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Rock & Diablo


¿Rock cristiano? Los mejores grupos están con Satán

Bart Simpson

Escena de “Little Nicky” (steven Brill, 2000)

Madrid_fuente_del_ángel_caido_2005-06-28Esta escena de la comedia Little Nicky me sirve para ilustrar el propósito de esta entrada, que no es otra cosa que la desmitificación de la llamada “música del diablo”, es decir, lo de que el rock es música satánica: una gilipollez, entendida para bien o para mal, por parte de fanáticos religiosos, antirreligiosos y satanistas simpatizantes o militantes, mientras que la cita de Bart Simpson es para atacar, no a aquellos que piensan que se puede predicar el cristianismo a través de la música rock, sino a quien piense que, si no es rock cristiano, sus practicantes y oyentes están condenados al infierno. La concepción del rock como música del diablo, canciones con mensajes satanistas, la banda sonora del infierno, etc., es, en realidad, muy anterior a la aparición de esta canción de los Rolling Stones, o de su álbum anterior, del “Friend of the devil” de los Grateful Dead, de la aparición de Black Sabbath, o de grupos como Megadeath y otros. Esa concepción data de los días del nacimiento del rock’n’roll, cuando los religiosos de Estados Unidos, principalmente los famosos predicadores WASP del sur, advertían contra la degeneración y depravación que esta música causaba en la juventud blanca de su país calificándola como “música satánica”, aunque, en realidad, lo que de verdad les escandalizaba fue que era una música mestiza, surgida de la unión de las música populares blancas y negras por igual. Desde entonces, fanáticos religiosos, críticos musicales buscando notoriedad y amantes de lo oculto y del misterio con poco criterio científico y mucho sensacionalismo, han buscado anécdotas, mensajes satánicos en canciones, puestas del derecho o del revés, portadas de discos y letras incomprensibles, absurdas en apariencia, entre la historia y la discografía de muchos grupos. Hoy en día, muy pocos se creen que el rock, en todas sus variantes, tenga realmente algo serio que ver con el satanismo, simpatizante o militante.

BE020078Una breve relación de esta leyenda negra del rock. Siguiendo con los fanáticos estadounidenses, la mayor parte de las veces que han surgido estas acusaciones se debieron principalmente a choques de los grupos con la religión: cuando Lennon dijo “los Beatles somos más populares que Jesucristo”, los predicadores fanáticos, fascistas y racistas de Estados Unidos, que veían mucho peor que sus jóvenes escucharan la “música del diablo” a que se vistieran con sábanas, quizás más por darse notoriedad que por otra cosa, organizan hogueras públicas en donde quemar productos del grupo, convocados a través de ciertas emisoras… Ésta fue una de las primeras condenas. Y cuando en su Sgt. Pepper’s aparecía en su portada el famoso mago negro Aleister Crowley, la acusación estaba más que cantada… Cosa que en realidad no significaba nada, pues también aparecían personajes tan dispares y distantes como Hitler, James Dean, Marilyn, Karl Marx, etc. Si alguna vez, algún miembro del cuarteto de Liverpool estuvo involucrado de alguna manera en algo de este rollo, fue sin duda por curiosidad, ya que ellos se mostraron siempre más proclives al misticismo oriental, aunque la historia de esto les persiguiera: cuando el cateto neofascista disfrazado de hippie y autoproclamado mesías Charles Manson escribía con sangre en las paredes de las casas de sus víctimas versos de la canción “Helter skelter” (que, por sí, no quiere decir nada) en aparentes misas negras y daba su particular explicación, afirmando además que los Beatles eran los cuatro jinetes del apocalipsis racial que pretendía desatar, no faltó aquel que quiso vincularles directamente con historias oscuras y siniestras. Tampoco faltó quien no dejó de relacionar que, cuando Lennon fue asesinado residía en el Edificio Dakota, lugar con fama de maldito porque allí se rodó La semilla del diablo, de Roman Polanski y, encima, residió el famoso Crowley, que va a ser una constante en esta relación de anécdotas. Esos mismos evitan indicar el hecho de que en el edificio, actualmente, reside Yoko Ono sin problema aparente alguno. Por cierto, que la relación entre el edificio Dakota y el mago negro inspiró una de las mejores películas de entretenimiento de los años 80: Cazafantasmas.

Quinto disco de la bandaLa historia de los Rolling Stones, que vendrá a continuación, dará lugar al rock satánico, que era más publicitario que real, y es hasta probable que surgiera a modo de reacción contra los que atacaban al rock como instrumento del diablo. El primer grupo en recibir esta denominación fue Black Sabbath; pero tras tan llamativo nombre -que en realidad venía de una película de Mario Bava titulada así-, la música “estridente” y las barrocas portadas de sus discos, el satanismo resultaba ser sólo una seña de identidad del grupo, una marca, acorde con la moda de los primeros 70 de interpretar personalidades en la música, y, en realidad, el satanismo del grupo es bastante discutible, ya que cuando el diablo aparece en sus canciones no es de manera positiva, sino asociado al poder, la guerra, el capitalismo, etc. Y lo mismo podríamos decir de nuestros Ángeles del Infierno, cuyo nombre tiene tan poco que ver con la religión satánica como con la famosa banda de moteros estadounidenses. Por su parte, también han surgido rumores y leyendas sobre Led Zeppelin, y no por sus canciones, sino también porque Jimmy Page, el guitarrista, compró la biblioteca de Aleister Crowley y se rumorea que puso en práctica algunos de los rituales que el satanista había descrito. Hay quien afirma, no obstante, que mientras el satanismo de estas primeras bandas era simple imagen, no se puede decir lo mismo de las bandas posteriores surgidas entre los 80 y los 90: respecto a esto, al satanismo militante del black metal y del death metal, ignoro realmente cuánto de verdad y cuánto de sensacionalismo por parte de los tertulianos de, por ejemplo, “la nave del misterio”, hay.

Pero tampoco era necesario hacer canciones heavies, arrancarles la cabeza a los murciélagos de un bocado, o ponerse títulos y nombres estrambóticos: con sólo poner “diablo” en tu canción ya estabas en el punto de mira de ciertos desquiciados, como les ocurrió a los Grateful Dead con su deliciosa balada country-rock “Friend of the Devil”; o sencillamente hacer una letra lo suficientemente críptica como para que alguien la relacione con el culto al diablo, tal y como les ocurrió a los geniales Led Zeppelin con su “Stairway to Heaven”, que puesta al ravés, etc. (recomiendo vivamente leer el enlace), o a una banda tal como los Eagles y su “Hotel California”, de la que alguien aseguraba que era un hotel comprado por Anton LaVey, sacerdote de la Iglesia de Satán y amigo del inquietante Kenneth Anger, con quien vamos a enlazar a la siguiente historia.

Rolling_Stones_-_Their_Satanic_Majesties_Request_-_1967_Decca_Album_coverCiertamente los iniciadores de esta simbología y de esta imagen fueron los Rolling Stones, aunque fue, en primera instancia, de una manera bastante fortuita. En 1967, el grupo intentaba sacar un disco mientras las tres cabezas más visibles de la banda, Mick Jagger, Keith Richard y Brian Jones, se encontraban envueltos en juicios e idas y venidas a prisión por tenencia y consumo de drogas (ya que hablamos de gurús y magos negros que intentaron hacerse publicidad al arrimarse a las estrellas del rock, no olvidemos tampoco a los inspectores de policía que también intentaron darse notoriedad arrestándolos): el disco, que fue, resultado de todo ello, junto a cierta sequía de ideas musicales propiciada por quedarse noqueados por el Sgt. Pepper’s, fue un desastre, aunque con el tiempo ha ido ganando y ha terminado por convertirse en un disco de culto; sin embargo, lo más llamativo del disco, por encima de las acusaciones de plagio de los Beatles, fue su título: Their Satanic Majesties request, “el ruego de sus satánicas majestades”, sobrenombre que acompañará ya a la banda para siempre. Y sin embargo, el disco no contiene referencia diabólica alguna, y su origen es de lo más mundano: furiosos como estaban contra el gobierno de su país, Jagger se fijó en el barroco mensaje, que databa de los días del imperio colonial, impreso en su pasaporte, algo así como: [traduzco]  Su Británica Majestad ruega y exige (Her Britanic Majesty requests and requires] que el portador de este documento… Y, entonces, Jagger, a modo de desagravio, quiso titular al disco, que enun principio iba a llamarse “Las navidades cósmicas de los Rolling Stones”, como Her Satanic Majesty requests nad requires: “Su Satánica Majestad ruega y exige”; pero la Decca se negó a sacar tal flagrante insulto a la corona británica, y por ello se cambió parte del nombre. Misterio resuelto.

Aleister_Crowley_2Más compleja, sin embargo, es la historia de “Simpathy for the devil”, incluida en el Beggars Banquet y única canción del disco con referencia satánica. Para empezar, hay que entender que las ciencias ocultas, la magia negra, etc., formaba parte del ambiente místico o pseudomísitco de la contracultura, o mejor dicho, de la cultura de las estrellas millonarias, y así Kenneth Anger, que era un director underground de temática gay y sadomasoquista, que, a parte de eso, proclamaba ser el heredero del mago satánico Aleister Crowley -uno de aquellos ocultistas que a principios de siglo XIX y después mucho más, tras la I Guerra Mundial, fundaron sectas ocultistas para dar explicación a tanta miseria y dar una solución, o provocar el apocalipsis final-, quiso lograr cierta publicidad acercándose a los Rolling Stones, del que algunos miembros colaborarían en sus películas, y describió a Mick Jagger como una encarnación del diablo de los últimos tiempos y a Keith Richard como su diablejo ayudante: esto no dejaba de ser una solemne gilipollez, pero, de algún modo, afectó a los dos stones, que comienzan, junto a sus parejas sentimentales, a interesarse por este mundo inquietante y misterioso: se hacen con libros de Crowley y otros brujos, y viajan al Caribe para ver rituales de vudú o algo así… Y en algunos de estos cultos, reservados sólo para los iniciados nativos, casi no lo cuentan (una torpeza muy habitual en aquellos tiempos). No obstante, el idilio con la magia negra, en realidad, duró muy poco: Keith Richard y Anita Pallenberg, movidos por un sentimiento de precaución, se echan atrás en su idea de celebrar una boda satánica con Anger como oficiante, mientras que, inexplicablemente, Mick Jagger comienza a ser visto en público con un crucifijo colgando de su cuello. Quizás habían cabreado a algún grupúsculo que pensara que estaban frivolizando sus creencias. Pero la historia de “Simpathy for the devil” tiene más que ver con la cultura, que con el satanismo.

Escena de The Rolling Stones Rock and Roll CircusEn los días del 68, Jagger se encontraba leyendo la novela El maestro y margarita, del escritor ruso Mikhail Bulgákov, obra en la que el diablo se presenta con palabras muy elegantes para comprobar los efectos de la revolución rusa, y, básicamente, de ahí surgió la idea: Mick Jagger interpreta al diablo, que se presenta muy cortésmente contando ser el causante de muchas de las tragedias desde la antigüedad hasta aquellos días –de nuevo, el diablo se presenta como algo negativo- y acaba exigiendo cortesía y simpatía. Quitando ciertas polémicas (como el asesinato de los Kennedy), no deja de ser una canción dramatizada, y la única referencia a su idilio con las ciencias ocultas parece ser esa introducción afro-caribeña, dando un aire de ritual vudú o algo así. Naturalmente, se quiso ver aquí una especie de manifiesto satanista, y ciertos grupos ocultistas debieron utilizarla en sus misas negras o lo que sean; lo cierto es que vino a acrecentar su leyenda negra cuando la interpretaron en el multitudinario concierto de Altamont, en donde un muchacho que, en versión de su agresor, llevaba un arma cargada para matar a Jagger, fue asesinado por uno de los Hell’s Angels encargados de la seguridad del concierto: cierta prensa algo sensacionalista no dejó de referir el hecho de que, minutos antes, habían interpretado esta canción, algo a lo que poca gente hizo caso, pero que en las mentes de los crípticos del rock tuvo su eco y acabó convirtiéndose en una falsa leyenda: “Mientras los Rolling Stones tocaban ‘Simpathy for the Devil’ era asesinado un chico”: algo bastante absurdo (hay varios minutos entre ambos acontecimientos), y, en cualquier caso, lo sucedido allí –que comenzó desde antes-, más que deberse a las fuerzas infernales liberadas por la canción, se debió a la vanidad subyugadora de Jagger (algo de lo que se ha arrepentido una y otra vez). De todas maneras, la canción ha constituido parte esencial del repertorio de las giras de los Rolling Stones desde entonces y, en la mayoría de las ocasiones, no ha habido ninguna tragedia ni el diablo se ha dignado a aparecer por allí, que nosotros sepamos.

Y éste es el final de la historia: quien quiera ver aquí la invocación de fuerzas oscuras infernales, mensajes apocalípticos o misales negros, corre un poco el riesgo de quedar en ridículo:

Simpathy for the devil

Please allow me to introduce myself
I’m a man of wealth and taste
I’ve been around for a long, long year
Stole many a mans soul and faith
And I was round when Jesus Christ
Had his moment of doubt and pain
Made damn sure that Pilate
Washed his hands and sealed his fate

Pleased to meet you
Hope you guess my name
But what’s puzzling you
Is the nature of my game

I stuck around St. Petersburg
When I saw it was a time for a change
Killed the czar and his ministers
Anastasia screamed in vain
I rode a tank
Held a generals rank
When the blitzkrieg raged
And the bodies stank

Pleased to meet you
Hope you guess my name, oh yeah
Ah, what’s puzzling you
Is the nature of my game, oh yeah

I watched with glee
While your kings and queens
Fought for ten decades
For the gods they made
I shouted out,
Who killed the Kennedys?
When after all
It was you and me
Let me please introduce myself
I’m a man of wealth and taste
And I laid traps for troubadours
Who get killed before they reached Bombay

Pleased to meet you
Hope you guessed my name, oh yeah
But what’s puzzling you
Is the nature of my game, oh yeah, get down, baby
Pleased to meet you
Hope you guessed my name, oh yeah
But what’s confusing you
Is just the nature of my game

Just as every cop is a criminal
And all the sinners saints
As heads is tails
Just call me lucifer
Cause I’m in need of some restraint
So if you meet me
Have some courtesy
Have some sympathy, and some taste
Use all your well-learned politesse
Or I’ll lay your soul to waste, um yeah

Pleased to meet you
Hope you guessed my name, um yeah
But what’s puzzling you
Is the nature of my game, um mean it, get down

Woo, who
Oh yeah, get on down
Oh yeah
Oh yeah!
Tell me baby, what’s my name
Tell me honey, can ya guess my name
Tell me baby, what’s my name
I tell you one time, you’re to blame
What’s my name
Tell me, baby, what’s my name
Tell me, sweetie, what’s my name

http://www.lyricsfreak.com/r/rolling+stones/sympathy+for+the+devil_20117881.html

Simpatía por el diablo

Por favor, permíteme que me presente/ soy un hombre de riqueza y buen gusto/ He estado por ahí durante mucho, muchos años/ robé las almas y la fe a muchos hombres/ Y yo estuve cerca cuando Jesucristo/ tuvo su momento de duda y dolor/ Me aseguré bien de que Pilatos/ se lavara las manos y sellara su destino.// Encantado de conocerte,/ espero que adivines mi nombre/ pero lo que te desconcierta/ es la naturaleza de mi juego.// Me quedé por San Petersburgo/ cuando vi que era hora de un cambio/ Maté al zar y a sus ministros/ Anastasia gritó en vano./ Conduje un tanque/ ostenté el rango de general/ cuando el blitzkrieg [guerra relámpago] bramó/ y los cuerpos apestaban// Miré con júbilo/ mientras vuestros reyes y reinas/ lucharon durante diez décadas/ por los dioses que crearon/ Grité:/ ¿quién ha matado a los Kennedy?/ cuando después de todo/ fuimos tú y yo/ Permíteme, por favor, que me presente/ soy un hombre de riqueza y buen gusto/ y tendí trampas para los trovadores/ que fueron asesinados antes de llegar a Bombay// Encantado de conocerte,/ espero que hayas adivinado mi nombre/ pero lo que te desconcierta/ es la naturaleza de mi juego.// Encantado de conocerte,/ espero que hayas adivinado mi nombre/ pero lo que te confunde/ es la naturaleza de mi juego.// Así como todo policía es un criminal/ y todos los pecadores santos/ como las cabezas son cabos/ simplemente llámame Lucifer/ pues necesito algo de contención/ Así que si me encuentras/ ten algo de cortesía/ ten algo de simpatía, y algo de gusto/ Utiliza toda tu bien aprendida educación/ o haré que tu alma se pierda.// Arrodílllate/ Dime cariño, cómo me llamo/ Dime cielo, ¿puedes adivinar mi nombre?/ Te lo digo una sola vez, tú tienes la culpa…

Mick Jagger & Keith Richard

La canción formaría parte del especial The Rolling Stones Rock and Roll Circus, que no vio la luz en su día (1968), según las malas lenguas, porque los Who estuvieron mucho mejor que ellos. Al final de la interpretación, Mick se quita su camiseta, mostrando en su torso desnudo falsos, y pueriles, tatuajes satanistas, adelantándose algunos años a los cantantes satánicos, o pseudo-satánicos, de heavy metal:

Y la de Altamont, en donde apreciamos que Mick está tan subido que parece ciego a todo lo que sucede a su alrededor, y también que no sucede en ese momento el asesinato de Meredith Hunter… Aunque hay que decir que su comentario de “Siempre pasa algo raro cuando interpretamos este número” después de que el comienzo de la interpretación fuera interrumpido, por ser de muy mal gusto, sobra y mucho; aunque, por otro lado, durante los acordes finales, Jagger canta “tranquilizaos todos”. En este vídeo podemos ver también a Jagger, visionando la película en la sala de pruebas para el juicio por asesinato, y degustando el sabor amargo de su propia vanidad:

Otro día hablaremos del rock cristiano si eso…

Filosofía rollingstoniana: “si lo intentas a veces”


Let_it_BleedIntentando citar de memoria: “He estado escuchando a ese filósofo tuyo: Jagger” -le dice en el primer capítulo la hermosa doctora Cuddy (Lisa Edelstein) a su insubordinado, cínico y escéptico empleado, el doctor Gregory House  (Hugh Laurie)-, “y dice que no puedes obtener siempre lo que quieres.. Pero que si lo intentas alguna vez…”… En fin, una referencia televisiva de calidad para presentar una canción fundamental, que es canción de cabecera de este melómano médico ficticio. Y es que, desde 1968, los Rolling Stones habían emprendido el camino de abandonar el utopismo hippie, representado por el barroquismo musical del 67 capitaneado por sus amigos/rivales los Beatles, y por el que tantos palos les dieron. Al tiempo que recuperaban el blues y el rock duro de sus raíces, sus temas se volvían algo más realistas y más crudos (curiosamente, el más dotado para el barroquismo musical, el que dio calidad a esa incursión en la psicodelia y el rock sinfónico con sus flautas, mellotrones, instrumentos orientales y norteafricanos, el hombre-orquesta Brian Jones, fue el que más contento se puso del regreso a las raíces, tanto como antes se había opuesto al barroquismo). Los temas de su disco Beggars Banquet habían acompañado las revueltas del 68 de gran parte del mundo; ahora, su disco del 69, Let it bleed, hacía de contrapunto al panorama violento del final de los utópicos 60, en el que los hippies, a la salida de Woodstock, agonizaban entre el activismo radical violento y sus excesos con las drogas. Por eso, hay quien califica esta canción, lanzada como sencillo en 1968 y recogida posteriormente en el disco de 1969, como un retrato de esos tiempos y de su filosofía: el desencanto con el utopismo del 67, que dio paso al radicalismo del 68 y siguientes, quedaba plasmado en esa máxima de “no siempre puedes tener lo que quieres, pero si lo intentas, a veces, puedes conseguir lo que necesitas”, que se abre (fortuitamente, pues lo consideraron “divertido”) con un coro, el London Bach Choir, que le da cierto aire de revelación:

You can’t always get what you want

I saw her today at the reception
A glass of wine in your (her) hand
I knew she was going to meet her connection
At her feet was a footloose man

(Now) You can’t always get what you want (no) (yes)
You can’t always get what you want
And (But) if you try sometime(s), you(‘ll) (you just) (might) find
You(‘ll) get what you need

And I went down to the demonstration
To get my fair share of abuse
Singing "We’re going to vent our frustration
If we don’t, we’re going to blow a 50 amp fuse"

Sing it to me

Ah baby, yeah

I went down to the Chelsea drugstore
To get your prescription pills
I was standing in line with Mr. Jimmy
And, man, did he look pretty ill

We decided that we would have a soda
My favorite flavor was cherry red
I sung my song to Mr. Jimmy
Yes, and he said one word to me and that was "dead"

I said to him…

Oh yeah

You get what you need
Yeah
Ah baby, ah yeah

I saw her today at the reception
In her glass was a bleeding man
She was practiced at the art of deception
I could tell by her blood-stained hands

http://timeisonourside.com/SOYouCantAlways.html

No puedes conseguir siempre lo que quieres

La vi hoy en la recepción/ un vaso de vino en su mano/ Supe que se iba a encontrar con su contacto/ A sus pies estaba un hombre sin compromiso.// No puedes conseguir siempre lo que quieres/ No puedes conseguir siempre lo que quieres/ pero si lo intentas alguna vez, podrías descubrir/ que conseguirás lo que necesitas.// Y me dirigí a la demostración/ para obtener mi justa parte de abuso/ cantando “Vamos a desfogar nuestra frustración/ y si no, vamos a fundir un fusible de 50 amperios”.// Cántamelo// No puedes conseguir siempre lo que quieres…/ pero si lo intentas, a veces, solo encontrarás tal vez/ que conseguirás lo que necesitas.// Fui a la droguería de Chelsea/ para comprar tus pastillas con receta/ Estaba en la cola con el señor Jimmy/ y, tío, parecía estar bastante enfermo// Decidimos que nos beberíamos una soda/ Mi sabor favorito era cereza roja/ Le canté mi canción al señor Jimmy/ Sí, y él me dijo una palabra, que era “muerto”.// Le dije// No puedes conseguir siempre lo que quieres…/ Pero si lo intentas alguna vez, podrías descubrir/ que consigues lo que necesitas.// Consigues lo que necesitas// La vi hoy en la recepción/ en su copa había un hombre sangrando/ había practicado en el arte de la decepción/ lo podría decir por sus manos manchadas de sangre.// No puedes conseguir siempre lo que quieres…/ Pero si lo intentas alguna vez, podrías descubrir/ que consigues lo que necesitas.

Mick Jagger & Keith richard

Sóc, no vull ofendre, anticlerical (III): El día que Sinéad le declaró al guerra al papa


La mano dura en la educación,
aunque sea con buena intención,
engendra amargura en el corazón:
Mal reprimido rencor.

Respeto y obediencia”, Vainica Doble

john-lennon-20080425005341673-000La relación de los artistas con las religiones de todo el mundo siempre ha sido complicada, sobre todo los músicos de pop y de rock. Por resumir algunos casos, George Harrison, amante del hinduismo, se hace vaishnva y simpatiza y apoya a la secta hinduista Hare Krishna (la adaptación occidental del vishnuísmo); Michael Jackson, Testigo de Jehová de nacimiento, tras contraer matrimonio con Lisa Marie Presley, se convierte a la “religión” de la cienciología, pero tras el divorcio de la hija de Elvis, la abandona al darse cuenta de que la secta se enriquece con los bienes de sus adeptos y que le utiliza a él y a otras estrellas como reclamo publicitario. Algo similar les ocurrió a los Beatles con el supuestamente santo Maharishi Mahesh Yogi, de quien descubren que en la India no se le considera más que como un charlatán, y que tenía una fijación nada espiritual con Mia Farrow. Los Rolling Stones Mick Jagger y Keith Richard y sus novias, influenciados por el inquietante artista underground y reconocido satanista Kenneth Anger, flirtean durante un tiempo con el esoterismo, la magia negra y el satanismo; pero, sin dar explicación, de repente Mick Jagger comenzó a actuar con un crucifijo colgado del pecho. Y luego está John Lennon, que, a pesar de escarceos místicos, siempre fue o un creyente a su estilo o un materialista, y su incidente “cristiano”, cuando, citado fuera de contexto, pareció decir soberbiamente que eran “más populares que Jesucristo”, algo que en el Reino Unido pasó sin más, pero en Estados Unidos la ultraderecha utilizó constantemente, haciendo campañas de quemas de sus discos y fotos; rogado por sus amigos, Lennon se deshace en disculpas y afirma intentando parecer divertido, pero notándosele un gran nerviosismo: “Si hubiera dicho que la tele es más popular que Jesucristo, no hubiera pasado nada”. Sin embargo, el músico de Liverpool da una de cal y otra de arena, y tras las disculpas pasa a criticar la intervención en el Vietnam, y leemos entre líneas que Lennon está criticando a esa gente (que tampoco necesitaban la excusa de la blasfemia para odiarle) el que les preocupe más lo que él piense sobre la religión que se esté comenzando una guerra, en último término, colonialista…. En 2008 el Vaticano decidía absolver a John Lennon por sus declaraciones, mientras que gran parte del mundo ya le tenía como un Mesías (al menos, tardaron menos que con Galileo). Algo parecido a nuestra historia central, pero para ello, antes, un último caso de artista re-bautizado, para enlazar con nuestra historia.

y1pHvnLBsgb5MyZ-SdHLJWEgNLs0_L21yiTqPmOSiNOWNtCHBqx_mgd8al14dgw5Q8-sD0FQrakPOQBob Dylan nació y se crió como judío. Durante la mitad de los años 60, Dylan flirtea con el budismo y el hinduismo, a la par que hace sátiras en sus canciones sobre la Biblia y la Torah, aunque no parece abandonar la senda del judaísmo. Pero, a finales de los 70, Dylan se convierte al catolicismo –de esa época queda algún excelente disco, que van desde Slow Train Coming (1979) a Infidels (1983)-, y en 1997, tras una severa enfermedad, actúa ante el papa Juan Pablo II en Conferencia Eucarística Mundial en Bolonia. El pontífice, después, haría una homilía basándose en la letra de “Blowin’ in the wind” (no obstante, el actual pontífice Benedicto XVI, se mostró disconforme con este tipo de actos). Sin embrago, en la década del 2000, hay quien asegura que Dylan se ha reconvertido al judaísmo, mientras él asegura que su fe “son las canciones”.

AminotyourgirlPero volvamos a la década de los 90, con un Dylan bautizado (¿llegó a bautizarse?) y tocando ante el jefe de la iglesia católica sus antiguas canciones rebeldes y antimilitaristas, que ahora sonaban a himnos de salvación y bautismo. En 1992, la cantautora de rock irlandesa, Sinéad O’Connor, incluyó en su disco de aquel año Am I Not Your Girl? una versión de la canción que Bob Marley (otro buen caso de músico representante de una fe, en este caso, su mejor embajador) había compuesto basándose en el discurso del Ras etíope Haile Selassie ante las Naciones Unidas en 1963 –el emperador etíope, que, según los rastaffaris, desciende del mismísimo Salomón y de su idilio con la reina de Saba, fue un hombre más preocupado por lo que pasaba fuera de su país que por lo que pasaba dentro-. Ésta es la canción original de Marley:

War

Until the philosophy which hold one race superior
And another
Inferior
Is finally
And permanently
Discredited
And abandoned –
Everywhere is war –
Me say war.

That until there no longer
First class and second class citizens of any nation
Until the colour of a man’s skin
Is of no more significance than the colour of his eyes –
Me say war.

That until the basic human rights
Are equally guaranteed to all,
Without regard to race –
Dis a war.

That until that day
The dream of lasting peace,
World citizenship
Rule of international morality
Will remain in but a fleeting illusion to be pursued,
But never attained –
Now everywhere is war – war.

And until the ignoble and unhappy regimes
that hold our brothers in Angola,
In Mozambique,
South Africa
Sub-human bondage
Have been toppled,
Utterly destroyed –
Well, everywhere is war –
Me say war.

War in the east,
War in the west,
War up north,
War down south –
War – war –

Rumours of war.
And until that day,
The African continent
Will not know peace,
We Africans will fight – we find it necessary
And we know we shall win
As we are confident
In the victory
Of good over evil –
Good over evil, yeah!
Good over evil –
Good over evil, yeah!
Good over evil
Good over evil, yeah!

Guerra

Hasta que la filosofía que sostiene que hay una raza superior/ y otra/ inferior/ sea finalmente/ y permanentemente/ desacreditada/ y abandonada/ –por todas partes hay guerra-/ digo guerra.// Que hasta que no haya más/ ciudadanos de primera y de segunda clase en toda nación/ Hasta que el color de la piel de un hombre/ no importe más que el color de sus ojos/ Digo guerra.// Que hasta que los derechos humanos básicos/ estén garantizados para todos por igual/ sin considerar la raza/ –Esto es una guerra.// Que hasta ese día/ el sueño de la paz duradera,/ la ciudadanía mundial,/ las leyes de la moralidad internacional,/ permanecerán en nada más que una ilusión efímera a seguir/ pero nunca alcanzado/ –Ahora en todas partes hay guerra – guerra.// Y hasta que los innobles e infaustos regímenes/ que soportan nuestros hermanos en Angola,/ en Mozambique,/ Sudáfrica;/ que el cautiverio infrahumano/ haya sido derrocado,/ absolutamente destruido –/ Pues en todas partes hay guerra –/ Digo guerra// Guerra en el este,/ guerra en el oeste,/ guerra al norte,/ guerra hacia el sur,/ guerra – guerra –/ Rumores de guerra./ Y hasta ese día,/ el continente africano/ no conocerá la paz,/ nosotros los africanos lucharemos –lo declaramos necesario-/ y sabemos que venceremos/ porque estamos seguros/ de la victoria/ del bien sobre el mal.

http://www.traducidas.com.ar/letras/bob-marley/war

Norman J. Whitfield – Barrett Strong – Bob Marley

Volvamos a la historia… Sinéad O’Connor fue invitada para promocionar su disco en el popular programa “Saturday Night Live”, el 3 de Octubre de 1992, y supongo que nadie sabía lo que iba a hacer. Sobre el escenario, una O’Connor completamente rapada, rodeada de cirios blancos y vestida de blanco, interpretaba a capella su versión de la canción de Marley, pero sustituía las líneas que hacen referencia al continente africano por éstas:

Until that day,
There is no continent,
Which will know peace.
Children, children.
Fight!
We find it necessary.
We know we will win.
We have confidence in the victory
Of good over evil
Fight the real enemy!

(Hasta ese día,/ no hay continente/ que conocerá la paz./ Niños, niños./ ¡Luchad!/ Lo declaramos necesario./ Sabemos que ganaremos./ Estamos convencidos de la victoria/ del bien sobre el mal./ ¡Combatid al auténtico enemigo!)

http://www.sing365.com/music/lyric.nsf/War-lyrics-Sinead-O%27Connor/AC4454BAC7EFBF2648256897000C3DCA

Sinead_rips_into_the_PopeY mientras decía las frases finales, la cantante irlandesa mostraba una fotografía del papa Juan Pablo II y la rompía en dos, enlazando la protesta antibélica y antirracista con una denuncia contra los abusos sexuales de la iglesia católica sobre los niños (recordemos que recientemente se han desvelado en Irlanda numerosos casos escandalosos que, en su día, fueron convenientemente ocultados). Ni qué decir tiene que la productora recibió un aluvión de críticas y protestas airadas, incluso una hipócrita crítica de la –para mí- impresentable Madonna (cantante que también fue ira de los más fundamentalistas por disfrazarse de “monja putón” en sus actuaciones). Esto vino en perjuicio de la carrera de Sinéad en su propio país, al que ella calificó en más de una ocasión como de “dictadura católica”, por lo cual no se sorprendió. Lo que sí que seguramente no se esperaba era lo que le aconteciera dos semanas después…

Aproximadamente el 17 de octubre de ese año tuvo lugar el concierto-tributo a Bob Dylan, un macrofestival en el que participaron amigos, colegas y alumnos del trovador de Minnesota, todos ellos interpretando alguna canción suya. El cantautor y actor Kriss Kristofferson fue el encargado de introducir a Sinéad O’Connor, pero lo que ninguno sabía era, o que había más seguidores del Dylan neo-católico, o que la gente no tiene personalidad alguna. O’Connor intenta arrancar con su canción, pero los abucheos son tan fuertes que le es imposible; Kristofferson se acerca a ella y la dice “No dejes que estos cabrones te desanimen”, y Sinéad responde “No estoy desanimada”. Los gritos son tan fuertes que O’Connor ordena a su banda parar y se arranca a capela con su versión de “War”, pero paró justo antes de su añadido, intentando aparentar fuerza, pero visiblemente muy nerviosa y alterada:

Tras el escenario se echó a llorar mientras Kristofferson intentaba consolarla. Aquel mismo mes, en una entrevista a una publicación italiana, Sinéad O’Connor, como ya lo hiciera Lennon en sus días, pidió perdón, también, sobre todo, al papa, calificando su gesto como un acto ridículo y un arrebato propiciado por una crisis de fe. Pero el público no perdonaba…

Aparición de Sinéad O'Connor en "After_Dark" (21-1-95) para hablar de los abusos sexualesEn realidad, Sinéad O’Connor no es una persona atea o anticristiana, sino al revés: llegó a ordenarse sacerdotisa en la “herética” iglesia católica del obispo Michael Cox. Sobre la religión se declara cristiana y opinaba: “Creo que Dios salva a todo el mundo, independientemente de si se quiere o no. Así que cuando morimos nos vamos todos a casa… No creo que Dios juzgue a nadie. Él ama a todos por igual.” (http://en.wikipedia.org/wiki/Sin%C3%A9ad_O%27Connor#Religion, la traducción es mía). Muchos fundamentalistas católicos consideraron a Sinéad O’Connor una atea satánica pecadora, una “persona peligrosa”… Quizás su gesto fue una rabieta, como decía ella… Pero tal vez tuviera todo su derecho en expresarlo así cuando piensas y reflexionas que también Sinéad O’Connor fue víctima de abusos sexuales por parte de curas cuando era una adolescente. Y apoyo al cien por cien sus palabras cuando dijo que era necesaria otra iglesia porque “Cristo estaba asesinado por mentirosos”.

“That’s it for the other one”, el tributo de Grateful Dead a Neal Cassady


Furthur_02Entre 1964 y 1965, el autor de Alguien voló sobre el nido del cuco y activista por la paz, Ken Kesey, que se había sometido voluntario a las pruebas con drogas psicotrópicas llevadas a cabo por el gobierno de Estados Unidos, decidió realizar su propio experimento; formó un grupo activista de las drogas psicodélicas y de la filosofía lúdica de la vida que se llamó los Merry Pranksters (los alegres bromistas), y a bordo del famoso autobús pintado con vivos colores, que tenía por destino en el cartel del autobús la palabra “Further” (más lejos, más allá), realizaron a lo largo del país una especie de actos, mitad experimentos, mitad fiesta, llamados Acid Tests (Pruebas de ácido), en el que tomaron parte varios personajes que comenzaban a configurar la contracultura que empezaría a hacerse famosa en los años siguientes: los Hell’s Angels, Keith Richard y Brian Jones de los Rolling Stones…, y el famoso modelo contracultural Neal Cassady. Todo ello amenizado por la música de un grupo de rock, pionero en el estilo acid rock, conocido por entonces como The Warlocks, pero que para su leyenda serían conocidos mundialmente dos años después como The Grateful Dead, para muchos, el mejor de las bandas de San Francisco. Estas experiencias fueron reflejadas por el novelista Tom Wolfe (otro habitual) en su libro The Electric Kool-Acid Test, editado en nuestro país como La gaseosa de ácido eléctrico, o también Ponche de ácido eléctrico (aunque, al parecer, a Kesey no le gustó demasiado el libro)

Jack Kerouac y Neal CassadyNeal Cassady era ya, poco antes de su muerte en 1968, una leyenda viva. Su vida representaba cierto romanticismo de forajido del Oeste, junto a una vida desordenada guiada por una filosofía vitalista: drogas, chicas, prostitutas, alcohol, robos de coches para pasar una noche… Una práctica y una visión de la vida que el convirtieron en la Musa del naciente movimiento literario llamada Generación Beat: aquella generación de escritores estadounidenses encabezados por el novelista Jack Kerouac, el poeta Allen Ginsberg y el también novelista William Burroughs (que se convertiría en el padrino del underground neoyorquino, mientras que Ginsberg lo sería del movimiento hippie), que venían a ser, en términos generales, una mezcla de existencialismo, misticismo oriental, vitalismo y socialismo. Así pues, Neal aparecía en muchas de las obras de sus amigos, siendo uno de estos personajes que, sin escribir una sola línea, habían generado por su modo de vida o pensamiento toda una generación literaria: en el libro fundacional del movimiento, la novela On the road (en el camino) de Kerouac, aparece como segundo protagonista bajo el nombre de Dean Moriarty, así como en otras obras del autor al que le gustaba meter a sus amigos con pseudónimos en sus novelas (Ginsberg aparece como Carlo Marx: conociendo las simpatías del gran poeta por el comunismo, esto no puede ser una casualidad); y en el poemario bandera de la Generación Beat, Howl (Aullido), Allen Ginsberg le dedica varias líneas.

imgGrateful Dead2The Grateful Dead, capitaneados por el gran Jerry García, fueron los auténticos pioneros del sonido de San Francisco (aunque fueran Jefferson Airplane los primeros en grabar un disco), comenzando hacia 1965 con el nombre de The Warlocks. Su estilo comenzó como una mezcla de temas tradicionales de blues y country con acid rock, evolucionando a un estilo de rock duro para, a finales de los 60, acabar practicando el country rock. Ellos amenizaron, y participaron, aquellas fiestas de Kesey, coincidiendo en el autobús con el mismísimo Neal Cassady. Y así, en 1968 quisieron honrar la memoria de aquel loco, gracias al cual, en parte, ellos estaban sobre los escenarios alucinando a un público que, parafraseando a nuestro mejor alcalde, si no estaba ya colocado ellos lo colocaban con sus riffs y largas melodías cósmicas; su disco Anthem of The Sun (Himno del Sol), se abría con esta especie de homenaje-epitafio, dividido en varias suites, a la memoria del “vaquero Neal”, “That’s it for the other one”, o “The other one”:

That’s It For The Other One

["Cryptical Envelopment"]

The other day they waited, the sky was dark and faded,
Solemnly they stated, "He has to die, you know he has to die."
All the children learnin’, from books that they were burnin’,
Every leaf was turnin’, to watch him die, you know he had to die.

The summer sun looked down on him,
His mother could but frown on him,
And all the other sound on him,
But it doesn’t seem to matter.

["Quodlibet for tenderfeet": Instrumental]

["The Faster We Go The Rounder We Get: aka part 2]

Spanish lady come to me, she lays on me this rose.
It rainbow spirals round and round,
It trembles and explodes
It left a smoking crater of my mind,
I like to blow away.
But the
heat came round and busted me
For smilin’ on a cloudy day

[Chorus]

Comin’, comin’, comin’ around, comin’ around, comin’ around in a circle
Comin’, comin’, comin’ around, comin’ around, in a circle,
Comin’, comin’, comin’ around, comin’ around, in a circle.

Escapin’ through the lily fields
I came across an empty space
It trembled and exploded
Left a bus stop in its place
The
bus came by and I got on
That’s when it all began
There was cowboy
Neal
At the wheel
Of a bus to never-ever land

[Chorus]

["We Leave the Castle"]

And when the day had ended, with rainbow colors blended,
Their minds remained unbended,
He had to die, oh, you know he had to die.

http://artsites.ucsc.edu/GDead/agdl/other1.html

Eso es todo para el otro

Envoltura Críptica

El otro día esperaron, el cielo estaba oscuro y descolorido,/ solemnemente sentenciaron,“Ha de morir, sabes que ha de morir”./ Todos los niños aprendiendo, de libros que estaban quemando,/ todas las hojas se volvían para verle morir, sabes que tenía que morir.// El sol veraniego le miró,/ su madre sólo podía desaprobarle,/ y todos los demás resonaban en él,/ pero no parece importar.

Quodlibet para pies delicados (instr.)

Cuanto más rápido vamos, más vueltas damos

La dama española viene a mí,/ deja sobre mí esta rosa./ Su arco-iris espiral gira y gira,/ se estremece y explota,/ dejó mi mente en un cráter humeante,/ me gusta ser arrancado./ Pero la pasma vino por ahí y me arrestó/ por sonreír en un día nublado.// Dando, dando, dando vueltas en círculos…// Escapando por los campos de lirios/ vine a través de un espacio vacío/ que tembló y explotó/ Dejé una parada de autobús en su lugar./ El autobús pasó y me subí a él/ fue entonces cuando empezó todo./ Ahí estaba el vaquero Neal/ en la rueda/ de un autobús rumbo a la Tierra de Nunca Jamás…

Abandonamos el castillo

Y cuando el día llegó a su fin, con los colores del arco-iris mezclados,/ sus mentes permanecieron desplegadas,/ tenía que morir, oh, sabes que tenía que morir.

The Grateful Dead

Fragmento de una de sus monstruosas versiones en directo
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