In the chilly hours and minutes of uncertainty I want to be in the warm hold of your loving mind
To feel you all around me And to take your hand along the sand Ah, but I may as well try and catch the wind
When sundown pales the sky I want to hide a while behind your smile And everywhere I’d look your eyes I’d find
For me to love you now Would be the sweetest thing, t’would make me sing Ah, but I may as well try and catch the wind
Dee dee de de dee de de de de dee
When rain has hung the leaves with tears I want you near to kill my fears To help me to leave all my blues behind
For standing in your heart Is where I want to be and long to be Ah, but I may as well try and catch the wind
Ah, but I may as well try and catch the wind
Atrapar el viento
En las frías horas y minutos de la incertidumbre/ quiero estar en el cálido abrazo de tu mente amada// Sentirte por todo mi alrededor/ y coger tu mano caminando por la arena/ Ah, pero podría también intentar atrapar el viento// Cuando el ocaso palidece al cielo/ quiero esconderme un rato detrás de tu sonrisa/ y a donde quiera que mirase tus ojos encontraría// Para mí quererte ahora/ sería la cosa más dulce, me haría cantar/ Ah, pero podría también intentar atrapar el viento// Cuando la lluvia ha colgado lágrimas de la hojas/ te quiero cerca para mi matar mis miedos/ para ayudarme a dejar mi tristeza detrás// Pues quedarme en tu corazón/ es donde quiero y ansío estar./ Ah, pero también podría intentar atrapar el viento.
“Hurdy Gurdy Man”, “El hombre de la zanfona”, es una de las canciones más emblemáticas del psicodélico cantautor escocés Donovan, publicada en 1968. Es una especie de cuento místico, en el que, en un sueño, el narrador recibe la visita de una especie de trovador cósmico que toca una zanfona, junto a su asociado el “Rolly Polly Man”. Según parece, la canción fue ideada cuando Donovan se unió al grupo de místicos rockeros psicodélicos que se habían reunido en la India en torno al supuesto gurú santo Maharishi Mahesh Yogi, en donde, claro está, estaban los Beatles y, entre ellos, su más cercano amigo George Harrison. Sin embargo, escuchas esta maravillosa canción, con Jimmy Page a esa guitarra tan heavy, cuando era el gran músico de estudio de las grandes bandas británicas -antes de convertirse en líder de Led Zeppelin-, y ese sonido de instrumentos indios, regalos de George Harrison, y te preguntas… ¿Dónde suena aquí la zanfona, ese fabuloso instrumento de cuerda y teclas que alcanzó gran popularidad en la Edad Media y en la actualidad se puede oír en algunos pueblos de, por ejemplo, el norte de España?
La respuesta, según, de nuevo, la Wikipedia es que no se trata de un practicante de este instrumento, sino de un grupo. La otra parte de esta historia fue que otro amigo suyo músico, el también antiguo cantante de folk, Mac MacLeod, buscaba una cierta promoción para el grupo en el que estaba: una banda de Dinamarca llamada Hurdy Gurdy, es decir, “zanfona”. Así que, la historia de esta canción es básicamente el sentimiento místico del Donovan de aquellos días y las ganas de ayudar a un amigo.
Hurdy Gurdy Man
Thrown like a star in my vast sleep I open my eyes to take a peep To find that I was by the sea Gazing with tranquillity. ‘Twas then when the Hurdy Gurdy Man Came singing songs of love, Then when the Hurdy Gurdy Man Came singing songs of love.
Hurdy gurdy, hurdy gurdy, hurdy gurdy, gurdy he sang. Hurdy gurdy, hurdy gurdy, hurdy gurdy, gurdy he sang. Hurdy gurdy, hurdy gurdy, hurdy gurdy, gurdy he sang.
Histories of ages past Unenlightened shadows cast Down through all eternity The crying of humanity. ‘Tis then when the Hurdy Gurdy Man Comes singing songs of love, Then when the Hurdy Gurdy Man Comes singing songs of love.
Hurdy gurdy, hurdy gurdy, hurdy gurdy, gurdy he sang. Hurdy gurdy, hurdy gurdy, hurdy gurdy, hurdy gurdy, hurdy gurdy. Hurdy gurdy, hurdy gurdy, hurdy gurdy, gurdy he sang. Hurdy gurdy, hurdy gurdy, hurdy gurdy, gurdy he sang. Here comes the roly poly man and he’s singing songs of love, Roly poly, roly poly, roly poly, poly he sang. Hurdy gurdy, hurdy gurdy, hurdy gurdy, gurdy he sang, Hurdy gurdy, hurdy gurdy, hurdy gurdy, gurdy he sang
Lanzado como una estrella en mi vasto sueño/ abro mis ojos para echar un vistazo furtivo/ para encontrar que estaba por el mar/ contemplando con tranquilidad./ Fue entonces cuando el Hombre de la Zanfona/ vino cantando canciones de amor,/ entonces cuando el Hombre de la Zanfona/ vino cantando canciones de amor./ Zanfona, zanfona, zanfona cantó.// Historias de pasadas eras,/ ignorantes sombras lanzan/ a través de toda la eternidad/ el llanto de la humanidad./ Es entonces cuando el Hombre de la Zanfona/ vino cantando canciones de amor,/ entonces cuando el Hombre de la Zanfona/ vino cantando canciones de amor./ Zanfona, zanfona, zanfona cantó.// Aquí viene el Hombre Tentetieso y está cantando canciones de amor./ Tentetieso, tentetieso… cantó…
Donovan Leitch
La Wiki cita que, en algunos conciertos Donovan incluía un verso que le atribuía a George Harrison, quien a su vez lo había sacado de los comentarios al Bhagavad-gita del Maharishi, y que es éste:
When the truth gets buried deep Beneath the thousand years of sleep Time demands a turn-around And once again the truth is found Awakening the Hurdy Gurdy Man Who comes singing songs of love.
Cuando la verdad queda bien enterrada/ bajo los miles de años de sueño,/ el tiempo exige una vuelta/ y una vez más la verdad es encontrada/ despertando al Hombre de la Zanfona/ que viene cantando canciones de amor.
Ahora bien, ésta es una canción de las que más adoro… Pero desde que supe que “hurdy gurdy” significa zanfona siempre eché a faltar su sagrado e hipnótico sonido en esta canción…
Antes de todo, quiero confesarme: respeto, en la medida en que cada una se la merezca, a toda creencia científica, filosófica y religiosa DE BASE, siempre y cuando respete la igualdad, los derechos humanos, y, por lo tanto, ni supongan un peligro físico o moral para sus practicantes y, además, no incite al odio. Respeto a aquel crea que Benedicto XVI sea la voz de Dios en la Tierra, o que el Dalai Lama es la encarnación del Buddha Avalokiteśvara, aunque yo, personalmente, no creo que Dios tenga actualmente ni representantes oficiales ni encarnaciones, y si las tiene, las desconocemos, y espero que, de la misma manera que yo les respeto y no intento inculcar mi sistema de creencias a nadie (sólo argumentar mis razones, no atemorizo a nadie con el infierno), nadie me intente aleccionar: ya lo intentaron en el pasado, y ya veis los resultados. Si hay un grupo cristiano que tenga mi apoyo, respeto y admiración, ésos son los Cristianos de Base, los curas obreros y las Teología de la Liberación, y si he de reconocer mártires cristianos modernos, ésos son Ignacio Ellacuría y Monseñor Óscar Romero, ambos asesinados en El Salvador por las fuerzas de la reacción aliadas con los perros gringos, por proteger a los pobres, y si he de reconocer papas, ése será el gran Juan XXIII, por su labor conciliadora y de mediador imparcial en el conflicto de los misiles de Cuba y toda la guerra fría, y, en un segundo plano, Pablo VI, también digno de mi admiración.
Sobre la visita del papa de Roma (en minúsculas, soy anarquista) diré que estoy en contra, no de su visita, sino de las condiciones en las que se ha producido (razón por la cual me manifesté en su contra): básicamente, y contra lo que algunos han esgrimido a favor, es que no ha venido en tales condiciones, sino como evangelizador, y, el problema de esto, es que, con gran parte de dinero público, no sólo se le ha hecho cómoda estancia a él, sino a su séquito: millones de jóvenes católicos de todo el mundo a los que se les ha puesto en un estado privilegiado (descuentos en los transportes públicos y en ciertos locales); una gran suma de dinero público de la Comunidad de Madrid, a parte de la del Estado, que se asemeja mucho al recorte que ha sufrido la escuela pública. Su condición de evangelizador privilegiado atenta contra la definición aconfesional del Estado español, ya que crea desigualdad con otras fes, por muy minoritarias que sean, incluido el ateísmo, y hace peligrar la separación iglesia-Estado. Hay quien ha dicho que el dinero público no se ha tocado en absoluto, sino que está financiada por empresas; aceptemos esto, en principio, pero preguntemos seguidamente si son las mismas empresas que han reducido su plantilla por falta de capital, y/ o que no contratan personal por las mismas razones.
Básicamente, no es porque esté resentido contra la fe católica (y las demás), que lo estoy y mucho (conozco cada uno de sus juegos, trucos y trampas, conozco sus redes y tentáculos: me sé de memoria cada una de sus mentiras; SÍ, soy un desertor); diría lo mismo si fuera la visita del Dalai Lama, del patriarca de la iglesia ortodoxa, del rabino de Israel, del camarada Lenin o del presidente de la liga atea internacional –si existe-; el Estado debe operar al margen de cualquier confesión religiosa o sistema moral. Pero, hablemos en cristiano: la inmensa mayoría de banqueros y empresarios de peso de este país son del Opus Dei, una peligrosísima y siniestra secta católica, elaborada por ricos para ricos, que aquí todos sabemos cómo opera a todos los niveles.
Y lo de los peregrinos (algunos mal llamados así) es ya para darles de comer a parte: habrá de todo, claro que sí, pero hay un problema, y es que la mayoría de ellos son muy jóvenes, y, como todo joven, necesitan divertirse; dudo que muchos sean conscientes de que están aquí como invitados, y como invitados deberían mostrar algunos mejores modales (me informan, de primera mano, que algunos de ellos han robado en una tienda). Me ha dolido como los medios de comunicación y ciertos políticos han intentado contraponer la “actitud” de estos jóvenes a los otros, es decir, a nosotros, a los que nos han tachado de ser abertzales, drogadictos y no sé cuántas cosas más. Por mucho que los hayan querido sacar como simpáticos chavales, la realidad es otra, y hemos visto fotos suyas comprando alcohol (¿pidieron el carnet?) y de fiesta por las calles de Madrid. La imagen más estrambótica de estos días ha sido ver a un grupo de estos peregrinos dándose un baño (¿multa?) en la fuente del Ángel Caído (véase, Lucifer) del Parque del Retiro: entiendo sus ganas de divertirse, pero que no digan que han venido sólo y exclusivamente a ver al santo padre, y les recuerdo que en Acampada Sol, los mismos indignados censuraron a aquel que se lo tomó como un botellón. Me dolió también la actitud de los medios de comunicación y de los políticos al intentar dar la sensación de que, durante la manifestación laica fueron los manifestantes los que provocaron a los peregrinos: si hubo alguna provocación por parte de la marcha, la desconozco, y yo fui el primero en censurar a algunos, pidiendo que no se les increpase; pero la realidad es que muchos, como un petainista francés, se asomaban a los balcones a insultar, y que otros comenzaron a reunirse en Sol en una contramanifestación improvisada, y por lo tanto ilegal (en la que oteamos el ondeo de una bandera franquista), pero la policía, con una violencia excesiva y sin sentido, sólo reaccionó contra la marcha laica. La impresión que da es la de proteger al niño mimado tonto y caprichoso: mientras se asegura que no hay dinero para los servicios básicos como el transporte público y la sanidad pública, y que las medidas efectivas o en proyecto que preparan en Madrid se debe a esta necesidad, a ellos se les regalan estos servicios. Pero bueno, yo no cargo contra los que no se merecen, que ni serán conscientes de todo esto, y sé que habrá muy buenos chicos, sin duda alguna: sólo les demando que reflexionen sobre todas las dimensiones de su condición de invitados. Y por otra parte, un poco de ecuanimidad: ¿no se dijo, hará pocos días –RUBALCABA, esto va por ti: a ver quién te vota ahora- que no se podía consentir que un grupo tuviera patas arribas una ciudad?
Hablemos sobre el catolicismo oficial, intentando no levantar ampollas innecesarias. No comulgo –nunca mejor dicho, y no intento hacerme el gracioso- con un sistema religioso-moral que condena a las personas que quieren ser lo que su naturaleza les dicta, como los homosexuales, o que asegura excomunión natural y automática contra toda mujer que haya abortado, mientras es la misma iglesia que no sólo no excomulgó a Pinochet, sino que además éste recibió la comunión del pontífice Juan Pablo II. ¡Bonita religión esta que carga contra el más débil! La que condena a las víctimas de su propio sistema (y el de otros parecidos) y no condena a los genocidas. Entiendo que alguien esté en contra del aborto, yo mismo tengo mis reservas, pero decir cosas como que “la mujer que aborta deja la puerta abierta a que su marido –presuponiendo que no es el marido el que la ha obligado a abortar- haga con ella lo que quiera” (junto a otras lindezas: http://www.elcorreoweb.es/andalucia/079125/arzobispo/granada/mujer/aborta/varon/abusar), o que el redactor del suplemento Alfa y Omega diga que “si se banaliza el sexo, no tiene sentido mantener la violación como delito”… Independientemente de lo que cada uno piense acerca del aborto, del sexo y los métodos anticonceptivos, el que diga estas cosas y aquel que las sostenga, no hace gala de su cristianismo, sino de una canallez moral ilimitada: y es que la iglesia católica, fundamentalmente, sigue siendo una institución machista, y lo seguirá siendo mientras grupos como el Opus Dei y su sistema de servidumbre del varón sobre la mujer estén dominando la jerarquía eclesiástica. Mientras tanto, los sueños de la fe producen monstruos, y así, un joven mexicano –quien, por cierto, ha quedado libre y no se le ha aplicado la ley antiterrorista- planeaba gasear la marcha laica para “matar a esos maricones”. Dicen que el cristianismo (el catolicismo) es amor, perdón y comprensión, pero yo no veo más que odio, rencor y resentimiento, y el acto de evangelizar, hoy como ayer, no parece hacerse mediante la palabra, sino mediante la espada. Y, sólo por hacerlo notar, mientras estos piadosos señores de los bancos y las empresas, ellos que creerán ganarse el cielo, invierten millones en esta visita, Somalia está muriéndose… ¿Dónde carajo queda el amor y la caridad cristiana?
Creo en Dios, no en el papa, y creo en Cristo Obrero, no en Cristo rey; admiro a Benedicto García -mi amigo, mi maestro-, no a Benedicto XVI; creo en el hombre y en la razón, admiro al que cree sin fanatismos, y creo en el Movimiento Gay contra Cristo rey. Si la iglesia es amor, que la demuestre con actos, no con palabras ni con esa espantosa frivolización que ha rodeado la visita del santo padre: no por mucho gritar “¡Benedicto!” se va, necesaria y suficientemente, al Cielo.
Después de excurso, por cuya longitud pido perdón, me gustaría –aunque me temo que no soy el primero- enlazar el aniversario del asesinato de Lorca con este tema. Publicado en su Poeta en Nueva York, el “Grito hacia Roma” es una serie de denuncias e imprecaciones contra muchas injusticias de la iglesia católica de los años 20: para empezar, movidos por su anti-comunismo, su alianza con el fascismo italiano y el Estado de Mussolini, a quien el papa se deshace en alabanzas; su ceguera ante el hambre de miles; su repulsiva opulencia e hipocresía; su represión moral (Lorca, creyente y homosexual, de esto sabía mucho), y, al mismo tiempo, le pide que vuelva sus ojos hacia los que sufren. Así, hacia 1927, nuestro poeta más excelso, Federico García Lorca, amigo de los pobres, de los negros y de los gitanos, capitán de poesía (como dijo Celso Emilio), dirigía su encendido “Grito hacia Roma”:
Letra en italiano, abajo
Grito hacia Roma
(DESDE LA TORRE DEL CRYSLER BUILDING)
Manzanas levemente heridas por los finos espadines de plata, nubes rasgadas por una mano de coral que lleva en el dorso una almendra de fuego, peces de arsénico como tiburones, tiburones como gotas de llanto para cegar una multitud, rosas que hieren y agujas instaladas en los caños de la sangre, mundos enemigos y amores cubiertos de gusanos caerán sobre ti. Caerán sobre la gran cúpula que untan de aceite las lenguas militares donde un hombre se orina en una deslumbrante paloma y escupe carbón machacado rodeado de miles de campanillas.
Porque ya no hay quien reparta el pan ni el vino, ni quien cultive hierbas en la boca del muerto, ni quien abra los linos del reposo, ni quien llore por las heridas de los elefantes. No hay más que un millón de herreros forjando cadenas para los niños que han de venir. No hay más que un millón de carpinteros que hacen ataúdes sin cruz. No hay más que un gentío de lamentos que se abren las ropas en espera de la bala. El hombre que desprecia la paloma debía hablar, debía gritar desnudo entre las columnas, y ponerse una inyección para adquirir la lepra y llorar un llanto tan terrible que disolviera sus anillos y sus teléfonos de diamante. Pero el hombre vestido de blanco ignora el misterio de la espiga, ignora el gemido de la parturienta, ignora que Cristo puede dar agua todavía, ignora que la moneda quema el beso de prodigio y da la sangre del cordero al pico idiota del faisán.
Los maestros enseñan a los niños una luz maravillosa que viene del monte; pero lo que llega es una reunión de cloacas donde gritan las oscuras ninfas del cólera. Los maestros señalan con devoción las enormes cúpulas sahumadas; pero debajo de las estatuas no hay amor, no hay amor bajo los ojos de cristal definitivo. El amor está en las carnes desgarradas por la sed, en la choza diminuta que lucha con la inundación; el amor está en los fosos donde luchan las sierpes del hambre, en el triste mar que mece los cadáveres de las gaviotas y en el oscurísimo beso punzante debajo de las almohadas.
Pero el viejo de las manos traslucidas dirá: amor, amor, amor, aclamado por millones de moribundos; dirá: amor, amor, amor, entre el tisú estremecido de ternura; dirá: paz, paz, paz, entre el tirite de cuchillos y melones de dinamita; dirá: amor, amor, amor, hasta que se le pongan de plata los labios.
Mientras tanto, mientras tanto, ¡ay!, mientras tanto, los negros que sacan las escupideras, los muchachos que tiemblan bajo el terror pálido de los directores, las mujeres ahogadas en aceites minerales, la muchedumbre de martillo, de violín o de nube, ha de gritar aunque le estrellen los sesos en el muro, ha de gritar frente a las cúpulas, ha de gritar loca de fuego, ha de gritar loca de nieve, ha de gritar con la cabeza llena de excremento, ha de gritar como todas las noches juntas, ha de gritar con voz tan desgarrada hasta que las ciudades tiemblen como niñas y rompan las prisiones del aceite y la música, porque queremos el pan nuestro de cada día, flor de aliso y perenne ternura desgranada, porque queremos que se cumpla la voluntad de la Tierra que da sus frutos para todos.
Éste poema fue traducido y adaptado al italiano, y musicalizado por el cantautor milanés Angelo Branduardi, e incluida en el disco homenaje Poetas en Nueva York, que contiene musicalizaciones de todas partes, desde el canadiense Leonard Cohen, pasando por los españoles Víctor Manuel y Patxi Andión, hasta el escocés Donovan y los griegos Mikis Theodorakis y Georges Moustaki. Para mis amigos italianos, aquí está la traducción a su lengua:
Perché non c’è più chi divide il pane e il vino,/ Né chi coltivi erbe in bocca al morto,/ Né chi sappia aprire I lini del riposo,/ Né chi pianga per le ferite degli elefanti/ Non c’è che un milione di fabbri/ Che forgiano catene per I bambini del futuro/ Non c’è che un milione di carpentieri/ Che fanno bare senza croce/ Non c’è che una folla di lamenti,/ Le vesti aperte alla pallottola/ Ma il vecchio dalle mani trasparenti/ Dirà: amore, amore,/ Acclamato da milioni di moribondi;/ Dirà: amore, amore, amore,/ Nel tessuto tremante di tenerezza;/ Dirà: pace, pace, pace,/ Fra brividi di coltelli/ Perché vogliamo il pane di ogni giorno,/ Fiore d’ontano ed eterna tenerezza sgranata/ Perché vogliamo che si compia la volontà della Terra/ Che per noi tutti ha frutti da donare
Ayer fue el 70º cumpleaños de Bob Dylan, el trovador de Minnesota. Nuestro amigo ha sido, es y sigue siendo un genio de la música: ha sido el gran responsable de la revolución de la música popular del siglo pasado, aunque su figura siempre ha sido bastante controvertida. Influyó en sus contemporáneos, cambiando tanto la manera de hacer folk como de hacer rock, tanto en la música como en las letras (los Beatles, los Rolling Stones, Jimi Hendrix, los Byrds, Donovan, Joan Baez, Judy Collins, el propio Arlo Guthrie, hijo de su ídolo, etc.), pero también en generaciones posteriores de músicos entre los años 70 a 90: Bruce Springsteen, U2, Sinéad O’Connor, Tom Petty… Y, por no alargar una lista infinita, en nuestros propios cantautores: Hilario Camacho, Pau Riba, Jaume Sisa, Pablo Guerrero, Luis Pastor, etc.
Comenzó influenciado por los grandes de la canción de autor y del folk de los años cuarenta y cincuenta: Pete Seeger, Malvina Reynolds, y, sobre todo, Woody Guthrie. Su gran hito fue que, siendo un cantautor folk, alcanzó el éxito reservado a las estrellas del pop británico. Pero contra lo que Dylan quiso rebelarse siempre fue contra su papel de líder, razón por la cual tomaba decisiones a veces descabelladas: cuando comenzó a cantar folk, renegó de su gusto por el rock’n’roll y de su ídolo Elvis; y cuando era la figura del folk y de la canción protesta, en la que todo chico contestatario con guitarra se veía reflejado, proclamó la muerte la canción protesta (no por falta de motivos, sino, según él, por la mala calidad de las canciones de este tipo que estaban surgiendo), se fue alejando de artistas contestatarios para empezar a unirse a los músicos de rock y dio el petardazo final en el festival de folk al cambiar de repente al rock. A finales de los 60 se vuelca al country con el disco Nashville Skyline y, para escapar del mito de líder generacional, saca el controvertido y discutible disco Selfportrait, un compendio de versiones de otros cantantes y de canciones propias que no alcanzan la calidad de sus anteriores, según los críticos. Entre los 70 y los 80 vuelve a las raíces, pero su figura sigue rodeada de controversia y de polémica: muy pocos vieron con buenos ojos su conversión al catolicismo y que cantara al papa Juan Pablo II, mientras que los que lo vieron bien se dedicaron a abuchear a la cantautora irlandesa Sinéad O’Connor durante el concierto-homenaje a Dylan porque meses antes, en protesta contra la política teocéntrica de su país, rompió una foto de este papa. Y luego volvió al judaísmo del que durante tanto tiempo renegó… Y quizás sea el cambio constante lo que le ha configurado como uno de los mejores artistas del siglo XX: negar su “yo” anterior y afirmar el actual, para que en una nueva etapa surja la síntesis, tanto personal como artística, entre lo que fue y lo que es. ¡Feliz cumpleaños Bob! Sigue siendo tú, ya sabes lo que quiero decir…
He elegido esta canción, “Tangled up in blue”, porque es una de las que refleja la vida y el sentimiento de Dylan, es decir, es algo semibiográfica. Escrita hacia 1975, en pleno declive de la generación anterior, abría uno de los mejores y más personales álbumes de Bob, Blood on the tracks:
Tangled up in blue
Early one mornin’ the sun was shinin’ I was layin’ in bed Wond’rin’ if she’d changed at all If her hair was still red Her folks they said our lives together Sure was gonna be rough They never did like Mama’s homemade dress Papa’s bankbook wasn’t big enough And I was standin’ on the side of the road Rain fallin’ on my shoes Heading out for the East Coast Lord knows I’ve paid some dues gettin’ through Tangled up in blue
She was married when we first met Soon to be divorced I helped her out of a jam, I guess But I used a little too much force We drove that car as far as we could Abandoned it out West Split up on a dark sad night Both agreeing it was best She turned around to look at me As I was walkin’ away I heard her say over my shoulder “We’ll meet again someday on the avenue” Tangled up in blue
I had a job in the great north woods Working as a cook for a spell But I never did like it all that much And one day the ax just fell So I drifted down to New Orleans Where I happened to be employed Workin’ for a while on a fishin’ boat Right outside of Delacroix But all the while I was alone The past was close behind I seen a lot of women But she never escaped my mind, and I just grew Tangled up in blue
She was workin’ in a topless place And I stopped in for a beer I just kept lookin’ at the side of her face In the spotlight so clear And later on as the crowd thinned out I’s just about to do the same She was standing there in back of my chair Said to me, “Don’t I know your name?” I muttered somethin’ underneath my breath She studied the lines on my face I must admit I felt a little uneasy When she bent down to tie the laces of my shoe Tangled up in blue
She lit a burner on the stove And offered me a pipe “I thought you’d never say hello,” she said “You look like the silent type” Then she opened up a book of poems And handed it to me Written by an Italian poet From the thirteenth century And every one of them words rang true And glowed like burnin’ coal Pourin’ off of every page Like it was written in my soul from me to you Tangled up in blue
I lived with them on Montague Street In a basement down the stairs There was music in the cafés at night And revolution in the air Then he started into dealing with slaves And something inside of him died She had to sell everything she owned And froze up inside And when finally the bottom fell out I became withdrawn The only thing I knew how to do Was to keep on keepin’ on like a bird that flew Tangled up in blue
So now I’m goin’ back again I got to get to her somehow All the people we used to know They’re an illusion to me now Some are mathematicians Some are carpenters’ wives Don’t know how it all got started I don’t know what they’re doin’ with their lives But me, I’m still on the road Headin’ for another joint We always did feel the same We just saw it from a different point of view Tangled up in blue
Una temprana mañana el sol brillaba/ yo estaba acostado en mi cama/ preguntándome si ella habría cambiado del todo/ si su pelo seguía siendo rojo/ Sus amigos dijeron que nuestras vidas juntos/ seguramente iban a ser duras/ Nunca les gustaron los vestidos hechos a mano de mamá/ La libreta de ahorros de papá nunca era lo suficientemente grande/ y yo estaba de pie al lado del camino/ la lluvia cayendo sobre mis zapatos/ dirigiéndome hacia la Costa Este/ El Señor sabe que he pagado algunas de las dudas por estar/ enredado en la tristeza.// Ella se había casado la primera vez que nos encontramos/ pronto estaría divorciada/ La ayudé a salir del apuro, supongo/ pero empleé un poco de demasiada fuerza/ Condujimos aquel coche todo lo rápido que pudimos/ abandonándolo afuera del oeste/ Nos separamos en una oscura noche triste/ los dos convenimos en que era lo mejor/ Ella se volvió para mirarme/ mientras yo me alejaba caminando/ La oí decir sobre mi hombro/ “Nos encontraremos de nuevo en la Avenida”/ enredados en la tristeza.// Tuve un empleo en los bosques del gran norte/ trabajando de cocinero por una temporada/ pero nunca me gustó aquello demasiado/ y un día el hacha simplemente cayó/ y entonces puse rumbo hacia Nueva Orleans/ donde pasé a ser empleado/ trabajando un tiempo en un barco pesquero/ justo afuera de Delacroix/ pero todo este tiempo estaba solo/ el pasado estaba cerca detrás/ He visto muchas mujeres/ pero ella nunca escapó de mi mente, y yo acababa de madurar/ enredado en la tristeza.// Ella trabajaba en un local de top-less/ y yo paré ahí para tomar una cerveza/ y seguí solo mirando a un lado de su cara/ en el foco tan claro/ y más tarde mientras la multitud adelgazaba/ estaba a punto de hacer lo mismo/ ella estaba de pie allí detrás del respaldo de mi silla/ Me dijo: ¿Sé tu nombre?/ Murmuré algo por debajo de mi aliento/ Ella estudió las facciones de mi cara/ he de admitir que me sentí un poco incómodo/ cuando se inclinó para atar los cordones de mi zapato/ enredado en la tristeza.// Ella encendió un mechero en la estufa/ y me ofreció un pito/ “Pensé que nunca me ibas a decir hola”, dijo/ “Pareces un tipo callado”/ Entonces abrió un libro de poemas/ y me lo pasó/ escrito por un poeta italiano/ del siglo XIII/ y cada una de sus palabras sonaron a verdad/ y brillaban como el carbón ardiendo/ vertiéndose de cada página/ como estaban escritas en mi alma de mí para ti/ enredadas en la tristeza.// Viví con ellos en la Calle Montague/ en un sótano bajo las escaleras/ había música en los cafés por la noche/ y la revolución en el aire/ Entonces comenzó a traficar con esclavos/ y algo dentro de él murió/ Ella tuvo que vender todo lo que poseía/ y se congeló por dentro/ y cuando por fin se desfondó/ me puse en retirada/ La única cosa que sabía cómo hacerla/ era seguir manteniéndome como un pájaro que volaba/ enredado en la tristeza.// Por eso ahora estoy de regreso otra vez/ Tengo que llegar a ella de alguna manera/ Toda la gente que solíamos conocer/ son para mí una ilusión ahora/ Algunos son matemáticos/ Algunas son esposas de carpinteros/ No sé cómo todo esto se inició/ No sé qué están haciendo con sus vidas/ Pero yo, todavía estoy en la carretera/ dirigiéndome a otro porro/ Nosotros siempre sentimos lo mismo/ sólo que lo veíamos desde un punto de vista diferente/ enredados en la tristeza.
La indignación por lo de Libia, tanto por la hipocresía de las potencias occidentales, como por la demencia del tirano Gadafi (¡y qué pasa con el pueblo!) nos lleva a traer un clásico de la canción protesta norteamericana de los primeros 60, en esta ocasión de la cantante canadiense de origen indio americano (Cree) residente en Estados Unidos Buffy Sainte-Marie, “Universal soldier”, que alcanzó más repercusión en la voz del cantautor escocés Donovan, que fue uno de los primeros himnos contra la inminente guerra del Vietnam. El significado de la canción es que su crítica se dirige a todo militarismo, que la práctica mayoría de las guerras vienen a ser lo mismo, que la decisión de matar está en realidad en el que empuña directamente el arma, y que la solución a los problemas mundiales no está en la violencia:
Universal Soldier
He’s five feet two and he’s six feet four He fights with missiles and with spears He’s all of 31 and he’s only 17 He’s been a soldier for a thousand years
He’s a Catholic, a Hindu, an atheist, a Jain, a Buddhist and a Baptist and a Jew and he knows he shouldn’t kill and he knows he always will kill you for me my friend and me for you
And he’s fighting for Canada, he’s fighting for France, he’s fighting for the USA, and he’s fighting for the Russians and he’s fighting for Japan, and he thinks we’ll put an end to war this way
And he’s fighting for Democracy and fighting for the Reds He says it’s for the peace of all He’s the one who must decide who’s to live and who’s to die and he never sees the writing on the walls
But without him how would Hitler have condemned him at Dachau Without him Caesar would have stood alone He’s the one who gives his body as a weapon to a war and without him all this killing can’t go on
He’s the universal soldier and he really is to blame His orders come from far away no more They come from him, and you, and me and brothers can’t you see this is not the way we put an end to war.
Mide un metro ochenta y ocho y mide un metro noventa y cinco/ Lucha con misiles y con lanzas/ Su edad es ya 31 y sólo tiene 17/ Ha sido soldado durante mil años// Es católico, hindú, ateo, jainita,/ budista y baptista y judío/ y sabe que no debe matar/ y sabe que siempre lo hará/ te mata por mí, amigo mío, y a mí por ti.// Y está luchando por Canadá,/ está luchando por Francia,/ está luchando por EE.UU,/ y está luchando por los rusos/ y está luchando por Japón,/ y cree que pondremos fin a la guerra de esta manera./ Y está luchando por la Democracia/ y luchando por los Rojos/ Dice que es todo por la paz/ Él es el único que debe decidir/ quien ha de vivir y quien ha de morir/ y nunca ve las escrituras en los muros.// Pero sin él cómo se podría haber/ condenado a Hitler en Dachau/ Sin él César se hubiera quedado sólo/ Es el único que da su cuerpo/ como arma para la guerra/ y sin él toda esta matanza no puede continuar./ Él es el soldado universal y/ es quien realmente tiene la culpa/ Sus órdenes ya no vienen de lejos/ vienen de él, de tú, y de mí/ y de los hermanos ¿no podéis ver/ que ésta no es la manera en la que pondremos fin a la guerra.
Buffy Sainte-Marie
Versión de Donovan, en directo
Una persona en internet da significado a las líneas: que tenga 31 y 17 años se debía a que muchos mintieron sobre su edad para poder alistarse; las “escrituras en los muros” se refieren a un pasaje de la Biblia en el que en el muro de un templo aparece un escrito misteriosamente que amenaza al rey de Persia por maltratar a los hebreos, y así (una información muy completa, compleja e intuyo que acertada, rara de encontrar en internet, ciertamente).
Jefferson Airplane son (por orden de ida del grupo):
1965
Bob Harvey, bajo –Slippery Rock String Band, Holy Mackerel
Jerry Peloquin, batería –batería de estudio
1965-1966
Signe Anderson, voces –luego en Carl Smith & The Natural Gas Company
Skip Spence, batería –fundador y guitarrista de Moby Grape
1967-1970
Spencer Dryden, batería –1971: se une a New Riders of The Purple Sage
1965-1971
Marty Balin, voces, teclados, percusión (regresos ocasionales: 1972): produce y se une al grupo Grootna; colaboraciones con Hot Tuna; Jefferson Starship (1975-1978); 1981: carrera en solitario; KBC band (1985).
1965-1972
Paul Kantner, guitarra rítmica–1971: Paul Kantner/ Jefferson Starship; 1972-1973: dúos con Grace Slick; 1974-1985: Jefferson Starship; 1985: KBC Band.
Jorma Kaukonen, guitarra solista(1965-1972) –Hot Tuna desde 1969; carrera en solitario
Jack Casady, bajo (1965-1972) –Hot Tuna desde 1969; KBC Band (1986); Jefferson Starship (1992)
Grace Slick (1967-1972), voces, percusión, teclados –Proveniente del grupo The Great Society (1966); 1972-1974: carrera en solitario y con Kantner; 1974-1980: Jefferson Starship
Joey Covington, batería (1970-1972) –Proveniente de Hot Tuna; 1976: Jefferson Starship.
Papa John Creach, violín (1970-1972) –Hot Tuna (170-1975)
David Freiberg, voces (1972) –Proveniente de Quicksilver Messengere Service; Jefferson Starship (1974-1985)
John Barbata, batería (1972) –Proveniente de The Turtles.
Después de los clásicos, vamos ahora con las novedades que encierra el disco, y empezamos con una “versión” ajena, que en realidad no lo es tanto, y que es una de las dos canciones que Jefferson Airplane había tomado como himnos personales. Donovan, aquel trovador psicodélico de Escocia, que había aparecido al principio como la respuesta, casi clónica, británica a Bob Dylan, y que a mediados de los 60 se volcó en la filosofía y en la música hippie de lleno, estuvo, entre 1965 y 1966, en San Francisco, y vio a algunos grupos; uno de ellos eran Jefferson Airplane, que aún no había grabado un disco. A Donovan le entusiasmó tanto el estilo de la banda de folk-rock y psicodelia que cuando escribió esta canción no pudo dejar de referirse a sus nuevos amigos e invitar a su audiencia a volar en el Aeroplano Jefferson en su álbum de 1966 Sunshine Superman. Y es que estos guiños entre artistas es lo que hace, en cierto modo, interesante a un movimiento musical…
The Fat Angel
He will bring happiness in a pipe, He’ll ride away on his silver bike And apart from that he’ll be so kind In consenting to blow your mind. Fly Translove Airways, get you there on time. Fly Translove Airways, get you there on time. He will bring orchids for my lady,
The perfume will be of an excellent style And apart from that he’ll be so kind In consenting to blow your mind. Fly Translove Airways, get you there on time. Fly Translove Airways, get you there on time.
He will bring happiness in a pipe, He’ll-a ride away on his silver bike And apart from that he’ll be so kind In consenting to blow your mind. Fly Jefferson Airplane, get you there on time. Fly Jefferson Airplane, get you there on time.
He will bring happiness in a pipe, He’ll ride away on his silver bike And apart from that he’ll be so kind In consenting to blow your mind. Fly Translove Airways, get you there on time. Fly Translove Airways, get you there on time.
We’ll be flying at an altitude of thirty-nine thousand feet Captain High* at your service.
El ángel gordo
Traerá la felicidad en una pipa,/ montará en su bicicleta plateada/ y además de eso será muy amable/ al consentir en alucinarte./ Vuela en Líneas Trans-Amorosas, llegarás allí a tiempo.// Traerá orquídeas para mi dama,/ el perfume será de una manera excelente/ y además de eso será muy amable/ al consentir en alucinarte./ Vuela en Líneas Trans-Amorosas, llegarás allí a tiempo.// Traerá la felicidad en una pipa,/ montará en su bicicleta plateada/ y además de eso será muy amable/ al consentir en alucinarte./ Vuela Jefferson Airplane [Aeroplano Jefferson], llegarás allí a tiempo.// Traerá la felicidad en una pipa,/ montará en su bicicleta plateada/ y además de eso será muy amable/ al consentir en alucinarte./ Vuela en Líneas Trans-Amorosas, llegarás allí a tiempo.// Estaremos volando a un altitud de treinta nueve mil pies [11887.2 m]/ El Capitán Cuelgue a su servicio.
Donovan Leitch
*Creo que Captain High, que aquí hemos traducido por “el Capitán Cuelgue”, por su clara relación con la droga, era un personaje de cómic muy popular en los cómics, o “Comix”, que aparecían en la revista contracultural High Times (momentos colocados); ¿o era un sobrenombre de Jerry García? Si alguien sabe algo…
Pues bien, el grupo debió de alegrarse mucho de esto, ya que Donovan ya era muy conocido y popular, y había quien lo consideraba como un avezado de la cultura hippie, de manera que el grupo tomó esta balada psicodélica como un himno personal y lo interpretaba en sus conciertos desde bien pronto. Curiosamente, nunca la grabaron en estudio (como ocurrió con el otro himno personal), y hay quien incluso la considera como totalmente ajena a la línea musical del grupo. De todas manera, el grupo se explayaba en la deliciosa harmonía de esta canción, recogida en el disco en directo Bless Its Pointed Little Head, en donde, como era habitual, Paul Kantner hace la voz solista, pero Marty Balin se pone al mando del bajo y Jack Casady toca la guitarra rítmica, demostrando que los miembros de Jefferson Airplane eran unos músicos muy versátiles.
Pero no todo en el nuevo álbum era pesimismo apocalíptico y protesta política. El primer corte del álbum era una canción bastante profunda, con cierto toque filosófico, acerca del paso del tiempo, de cuando uno llega a esa edad, los 30, y ya no le consideran joven: “Lather”, espuma, escrita por Grace, y cuya intrahistoria es ésta:
Hasta 1968, Grace había tenido dos romances dentro de la banda: el primero con Jack Casady, y el segundo con Spencer Dryden (ahora no sé si simultáneamente, cosa que me trae sin cuidado); ambos sabían que “Lather” hablaba sobre uno de ellos, pero no sabían de cuál. En el documental Fly Jefferson Airplane (título tomado de la versión transliterada que hicieron del tema “The Fat Angel” del trovador psicodélico Donovan), Slick explica que la canción trataba sobre Spencer, que entonces iba a cumplir los 30 (nació en 1938, y falleció en 2005), y nos da la pista: los 30 años que el protagonista cumple (Casady nació en 1944); el título, “espuma”, se refiere a que Dryden se afeitaba con espuma (de afeitar, se entiende); y, por último, para ella, Spencer era el que tenía la cara más aniñada (NOTA: el documental lo vi en inglés y lo estoy memorizando, así que es posible que se hayan pasado algunas cosas, las recuerde mal, o las haya traducido en sentido contrario). Pero también trata sobre dos personas más: Jack Casady, que fue arrestado por nudismo, y Gary Blackman, el íntimo amigo de la banda, que es quien hace esos ruidos nasales tal y como dice la canción. De todas maneras, es una temática bastante temprana, ya que la mayoría de los grupos y solistas harían este tipo de canciones hacia 1970, puesto que la mayoría había nacido en la década de los 40. He aquí una hermosa balada sobre el paso del tiempo, con una melodía deliciosa inspirada por la música renacentista y alejada bastante del rock duro y psicodélico usual de la banda, con Gary Blackman, haciendo sonidos extraños imitando a un niño que juega a la guerra:
Actuación en el programa de los Smothers
Lather
Lather was thirty years old today, They took away all of his toys. His mother sent newspaper clippings to him, About his old friends who’d stopped being boys. There was Harwitz E. Green, just turned thirty-three, His leather chair waits at the bank. And Sergeant Dow Jones, twenty-seven years old, Commanding his very own tank. But Lather still finds it a nice thing to do, To lie about nude in the sand, Drawing pictures of mountains that look like bumps, And thrashing the air with his hands.
But wait, oh Lather’s productive you know, He produces the finest of sounds, Putting drumsticks on either side of his nose, Snorting the best licks in town, But that’s all over…
Lather was thirty years old today, And Lather came foam from his tongue. He looked at me eyes wide and plainly said, Is it true that I’m no longer young? And the children call him famous, what the old men call insane, And sometimes he’s so nameless, That he hardly knows which game to play… Which words to say… And I should have told him, "No, you’re not old." And I should have let him go on… smiling… baby-wide.
Espuma
Espuma ha cumplido hoy los treinta,/ le quitaron todos sus juguetes./ Su madre le envió recortes de periódicos,/ sobre sus viejos amigos que dejaron de ser niños./ Estaba Harwitz E. Green, que acababa de cumplir treinta y tres,/ su silla de cuero le espera en el banco./ Y el Sargento Dow Jones, de veintisiete años,/ conduce su propio tanque./ Pero Espuma aún encuentra algo bueno que hacer,/ yacer desnudo en la arena,/ dibujar cuadros de montañas que parecen bultos,/ y golpear el aire con sus manos.// Pero espera, oh, Espuma es productivo, lo sabes,/ el produce el más hermoso de los sonidos,/ poniendo baquetas en cada lado de su nariz,/ bufando los mejores licks* de la ciudad,/ pero todo eso se acabó…// Espuma ha cumplido hoy los treinta,/ y a Espuma le salió espuma** de la boca./ Me miró a los ojos fijamente y dijo con claridad,/ ¿Es cierto que ya no soy joven?/ Y los niños le llaman famoso,/ lo que los viejos llaman demente,/ y a veces es tan vago/ que a penas sabe a qué juego jugar…/ qué palabra decir…/ Y debería haberle dicho, “No, tú no eres viejo.”/ Y debería haberle dejado ir… sonriendo…todo un bebé.
Grace Slick
*Lick es una palabra que designa las frases musicales cortas propias del jazz y el rock; no he conseguido encontrar un equivalente (AYUDA)
**Lather significa “espuma/ jabón de afeitar/ espuma de jabón”, mientras que foam significa “espuma” genéricamente: siento la redundancia.
A pesar de que no podamos decir que la canción de autor tenga un estilo musical propio, éste muchas veces ha sido cumplido por el folk paradójicamente (paradójicamente, por lo que vamos a ver a continuación). Si recordamos, en los principios, la canción de autor había asumido unos estilos musicales extranjeros, tales como la canción francesa, la canción estadounidense o la canción latinoamericana. El folk que surgió de la primitiva música tradicional, folklórica o de raíz, ayudó, por su parte, a elaborar un estilo musical propio y autóctono del género que acabaría configurándose ya en los 70. Sin embargo, este camino no fue fácil, por la propia incomprensión y rechazo de algunos de los primeros cantautores hacia la música tradicional.
Como vimos, en un principio algunos de los colectivos regionales, debido a la instrumentalización ideológica que el franquismo había realizado sobre el folklore, sentían, o bien, un rechazo, o bien reticencias hacia ellos. Por resumir la relación de algunos de ellos con el folklore: Voces Ceibes y Setze Jutges en contra de su utilización; Ez Dok Amairu y Grup de Folk a favor; y Canción del Pueblo no llega a rechazar totalmente, pero siente reticencias y cierto rechazo hacia intérpretes “estáticos” y arqueológicos como Joaquín Díaz.
En Cataluña, a parte de temas más abstractos de ideología, lo que confrontaba a Setze Jutges y Grup de Folk fue el estilo de música. Setze Jutges era completamente reacio a interpretar cualquier tipo de música folklórica, aunque esto no impidió que Josep Maria Espinàs, uno de sus fundadores e ideólogos principales, sacara un álbum en el que se basaba en romances tradicionales para hacer reflexiones nacionalistas; también Joan Manuel Serrat sacaría su recopilación de temas tradicionales dulcemente instrumentadas: ambos discos llevaban por título Cançons tradicionals. Por su parte, Grup de Folk, influenciados tanto musical como ideológicamente por los “folksingers” estadounidenses entendían que la música popular debía ser el vehículo para expresar ciertos mensajes: así pues, gente como Xesco Boix, Ramón Casajona, Albert Batiste o Pau Riba mezclaban los estilos y las canciones estadounidenses con baladas populares catalanas, mientras que, dentro del mismo grupo, gente como Marina Rossell o María del Mar Bonet (ex-Setze Jutges) gustaban de acompañar sus canciones con los ritmos y melodías del Mediterráneo cuando gran parte de los folkers viraban hacia los laberintos sonoros del rock progresivo y la psicodelia.
En Galicia y en Euskadi, por el sí y por el no, el tema folklore sí/ folklore no ni se lo plantean. El folklore gallego había sido tan castigado por el régimen que los miembros de Voces Ceibes se negaron en redondo (si bien con excepciones puntuales) practicar el folklore. En cambio, para los cantautores vascos cantar los temas tradicionales era tan natural y necesario como cantar en euskera: a pesar de toda la instrumentalización ideológica, los vascos no sólo sentían que tenían que recuperar su legado, sino que no podía ser de otra manera. Por ese motivo, los miembros de Ez Dok Amairu no sienten reparos en arreglar sus letras conforme a canciones y melodías tradicionales como el “Atzo tun tun” navarro o el “Atzo Bilbon nengoen”.
En Madrid (por acortar el campo de acción de Canción del Pueblo) no llega a darse tan fuerte esa polémica. Si bien hay cierta reticencia, cierto rechazo, tampoco fue obstáculo para ciertos arreglos en las canciones de algunos de ellos, como el “Una canción” de Adolfo Celdrán (letra y música del poeta López Pacheco). De Canción del Pueblo saldría la gran “folksinger” reivindicativa castellana: Elisa Serna. Pero sí había algo con lo que estaban ferozmente en contra: la música de folklore que comenzaba casi al mismo tiempo que ellos, que es de la que vamos a hablar ahora no sin dar cierto rodeo. Por otro lado, en Madrid, dentro de la llamada Nueva canción castellana, comenzaba a triunfar un cantante asturiano de nombre Víctor Manuel, que cantaba canciones algo costumbristas que hablaban sobre Asturias y su pueblo: no era folk exactamente, aunque en sus melodías siempre se adivinaban los aires de la música tradicional asturiana.
Estamos en la década de los 40. El régimen impuesto por Franco emprende una campaña en todos los ámbitos para reeducar a la sociedad española y limpiarla de sus “lacras” como el marxismo (genéricamente incluía toda ideología de izquierdas, ya fueran anarquistas o socialdemócratas o republicanos de izquierdas), de lo que se ocupaba el Movimiento generalmente; el ateísmo, de lo que se ocupaba la iglesia; y el separatismo, de lo que se ocupaba la Sección Femenina atacando una de sus bases. Tres son las grandes bazas de los que niegan la existencia de España como nación-espíritu absoluto: la lengua, las diferencias en la cultura regional-nacional, y el folklore; la Sección Femenina atacó el folklore, realizando una labor que, si bien fue encomiable y épica en cuanto a recopilación, fue (y es) criticable en cuanto que fue elaborada obedeciendo a los dogmas ideológicos de la “sagrada unidad de España”, pretendiendo demostrar que precisamente porque había diferencias había unidad. A partir de ahí, los Coros y Danzas de la Sección Femenina ejecutan una serie de bailes, melodías y cantos recogidos a los largo de toda la geografía española, con ciertas castraciones y preeminencia de lo religioso (casi al mismo tiempo, el folklorista estadounidense Alan Lomax realizaba recopilaciones similares, centrándose quizás más en las canciones de trabajo que de fiesta, que reunió bajo el título de The Spanish Recordings). Desde ese momento, el folklore español se convierte en otro de los instrumentos de represión y alienación del franquismo. Especialmente tocados quedarán el folklore gallego y el andaluz. Pero si bien esto constituyó una base justificable para rechazar el folklore como manifestación musical y vehículo de ciertas ideas para algunos, esto no fue así para otros. Las regiones principales en donde se comienza a realizar un tipo de música tradicional son País Vasco (como hemos visto), Castilla, Andalucía e Islas Canarias. El por qué de esto es lo que aduce González Lucini, a lo largo de sus exhaustivos y envidiables estudios, en base a la reivindicación regional/ nacional: la necesidad de identificarse, de manifestarse como un pueblo propio y autónomo, de definirse como pueblo; obviamente, los catalanes, los gallegos y los vascos lo tenían fácil para esto: la lengua. El resto de pueblos no disponían de esa clara definición popular, así que, para definirse como cultura, tuvieron que echar mano del folklore, deshaciendo lo que precisamente Sección Femenina había elaborado arduamente. Por eso, el triunfo del folklore y del futuro folk se debió a la necesidad de definirse culturalmente como pueblo, como parte de una larga lista de reivindicaciones regionales/ nacionales. Pero, a parte de eso, también había una filosofía vital latiendo debajo: la de hablar al pueblo con el lenguaje del pueblo.
Dos fueron los nombres propios de los iniciadores del folklorismo castellano. Agapito Marazuela era un dulzainero y folklorista segoviano que había estado en prisión por republicano; su inmensa labor en el campo del folklore, sus recopilaciones que servirían de base para las canciones de muchos jóvenes músicos, atrajo en torno a sí a un nutrido número de expertos, especialistas, aficionados y, cómo no, músicos de Segovia como Hadit, Nuevo Mester de Juglaría o Ismael (en solitario o con su Banda del Mirlitón), llegando a conformar un pequeño movimiento musical folklorista segoviano que quedó recogido en el álbum de 1976 Segovia viva. Marazuela, además, ejerció en ocasiones de músico de estudio o de productor para jóvenes cantautores y grupos de folk. El otro pionero fue un joven universitario: el vallisoletano Joaquín Díaz fue el otro gran pionero del folklore y del folk castellano. Joaquín viajó a Estados Unidos, en donde conoció a Pete Seeger, el gran folklorista y folksinger de los obreros y de los negros; de él aprendió que el instrumento para hacer una canción para el pueblo era precisamente la canción del pueblo: Díaz comienza a cantar temas tradicionales castellanos de todo tipo (de trabajo, religiosos, verduzcos…). Sin embargo, las intenciones laudables de Joaquín no fueron bien entendidas por los cantautores, que criticaban en él su estatismo y arqueología musical; durante mucho tiempo Joaquín tuvo que aguantar el sanbenito de “reaccionario” (aunque fuera en lo musical) por parte de compañeros (muchos de los cuales bien inteligentes y críticos): sanbenito que consiguió arrancarse más adelante, hacia los 70, con la politización del folk, interpretando temas revolucionarios y canciones compuestas con poemas de Luis Díaz Viana. En torno a las sesiones musicales y charlas que tienen a Joaquín Díaz como centro, surge una iniciativa bonita por parte de algunos de estos músicos: el proyecto de folk total Nuestro Pequeño Mundo, un grupo que entendía el folklore a nivel universal y versionaba canciones populares españolas (de todas partes) con canciones estadounidenses, o temas de grupos como Dubliners o Kingston Trio.
Joaquín Díaz fue el primero; tras él, en los últimos 60, aparecerían grupos de folklore como Nuevo Mester de Juglaría, Jubal, Vino Tinto…
El otro gran foco del folk fue Canarias, desarrollándose en torno a algunos círculos independentistas isleños. Los Sabandeños, capitaneados por Elfidio Alonso, fue un grupo numeroso que había surgido de la clásica estudiantina universitaria; al principio se dedicaban a la interpretación simple de canciones populares campesinas isleñas para más tarde, con la explosión nacional de los cantautores, no sólo politizar (más) sus temas, influidos por las nuevas canciones latinoamericanas, convirtiendo a las clásicas isas, tajarastes y folías en cantos de lucha. Junto a ellos y después de ellos surgirían otras bandas semejantes como Taburiente, Verode, Chincanarios…
Por su parte, a los andaluces les pasó algo parecido a los vascos: quisieron arrebatar el folklore andaluz de los salones de los señoritos y de aquella aberración que fue el nacional-flamenquismo, por dos vías: el flamenco y la copla.
El Nuevo Flamenco fue una iniciativa por la que sus componentes, José Menese, Manuel Gerena, Enrique Morente, Vicente Soto “Sordera”, “El Lebrijano”, y otros, pretendían recuperar el flamenco para las clases populares andaluzas: su reivindicación era, más que regional, de clase. Nuevo Flamenco parece que no tuvo el problema de ser calificados de reaccionarios, quizás debido a que los amantes e intérpretes del flamenco tenían cierta fama de “rojos”, si bien esto se debió a la asombrosa claridad de sus temas, que eran propios aunque la música fuera tradicional. Esto, no obstante, y obviamente, les trajo problemas con las autoridades, viendo sus nombres tachados de los certámenes oficiales de flamenco en los ayuntamientos: claro que nadie podía eliminar el nombre de José Menese de estos certámenes sin sonrojarse de vergüenza; peor suerte corría Gerena, con el que se excusaban diciendo que era un “mal cantaor”.
La otra vía, la copla, fue algo más problemática, ya que desde 1940 estaba marcada ideológicamente debido a la connivencia de algunos de sus intérpretes con el régimen (mientras otros de sus intérpretes, como Miguel de Molina, sufrían el exilio, la cárcel como Angelillo, o el silencio forzado como Juan Valderrama, por sus ideas políticas y/ o sus preferencias sexuales), y, más aún, tras el auge turístico: la copla, el flamenco mal entendido y ciertos intérpretes abyectos habían sido instrumentalizados en un invento destinado al solaz de los turistas, que los más avisados dieron en llamar “nacional-flamenquismo” o “nacional-folklorismo”. Lo que Manifiesto Canción del Sur, con Carlos Cano, Antonio Mata, Benito Moreno y otros, reunidos en torno al poeta andaluz Juan de Loxa, era la reivindicación de la copla como música popular andaluza, y más aún, de una copla inteligente, culta y, a la vez, popular, que había sido cantada antes de la guerra y para la que incluso habían colaborado los poetas geniales de la Generación del 27 (antológica es la grabación de canciones populares andaluzas cantadas por “La Argentinita”, con Federico García Lorca, recopilador y arreglador, al piano). Quizás fue la suya la labor más ardua, la de recuperar un folklore tan maltratado a la vez que ridiculizado.
A finales de los 60, un poco a causa del folklore, por un lado, y a la influencia de los grupos de folk y folk-rock como Peter, Paul & Mary, Mamas & Papas, Donovan, Byrds o Turtles, surgen una serie de grupos de folk-rock como Aguaviva y Almas Humildes en Madrid, o Falsterbo 3 y Esquirols en Cataluña. No son exactamente grupos que bebieran de la música autóctona tradicional, pero apuntaban ya a cierto mestizaje que se produciría en la siguiente década, a pesar de que pudieran ser calificados de comerciales en algunas ocasiones.
Éste fue el panorama inicial para la música folklórica y tradicional, que pronto daría lugar al folk. Entre los finales de los 60 y principios de los 70, la música folklórica y el folk fueron ganando respeto, bien, por un lado, por la politización de los intérpretes hasta ahora “arqueológicos”, bien por la disgregación de los primeros colectivos, junto con sus primeros rígidos preceptos, o por su remozamiento al adquirir miembros nuevos con nuevas ideas (el caso de Bibiano con Voces Ceibes), y por la llegada de nuevos intérpretes, o por la reconversión de los viejos, que entendían que él folk era un lenguaje vivo y válido para hacerse oír: en esa franja de tiempo llegarían nuevos valores como el extremeño Pablo Guerrero con sus primeras canciones testimoniales de Extremadura, el aragonés José Antonio Labordeta, haciendo bailar la jota a Georges Brassens o el vasco Imanol y su voz profundísima, colaborando con el compañero Paco Ibáñez o con parte de los músicos que luego formaron los increíbles Gwendal. En la década siguiente, básicamente, las jotas, las folías, los zortzikos, las albadas, las albaes, vendrían a sustituir a los estilos extranjeros en su papel de ser vehículo para unas reivindicaciones cantadas.
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