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General Miaja


Tenía la cazurrería lenta de un campesino gallego que no quiere mezclarse en cosas más allá de su entendimiento, y sabía absolutamente de su propio valor como símbolo de la resistencia de Madrid. Sabía que estaba en su mejor momento cuando podía expresar los sentimientos de los hombres en las trincheras y en la calle, en las palabras crudas y rudas que eran su mutuo lenguaje. Y estaba en su peor momento cuando se mezclaba en el juego de la política o de los problemas estratégicos.

Arturo Batea, La Forja de un Rebelde

(extraído de la reseña de Cristóbal Zaragoza)

JmiajaJosé Miaja Menant nació en Oviedo en 1878. En 1896 comenzó su carrera militar, ingresando en la Academia Militar de Toledo. Durante la guerra de Marruecos, tras el reconocimiento en dos acciones de batalla, fue ascendido a comandante de infantería. En aquellos años empezó a ser conocido como un gran estudioso de la lengua árabe. Tras la instauración de la II República, obtuvo el rango de general, en el año 1932. De todos sus destinos, destacaría el ser enviado a Lleida/ Lérida en 1935, por orden del entonces Ministro de la Guerra José María Gil Robles, por sus razones: alejar a los oficiales desafectos al gobierno era la práctica habitual de entonces, pero, según la wikipedia, se debió a una mala presentación de sus regimientos durante un desfile. Por aquellos entonces, debido a la reforma en la institución militar llevada por el presidente Manuel Azaña en 1933, incluso los altos militares se polarizaban ideológicamente: militares descontentos, en su mayor parte de aquellos llamados africanistas y de los que se solidarizaban con el general Sanjurjo (condenado por el intento de golpe de Estado en 1932), fundaron una sociedad clandestina: la Unión Militar Española (UME), de tendencia derechista, a la que otros oficiales, de tendencia izquierdista, respondieron, para contrarrestar el avance de las ideas fascistoides entre las filas del ejército, con la UMRA, la Unión Militar Republicana Antifascista (UMRA). Miaja no parece definirse políticamente en estos años, aunque hay quien afirma que pudo pertenecer a la UME; algunos dicen que esto es un rumor creado en los primeros meses de la guerra civil para desacreditarle, y su sobrino y yerno, además de secretario personal, Fernando Rodríguez Miaja, desmiente esa acusación:

Si lo hubiera sido no le hubieran detenido con toda su familia los franquistas en Melilla el 17 de julio de 1936. Mi esposa, Pepita, que acaba de fallecer hace poco, cumplió sus quince años en la cárcel, junto a su padre, destinado entonces en aquella ciudad. Poco antes, cuando Franco fue nombrado Jefe de Estado Mayor, envió a Miaja desterrado a Lérida.

http://www.elpais.com/especial/aniversario-sublevacion-militar/entrevista-fernando-rodriguez-miaja.html

El Pueblo de Madrid a su Heroico Defensor (Parrilla, 1937)Fuera como fuera, los liberales progresistas de Manuel Azaña confiaban en él: al formar el gobierno del Frente Popular en 1936, Azaña, debido a la enfermedad del general Masquelet, designa a Miaja Ministro de la Guerra en sustitución de aquél hasta que se repusiera de su enfermedad. Al estallar la guerra civil, el general se halla en Madrid, encargado de la 1ª Brigada de Infantería de la Primera División Orgánica; varios de sus subordinados están involucrados en el alzamiento militar, y, al parecer, él mismo parece dudar, pues su familia se hallaba en la zona sublevada. Pero finalmente reafirma sus votos de lealtad al gobierno legítimamente elegido por el pueblo. Designado ministro de la guerra por el gabinete de Martínez Barrios, rechazaría el mismo ofrecimiento por el gobierno de Giral. En agosto de ese año, habiendo llevado sus tropas en combate a las puertas de Córdoba, su indecisión le cuesta la derrota y el control definitivo de las tropas sublevadas por las tropas sublevadas. Tras ser destinado a Valencia, volvería a Madrid, organizando en Noviembre, fecha en la que comienza la ofensiva aérea sobre la capital, la evacuación de la ciudad; por esto le nombrarían presidente de la Junta de Defensa de Madrid, organismo supremo de la defensa de la ciudad. Junto al teniente coronel Rojo, consiguieron detener a las tropas de Franco en la batalla de la Ciudad Universitaria, alcanzando gran popularidad. Tras la disolución de la Junta de Defensa, que contaba con la representación de todos los partidos políticos leales (incluida la CNT), se le designa Comandante del Ejército del Centro y del Grupo de Ejércitos de la Región Central, dirigiendo las batallas de Guadalajara y Brunete: en estos años, José Miaja se había convertido en el militar que más poder concentraba. Pero la pérdida de la guerra era ya inminente, y muchos eran los que planeaban una rendición; y así, Miaja secundó el golpe de Estado del coronel Casado contra el gobierno de Juan Negrín, cuyo principal objetivo era separar al Partido Comunista y sus asociaciones del gobierno para, vencida así la reticencia de Franco a pactar, conseguir una derrota honrosa mediante un “pacto de caballeros” que sólo la institución militar podía garantizar. Franco no aceptó.

La presidencia del Consejo Nacional de Defensa, órgano formado por representantes de diversos partidos y sindicatos, excluido el PCE, que vino a sustituir al gobierno de Negrín tras el golpe de Casado, fue su último cargo. El 26 de marzo de 1939 embarcaba en Gandía a bordo de un barco británico que le llevaría a Argelia, Francia, y finalmente México, en donde viviría hasta su muerte el 14 de enero de 1958.

Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Jos%C3%A9_Miaja

guerra civil_general miajaTengo la extraña convicción, a la vista de este resumen biográfico, que si la República hubiera ganado la guerra, muy posiblemente, este general republicano habría desempeñado un papel algo similar al del general francés Charles De Gaulle, asumiendo un papel importante en la restauración de la República y abriendo un camino hacia la normalidad democrática truncada por la guerra, obviando, por supuesto, el papel que una posible República Española alineada con los Aliados, hubiera podido tener en la II Guerra Mundial.

Como habíamos dicho, su actuación al frente de la defensa de Madrid, tanto durante la evacuación de noviembre como su coordinación durante la Batalla de la Ciudad Universitaria, en donde consiguió contener al enemigo tras la otra orilla del Manzanares, le valieron una enorme popularidad: era el defensor de Madrid, y, por tanto de toda España. Desde Santander, un joven y desconocido poeta escribía una loa a este general. Éste es uno de los primeros poemas conocidos del gran poeta José Hierro, que lo firma como J. H. Leal:

Miaja

Cuando la tarde se rompa
en silencio y en naranjas.
Cuando se duerman las cosas
esperando la mañana,
estarán lejos, muy lejos,
perdidos en turbias aguas,
envueltos en el olvido,
los mercaderes de España…

Tú viste a Madrid herido;
por las huestes alemanas.
sus nubes llenas de rabia.
Los gritos de independencia
el aire multiplicaba…
Tú viste a Madrid herido,
tu sangre se rebelaba…
a torrentes por tus venas
loca, caliente, marchaba…
de pronto, te hiciste joven
con la juventud del alma…
los traidores presionaron…
Madrid, sin defensa estaba…
no quisiste tu que entrasen,
y a las puertas se quedaban.

Cuando la tarde se rompa
en silencio y en naranjas.
Cuando se duerman las cosas
esperando la mañana,
recuerdas aquellos tiempos,
barro en las trincheras… agua,
frío de nieve en el cuerpo…
siempre frío, frío y agua,
pero el corazón hirviendo
lleno de amor hacia España.

Vinieron días gloriosos:
Peguerinos, Guadarrama.
El milagro estaba hecho,
las milicias avanzaban…
después, más días de gloria.
Triunfos en Guadalajara.
Italia mandó sus huestes.
Contra Madrid se estrellaban.
No puede vencerse a un pueblo
que muere por una causa.

El pueblo pide tu premio,
glorioso general Miaja.
El pueblo que defendiste
tu recompensa reclama,
y entretanto, tú prosigues
por montes, por sierras pardas
palmo a palmo de terreno,
devolviéndonos a España…

Cuando la tarde se rompa
en silencios y en naranjas.
Cuando se duerman las cosas
esperando la mañana,
los ríos no tendrán sangre
ni habrá gente esclavizada:
habrá una aurora más roja
que las tardes de naranjas,
y España será más libre,
más ancha; más proletaria.

J. H. Leal

(José Hierro)

http://www.deia.com/http://www.deia.com/opinion/foros/viewtopic.php?f=4&t=10575&start=0

El Cantábrico, 9 de abril de 1937

En Poesía de la Guerra Civil Española 1936-1939, pp. 219-220; César de Vicente Hernando (editor). AKAL, 1995


Pero también poetas y escritores ya consagrados, como fue el caso de Pascual Pla y Beltrán, poeta valenciano de origen proletario, quien colaboró con el compositor y brigadista internacional de la Brigada Lincoln Lan Adomian, para escribir una canción, que fue recogida en la colección Canciones de lucha que recopilaría Carlos Palacio. Aquí está interpretado, con ocasión de la exposición "Antonio Ballester, esculturas y dibujos, 23 mayo-2 julio 2000", por un Coro Mixto de Cámara, dirigido por Salvador Moroder, con Ana Vega Toscano al piano:

Madrid y su heroico defensor

Texto: Plá y Beltrán
Música: Lan Adomian

Madrid noble; tus calles un fortín:
ya nadie pasará
tus trincheras.
¿A quién tienes
en tu defensa?
¡Tienes al general Miaja!
¿A quién tienes en tu defensa?
¡Tienes al general Miaja!

Ciudad clara; tu gesta un resplandor;
la muerte no podrá
dominarte.
¡Qué bien gana
tu independencia
el noble general Miaja!
¡Qué bien gana
tu independencia
el noble general Miaja!

Madrid libre; en vilo el corazón;
tu nombre es ya la luz
del futuro.
¡Qué fiel guarda
tu independencia
el noble general Miaja!
¡Qué fiel guarda
tu independencia
el noble general Miaja!

http://www.altavozdelfrente.org/index.php?option=com_content&view=article&id=93:madrid-y-su-heroico-defensor-&catid=14&Itemid=30

Compañero policía… a veces


abuso_policiaQuiero pensar que, entre la policía, hay mucha más gente como la de aquel agente que habló en Sol asegurando que apoyaba las reivindicaciones, o como mi amigo el sargento de la policía municipal de Madrid que vota a IU. El problema viene a ser que, independientemente de lo que cada uno de ellos piense para sí, cuando la orden es la de golpear, no se pueden negar… Pero quiero pensar que al menos lo hacen con lágrimas en los ojos y con el sabor amargo en la boca de –como dijo Benedicto García- tener que tragar saliva. Sé que hay polis, militares, guardias civiles, etc., buenos y honrados, y que su labor muchas veces merece nuestro reconocimiento: hacen su trabajo encomiablemente. Pero no puedo simpatizar con ellos en abstracto cuando leo cosas así: http://www.foropolicia.es/foros/desalojan-sol-t81304-210.html. He elegido esta página del foro por el comienzo, siempre y cuando el que escribe esa “genialidad” y otros sean realmente policías (hay muchos ahí que no lo son, sobre todo las voces discordantes); luego habla todo un “enterao” que lleva por avatar a unos miembros de la policía armada o grises pistola en mano (si éste es policía, solicito que se le expediente).

Sé que el policía tiene que cumplir órdenes, aunque no le gusten. Y hay veces que están ahí, agua250539_10150202027361168_32797506167_7043332_7809834_nntando insultos (lamento el comportamiento de algunos manifestantes, pero entiendo qué es lo que lo provoca, y lo sabéis) y tienen un comportamiento casi ejemplar; pero otras, sin entender por qué, a la mínima provocación por parte de personas “desconocidas” que, de repente, desaparecen, cargan sin motivo aparente. La realidad es que, y deben asumirlo, están ahí para defender, no ya el orden establecido, sino los intereses de los grandes capitalistas, y que en los altos mandos policiales sigue quedando mucha escoria de la vieja escuela, y que a veces parece que reclutan a ciertos individuos salidos de las hinchadas más ultras del fútbol, cuando la policía debería ser políticamente independiente y no lo es.

jose_castilloSerán palabras extrañas viniendo de la boca de un anarquista (pero humanista), pero no quiero acabar sin un alegato de buena voluntad hacia los policías, los guardia-civiles, los militares buenos, los que están ahí cuando les necesitas, los que para ello no miran ni tu cartera ni tu vivienda ni si tu pelo es largo o engominado; agentes, soldados rasos y oficiales de la talla de tantos soldados, agentes y oficiales que permanecieron leales al gobierno republicano, fuera éste de izquierdas o de derechas, no necesariamente por ideología, sino por el honor (esa palabra que tanto gusta a los más rancios samuráis de estos cuerpos) que deben al uniforme y por sus juramentos: hombres de la talla del general José Miaja, del coronel Casado, del teniente de la guardia de asalto José de Castillo, asesinado por terroristas falangistas; del sargento Pío Sopena, que en Villanueva de la Serena (Badajoz) se pasó con sus compañeros al lado de los campesinos rebeldes en el año 32; de los capitanes García Hernández y Fermín Galán (éste, además, escritor que en una novela criticaba con Jmiajadureza los motivos de la guerra de Marruecos); los capitanes portugueses de las Fuerzas Armadas, los oficiales de la UMD; mi propio tío Paco (sólo por ser de mi familia y buena persona)… y tantos que entre hoy y ayer supieron cumplir su deber para con el ciudadano, pagando a veces con su vida. Pero no se me equivoquen, rezo por una sociedad futura en la que su labor ya no sea necesaria, y sé que vosotros me comprendéis y compartís este sentimiento.

Entre los años 50 y 70 (y hasta hoy), muchos jóvenes del medio rural, buscando un trabajo bien pagado, se apuntaron a la aires de cementopolicía armada, los grises. No era por ideología, sino por pan. El problema era la contradicción que encerraba cuando tenían que cargar contra gente que era de su misma condición social, aunque pensaran igual: pero las enseñanzas impartidas por el cuerpo deforman las mentes sin sentido crítico, y hacían de las luchas de otros las suyas propias. A éstos, la gente de izquierdas los llamaban “traidores del andamio y del arado”. El cantautor valenciano Joan Baptista Humet (1950-2008), en su disco cantado en castellano del año 78 Aires de cemento, les dedicaba una canción que parecía una invitación a la reflexión: no hay amargura en sus palabras, sino comprensión, pero también crítica. A ti, compañero policía, militar y guardia civil, que estás en esto por tu sentido del deber hacia el ciudadano, deseando que un día, por los mejores motivos posibles, estemos del mismo lado. Nunca olvides lo que eres en el fondo.

Escuchar: http://www.goear.com/listen/39e2322/06-compaaplusmnero-joan-baptista-humet

Compañero

Dejaste la niñez
prendida en los arreos
y huiste de una vez
en busca de un empleo.

Te armaron de valor,
de patria y de temores;
responde, por favor,
a cambio de que honor
defiendes sus errores.

¿Qué has hecho de tu vida?
¿A quién crees serle fiel,
para que el pueblo diga
que tú no estás con él?
¿Qué manos son las tuyas?
Por tu hijo, piénsalo,
si las que a él le arrullan
o las que temo yo.

Qué triste debe ser,
llevando sangre obrera,
tener que obedecer
lo que uno no quisiera.

Quitarle la razón
al riesgo del minero
al pico del peón
al torno y al mahón,
qué duro, compañero.

El águila cayó,
dobló sus alas blancas,
las lenguas que cortó
hoy son nuevas gargantas.

Amigo, alégrate
y olvida lo que hubo,
ya no vas a tener
ni el beso del poder
ni el rostro del verdugo.

Joan Baptista Humet

http://www.cancioneros.com/nc/8168/0/companero-joan-baptista-humet

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