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V Aniversario: los mejores vídeos del año (1ª parte: Octubre, 2010-Marzo, 2011)


090708-BVMhkXVls24EAyer este blog cumplió sus cinco años de vida: no sé si será uno de los más longevos, pero es para anda más ancho que largo. La línea, no obstante, ha venido a ser un poco irregular, y, como todo autor, no entiendo la atención (para bien o para mal) que siguen teniendo algunas entradas frente a otras, que, en mi opinión, están mucho mejor. Este año introduje algunos cambios, quizás motivados por cambios personales más sintéticos que antitéticos, pues la línea anterior no se ha abandonado: los que lleven más tiempo frecuentando este espacio habrán notado una presencia mayor de músicas extranjeras y del rock. Como digo, ha resultado ser una síntesis con todo lo anterior que, en lugar de empobrecerlo, lo han enriquecido: fue algo positivo que vino a renovar la línea editorial y a sacarme de la sequía de ideas que atravesaba, coincidiendo además con la mudanza forzada del formato de los “live spaces” a wordpress, que quizás tiene más posibilidades y le llega a más gente. Y, por cierto, la posibilidad de decidir quién comenta y quién no es uno de los mejores inventos: se acabaron los trolls, los broncas, los fachas, los desquiciados y los creadores de opinión de los ranci-medios.

Para celebrar este 5º aniversario, traigo una recopilación de los vídeos más emocionantes para mí que han aparecido por aquí a lo largo de este año:

Por orden cronológico, la película de Basilio Patiño, Canciones para después de una guerra, acabada en 1971, era una obra maestra: acompañaba a las imágenes duras de la posguerra con música ligera de la época, que contrastaba con las imágenes de las colas de racionamiento. A pesar de haber recibido la mención de “interés general”, fue prohibida por el ministerio de Información y Turismo, y sólo se pudo estrenar en 1975. Una de las grandes escenas es ésta, en la que la “Bien pagá” en la voz del inmortal Miguel de Molina cobra un tremendo sentido al acompañar a las imágenes de las colas de racionamiento y de las asociaciones de caridad franquistas. Por esa misma razón, se la dediqué al papa tras su curiosa visita de este verano:

Si hay un vídeo que me ha entusiasmado y emocionado a lo largo de este año, ha sido este final de concierto del cantautor y compositor griego Mikis Theodorakis, ofrecido en su país tras la caída del régimen de los coroneles, mezclando dos canciones de su disco Romiosini, sobre los poemas del libro de Yannis Ritsos con el mismo nombre, escrito tras la II Guerra Mundial. En esta ocasión es el propio Theodorakis el que canta, y aunque su técnica no es muy buena, lo suple con energía y fuerza, junto a la emoción de un público que estrenaba la libertad en Grecia:

Y de cantautores a cantautores, de los contestatarios griegos a los contestatarios andaluces. Siempre me ha emocionado estas imágenes de los cantautores de los años 70 ofreciendo conciertos en las plazas de los barrios y de los pueblos, gratuitos, ante un público compuesto por personas de todas las edades, asintiendo a lo que el cantor les está contando y que ellos ya sabían. En esta ocasión, el gran Carlos Cano con su “Murga de los currelantes”, en la plaza de Pampaneira durante el año 77:

Y de Andalucía a Cataluña, el gran Ramón Muntaner, cantando este poema de Joan Oliver, “Cançó de carrer”, que es una de mis favoritas, en directo de Prat de Lluçanés, recogida en la película La Nova Cançó de Francesc Belmunt (1975):

Son grandes imágenes de aquellos que alimentaron con canciones una libertad naciente y unas reivindicaciones históricas que, por desgracia, siguen quedando por cumplir. Aunque no la recogimos como novedad, también fue uno de los descubrimientos del año esta actuación de Víctor Manuel con Ana Belén en Asturias, al aire libre, en homenaje al dirigente sindical comunista Horacio Fernández Inguanzo, “El Paisano”, extraído de la película El paisano (Ramón Lluís Bande):

Y el gran Quico Pi de la Serra, de la misma película de Belmunt, con su crítica a la cultura:

De cantautores nacionales a extranjeros… El festival de Woodstock ha llenado páginas en este blog, y no podía faltar mi canción favorita de uno de mis cantautores estadounidenses favoritos: Tim Hardin, un cantautor muy sensible que con su “If I were a carpenter” hizo saltar las lágrimas de la audiencia del titánico festival. Estas escenas pertenecen a la película apócrifa The Woodstock Outtakes:

Y es que los grupos de rock clásico estadounidenses de todo estilo encontraron aquí su sitio natural, por la profundidad de sus letras y su compromiso. Por ejemplo, The Band, el grupo de blues y country-rock que pasaron de ser meros acompañantes de Bob Dylan a grupo bandera de este estilo. Acompañando a las bucólicas escenas motorizadas de la épica Easy Rider (D. Hopper, 1968), crearon una de las escenas más bonitas de la película:

Y también los Byrds, los padres directos del folk-rock, que rendían un homenaje a los mineros galeses…

… en esta canción que era una versión de un clásico de nuestro siempre idolatrado Pete Seeger, sobre un poema que hablaba de las huelgas mineras de los pueblos galeses, escrito por Idris Davies:

El tributo que realizamos a la película Hair ocupó casi todo el mes de enero. En él, sin destripar la película, ofrecía mis impresiones sobre este gran musical (uno de los pocos que realmente me gustan). Para muestra, un botón, en donde creemos descubrir al mismísimo Bertolt Brecht o a los miserables de Víctor Hugo con flores en el pelo:

Que nos llevó a esta mezcla cargada de emoción realizada por la gran Nina Simone:

Otro de los grandes ciclos fue el dedicado a mis idolatrados Jefferson Airplane, el gran grupo hippie de los años 60, con la belleza estelar de Grace Slick. Junto a ellos, el festival de Monterey, interesante por ser el primer festival multitudinario de pop y rock, en donde se derrocha energía y entusiasmo. Éstas fueron sus dos actuaciones memorables recogidas en la película de D. A. Pennebaker, en donde el cámara, en el segundo vídeo, se queda prendado de la fascinante Grace. “High flyin’ bird”, un estándar del folk-rock, es el primero de ellos:

Y “Today”, esa balada de amor esperanzado:

Y una canción emocionante y excitante, un sencillo, “Go to her”, una canción que, sencillamente, te carga las pilas (no es una actuación, pero el vídeo merece la pena por lo bien hecho que está):

Y es que las canciones de Jefferson Airplane siempre me sientan bien, tanto si estoy eufórico como si estoy melancólico, pero son muchos más efectivos cuando veo sus actuaciones, como esta sorprendente interpretación de su “The House at Pooneil Corners” sobre los techos de la ciudad de Nueva York, en 1968:

O ésta, interpretando “Volunteers” en el festival de Woodstock, con Grace de nuevo enamorando (enamorándonos) a los realizadores de la película:

Y esta otra, para el especial Go ride the music!, interpretando su “We can be together”, con esa dulce forma de Slick de decir “hijoputa”:

Son canciones que, por otro lado, podrían haber acompañado ciertos acontecimientos recientes, tanto aquí como actualmente en Estados Unidos, y en su día en los países árabes… Este año fui invitado por mi amigo Antonio Gómez a la fiesta por el aniversario del CAUM, el Club de Amigos de la UNESCO de Madrid, en una noche que ha resultado ser una de las más memorables de mi vida, donde conocía por fin en persona a gente que sólo conocía por la voz, como Elisa Serna y Luis Pastor, con quien tuve una anécdota divertida al resucitar, de buen rollo, la rivalidad Berzocana-Trujillo. Éste es un extracto del acto, conducido por Antonio, y con la breve actuación de Luis:

Cambiando de tema, de época y de país, uno de los artistas que más me impresiona en sus actuaciones es el belga Jacques Brel: su técnica vocal, impecable, no es obstruida por sus ripios y giros en el escenario, en donde interpreta como un actor brechtiano la historia que narra su canción. “Mathilde”, esa canción de amor maldito imposible, es la que muchos consideran como el ejemplo supremo de la canción breliana, probablemente por esto:

y mañana más

Cançó de carrer


Cançó de carrer

Quan jo tindré cinquanta anys
no vull ser com el pare:
cansat i sense fe,
renec o riallada;
treball embrutidor,
futbol cada diumenge,
el tuti al cul d´un bar,
tabac de vuit pessetes.

La televisió
que ofega la paraula;
i banys en un mar brut
quan vénen les vacances.
La mare un escarràs:
la plaça i la neteja;
i els meus germans petits,
escoles de mals mestres.
Quina buidor! Potser
només viuen de veres
els qui moren matant
al carrer o a la guerra.

Apostols i cabdills,
llanceu el crit d´alarma!
Savis, tècnics, obrers,
forceu les vostres màquines!
Genis de totes les arts,
embelliu la croada!
Homes, dones, infants,
de tota llengua i raça
i els misers i els vençuts,
ramada innumerable,
espereu i engrossiu
el clam que ens agermana.
Encara hi som a temps!
Encara, encara, encara!
Destruirem un món
estúpid i sense ànima!
Cavem els fonaments
d´una vida més alta!

Canción de calle

Cuando tenga cincuenta años/ no quiero ser como el padre:/ cansado y sin fe,/ maldición y risotada;/ trabajo embrutecedor,/ fútbol cada domingo,/ el tute al culo de un bar,/ tabaco de ocho pesetas./ La televisión/ que ahoga la palabra; y baños en un mar sucio/ cuando llegan las vacaciones./ La madre un trabajazo:/ la fuente y la limpieza;/ y mis hermanos pequeños,/ escuelas de malos maestros./ ¡Qué vacío! Tal vez/ sólo viven de veras/ los que mueren matando/ en la calle o en la guerra.// Apóstoles y caudillos,/ ¡lanzad el grito de alarma!/ Sabios, técnicos, obreros,/ ¡forzad vuestras máquinas!/ Genios de todas las artes,/ ¡emebelleced la cruzada!/ Hombres, mujeres, niños,/ de toda lengua y raza/ y los miserables y los vencidos,/ rebaño innumerable,/ esperad y engordad/ el clamor que nos hermana./ ¡Todavía estamos a tiempo!/ ¡Todavía, todavía, todavía!/ ¡Destruiremos un mundo/ estúpido y sin alma!/ ¡Cabemos los cimientos/ de una vida más alta!´

Joan Oliver

Música de Ramón Muntaner

From Paul Eluard’s «Freedom» to Pagliaro’s «I call your name»


This is great French poet Paul Eluard’s mythical "Liberté" -Freedom-. Paul Eluard wrote it during the Nazi usuraption in France, in 1942, and become in an anthem:

Liberté

Sur mes cahiers d’écoliereluard
Sur mon pupitre et les arbres
Sur le sable sur la neige
J’écris ton nom
Sur toutes les pages lues
Sur toutes les pages blanches
Pierre sang papier ou cendre
J’écris ton nom
Sur les images dorées
Sur les armes des guerriers
Sur la couronne des rois
J’écris ton nom
Sur la jungle et le désert
Sur les nids sur les genêts
Sur l’écho de mon enfance
J’écris ton nom
Sur les merveilles des nuits
Sur le pain blanc des journées
Sur les saisons fiancées
J’écris ton nom
Sur tous mes chiffons d’azur
Sur l’étang soleil moisi
Sur le lac lune vivante
J’écris ton nom
Sur les champs sur l’horizon
Sur les ailes des oiseaux
Et sur le moulin des ombres
J’écris ton nom
Sur chaque bouffée d’aurore
Sur la mer sur les bateaux
Sur la montagne démente
J’écris ton nom
Sur la mousse des nuages
Sur les sueurs de l’orage
Sur la pluie épaisse et fade
J’écris ton nom
Sur les formes scintillantes
Sur les cloches des couleurs
Sur la vérité physique
J’écris ton nom
Sur les sentiers éveillés
Sur les routes déployées
Sur les places qui débordent
J’écris ton nom
Sur la lampe qui s’allume
Sur la lampe qui s’éteint
Sur mes maisons réunis
J’écris ton nom
Sur le fruit coupé en deux
Sur miroir et de ma chambre
Sur mon lit coquille vide
J’écris ton nom
Sur mon chien gourmand et tendre
Sur ses oreilles dressées
Sur sa patte maladroite
J’écris ton nom
Sur le tremplin de ma porte
Sur les objets familiers
Sur le flot du feu béni
J’écris ton nom
Sur toute chair accordée
Sur le front de mes amis
Sur chaque main qui se tend
J’écris ton nom
Sur la vitre des surprises
Sur les lèvres attentives
Bien au-dessus du silence
J’écris ton nom
Sur mes refuges détruits
Sur mes phares écroulés
Sur les murs de mon ennui
J’écris ton nom
Sur l’absence sans désir
Sur la solitude nue
Sur les marches de la mort
J’écris ton nom
Sur la santé revenue
Sur le risque disparu
Sur l’espoir sans souvenir
J’écris ton nom
Et par le pouvoir d’un mot
Je recommence ma vie
Je suis né pour te connaître
Pour te nommer
Liberté!

Freedom

On my school notebooks,/ on the desk, on the trees,/ on the snow and on the sand/ I write your name.// On every read pages,/ on every white pages/ stone, blood, paper or cinder/ I write your name.// On the golden images/ on the warriors’ guns/ on the kings’ crowns/ I write your name.// On the jungle and the desert/ on the nests on the broom/ on the echo of my childhood/ I write your name.// On the wonders of the night/ on the white bread of the days/ On the bride seasons/ I write your name.// On all my blue rags/ on the pool moldy sun/ on the lake living moon/ I write your name.// On the fields over the horizon/ on the birds’ wings/ and on the mill of the shadows/ I write your name.// On every breath of the dawn/ on the sea on the ships/ on the insane mountain/ I write your name.// On the foam of the clouds/ on the sweat of the storm/ on the heavy and light rain/ I write your name.// On the shiny shapes/ on the colourfull bells/ on the physic truth/ I write your name.// On the awakeness paths/ on the outspread roads/ on the places that are flooding/ I write your name.// On the lamp that is turning on/ on the lamp that is turning off/ on my gathered houses/ I write your name.// On the fruit cut in half/ on my room’s mirror/ on my bed empty shell/ I write your name.// On my gourmand and tender dog/ on its erect ears/ on its clumsy paw/ I write your name.// On the sprinboard to my door/ on the familiar objects/ on the flow of the blessed fire/ I write your name.// On every flesh/ on my friends’ front/ on each hand reaching out/ I write your name.// On the glass of surprisses/ on the solicitous lips/ so high over the silence/ I write your name.// On my destroyed shelters/ on the ruined lanterns/ on the walls of my boredom/ I write your name.// On the wishless absence/ on the naked lonelyness/ on the steps of the death/ I write your name.// On the regained health/ on the disappeared risk/ on the wait without memory/ I write your name.// And for the power of a word/ I recommence my life/ I was born to know you/ to call your name// Freedom!

Paul Eluard

Joan Oliver i Sellarès (Sabadell, 1899-Barcelona, 1986), best known as Pere Quart, is one of the greatest Catalan poets from Spain. Due to his Republican compromise, he was in exile and in prisson. Beside poetry, Pere Quart (that means Peter IV) made good translation of poetry from almost all around he world. His poetry and Catalan versions from other poems have been sung by many Catalan songwriters, among them Ramón Muntaner, one of the last and great Catalan songwriters. One of these is this Catalan translation-adaptation from Eluard’s "Liberté":

Escric el nom

En els meus quaderns escolars,foto Pere Quart1
en el pupitre i en els arbres,
damunt la arena i la neu
escric el nom.
Les pàgines que he llegit,
totes les pàgines blanques
-fang o pedra, cendra o paper-
escric el nom.
En les estampes daurades,
damunt les armes dels guerrers,
damunt la corona dels reis
escric el nom.
Damunt la jungla i el desert,
damunt els nius i la ginesta,
damunt l’eco de l’infantessa
escric el nom.
En els prodigis de les nits,
damunt el pa tendre dels dies,
en el temps dels enamorats
escric el nom.
Tots els meus draps de cel blau
sobre els estanys -sol rovellat-;
damunt la llac lluna vivent
escric el nom.
En els camps el horitzó
damunt les ales dels ocells,
sobre el molí de les ombres;
escric el nom.
En cada alè de l’aurora,
damunt la mar, sobre els vaixells,
sobre la muntanya embogida,
escric el nom.
Damunt la bolsa de la boira
en la suor de la tempesta,
en la pluja tofuda i fada,
escric el nom.
Sobre els corridors desvetllats
sobre les vies desplegades
a les places mig desbordants
escric el nom
En la llamp hi ha que s’ha encès,
en la llamp hi ha que s’apaga,
en els recercs* familiars,
escric el nom.
En la fruita partida en dúas
sobre el mirall damunt la cambra
sobre el meu llit conquilla buida
escric el nom
Sobre el meu gos golós i dolç
sevas orelles celabretes*,
en la seva pota mal apta,
escric el nom.
Sobre el trampolí de la porta,
sobre els objectes casolans,
en la ona del foc beneit,
escric el nom.
Tota carn que esta promesa,
en el front dels meus amics,
damunt cada ma que m’allarguen
escric el nom
Sobre els meus refugis desfets
Sobre els meus farells enfonsats
Sobre els murs del meu enemic
Escric el nom
En l’absència sens desig
Damunt la nua solitud
Sobre els sons* de la mort
escric el nom
Sobre la salut recobrada
En el risc desaparegut
En l’espera sens records
escric el nom
Sobre la pau, sobre la pat
Sobre la clamor dels vençuts
Damunt banderes ultratjades
escric el nom
I pel poder d’una paraula
recomenço la meva vida
jo vaig nàixer per conèixer’t
per dir el teu nom
Llibertat!

(The Catalan adaptation is very similar to original)

 Gian Franco Pagliaro is an Italian songwriter who live in Argentina and sings in Spanish. He had sung poems of Neruda and other importants Latin American and Spanish poets. In 1971 he made a particular adaptation of Eluard’s "Liberté", under the title "Yo te nombro" (I call your name). The Argentinan singer, actress and dancer  Nacha Guevara recorded the song in his 1976’s album Amor de ciudad grande (Great city love): the song became in an anthem all over Latin America, specially in Chile and Argentina.

 

 

Yo te nombro

Por el pájaro enjaulado.gian_franco_pagliaro
Por el pez en la pecera.
Por mi amigo, que está preso
porque ha dicho lo que piensa.
Por las flores arrancadas.
Por la hierba pisoteada.
Por los árboles podados.
Por los cuerpos torturados
yo te nombro, Libertad.
Por los dientes apretados.
Por la rabia contenida.
Por el nudo en la garganta.
Por las bocas que no cantan.
Por el beso clandestino.
Por el verso censurado.
Por el joven exilado.
Por los nombres prohibidos
yo te nombro, Liberdad.
Te nombro en nombre de todos
por tu nombre verdadero.
Te nombro y cuando oscurece,
cuando nadie me ve,
escribo tu nombre
en las paredes de mi ciudad.
Escribo tu nombre
en las paredes de mi ciudad.
Tu nombre verdadero,
tu nombre y otros nombres
que no nombro por temor.
Por la idea perseguida.
Por los golpes recibidos.
Por aquel que no resiste.
Por aquellos que se esconden.
Por el miedo que te tienen.
Por tus pasos que vigilan.
Por la forma en que te atacan.
Por los hijos que te matan
yo te nombro, Liberdad.
Por las tierras invadidas.
Por los pueblos conquistados.
Por la gente sometida.
Por los hombres explotados.
Por los muertos en la hoguera.
Por el justo ajusticiado.
Por el héroe asesinado.
Por los fuegos apagados
yo te nombro, Liberdad.
Te nombro en nombre de todos
por tu nombre verdadero.
Te nombro y cuando oscurece,
cuando nadie me ve,
escribo tu nombre
en las paredes de mi ciudad.
Escribo tu nombre
en las paredes de mi ciudad.
Tu nombre verdadero,
tu nombre y otros nombres
que no nombro por temor.
Yo te nombro, Libertad.

I call your name

For the jailed bird./ For the fish in the fishtank./ For my friend, who is in prison/ for saying what he thinks./ For the uproot flowers./ For the stamped on grass./ For the pruned trees./ For the tortured bodies/ I call your name, freedom.// For the gritted teeth./ For the hold anger./ For the lump in the throat./ For the mouths that doesn’t sing./ for the clandestine kiss./ For the censured verse./ For the exiled young man./ For the forbiden names/ I call your name, freedom.// I call in the name of everyone/ your true name./ I call your name and when it’s getting dark,/ when nobody are watching me,/ I write your name/ on the walls of my town./ Your true name,/ your name and other names/ I don’t call for fear.// For the persecute idea./ For the hits given./ For that who doesn’t resist./ For those who are hiding./ For the affraid they are of you./ For your steps they are watching./ For the way in they attack you/ For your children they kill/ I call your name, freedom.// For the invaded lands./ For the conquered people./ For the subdued folk./ For the exploited men./ For the deads at the stake./ For the executed just one./ For the killed hero./ For the extinct fires/ I call your name, freedom.

Adaptation and music

Gian Franco Pagliaro

Cançó de carrer


Llevo tiempo queriendo poner este poema de Joan Oliver (Pere Quart), pero la letra se me resistía.Y, por fin, alguien subió la letra. No puedo dejar de poner la versión musicada y cantada de Ramón Muntaner:

Cançó de carrer

Quan jo tindré cinquanta anys

no vull ser com el pare:


cansat i sense fe,
renec o riallada;


treball embrutidor,


futbol cada diumenge,


el tuti al cul d´un bar,


tabac de vuit pessetes.


La televisió


que ofega la paraula;
i banys en un mar brut

quan vénen les vacances.


La mare un escarràs:


la plaça i la neteja;

i els meus germans petits,

escoles de mals mestres.


Quina buidor!
Potser
només viuen de veres


els qui moren matant


al carrer o a la guerra.


Apostols i cabdills,


llanceu el crit d´alarma!


Savis, tècnics, obrers,


forceu les vostres màquines!


Genis de totes les arts,


embelliu la croada!


Homes, dones, infants,


de tota llengua i raça


i els misers i els vençuts,


ramada innumerable,


espereu i engrossiu


el clam que ens agermana.


Encara hi som a temps!


Encara, encara, encara!


Destruirem un món


estúpid i sense ànima!


Cavem els fonaments


d´una vida més alta!


Canción de calle


Cuando tenga cincuenta años/ no quiero ser como el padre:/ cansado y sin fe,/ maldición y risotada;/ trabajo embrutecedor,/ fútbol cada domingo,/ el tute al culo de un bar,/ tabaco de ocho pesetas./ La televisión/ que ahoga la palabra; y baños en un mar sucio/ cuando llegan las vacaciones./ La madre, un gancho:/ la fuente y la limpieza;/ y mis hermanos pequeños,/ escuelas de malos maestros./ ¡Qué vacío! Tal vez/ sólo viven de veras/ los que mueren matando/ en la calle o en la guerra.// Apóstoles y caudillos,/ ¡lanzad el grito de alarma!/ Sabios, técnicos, obreros,/ ¡forzad vuestras máquinas!/ Genios de todas las artes,/ ¡emebelleced la cruzada!/ Hombres, mujeres, niños,/ de toda lengua y raza/ y los miserables y los vencidos,/ rebaño innumerable,/ esperad y engordad/ el clamor que nos hermana./ ¡Todavía estamos a tiempo!/ ¡Todavía, todavía, todavía!/ ¡Destruiremos un mundo/ estúpido y sin alma!/ ¡Cabemos los cimientos/ de una vida más alta!

Joan Oliver



Con música y voz de Ramón Muntaner:
 http://www.goear.com/files/localplayer.swf

Historia de la canción de autor: La poesía es un arma cargada de futuro


Son palabras que todos repetimos sintiendo
como nuestras, y vuelan. Son más que lo mentado.
Son lo más necesario: lo que no tiene nombre.
Son gritos en el cielo, y en la tierra son actos.

 

La poesía es un arma cargada de futuro, Gabriel Celaya

Nos sirve perfectamente este fragmento de «La poesía es un arma cargada de futuro», del gran poeta vasco Gabriel Celaya. La poesía que sirvió de manifiesto a la nueva poesía testimonial aparecida en los 50 de su mano y de otras como las de Ángel González, Gloria Fuertes, Jesús López Pacheco, Gabriel Aresti, Celso Emilio Ferreiro, Carlos Álvarez y un largo etcétera, sirvió también, en la voz de Paco Ibáñez, como manifiesto de la nueva canción testimonial que entonces estaba apareciendo.
Existe mucha confusión en torno a la palabra «cantautor», ya que en castellano no refleja la realidad que reflejaba la palabra en francés de la que se tradujo, que implicaba: «cantante de contenido poético, de texto, de poesía», pues así expresada en castellano -incluso en catalán, gallego y vasco- viene a significar simple y llanamente, en sentido lato, «cantante que canta sus propias canciones»; según lo cuál, sería también cantautor Miguel Bosé o Alejandro Sanz en este sentido (cosa a la que me opongo desde el sentido estricto), y no lo serían -y eso es lo peor- Paco Ibáñez o Amancio Prada.
Tampoco reflejaba la realidad de la nueva canción el «cantante social», o el «cantante protesta», puesto que no todo cantautor hacía canción política, ya fuera total o parcial: esto dejaría fuera a algunos tan buenos como Mari Trini, Pau Riba, Jaume Sisa, e incluso ciertas etapas de Joan Manuel Serrat.
Por tanto, lo que define al cantautor es el contenido de sus canciones: un contenido poético; el cantautor, además de músico, ha de ser poeta o también intérprete de poesía. ¿De toda poesía? En principio sí, pero especialmente de una poesía que va dirigida al pueblo, sencilla sin perder su componente poético o metafórico, que sirve para abrigar y despertar conciencias y esperanzas. Hablamos de la poesía que nace durante los años 30, con Lorca, Alberti, Miguel Hernández y León Felipe entre otros, que encuentra su continuidad en Celaya, González, Fuertes, y que acabará cuajando en las voces de Paco Ibáñez y Raimon primeramente, para extenderse afortunada y felizmente a lo largo de toda la geografía vocal, en gargantas de los cuatro puntos cardinales del país. Un poco de historia para entener esto…

Tal vez me arriesgue mucho al exponer esto, pues son ideas a las que llegué yo por mi cuenta, aunque no son originales: ya Manuel Vázquez Montalbán y caulquier estudioso de la poesía de la guerra civil o de la obra poética de Antonio Machado y Miguel Hernández lo dijo antes que yo, incluidos ellos. Ejemplo:

¿Un arte proletario? Para mí no hay problema. Todo arte verdadero será arte proletario. Quiero decir que todo artista trabaja siempre para la prole de Adán. Lo difícil sería crear un arte para señoritos, que no ha existido jamás.

Antonio Machado: Consejos, sentencias y donaires de Juan de Mairena y de su maestro Abel Martín («Hora de España», nº 1; Valenica, 1937 (el subrayado es mío). Ver en http://www.filosofia.org/hem/193/hde/hde01007.htm)

Poco nos quedaría a nosotros añadir después de lo sentenciado por Antonio Machado a través de sus alter egos. Nadie debería dudar que la poesía nace en los tiempos primitivos y antiguos en el pueblo, para recordar diferentes cosas, alabar hechos y un largo etcétera cuando nace unida a la música: es decir, que no la inventaron ni los reyes ni los sacerdotes. Lo que ocurrió a través de los siglos, cuajando finalmente en los siglos XVI, XVII y XVIII fue un robo que se produjo cuando alrededor de las cortes de los reyes y los nobles aparecieron los poetas cortesanos, que, además, pensaban que la poesía era un arte tan súblime, al igual que la música, que sólo una élite artística y aristocrática estéticamente era capaz de crear y apreciar, despreciando a su vez cualquier manifestación popular (aunque fuera un arte de siglos) como los romances o ciertos estilos musicales tradicionales como las seguidillas, aunque los robaran de nuevo fingiendo que eran una creación suya; es desde luego, un pensamiento muy de despotismo ilustrado contra el que tenía que venir una revolución popular estética que devolviera la poesía y la música al pueblo, a su hogar, y demostrara que no era cuestión de inspiración divina o intelecto suerior, ni siquiera, en sentido estricto, de clase: sino de educación, y, por tanto, de pudiencia económica: poca gente, aunque les gustara, podría ir a deleitarse con una buena ópera o una genial comedia. Tuvo que ser, durante el nacimiento del movimiento obrero y de las teorías sociales como el marxismo o el anarquismo, cuando asomaban tímidamente manifestaciones de apolgía del arte popular. En España surgiría un movimiento popularizador de la poesía, gracias sobre todo a los antecedentes de Antonio Machado y Miguel de Unamuno, después del movimiento poético del 27: si en un principio el lema de los poetas del 27 fue «poesía para quien la entienda», después, con el neopopulismo que llegó, fue «poesía para todos»; este movimiento alcanzó su cénit en la guerra civil: la confrontación que fue acentuándose a partir de la Revolución del 34 dio un nuevo sentido al arte poético, popularizando sus formas para que las clases más humildes pudieran entender su mensaje y asumir así la causa republicana, mientras que los poetas franquistas, por lo general, abogaban por la llamada pureza de la poesía (un mito, para mí). El gran exponente de aquella poesía republicana popular fue, sin duda, Miguel Hernández. Si bien el bando republicano perdió la guerra, el mensaje poético de sus escritores pervivió, especialmente en el exilio: de ellos bebieron los nuevos poetas de la Generación del 50 y la nueva poesía testimonial.
Como todas las artes y ciencias, en la posguerra la poesía quedó castrada, ofreciéndose una poesía llamada garcilasiana que presumía de pureza. La prueba de esta pobreza literaria es ver quién era el poeta oficial del régimen: José María Pemán, que ya había mostrado su altura intelectual al llamar a Unamuno «mal intelectual» durante los incidentes de l día de la raza con Millán Astray. La Generación del 50 ofrecía una nueva visión de la poesía: no una falsedad intelectual, sino el reflejo de la situación que vivía el país de verdad: un país que no era de soldados ni de banderas ni de destinos gloriosos, sino de pastores, agricultores, obreros y emigrantes. De ahí el fragmento del poema de Celaya:

Maldigo la poesía concebida como un lujo
cultural por los neutrales
que, lavándose las manos, se desentienden y evaden.
Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse.

España se había quedado sin sus mejores poetas: bien asesinados, bien exiliados, o bien silenciados; así que estos poetas fueron una bocanada de aire fresco contra una reacción literaria que había vuelto a instaurar una aristocracia intelectual: un arte para señoritos. Los mejores poetas contemporáneos españoles estaban prohibidos, total o parcialmente, pero eso no impidió que una juventud ávida de la palabra los buscara… Y, ¿por qué no? los cantara.

Es en 1956 cuando Paco Ibáñez, iluminado por la Chanson francesa, comienza a musicar poemas de poetas clásicos como Góngora o Quevedo, y también de Lorca, Alberti y Miguel Hernández para acabar musicando también a los poetas contemporáneos como Celaya y Blas de Otero. A partir de ahí, Paco se convierte en un referente, demostrando que la poesía española podía convertirse en un himno de la resistencia: «A galopar» de Alberti, «España en marcha» de Celaya y muchas más, en su voz, serían coreadas por la juventud anti-fascista durante todos aquellos años. Dicen que cuando Celaya oyó uno de sus poemas en la voz de Paco le dijo: «Puedes coger todos los que quieras».
Un chico valenciano como Raimon decidió seguir su ejemplo, alternando sus letras con las de grandes poetas catalanes clásicos, como Joan Timoneda o Ausiàs March, y contemporáneos, como Salvador Espriu o Pere Quart (Joan Oliver). Desde ese momento comienza una fiebre en la nueva canción por recuperar a los grandes poetas prohibidos, censurados o silenciados, y, también en los cuatro idiomas del país.
Sin embargo, es muy posible que esta tendencia inicial fuera algo marginal. El gran boom se debe a un cantante argentino residente en España como Alberto Cortez, que dio un salto desde la canción frívola a la canción testimonial con los poemas de Machado, Hernández… Luego llegó Serrat, que en su «conversión» a cantante castellano comenzó versionando el poema «La paloma» de Alberti, musicado por Guastavino, para más tarde musicar y cantar a Antonio Machado y a Miguel hernández en ambos monográficos bien cuidados. El disco Dedicado a Antonio Machado supuso tal éxito que consiguió que las palabras del eterno poeta derrocara en las listas de éxitos a la canción más comercial.
Comienza pues la gran recuperación y regeneración de la poesía española, después de tantos años de secuestro indecente. Fueron muchos, por no decir todos, los que cantaron a los grandes poetas castellanos: Aguaviva, Hilario Camacho, Adolfo Celdrán, Elisa Serna, José Menese, Luis Pastor, Amancio Prada, Jarcha… Pero por otro lado, el ejemplo de Raimon y del resto de la Nova Cançó demostró que se podía cantar a los poetas de la lengua de una región para reivindicar la cultura de ese país. Lluís Llach, Pi de la Serra y los demás cantaron con este fin a Joan Oliver-Pere Quart, a Salvador Espriu y a los clásicos de la Renaixença. Siguiendo este ejmplo, los cantantes vascos reivindican a Aresti y a Jon Mirande, y, por su parte, los gallegos a las estrellas de sus letras: a las figuras decimonónicas como Rosalía de Castro y Manuel Curros Enríquez (el poeta del galleguismo) hasta al gran poeta Celso Emilio Ferreiro, autor de ese gran poema que fue «Longa noite de pedra»: el poema que mejor reflejaba la situación anímica del país. Y aún más: poetas como el castellano Luis López Álvarez o el canario Ramón Gil-Roldán son utilizados como textos reivinidactivos de canciones incluidas en discos como Los comuneros de Nuevo Mester de Juglaría o La cantata del Mencey loco de Los Sabandeños.
Pero también se cantan a poetas extranjeros, especialmetne latinoamericanos, como el cubano Nicolás Guillén o el chileno Pablo Neruda, amén de un poeta novel como Mario Benedetti entonces. Se canta también al inmortal Bertold Brecht, sea en castellano («La cruzada de los niños», por Adolfo Celdrán), en vasco («Liluraren kontra» -Contra el embeselamiento-, «Denok ala inor ez» -O todos o ninguno- por Mikel Laboa) o en lo que fuera. E incluso poetas nortemaericanos del movimiento beat, como Allen Ginsberg, cantado por Hilario, o el griego Kavafis, adaptado por Pere Quart y cantado por Lluís Llach o Marina Rossell. Y un largo etcétera.
Por supuesto, se llega a una especie de alianza entre poetas y cantantes, también con poetas nuevísimos como, por ejemplo, Agustín García Calvo: los cantantes llegan a cantar el poema al tiempo que este se está editando. Esto trae algunas críticas por parte de críticos que ven cierto oportunismo: para ellos era poner el poema en el mundo del disco, mundo más comercial que el del libro, para promocionar a su poeta amigo con el fin de lucrarse. Desde luego, la trama estaba bien, y pudiera ser así: a fin de cuentas, el éxito de Serrat con los poemas de Machado llevó a cantantes convencionales y comerciales a cantarlos también; pero eso hubiera sido así si no fuera porque no se trataban de super-estrellas de la canción en muchos casos y porque la mayoría de las veces la distribución del disco se veía impedida, si no llegaba a ser prohibida totalmente.
Por otra parte, no sólo se cantaban a poetas de izquierdas: la poesía, a fin de cuentas, si es buena es buena. Por ejemplo, Elisa canta a Manuel Machado, que, al contrario que su hermano, militó voluntariamente en las filas intelectuales franquistas, al igual que Gerardo Diego o el gallego Álvaro Cunqueiro, que es cantado por Luis Emilio Batallán. Así que esto viene a demostrar que el interés del cantante por la poesía no era meramente político.

Sin embargo, algunos cantantes no necesitan de los poemas de los demás al elaborar una maravillosa poesía. A estos los habíamos llamado cantautores «auto-suficientes» porque sólo cantaban su propia poesía, general o parcialmente. Patxi Andión, Labordeta, Aute, Pablo Guerrero, Hilario Camacho, Xabier Lete, J. A. Arze hacen su propios textos, e incluso para otros compañeros. Además, muchos cantantes también plasmaban su visión sobre la poesía, una poesía que debe servir para todos y no para unos para pocos, una poesía que tiene que abrigar y despertar conciencias:

Y es que el canto que no sirva para todos,
ese canto que ni abrigue ni despierte
es un lujo inaceptable por sí sólo,

es una pompa de jabón sobre un susurro,
es un paso en el vacío, es un hueco,
la cienmilésima parte de un murmullo,

porque el que canta bajo canta solo
y es el suyo un canto para adentro,
y racionan la voz y dan un poco,
y así transforman demandas en lamentos;

«Sonetos 37/ 73», Patxi Andión

La cultura actual española debiera estar agradecida a estos cantores, porque no sólo conservaron, mantuvieron y restauraron a los grandes poetas prohibidos por el franquismo, también ayudaron a su difusión en un país altamente analfabeto y sin escolarizar; incluso hoy, muchos de los que somos aficionados a esta música descubrimos poetas y poemas hasta entonces desconocidos, incluso en los otros idiomas cooficiales; ahí, los cantautores vascos, gallegos y catalanes hicieron un gran favor a su cultura, dándoles a conocer a los otros a grandes poetas que de otra manera, además de la barrera idiomática, no los hubieran podido descubrir nunca. Si no hubiera sido por ellos, en las escuelas, quién sabe, tal vez no se hubiera enseñado más allá de Bécquer o, lo que hubiera sido peor, llamar a Pemán el mejor de los poetas españoles (esta escandalización mía no es sólo ideológica); y aún así, todavía faltan reconocimientos, y lo que es peor, el peligro de que renazcan las aristocracias culturales que incluso militen el PSOE o en el PCE, como es el caso de la SGAE, gracias a reformas educativas altamente perniciosas como ciertos aspectos del Plan Bolonia: y esto es realmente peligroso, porque supondrá una reacción a los tiempos en los que sólo un grupo preparado económicamente pueda acceder a la cultura. A fin de cuentas, es posible que esto se esté haciendo porque «La poesía es un arma cargada de futuro«.

 

Ramón Muntaner


Ramón Muntaner, uno de los valores de la Nova Cançó más importantes, canta:
Canço de carrer (letra de Joan Oliver):

 

Cançó de carrer


Título
Cançó de carrer
Intérprete
Ramón Muntaner 

  1. Cançó de carrer (Joan Oliver/ Ramón Muntaner)
  2. El ball dels cent mil diumenges (Henri Tachan/ trad.: Joan Argenté/ R. Muntaner)
  3. Rondalla per a infants innocents (Miquel Desclot/ R. Muntaner)
  4. Glossa en la mort de Mac Sweney (Ventura Gassol/ R. Muntaner)
  5. La meva amiga com un vaixell blanc (Joan Salvat-Papasseit/ R. Muntaner)
  6. Sol (Josep Palau i Fabre/ R. Muntaner)
  7. Salve (Miquel de Palol/ R. Muntaner)
  8. Els cent homes de Haswell (Georg Weerth; trad: Feliú Formosa/ R. Muntaner)
  9. Perquè un dia torni la cançó a Sinera (Salvador Espriu/ R. Muntaner)
  10. Amb la boca tancada (Félix Cucurull/ R. Muntaner)
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