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Todo lo que quisiera hacer


Libre te quiero
como arroyo que brinca
de peña en peña,
pero no mía.

(“Libre te quiero”, A. García Calvo)

Bob Dylan - 1964 - Another side of Bob Dylan - aHubiera querido meter esta canción en la entrada de ayer, junto a la de García Calvo, pero como ya había quedado muy larga con mi sermón, decidí dejarla para hoy, sin querer hacer una serie. Que Bob Dylan fue uno de los reformadores del modo de pensar de la cultura contemporánea, lo demuestran canciones como ésta, “All I really want to do”, que le daba la vuelta a las canciones tipo “Eres mía” del pop, las cuales, para ser benevolente (pues muchas son grandes canciones), podían pecar de cierto machismo pero culturalmente heredado. La consideración feminista había venido de antes a través de diversos movimientos sociales: los movimientos sufragistas y feministas, los movimientos obreros también, apoyados ambos por la vanguardia intelectual de finales del siglo XIX y principios del XX, y, finalmente, en las subculturas occidentales urbanas como los beatnicks y los hippies, mientras que en los países socialistas, aunque fuera sólo en teoría, la clásica separación de consideraciones sexuales había sido abolida; pero alguien como Bob Dylan podía llegar a mucha más gente que cualquier teórico de la revolución sexual y social, con un mensaje mucho más claro. En muchos sentidos, la canción de Dylan es una canción de amor que se ríe de las tópicas canciones de amor: es una sincera declaración de principios y, en cierto sentido, toca algo que a muchos nos preocupa: el machismo no sólo ha afectado a las mujeres, también, y entiéndase que en menos medida, a algunos hombres que nos hemos sentido incómodos siempre con algunas actitudes que culturalmente se atribuyen a nuestro sexo: ser competitivos, ser fuertes, fríos, orgullosos… Para un chico heterosexual (y no digamos ya homosexual) la vida durante la adolescencia se hace un poco dura si falta uno de esos elementos, sobre todo cuando la manada te exige un modo de pensar y de comportarse… ¡Pero bueno!

All I really want to do

I ain’t lookin’ to compete with you
Beat or cheat or mistreat you
Simplify you, classify you
Deny, defy or crucify you
All I really want to do
Is, baby, be friends with you

No, and I ain’t lookin’ to fight with you
Frighten you or tighten you
Drag you down or drain you down
Chain you down or bring you down
All I really want to do
Is, baby, be friends with you

I ain’t lookin’ to block you up
Shock or knock or lock you up
Analyze you, categorize you
Finalize you or advertise you
All I really want to do
Is, baby, be friends with you

I don’t want to straight-face you
Race or chase you, track or trace you
Or disgrace you or displace you
Or define you or confine you
All I really want to do
Is, baby, be friends with you

I don’t want to meet your kin
Make you spin or do you in
Or select you or dissect you
Or inspect you or reject you
All I really want to do
Is, baby, be friends with you

I don’t want to fake you out
Take or shake or forsake you out
I ain’t lookin’ for you to feel like me
See like me or be like me
All I really want to do
Is, baby, be friends with you

Copyright © 1964 by Warner Bros. Inc.; renewed 1992 by Special Rider Music

Escuchar: http://www.bobdylan.com/songs/all-i-really-want-to-do

Todo lo que de verdad quiero hacer

No busco competir contigo/ ganarte o engañarte o maltratarte,/ simplificarte, clasificarte,/ negarte, desafiarte o crucificarte./ Todo lo que de verdad quiero hacer/ es, cariño, ser tu amigo.// No, y no busco luchar contigo,/ asustarte o apretarte,/ arrastrarte o agotarte,/ encadenarte o reducirte./ Todo lo que de verdad quiero hacer/ es, cariño, ser tu amigo.// No busco obstaculizarte,/ escandalizarte o denigrarte o encerrarte,/ analizarte, categorizarte,/ finalizarte o advertirte./ Todo lo que de verdad quiero hacer/ es, cariño, ser tu amigo.// No quiero que contengas la risa,/ hacerte correr o perseguirte, rastrear o localizarte,/ o desgraciarte o desplazarte,/ o definirte o confinarte./ Todo lo que de verdad quiero hacer/ es, cariño, ser tu amigo.// No quiero conocer a tus parientes,/ hacerte girar o hacerte entrar,/ o seleccionarte o diseccionarte,/ o inspeccionarte o rechazarte./ Todo lo que de verdad quiero hacer/ es, cariño, ser tu amigo.// No quiero engañarte,/ tomarte o sacudirte o abandonarte./ No te busco para que sientas lo que yo,/ veas lo que yo o seas como yo./ Todo lo que de verdad quiero hacer/ es, cariño, ser tu amigo.

Bob Dylan

Y, cómo no, la canción recibió muchas versiones. La más conocida, como suele ser siempre, es la versión de los Byrds, que tal vez aún fuera algo comercial:

Cher, todavía con su partener y esposo Sonny Bono:

Los Hollies de Graham Nash:

Suite de los ojos azules para Judy Collins


Lanzada como sencillo junto a Long time gone, canción algo más política de David CrosbyHacia 1967, los Byrds estaban un poco enfadados con uno de sus miembros: las diatribas políticas lanzadas durante el festival pop de Monterey entre canción y canción, junto a su participación en la actuación de Buffalo Springfield para suplir la baja de Neil Young en el mismo festival, hicieron que Jim McGuinn y Chris Hillman se azoraran bastante con David Crosby, quien, por su parte, se estaba enfadando porque el grupo consideraba algunos temas suyos, como “Triad”, demasiado arriesgadas. Así que entre el 67 y el 68, Crosby comenzó a abandonar la banda pionera del folk-rock.

En ese año de 1968, Buffalo Springfield, pioneros del country-rock y uno de los mejores grupos de folk-rock de la mitad de los 60, quebraban. Stephen Stills, vocalista y guitarrista de la banda, se reencontraría con su amigo David Crosby y empezaron a madurar la idea de un grupo nuevo de folk-rock, con una fuerte base vocálica armónica.

Al otro lado del océano, Graham Nash, cansado del éxito comercial y de no poder, por ello, hacer las canciones que a él le gustaría hacer, abandona el grupo de pop británico, The Hollies, y se traslada a Los Ángeles. Una vez allí, David Crosby, que era su amigo, le encuentra y le invita a una reunión con Stephen Stills para hablar sobre la fundación de un grupo vocálico de folk-rock. Nash aceptó.

La cantautora Judy Collins era aquella "Judy Blue Eyes"Judy Collins era una de las cantautoras y folksingers más veteranas que, siendo una de las alumnas del gran Pete Seeger, no le asustó el cambio musical producido a la mitad de los 60. Por aquellos entonces, era novia de Stephen Stills, y fue en su casa en donde se reunieron los tres músicos para fundar Crosby, Stills & Nash: el grupo que, básicamente, inventó el country-rock. En 1969, el ex-Buffalo Springfield Neil Young se unía al grupo, transformándolo en el cuarteto Crosby, Stills, Nash & Young; su presentación se produjo en la segunda parte de la actuación del trío anterior en el festival de Woodstock, y le dio al grupo una orientación más rockera, frente a su primer disco, en donde primaba mucho lo acústico.

Y así se fundó el trío que más tarde sería cuarteto. Y como en gran medida la responsable de todo aquello fue la gran cantautora Judy Collins, su carta de presentación fue esta canción, una suite que alternaba las harmonías de Crosby y Nash con los solos de Stills, y que acababa con un son cubano cantado en castellano, titulada “Suite: Judy Blue Eyes”, un mensaje de amor de Stills a Collins, pero también un guiño de agradecimiento a su ayuda.

Suite: Judy Blue Eyes

It’s getting to the point where I’m no fun any more
I am sorry
Sometimes it hurts so badly I must cry out loud
I am lonely
I am yours, you are mine, you are what you are
You make it hard

Remember what we’ve said, and done
And felt about each other
Oh, babe, have mercy
Don’t let the past remind us of what we are not now
I am not dreaming
I am yours, you are mine, you are what you are
You make it hard

Tearing yourself away from me now, you are free
And I am crying
This does not mean I don’t love you, I do, that’s forever
Yes, and for always
I am yours, you are mine, you are what you are
You make it hard

Something inside is telling me that I’ve got your secret
Are you still listening?
Fear is the lock, and laughter the key to your heart
And I love you
I am yours, you are mine, you are what you are
And you make it hard
And you make it hard
And you make it hard

Friday evening
Sunday in the afternoon
What have you got to lose?
Tuesday morning
Please be gone, I’m tired of you
What have you got to lose?

Can I tell it like it is?
Help me I’m suffering
Listen to me baby
It’s my heart that’s suffering
Help me, I’m crying to you
It’s dyin’ and that’s what I have to lose

I’ve got an answer
I’m going to fly away
What have I got to lose?
Will you come see me
Thursdays and Saturdays
What have you got to lose?

Chestnut brown canary
Ruby throated sparrow
Sing a song, don’t be long
Thrill me to the marrow

Voices of the angels
Ring around the moonlight
Asking me, said she so free
How can you catch the sparrow?

Lacy lilting lady
Losing love lamenting
Change my life, make it right
Be my lady

Do do do do do, do do do do do do
Do do do do do, do do do do

¡Qué linda! Me recuerda a Cuba
La reina de la Mar Caribe
Quiero sólo visitarla allí
Y qué triste que no puedo. ¡Vaya!
O Va! O Va!

[Otra versión*]

Qué linda, me la traiga Cuba
La reina de la Mar Caribe
Cielo sol no tiene sangre ahí
Y qué triste que no puedo ¡vaya!
Oh va, oh va, va

http://lyricskeeper.es/es/crosby-stills-nash/suite-judy-blue-eyes.html

Suite: Judy Ojos Azules

Se está llegando a un punto en el que ya no me divierto más/ Lo siento/ A veces duele tanto que tengo que gritar fuerte/ Estoy solo/ Soy tuyo, eres mía, eres lo que eres/ Lo haces difícil// Recuerda lo que hemos dicho, y hecho/ y sentido por el otro/ Oh, cariño, ten piedad/ No dejes que el pasado nos recuerde lo que no somos ahora/ No estoy soñando/ Soy tuyo, eres mía, eres lo que eres/ Lo haces difícil// Te estás apartando de mí ahora, eres libre/ y yo estoy llorando/ Eso no significa que no te quiera, al contrario, es para siempre/ sí, y por siempre./ Soy tuyo, eres mía, eres lo que eres/ Lo haces difícil// Algo dentro de mí me dice que tengo tu secreto/ ¿Me oyes aún?/ El miedo es el cerrojo, y la risa la llave para tu corazón/ y te quiero// Soy tuyo, eres mía, eres lo que eres/ y lo haces difícil/ y lo haces difícil…// Viernes noche/ Domingo por la tarde/ ¿Qué tienes que perder?/ Martes por la mañana/ Por favor, vete, estoy cansada de ti/ ¿Qué tienes que perder?// ¿Puedo decirlo tal cómo es?/ Ayúdame, estoy sufriendo/ Escúchame cariño/ Es mi corazón que está sufriendo/ Ayúdame, te lo estoy gritando/ Se muere y eso es lo que tengo que perder.// Tengo una solución/ Voy a irme volando/ ¿Qué tengo que perder?/ ¿Me vendrás a ver/ los jueves y los sábados?/ ¿Qué tienes que perder?// Castaño canario marrón/ gorrión de garganta de rubíes/ canta una canción, no tardes,/ emocióname hasta la médula.// Las voces de los ángeles/ que suenan alrededor de la luz de la luna/ me preguntan, dijeron ella es tan libre,/ ¿cómo se puede atrapar un gorrión?// Perezosa dama iluminada/ que se lamenta por la pérdida del amor/ Cambia mi vida, corrígela/ Sé mi dama// Do do do… 

Stephen Stills

Crosby, Stills & Nash

* Las estrofas finales, cantadas en castellano, solían cambiar en cada actuación: la primera pertenece al enlace de la wikipedia, y la segunda al otro enlace. No vuelvo a reproducirlas porque, obviamente, no precisan traducción.

Y una mano excelente, en el Festival de Woodstock, en lo que era la segunda actuación en público del grupo:

Teach you children


"Niño con granada de mano de juguete", Diane ArbusÉsta es una bonita canción, escrita por el miembro británico de Crosby, Stills, Nash & Young, Graham Nash, cuando aún estaba con su anterior grupo, los Hollies. Nash, que es un fotógrafo y coleccionista de fotografías, tuvo la inspiración para escribir “Teach your children” al ver la serie fotográfica “Niño con granada de mano de juguete en Central Park” de Diane Arbus: aquella expresión de enfado del chaval le hizo reflexionar de cómo ciertos valores perniciosos de (y para) la sociedad, como son la violencia y la guerra, se heredan a través de cosas tan triviales como pueden ser los juguetes. Sin embargo, no la grabó hasta 1970, ya con el mítico cuarteto de country-rock armónico, con la colaboración del gran Jerry García a la guitarra con pedal de acero (steel pedal guitar), instrumento imprescindible en el country. Como anécdota, propiciada por el enlace de la wikipedia, el candidato demócrata a al presidencia en 1984, Walter Mondale, la utilizó como fondo para su campaña de control de armas.

Teach your children

You who are on the road
Must have a code that you can live by
And so become yourself
Because the past is just a good bye.

Teach your children well,
Their father’s hell did slowly go by,
And feed them on your dreams
The one they picked, the one you’ll know by.

Don’t you ever ask them why, if they told you, you would cry,
So just look at them and sigh and know they love you.

And you, of tender years,
Can’t know the fears that your elders grew by,
And so please help them with your youth,
They seek the truth before they can die.

Can you hear and do you care and
Can’t you see we must be free to
Teach your children what you believe in.
Make a world that we can live in.

Teach your parents well,
Their children’s hell will slowly go by,
And feed them on your dreams
The one they picked, the one you’ll know by.

Don’t you ever ask them why, if they told you, you would cry,
So just look at them and sigh and know they love you.

http://www.stlyrics.com/songs/c/crosbystillsnashyoung6061/teachyourchildren237794.html

Enseñad a vuestros hijos

Vosotros que estáis en el camino/ debéis tener un código por el que podéis vivir/ y así os hacéis a vosotros mismos/ porque el pasado es sólo un adiós.// Enseñad a vuestros hijos bien,/ el infierno de sus padres pasó lentamente,/ y alimentadlos en vuestros sueños/ el que recogieron, el que sabréis.// ¿Nunca les habéis preguntado por qué?, si os lo dijeron, lloraríais,/ así que sólo miradlos y suspirad y sabed que os quieren.// Y vosotros, de años tiernos,/ no podéis saber los miedos con el que vuestros mayores crecieron,/ así que por favor ayudadles con vuestra juventud,/ buscan la verdad antes de que puedan morir.// ¿Podéis oír y os preocupáis y/ no podéis ver que debemos ser libres para/ enseñar a vuestros hijos en lo que creéis?/ Hacer un mundo en el que podamos vivir.// Enseñad a vuestros padres bien,/ el infierno de sus hijos se irá lentamente,/ y alimentadlos en vuestros sueños/ el que recogieron, el que vosotros sabréis.// ¿Nunca les habéis preguntado por qué?, si os lo dijeran, lloraríais,/ así que sólo miradles y suspirad y sabed que os quieren.

Graham Nash

Crosby, Stills, Nash & Young

Y aquí, el trío original, Crosby, Stills & Nash, interpretándola en el mítico Live-Aid:

Himnos para un recital: Woodstock


Woodstock_posterEntre Monterey (1967) y Woodstock (1969) pasaron dos años de festivales de rock, jazz y folk, y la música había madurado bastante: el jazz y el folk habían incorporado elementos del rock, al igual que el rock lo había hecho del jazz y del folk, y ya nada era tan estricto. Los dos festivales míticos de aquella década son un buen resumen de esta evolución: si en Monterey se respira un ambiente entusiasta con las nuevas propuestas musicales de todo estilo y la transformación de los grupos de pop británico, en Woodstock, que reúne a algunos de los asistentes al otro festival, es la constatación de una madurez musical sin precedentes, aunque por algunos, como en el caso de los Who, parecían estar en el mismo festival por su energía. Woodstock, que tuvo lugar en los acres de la granja de Max Yasgur, en el pueblo con mismo nombre que el festival (y al que seguramente deben su turismo actual), se llamó Festival de Música y Arte de Woodstock, y tuvo cierta mezcla de reivindicación política y música, asistiendo cantautores de lo más contestatarios junto a los grandes grupos de rock duro, folk-rock, country-rock, blues y psicodelia. Para su memoria quedó la fascinante película de Michael Wadleigh Woodstock: Tres días de paz y música, que no es tanto la grabación de los conciertos, sino también un documental sobre las condiciones del festival, los voluntarios, y la relación con los habitantes –en donde caben todas las opiniones-: hubiera sido el final perfecto para los años 60, y hay quien prefiere cerrar ahí el capítulo, ya que apenas hubo incidentes reseñables y tanto asistentes como vecinos convivieron en una casi perfecta armonía. Después hubo muchos más festivales de pop, jazz y rock que pretendieron reivindicar este espíritu, pero aquello da la impresión de que fue una cosa que sólo ocurría una vez en la vida, y el intento (por parte de los mismos organizadores u otros) de hacerlos a la manera de Woodstock –es decir, con mucho optimismo, buen rollo y las habituales fórmulas de cortesía hippies- fracasaba sistemáticamente por varias razones: tensiones raciales y políticas, abuso de drogas, presencia de gente no tan pacífica, líderes revolucionarios –o pseudo- que pretendían hacer de los escenarios una improvisada tarima de mitin, gente que pretendía que éstos también fueran gratuitos… Pero la principal razón, desde mi punto de vista, es que Woodstock fue el punto álgido, y desde ahí ya sólo se podía ir cuesta abajo: era una generación de soñadores que había comenzado a sucumbir a sus propios vicios y contradicciones, y que encontrarían en el accidentado festival de Altamont, ofrecido por los Rolling Stones, el testimonio de esta decadencia (realmente, los organizadores pensaban que la falta de organización y seguridad sería compensada por las buenas vibraciones): pero esa es otra historia…

Joni_mitchell_1974Uno de los grandes grupos revelación que intervino en el festival, aunque sus componente eran ya de sobra conocidos, fue Crosby, Stills, Nash & Young, formado por David Crosby, Stephen Stills, Graham Nash y Neil Young (aclarando posibles confusiones, su actuación estuvo dividida en dos partes: una acústica, en la que tocó el trío original Crosby, Stills & Nash; y otra eléctrica en la que ya se suma Neil Young), cuya actuación fue muy aplaudida. Graham Nash, ex-componente del grupo de pop británico The Hollies, tenía por entonces una relación con la cantautora Joni Mitchell, la cual no asistió al festival, pero quedó bien impresionada tanto por lo que la contaba Nash como por los reportajes que vio en la televisión. Fruto de esa experiencia indirecta surgió el himno del festival, “Woodstock”, que se publicó en su disco de 1970 Ladies of the canyon, aunque ya la había interpretado en el Festival folk de Big Sur:

Woodstock

I came upon a child of God
He was walking along the road
And I asked him, where are you going
And this he told me
I’m going on down to Yasgur’s farm
I’m going to join in a rock ‘n’ roll band
I’m going to camp out on the land
I’m going to try an’ get my soul free
We are stardust
We are golden
And we’ve got to get ourselves
Back to the garden

Then can I walk beside you
I have come here to lose the smog
And I feel to be a cog in something turning
Well maybe it is just the time of year
Or maybe it’s the time of man
I don’t know who l am
But you know life is for learning
We are stardust
We are golden
And we’ve got to get ourselves
Back to the garden

By the time we got to Woodstock
We were half a million strong
And everywhere there was song and celebration
And I dreamed I saw the bombers
Riding shotgun in the sky
And they were turning into butterflies
Above our nation
We are stardust
Billion year old carbon
We are golden
Caught in the devil’s bargain
And we’ve got to get ourselves
Back to the garden

Woodstock

Me encontré con un hijo de Dios/ Iba caminando por la carretera/ y le pregunté, a dónde vas/ Y esto me dijo:/ Me dirijo a la granja de Yasgur/ Voy a unirme a una banda de rock’n’roll/ Voy a acampar en la tierra/ Voy a tratar de obtener la libertad de mi alma/ (Estr.) Somos polvo de estrellas/ Somos dorados/ Y hemos de conseguir/ regresar al jardín.// Entonces puedo andar a tu lado/ He venido aquí para perder de vista la contaminación/ y siento ser un engranaje en algo que gira/ Puede que sea la época del año/ o quizás es la era del hombre/ No sé quién soy yo/ pero sabes que la vida es para aprender/ (Estr.)// Para cuando llegamos a Woodstock/ éramos medio millón más/ y por todas partes había canción y celebración/ y soñé que veía a los bombarderos/ llevando armas en el cielo/ y se convertían en mariposas/ sobre nuestra nación.// Somos polvo de estrella/ carbón de un billón de años/ Somos dorados/ atrapados en el negocio del diablo/ y hemos de conseguir/ regresar al jardín.

Joni Mitchell 

Más tarde, Crosby, Stills, Nash & Young hicieron una versión más rockera para su disco de 1970 Déjà Vu. Años más tardes, en la reedición de la película sobre el festival, Wadleigh la utilizó como cierre, junto a su emocionante “Cost of freedom”, en homenaje a todos aquellos que ya no estaban:

For what it’s worth


Buffalo_springfieldTras el huracán del folk-rock y la revolución eléctrica para el folk, y lírico-melódica para el rock, fueron muchos los grupos que fueron apareciendo en Estados Unidos, especialmente en California, practicantes de la mezcla de música tradicional y pop al estilo británico. Uno de ellos fue Buffalo Springfield, un grupo de folk-rock, country y bluegrass que fueron los grandes pioneros del estilo country-rock, a pesar de su corta vida, aunque no así la de la mayoría de sus miembros. El grupo contó con Stephen Stills, Neil Young (canadiense), Jim Messina, Richie Furay, Dewey Martin y Bruce Palmer; comenzó sus andanzas en 1966 y finalizó en 1968. Algunos de sus componentes formarían los primeros y más influyentes conjuntos de country-rock: Stephen Stills fundaría junto a David Crosby, de los Byrds, y Graham Nash, de los Hollies, el grupo al que se uniría Neil Young, que tuvo ciertos trabajos en solitario, Crosby, Stills, Nash & Young; y, por su parte, Richie Furay y Jim Messina fundarían Poco. Neil Young, además, fundó Crazy Horse, otro gran grupo de country-rock.

ForWhatItsWorthSu primer álbum, en 1966, que llevaba por título, como suele ser costumbre, el nombre de la banda, se abría con una canción que quedó como un himno del activismo de los años 60 nada más aparecer. “For what it’s worth” es una canción que narra aquellas primeras manifestaciones, promovidas generalmente por el movimiento estudiantil, contra la guerra de Vietnam: concretamente habla de las revueltas de Sunset Strip. Más que criticar, nos narra el ambiente de esas manifestaciones, el miedo cuando aparece la policía y todo se viene abajo, etc. Su posicionamiento, sin embargo, se ve claro, y, de alguna manera, vaticina con dos años de antelación las movilizaciones del año 68:

El vídeo, como reconoce el usuario, contiene imágenes de Jefferson Airplane

For what it’s worth

There’s something happening here
What it is ain’t exactly clear
There’s a man with a gun over there
Telling me I got to beware

I think it’s time we stop, children, what’s that sound
Everybody look what’s going down

There’s battle lines being drawn
Nobody’s right if everybody’s wrong
Young people speaking their minds
Getting so much resistance from behind

I think it’s time we stop, hey, what’s that sound
Everybody look what’s going down

What a field-day for the heat
A thousand people in the street
Singing songs and carrying signs
Mostly say, hooray for our side

It’s time we stop, hey, what’s that sound
Everybody look what’s going down

Paranoia strikes deep
Into your life it will creep
It starts when you’re always afraid
You step out of line, the man come and take you away

We better stop, hey, what’s that sound
Everybody look what’s going down
Stop, hey, what’s that sound
Everybody look what’s going down
Stop, now, what’s that sound
Everybody look what’s going down
Stop, children, what’s that sound
Everybody look what’s going down

Por lo que vale la pena

Hay algo pasando aquí/ lo que es no está exactamente claro/ Hay un hombre con un arma por allí/ diciéndome que tenga cuidado// Creo que es hora de que paremos, niños, qué es ese sonido/ Todo el mundo mira lo que está sucediendo// Hay frentes de batalla siendo elaboradas/ Nadie tiene razón si todo el mundo se equivoca/ La gente joven hablando de sus intenciones/ obteniendo mucha más resistencia desde atrás// Creo que…// Buen día de campo para la pasma/ Mil personas en la calle/ cantando canciones y llevando pancartas/ En general dicen, hurra por nuestro bando// Creo que…// La paranoia ataca fuerte/ se arrastrará dentro de tu vida/ Comienza cuando tienes miedo siempre/ te sales de la línea, el hombre viene y te lleva// Será mejor que paremos, hey, qué es sonido/ Todo el mundo mira lo que sucede…

Stephen Stills

Buffalo Springfield

Y, como viene siendo ya costumbre, un vídeo del festival de Monterey, al que fueron invitados como uno de los grupos revelación del folk-rock. En esta actuación no estuvo Young, que había dejado el grupo, para volver más tarde de nuevo, poniendo en peligro la asistencia de la banda al evento. Sin embargo, su lugar fue cubierto para la actuación por el byrd David Crosby, amigo del conjunto (nada extraño, ya que todos estos músicos se conocían ya de la época en la que arrastraban sus guitarras como cantautores folk por los cafés de Nueva York y California). En él hacen una versión memorable del tema, subiendo el tono en los estribillos finales; aunque las imágenes de los amigables y colaboradores policías que aparecen en el montaje se corresponden poco o nada con la imagen –real, no obstante- negativa que da la canción. El grupo es presentado con elogios por el miembro de los Monkees, Peter Tork:

Historia del movimiento hippy. II parte


Los cincuenta se acababan con el gran evento de la década: la Revolución Cubana (de la que en la actualidad sólo quedan iconos e imágenes, habiendo pasado de revolución popular a dictadura personal). Al mismo tiempo, la guerra fría se había recrudecido, muy especialmente por la experimentación con misiles y la carrera espacial que ambas potencias poseían, llegando en los dos lados a una esquizofrenia enfermiza que desemboca en ambos bandos en espionajes y contraespionajes. En Estados Unidos, es el siniestro senador McCartthy el que aprovecha la paranoia del país para llevar a cabo un auténtico control político sobre políticos y artistas más digno de un régimen fascista, o incluso de la rusia estalinista, que de un régimen democrático. Actores y directores, como Charles Chaplin, músicos como Pete Seeger, o escritores como Ginsberg, sufrieron el vigilante ojo del anticomunismo americano. El punto álgido internacional llegó cuando Fidel Castro, buscando aliados en este teatro, se define comunista y recaba la ayuda de la Unión Soviética: los rusos ponen misiles en Cuba apuntando a Estados Unidos. El momento es tan caliente internacionalmente que incluso el papa Juan XXIII apela al catolicismo de Kennedy para parar una locura. Años atrás, el presidente Eisenhower había acercado posturas con el general Franco, poniendo, a cambio de ayuda económica, bases en diversos sitios, como Rota o Torrejón.
Aquel momento de la guerra fría fue muy determinante: tuvo un tremendo impacto en la mente de muchos, especialmente de jóvenes, que empezaron a plantearse y a cuestionarse la fuerza militar. Fue precisamente el episodio de los misiles cubanos el que inspiraría a Bob Dylan una de sus mejores canciones de la época folk: «A hard rain’s a gonna fall» hablaba del miedo y de la posibilidad de la destrucción total bajo la amenaza de la guerra atómica. El movimiento folk se había renovado con nuevos nombres, como Joan Baez, Judy Collins, Tom Paxton, Richie Havens, y, por supuesto, Bob Dylan, que fue el primero de ellos en tener un éxito popular inequívoco del que muchos expertos aseguran que en cierto sentido fue su muerte artística. No suponía realmente una renovación de temas, pues el pacifismo y la lucha de los derechos civiles fue una constante del folk de los años 50, si bien, puede ser, la dimensión sindicalista hubiera decaído (excepto en Joan Baez). Folksingers blancos y negros se unen en las marchas por los derechos civiles de Martin Luther King.
Por otro lado, el mundo musical sintió la conmoción ante los grupos que venían desde el Reino Unido: los Beatles abrieron la puerta con su rock’n’roll y rythm’n’blues de raigambre americano, tras ellos grupos tan importantes como Rolling Stones, The Who, Kinks, Hollies, Animals… No suponían realmente una revolución de índole social, estrictamente hablando, pero sí una revolución en el mundo juvenil: ellos daban la impresión de no necesitar trabajar, de tener el destino en sus manos, de vivir al margen de lo que la sociedad exigía a los jóvenes: aquella era todavía una época en la que te tomaban en serio a partir de los 25 y no antes. Aunque las canciones pudieran ser frívolas a veces, o no decir nada más que «te quiero, me quieres», sí es cierto que abrían las nuevas posibilidades de una nueva forma de ver las relaciones entre los jóvenes. Sin embargo, estos muchachos todavía no tendrían grandes cosas que decir por ahora.
El panorama bohemio y underground era otra cosa. El mundo del jazz iba por otros derroteros, con nombres como Pharoah Sanders, John Coltrane y otros más; un mundo muy minoritario e intelectual comparado con el beat británico, el soul (rythm’n’blues comercial), el folk (hasta la llegada de Dylan minoritario) o el surf californiano. El nuevo jazz tenía componentes nuevos en el que, desde los días del be-bop, a la libertad creadora del intérprete se sumaban las experiencias lisérgicas. Desde finales de los 50, Timothy Leary y Richard Alpert, profesores de psicología de la universidad de Berkeley, junto al escritor de ciencia ficción Aldous Huxley, habían sintetizado el LSD, a principios como experimento del ejército americano, para desembocar en un elemento de la contracultura generalmente antimilitarista (elemento bastante engañoso). Pronto surgieron en Estados Unidos comunas dedicadas a la experimentación del cuerpo y la introspección mental en las que los sutas budistas e hindúes se unían a la marihuana y al LSD en una supuesta búsqueda de respuestas místicas más inducidas que auténticas. De ellas, la más famosa quizás fuera el grupo activista Merry Pranksters, los alegres bromistas, dirigidos por el escritor Ken Kesey (autor de Alguien voló sobre el nido del cuco) que plasmó las tempranas vivencias del grupo a bordo de un autobús, junto a Neal Cassady (el «musa» de los poetas beats) en el libro La gasesosa de ácido eléctrico (The Electric Kool-Aid Acid Test). Estos exploradores lisérgicos participarían e incluso organizarían las primeras marchas pacifistas contra la guerra de Vietnam y los primeros conciertos propiamente llamados hippies. Ocurrió entonces, hacia 1963 ó 1964, que confluyeron bajo más o menos el mismo objetivo, los exploradores lisérgicos, algunos de los folk-singers, los músicos de jazz, y los grupos de rock-garaje admiradores del pop británico: les unía principalmente el cuestionarse el papel de su país a nivel tanto nacional como internacional.
 

Musicalmente también es una era muy revolucionaria respecto a la música popular. Entre 1964 y 1965, en los locales de California y Nueva York se vive una intensa proliferación de nuevos grupos de folk y de jazz. Uno de ellos, que alcanzó un éxito popular considerable, fue The New Christy Minstrel, autores del popular «Green back dollar», que estuvo compuesto, entre otros, por Jim McGuinn, que luego formaría The Byrds, y Barry McGuire, un cantautor de folk-rock protesta que obtuvo un éxito disimulado con esta canción, obra de P. F. Sloan y Steve Barri, con una letra apocalíptica muy del gusto de la época, influida claramente por Dylan.

Otros grupos que fueron germen de los futuros grupos flok-rock californianos y de rock de San Francisco, fueron The Journeymen, The Mugwumps o Town Criers, grupos estos que no consiguieron el reconocimiento público, pero cuyos miembros triunfarían en distintas formaciones con nuevos lenguajes: de Journeymen saldrían Scott McKenzie (cantante que sólo tuvo éxito con una canción), y John y Michelle Phillips, que junto a los Mugwumps Mama Cass Elliot y Dennis Doherty formarían The Mamas & The Papas; por su parte, otros dos Mugwumps, John Sebastian y Zal Yanovski, formarían el grupo de bluegrass y folk-rock Lovin’ Spoonful.

En 1964 se les siguen considerando betanicks, pero poco poco el murmuro de la palabra «hippie» se va haciendo más claro y audible cuando los estudiantes activistas de izquierdas, los promotores de los derechos civiles, los aventureros lisérgicos y los místicos van confluyendo en algo que era curiosamente concreto e impreciso a la vez movidos por la nueva injusticia global: la guerra de Vietnam. No obstante, el componente político no fue tan determinante en un principio entre los hippies como el misticismo, el rock y las drogas, aunque las primeras manifestaciones contra la guerra de Vietnam vienen prácticamente de manos de líderes activistas inmersos en este nuevo mundo.
En 1967 el mundo hippie tiene su capital en la ciudad californiana de San Francisco, una ciudad abierta y tolerante tradicionalmente, que también había acunado a los antiguos beatnicks y hipsters; y más concretamente en el barrio de Haight Ashbury. Tampoco es casualidad que tuviera una localización geográfica concreta dada la heterogeneidad ideológica de EE.UU: conviene no olvidar que, al igual que los negros, un beatnick o un hippie no podía atravesar los estados sureños con la sensación de sentirse como en casa, al contrario que pasaba con toda California, Nueva York y otras zonas más abiertas a la diversidad cultural. El Haight Ashbury se convierte casi en un ghetto de los hippies, y a él se acercan diversos turistas para contemplar el fenómeno, entre ellos las estrellas del pop británico para ver la nueva música que allí se estaba creando: Grateful Dead, Jefferson Airplane, Quicksilver Messenger Service, Big Brother & The Holding Co., con la maravillosa Janis Joplin al frente, eran los nuevos grupos formados por músicos que venían de antiguas formaciones o aventuras en solitarios de folk, folk-rock o jazz, practicantes de un rock nuevo y refrescado que mezclaba magistralmente el rock y el blues con el folk, el jazz, instrumentos y ritmos orientales, y nuevas visiones musicales en ocasiones inspiradas por el consumo de drogas. Estos grupos tocan juntos en las múltiples salas de música que existían entonces: el Matrix, el Avalon Ballroom, vieron los mejores momentos de estos grupos antes de que las empresas discográficas mancharan su ambición de ser simplemente músicos de San Francisco populares.
En torno a la comunidad de Haight Ashbury surgen diversas propuestas artísticas: música, teatro independiente, poesía…, pero también negocios que traían todo lo que un hippie podía desear: discos, ropa oriental, collares, cuentas, instrumentos musicales contra más exóticos mejor… A parte el negocio subterráneo de la droga, pero junto a esto prolifera la Clínica Médica Gratuita, dirigida a los chicos con problemas de drogas: no se trataba de prevención y rehabilitación, sino de enseñar a como se podía utilizar una droga sin correr riesgos o, por lo menos, los mínimos. Haight Ashbury podía parecer un paraíso urbano, un lugar donde no trabajar y poder dedicarse a la expansión personal y espiritual de uno mismo y de su cuerpo. Pocas cosas había que sacaran a un hippie de su pretendido estado mental de paz espiritual. No obstante, otros entendían las ciudades como trampas mortales en las que se atrapaba y castraba el alma humana, y comprendían que el lugar del hombre era la naturaleza: algunos huyen a los campos y abren granjas donde fundar comunas y vivir de lo que producían (algunas de ellas hoy en día perviven, sustentándose de vender sus productos): la más famosa fue la granja de Hogh Farm.
Junto a las drogas surge el fenómeno del nuevo misticismo, propugnado por los poetas beats y otros pensadores contraculturales. No fue casualidad que el principal grupo hinduista de occidente apareciera a caballo entre Nueva York y el Haight Ashbury: los Hare Krishna. Los auténticos hippies comenzaron estudiando los textos sagrados de la India, China o Japón; algunos, por su parte, practicaban una suerte de neo-paganismo, mientras que otros fijaban su fe en las raíces del cristianismo. Sin duda alguna, a pesar de utilizar las drogas como medio, éste era en principio una práctica honesta y sincera, si bien la santidad de los gurús que permitían el uso de drogas a sus discípulos era bien discutible (si su religión lo prohibía, claro); pero en el momento en que las grandes estrellas del rock y del cine comenzaron a interesarse por estas prácticas, aparecieron multitudes de maestros espirituales que venían de la India, en donde no gozaban del respeto que decían poseer, con el único objetivo de «hacerse la foto» y ganar su espiritualidad a golpe de fama: el ejemplo más sonado fue el del Maharishi Mahesh Yogi, que utilizó las ansias espirituales de los Beatles para obtener fama, además de mostrar un interés más terrenal que espiritual por su discípula Mia Farrow.
El objetivo de los hippies era oponerse a la sociedad bienpensante americana mediante la religión, las drogas, la auto-marginación y las expresiones artísticas. Y en en Junio de 1967 dieron su grito de afirmación en el Festivla Pop de Monterrey, en donde actuaron sin cobrar (excepto Ravi Shankar, por aquello de tener que volver a la India) los nuevos grupos de rock de San Francisco, los grupos de blues, algunas estrellas del pop británico, junto al gigante del soul Otis Redding y al maestro sitarista Ravi Shankar.

Aunque opuesto a toda guerra, el hippie pretendía vivir al margen de cualquier activismo político, lo cual no le impedía participar en las manifestaciones por la paz/ contra la guerra. Se produce entonces una escisión dentro de ellos, quedando divididos entre activistas y pasotas. El activista solía ser un estudiante o poseer una gran cultura, pero más que místico su tendencia mental iba hacia el socialismo, y, en muchos casos, eran pacifistas pero no pacíficos. El pasota, por su parte, era el hippie en sentido estricto, con tendencia automarginativa e ideas, a veces, demasiado utópicas, frente al activista, que siempre optaba por la práctica. El activista siempre criticaba la falta de acción del pasota, al que acusaba de querer cambiar el mundo a base de canciones y oraciones, o de no querer cambiarlo en absoluto mientras siguiera existiendo su isla, mientras que el pasota le acusaba de querer cambiar el mundo para su beneficio al tiempo que inventaba el bonito término de lunático del poder. Un buen ejemplo de crítica contra los activistas es la canción de los Beatles «Revolution». Por lo general, los músicos suelen practicar el pasotismo, sin desdeñar sus buenas dosis de activismo: los hippies no eran tan políticos en la música como posteriormente se ha pretendido, aunque sintieran simpatías por movimientos como los Panteras Negras y sus equivalentes indios, portorriqueños y asiáticos; sólo hay un número contado de casos en los que la política es un factor determinante en la creación artística, como los Jefferson Airplane, los Who, Country Joe & The Fish, además de los folksingers y cantautores. Sin embargo, en 1968 los pacíficos Human Be-In y Tribal Stomps que venían realizándose desde 1966 fueron adquiriendo un cariz cada vez más político. De una manera feroz, las concentraciones dejaron de ser pacifistas y utópicas para convertirse en batallas callejeras. Fue, no obstante, un huracán que recorrió casi todo el mundo: el mayo francés, la Primavera de Praga, la matanza en la Plaza de las Tres Culturas en México, y nuestras primeras (descartando las del 56) revueltas estudiantiles. También se notó en sus ropas, que comenzaron a alternar los motivos orientales con ropas militares, motivos socialistas y camisetas con la efigie del «Che» Guervara. El año 68 fue el momento culmen en el que nuevas ideologías desafiaban tanto al status capitalista como al comunista que se habían establecido tras la 2ª Guerra Mundial. A partir de ese año, todas sus exhibiciones estarían fuerte y ferozmente marcadas por un halo político antimilitarista.
El otro gran éxito de los hippies fue el concierto multitudinario de Woodstock en 1969, cuya cifra de asistentes se aproximó de manera muy simbólica a la del número de combatientes que había en Vietnam. Pero la década de los 70 venía pisando fuerte, trayendo consigo un huracán de violencia y atentados terroristas de diversos símbolos, borrando los buenos sentimientos hippies que, aunque subsistiendo en las comunas y en las granjas, fueron desapareciendo por una razón: se pasó de moda, venían nuevas generaciones con nuevas demandas y cada vez más se contemplaba a los hippies como una rareza del pasado.

Los hippies no fueron más que, en muchos aspectos, otro movimiento juvenil con ansias de cambiar el mundo, cosa que consiguieron en parte pero sin librarse de que a la mayoría de ellos, como en todo movimiento juvenil, el mundo les cambiara. Como todo movimiento juvenil tuvo sus cosas buenas y sus cosas malas, frente a los maniqueísmos de considerarlos la mejor generación del s. XX o una panda de degenerados morales.
Hay que entender que como movimiento aparecen en una de las épocas más feroces de la guerra fría, con un nuevo frente comunista amenazante desde el Caribe. El ambiente de tensión, violencia, patriotismo exacerbado y militarismo promovió la necesidad de alejarse de un mundo regido tradicionalmente por las armas y buscar refugios en diversos paraísos artificiales, para poder explorar las profundidades del alma humana. Como radicalmente opuestos a la política de su país y promotores naturales de la lucha por los derechos civiles, los hippies no eran bien considerados por las instituciones clasistas y racistas de sus países; no en vano pueden afirmar, incluso con más derecho que sus predecesores beatnicks, haber sido el primer movimiento-moda juvenil totalmente inter-racial: mientras que los rockers eran generalmente blancos, y los funkies negros, o había un rock’n’roll blanco y otro negro, los hippies no reconocían colores: para ellos era perfectamente normal que un blanco tocara blues y un negro country’n’western. Fundaron gracias a sus nuevas conciencias movimientos que han tenido una importancia indiscutible: el movimiento ecologista fue re-fundado por ellos prácticamente. Lo mismo se puede decir respecto a las ideas de igualdad de sexos y de tolerancia sexual; también las ideas renovadas de igualdad y fraternidad propiciaron un cambio en la forma de ver las relaciones entre los seres humanos y sus culturas desde el respeto y sin «centrismos» culturales de ninguna clase.
Pero tuvieron sus defectos, de entre ellos el más grave fue el abuso de las drogas: desde los planteamientos de Leary y Alpert y otros, los hippies buscaron en las drogas aquel remanso de paz y sintonía espiritual que decían que los indios americanos, los shaivas (adoradores de Shiva) y otros obtenían gracias a su consumo propiciada por una visión bastante sesgada de estas culturas. Las drogas, lejos de enriquecer a la cultura del movimiento hippie, en realidad contribuyó a su destrucción y a propagar la visión de viciosos que de ellos se tenían, una publicidad alimentada por las sucesivas muertes de sobredosis de las grandes estrellas del rock: Brian Jones, Janis Joplin, Jim Morrison, Al «Blind Owl» Wilson, Ron «Pigpen» McKernan… Ante esto siempre cabe preguntarse si no fueron los servicios secretos americanos, al igual que a todas vistas parece que hicieron en los barrios negros, quienes promovieron la introducción y el consumo de drogas cada vez más peligrosas en el mundo hippie. A parte de los supuestos espías soviéticos, el enemigo interior que el gobierno americano decía tener era triple: los negros, los estudiantes y los hippies.
Pasaba algo parecido con la libertad sexual o con el marketing. Los hippies fueron víctimas de sus propios vicios: muy pronto la revolución de la conciencia, la libertad sexual y el hacer lo que quieras sinceros y honestos de algunos en principio, atrajo a un número importante de oportunistas a los que las revoluciones les importaba un pito: querían drogas y sexo nada más. Parecido era lo de la exploración espiritual, la cual, una vez fue manifestada por las millonarias estrellas musicales y cinematográficas su afición atrajo a un número significativo de gurús gorrones y charlatanes que, aprovechándose de la inocencia o ignorancia de las estrellas del rock, llegaron a desvirtuar en moda lo que en sus lugares de origen eran religiones serias y repetadas. El elemento bohemio y marginal que habían sido desde el año 64 comenzó a ser un negocio cuando las estrellas del pop británico comenzaron a practicar (o a intentarlo) ese estilo de vida: de repente, entre un grupo de gente que afirmaba despreciar el dinero se comenzó a mover un importante negocio de miles de dólares en la industria discográfica: ser hippie, en algunos sitios, estaba de moda. Pocas veces el utopismo de un mundo sin dinero basado en el respeto a los demás dio sus buenos resultados: Woodstock y Monterrey fueron magníficos, pero también está el desastre de Altamont protagonizado por los Rolling Stones, del que ya hablé un día. El dólar, enemigo declarado de los hippies en un principio, entró entre ellos para destruirlos de la manera más atroz en la que se puede destruir un movimiento juvenil: la frivolización de sus principios en estética y pseudo-elementos; abundan grupos de pop ñoños y frívolos que hacían letras bastante naïves con una pretendida y falsa base hippie.
Si bien los Rolling Stones pecaban de excesiva terrenalidad, los Beatles pecaban de excesiva espiritualidad. La marginación política por la que finalmente la mayoría optaban tenía también su cara y su cruz: se puede entender que ante la tensión, la violencia y el patriotismo exacerbado uno prefiriera apartarse del mundo; pero esto tenía su efecto negativo en lo tocante a las reivindicaciones serias de entonces, ya que se adquiría así cierto halo malsano de esnobismo intelectual muy perjudicial por un lado, y un egoísmo injustificado. Por supuesto hablamos sólo de los pasotas, los auténticos hippies, pues los activistas compartían ciertas pautas y estética, pero porque toda época tiene su estética. Esto fue muy notable también en nuestro país, cuando empezaron a instalarse en Ibiza parecían ignorar que existía una dictadura viva y operante.
En España, el hippismo entró diez años después de lo que se puede considerar su nacimiento, como ha venido siendo la tendencia de este país respecto a las modas y a las músicas, de la mano de Pau Riba, Jordi Batiste o Hilario Camacho, entre otros, dando lugar a grupos de tendencias psicodélicas y de rock progresivo sobre todo en Andalucía y Cataluña: Smash, Triana, Iceberg, Gong, Companyia Elèctrica Dharma, Barcelona Traction… Pero también de otros lugares: Dolores, los gallegos NHU, los vascos Errobi… No obstante, el hippismo a la americana no se entendió muy bien aquí, ya que conllevaba la marginación voluntaria y la no acción política. Dicen las malas lenguas que los que de aquí se hicieron hippies eran niños ricos que podían jugar a hippies y que, cuando se cansaran, podrían volver al puesto que su papá le tenía asignado en la empresa o en el negocio familiar (no sé hasta qué punto de verdad esto fue verdad, pero también se podía decir lo mismo de ciertos activistas).

Los hippies contribuyeron a cambiar el mundo de entonces, no se puede negar. Pero pagaron un precio muy alto, sucumbiendo a sus contradicciones, a sus vicios, quizás por ellos mismos, quizás por una mano negra que mueve los hilos hasta del mismo presidente de los Estados Unidos…

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