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El último viaje del Hombre en la Luna


Es un pequeño paso para un hombre,
un salto gigantesco para la humanidad.

Neil Armstrong (1930-2012)

La exploración y el descubrimiento han sido de siempre la gran aspiración de la humanidad; así que, cuando el mundo entero fue descubierto (y Gagarin_in_Swedencolonizado) por las potencias occidentales, se abrió un nuevo horizonte de exploración: aquello que desde hace más de mil años, gentes como Ptolomeo, Aristóteles, Copérnico, Galileo, Newton y otros habían estado observando y conjeturando sobre ello; el espacio se convirtió desde entonces hasta nuestros días en la última frontera –como dice una popular serie de ciencia ficción estadounidense-. Y, como en el pasado, en el que las grandes potencias, enemistadas económica y, a menudo, militarmente, realizaban una carrera por la dominación de los territorios (los imperios español y británico por el Nuevo Mundo, junto a los reinos de Portugal y Francia; las grandes potencias occidentales por el “mundo por civilizar” de África y Asia, etc.), en los años 50, la conquista del espacio tuvo carices políticos, por cuanto enfrentaba a las dos grandes potencias que dividían el mundo en dos (o en 3): los Estados Unidos de América y la Unión Soviética. Cada una de las potencias, cuando oían de un nuevo proyecto o artilugio del enemigo, lo tomaban con precaución, ya que podía ser que, a parte de para conquistar el espacio, fuera también para destruir al otro. Así que cuando la Unión Soviética lanzó en 1957 el Sputnik 1, gran parte de los dirigentes y de la población norteamericana tuvo pavor, pero en su gran mayoría alimentó los sueños de una generación, ávida lectora de novelas de ciencia ficción y de tebeos sobre la amenaza extraterrestre (tebeos no muy apolíticos en el fondo, ya que gran parte de sus argumentos estaban inspirados directamente en la Guerra Fría); y más aún cuando la Unión Soviética lanzó al espacio al primer ser humano: Yuri Gagarin.

DIAZ DISCO702Eran hechos que, en el panorama de la guerra fría y el rearme nuclear, despertaban la desconfianza en la población estadounidense, y a la vez un prodigioso imaginario juvenil en todo el mundo: tebeos, películas, series y una nueva edad de oro para la literatura, clásica y nueva, de ciencia ficción, antes de que los exploradores galácticos, los guerreros extraterrestres, los invasores marciano-soviéticos, los tiranos del universo (caracterizados como soberanos asiáticos), fuesen destronados por los superhéroes Marvel, no sin antes dar el gran campanazo con La Guerra de las Galaxias de George Lucas. Esta inmensa producción se asentaba en la misma duda que tuvieron los exploradores de eras pasadas: fuera de estas fronteras, en el territorio por explorar, ¿hay vida?, ¿existen otros hombres?, ¿cómo serán? Si en el mundo, que es finito, había vida humana en lugar de un gran abismo por donde se despeñaban los barcos, cabe esperar aun más de un universo que se nos presenta como infinito. La cultura espacial tuvo un gran impacto en el imaginario de algunos músicos de los 60 que se habían criado con toda esa producción fantástica: Paul Kantner, cerebro de los Jefferson Airplane, lo desarrolla en muchas de sus canciones (War Movie, Crown of Creation,…) y mucho más en su proyecto Paul Kantner/ Jefferson Starship, un disco, Blow against the Empire, que reunía a varios músicos amigos, el cuál fue el primer disco de rock en ganar el premio Hugo de ciencia ficción; también el gran David Bowie presenta varios de sus primeros trabajos con argumentos del imaginario de la ciencia ficción; y nuestro Manolo Díaz, primero cantautor y luego productor de muchos otros. Pero fue Jim McGuinn con su grupo, los Byrds, el gran pionero del que podríamos llamar el “rock galáctico”. Jim –después Roger- McGuinn escribía en 1966 una canción para el disco de los Byrds de aquel año; “Mr. Spaceman” puede considerarse el primo galáctico del “Mr. Tambourine Man” de Dylan:

En Smothers Brothers Show, 1967 (David Crosby ya había dejado el grupo)

Mr. Spaceman

Woke up this morning with light in my eyes
And then realized it was still dark outside
It was a light coming down from the sky
I don’t know who or why

Must be those strangers that come every night
Those saucer shaped lights put people uptight
Leave blue-green footprints that glow in the dark
I hope they get home all right

{Refrain}
Hey, Mr. Spaceman
Won’t you please take me along
I won’t do anything wrong
Hey, Mr. Spaceman
Won’t you please take me along for a ride

Woke up this morning, I was feeling quite weird
Had flies in my beard, my toothpaste was smeared
Over my window, they’d written my name
Said, so long, we’ll see you again

Señor Astronauta

Me levanté esta mañana con luz en los ojos/ y entonces me di cuenta de que todavía estaba oscuro afuera/ Era una luz que venía desde el cielo/ No sé quién o por qué.// Deben ser esos extraños que vienen cada noche/ esas luces en forma de platillo ponen a la gente tensa/ Dejan huellas verde-azuladas que brillan en la oscuridad/ Espero que lleguen bien a casa.// ¡Eh, señor Astronauta!/ ¿no me llevarás, por favor?/ No haré nada mal/ ¡Eh, señor Astronauta!/ ¿No me llevarás para un viaje?// Me levanté esta mañana, me sentía bastante raro/ Tenía moscas en mi barba, mi pasta de dientes estaba untada/ sobre mi ventana, habían escrito mi nombre/ Decían, hasta luego, nos volveremos a ver.

Jim McGuinn

http://www.cowboylyrics.com/lyrics/byrds/mr-spaceman-12195.html

Armstrong, Michael Collins, and Buzz AldrinY en 1969 llegó el gran hito, no sé si decir, del siglo, cuando a bordo del Apolo 11 Michael Collins, Buzz Aldrin y Neil Armstrong, alunizaron, alucinando a todo el planeta, y Armstrong, con permiso de Tintín y del Capitán Haddok, se convirtió en el primer hombre en pisar la luna. Todo el mundo estuvo pendiente. Claro que, como todo descubrimiento, tenía su parte fascinadora y su parte desencantadora: fascinadora, porque abría nuevas posibilidades y nuevos horizontes; desencantadora porque, a fin de cuentas, se confirmó ya del todo que la luna, por muy bonita que luzca en el cielo nocturno, no deja de ser un gran pedazo de roca que orbita alrededor de la tierra. Sin embargo, la hazaña despertó admiración entre muchos; y así, de nuevo Jim McGuinn es el que les dedica esta curiosa canción que cerraba el disco de los Byrds, Ballad of Easy Rider, aunque es en realidad una canción del cantante country Zeke Manners:

Armstrong, Aldrin and Collins

Minus 20 in counting…19..18..17..16..15..14..13..12..11..
10..9..8..7..6..5.. we have ignition..3..2..1..
We have lift off

Armstrong, Aldrin and Collins were launched away in space
Millions of hearts were lifted, proud of the human race
Space control at Houston, radio command
The team below that gave the go they had God’s helping hand

http://www.lyricsmania.com/armstrong,_aldrin_and_collins_lyrics_byrds_the.html

Cuenta atrás hacia 20 (…)/ … tenemos ignición… (…)/ … Despegue// Armstrong, Aldrin y Collins fueron lanzados al espacio/ Millones de corazones se encendieron, el orgullo de la raza humana/ Control espacial en Houston, órdenes de radio/ El equipo de abajo que dio la energía tuvieron la ayuda de la mano de Dios.

Zeke Manners – Scott Seeley

Neil_Armstrong_poseDesde entonces, el mundo básicamente se dividía en dos: en los que creía que el hombre estuvo en la luna y en los que no (o al menos no en esa ocasión), y en base a esto, diversas teorías, algunas disparatadas y otras algo más creíbles. Recientemente, al parecer, se ha podido comprobar que hubo presencia humana en la luna, al poder demostrar que hay allí objetos dejados por los astronautas: a fin de cuentas, y seguramente al margen de los propios astronautas, la conquista de la luna también se enmarcaba dentro del panorama paranoide de la guerra fría. No obstante, hay que reconocerle a Neil Armstrong la gran hazaña y el honor de haber sido el primer ser humano en pisar la luna. Por eso, aquí va una canción de los REM:

Man on the Moon

Mott the Hoople and the game of Life (Yeah, yeah, yeah, yeah)
Andy Kaufman in the wrestling match (Yeah, yeah, yeah, yeah)
Monopoly, Twenty-one, Checkers, and Chess (Yeah, yeah, yeah, yeah)
Mister Fred Blassie in a breakfast mess (Yeah, yeah, yeah, yeah)
Let’s play Twister, let’s play Risk (Yeah, yeah, yeah, yeah)
See you heaven if you make the list (Yeah, yeah, yeah, yeah)

Now, Andy did you hear about this one
Tell me, are you locked in the punch
Andy are you goofing on Elvis? Hey, baby
Are we losing touch
If you believed they put a man on the moon, man on the moon
If you believe there’s nothing up his sleeve, then nothing is cool

Moses went walking with the staff of wood (Yeah, yeah, yeah, yeah)
Newton got beaned by the apple good (Yeah, yeah, yeah, yeah)
Egypt was troubled by the horrible asp (Yeah, yeah, yeah, yeah)
Mister Charles Darwin had the gall to ask (Yeah, yeah, yeah, yeah)

Now Andy did you hear about this one
Tell me, are you locked in the punch
Hey, Andy are you goofing on Elvis? Hey, baby.
Are you having fun
If you believed they put a man on the moon, man on the moon
If you believe there’s nothing up his sleeve, then nothing is cool

Here’s a little agit for the never-believer (Yeah, yeah, yeah, yeah)
Here’s a little ghost for the offering (Yeah, yeah, yeah, yeah)
Here’s a truck stop instead of Saint Peter’s (Yeah, yeah, yeah, yeah)
Mister Andy Kaufman’s gone wrestling
Yeah, yeah, yeah, yeah

Now Andy did you hear about this one
Tell me, are you locked in the punch
Hey Andy are you goofing on Elvis, hey baby, are we losing touch
If you believed they put a man on the moon, man on the moon
If you believe there’s nothing up his sleeve, then nothing is cool

http://www.lyrics007.com/R.E.M.%20Lyrics/Man%20On%20The%20Moon%20Lyrics.html

El hombre en la luna

Mott the Hoople y el juego de la Vida/ Andy Kaufman en la lucha libre/ Monopoly, Veintiuno, Damas, y Ajedrez/ El señor Fred Blassie en un desayuno caótico/ Juguemos al Twister, juguemos al Risk/ Te veré en el Cielo si haces la lista// Entonces, Andy, ¿oíste lo de éste?/ Dime, ¿estás encerrado en el ponche?/ Andy, ¿dices tonterías sobre Elvis? Eh, cariño/ ¿Estamos perdiendo el toque?/ Si creyeras que pusieron a un hombre en la luna, un hombre en la luna/ Si crees que no hay nada sobre su manga, entonces nada mola.// Moises fue caminando con el cayado de madera/ Newton se llevó un mamporro en la cabeza por la manzana, bien/ Egipto tuvo problemas con el horrible áspid/ El señor Charles Darwin tuvo las agallas de preguntar.// (…)// He aquí un pequeño agit para el nunca-creyente/ He aquí un pequeño fantasma para el oferente/ He aquí una parada de camiones en vez de la de San Pedro/ El señor Andy Kaufman se fue a la lucha libre…

(Mis disculpas: la traducción de las canciones de REM se me siguen resistiendo…)

Suite de los ojos azules para Judy Collins


Lanzada como sencillo junto a Long time gone, canción algo más política de David CrosbyHacia 1967, los Byrds estaban un poco enfadados con uno de sus miembros: las diatribas políticas lanzadas durante el festival pop de Monterey entre canción y canción, junto a su participación en la actuación de Buffalo Springfield para suplir la baja de Neil Young en el mismo festival, hicieron que Jim McGuinn y Chris Hillman se azoraran bastante con David Crosby, quien, por su parte, se estaba enfadando porque el grupo consideraba algunos temas suyos, como “Triad”, demasiado arriesgadas. Así que entre el 67 y el 68, Crosby comenzó a abandonar la banda pionera del folk-rock.

En ese año de 1968, Buffalo Springfield, pioneros del country-rock y uno de los mejores grupos de folk-rock de la mitad de los 60, quebraban. Stephen Stills, vocalista y guitarrista de la banda, se reencontraría con su amigo David Crosby y empezaron a madurar la idea de un grupo nuevo de folk-rock, con una fuerte base vocálica armónica.

Al otro lado del océano, Graham Nash, cansado del éxito comercial y de no poder, por ello, hacer las canciones que a él le gustaría hacer, abandona el grupo de pop británico, The Hollies, y se traslada a Los Ángeles. Una vez allí, David Crosby, que era su amigo, le encuentra y le invita a una reunión con Stephen Stills para hablar sobre la fundación de un grupo vocálico de folk-rock. Nash aceptó.

La cantautora Judy Collins era aquella "Judy Blue Eyes"Judy Collins era una de las cantautoras y folksingers más veteranas que, siendo una de las alumnas del gran Pete Seeger, no le asustó el cambio musical producido a la mitad de los 60. Por aquellos entonces, era novia de Stephen Stills, y fue en su casa en donde se reunieron los tres músicos para fundar Crosby, Stills & Nash: el grupo que, básicamente, inventó el country-rock. En 1969, el ex-Buffalo Springfield Neil Young se unía al grupo, transformándolo en el cuarteto Crosby, Stills, Nash & Young; su presentación se produjo en la segunda parte de la actuación del trío anterior en el festival de Woodstock, y le dio al grupo una orientación más rockera, frente a su primer disco, en donde primaba mucho lo acústico.

Y así se fundó el trío que más tarde sería cuarteto. Y como en gran medida la responsable de todo aquello fue la gran cantautora Judy Collins, su carta de presentación fue esta canción, una suite que alternaba las harmonías de Crosby y Nash con los solos de Stills, y que acababa con un son cubano cantado en castellano, titulada “Suite: Judy Blue Eyes”, un mensaje de amor de Stills a Collins, pero también un guiño de agradecimiento a su ayuda.

Suite: Judy Blue Eyes

It’s getting to the point where I’m no fun any more
I am sorry
Sometimes it hurts so badly I must cry out loud
I am lonely
I am yours, you are mine, you are what you are
You make it hard

Remember what we’ve said, and done
And felt about each other
Oh, babe, have mercy
Don’t let the past remind us of what we are not now
I am not dreaming
I am yours, you are mine, you are what you are
You make it hard

Tearing yourself away from me now, you are free
And I am crying
This does not mean I don’t love you, I do, that’s forever
Yes, and for always
I am yours, you are mine, you are what you are
You make it hard

Something inside is telling me that I’ve got your secret
Are you still listening?
Fear is the lock, and laughter the key to your heart
And I love you
I am yours, you are mine, you are what you are
And you make it hard
And you make it hard
And you make it hard

Friday evening
Sunday in the afternoon
What have you got to lose?
Tuesday morning
Please be gone, I’m tired of you
What have you got to lose?

Can I tell it like it is?
Help me I’m suffering
Listen to me baby
It’s my heart that’s suffering
Help me, I’m crying to you
It’s dyin’ and that’s what I have to lose

I’ve got an answer
I’m going to fly away
What have I got to lose?
Will you come see me
Thursdays and Saturdays
What have you got to lose?

Chestnut brown canary
Ruby throated sparrow
Sing a song, don’t be long
Thrill me to the marrow

Voices of the angels
Ring around the moonlight
Asking me, said she so free
How can you catch the sparrow?

Lacy lilting lady
Losing love lamenting
Change my life, make it right
Be my lady

Do do do do do, do do do do do do
Do do do do do, do do do do

¡Qué linda! Me recuerda a Cuba
La reina de la Mar Caribe
Quiero sólo visitarla allí
Y qué triste que no puedo. ¡Vaya!
O Va! O Va!

[Otra versión*]

Qué linda, me la traiga Cuba
La reina de la Mar Caribe
Cielo sol no tiene sangre ahí
Y qué triste que no puedo ¡vaya!
Oh va, oh va, va

http://lyricskeeper.es/es/crosby-stills-nash/suite-judy-blue-eyes.html

Suite: Judy Ojos Azules

Se está llegando a un punto en el que ya no me divierto más/ Lo siento/ A veces duele tanto que tengo que gritar fuerte/ Estoy solo/ Soy tuyo, eres mía, eres lo que eres/ Lo haces difícil// Recuerda lo que hemos dicho, y hecho/ y sentido por el otro/ Oh, cariño, ten piedad/ No dejes que el pasado nos recuerde lo que no somos ahora/ No estoy soñando/ Soy tuyo, eres mía, eres lo que eres/ Lo haces difícil// Te estás apartando de mí ahora, eres libre/ y yo estoy llorando/ Eso no significa que no te quiera, al contrario, es para siempre/ sí, y por siempre./ Soy tuyo, eres mía, eres lo que eres/ Lo haces difícil// Algo dentro de mí me dice que tengo tu secreto/ ¿Me oyes aún?/ El miedo es el cerrojo, y la risa la llave para tu corazón/ y te quiero// Soy tuyo, eres mía, eres lo que eres/ y lo haces difícil/ y lo haces difícil…// Viernes noche/ Domingo por la tarde/ ¿Qué tienes que perder?/ Martes por la mañana/ Por favor, vete, estoy cansada de ti/ ¿Qué tienes que perder?// ¿Puedo decirlo tal cómo es?/ Ayúdame, estoy sufriendo/ Escúchame cariño/ Es mi corazón que está sufriendo/ Ayúdame, te lo estoy gritando/ Se muere y eso es lo que tengo que perder.// Tengo una solución/ Voy a irme volando/ ¿Qué tengo que perder?/ ¿Me vendrás a ver/ los jueves y los sábados?/ ¿Qué tienes que perder?// Castaño canario marrón/ gorrión de garganta de rubíes/ canta una canción, no tardes,/ emocióname hasta la médula.// Las voces de los ángeles/ que suenan alrededor de la luz de la luna/ me preguntan, dijeron ella es tan libre,/ ¿cómo se puede atrapar un gorrión?// Perezosa dama iluminada/ que se lamenta por la pérdida del amor/ Cambia mi vida, corrígela/ Sé mi dama// Do do do… 

Stephen Stills

Crosby, Stills & Nash

* Las estrofas finales, cantadas en castellano, solían cambiar en cada actuación: la primera pertenece al enlace de la wikipedia, y la segunda al otro enlace. No vuelvo a reproducirlas porque, obviamente, no precisan traducción.

Y una mano excelente, en el Festival de Woodstock, en lo que era la segunda actuación en público del grupo:

Lover of the Bayou


The_Byrds_-_(Untitled)_album_coverPara 1970, el conjunto que fundó directamente el estilo folk-rock, The Byrds, había cambiado tanto de formación como de estilo, e incluso su líder, Jim McGuinn, había cambiado su nombre a Roger (siguiendo las indicaciones de un sacerdote subud). Durante el fenómeno de “regreso a las raíces” que experimentaron muchos de los grupos más experimentales de finales de los años 60, los Byrds, al igual que otras bandas nacidas al amparo de la tradición musical estadounidense, tanto negra como blanca, se volcaron hacia el country-rock, e incluso fue un grupo lanzadera para el nacimiento de otras bandas practicantes de este estilo.

En el año 70, los Byrds (Roger McGuinn, guitarra y voz solista; Clarence White, guitarra y voz;  Skip Battin, bajo y voz; y Gene Parsons, batería) publican un disco doble (que en su reedición se convertiría en triple), formado por un volumen en directo y otro de estudio, que se abría con una impresionante canción coescrita por McGuinn junto al director teatral Jacques Levy, inmersa en el ambiente pagano del vudú de los pantanos de Louisiana, y con cierta música inspirada en el estilo swamp-rock, popularizado por la genial banda Creedence Clearwater Revival: “Lover of the Bayou”, el amante del pantano.

The Byrds 2De acuerdo a la ficha que nos presenta la Wikipedia, “Lover of the Bayou”, junto a otras pistas del disco, estaba pensado para ser incluido en un musical country-rock escrito por Levy, basada en la obra de Henrik Ibsen Peer Gynt, ambientada en el sur de Estados Unidos de la mitad del siglo XIX; el proyecto, sin embargo, no salió adelante. La canción en particular fue pensada para que la cantara el protagonista de la abortada obra, mientras trabaja como contrabandista de licores y traficante de armas para ambos bandos: la Unión y la Confederación; aunque McGuinn afirmaba que la canción, en realidad, estaba pensada para que la cantara un médico-brujo vudú llamado Big Cat. Así pues, la mezcla de paganismo vudú, la historia de la guerra civil, la amoralidad y tono de maldito del personaje, junto a su música sureña, hacen de “Lover of the Bayou” una pieza irresistible de blues de los pantanos de Louisiana…

Lover of the Bayou

Catfish pie in gris gris bag
I´m the lover of the bayou
Mark your doorstep with a half wet rag
I´m the lover of the bayou
Raised and swam with the crocodile
Snake-eye taught me the Mojo style
Sucking weed on chicken bile
I´m the lover of the bayou

I learned the key to the master look
I learned to float in the water clock
I learned to capture the lightning shock
I´m the lover of the bayou
And I got cat´s an’ teeth and hair for sale
I´m the lover of the bayou
Look out, look out, Baron Zombies on your tail
I´m the lover of the bayou

I cooked the bat in the gumbo pan
I drank the blood, drank the blood from a rusty can
Turned me into the Honga man
I´m the lover of the bayou

http://letras.terra.com/byrds/281508/

El amante del pantano

Tarta de siluro en una bolsa de talismanes de buena suerte/ soy el amante del pantano./ Marca tus peldaños con medio trapo húmedo,/ soy el amante del pantano/ Me levanté y nadé con el cocdrilo/ Ojo-de-Serpiente me enseñó el estilo Mojo/ sorbiendo hierbas en bilis de pollo/ Soy el amante del pantano.// Aprendí la clave para el aspecto maestro/ aprendí a flotar en el reloj de agua/ aprendí a capturar la sacudida ligera/ Soy el amante del pantano/ Y tengo algunos dientes y pelo de gato para vender/ Soy el amante del pantano/ Cuidado, cuidado, el Barón Zombi está detrás de ti/ soy el amante del pantano// Cociné el murciélago en el gumbo pan/ bebí la sangre, bebí la sangre de una lata oxidada/ me convirtió en el Hounga*/ Soy el amante del pantano.

Roger McGuinn & Jacques Levy

*Sacerdote masculino del vudú.

Ha sido medianamente difícil descifrar la jerga vudú y negra sureña presente en la canción. Podéis contrastar la traducción en estos dos diccionarios on-line:

Diccionario de términos vudú (en inglés): http://www.hartford-hwp.com/archives/43a/125.html

Diccionario de dialectos sureños (inglés): http://www.thedialectdictionary.com/view/letter/Black+Country/page3/?view=standard

Y no te pierdas a McGuinn cantándola aquí, en España, en este fragmento perteneciente al festival de Vitoria/ Gasteiz:

Jefferson-Aeromodelismo: la azotea de la casa en las esquinas de Pooneil


rooftopY llegamos al final del disco, con una canción tremenda. Crown of Creation no es un disco conceptual o una ópera rock, pero junto a la portada hay tres canciones que definen el sentido apocalíptico y pesimista del disco: “Crown of Creation”, basado en el gusto de Kantner por la literatura de ciencia ficción (no es un caso único: parecía ser un gusto general entre los músicos hippies, como Jim McGuinn), en el que deja ver un espacio para la esperanza a pesar de la destrucción; “Ice Cream Phoenix”, ese poema apocalíptico de Jorma Kaukonen, en el cual la gente se ama a pesar de que no haya mañana; y la de hoy, que tiene sorpresa. Como dice Jeff Tamarkin, autor del libro oficial sobre Jefferson Airplane Got a Revolution! (¿alguien sabe si está editado en España?) en la reedición del álbum, “The House at…” es el gemelo malvado de “The Ballad Of You & Me & Pooneil”, ese himno de optimismo y vitalismo hippie. Es su gemela porque guarda la misma estructura melódica al principio: de hecho, la distorsión con la que comienza “The House…” es la misma con la que acaba “The Ballad…”; y es malvada porque, mientras “The Ballad…” era una balada medianamente optimista, que revelaba las ganas de vivir y hacer cosas, “The House…”, simple y llanamente, es una balada sobre el holocausto nuclear, y es que, como muchas veces he/ hemos dicho, el movimiento hippie y todos sus fenómenos no se entienden sin el trasfondo de la Guerra Fría y la carrera nuclear entre EE. UU y la U. R. S. S. El mismo título revela esa oposición a su balada de 1967, refiriéndose además a la casa en la que vivían y trabajaban, como “la casa que está en la esquinas de Pooneil”, siendo Pooneil un compuesto de dos influencias de Paul Kantner, autor, junto a Marty Balin, de esta canción: el libro infantil Winnie the Pooh y el cantautor Fred Neil; pienso que el concepto de la esquina se refiere a que, en cierto modo, esta visión apocalíptica se deriva de la anterior canción. Ambas canciones pueden entenderse como un continuo, pero son más bien, como dice Kantner, la cara de la misma moneda: esa distorsión no es una continuación, sino como el doblar la esquina y, mediante cierta inversión de la melodía original, recorrer el mundo pesimista que se opone a la canción original.

El ambiente del disco, con estas tres canciones, resulta pesimista, pero también, como dice Jeff Tamarkin, deja cierto espacio a la esperanza: siempre hayJefferson Airplane Jefferson_airplane_1 algo por lo que la vida de uno deba sobrevivir, la gente se amaría incluso sabiendo que el mañana no existe e, incluso en ésta, se revela que siempre hay algo que se pueda hacer; y así, esa “corona de la creación” puede ser el hongo atómico que sale en la portada, o la humanidad, como dijo en cierto modo Nietzsche (que es quien he visto que usa el término antes, aunque probablemente ya hubiera sido inventado): sea lo que fuera, los que realmente se coronaron con este trabajo fueron los propios Jefferson Airplane. Así pues, el mismo trío Paul Kantner-Marty Balin-Grace Slick que nos revelaba sus sueños en 1967, ahora nos habla de su pesadilla en 1968, con ese órgano tétrico (¿tocado por Grace?) y el duelo vocálico entre Grace y Marty, hablando de mundos de pesadilla aderezados con frases e imágenes surrealistas que le quitan cierto peso pesimista a la canción. ¡Bienvenidos a la casa en las esquinas de Pooneil!

The House At Pooneil Corners

You & me we keep walkin’ around & we see
All the bullshit around us
You try & keep your mind on what’s going down
Can’t help but see the rhinoceros around us
& you wonder what you can do
& you do what you can
To get bald & high
& you know I’m still goin’ need you around
You say it’s healing but nobody’s feeling it
Somebody’s dealing – somebody’s stealing it
You say you don’t see & you don’t
You say you won’t know & you won’t let it come
Everything someday will be gone except silence
Earth will be quiet again
Seas from clouds will wash off the ashes of violence
Left as the memory of men
There will be no survivor my friend
Suddenly everyone will look surprised
Stars spinning wheels in the skies
Sun is scrambled in their eyes
While the moon circles like a vulture
Someone stood at a window & cried
‘One tear I thought that should stop a war
But someone is killing me’
& that’s the last hour to think anymore
Jelly & juice & bubbles – bubbles on the floor
Castles on cliffs vanish
Cliffs like heaps of rubbish
Seen from the stars hour by hour
As splintered scraps & black powder
From here to heaven is a scar
Dead center – deep as death
All the idiots have left
Epitaph
The cows are almost cooing
Turtle doves are mooing
Which is why a poo is pooing
In the sun
Sun.

La casa en las esquinas de Pooneil

Tú y yo seguimos caminando y vemos/ toda la porquería que nos rodea/ Tratas de fijar tu mente en lo que está pasando/ No puedes ayudar pero ves los rinocerontes a nuestro alrededor/ y te preguntas qué puedes hacer/ y haces lo que puedes/ quedarte calvo y colocado/ y sabes que todavía voy a necesitarte a mi alrededor/ Dices que se cura pero nadie lo siente/ Alguien está comerciando – alguien lo está robando/ Dices que no ves y no lo ves/ dices que no sabrás y no lo dejarás venir/ Todo se acabará algún día excepto el silencio/ la Tierra será silenciosa otra vez/ Los mares desde las nubes harán desaparecer las cenizas de la violencia/ dejadas como recuerdo de los hombres/ No habrá supervivientes, amigo/ De repente todos parecerán sorprendidos/ las estrellas girando como ruedas en los cielos/ el sol se ha mezclado en sus ojos/ mientras la luna vuela en círculos como un buitre/ Alguien estuvo en la ventana y gritó/ “Pensé que una lágrima pararía una guerra/ pero alguien me estaba matando”/ y ésa es la última hora para pensar en algo más/ gelatina y zumo y burbujas – burbujas en el suelo/ Los castillos en los acantilados desaparecen/ los acantilados parecen montañas de basura/ vistos desde las estrellas hora a hora/ como trozos astillados y pólvora negra/ De aquí al Cielo hay una cicatriz/ punto muerto – profundo como la muerte/ Todos los idiotas han dejado/ un epitafio/ las vacas están casi arrullándose/ las tortugas, las palomas mugen/ es por eso que una caca está cagando/ en el sol./ Sol.

Paul Kantner & Marty Balin

Y ahora la sorpresa que os había prometido. Una mañana de invierno, los habitantes de Nueva York se estremecieron (quizás como dice la canción de repente todos parecerán sorprendidos) cuando un loco con una voz hiperamplificada que no parecía venir de ninguna parte comenzó a gritar “¿Hola Nueva York? ¡Nueva York despiértate! (…) ¡Música gratis! ¡Amor libre!” (Free music, free love: en inglés free tiene la ambivalencia de “gratis” y “libre”) y a continuación los edificios comenzaron a temblar bajo los ecos del feroz bajo de Jack Casady… Y así, un año antes que los Beatles, Jefferson Airplane dio el primer concierto desde una azotea (si no contamos con el recital de Raimon en el CAUM en 1965: no es que cantara en la azotea, pero la masiva afluencia obligó a poner altavoces en los balcones del local para que se pudiera seguir desde la calle). El evento, que fue grabado en principio por el cineasta francés Jean Luc Godard, quien en su concepción revolucionaria veía a los Airplane como los máximos representantes de la revolución juvenil. Godard no acabó el corto, y fue finalizado por D. A. Pennebaker, el documentalista del rock (también grabó Monterey), y así el corto se tituló One P. M., que en realidad significa “Una Película de Pennebaker”. El concierto acabó… Mejor que lo veáis vosotros mismos:

Jefferson-Aeromodelismo: “Triad”, por David Crosby


David-Crosby-rh01[1]Ésta es una de las pocas canciones que el grupo versionó de otro artista, y aún contemporáneo, aunque la historia es un poco más compleja. David Crosby era miembro fundador del grupo padre (inmediato) del folk-rock The Byrds, y, aunque, por lo general, los músicos californianos parecían una gran familia en la que unos y otros colaboraban en las actuaciones y grabaciones de otros, la figura de Crosby, junto a la de Jerry García, era una de las más importantes, especialmente para los Jefferson Airplane. En 1968, los Byrds estaban grabando y editando el disco The Notorious Byrd Brothers, pero por diferentes motivos, Crosby estaba en pleno proceso de separación de su banda; uno era su izquierdismo militante: los otros miembros, especialmente Roger/ Jim McGuinn, consideraban que las presentaciones de las canciones que Crosby hacía en los conciertos eran excesivamente largas y políticamente cargadas. Y, para colmo, la banda desestimó un tema de Crosby que trataba sobre un triángulo amoroso, por considerarla muy arriesgada (no obstante, en la reedición del disco se puede escuchar en la sección de bonus). Aunque Crosby la cantaría más adelante, por entonces, se la regaló a su amiga Grace Slick y a sus chicos de Jefferson Airplane, banda con la que, además de buen amigo, colaboraba y colaboraría en varias ocasiones, en grabaciones de disco, apariciones en televisión y conciertos, de una forma u otra.

La canción habla, ni más ni menos, que de una relación amorosa a tres bandas, cómo la ve la sociedad y el miedo de las otras dos partes: es una especieGrace-Slick-David-Crosby.bmp de invitación para convencer a las otras parte. Según parece, David Crosby tuvo varias relaciones de este tipo a lo largo de su vida, y Grace, aunque hay quien cree que tenía también una relación a dos bandas con Spencer Dryden y con Jack Casady, batería y bajista respectivamente de Jefferson Airplane, en realidad ella confiesa que nunca tuvo una relación así, pero que de haberla tenido éstas son las palabras que hubiera dicho. La canción no es tanto, como he leído por ahí por parte de mentes calenturrientas, sobre un ménage-à-trois, que es algo más de índole meramente sexual, sino de una relación amorosa a tres bandas en la que el sexo aparece de manera tan implícita como en las relaciones convencionales. Imagino que, a pesar de su harmonioso y delicado tratamiento de balada lenta en clave de folk-rock, la canción debió armar un gran revuelo, y debió ser vetada en diversas emisoras y programas de televisión, cosa que no sería óbice para que alcanzara un cierto éxito:

Triad

You want to know how it will be
Me and him OR you and me
You both stand there your long hair flowing
Eyes alive your mind still growing
Saying to me–"What can we do now that we both love you",
I love you two– I don’t really see
Why can’t we go on as three
You are afraid–embarrassed too
No one has ever said such a thing to you
Your mother’s ghost stands at your shoulder
Face like ice–a little bit colder
Saying to you–"you can not do that, it breaks
All the rules you learned in school"
I don’t really see
Why can’t we go on as three
We love each other–it’s plain to see
There’s just one answer that comes to me
–Sister–lovers–water brothers*
And in time–maybe others
So you see–what we can do–is to try something new–
If you’re crazy too–
I don’t really see
Why can’t we go on as three.

Tríada

Quieres saber cómo será/ yo y él O tú y yo/ Los dos estáis ahí, vuestros largos cabellos ondeando/ Los ojos vivos vuestra mente todavía está madurando/ diciéndome “Qué podemos hacer ahora que los dos te amamos”,/ os quiero a los dos. Realmente no veo/ por qué no podemos convertirnos en tres./ Estáis asustados, también avergonzados/ Nadie os ha dicho nunca una cosa así./ El fantasma de vuestra madre permanece en vuestro hombro/ la cara como el hielo, un poco más fría/ diciéndoos “no puedes hacer eso, rompe/ todas las reglas que aprendiste en el colegio”/ Realmente no veo/ por qué no podemos convertirnos en tres./ Nos amamos los unos a los otros, se ve claro/ sólo hay una respuesta que me viene/ Hermana-amante-hermanos de agua/ y con el tiempo tal vez otros/ así veis que lo que podemos hacer es probar algo nuevo/ si también estáis locos/ Realmente no veo/ por qué no podemos convertirnos en tres.

David Crosby

* El término water brothers es del libro Stranger in a Strange Land [Forastero en tierra extraña] de Robert A. Heinelein, que experimentó (entre otras cosas) el matrimonio/ estructuras familiares no tradicionales. El término es originario de Marte, e indica la más profunda relación posible. Su significado literal es “alguien con quien se ha compartido agua”, un gesto muy desinteresado en el planeta seco. – George, Harmsway, MN (http://www.songfacts.com/detail.php?id=1662, la traducción es mía)

Para la versión original de Crosby, sólo hay que cambiar los géneros de la letra. Aquí tenéis la versión original, grabada por los Byrds, aunque no salió en su día:

Historia del movimiento hippy. II parte


Los cincuenta se acababan con el gran evento de la década: la Revolución Cubana (de la que en la actualidad sólo quedan iconos e imágenes, habiendo pasado de revolución popular a dictadura personal). Al mismo tiempo, la guerra fría se había recrudecido, muy especialmente por la experimentación con misiles y la carrera espacial que ambas potencias poseían, llegando en los dos lados a una esquizofrenia enfermiza que desemboca en ambos bandos en espionajes y contraespionajes. En Estados Unidos, es el siniestro senador McCartthy el que aprovecha la paranoia del país para llevar a cabo un auténtico control político sobre políticos y artistas más digno de un régimen fascista, o incluso de la rusia estalinista, que de un régimen democrático. Actores y directores, como Charles Chaplin, músicos como Pete Seeger, o escritores como Ginsberg, sufrieron el vigilante ojo del anticomunismo americano. El punto álgido internacional llegó cuando Fidel Castro, buscando aliados en este teatro, se define comunista y recaba la ayuda de la Unión Soviética: los rusos ponen misiles en Cuba apuntando a Estados Unidos. El momento es tan caliente internacionalmente que incluso el papa Juan XXIII apela al catolicismo de Kennedy para parar una locura. Años atrás, el presidente Eisenhower había acercado posturas con el general Franco, poniendo, a cambio de ayuda económica, bases en diversos sitios, como Rota o Torrejón.
Aquel momento de la guerra fría fue muy determinante: tuvo un tremendo impacto en la mente de muchos, especialmente de jóvenes, que empezaron a plantearse y a cuestionarse la fuerza militar. Fue precisamente el episodio de los misiles cubanos el que inspiraría a Bob Dylan una de sus mejores canciones de la época folk: «A hard rain’s a gonna fall» hablaba del miedo y de la posibilidad de la destrucción total bajo la amenaza de la guerra atómica. El movimiento folk se había renovado con nuevos nombres, como Joan Baez, Judy Collins, Tom Paxton, Richie Havens, y, por supuesto, Bob Dylan, que fue el primero de ellos en tener un éxito popular inequívoco del que muchos expertos aseguran que en cierto sentido fue su muerte artística. No suponía realmente una renovación de temas, pues el pacifismo y la lucha de los derechos civiles fue una constante del folk de los años 50, si bien, puede ser, la dimensión sindicalista hubiera decaído (excepto en Joan Baez). Folksingers blancos y negros se unen en las marchas por los derechos civiles de Martin Luther King.
Por otro lado, el mundo musical sintió la conmoción ante los grupos que venían desde el Reino Unido: los Beatles abrieron la puerta con su rock’n’roll y rythm’n’blues de raigambre americano, tras ellos grupos tan importantes como Rolling Stones, The Who, Kinks, Hollies, Animals… No suponían realmente una revolución de índole social, estrictamente hablando, pero sí una revolución en el mundo juvenil: ellos daban la impresión de no necesitar trabajar, de tener el destino en sus manos, de vivir al margen de lo que la sociedad exigía a los jóvenes: aquella era todavía una época en la que te tomaban en serio a partir de los 25 y no antes. Aunque las canciones pudieran ser frívolas a veces, o no decir nada más que «te quiero, me quieres», sí es cierto que abrían las nuevas posibilidades de una nueva forma de ver las relaciones entre los jóvenes. Sin embargo, estos muchachos todavía no tendrían grandes cosas que decir por ahora.
El panorama bohemio y underground era otra cosa. El mundo del jazz iba por otros derroteros, con nombres como Pharoah Sanders, John Coltrane y otros más; un mundo muy minoritario e intelectual comparado con el beat británico, el soul (rythm’n’blues comercial), el folk (hasta la llegada de Dylan minoritario) o el surf californiano. El nuevo jazz tenía componentes nuevos en el que, desde los días del be-bop, a la libertad creadora del intérprete se sumaban las experiencias lisérgicas. Desde finales de los 50, Timothy Leary y Richard Alpert, profesores de psicología de la universidad de Berkeley, junto al escritor de ciencia ficción Aldous Huxley, habían sintetizado el LSD, a principios como experimento del ejército americano, para desembocar en un elemento de la contracultura generalmente antimilitarista (elemento bastante engañoso). Pronto surgieron en Estados Unidos comunas dedicadas a la experimentación del cuerpo y la introspección mental en las que los sutas budistas e hindúes se unían a la marihuana y al LSD en una supuesta búsqueda de respuestas místicas más inducidas que auténticas. De ellas, la más famosa quizás fuera el grupo activista Merry Pranksters, los alegres bromistas, dirigidos por el escritor Ken Kesey (autor de Alguien voló sobre el nido del cuco) que plasmó las tempranas vivencias del grupo a bordo de un autobús, junto a Neal Cassady (el «musa» de los poetas beats) en el libro La gasesosa de ácido eléctrico (The Electric Kool-Aid Acid Test). Estos exploradores lisérgicos participarían e incluso organizarían las primeras marchas pacifistas contra la guerra de Vietnam y los primeros conciertos propiamente llamados hippies. Ocurrió entonces, hacia 1963 ó 1964, que confluyeron bajo más o menos el mismo objetivo, los exploradores lisérgicos, algunos de los folk-singers, los músicos de jazz, y los grupos de rock-garaje admiradores del pop británico: les unía principalmente el cuestionarse el papel de su país a nivel tanto nacional como internacional.
 

Musicalmente también es una era muy revolucionaria respecto a la música popular. Entre 1964 y 1965, en los locales de California y Nueva York se vive una intensa proliferación de nuevos grupos de folk y de jazz. Uno de ellos, que alcanzó un éxito popular considerable, fue The New Christy Minstrel, autores del popular «Green back dollar», que estuvo compuesto, entre otros, por Jim McGuinn, que luego formaría The Byrds, y Barry McGuire, un cantautor de folk-rock protesta que obtuvo un éxito disimulado con esta canción, obra de P. F. Sloan y Steve Barri, con una letra apocalíptica muy del gusto de la época, influida claramente por Dylan.

Otros grupos que fueron germen de los futuros grupos flok-rock californianos y de rock de San Francisco, fueron The Journeymen, The Mugwumps o Town Criers, grupos estos que no consiguieron el reconocimiento público, pero cuyos miembros triunfarían en distintas formaciones con nuevos lenguajes: de Journeymen saldrían Scott McKenzie (cantante que sólo tuvo éxito con una canción), y John y Michelle Phillips, que junto a los Mugwumps Mama Cass Elliot y Dennis Doherty formarían The Mamas & The Papas; por su parte, otros dos Mugwumps, John Sebastian y Zal Yanovski, formarían el grupo de bluegrass y folk-rock Lovin’ Spoonful.

En 1964 se les siguen considerando betanicks, pero poco poco el murmuro de la palabra «hippie» se va haciendo más claro y audible cuando los estudiantes activistas de izquierdas, los promotores de los derechos civiles, los aventureros lisérgicos y los místicos van confluyendo en algo que era curiosamente concreto e impreciso a la vez movidos por la nueva injusticia global: la guerra de Vietnam. No obstante, el componente político no fue tan determinante en un principio entre los hippies como el misticismo, el rock y las drogas, aunque las primeras manifestaciones contra la guerra de Vietnam vienen prácticamente de manos de líderes activistas inmersos en este nuevo mundo.
En 1967 el mundo hippie tiene su capital en la ciudad californiana de San Francisco, una ciudad abierta y tolerante tradicionalmente, que también había acunado a los antiguos beatnicks y hipsters; y más concretamente en el barrio de Haight Ashbury. Tampoco es casualidad que tuviera una localización geográfica concreta dada la heterogeneidad ideológica de EE.UU: conviene no olvidar que, al igual que los negros, un beatnick o un hippie no podía atravesar los estados sureños con la sensación de sentirse como en casa, al contrario que pasaba con toda California, Nueva York y otras zonas más abiertas a la diversidad cultural. El Haight Ashbury se convierte casi en un ghetto de los hippies, y a él se acercan diversos turistas para contemplar el fenómeno, entre ellos las estrellas del pop británico para ver la nueva música que allí se estaba creando: Grateful Dead, Jefferson Airplane, Quicksilver Messenger Service, Big Brother & The Holding Co., con la maravillosa Janis Joplin al frente, eran los nuevos grupos formados por músicos que venían de antiguas formaciones o aventuras en solitarios de folk, folk-rock o jazz, practicantes de un rock nuevo y refrescado que mezclaba magistralmente el rock y el blues con el folk, el jazz, instrumentos y ritmos orientales, y nuevas visiones musicales en ocasiones inspiradas por el consumo de drogas. Estos grupos tocan juntos en las múltiples salas de música que existían entonces: el Matrix, el Avalon Ballroom, vieron los mejores momentos de estos grupos antes de que las empresas discográficas mancharan su ambición de ser simplemente músicos de San Francisco populares.
En torno a la comunidad de Haight Ashbury surgen diversas propuestas artísticas: música, teatro independiente, poesía…, pero también negocios que traían todo lo que un hippie podía desear: discos, ropa oriental, collares, cuentas, instrumentos musicales contra más exóticos mejor… A parte el negocio subterráneo de la droga, pero junto a esto prolifera la Clínica Médica Gratuita, dirigida a los chicos con problemas de drogas: no se trataba de prevención y rehabilitación, sino de enseñar a como se podía utilizar una droga sin correr riesgos o, por lo menos, los mínimos. Haight Ashbury podía parecer un paraíso urbano, un lugar donde no trabajar y poder dedicarse a la expansión personal y espiritual de uno mismo y de su cuerpo. Pocas cosas había que sacaran a un hippie de su pretendido estado mental de paz espiritual. No obstante, otros entendían las ciudades como trampas mortales en las que se atrapaba y castraba el alma humana, y comprendían que el lugar del hombre era la naturaleza: algunos huyen a los campos y abren granjas donde fundar comunas y vivir de lo que producían (algunas de ellas hoy en día perviven, sustentándose de vender sus productos): la más famosa fue la granja de Hogh Farm.
Junto a las drogas surge el fenómeno del nuevo misticismo, propugnado por los poetas beats y otros pensadores contraculturales. No fue casualidad que el principal grupo hinduista de occidente apareciera a caballo entre Nueva York y el Haight Ashbury: los Hare Krishna. Los auténticos hippies comenzaron estudiando los textos sagrados de la India, China o Japón; algunos, por su parte, practicaban una suerte de neo-paganismo, mientras que otros fijaban su fe en las raíces del cristianismo. Sin duda alguna, a pesar de utilizar las drogas como medio, éste era en principio una práctica honesta y sincera, si bien la santidad de los gurús que permitían el uso de drogas a sus discípulos era bien discutible (si su religión lo prohibía, claro); pero en el momento en que las grandes estrellas del rock y del cine comenzaron a interesarse por estas prácticas, aparecieron multitudes de maestros espirituales que venían de la India, en donde no gozaban del respeto que decían poseer, con el único objetivo de «hacerse la foto» y ganar su espiritualidad a golpe de fama: el ejemplo más sonado fue el del Maharishi Mahesh Yogi, que utilizó las ansias espirituales de los Beatles para obtener fama, además de mostrar un interés más terrenal que espiritual por su discípula Mia Farrow.
El objetivo de los hippies era oponerse a la sociedad bienpensante americana mediante la religión, las drogas, la auto-marginación y las expresiones artísticas. Y en en Junio de 1967 dieron su grito de afirmación en el Festivla Pop de Monterrey, en donde actuaron sin cobrar (excepto Ravi Shankar, por aquello de tener que volver a la India) los nuevos grupos de rock de San Francisco, los grupos de blues, algunas estrellas del pop británico, junto al gigante del soul Otis Redding y al maestro sitarista Ravi Shankar.

Aunque opuesto a toda guerra, el hippie pretendía vivir al margen de cualquier activismo político, lo cual no le impedía participar en las manifestaciones por la paz/ contra la guerra. Se produce entonces una escisión dentro de ellos, quedando divididos entre activistas y pasotas. El activista solía ser un estudiante o poseer una gran cultura, pero más que místico su tendencia mental iba hacia el socialismo, y, en muchos casos, eran pacifistas pero no pacíficos. El pasota, por su parte, era el hippie en sentido estricto, con tendencia automarginativa e ideas, a veces, demasiado utópicas, frente al activista, que siempre optaba por la práctica. El activista siempre criticaba la falta de acción del pasota, al que acusaba de querer cambiar el mundo a base de canciones y oraciones, o de no querer cambiarlo en absoluto mientras siguiera existiendo su isla, mientras que el pasota le acusaba de querer cambiar el mundo para su beneficio al tiempo que inventaba el bonito término de lunático del poder. Un buen ejemplo de crítica contra los activistas es la canción de los Beatles «Revolution». Por lo general, los músicos suelen practicar el pasotismo, sin desdeñar sus buenas dosis de activismo: los hippies no eran tan políticos en la música como posteriormente se ha pretendido, aunque sintieran simpatías por movimientos como los Panteras Negras y sus equivalentes indios, portorriqueños y asiáticos; sólo hay un número contado de casos en los que la política es un factor determinante en la creación artística, como los Jefferson Airplane, los Who, Country Joe & The Fish, además de los folksingers y cantautores. Sin embargo, en 1968 los pacíficos Human Be-In y Tribal Stomps que venían realizándose desde 1966 fueron adquiriendo un cariz cada vez más político. De una manera feroz, las concentraciones dejaron de ser pacifistas y utópicas para convertirse en batallas callejeras. Fue, no obstante, un huracán que recorrió casi todo el mundo: el mayo francés, la Primavera de Praga, la matanza en la Plaza de las Tres Culturas en México, y nuestras primeras (descartando las del 56) revueltas estudiantiles. También se notó en sus ropas, que comenzaron a alternar los motivos orientales con ropas militares, motivos socialistas y camisetas con la efigie del «Che» Guervara. El año 68 fue el momento culmen en el que nuevas ideologías desafiaban tanto al status capitalista como al comunista que se habían establecido tras la 2ª Guerra Mundial. A partir de ese año, todas sus exhibiciones estarían fuerte y ferozmente marcadas por un halo político antimilitarista.
El otro gran éxito de los hippies fue el concierto multitudinario de Woodstock en 1969, cuya cifra de asistentes se aproximó de manera muy simbólica a la del número de combatientes que había en Vietnam. Pero la década de los 70 venía pisando fuerte, trayendo consigo un huracán de violencia y atentados terroristas de diversos símbolos, borrando los buenos sentimientos hippies que, aunque subsistiendo en las comunas y en las granjas, fueron desapareciendo por una razón: se pasó de moda, venían nuevas generaciones con nuevas demandas y cada vez más se contemplaba a los hippies como una rareza del pasado.

Los hippies no fueron más que, en muchos aspectos, otro movimiento juvenil con ansias de cambiar el mundo, cosa que consiguieron en parte pero sin librarse de que a la mayoría de ellos, como en todo movimiento juvenil, el mundo les cambiara. Como todo movimiento juvenil tuvo sus cosas buenas y sus cosas malas, frente a los maniqueísmos de considerarlos la mejor generación del s. XX o una panda de degenerados morales.
Hay que entender que como movimiento aparecen en una de las épocas más feroces de la guerra fría, con un nuevo frente comunista amenazante desde el Caribe. El ambiente de tensión, violencia, patriotismo exacerbado y militarismo promovió la necesidad de alejarse de un mundo regido tradicionalmente por las armas y buscar refugios en diversos paraísos artificiales, para poder explorar las profundidades del alma humana. Como radicalmente opuestos a la política de su país y promotores naturales de la lucha por los derechos civiles, los hippies no eran bien considerados por las instituciones clasistas y racistas de sus países; no en vano pueden afirmar, incluso con más derecho que sus predecesores beatnicks, haber sido el primer movimiento-moda juvenil totalmente inter-racial: mientras que los rockers eran generalmente blancos, y los funkies negros, o había un rock’n’roll blanco y otro negro, los hippies no reconocían colores: para ellos era perfectamente normal que un blanco tocara blues y un negro country’n’western. Fundaron gracias a sus nuevas conciencias movimientos que han tenido una importancia indiscutible: el movimiento ecologista fue re-fundado por ellos prácticamente. Lo mismo se puede decir respecto a las ideas de igualdad de sexos y de tolerancia sexual; también las ideas renovadas de igualdad y fraternidad propiciaron un cambio en la forma de ver las relaciones entre los seres humanos y sus culturas desde el respeto y sin «centrismos» culturales de ninguna clase.
Pero tuvieron sus defectos, de entre ellos el más grave fue el abuso de las drogas: desde los planteamientos de Leary y Alpert y otros, los hippies buscaron en las drogas aquel remanso de paz y sintonía espiritual que decían que los indios americanos, los shaivas (adoradores de Shiva) y otros obtenían gracias a su consumo propiciada por una visión bastante sesgada de estas culturas. Las drogas, lejos de enriquecer a la cultura del movimiento hippie, en realidad contribuyó a su destrucción y a propagar la visión de viciosos que de ellos se tenían, una publicidad alimentada por las sucesivas muertes de sobredosis de las grandes estrellas del rock: Brian Jones, Janis Joplin, Jim Morrison, Al «Blind Owl» Wilson, Ron «Pigpen» McKernan… Ante esto siempre cabe preguntarse si no fueron los servicios secretos americanos, al igual que a todas vistas parece que hicieron en los barrios negros, quienes promovieron la introducción y el consumo de drogas cada vez más peligrosas en el mundo hippie. A parte de los supuestos espías soviéticos, el enemigo interior que el gobierno americano decía tener era triple: los negros, los estudiantes y los hippies.
Pasaba algo parecido con la libertad sexual o con el marketing. Los hippies fueron víctimas de sus propios vicios: muy pronto la revolución de la conciencia, la libertad sexual y el hacer lo que quieras sinceros y honestos de algunos en principio, atrajo a un número importante de oportunistas a los que las revoluciones les importaba un pito: querían drogas y sexo nada más. Parecido era lo de la exploración espiritual, la cual, una vez fue manifestada por las millonarias estrellas musicales y cinematográficas su afición atrajo a un número significativo de gurús gorrones y charlatanes que, aprovechándose de la inocencia o ignorancia de las estrellas del rock, llegaron a desvirtuar en moda lo que en sus lugares de origen eran religiones serias y repetadas. El elemento bohemio y marginal que habían sido desde el año 64 comenzó a ser un negocio cuando las estrellas del pop británico comenzaron a practicar (o a intentarlo) ese estilo de vida: de repente, entre un grupo de gente que afirmaba despreciar el dinero se comenzó a mover un importante negocio de miles de dólares en la industria discográfica: ser hippie, en algunos sitios, estaba de moda. Pocas veces el utopismo de un mundo sin dinero basado en el respeto a los demás dio sus buenos resultados: Woodstock y Monterrey fueron magníficos, pero también está el desastre de Altamont protagonizado por los Rolling Stones, del que ya hablé un día. El dólar, enemigo declarado de los hippies en un principio, entró entre ellos para destruirlos de la manera más atroz en la que se puede destruir un movimiento juvenil: la frivolización de sus principios en estética y pseudo-elementos; abundan grupos de pop ñoños y frívolos que hacían letras bastante naïves con una pretendida y falsa base hippie.
Si bien los Rolling Stones pecaban de excesiva terrenalidad, los Beatles pecaban de excesiva espiritualidad. La marginación política por la que finalmente la mayoría optaban tenía también su cara y su cruz: se puede entender que ante la tensión, la violencia y el patriotismo exacerbado uno prefiriera apartarse del mundo; pero esto tenía su efecto negativo en lo tocante a las reivindicaciones serias de entonces, ya que se adquiría así cierto halo malsano de esnobismo intelectual muy perjudicial por un lado, y un egoísmo injustificado. Por supuesto hablamos sólo de los pasotas, los auténticos hippies, pues los activistas compartían ciertas pautas y estética, pero porque toda época tiene su estética. Esto fue muy notable también en nuestro país, cuando empezaron a instalarse en Ibiza parecían ignorar que existía una dictadura viva y operante.
En España, el hippismo entró diez años después de lo que se puede considerar su nacimiento, como ha venido siendo la tendencia de este país respecto a las modas y a las músicas, de la mano de Pau Riba, Jordi Batiste o Hilario Camacho, entre otros, dando lugar a grupos de tendencias psicodélicas y de rock progresivo sobre todo en Andalucía y Cataluña: Smash, Triana, Iceberg, Gong, Companyia Elèctrica Dharma, Barcelona Traction… Pero también de otros lugares: Dolores, los gallegos NHU, los vascos Errobi… No obstante, el hippismo a la americana no se entendió muy bien aquí, ya que conllevaba la marginación voluntaria y la no acción política. Dicen las malas lenguas que los que de aquí se hicieron hippies eran niños ricos que podían jugar a hippies y que, cuando se cansaran, podrían volver al puesto que su papá le tenía asignado en la empresa o en el negocio familiar (no sé hasta qué punto de verdad esto fue verdad, pero también se podía decir lo mismo de ciertos activistas).

Los hippies contribuyeron a cambiar el mundo de entonces, no se puede negar. Pero pagaron un precio muy alto, sucumbiendo a sus contradicciones, a sus vicios, quizás por ellos mismos, quizás por una mano negra que mueve los hilos hasta del mismo presidente de los Estados Unidos…

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