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A contratiempo (La Bullonera)


La BulloneraEn 1979, en lo que era su tercer disco, La Bullonera 3, el dúo aragonés La Bullonera, formado por Javier Maestre y Eduardo Paz cantaban esta hermosa canción, sobre un poema del propio Maestre. Es una canción enmarcable en un hipotético ciclo de la canción de autor que llamamos “del desencanto”, es decir, surgidas de la desilusión ante la democracia restaurada, porque ésta no sólo no estuvo a la altura de muchas expectativas, sino además porque no supuso una ruptura y una condena de la dictadura. En forma de una carta de amor, Javier Maestre muestra su desilusión, pero también su esperanza y la idea de que todo puede ser posible si se intenta.

Escuchar: http://www.goear.com/listen/244bb81/a-contratiempo-la-bullonera

A contratiempo

Quisiera despoblar tu corazón,
de inútiles promesas que alentaron,
la vida en el invierno,
y obligarte a renunciar,
a un tiempo que soñamos
menos fiero.

Quisiera remover de tu balcón,
la verde claridad de la esperanza
prendida en el cemento.
Y decirte que ya es hoy
el tiempo de un futuro
que era nuestro.

Dale y dale camino
a la vida, hay que andar,
dale viento, agua clara,
semilla y verás
que tarde o temprano
vuelve a granar la vida.

Nos duele de repente soportar
el cotidiano insulto de una vida
atenazada aún por el miedo.
Esperábamos, quizás,
que fuese menos dura,
desde luego.

No vuelvas nunca más la vista atrás,
que ya no queda nadie en el lugar
de aquellos viejos tiempos.
No trates de escapar,
que aquí estamos atados
sin remedio.

Dale y dale camino
a la vida,  hay que andar,
dale viento, agua clara,
semilla y verás
que tarde o temprano
vuelve a granar la vida.

Quisiera convenir contigo aquí
que aún puede ser futuro la imposible
libertad que llevas dentro
y demostrarte que ya es hoy
el tiempo de empezar
todo de nuevo.

Quisiera confesarte que no sé
porque razón necesito suponer
que no te estoy mintiendo,
tal vez sea esta canción
como un grito de amor
a contratiempo.

Dale y dale camino
a la vida, hay que andar,
dale viento, agua clara,
semilla y verás
que tarde o temprano
vuelve a granar la vida.

Javier Maestre

La Bullonera

La Bullonera’s “Bienvenido Mr. Marshall”


La Bullonera: F. Javier Maestre y Eduardo Paz http://www.sinera.org/tot-art/soliart/index.htmLa Bullonera (bullonera, in Aragonese, means a drain hole in bowls and jars), Javier Maestre and Eduardo Paz, was a Aragonese folk duo and one of the best last 70s’ Spanish folk groups, mixing traditional Aragonese music and protest song: they vindicated the Aragonese identity and criticized the social troubles, sometimes with a scurrilous humour sense. This song, from their 2nd LP, La Bullonera 2 (1977), is a critic against USA’s political intervention: at the last of the 70s, USA and Spain were getting better their relationships: although Spain gets into the OTAN in 1982, the relationship between these countries started in 1959, when the US president Dwight Eisenhower visited Spain, meeting general Franco and admiting as legal the Francoist regime for the fight against Communism, forgeting and forgiving the old Franco’s simpathy to Germany and Italy in the II World War; in return for that, Spain let USA to set up some military  bases (Rota, Torrejón de Ardoz…). The name of the song is a reference to Luis García Berlanga’s genial film Bienvenido Mr. Marshall (1953), in which Berlanga criticized the “Marshall Plan”.

Bienvenido, Mr. Marshall

Puede ser grande o pequeño,
en cualquier caso salvaje,
responde al nombre de gringo,
no se sabe quién fue el padre.

El dice ser Supermán,
un burócrata volante,
pero olvida que en Vietnam
ha perdido su plumaje.

Pues que trae fusil y tanque
y botas de militar,
os confieso que me inquieta,
¿qué es lo que vendrá a cazar?

Aunque puestos a inquietarnos
es peor averiguar
quién le habrá abierto la veda
a deporte tan singular.

Que esta tierra es toda nuestra,
queda fuera de lugar,
¡se las deben ver muy negras
los que le han mandao llamar!

Será pura coincidencia,
pero es gran casualidad,
que termine a bofetadas
con las gentes del lugar.

Ponle uno y saca diez,
te regala un hidroavión,
aunque se va por las ramas
no es ciertamente un gorrión.

Algo más debe buscar
cuando va a hacerte un favor,
ha venido de tan lejos
con la bomba de neutrón.

De nada les ha servido
tanto acuerdo y tanto avión,
¡pues aquí ya estamos hartos
del pajarito pinzón!

Welcome Mr. Marshall

He might be big or small,/ wild anyway,/ he answers to the name of gringo,/ it doesn’t know who is his father.// He claims to be Superman,/ a flying bureaucrat,/ but forgets that in Vietnam/ he lost his plumage.// So he carries fusil and tank/ and militar boots,/ I admit that I’m worry about/ what he’s looking for hunt.// But for starting to be worried/ is worst to find out/ who started the season for him / to so singular sport.// This whole land is ours,/ that is out of place,/ those who send for him,/ must be having a tough time!// It might be just a coincidence,/ but is a big chance,/ he finish in slappings/ with the people of the place.// Give him one and he gets ten,/ he gives away a seaplane,/ although he beats about the bush,/ certainly he’s not a sparrow.// He musts be looking for something more/ when he come to make a favor,/ he has come from so far/ with the neutron bomb.// No use at all/ such agreements and such planes,/ because we’re already getting fed/ of that finch bird!

La Bullonera

J. A. Labordeta & La Bullonera’s “Me dicen que no quieres”


Los Monegros' landscape: LeciñenaThe region of Los Monegros (a name that come out of the joining of montes –mounts- and negros –black-: the “Blackmounts”) is a land of Aragon, between Zaragoza and Huesca. Most of the region is badlands. In 1976, the folk duo from Aragon, La Bullonera (bullonera means a drain hole in bowls and jars), formed by Javier Maestre and Eduardo Paz, recorded in 1976, in their first LP La Bullonera, this song, written by Maestre and the great Aragonese songwriter José Antonio Labordeta, vindicating a help to the abandonated and humble Los Monegros land. The song has the form of a traditional Aragonese jota de ronda: a style in which the young men sing to the girls they like:

Listen the original version: http://www.goear.com/listen/4d812a7/me-dicen-que-no-quieres-la-bullonera

Me dicen que no quieres 

Me dicen que no quieres
que te cortejen,
pienso que lo que quieres
es que te festejen;
 
que te festejen tierra
de los Monegros,
pues al paso que vamos
todo p’a yermos.
 
Todo p’a yermos, oye,
que te lo digo,
que de los pobres nunca
hay un amigo.
 
Hay un amigo siempre
de los más ricos,
y a esos les llevan agua
y cordericos.
 
También les llevan hombres
de los baldíos,
que con el agua cerca
se van del sitio.
 
Hay que coger al Ebro
y otros ríos,
y aplacar con sus aguas
tantos estíos,
 
tantos estíos bestias
que han hundido
a los Monegros secos,
casi perdidos,
 
casi perdidos, pero
todos unidos
vamos a aupar la tierra,
pues no han vencido.
 
De esta tierra hermosa,
dura y salvaje,
haremos un hogar
y un paisaje.

letra: José Antonio Labordeta y Javier Maestre

música: La Bullonera

They tell me you don’t want

They tell me yo don’t want/ to be courted,/ I think that what you want/ is to be celebrated;// to be celebrated land/ of Los Monegros,/ because the rate we are going/ all goes into wilderness.// All goes into wilderness, hear me,/ so I’m telling you,/ because never there’s a friend/ of the poors.// There is always a friend/ of the richest,/ and to those they bring them water/ and little lambs.// Also they bring them men/ from the wastelands,/ who with the water near/ they go away from this place.// It musts to take the Ebro/ and other rivers,/ and placate with their waters/ too much summers,// too much brute summers/ that wrecked/ to the dried Los Monegros,/ almost irreparable,// almost irreparable, but/ all united/ we’re going to praise up the land,/ because they haven’t won.// Of this beautiful land,/ hard and wild,/ we shall make a home/ and a lanscape.

Playing with Labordeta and Joaquín Carbonell

Con la mochila a cuestas VIII (Homenaje a Labordeta): El hombre con la voz a cuestas


…Un día cojo la cabra,
la trompeta y el tambor,
y me marcho a Zaragoza
y que pregone el patrón.

(Labordeta, “Meditaciones de Severino el Sordo”)

Retrospectivo existente

Me registro los bolsillos desiertos
para saber dónde fueron aquellos sueños.
Invado las estancias vacías
para recoger mis palabras tan lejanamente idas.
Saqueo aparadores antiguos,
viejos zapatos, amarillentas fotografías tiernas,
estilográficas desusadas y textos desgajados del Bachillerato,
pero nadie me dice quién fui yo.

Aquellas canciones que tanto amaba
no me explican dónde fueron mis minutos,
y aunque torturo los espejos
con peinados de quince años,
con miradas podridas de cinco años
o quizá de muerto,
nadie,
nadie me dice dónde estuvo mi voz
ni de qué sirvió mi fuerte sombra mía
esculpida en presurosos desayunos,
en jolgorios de aulas y pelotas de trapo,
mientras los otoños sedimentaban
de pálidas sangres
las bodegas del Ebro.

¿En qué escondidos armarios
guardan los subterráneos ángeles
nuestros restos de nieve nocturna atormentada?
¿Por qué vertientes terribles se despeñan
los corazones de los viejos relojes parados?
¿Dónde encontraremos todo aquello
que éramos en las tardes de los sábados,
cuando el violento secreto de la Vida
era tan sólo
una dulce campana enamorada?
Pues yo registro los bolsillos desiertos
y no encuentro ni un solo minuto mío,
ni una sola mirada en los espejos
que me diga quién fui yo.

Miguel Labordeta

Labordeta.JPGHace un año que nos dejó José Antonio Labordeta, que la voz solidaria de Aragón se apagó, pero no para siempre, pues su eco resonará durante eras mientras este mundo exista: los hombres y las mujeres pasan, pero no sus obras. Lo que más me conmovió de los días siguientes a su muerte fue la intangible cantidad de condolencias de las gentes, aunque no le conocieran más que en su faceta de político o de presentador; no vi nada excesivo, aunque a algunos así le pareciera, por una razón: merecía ese reconocimiento que, por contra, no recibieron otros compañeros de la canción que habían fallecido recientemente o en la década de los 90 (fue bastante indignante cómo se pasaron muy por alto los fallecimientos de Hilario Camacho, Quintín Cabrera, Joan Baptista Humet, Xabier Lete, Mikel Laboa, y otros más que quizás ahora no recuerde, cómo no se les dedicó un solo segundo, o en el mejor de los casos, 30 escasos segundos, pretendiendo ignorar sus logros, tanto como personas públicas como músicos). Lo único que me molestó fue la hipocresía de ciertas personas… Pero sin lugar a dudas, Labordeta había dejado una huella imborrable, una forma de vida, de pensar y de ser que, sin lugar a dudas, tiene muchos seguidores.

con la voz a cuestas (2001)Repetir lo que durante el año pasado y el día anterior dije sobre él, puede resultar un poco baladí, así que haré una reflexión personal. Cuando escucho las canciones del maño, del profesor, del poeta, del cantante, resuena el eco de miles de hombres y mujeres, trabajadores intelectuales y manuales: trae el eco de los escritores y poetas de la justicia, entre los que se encontraba Miguel; trae el eco de los profesores de la Institución Libre de Enseñanza, que remozaron la educación española librándola de años de preeminencia clerical; oigo a Miguel de Unamuno plantarle cara a Millán Astray, oigo la lógica popular poética de Antonio Machado, el desgarro jondo de García Lorca, el lamento profético de León Felipe y el verso campesino de Miguel Hernández…oigo la razón hecha canto y poesía. Pero también oigo a mis abuelos extremeños y leoneses convertidos en humildes y entrañables baturros; oigo el lamento campesino, las maldiciones proferidas por los humildes y la tristeza orgullosa de los emigrantes –la misma que veo hoy en miles de inmigrantes-; veo árboles –ese árbol que puede ser el que adorna la bandera de Aragón-, chozas de barro, aperos de labranza, libros viejos y prohibidos, pasiones y esperanzas escondidas, pero encendidas como rescoldos en las cenizas; veo una tierra entrañable y un pueblo vecino y amigo. Oigo un resonar de esperanzas tras la rejas de las prisiones y en el exilio… Cuando oigo a Labordeta, escucho a la esperanza, oigo a la justicia, pero sobre todo, a un vecino, a un amigo.

José Antonio Labordeta, Emilio Gastón y Enrique Tierno GalvánMuchos diletantes y creadores/ manipuladores de opinión dicen de cantantes como Labordeta, que cantaban sobre su tierra y sus gentes, que separaban a la gente, que creaban odios interregionales e interclasistas… A pesar de que, como sospecho inequívocamente, éstos personajes no han escuchado nunca a estos cantantes, no creo que su opinión nazca de una “inocente” ignorancia: ignorancia sí –per natura-, pero no inocente, sino malintencionada. Muy al contrario, estos cantantes unían a la gente: Labordeta nos traía el pensar y el sentir de su propia gente, nos acercaba a ellos y nos sentíamos hermanados al sentir que eran casi los mismos problemas, las mismas inquietudes y las mismas injusticias, y descubríamos que son otros, precisamente ellos, los que nos quieren separar.

labordeta estaciónComo ya indicamos en la primera entrega de esta serie de homenajes, José Antonio Labordeta fue, probablemente, muchas cosas de las que se propuso ser, de las cuales hemos intentado hablar: poeta, cantante, músico, político, comunista o anarquista (lo que él quisiera ser), aragonés, zaragozano de nacimiento y turolense de adopción, profesor, alumno (como el grabado del anciano de su paisano Goya que rezaba “Todavía aprendo”), paisano, vecino, trotamundos, juglar, trovador, un orzuelo en el ojo de los caciques, padre de familia, abuelo (nuestro “abuelo”), marido, amante y amado de una sola mujer… Pero, sobre todo, como él dijo que quisiera ser recordado, “un hombre sin más”:

Ya ves

Ya ves
que vamos avanzando
cumpliendo este camino.
No lo sé,
ya ves.

Ya ves,
que vamos recordando,
creciendo hacia el ocaso.
No lo sé,
ya ves.

Ya ves,
qué pálidas palabras
se pierden en la noche
sin hallar solución.

Ya ves,
que hemos ido surgiendo
de inciertas y duras voces
de desesperación.

Recuérdame,
como un árbol batido,
como un pájaro herido,
como un hombre sin más.
Recuérdame,
como un verano ido,
como un lobo cansino,
como un hombre sin más.

Ya ves,
que fuimos agrietando
los muros mantenidos
no lo sé,
ya ves.

Ya ves
que estamos añorando
unos niños perdidos,
no lo sé,
ya ves.

Ya ves
que voces diferentes
se cruzan en el alba
buscando la verdad.

Ya ves
que fuimos puente herido
de abrazos detenidos
por ver la libertad.

http://www.cancioneros.com/nc/12132/0/ya-ves-jose-antonio-labordeta

Dibujo de Labordeta dedicado a Fernando Glez. LuciniPor supuesto –parafraseando una las canciones que a mí más me gustan-, siempre te recordaremos, viejo. Nunca te podremos olvidar: nunca olvidaremos esa sencillez, esa honradez, esa sinceridad y honestidad que había detrás de un bigote de hombre bueno, de una calva entrañable y de unas gafas de sabio profesor. Por mucho que lo intente, “La Zamarra de Gustavo” nunca podrá ser la mochila de Labordeta, que él se fue acarreando a la espalda llena de un pedazo de cada pueblo y de cada gente, llena de libros y canciones, de recuerdos, porque su mochila tiene algo que nunca tendrá mi zamarra: el corazón de todos. Y mientras recorre los cielos con la mochila a cuesta, haciéndose paisano de las almas buenas, todavía suena su jota de despedida:

Allá va la despedida,
de los que se van del corro,
aquí se quedan los guapos
y nos marchamos los buenos…

Aquí se quedan los guapos/ y nos marchamos los buenos

Por aquello de “Al César lo que es del César”, recomiendo incansablemente la serie que nuestro maestro Fernando González Lucini, que fue amigo suyo y es un gran conocedor de su obra (de la de todos) le ha dedicado a lo largo de estos días, y agradecerle también su generosidad y sus enseñanzas:

http://fernandolucini.blogspot.com/search/label/Jos%C3%A9%20Antonio%20Labordeta

Dedicado a los amigos y parientes de José Antonio Labordeta, y a todo Aragón

Jota de la Libertad


AYER:

foto90a

HOY:

Fuente: Público. Foto de Dani Pozo

Aunque la historia es diferente, y el chico de la foto de arriba sufrió indudablemente más, a uno le da la sensación de estar viendo siempre la misma mala película. A todos ellos:

Jota de la libertad

Libertad que no te siento,
sabe Dios dónde andarás.
Libertad que no te siento.
Ni te puedo apartar yo
jamás de mi pensamiento.
Jamás de mi pensamiento,
sabe Dios dónde andarás.

La Bullonera

Caminaremos (Labordeta)


Dedicada a los que caminaron la semana pasada y a aquellos que están recorriendo a pie la geografía española hasta llegar a Madrid en demanda de sus derechos. Como dijo el otro día Antonio Gómez, cómo le hubiera gustado ver esto al abuelo.

Caminaremos

Caminaremosjorcas75det_203
hasta el instante
en que en la lluvia
crezca la libertad:

sobre los campos,
sobre los tejados,
sobre la esperanza y la soledad.
Sobre los espantos,
sobre las nostalgias,
sobre los espacios,
crezca la verdad.

Caminaremos
hasta la aurora
en que en el viento
renazca la igualdad:

entre los hombres,
entre las palabras,
entre los gestos,
entre cada cual.
Entre las manos,
entre los rostros,
entre los labios,
renazca la verdad.

Cartel de la convocatoriaCaminaremos
hasta el momento
en que las manos
sean fraternidad:

de pueblo a pueblo,
de isla a isla,
de casa a casa,
de ciudad a ciudad.
De viejo a joven,
de amor a amante,
de padre a hijo,
sea de verdad.

Caminaremos
hasta el instante
en que la lluvia
crezca la libertad.
Caminaremos
hasta la aurora
en que en el viento
renazca la igualdad.

Caminaremos
hasta el momento
en que las manos
sean fraternidad.

José Antonio Labordeta

http://www.cancioneros.com/nc/12067/0/caminaremos-jose-antonio-labordeta

Canción de amor (por José Antonio Labordeta)


Recordando al inmortal José Antonio Labordeta, en esta hermosa canción incluida en su disco de 1976, Cantes de la tierra adentro:

Canción de amor

El amor es el silencio1284634155152
la palabra guardada en el pecho
es el mar batiendo contra el mar
son las islas halladas entre la soledad.

Son paloma al viento
huracanes de luz
vendavales de llanto
ríos de juventud
o tan sólo unas manos
unidas a tu voz.

Porque no nos ven hablar
dicen que no nos queremos
porque no nos ven hablar.

El amor es la tormenta
contenida en un aire que inquieta.
Es la luz golpeando la luz
son los árboles rotos dentro de un vendaval.

Son muchachos riendo
campanario y volcán
gritos de despedida
labios para besar
fatigosas mañanas
después de amar.

A tu corazón y el mío
se lo pueden preguntar
se lo pueden preguntar
dicen que no nos queremos.

J. A. Labordeta

http://www.coveralia.com/letras/cancion-de-amor-labordeta.php

Con la mochila a cuestas VI (Homenaje a Labordeta): el juglar


El trovador era aquel que, al encontrar (trobar, en occitano) la inspiración, componía sus versos y melodías en el palacio de su señor feudal para el deleite de la corte; pero su ambición no acababa en el ambiente palaciego, y para que su obra trascendiera entre todo el pueblo, se la entregaba a los juglares, que cantaban de aldea en aldea, difundiendo la cultura al pueblo llano y medio. Labordeta, que nunca escribió en un palacio, ni para los altos estamentos de la sociedad, decidió cantar algunas de sus letras al pueblo.

De chaval cantaba. Cantaba cosas mejicanas y argentinas hasta que un día, un geólogo holandés, en una de esas hermosas noches montañeras, nos cantó un texto de un tipo llamado Brassens. "¿No conocen ustedes a Brassens?" Nosotros, aquí, en este país, y allá por los años cincuenta, no conocíamos a nadie. En mi primer viaje a Francia me traje -escondido en lo más hondo- un disco de Brassens. Lo escuché hasta la saciedad y después, años después, comienza esta historia omo homenaje a ese gran tipo que sigue siendo Georges Brassens./ Y fue en Jaca, al final de una esperpéntica reunión en casa del ilustre fotógrafo Tramullas, tras de un recital enloquecido de Pío Fernández Cueto, absurdas teorías sobre la utilidad del magnetófono de Pedro Marín, y cachondeos subterráneos de mi hermano Miguel, fue, digo, después de toda esa barhanda y hartos de vino, de rabia, de agosto y de amargura cuando, metidos en un chalé deshabitado, empecé, a voz en grito, a hacer mi primera canción, que luego nunca canté./ Era una canción entre metafísica y testimonial. Una canción que por un lado tomaba el tono de los espirituales negros y por otro desgarraba el aire con el ritmo de un corrido mexicano. ( … ) Aquella noche, allí, en Jaca, en el viejo chalé de los Tramullas y en el desván destartalado, la canción baturra -como la definiría el sociólogo Mario Gaviria ( … – marcaba ya las líneas por las que, en otro país, y en otras circunstancias históricas, hubiesen podido discurrir. Desgraciadamente en esta realidad cotidiana que se llama Aragón, todo aquello carecía de viabilidad y tardaríamos más de diez años en sacar adelante el primer testimonio de una canción texto.

De Con la voz a cuestas – Págs. 16-17

Georges Brassens escribiendo con su pipa y su gato El primer contacto con la canción de contenido que tuvo Labordeta fue algo de lo más fortuito, en apariencia. La familia Labordeta pasaba sus vacaciones de verano en la frontera con Francia, en un hostal que sigue existiendo llamado Casa Marraco. En algún verano durante los años 50, en una especie de excursión, Labordeta coincidió con unos geólogos holandeses en el Pirineo, en el Estanés, que también frecuentaban Casa Marraco, a los que acompañaron esa jornada; aquel día, después de comer, uno de los geólogos sacó una guitarra y comenzó a interpretar el clásico “La mauvaisse reputátion”, que era ya un himno de aquel genial bigotudo llamado Georges Brassens. Labordeta (que había estudiado francés) quedó fascinado, y como paraban por allí algunos días más, aquel holandés solía cantar las canciones del juglar de Séte. Años después, durante su estancia en Marsella, trabajando de lector de español en un instituto, tuvo la oportunidad de ver a Brassens tocando gracias a Expósito, un exiliado español anarcosindicalista que le explicaba que aquel tipo con bigote, que cantaba canciones tronchantes, pero con un mensaje demoledor y agridulce, era “de los nuestros” (tal como ya contamos en la anterior entrega). A partir de estas dos experiencias, y en las ocasiones en que Labordeta viajaba Francia, no perdía la oportunidad de ver a los más renombrados cantautores franceses como Georges Brassens, o el volcánico belga Jacques Brel, el furibundo anarquista monegasco Léo Ferré, etc., y comprar sus discos. Las canciones de la Chanson fascinaban a los españoles, y fueron un punto de arranque para muchos de nuestros cantautores: eran letras agridulces, satíricas, muy poéticas; podían pasar de la más tierna canción de amor a la más demoledora y soez sátira; eran unas letras que, sobretodo y generalmente, criticaban a la burguesía, al statu quo que se había impuesto en Europa tras la II Guerra Mundial. A muchos de ellos, como Labordeta, Javier Krahe, Francesc Pi de la Serra, Adolfo Celdrán, etc., les fascinaba no sólo la fuerza interpretativa de aquellas canciones, sino sobre todo su inteligencia y su mordacidad: algo que (quizás descontando algunas coplas soterradas, como las de Juan Valderrama y las más antiguas), generalmente no existía en aquellos momentos en España. Junto a la canción francesa, como en otros casos, el otro gran aliciente fue la gran canción latinoamericana que compañeros de por allí le enseñaron en Francia: las canciones de Violeta Parra, Atahualpa Yupanqui, Mercedes Sosa… tenían una fuerza reivindicativa tremenda, reclamaban justicia social y denunciaban los abusos del poder, algo más cercano para un español de entonces, y no sólo por la lengua, pero lo que era también atrayente en ella era cómo estos interpretes utilizaban la tradición musical de su tierra para tales fines, y eso, creo, a Labordeta le entusiasmaba. Fue entonces cuando Labordeta decidió cantar en ese estilo.

jorcas75det_203 Y Labordeta cogió la guitarra y comenzaron sus andanzas. El estilo francés le gustaba, pero había un problema en él: que era un estilo bastante urbano y él pretendía cantar sobre temas más locales en un principio: el orden era Aragón, España, el Mundo. Por esa razón, el estilo de Labordeta se concibe como una mezcla de sus dos grandes influencias musicales iniciales: de la canción francesa tomó la sátira, el texto inteligente (necesario en un tiempo de censura), y algunos ritmos y melodías rastreables en algunas canciones; de la canción latinoamericana tomó el enraizamiento de la música tradicional con el texto testimonial, en su caso no podía ser otro que la adopción de los recursos musicales aragoneses: Labordeta no era, en sentido estricto, un folklorista, pero siempre estaba dispuesto a rescatar alguna melodía tradicional medio olvidada, labor en la que le ayudó Luis Fatás, su músico habitual y compañero de aventuras.

En 1963 Labordeta comienza a cantar, a dar recitales en centros culturales, en la Universidad, etc., y va siendo conocido, para bien y para mal. En 1971 graba su primer sencillo, con cuatro canciones: Cantar y callar, que edita la discográfica catalana EDIGSA; al año siguiente, debido al auge de “movimientos subversivos” en el país, el ministerio de información y Turismo secuestra el disco y lo retira. En 1974, Labordeta graba en el sello Le Chant du Monde (le nouveua chansonier international) (sello francés dedicado a la canción de autor internacionale) su primer LP Cantar i callar (que el sello EDIGSA de repente se negó a publicar, porque sólo publicaban a artistas catalanes). Ambos discos se vendieron muy bien y tuvieron gran acogida ente el público, y perfilaron a Labordeta como el abanderado y el fundador de la Nueva Canción Aragonesa, o Nueva Canción Baturra: La Bullonera, Joaquín Carbonell (alumno suyo, tanto académico como musical), Tomás Bosque, Boira, etc. Labordeta grabaría discos hasta 2001, y daría recitales hasta 2009 ó 2010, en el espectáculo “Vayatrés”, con Carbonell y Eduardo Paz (Bullonera), haciendo frente a esa maldita enfermedad.

José Antonio Labordeta en el homenaje a Carmen Medrano (www.carmenjesusinaki.tk/) Las canciones de Labordeta hablaban de las cosas que les preocupaban a sus paisanos: la tierra, el trabajo, la emigración, la inmigración; había representaciones de personajes típicos entrañables (“La vieja”, “Coplas del tión”); y también reivindicación regional (“Aragón”, “Rogativa del agua”). En palabras de Manuel Tuñón de Lara reseñando su primer LP, Labordeta trascendía la canción protesta al uso y se ponía al lado del hombre, mientras el gran Ovidi Montllor, en su lengua, le daba la bienvenida como otra “flor que neix dins l’esbarzer” (otra flor que nace en la zarza). Sus canciones evolucionarían y abarcarían campos más amplios, sin olvidar nunca la preocupación regional: la incipiente democracia, los líos de la guerra fría, etc. Durante los años del tardofranquismo y la transición, Labordeta dio innumerables recitales en muchos lugares: prefería, al igual que Woody Guthrie, los recitales para pueblos, para sindicatos, para apoyar ésta o la otra causa: no había causa pequeña, sino grandes problemas; pero también en las grandes ciudades como Madrid y Barcelona, y más allá, en el extranjero: Francia, Suiza, Suecia, Alemania… en donde inmigrados y exiliados arrastraban a sus autóctonos compañeros de trabajo y estudios a ver a aquel aragonés que viniendo y hablando de una tierra humilde cantaba sobre grandes cosas. Detrás de estos recitales, incluidos los del extranjero, siempre había un inspector de la Brigada Político Social que traía la correspondiente multa por haber cantado algo que (de repente) no había sido autorizado o porque alguien en el auditorio había gritado no sé qué; en Madrid, por ejemplo, al cantar “Canto a la libertad”, a la salida del teatro muchos (entre ellos Tina Saiz) fueron los que continuaron cantando el estribillo airado y esperanzador, “alteración del orden público” que fue multada con o retirada del pasaporte o pago de la multa; Labordeta había sido invitado a participar en el Primo Recital de Canzone Populare Víctor Jara, en homenaje del injustamente malparado juglar chileno, por lo que decidió pagar la puta multa.

Como dijo Antonio Machado, para ser universal, el artista ha de ser popular, ya que así escribe para los hombres de toda raza, lengua y nación. En ese sentido, Labordeta es un cantor Universal.

Hemos elegido dos canciones para resumir su carrera musical. Por un lado, la motivación social que le llevó a cantar: “Canta compañero, canta”, una exhortación a cantar contra el miedo, la violencia y la represión:

Agua para el erial
y trigo para el barbecho,
para los hombres caminos
con viento y con libertad.
El miedo tiene raíces7
difíciles de arrancar;
si ves que se hacen cadenas,
rómpelas y échate a andar.
canta compañero, canta,
que aquí hay mucho que cantar:
este silencio de hierro
ya no se puede aguantar.
Erizando los trigales
una voz viene a anunciar
el camino en el que andamos
tu rabia lo encontrará.
Por el alba del camino
a tu hermano encontrarás,
dale la mano y camina
hasta llegar al final.
Canta compañero canta…
Agua para el erial
y trigo para el barbecho.

Y “Palabras”, una canción que reflexiona sobre la utilidad de las palabras, su eficiencia como instrumentos, que elegimos, no sólo por este mensaje, sino también por su clara inspiración musical brasseniana:

Palabras para cantar.
Palabras para reír.
Palabras para llorar.
Palabras para vivir.
Palabras para gritar.
Palabras para morir.

     Nos enredan en sílabas y en voces
     desde el instante mismo en que nacemos
     y, a través de los días y los días,
     los oídos se llenan de palabras, y palabras.

Palabras para cantar.
Palabras para reír.
Palabras para llorar.
Palabras para vivir.
Palabras para gritar.
Palabras para morir.

     Yo te bautizo,
     justicia e injusticia.
     Comunismo en la China,
     oposiciones.
     Mi buena tía Fina
     me quería ingeniero de Estado.

Palabras para cantar.
Palabras para reír.
Palabras para llorar.
Palabras para vivir.
Palabras para gritar.
Palabras para morir.

     Hijo mío, hijo mío:
     ¿por qué has pecado?
     Alianzas para matar.
     Cañones para el progreso.
     Amén, amén, amén.
     Descanse en paz.

Palabras para cantar.
Palabras para reír.
Palabras para llorar.
Palabras para vivir.
Palabras para gritar.
Palabras para morir.

En memoria de Labordeta


Labordeta, J_ A

Habrá un día en que todos, al levantar la vista,

veremos una tierra que ponga libertad

José Antonio Labordeta Subías

(1935-2010) 

Noche de San Juan


Siendo el solsticio de verano, coincidiendo con la festividad de San Juan, me parece oportuno traer esta canción popular interpretada por La Bullonera.
En la noche de San Juan, como todas aquellas festividades de antes del cristianismo, confluyen el cristianismo y el paganismo más primitivo. En España, por ejemplo, tenemos múltiples fiestas que nos vienen desde los tiempo pre-romanos: fiestas que nos legaron nuestros antepasados íberos, celtas, tartesos, vascones… Se encienden hogueras, se saltan hogueras, se piden deseos (¿al santo?), salen meigas y druidas (claro que alguno que otro con más cuento que poderes)… Y todo con alegría y buen rollo. Esto es lo que nos trae esta canción de estilo popular aragonesa, co-escrita con el cantautor aragonés Joaquín Carbonell, incluida en el último álbum de La Bullonera, Punto, de 1981 (la discografía de La Bullonera es divertida de citar: La Bullonera 1, 2, 3 y Punto):

Noche de San Juan


A las doce de la noche me han venido a reclamar
tunda la tunda la tunda en la Noche de San Juan
Me ha sacado de la cama sin tiempo a considerar
tunda la tunda la tunda en la Noche de San Juan
En la noche de las brujas, nochecica de San Juan,
cuando salen los mochuelos y vigila el gavilán.

Un ramico de tomillo hemos puesto en el zaguán
tunda la tunda la tunda en la Noche de San Juan
El que quiera beber vino ya conoce la señal
tunda la tunda la tunda en la Noche de San Juan
Dejaré la puerta abierta y el pestillo sin pasar
y una luz en la bodega a los que van ciegos ya.

Debajo la mangraneda con toda la oscuridad
tunda la tunda la tunda en la Noche de San Juan
está la "tía Cordetera" y el Abundio, el sacristán,
tunda la tunda la tunda en la Noche de San Juan
Él le saca la campana p’a enseñársela a tocar
y se pasan toda noche repicando sin parar.

A las tres de la mañana todos juntos a rondar
tunda la tunda la tunda en la Noche de San Juan
El alcalde, el señor cura se nos van a cabrear
tunda la tunda la tunda en la Noche de San Juan
A la luz de las hogueras nos vamos a disfrazar,
formaremos un tiberio que no se podrá aguantar.

Con los de La Bullonera y un poco antes de almorzar
tunda la tunda la tunda en la Noche de San Juan
bailarán "La Canastera" p’a acabar de rematar
tunda la tunda la tunda en la Noche de San Juan
Cuando salen los mochuelos y vigila el gavilán
volveremos a la cama en la Noche de San Juan.
En la noche de las brujas, dos guitarras y un cantar.
¡Y qué bien que se pasaba en la Noche de San Juan!

letra y música
Joaquín Carbonell y Eduardo Paz
Canta
La Bullonera

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