que tienen estas personas, que viene a redundar en el significado auténtico de la palabra: es decir, según ellos y su diccionario de las realidades paralelas, sectario es “todo aquel que no piensa como yo”. Y así, el señor Marhuenda, el señor Ramírez, y sus legiones, atacaban una gala que, siendo pagada con dinero público, sirvió para criticar al gobierno, insultar a los españoles (pues todos los españoles han elegido este gobierno) y hacer “proselitismo socialista”, la zeja, dadadadá. Impresionante la preocupación de para qué se utiliza el dinero público por parte de estos señores que, ciertamente, nunca han visto Tele-Madrid o Canal 9. Y en los días siguientes llegó el apoteosis: el ministro Montoro, intentando realizar una “hábil” táctica de distracción, respondió al diputado socialista que “hay actores que no pagan impuestos”; un parlamentario de ICV se preguntaba si se refería a Bárcenas, aunque podríamos haberle preguntado también que si se refería a Julio Iglesias: un cantante que desde hace años vive en Miami para eludir impuestos, pero que a diferencia de otros, que lo hacen por la razón que sea, es reclamado de vez en cuando para algún concierto en un pueblo, o por alguna comunidad autónoma gobernada por los populares, como Valencia, para ser imagen, o no sé qué pollas, de la comunidad o ciudad en cuestión, desembolsándole una admirable cantidad de dinero que no pasará el fisco español. Y al mismo tiempo, nuestra Tele-Mordor se ha dedicado esta semana a difamar a Maribel Verdú un día, y al día siguiente a dejar de manifiesto el “sectarismo” del mundo del cine español, sacando para ello las declaraciones del ahora diputado por UPyD Toni Cantó (¡sí Toni!, no te llaman porque no “eres de ellos”: va a ser eso); ¡y lo dicen los medios que otorgaron un premio a Arturo Fernández!, y dudamos que fuera por su calidad interpretativa (cosa que dejo al margen). La industria del cine sectaria, etc., pero no hablemos de los premios “La Razón”, “ABC” o incluso “El País”: ¡no!, será que no se dan por afinidades ideológicas. Voy a resaltar una cosa: en la gala, se dio agradecimiento al director de Intereconomía por financiar la película de animación Tadeo Jones y no se oyó un solo abucheo. ¿Y no se recuerda el Goya honorífico a Alfredo Landa, quien por esas fechas se declaró de derechas?

Total, que la programación de la semana ha sido básicamente –y por tácticos motivos- el “linchamiento público al actor”. A este linchamiento al actor, concretamente a la actriz Maribel Verdú, se ha sumado el alcalde de Valladolid, contándonos sus pajas mentales en vez de declarar por qué razón del mundo la policía irrumpió en el local donde actuaba la cantautora María Rozalén y la hicieran sentir, según sus palabras, como una delincuente.

… y así, con el linchamiento gratuito al actor, desenmascarando “sus escándalos”, evitaremos hablar de cosas más sangrantes.

Cine y dinero público, y junto a esto el uso despectivo de la palabra “subvencionado”, que sólo suele aplicarse de esta manera al mundo de la cultura, a los sindicatos y demás (junto a otros insultos como “becado” y “funcionario”), y no siempre sólo por la derecha, sino por gente que se tiene por izquierdista, cometiendo un error tremendo en su apreciación, pues a menudo, sin esa subvención, bienes y servicios que pagamos por el mínimo, o por ninguno en ocasiones, precio, serían más caros y, por tanto, al alcance de unos pocos. Pareciera que sólo molesta que se subvencione a ciertas personas o entidades, cuando olvidamos que también reciben subvenciones las entidades bancarias, algunos clubes de fútbol, e instituciones y asociaciones de dudosa valía, moralidad y finalidad… Y LA PRENSA, señor Marhuenda, que usted lo sabe bien: la prensa… pues también recibe sus subvencioncitas, por mucho que pretendan engañar a sus lectores (y a quienes no, de manera indirecta). Pero, ¿realmente les molesta que se subvencione con dinero público la industria española del cine, es decir, la cultura? Porque aún no les he oído decir nada de la subvención que recibió José Luis Garci con dinero de la Comunidad de Madrid para rodar una película ambientada en la revuelta madrileña contra las tropas napoleónicas y que no sé si quiera si se llegó a proyectar en los cines. Y si me voy al extremo, no oigo a nadie criticar que se ruede Torrente X (cuando llegue).

Dejo al margen insultos y crueldades de parte de otros elementos con la convicción de que la mayor parte de la gente de derechas de este país es virtualmente (de virtud) y sin remedio mala: todavía me acuerdo cómo en los comentarios en las ediciones de los periódicos muchos de ellos aplaudían la muerte de Yoshito Usui, autor de Shin Chan.

Pero en fin, de ellos me lo esperaba, y hay veces que casi ni molesta. Pero lo que más me molestó fue lo que vino por parte de gente que no lo esperaba:

La primera en la frente, como se suele decir: al día siguiente, en su columna/ blog en Público, Shangay Lily, titulaba “Los Goya de la cobardía” una entrada en la que, al tiempo que atacaba la ausencia de críticas al gobierno, según él, atacaba indiscriminadamente a algunos de los asistentes. Cito un fragmento de su blog:

Menos pose y guiño y más incomodidad. Lo importante no son vuestros dinosaurios egocéntricos, lo importante es que el cine sea arte y no entretenimiento. Y el arte no existe sin compromiso social, sin retratar la realidad, desde aquel bisonte de Altamira hasta las obras de teatro del maestro antifranquista Miguel Romero Esteo. Lo demás es carburante para el consumismo.

Si bien podría compartir, aunque con matices, lo que ahí dice, no deja de sorprenderme, como me sorprendió en su día su fichaje por este diario. Yo recordaba a Shangay por cosas mucho más frívolas, las cuales aparecen en su biografía del blog: se pateaba los platós de televisión, con una actitud de lo más frívola y con expresiones de desprecio snob tales como “Oh darling!” intentando vender su libro de cómo ser glamouroso. Por esa razón, la crítica se hace, si cabe, más incomprensible todavía. Será, como dice un amigo mío, resentimiento por no haber sido invitado.

Y Maribel Verdú salió a recoger su premio y se le ocurrió dedicárselo a la gente que, por culpa de este sistema corrupto, lo está pasando mal… Es normal que la derecha la atacase, por eso del “sistema corrupto” (aunque su discurso no cargó contra nadie en particular): Tele-Mordor, al día siguiente, sacaba algunas revelaciones sobre ella (aunque después de la noticia que se dio hace tiempo sobre una bomba en el aeropuerto Jacques De Gaulle y otras cosas, como comprenderéis, no voy a ser yo quien los tome en serio); pero lo que podría haber pasado por un momento excepcional en el que alguien notorio aprovechase la ocasión para decir una verdad, se volvió en algo un poco raro. Circula en internet esta cosa:

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Maribel_Verdú_-_Seminci_2011_(2)A mí este escrito me cabrea porque parece haberlo hecho alguien con consignas de la derecha neoliberal, y en su gran mayoría cuenta más mentiras o verdades a medias, que verdades. La nota nos la da la línea que dice “nos dedicamos a hacer películas con el dinero de los impuestos de los ciudadanos”, lo cual suena a Marhuenda-Ramírez que hasta huele; y luego lo de que si quieres verlas “tienes que ir al cine”… ¡Nos ha jodido Mayo! Lo de las descargas está bien, pero reconoced que no se vive del aire, que esa subvención es para pagar el coste de la película (que no se paga con la subvención sola). Y el resto es una crítica a una supuesta doble actitud: “hago anuncios de bancos, del Corte…”: eso es trabajo, aunque esté más remunerado; poca gente sabe esto, pero un actor/ actriz pocas veces puede darse el lujo de no aceptar un trabajo: hay temporadas en las que te puedes pasar años sin trabajar. Y el caso es que son las mismas cosas que sacó la noticia de Tele-Mordor. Y aclaremos lo de los vestidos y el pedrerío de una vez: la mayor parte de las veces, son préstamos o regalos de esas casas en particular, que luego tienen que devolver. Comprendo, eso sí, la crítica por la muerte de animales en la susodicha (y me temo que sobrevalorada) película: pero de ahí a achacárselo a ella… Quizás no esté conforme con ello, a lo mejor no lo sabía (los actores no participan en todas las sesiones de rodaje), y tal vez no pudiera darse el lujo de pasar, o quizás ya fue demasiado tarde; pero, la pregunta en cuestión es ¿mató ella al toro?

Entiendo buena parte de las críticas: la mayoría de las veces, los que tienen más dinero pueden llegar a frivolizar algunas cosas (by the way, aún no he oído críticas hacia la “ecológica” baronesa Thyssen, aunque hayan pasado años): pasa ahora, pasaba en los años 30; pero, ¿es que sólo puede criticar al sistema si vives en una chabola y vas vestido con el “mono azul”? En ese caso, apaga y vámonos, porque más de uno de los que están difundiendo algunos escritos parecidos tiene por dónde callar; y, a parte, que qué mejor ocasión para que se sepa lo que pasa, incluso a nivel internacional, que lo haga alguien notorio en un espacio público con bastante audiencia, ya que al del “mono azul” no sólo no le oirán, sino que le tomarán por loco o mentiroso: no porque su palabra no valga nada, todo lo contrario, sino precisamente por ser pobre. Y si no, si adoptamos esta manera radical de ver las cosas, ¡agarremos los libros de Brecht, Machado, Lorca, y mandémoslos a tomar por culo con sus reivindicaciones y su solidaridad! Pues eran burgueses; y nos quedamos sólo con los pensadores, intelectuales, escritores y artistas proletarios (muy dignos y grandes, ¡ojo!).

f. truebaMe quedo con lo que dijo Fernando Trueba al inicio de la gala: que cada uno diga lo que quiera, “que ya bastante nerviosos estamos como para pensar en ello”; pues si ahora resulta que hasta desde las filas progresistas vamos a criticar porque dijeron, no dijeron, qué dijeron, qué no, y quién lo dijo o no(e insisto: hasta donde yo sé, la carrera de Maribel Verdú no ha dejado ningún “muerto” –literal o metafóricamente hablando-: quizás hace esos anuncios –esos trabajos-, pero, ¿es ella la que desahucia a la gente?), yo ya no sé dónde meterme. Como dijo este mismo amigo mío: ¿qué más tienen que hacer?, ¿quemarse a lo bonzo? A fin de cuentas, algunos de ellos reivindicaron el mantenimiento y protección de los servicios públicos, quizás ni siquiera para ellos, sino para nosotros. Entonces, ¿qué es lo que molesta de ello? “Es que pidieron para subvencionar el cine”… ¡Normal! Es su trabajo, y no pasa por un buen momento: cada producción es una aventura financiera (that’s capitalism!), y la subvención constituye una red para no arruinarse; que de las ganancias de las películas no sólo comen los glamorosos actores, los directores “de la zeja”, etc., sino un montón de gente: técnicos, operarios, maquillaje, peluquería, etc. Lo que se ve, es sólo una parte: es un trabajo hecho por mucha gente. (Luego, ¡eso sí! Iremos como tontos a ver Torrente #)

Quizás esto último haya quedado un poco pueril, no lo sé; pero sí intuyo que está habiendo una manipulación encubierta desde la derecha para que desde las posiciones contrarias se realice el linchamiento al actor que no les baile el agua. El que la ultra-derecha y la ultra-izquierda se den la mano en esta cuestión en particular nos da unas líneas no muy halagüeñas, y no me gustaría que se comenzase a realizar el linchamiento al, no al millonario exactamente, sino al que tiene más dinero que tú, como en otras ocasiones de la historia se hizo, precisamente, para salvar a los que tenían todo el dinero. ¡Cuidado cuando los ricos atacan a los “ricos”!

Goyas aparte, la vida del actor –del de cine y del de teatro- es una dura vida en la que hoy está protagonizando, mañana eres un secundario, y pasado ni apareces, y puedes pasarte años sin trabajar (hablando de épocas económicamente estables). Si las declaraciones y reivindicaciones de algunos actores y actrices son, al final, hipócritas, eso es asunto de su conciencia: sin embargo, si han molestado a quienes tenían que molestar, será por algo.

Cierro con dos cosas. La primera, la canción “Cómicos” de Víctor Manuel, dedicado a los actores y artistas que secundaron la huelga de actores de 1975 y les cayó la del pulpo:

Y una petición, ya que hablamos de lo “bien que viven los actores españoles”. Si tienes la bondad, estés de acuerdo o no con el escrito, te pido que firmes para ayudar al grupo de Teatro Taormina, que no pasa una buena situación. Es una recogida de firmas con la que pretendemos demostrar al ayuntamiento de esta localidad lo mucho que Getafe quiere a su veterano grupo de teatro:

http://www.change.org/es/peticiones/concejal-de-cultura-del-ayuntamiento-de-getafe-dar-la-ayuda-solicitada-al-grupo-de-teatro-taormina

PD: ¡Pero qué guapa iba María León!

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“La justicia es ciega,/ por eso nunca ve/ que el que tiene dinero/ puede comprar la ley”


alfon-libertadSiempre ha estado muy lejos de mi intención el desear el mal, físico o psíquico, a nadie, o al menos eso intento, y procuro siempre no unirme al fervor cuando se pide la cabeza de alguien, por horrible que esa persona fuera. Así que no es el affair Carromero lo que me llena de indignación realmente, si no es comparado con otros casos de gente inculpada sin delitos de sangre a los que sistemáticamente se les niega el indulto o rebajas de condena: casos como el de David Reboredo (del que ha habido buenas noticias, en principio), ex-toxicómano rehabilitado, y que ha llevado una actitud ejemplar en prisión, al que se le niega el indulto; o el de Alfonso Fernández, Alfon, que sigue detenido por una esquizofrénica delegación de gobierno en Madrid, que quiere acusarle de pertenencia a banda armada por el simple hecho de haber sido detenido cuando iba a unirse a un piquete informativo, y sobre el que pesan pruebas circunstanciales; y el de tantos otros, sean cómo sean, a los que se les niega una oportunidad ni nadie sale dar la cara por ellos. Porque nos deja pasmados la actitud de Esperanza Aguirre: su apoyo incondicional a uno de sus mejores alumnos rebasa lo irrebasable cuando pretende convertirlo en un asunto político y agitar las aguas del anticastrismo, cuando incluso el tercer acompañante, ya desde su casa, afirma que iban ellos solos y no fueron investidos. Y no es que haya sido algo circunstancial, pues Carromero tiene antecedentes de conducción ebria (caló bien el mensaje de Aznar de “me vas a decir tú [la DGT] si puedo beber o no al volante”). Da la impresión de que, de manera extrajudicial, la adscripción a determinado partido político y el nivel económico del imputado, te da ciertos beneficios. Por estas y otras razones similares (como por ejemplo, el indulto a dos Mossos d’Esquadra condenados por maltrato a un inocente –que además tuvo tintes xenófobos), creo que cada vez somos muchos los que sentimos una especie de simpatía hacia antiguos delincuentes, algunos de ellos inmortalizados en el famoso género quinqui: Jaro, Vaquilla, Torete,…, chicos a los que rara vez se les ofreció otra oportunidad, independientemente de cómo fueran de buenos o de malos –que tampoco quiero angelizar-, y por los que tía Espe no creo que sintiera ni siquiera un mínimo de compasión.

David-Reboredo-pide-indulto-GobiernoNo sé si será cosa mía, pero personalmente atravieso un momento parecido al que ya se vivió hace cierto tiempo, cuando frente a los abusos policiales, políticos y judiciales, corrió una especie de, si no simpatía, sí un cierto afán de comprenderlo, que a veces desembocaba en un enamoramiento romántico del delincuente común. No era algo exactamente nuevo: ya Lluís Llach había cantado sobre el famoso bandolero catalán Joan Serra, el Nuevo Mester de Juglaría sobre “El Pernales” y Benito Moreno sobre “El Lute” (héroe de la rehabilitación)… Tiempo después, Luis Pastor escribiría su “Maqui Vallecas” y el último choriso, el Maquinavaja de Ivá, se convertía en un héroe de las viñetas. Pero algo antes, entre los finales de los 70 y principios de los 80, directores como José Antonio de la Loma, Eloy de la Iglesia y otros, abordaron la problemática de la delincuencia juvenil, a veces desde una perspectiva crítica con la sociedad e, incluso, desde cierta perspectiva marxista (en el caso de De la Iglesia), aunque a veces se caía en la admiración romántica, en el género comúnmente llamado “género quinqui”.

José Luis ManzanoUna nota: algunas de estas películas no son ciertamente tan quinquis como parecen: el gran quinqui del cine es De la Loma, quien redefine el género: chicos de etnia gitana o quinqui que robaban coches, atracaban farmacias y daban tirones a las viejas, mientras sonaban las románticas rumbas de Bordón 4 o los Chichos. Pero, por su parte, El Pico de Eloy de la Iglesia, metida en este género, no se le podría considerar como tal, ya que cuenta las hazañas del hijo de un guardia civil destinado al País Vasco y del hijo de un político abertzale unidos por su amistad y su adición a la heroína: es una película que roza más la bohemia que el género marginal, aunque su continuación sí tiene ya elementos de este género.

El PirriAlgunos de estos cineastas tuvieron una peculiaridad: la de contratar chicos de la calle en estas películas, algunos de ellos, como el Vaquilla, auténticos delincuentes ya, y otros, sencillamente, que vivían en la marginalidad: José Luis Manzano, José Luis Fernández Eguia “El Pirri” (tierno yonqui aquél, que expresaba la ira y el sentir de una década cuando lanza un huevo a un madero en La estanquera de Vallecas), etc. Chicos a los que, a su manera, quisieron ayudar, pero no lo consiguieron, aunque yo quiero pensar que, tal vez, a alguno lo salvaran: pero la calle de entonces pesaba mucho, y abría sus fauces de par en par. No eran estos chavales, ciertamente, del gusto de tía Espe, quien seguramente al ver estas películas movía la cabeza en gesto de desaprobación y repitiendo “demagogia, demagogia”, reprobando eso de ensalzar a delincuentes comunes y yonquis a la categoría de héroes, incluso de héroes políticos…

Navajeros-500261647-largeFue precisamente José Luis Manzano, a quien algunos apodan el “James Dean español” (y pienso que con razón) el protagonista de una de las mejores películas del género, a medio camino entre el quinquismo y la estética punk: Navajeros (Eloy de la Iglesia, 1980), que cuenta la historia de José Joaquín Sánchez Frutos “El Jaro”, un famoso delincuente juvenil que aterrorizó el Madrid de finales de los 70. Para la banda sonora, se contó con la participación de un grupo despuntador madrileño: los ahora míticos Burning, que compusieron el tema principal de la película, contribuyendo con algunos más de los que grabaron en su tercer disco Bulevar (a excepción de la canción de El Jaro, de la que guardan la música, pero cambian la letra y el título: “Escríbelo con sangre”). Realmente, un estilo descarado y agresivo que le iba muy bien al personaje de la película.

Es una canción que traigo muy a colación, no para mitificar a nadie, sino para atacar. La clave está en estos versos de la canción: La justicia es ciega,/ por eso nunca ve/ que el que tiene dinero/ puede comprar la ley”; por aquellos días, la justicia se afanaba en llenar las cárceles, en donde el que no era drogadicto se volvía, en donde se arruinaba la vida de muchos, a veces por menudencias, mientras los grandes criminales también eran indultados o se escapaban misteriosamente, mientras había delincuentes de primera y del montón respecto al trato diferencial. Y hoy, mientras esas cosas siguen pasando, mientras a Alfon le niegan la libertad, mientras le niegan el indulto a Reboredo, mientras podrán multarte por ayudar a inmigrantes irregulares (http://www.publico.es/espana/448287/ayudar-a-inmigrantes-irregulares-podria-ser-penado-con-la-carcel), se conceden indultos o se rebajan penas a policías corruptos, banqueros que echan a gentes de sus casas mientras robaban a manos llenas, a políticos mangantes, y encima hay quienes pretenden subir a la categoría de mártir político a Carromero, cuando, a fin de cuentas, quizás lo único que lo distinga de El Jaro es el dinero.

Canción de El Jaro

La policía tiene
su foto en un papel
porque roba farmacias
y algún coche también.
Jaro está en la calle,
sin sitio a donde ir.
Sólo junto a Mercedes
puede sobrevivir.

¡No le alcanzarán!
Si llega a la frontera
se podrá escapar.
¡No le alcanzarán!
Si llega a la frontera
se podrá escapar.
O sí o no.

La justicia es ciega,
por eso nunca ve
que el que tiene dinero
puede comprar la ley.
Él no tiene nada,
nada que perder,
sólo cree en sus leyes,
nació para correr.

¡No le alcanzarán!
Si llega a la frontera
se podrá escapar.
O sí o no.

J. A. Martín

Burning

El Apocalipsis aplazado hasta nuevo aviso


578801_443118169070328_1091435132_nAnte la avalancha de locos, pseudo-místicos, aspirantes a Freezer, Gozer, Galactus, etc., marcas y mistiquillos (que dirán que han conseguido evitarlo), publicaciones, pseudo-científicos, profetas de medio pelo, que han hecho su agosto a costa de esto (a parte de la película, ¿alguien recuerda cómo empezó todo?), las autoridades han decidido APLAZAR el Apocalipsis hasta nuevo aviso. De momento, sigan con sus vidas; las autoridades consienten en que vuelvan ustedes a ser engañados por cualquier charlatán.

Lo sentimos sobre todo por San Isidoro de Sevilla, que había realizado un extraordinario número con sus alumnos:

Así en el Cielo como en la tierra (José Luis Cuerda, 1995):

Sesudo análisis de las elecciones en Cataluña


amanece-que-no-es-poco1Vistos los análisis, algunos sesudos, otros surrealistas, que han hecho todos los medios, nos arriesgamos a hacer el nuestro. No creo que sea tan desacertado como el del señor Pedro J., afirmando que por fin había ganado unas elecciones en Cataluña: para mí ha sido toda una sorpresa saber que Pedro J. Ramírez iba en la lista electoral de CiU…

Pues resulta que el señor Artur Mas ha conseguido algo casi inédito en la historia política: ha ganado y ha perdido a la vez. Si yo fuera Matías Prats, diría que en esta ocasión “‘Mas’ es menos”. Para que lo entendamos mejor, veamos un caso parecido, explicado brillantemente por José Sazatornil “Saza”:

Vídeos pertenecientes a la película Amanece que no es poco (España, José Luis Cuerda, 1989)

Cine rancio presenta…


Carteles turísticos de los años 40Sacada de una película de 1969, dirigida por Jaime Jesús Balcázar, una muestra de canción perteneciente al género de “canción rancia”, que queremos dedicar a nuestro Ministro de Cultura José Ignacio Wert, aunque imaginamos que la estará oyendo para sacar ideas de cómo “españolizar” a los niños catalanes:

Luis Lucena en “Españolear” (J. J. Balcázar, 1969)

NOTA dirigida a personas de toda condición: ¿no es un poco triste que lo español en general, signifique lo que signifique, se asociara con cosas tan triviales como el sol, la alegría, la fiesta, etc., y encima que esa relación siga utilizándose de vez en cuando?

NOTA 2: el absurdo de la letra llega a su punto álgido cuando asevera que los turistas portugueses vienen a España buscando el sol y la alegría porque allí no lo tienen. El resto de la canción no es más que el acostumbrado conjunto de tópicos autoimpuestos sobre los españoles y sobre los que no lo son.

Pedimos disculpas, pero andamos liaos


j. l. lopezvazquez2

Con todo nuestro cariño, respeto y admiración hacia el gran José Luis López Vázquez, actor sin igual.

Sóc, no vull ofendre, anticlerical (IV): Considérese usted “bienpagao” por mi parte


Van a misa rodeados de sus hijos
y allí se dan la paz con las manos manchadas
.

“Es urgente” Aguaviva

Prueba de la contramanifestación ilegal que se convocó por algunos, basándose en mentiras y utilizando los mismos argumentos de siempreEl papa ha vuelto a su casa: tres días intensos en los que sus jóvenes han campado a sus anchas por Madrid y ciudades aledañas. No tengo nada (a parte de lo que ha costado a las arcas públicas su estancia, aunque muchos de sus “jefes” se empeñen en mentirles y los más buenos no se lo quieran creer) contra los que han venido a ver al papa porque creen que es el representante de Cristo en la tierra (bueno, quiero decir que respeto sus creencias), pero sí contra aquellos que han utilizado su fe como arma política, contra los que han manipulado a los más jóvenes usándolos casi de escudos humanos, contra los que han gritado impunemente “¡Viva Cristo Rey!”, contra los obispos que, como todos los días, se empeñan en decir que vamos a ir al infierno por no creer ni estar de acuerdo con el papa, y con todos o casi todos los medios de comunicación que han pretendido sacarlos como jóvenes excepcionales, cuando, al ver las fiestas que se han montado por las calles, confirmamos lo que muchos sospechábamos desde el principio: son jóvenes católicos, pero jóvenes, a fin de cuentas, como todos; unos con modales exquisitos, pero otros muchos con el comportamiento de un hooligan borracho… Y no quiero ofender a quien no se lo merece ni generalizar, como SÍ ha hecho la conferencia episcopal (ésta va con minúsculas, la de Tarancón con mayúsculas) y la mayoría de los medios, obligados o no, con los disconformes a esta visita. Parafraseando a Lorca (de cuya tumba, los que no quieren que se ubique han ido a ver al santo padre), “Contra vosotros siempre”.

500-x-MONEDA_REVERSO_2Tengo además unas líneas para el señor Gallardón, a la sazón alcalde de Madrid, quien quiere denunciar a la marcha laica y se ha desecho en elogios a esta juventud, yéndose a la cama convencido de ser un gran anfitrión. ¿Qué hizo el que pretende ser mejor alcalde que Tierno Galván y Carlos III juntos cuando la “marcha indignada” arribó a Madrid y acampó, para en un par de días emprender la marcha hacia Bruselas? Pues el señor Gallardón, amigo del cemento y enemigo de los árboles, aquel que no tiene amigos ni a su izquierda ni a su derecha, CORTÓ el agua y la luz de las zonas de acampada. A las fiestas del Orgullo Gay, que tanto molestan a –según ellos- muchos madrileños, intentó cortarles las alas, primero impidiendo las actuaciones por no sé qué informes fantasmas y, luego, desustanciándolas con unos auriculares. Si muchos católicos contraponen el orgullo gay a la visita del papa, que ni se confundan ni se sientan ofendidos, porque, para empezar, la realidad es que las fiestas del orgullo se autofinancian. Y el señor Gallardón, enemigo del botellón y de que los bares abran hasta tarde porque molesta al descanso de los vecinos, sí ha permitido que esta juventud, mucha de ella extranjera, se bañe en las fuentes públicas y haga botellón en pleno Sol. Y no, no es que esté poniendo los derechos de unos sobre otros, sino al contrario, estoy haciendo algo que a ellos se les ha olvidado: equipararlos, que significa igualdad en el trato.

¡Pero qué grande eres, jodío!No olvidemos tampoco a los santos varones que han ido a ver “a título personal” a su santidad: banqueros cuyas inasumibles hipotecas están cristianamente echando a la gente a la calle, fuera de sus casas, y cuyas empresas financian el tráfico de armas; empresarios que, si bien tienen la caridad cristiana de ver al papa, ir a misa y financiar la visita, también practican el amor a Cristo y al prójimo cuando despiden a innumerables trabajadores de sus empresas, mientras sermonean contra el gobierno, le echan la culpa de la situación y exigen más dureza en la economía. Y el ex-presidente Aznar, convencido de que por ir a ver al papa irá al Cielo, al igual que otros correligionarios suyos que se levantaron a una hará algunos años para aplaudir la decisión de intervenir en la guerra de Iraq. Pero, como dice Caroggelo (?) en la película Una historia del Bronx, el catolicismo es algo maravilloso: confiesas y vuelves a empezar; aunque, como dicen los sacerdotes más honestos, “sin acto de contrición, no hay perdón que valga”. Y mientras, yo voy, como los AC/ DC, por la carretera al infierno. Es cierto que yo no ayudo todo lo que pueda, porque no tengo dinero para donar y no tengo huevos de irme a una misión (con los misioneros siempre, si ayudan al pobre por encima de evangelizar) o a una ONG… Reconozco mi cobardía y mi impotencia, pero no la escondo con un halo hipócrita de santidad.

Y bien, por éstas y tantas razones, le quiero dedicar una canción al señor papa: es una canción que no tiene nada que ver, pero que cobra bastante sentido cuando, reflexionando acerca de la infancia que me hicieron pasar, de las mentiras contra el sexo-pasaporte seguro al infierno, los malvados judíos, los pervertidos y pervertidores homosexuales, los taimados musulmanes, los negros-devora blancos, las diabólicas señoras que posan en la revistas desnudas ya que es prostitución… Y por la memoria de mi abuelo, que murió envuelto en agudos e insoportables dolores mientras las piadosas señoras ricas del pueblo se congregaban como cuervos y buitres rezando sus rosarios, esperando que muriera para llevarse a mi madre y a mi tía a servir a sus casas; y por la de mi abuela, conservadora (no facha, más como la abuela de “Cuéntame”) y católica, que, no obstante, profesaba cierto asco hacia las santurronas… Reflexionando, decía, sobre todo esto, veo que no han cambiado nada y, por tanto, solamente pido: por favor, déjenme en paz, no pienso volver a esa senda. Por eso, ya que algunos de sus juventudes le cantaban “No te vayas todavía”, yo, con otros muchos, que no vamos a ser menos, digan lo que digan la conferencia episcopal y ciertos medios, le quiero cantar: “Ná te pío, ná te debo…”:

La bien pagá

Ná te debo,
ná te pido,
me voy de tu vera
olvídame ya
que pagao con oro
tus carnes morenas
no maldigas paya
que estamos en paz.

No te quiero,
no me quieras,
si tó me lo diste
yo ná te pedí,
no me eches en cara
que tó lo perdiste
también a tu vera
yo tó lo perdí.

Bien pagá,
si tú eres la bien pagá
porque tus besos compré
y mi te supiste dar
por un puñao de parné,
bien pagá,
bien pagá,
bien paga fuiste mujer.

No te engaño,
quiero a otra,
no pienses por eso
que te traicioné.
No cayó en mis brazos
me dio solo un beso,
el único beso
que yo no pagué.

Na te pido,
na me llevo,
entre esta paredes
dejo sepultas
penas y alegrías
que te he dao y me diste
y esas joyas que ahora
pa otro lucirás.

Ramón Perelló – Juan Mostazo

http://www.cancioneros.com/nc/2462/0/la-bien-paga-ramon-perello-juan-mostazo

Canciones para después de una guerra, Basilio Patiño (1971)

Tot sol (Raimon)


0461La canción de hoy es, probablemente, la más desconocida de Raimon. En 1963 ó 1964 se estrenó la película de Jaime Camino Los felices 60 (con Germán Cobos, Yelena Samarina y Margarita Lozano), que contó en su banda sonora con dos canciones de Raimon: “Perduts” y “Tot Sol”, que fueron grabadas en su EP de 1964 Canta les seves cançons (III), bajo el epígrafe “Les cançons del film Los felices 60”, junto a “D’un temps, d’un país” y la “Cançó de les mans”. Pero, por la razón que sea, mientras “Perduts” fue grabada en LPs posteriores y remasterizada y digitalizada para la antología de Raimon, “Tot sol” pareció perderse en el tiempo y en el espacio, en los cajones de las discográficas y en las estanterías de quienes conservan el EP. Además por el desconocimiento total de esta película por parte de la mayoría de las personas, esta canción es seguramente su canción más desconocida. De todas maneras no es una de las que podamos llamar emblemáticas: musicalmente, emplea la misma melodía que en “La nit” y repite, cambiándolas, algunos de sus versos; y literariamente no es, ni de lejos, una canción social, trata de la soledad, pero desde el punto de vista de aquel que no tiene a nadie que venza su soledad. No obstante, es una bella canción y creo que merece la pena rescatarla:

Oír: http://www.goear.com/listen/ab301ab/tot-sol-raimon

Tot sol

Sol
com una pedra, sol.
Vénen i passen els homes,
vénen i després se’n van,
i sol,
com una pedra sol.
Per als uns és llum de festa,
per als altres llum de dol,
de cremar amor, llum bella,
de sentir la mort tot sol.
Sóc sol
com una pedra, sol.
Sol al cor de la terra,
sol.
Llum d’estiu,
llum de dimonis,
llum d’amor
que se n’ha anat…
Tantes nits perdudes
sense saber on anar.
Sol,
que no… jo no vull restar sol!
Tot sol.

Completamente solo

Solo/ como una piedra, solo./ Vienen y pasan los hombres,/ vienen y después se van,/ y solo,/ como una piedra solo./ Para unos es luz de fiesta,/ para otros luz de dolor,/ de quemar amor, luz bella,/ de sentir la muerte completamente solo./ Estoy solo/ como una piedra, solo./ Solo en el corazón de la tierra,/ solo./ Luz de verano,/ luz de demonios,/ luz de amor/ que se ha ido…/ Tantas noches perdidas/ sin sabes a donde ir./ Solo,/ que no… ¡yo no quiero quedarme solo!/ Completamente solo.

Raimon

¡Hasta la vista, Mr. Berlanga!


Luis García Berlanga

Image by Casa de América via Flickr

Éste está siendo un annuns horribilis, ya que se nos están yendo casi todos los guapos. El último, Luis García Berlanga, probablemente, bajo mi opinión, el mejor director español, porque retrató de una manera fiel, bajo el foco del sarcasrmo y la ironía, a la sociedad española, desde una perspectiva crítica.

Para mí, el valor de Berlanga fue, al menos en las primeras películas, una cierta dimensión brechtiana en ellas: Berlanga no aleccionaba, mostraba los abusos de las clases altas, sus vicios y despropósitos, y se posicionaba junto al necesitado, algo palpable en Plácido. El ridículo estaba latente en las costumbres de aquella España rancia, sólo había que mostrarlo, nada más: cuando en El verdugo, el joven verdugo se va a casar con la hija del viejo verdugo, y los monaguillos y sacristanes retiran todos los detalles de una boda anterior de clase alta sin esperar a que ellos acaben, Berlanga lo muestra de una manera brechtiana: era una cosa normal, pero bajo sus cámaras se presentaba como inaudito, y el efecto era de una tremenda eficiencia agridulce. Quizás Berlanga no fuera el alcalde de Bienvenido Mr. Marshall, sino el cojito que intentaba seguir el alegre cortejo.

Ternurae ironía, sarcasmo y solidaridad: sus películas eran un caramelo que, al acabarse la capa dulce, se descubre una parte desagradable, que sabe agria. El pacifismo en Calabuch, la crítica política en Bienvenido Mr. Marshall (a la cual, debido a la escena final, en donde se ve como el riachuelo se lleva una bandera estadounidense y otro banderín, hay quien la tildó de ser anti-americana: si la película hubiera sido a color, se hubiera descubierto que el otro banderín, arrugado, era la bandera española), lo grotesco de las clases altas en su trilogía La escopeta nacional, Patrimonio Nacional y Nacional III; la crítica al nacional-catolicismo en Los jueves milagro, los abusos del poder en Plácido, y pare usted de contar:

http://es.wikipedia.org/wiki/Luis_Garc%C3%ADa_Berlanga

¡Hasta la vista, Mr. Berlanga! Probablemente, como en la escena final de Calabuch, al igual que el profesor huido, nos mire desde arriba y le diga al general que éste, a pesar de todo, es un buen sitio para vivir.

Miguel de Molina: «La bien pagá»


Miguel de Molina (1908-1993) fue probablemente la figura más grande de la copla de los años 30. Su doble condición de Republicano y de homosexual, advertido por una brutal paliza, hizo que se exiliara a Argentina. Su tema más recordado y versionado es esta «La bien pagá», que Basilio Patiño utilizó magistralmente para ambientar estas imágenes de su película Canciones para después de una guerra:

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