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La banda sonora de Billy («algo es algo») desgranada


Mal está, tal vez, que uno hable de su propia obra, pero uno de los atractivos de Billy («algo es algo»), que lo dota de originalidad, es que el título de cada capítulo es un fragmento de alguna canción, un pedazo que es relevante y va acorde con el sentido del episodio. Generalmente son de cantautores de España, bien propias, o bien poemas musicalizados de Miguel Hernández, Juan de Loxa, etc.; sin embargo, hay alguna excepción: un poeta uruguayo, un grupo de heavy metal español, y un cantautor y una banda grunge estadounidense.

Billy («algo es algo») (Libros Indie, 2019) es la historia de Guillermo Niño Pérez: un antiguo inspector de la policía política franquista, al que amenaza una querella por las torturas que propició en sus años de servicio, pues ya se salvó de otras, y es perseguido por el recuerdo de la muerte de Gabriel Aceituno, un estudiante agitador al que interrogó brutalmente. Sin embargo, no son estas cosas las que le inquietan, sino un joven vecino cuyo comportamiento errático y su modo de vida misterioso le obsesiona de forma malsana, sacando de él al antiguo inspector que perseguía «malhechores» por su pensamiento y conducta fuera de la norma habitual. Un día, mientras reflexiona sobre cómo esquivar a la prensa que le asedia, un antiguo subordinado le indica que en el periódico se habla de un asesino en serie que imita los métodos de tortura de la Brigada. Tomándoselo como un agravio hacia él y sus compañeros, decide investigar, convencido de tener un sospechoso bastante prometedor.

Me ha quedado algo largo, pero prometo que, en comparación, la novela es más corta.

Al comienzo de este vídeo promocional puedes oír un collage sonoro con los fragmentos de las canciones

Antes del odio, de Miguel Hernández (musicalizado e interpretado por Adolfo Celdrán)

Vencida la República en 1939, el régimen fascista de Franco se dedicó a hacer una dura purga contra los ciudadanos que hubieran tenido, aunque fuera presumiblemente, parte en el anterior gobierno legítimo, en el ejército popular, hubiera pertenecido a partidos de izquierdas o regionalistas/ nacionalistas, o hubiera manifestado abiertamente esas ideas. La mayoría de los intelectuales apoyaron ferviente y abiertamente al partido y al gobierno del Frente Popular, entre ellos, el poeta Miguel Hernández, quien pertenecía al Partido Comunista de España. Hernández fue arrestado y encarcelado, llevado a distintas prisiones donde se hacinaba con otros presos; llegó a tener una pena de muerte sobre su cabeza que, finalmente, le sería conmutada; sin embargo, moriría debido a las insalubres condiciones de esas prisiones. En esas estancias, el poeta escribió unos poemas que describían su situación y la de muchos otros, que se reunirían en un libro titulado Cancionero y romancero de ausencias.

«Antes del odio» es un poema estremecedor, en el que Miguel Hernández describe la miseria por la pérdida de libertad, simbolizada en su mujer y su hijo, ausentes y lejanos; también la incertidumbre de una pena de muerte que podía materializarse cualquier noche, arbitrariamente, junto con otros tantos; y, además de eso, la inquebrantable libertad interior del ser humano.

En 1975, el cantautor Adolfo Celdrán, musicalizó este poema para su disco 4.444 veces, por ejemplo, siguiendo el empeño de rescatar a los poetas silenciados, despreciados o tapados por la censura. Celdrán dota al poema de una melodía estremecedora que amplía las palabras del prisionero.

«… me es pequeño y exterior»: el poema resulta la máxima expresión de los pensamientos y sentimientos de un preso por razones políticas, por esa razón merecía su sitio entre los títulos de Billy («algo es algo»).

Campanades a morts: letra y música de Lluís Llach

Vitoria, 3 de marzo de 1976. La crisis económica mundial comenzó a notarse en España con viveza; los obreros, ante los despidos, las retenciones y bajadas de sueldo, van a la huelga, mientras un cierto ministro de economía, convertido más tarde en aristócrata-empresario de éxito, lanzaba arengas tratando de convencer de que no había otra solución porque no había dinero para los sueldos: que había que conformarse, apretarse el cinturón y pedir a Dios que dé lo que que los humanos niegan (bien, esto es una licencia mía). Especialmente trágica era la situación en Vitoria/ Gasteiz, en donde la huelga parecía interminable y la ciudad estaba al borde de la lucha. Ocurrió que, aquel tres de marzo, los obreros y sus familias estaban reunidos en asamblea en la iglesia de San Francisco de Asís, cuando la policía armada arrojó botes de humo provocando que salieran aturdidos y asfixiados; lo que no podían esperar es que su precipitada salida fuera recibida con fuego real. Murieron los trabajadores Pedro Martínez Ocio, Francisco Aznar Clemente, Romualdo Barroso Chaparro, José Castillo y Bienvenido Perea. Vitoria se convirtió en un campo de batalla, mientras el responsable de las fuerzas de seguridad, el entonces ministro de la Gobernación, Manuel Fraga, se lavaba las manos delegando en Martín Villa, ministro de relaciones sindicales. Finalmente, Adolfo Suárez se puso al mando intentando impedir generar más violencia.

El cantautor catalán Lluís Llach cuenta que se encontraba frente al piano cuando oyó las noticias de las muertes; entonces, de una manera instintiva, aporreó sus teclas con fuerza, saliéndole casualmente los primeros acordes de esta canción, al estilo del réquiem de Mozart.

«… y que en la muerte os persiga nuestro recuerdo». El fragmento escogido («i que en la mort us persegueixin les nostres memòries») representa esa persistencia de los hechos morales de cada uno, que acompañan al actor hasta que muera, como es el caso del protagonista, Guillermo Niño, que se resiste a sentir remordimientos por un crimen que cometió, aunque su recuerdo le persiga.

Canción de vísperas, de Nicolás Guillén (musicalizado e interpretado por Adolfo Celdrán)

En 1977, Adolfo Celdrán sacó un disco que suponía una colección de las canciones que le habían sido censuradas, total o parcialmente, o directamente prohibidas en algún aspecto (grabación, interpretación o difusión radiofónica), con el nombre de Denegado. En él encontramos la musicalización de un poema de Nicolás Guillén, que, probablemente, hablara de la Cuba prerrevolucionaria. Como es natural, al ser muchos de sus versos muy aplicables a la España de la dictadura franquista, la canción no pasó los filtros de la censura.

El fragmento «El ojo del policía» hace referencia a ese llamado «olfato policial» del que Guillermo Niño dice hacer gala, aunque a menudo constituya solo un montón de sospechas infundadas basadas en prejuicios y primeras impresiones. Del otro fragmento que da nombre a otro capítulo, «… y, sobre la pista, el enano equilibrista», relativo a las sesiones del juicio contra Guillermo Niño por sus torturas, solo diré que siempre me ha hecho gracia cómo Adolfo consiguió burlar la censura, para que se impidiera establecer una relación entre este verso y cierto general famoso por su baja estatura, al presentarlo ante la censura como «… y, sobre la pista, Elena no equilibrista».

Cançó en i (letra y música de Francesc Pi de la Serra)

El ácido y satírico cantautor catalán, Pi de la Serra, era muy dado en sus canciones a los dobles sentidos, de manera que los críticos solían decir de él que lo importante no era tanto lo que cantaba como lo que se dejaba entrever en sus letras. En esta canción en concreto, Quico, como suele llamársele también cariñosamente, enumera un montón de clichés y frases hechas sobre la policía que podían oírse en las noticias, contando hazañas de sus agentes como impedir una violación o ayudar a una invidente a cruzar la calle.

«La policía está al servicio de los ciudadanos» (la policia està al sevei dels ciutadans) es el estribillo recurrente que Pi de la Serra deforma jugando con otras palabras como «oligarquía», «servilía», etc., y que escogí para el capítulo en donde se describen algunos de los discutibles métodos policiales de Guillermo Niño y sus compañeros de la Brigada de la Noche, además de su visión de la acción policial, que recuerda al decidirse a proponerse desenmascarar al asesino psicópata que le imita, El Carcelero.

Doña María, de Nicolás Guillén (musicalizado e interpretado por Adolfo Celdrán)

De nuevo un poema del poeta cubano interpretado por Celdrán sirve para nombrar dos títulos de Billy («algo es algo»). Como el anterior, parece ser un poema alusivo a la Cuba de la dictadura de Fulgencio Batista, en donde mucha gente pobre se ganaba un cierto sueldo como confidentes de la policía política. Algo así ocurrió en España, como podrás descubrir en mi novela. Adolfo la musicalizó y la grabó en su primer disco, Silencio (1970).

«¡Ay, pobre doña María…!», verso incial del poema, me sirvió para titular el capítulo en el que se cuentan las tribulaciones e inquietudes de Marisa, la mujer de Guillermo Niño, ante el juicio que va tomando forma, pero también ante el extraño comportamiento que su marido está adoptando y del que poco le cuenta.

«Rondando anduvo mi casa» es otro capítulo, en el que se describen algunas cosas que hace el exinspector.

Enfermedades de invierno, de Jesús López Pacheco (musicalizado e interpretado por Luis Pastor)

Este poema era un canto contra la intolerancia en días del postfranquismo (los últimos años de gobierno de Franco, previos a la transición), contraponiendo la gente llena de razones que luchaban por la democracia frente a los vilentos sicarios del régimen: los ultraderechistas, que comenzaron a volverse más virulentos a medida que la vida del general se apagaba. Grupos como la Alianza Apostólica Anticomunista (AAA/ Triple A), Guerrilleros de Cristo Rey, el PENS (partido nazi español) y el Batallón Vasco-Español (un grupo parapolicial que realizaba atentados contra miembros de ETA y de la izquierda abertzale), que nacieron a finales de los años 60 para presentar batalla contra los jóvenes contestatarios, los obreros y los curas progresistas, pasaron de limitarse a romper escaparates de librerías y boicotear obras de teatro o recitales de cantautores, obviando palizas eventuales a líderes sociales, a cometer asesinatos.

En enero de 1977, toda la tensión de una transición política muy conflictiva acabó por estallar en pocos días: el estudiante Arturo Ruiz moría durante una manifestación por disparos de los Guerrilleros de Cristo Rey, al día siguiente lo hacía Mari Luz Nájera en la manifestación en protesta por esta muerte por la acción policial desproporcionada, y, finalmente, tres pistoleros de la Triple A asesinaban a sangre fría a los abogados laboralistas Enrique Valdevira Ibáñez, Luis Javier Benavides Orgaz y Francisco Javier Sauquillo, y al empleado del despacho Ángel Rodríguez Leal. Se organizó un funeral multitudinario que estremeció por su silencio respetuoso y su demostración de fuerza pacífica, especialmente los militantes del PCE, al que pertenecían las víctimas, y que todavía era ilegal. Suele decirse que esta demostración fue la que convenció a Suárez para, finalmente, legalizar los partidos democráticos.

Se consiguió detener a los tres ultras junto a algunos cómplices y autores intelectuales, pero no se pudo establecer la relación entre este lúgubre suceso y la responsabilidad en él de personas como Blas Piñar, Mariano Sánchez Covisa, Antonio González Pacheco y otras personalidades que lideraban el movimiento integrista o con cargos en las fuerzas de seguridad.

No recuerdo muy bien, pero creo que el poema es anterior al atentado de Atocha. No obstante, cuando Luis Pastor la musicalizó para su disco Nacimos para ser libres (1977), quiso denunciar toda aquella violencia, resquicios de un mundo que se resistía a morir con irracionalidad e integrismo.

«No vayas a coger alguna bala en los pulmones» es un verso lo suficientemente explicativo. No se llegó a saber lo que realmente pasó entonces, por lo que lo que describo en este capítulo (reconozco que muy influido por la película 7 días de enero de J. A. Bardem) es solo elucubración, inspirada por la teoría de que hubo gente importante detrás de este atentado terrorista con la finalidad de generar conflictividad social; una ficción basada en esta teoría en la que verás el papel que Guillermo Niño, de haber existido, hubiera tenido en aquellos asesinatos.

Es urgente, de Juan de Loxa (musicalización de Virgilio Fernández; interpretación de Aguaviva)

Juan de Loxa, poeta, locutor y promotor del colectivo andaluz Manifiesto Canción del Sur, escribió un texto inspirado por dos sucesos. Uno fue el del atentado de la calle Atocha del que ya hemos hablado; el otro fue el asesinato por la espalda a manos de la guardia civil del estudiante Francisco Javier Verdejo. ¿Crimen? Intentar pintar en una pared la frase «Pan y Trabajo». Es un poema en el que De Loxa contrapone también el mundo de la violencia y la irracionalidad con la del diálogo, las razones y la libertad.

«Allí se dan la paz con las manos manchadas»: de nuevo un verso muy expresivo que se explica por sí solo, alusivo al fervor religioso de unas personas que mandaban y mandaban matar, o mataban directamente. Una frase que un joven seminarista le recita a Guillermo Niño mientras asiste a misa con Marisa.

Están cambiando los tiempos (letra y música de Luis Pastor)

También del disco Nacimos para ser libres, fue una canción que, a pesar de lo que indicaba su título (al menos en apariencia), no estuvo libre de polémicas y boicots, como, por ejemplo, un aluvión de protestas de ciertas gentes a la dirección de TVE por su interpretación en el especial «Yo canto», acompañadas de amenazas serias contra el artista. Sobre todo por el verso que escogí para este capítulo: «No saldrá del agujero», aunque irónicamente se acabó pidiendo que saliera para meterle en otro agujero más familiar.

Galería de perpetuas (letra y música de Pedro Cobos y José Nieto; intérprete: Marisol)

En el proceso de Pepa Flores con romper de alguna forma con su pasado, encarnado en la dulce niña prodigio de nombre Marisol, surgieron discos y canciones interesantes, muy alejadas de aquellas que cantaba en su niñez en aquellas películas ñoñas. Pepa/ Marisol demostraba no solo haber conservado, y hasta perfeccionado, sus dotes interpretativas, sino que podía ser una artista comprometida y para un público adulto. Galería de perpetuas (canciones para mujeres), del año 79, es uno de esos discos, y la canción que daba nombre al disco toda una declaración de intenciones.

Es parte de una historia: Dolores Vázquez, cantante folklórica conocida como La Petenera, cumple cadena perpetua en la prisión de Alcalá de Henares por un asesinato; sin embargo, como confiesa en su carta a su amante, en su opinión cumple esa sentencia por el contenido machista de algunas de las canciones que cantaba, justificando el maltrato y echando sobre la mujer la culpa.

«Su dignidad y su vergüenza» fue el verso escogido para el capítulo en el que una tal señora Lluch relata las torturas a las que fue sometida por el inspector Guillermo Niño (inspiradas por las que relata Lidia Falcón), declarando que, a su parecer, el policía mostraba un desprecio especial hacia las mujeres.

Jo vinc d’un silenci (letra y música de Raimon)

El valenciano Ramón Peleguero Sanchís, bautizado artísticamente como Raimon (con acento en la «o»), se representa a menudo como el cantautor arquetípico en España, pues, junto a Paco Ibáñez, influyó en los cantautores de todos los rincones de España y en todo idioma de manera definitiva.

En su disco Lliurament del cant (1976), aunque con la presentación previa en recitales, incluía esta canción, que es una de las más celebradas, solicitadas y aplaudidas: un himno para la clase obrera, reivindicando la sencillez y desvelando las mentiras que se esconden tras los grandes discursos y los grandes nombres históricos, porque, como él y yo sabemos, es la clase obrera, a la que él y yo pertenecemos aunque nos desclasen, la que hace la historia. ¡Y punto!

«Quien pierde los orígenes pierde identidad» (Qui perd els origens perd identitat) fue el verso elegido para el capítulo en el que narro la infancia y la juventud de Guillermo Niño en su pobre y pequeño pueblo de Extremadura, siendo hijo de un duro y severo labrador que esconde un secreto oscuro y sangriento… Y el sentido es ese: que siendo de clase humilde eligió, al hacerse policía, pasarse al bando de los que oprimen, ejeciendo la labor ejecutiva de esa represión.

Knockin’ on Heaven’s Doors (letra y música de Bob Dylan)

Rompiendo la hegemonía, para este capítulo escogí a un cantautor, pero estadounidense. Y había una razón.

Esta canción, todo un himno pacifista, pertenece a la banda sonora de la película Pat Garret & Billy The Kid, de Sam Peckinpah (1973), aunque ese Billy el Niño romantizado, interpretado por Kris Kristofferson, dista mucho de parecerse a Guillermo Niño (Billy Kid) o a aquel policía al que se apodó así.

«Demasiado oscuro para ver» (Too dark to see) es un verso alusivo al dolor que causa ser el responsable de tanta muerte.

La meva estrella (letra y música de Francesc Pi de la Serra)

De nuevo el genial cantautor catalán. Es una canción incluida en su disco No és possible el que visc (1974), en donde narra un suceso preciso: la represión de una manifestación y cómo, al tratar de ayudar a un viejo en la huida, descubre que es un infiltrado que trata de detenerle.

En ese momento es cuando dice «Todo se ha vuelto de color gris» (Tot s’ha tornat de color gris), refiriéndose al color del uniforme de la policía armada y a su ingente número. Aunque el capítulo que lo nombra no trata exactamente de eso, sino que es en un sentido más literal: todo se vuelve oscuro para el exinspector Guillermo Niño cuando la querella toma finalmente la forma de juicio.

Las cárceles, de Miguel Hernández (musicalizado e interpretado por Elisa Serna)

Otro poema de Miguel Hernández, esta vez de su poemario de la guerra El hombre acecha, en el cual los estudiosos ven un cambio de enfoque: más preocupación por la humanidad que por el conflicto bélico y el hecho revolucionario en sí.

Es un poema en el que Hernández habla de la represión que se producía en la zona dominada por los fascistas, y una reflexión: que se puede tener a una persona encerrada, pero solo su cuerpo: su alma es libre e inquebrantable.

«No le atarás el alma» De entre otras versiones, escogí el fragmento del poema que canta Elisa Serna, la gran cantautora y gran represaliada por el régimen, en su disco Este tiempo ha de acabar (1974), que era una reedición depurada de su disco publicado en Francia el año anterior Quejido. Elisa comenzó su andadura, influida por Paco Ibáñez, musicalizando poemas, especialmente los de Miguel Hernández. Yo elegí este fragmento para un capítulo en el que se describen algunas de las torturas que Guillermo Niño propiciaba a sus víctimas, porque, en cierto momento oscuro, esta canción me dio fuerzas. Creo que a Elisa le hubiera gustado el libro: espero que en el Cielo tengan servicio de biblioteca.

Los dos gallos (letra y música de Chicho Sánchez Ferlosio)

Chicho, hijo de Rafael Sánchez Mazas y hermano de Rafael Sánchez Ferlosio, dentro de la canción de autor, era una persona tan discreta como fundamental, eligiendo la mayor parte de las veces pasar al segundo plano y componer para otros. Sin embargo, tiene el mérito de ser uno de los grandes precursores. A principios de los 60 «grababa para dos jóvenes suecos, Sköld Peter Matthis y Svengöran Dahl, un número de canciones que saldrán en EP bajo el título
genérico de Spanska Motståndssånger (Canciones de la resistencia española), que fueron editadas en 1963 en Suecia (se reeditarán en LP en el año 1974), con portada e ilustraciones de José Ortega, y bajo anonimato del autor e
intérprete (“Se silencia el nombre por razones de seguridad”, rezaba en sueco la contraportada del disco). Era un encargo de la revista Clarté para un número especial, que se enmarcaría además en una exposición de 1965 en Estocolmo llamada Spannien Annorlunda (España diferente), con obras de pintores suecos y del grupo Estampa Popular» [de mi tesis La creación de una cultura de la resistencia a través de la canción social]. Una de esas canciones era esta: una alegoría sobre la guerra civil en la que enfrentaba a un gallo negro contra otro rojo.

«Otro gallo cantaría» es una alusión a que la historia hubiera sido muy diferente. Por eso utilicé este verso para narrar la micronovela que supone este capítulo, en donde cuento la historia del abogado, primero defensor de los oprimidos y luego acusador del opresor, Alberto Flores Leal, sus encontronazos con Guillermo Niño y su inicio de la demanda que, finalmente, llevará a cabo su hija Cristina. Además, ilustra una frase que describe aquellos encontronazos y luchas de poder como una pelea de gallos. Es todo un homenaje a los abogados laboralistas de los 60 y 70 que se jugaron la piel por los trabajadores y los opositores, por desgracia, en alguna ocasión, literalmente.

Los rockeros van al infierno (letra y música de José Luis Campuzano y Carolina Cortés; intérpretes: Barón Rojo)

Pudiera parecer que, con la elección del himno de los heavies españoles, incluido en el disco Volumen brutal (1981), vuelvo a alejarme de los cantautores de España, pero no es del todo cierto. Los fundadores de Barón Rojo, los hermanos Armando y Carlos de Castro, venían de Coz, otro grupo de rock duro, pero que, además, guardaba buenas relaciones con los cantautores y había apoyo mutuo. Los De Castro abandonaron Coz porque, según versiones, la discográfica prefería las canciones de los otros miembros a las suyas, o bien por la deriva comercial que el grupo estaba tomando, y fundaron el Barón Rojo: el gran grupo de hard-rock de España, sin desmerecer al resto.

«Esa falsa humanidad de los que se dicen buenos»: la elección de esta línea fue algo casual. Tenía puesta la canción y de repente la escuché, y me dije que podría ser uno de los títulos. De hecho, es el título de uno de los capítulos más escabrosos de la novela, en donde relato las inquietudes e inclinaciones y perversiones sexuales de Guillermo Niño, además de su homofobia repugnantemente patente.

Parábola sobre el billar, de Carlos Álvarez (musicalización e interpretación de Luis Pastor)

Este poema es una alegoría sobre la palizas en las detenciones: una bola roja de sangre, tres hombres condenados a chocar… Podían ser dos policías, o, en caso de querer más contundencia, matones contratados. Sergio Rodríguez Tejada, en su Zonas de libertad (libro que me sirvió para documentarme), contaba el testimonio de detenidos que apuntaban a que la policía de Valencia solía recurrir a los servicios de un brutal albañil, apodado Pepe el Boxeador, para llevar a cabo estas labores.

«No puede haber otro juego tan cruel como el billar» es el título del capítulo en el que un poeta y artista narra cómo fue sometido al método de tortura conocido como «la rueda»: un corro de policías o matones (para el caso es lo mismo) se pasan de mano en mano al detenido propinándole golpes.

Pueblo blanco (letra y música de Joan Manuel Serrat)

Se incluye en su álbum Mediterráneo (1971) esta estremecedora canción sobre un pueblo, uno de tantos, que ya agonizaba y donde la tierra parecía amarrar a sus habitantes. Según el cantautor bilingüe, hijo de madre aragonesa, la canción le fue sugerida al contemplar las ruinas de Belchite, el pueblo que quedó destruido durante la guerra y reconstruido en otro lugar.

«Fuerte p’a ser su señor y tierno para el amor»: para el capítulo en el que a Marisa se le empieza a caer la venda de los ojos respecto a su marido, en el que comienza a reflexionar sobre el papel que ambos han tenido en el matrimonio y en lo que ella era para él, solo me interesaba esta línea de «una canción que le gustaba (el cantante, no tanto)».

Què volen aquesta gent (letra de Lluís Serrahima, música de Maria del Bonet; interpretación de Maria del Mar Bonet)

Un estándar ejemplar de canción protesta en España por la trovadora mallorquina. La canción cuenta, de forma épica, a la manera de los juglares medievales, un suceso: el suicidio de un joven estudiante antes de ser detenido por unos hombres. Naturalmente, tanto letrista como intérprete no cometerían el error de decir quiénes eran esos hombres y que el término suicidio era solo un eufemismo. Pero el público era muy inteligente y adivinaba lo que la canción callaba tanto como lo que dejaba entrever el redactor del periódico al tratar este tipo de noticias. Erróneamente suele atribuirse su inspiración al asesinato de Enrique Ruano, que fue posterior a la grabación de la canción; en realidad habla de otro estudiante, también madrileño, que murió en circunstancias similares: Rafael Guijarro Moreno. Sin embargo, la canción sirve a ambos indistintamente. Realizó una adaptación al castellano muy fiel Elisa Serna.

«La ley una hora señala» (la llei una hora assenyala) y «Murió de una llamada al romper el alba» (traducción libre de n’és mort d’un truc a trenc d’alba): dos frases de la canción para dos capítulos que giran en torno al mismo tema. En Billy («algo es algo») me inventé un personaje ficticio, un joven llamado Gabriel Aceituno Arrendajo, que tuvo una suerte parecida a la de Guijarro y Ruano. El recuerdo de su asesinato es, en gran parte, el leit motiv de la novela.

«Alguna trovadora escribiría un romance describiendo un hecho similar: podrían prohibírselo, pero el romance correría de boca en boca» (Billy («algo es algo»)).

Refranívocos, de Mario Benedetti

El genial poeta uruguayo elaboró un poema en el que truncaba la segunda parte de refranes y dichos populares, cambiándoles el sentido, o inventándose algunos. Inolvidable la mezcla de su recitado junto a «El diablo en el paraíso» de Violeta Parra, interpretada por Daniel Viglietti.

«… pero algo es algo»: No, no es espoiler, si conoces el poema en sí. Ese «algo es algo», que además tomé como subtítulo, viene a significar que, a pesar de las injusticias, de alguna manera la literatura, el arte en general, viene a brindar un cierto consuelo, por pequeño que sea. Como ya sostuvo Gramsci, a través de la literatura el humilde puede soñar con la venganza sobre el poderoso.

Smells like teen spirits (letra y música: Kurt Cobain, Dave Grohl, Krist Novoselic; intérpretes: Nirvana)

El himno de los grunges se publicó en el disco Nevermind (1991), y, alcanzó tal éxito, que el grupo llegó hasta a cogerle manía. No se les puede quitar la razón, cuando un sonido tan sucio como encantador, el santo y seña de los desarrapados despreciados por la sociedad biempensante, entró por la puerta de los éxitos discográficos hacia la aceptación social.

«Ya estamos aquí, diviértenos» (Here we are now, entertain us): aquí sí me alejé del todo de la hegemonía de títulos de canciones de cantautores españoles. La razón es más personal y su elección no fue fácil del todo. En este capítulo, a través de nuestros alter-egos, intervenimos mi pareja, Cristina Bermejo Rey, que también es escritora (buscad su Trece relatos de amor maldito), y yo, encarnados en unos periodistas autónomos especializados en asesinos en serie, a los que Guillermo Niño requiere para ser asesorado acerca de El Carcelero. Y la canción, sin más, sonaba durante nuestro primer beso en Bar Garaje (Travesía del Pilar 2, Getafe, Madrid).

Anti-social (letra y música de Bernie Bonvoisin y Norbert Krief; intérpretes: Los Suaves)

Esta versión del grupo gallego de la canción de la banda francesa Trust? (con el precedente de Anthrax) no pertenece a los títulos de los capítulos, porque no me percaté de su letra hasta después. Cuando la escuché, pensé que podría haber estado genial, pero ya era tarde, así que siempre procuro incluirla en las publicaciones a modo de epílogo.


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Rock & Soul Music: ¡Feliz 2013!


Vamos a cerrar el año con una selección de música rock’n’soul, como dice Country Joe: son actuaciones en directo cuya capacidad de levantar los ánimos y los culos está garantizada. Así que, ¡vamos! Quiero ver esos culos dando botes ¡¡ya!!:

LAS AUTORIDADES SANITARIAS ADVIERTEN: la escucha y visionado de las siguientes canciones pueden provocar incontrolables botes casi involuntarios. Boten bajo su responsabilidad y no se arrepentirán.

Comenzamos con Country Joe & The Fish, con la canción con la que abrieron su actuación en Woodstock al grito de “Marihuana”… Ni el mismísimo Gallardón se resistirá a esto:

Continuamos con el mismo festival, con la monstruosa mezcla de los fabulosos Canned Heat:

https://albokari2.wordpress.com/2011/12/09/a-change-is-gonna-come/

Algo más heavy: Jefferson Airplane interpretando la mejor versión que hicieron del clásico de Fred Neil:

https://albokari2.wordpress.com/2011/03/06/jefferson-aeromodelismo-el-otro-lado-de-jefferson-airplane-ja-en-directo-y-el-incidente-de-altamont/

Siguen dos de Otis Redding: Can’t turn you loose,

y “Shake”, el clásico de Sam Cooke, interpretado en el festival de Monterey:

La gran Janis Joplin, versionando a Etta James:

Ya lo decían los Blues Brothers:

Dos clásicos del sol de Sam and Dave: “Soul man”,

y “Hold on, I’m coming”, es decir: aguanta que ya vengo:

Wilson Pickett nos lleva a la tierra de las mil danzas y nosotros que nos dejamos:

El gran Jackie Wilson

Ike & Tina Turner, versionando el tema de Creedence Clearwater Revival:

El buen rollo jamaicano de Bob Marley & The Wailers:

Y seguimos con Jimi Hendrix, un tema de su último disco en vida

y otro con Buddy Miles:

Y acabamos con Canned Heat de nuevo: “Boogie para Woodstock en dos movimientos”, es decir “Woodstock Boogie”:

2ª parte:

Y ahora el gran final, con Sly & The Family Stone, que nos llevan a lo más alto, ¿lo conseguirán?:

Yo diría que sí:

Epílogo:

Pues ya sólo queda desearos un buen año nuevo, desearnos lo mejor, y, de todas maneras, que al menos en el nuevo año no nos abandone la marcha, porque “LOS SUAVES METEN CAÑA”:

La actuación tarda un poco

Rollo y Movida


Movida promovida por el Ayuntamiento

The Refrescos

Ayer vi, confieso que a medias, el documental sobre “la Movida Madrileña”, Frenesí en la gran ciudad, que echó La 2… Al igual que con este documental, mis recuerdos de entonces son muy vagos, ya que yo era demasiado pequeño, y sólo alcanzó a recordar la “post-movida”; recuerdo con cierta simpatía ese ambiente madrileño, en el que la gente parecía vestir como quisiera, algo que, de repente, desaparecería en los 90 (por lo menos en las ciudades periféricas de Madrid), cuando ya en mi adolescencia había como un acuerdo tácito entre los mozuelos y mozuelas de vestir todos iguales. Ciertamente, yo desconocía lo negativo que se escondía tras el vestirse como uno quisiera, incluso cuando en mi primera juventud creía que entre los hippies y los punkies había una corriente de simpatía. ¡Ingenuo de mí!

Hay cierta confusión acerca de lo que fue o pudo ser La Movida, algo muy normal si se piensa que fue un fenómeno, no único, sino aglutinador de varios fenómenos socio-culturales e incluso políticos, de varias cosas que habían venido gestándose a lo largo de la década de los 70. Con la Movida ha pasado algo similar a los movimientos de los años 60 en los Estados Unidos: tras veinte años después, todo el mundo afirma haber estado allí, y acaban metiéndose cosas que no eran exactamente de eso, y, sobre todo, una mitificación, las más de las veces excesiva, y a menudo con efectos negativos. Y, como en todo, se acaba reduciendo a un único elemento, generalmente a los que les ha ido bien.

Antes de nada he de avisar: esto no es un escrito en tono halagador, con tintes nostálgicos. Va a haber mucha crítica, y además feroz, hacia algunas figuras que, confieso, no me caen demasiado bien ni personal ni artísticamente. Valoraré lo que tuvo de positivo y criticaré lo que tuvo de negativo, desde mi punto de vista. Y más que nada, este es un escrito para reivindicar un movimiento anterior, para mí, más genuino y auténtico como fue el Rollo. Respecto a la música, suelo distinguir entre lo que amo, entre lo que no me gusta pero respeto, y lo que desprecio.

Vamos a hablar un poco de la Movida para luego reivindicar otros movimientos que la precedieron y que se tienden a olvidar. Vamos a comenzar enmarcando el fenómeno en su momento político-social.

TIERNOGALVANEn 1977 tienen lugar en España las primeras elecciones generales desde 1936, que gana UCD, y el PSOE de Felipe González consigue una amplia representación. En 1979, en las primeras elecciones municipales de la nueva democracia, el PSOE gana la alcaldía de Madrid, y don Enrique Tierno Galván, una figura que había sido clave en el antifranquismo y durante la transición, con su activismo y su personalidad, filósofo y profesor de profesión, se convierte en el primer alcalde democrático de Madrid desde los días de la República: emprendió una serie de reformas y actividades en la ciudad, en diversos ámbitos, que le valieron el título de “el mejor alcalde de Madrid”, un Madrid que experimentaba entonces un momento brillante, un momento de explosión cultural, fruto de lo que entonces se había venido haciendo y forjando. Con su actitud comprensiva hacia la juventud madrileña de finales de los 70 y de los 80, se convirtió en el alcalde de los jóvenes, y obtuvo el título de ser el padrino de, primero, el Rollo madrileño –del que hablaremos abajo- y luego de la Movida.

Durante los años anteriores, el peso de la dictadura había conseguido, o al menos en apariencia, que los movimientos juveniles y la música que se había estado desarrollando en el Reino Unido y en EE. UU, entraran en España con algo así como de 5 a 10 años de retraso (aunque siempre había avezados): por ejemplo, y hablando exclusivamente de rock, el gran festival hippie de España, el Canet Rock, que agrupa a grupos de rock progresivo y a cantautores de lo más contestatario, tiene lugar en 1975, seis años después de que ocurriera el Woodstock estadounidense; en su edición de 1977, sería casi exclusivamente de rock, y de rock progresivo: muchas de las músicas que allí se tocaron, en sus países de orígenes, estaban ya superadas. Sin embargo, entre el año 78 y el 80, todo pareció entrar de golpe. De repente pareció que todo se pudiera hacer y que todo, tanto lo bueno como lo malo, estuviera permitido: y se pasó, de los de melena y barba contestatarios de los 60 y 70 a los de los pelos (que tanto asustaban a nuestros queridos abuelos) de finales de los 70, y de éstos a los de los pelos coloraos de los 80 (con los que los buenos abuelos ya se cambiaban de acera, aunque sus nietos fueran de éstos).

Eskorbuto - Ensayos 1982 - FrontYa en los 80 se respira cierto aire de libertad en algunas ciudades: las movidas madrileñas, gallegas, barcelonesas, etc., con sus variantes. La Movida era, al principio, un compendio de cosas, a menudo demasiado difusas y heterogéneas, por lo que se tiende a su reducción: había heavies y rockeros que suspiraban por los últimos alientos de Led Zeppelin y que abarrotaron el estadio para ver a los Rolling Stones en su gira del 82, y que se agrupaban bajo la bandera de grandes bandas como Obús, Ñu, Leño, etc.; punkies, tan heterogéneos como lo habían sido en el Reino Unido: de los pasotas, pasando por el punk-glam de la ambigüedad sexual o de la homosexualidad provocadora (Macnamara, Almodóvar, Las Vulpes –cuya actuación en TVE, con su canción “Me gusta ser una zorra” hizo que rodara la cabeza del director del programa, Carlos Tena-), hasta los más abiertamente corrosivos y activistas, tales como Eskorbuto, Kortatu, los canarios Escorbuto Crónico… que bebían de las diversas fuentes en que se había dividido el punk extranjero (una “primitiva” Alaska se convertía en musa del punk algo más “digerible” y “simpático”, a la par que surrealista); y, por último, grupos de pop y de rock estilo años 50 (Loquillo, Los Coyotes, La Frontera). Proliferan diversas manifestaciones de estilo underground, y en la televisión programas dirigidos a los jóvenes, con estos “nuevos” estilos, tales como La Edad de Oro, o el magazine infantil-juvenil (aunque más juvenil) La Bola de Cristal: ambos programas, estuvieron en el punto de mira de los conservadores, cuyo peso en la sociedad española no había disminuido en absoluto, que se escandalizaban con los contenidos que Lolo Rico, su directora, consentía en su programa: educación sexual, moda juvenil, tolerancia interracial… Recuerdo este vídeo, de la sección “El 4º Hombre”, presentado por Javier Gurruchaga, denunciando el Apartheid de Sudáfrica y haciendo una apología de los negros a través de algunas de sus figuras más emblemáticas:

Pedro Almodóvar y Macnamara: provocación sexual y moralY, a parte de la música, otras manifestaciones, como el cine underground del primer Pedro Almodóvar, o las artes plásticas, que bebían directamente del pop-art de Andy Warhol. Pero al mismo tiempo que el PSOE, que había ganado las elecciones generales del año 82, y que copaba la mayoría de los ayuntamientos, se iba aburguesando cada vez más, a la vez que habían entrado en sus órganos de poder gente que no deberían estar allí, tales como Corcuera (un ministro muy odiado, con sus leyes represivas) o Miguel Boyer (Nota: estos dos y otros habían ocupado cargos públicos administrativos en el tardo-franquismo, de la mano de ministros y secretarios liberales), que contribuyeron a hundir en el descrédito al partido de inspiración marxista fundado por Pablo Iglesias, la Movida también se hundía a mediados de los 80. Digamos que los grandes, ante la avalancha de políticos oportunistas que, plagiando a Tierno, buscaban hacerse la foto con los músicos de pop y “punk-pop”, habían desertado (o nunca habían querido pertenecer), y la Movida quedó reducida a algunas figuras, algunas de ellas figurines. En esos momentos surgen grupos musicales que los documentales se empeñan una y otra vez en meter en aquello, tales como Hombres G y otros, cosa muy errónea por varios motivos: quizás la banda del hijo del Summers se criara en esos ambientes, pero cuando aparecen en la escena musical, de la llamada Movida sólo queda el nombre y algunas figuras que se pretende que la definen, llevando a cabo ese reduccionismo; y, por otra parte, no había nada más “anti-movida” que estos nuevos grupos de estética y música más bien conformista. El éxito de estas bandas banderas de lo que la generación de mi madre llamaba con desprecio “peras” o “niños peras”, y la pretensión de incluirlos en la Movida, supuso el tiro de gracia a un movimiento esencialmente inconformista. Aunque gran parte de culpa en esto la tuvieron los supervivientes.

movidaPorque ahora viene la crítica. La Movida, desde sus comienzos hacia el año 78, no era más que un nombre que designaba aquel compendio de nuevas manifestaciones artísticas y sociales de la juventud española; pero a mediados de los 80, los que habían triunfado se apropiaron, en cierto modo indebidamente del invento, reduciéndolo al post-modernismo, al glamour, a su visión de los hechos. Modernos, post-modernos y pseudo-punkies, que le besaban el culo al Andy Warhol enamorado de Imelda Marcos (no sin razón, algunos de ellos alaban e idolatran hoy el glamour de nuestra señora Marcos particular, Carmen Polo con su collar de perlas y sus descendientes femeninas, al tiempo que colaboran o han colaborado en medios de ultra-derecha), dan su visión de lo que supuso la Movida, ¡y hasta del punk español!, siempre que tienen ocasión: como dijo su alta representante, Alaska, no eran de izquierdas ni de derechas; obviamente, no podían ser de derechas, pero repudiaban a la generación anterior y su activismo político, mostrándose en esto sumamente desagradecidos, ya que muchos de aquella generación no sólo propiciaron el cambio necesario, sino que incluso los apoyaron, produjeron, etc. Desde entonces, la visión general que imperó acerca de aquella primera juventud de los primeros 80 fue la de una generación despolitizada (en el peor sentido del término), relativista (no sólo moralmente, sino también política y socialmente), hedonista pero en el sentido egoísta del concepto, libertina, frívola… Ignorando que muchas otras personas tenían preocupaciones más grandes que si les quedaría bien la cresta con purpurina púrpura, ensayar poses falsas de pretendida ambigüedad sexual transgresora, o fingir que les gustaba la última mierda cinematográfica underground que cagó el más pedante y cool de los postmodernos. Ciertamente se cocieron muchas cosas, gran parte de ellas positivas: la liberalización de las costumbres, de la sexualidad, una tolerancia mucho mayor que la que antes había habido, y, sobre todo, le restaron peso al conservadurismo tradicionalista.

El periódico de sucesos "El Caso" se hacía eco de la batalla en el Rock-OlaPero también tuvo cosas negativas socialmente: de repente, las drogas duras entraron en tropel; no es que antes este problema no hubiera existido, pero ahora se acuciaba, y muchas de las veces por algo tan idiota como que “se puso de moda”. La heroína, por ejemplo, arrasaba en los ambientes punk, y llegó a ser un problema tan dramático, que alguno de los supervivientes aseguran haber asistido a un funeral por semana; también en los círculos cool, y el efecto fue parecido al que pasó en otros países: cuando los “niños bien”, o bien hartos de su falso inconformismo, o bien descubriendo lo dañina que era, la traspasaron a los barrios pobres, aunque ellos le siguieron dando a la coca, la droga de moda; y de repente, los yonquis que se arrastraban por las ciudades en busca de un pico no eran ni tan interesantes ni tan cooles como Lou Reed. Otro aspecto negativo fue el fenómeno de las tribus urbanas: en principio, no había nada de malo en vestirse como uno quisiera; lo malo es que esto degeneraba en enfrentamientos absurdos que ni ellos mismo comprendían: ya no era ni siquiera una cuestión social o política, era, simplemente, una rivalidad mal entendida la que llevaba (y sigue llevando) a grupos que les gusta un tipo determinado de música y estética a enfrentarse con otros que les gusta otro tipo de música y practican otra estética. Hasta la ultraderecha acabó aceptando esto cuando las juventudes ultraderechistas adoptan la estética skin-head inglesa, colgando sus formales trajes de niño bien. El hecho adquiere proporciones dramáticas cuando en uno de los templos de la Movida madrileña, la discoteca Rock-Ola, tiene lugar un suceso trágico, a la par que absurdo: un muerto tras una reyerta entre jóvenes rockers y mods, una rivalidad que había practicado la juventud inglesa de los años 60 y que ni ellos sabían por qué. ¡Cómo la iban a entender unos chavales de Madrid! Este suceso en el año 84 pareció alimentar a la prensa sensacionalista y a aquella que, sin dejar de ser sensacionalista, deseaba desde hace tiempo sepultar de una vez por todas este fenómeno a veces tan malentendido; y así la discoteca Rock-Ola pagó los platos rotos de una fiesta que comenzaba a mostrar su lado negativo. En 1988, José Luis Corcuera, un siniestro personaje del PSOE, ocupó el Ministerio del Interior; en 1992 decretaba la “Ley de protección de la seguridad ciudadana”, conocida como “Ley Corcuera” o de “patada en la puerta”, del que, como ejemplo, ponemos este extracto, que fue declarado nulo por el Tribunal Constitucional:

A los efectos de lo dispuesto en el párrafo anterior, ser  causa legítima para la entrada y registro en domicilio por delito flagrante en conocimiento fundado por parte de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad que les lleve a la constancia de que se esté  cometiendo o se acaba de cometer alguno de los delitos que, en materia de drogas tóxicas, estupefacientes o sustancias psicotrópicas, castiga el Código Penal, siempre que la urgente intervención de los agentes sea necesaria para impedir la consumación del delito, la huida del delincuente o la desaparición de los efectos o instrumentos del delito.

Ley Orgánica 1/92 de 21 de febrero, de protección de la seguridad ciudadana, Art. 21.2

Esto es muy ilustrativo: muchos de los miembros del Partido Socialista habían simpatizado ampliamente con la “nueva ola”, algunos de una forma más honesta que otros, y muchos buscaron la foto para dotarse de un halo de modernidad. El cambio de actitud del gobierno hacia ciertas formas de “libertad de costumbre” presagiaban que la década siguiente iba a estar regida por un espíritu mucho más conservador. A fin de cuentas, y a pesar de lo que pudo haber dicho, el señor Felipe González decidió que lo mejor para España era permanecer en la OTAN.

Radio Futura: uno de los mejores grupos de la Movida madrileñaMusicalmente, también son bastante criticables algunas actitudes. Vuelvo a lo de antes: la Movida –e insisto: entendiéndola como un superfenómeno aglutinador de otros fenómenos socio-culturales- no tuvo una única música, tuvo varias, si bien es cierto que, por aquello de la moda, imperaban estilos más acordes a lo que se estaba haciendo ya entonces en el Reino Unido: pop, new wave, punk suave, etc. Sin olvidar a los grupos de rock duro, punk rock e incluso a algún que otro cantautor (la inclusión de Sabina en la Movida siempre me ha parecido algo hecho con ligereza, aunque por otro lado muchas de sus canciones de entonces entroncan muy bien con el espíritu de la época). La opinión de un amigo, que sabe de esto un huevo, es que supuso un tremendo paso hacia atrás en lo que a calidad en producción de los discos se refería; y la comparto ampliamente. Recuerdo la concepción que tenía de algunos de esos grupos entonces: me parecían sumamente idiotas muchos de ellos; mi percepción hacia algunos ha cambiado, pero respecto a otros, sigue invariable. No obstante, aquella época dio a grandes genios de la música popular española, como Santiago Auserón, Enrique Urquijo o Antonio Vega. Sin embargo, a finales de los 80, e incluso a mediados, todo era muy comercial, muy falso: de los grupos que se autodenominaban punkies (no hablo de los punkies auténticos) no quedaba nada más que unos pelos teñidos: ¡hasta en la versión española de Barrio Sésamo aparecían bailando con Espinete (que tenía la cresta de fábrica)! Y, por su parte, algunos punkies auténticos y otros irreverentes parecidos, caían en la misma trampa que sepultó a sus ídolos ingleses al revolverse contra la generación anterior (progresista, antifranquista y, a veces, utópica) y su, como decían ellos, forma correcta de pensar; y así, en el primer disco de Ilegales se incluye la canción más gilipollas del rock español, “Heil Hitler” (que digo yo que me parece muy bien que no te caigan bien los hippies… Pero de ahí a gritar “Heil Hitler” porque a ellos no le guste y a decir “simpáticos los nazis”…), mientras que el grupo Oi!, Conemrad (formado por ex miembros de Escorbuto Crónico, de Canarias) se ganaba el epíteto de neo-nazis por culpa de una pretendida parodia del “USA for Africa” que llevaron a cabo grandes estrellas musicales internacionales, titulada “La Laguna por África”, cuya letra, por su carácter sumamente racista y violento, no pienso reproducir aquí (aquí se puede leer una nota acerca de lo que pensaban sobre ello y qué fue lo que los llevó a hacer semejante canción; les ennoblece el sentirse bastante avergonzados por ello, al contrario que Jorge Martínez de Ilegales, de quien no creemos que sea un nazi, pero por alguna razón que desconocemos sigue defendiendo su aborto de canción, y a veces con argumentos de lo más estúpido). Y es que tal vez, Gabinete Caligari les podría haber hablado del precio de la provocación por la provocación, de cómo la bromita de declararse fascistas –sin pararse a pensar que los productores, periodistas y críticos musicales de entonces eran los antifranquistas de los años 70: aunque en realidad se trataba de eso, de cargar contra los hippies antifascistas de la década anterior porque eran quienes manejaban ahora los medios- casi acaba con su carrera, y todo por imitar una forma de provocación inglesa que ya estaba muerta y enterrada; quizás desconocían que, ya por entonces, en la patria del punk, había grupos de “música” que llevaban brazaletes nazis y decían practicar una aberración llamada “rock contra el comunismo”, y que era una aborto de esa estupidez de la provocación (¿provocación a quién?, nos preguntamos). Pero nos hemos desviado del tema… Quería decir que, musicalmente, hubo grandes grupos, de todos los estilos, de todas las tendencias, aunque quizás, como siempre, no se recuerde exactamente a los mejores de aquéllos. Pero nunca he estado de acuerdo en que fue el mejor momento de la música popular española, aunque algunas de sus figuras me parezcan respetables. Y aquí viene mi reivindicación.

Para algunos de los más postmodernos de la Movida, ésta supuso una ruptura con la anterior juventud: la juventud del 68, la juventud antifranquista, a laimages que consideraban excesivamente, o no excesivamente, politizada. Pero vamos a aclarar una cosa: la Movida no surgió por generación espontánea, y ni mucho menos fue un invento de los que eran tan guays que podían estar desinteresados de la política (aunque alaben los collares de doña Carmen Polo de Franco y escribieran en el medio de su amigo del alma Jiménez Losantos); los que realmente crearon el ambiente propicio para ello eran herederos, e incluso partícipes, de la anterior generación, pues antes de la Movida –y me voy a poner bíblico- existió el Rollo. El Rollo, al contrario que –insisto- algunos de la Movida, suponía una continuación, e incluso una colaboración, con la “generación anterior”. En la actitud comprometida de la mayoría de sus letras, podían autoproclamarse herederos de los cantautores contestatarios (a los que en los 80 darán la espalda algunos que respaldarán la Movida), y musicalmente, de los grandes grupos de rock progresivo, duro y psicodélico de los 70: Triana, Smash, Alameda…, abanderados del rock andaluz, nuestro rock sureño), los gallegos NHU (algunos de cuyos miembros colaboraron en la presentación del último disco de Benedicto como cantautor), los vascos Errobi, o incluso la banda de folk urbano madrileño Suburbano (capitaneados por Luis Mendo y Bernardo Fuster), y el gran rock progresivo catalán, la Música Laietana: Máquina!, Iceberg, Companya Elèctrica Dharma, y los cantautores experimentales Pau Riba y Jaume Sisa. A mediados de los 70 se formaron en los barrios populares de Madrid y otros sitios grupos de rock inspirados por el rock duro extranjero, que, dado su carácter temático de problemática social de esos barrios y ciudades, se dio en llamar rock urbano, para luego convertirse en el rock duro y en el heavy metal de los 80: Bloque, Asfalto, Leño (con Rosendo Mercado), Topo, Coz, Ñu, Cucharada (con Manolo Tena), Burning (con cierta fama de macarrillas, por la inclusión de un tema suyo en la película Navajeros), Gran Wyoming con su grupo Paracelso… Y luego bandas impresionantes del heavy en castellano como Obús, Ángeles del Infierno, Los Suaves, Barón Rojo… Y algunos punkies, como Kaka de Luxe (no sé si ya con Alaska). Toda esta premovida se desarrolla en un ambiente de colaboración entre los anteriores y los nuevos: productores, músicos y periodistas como Manolo Díaz, Hilario Camacho Gonzalo García Pelayo o Adrian Vogel apoyan a estos grupos; labor que merece la pena mencionar fue la Vicente Romero “Mariskal”, un disk-jokey radiofónico de los 70, que trajo los discos más innovadores del extranjero, y que abrió el sello discográfico en el que grabarían la mayor parte de estos grupos: “Chapa Discos”. Pero también contó con el recién estrenado alcalde de Madrid en 1979, don Enrique Tierno Galván, quien presidía a menudo el certamen-concurso del bario “Rock Isidro” (cuya segunda edición, creo, la ganó el Gran Wyoming), y donde comenzó todo.

FiestaPCE_cartel1986Personal y musicalmente el Rollo me parece un momento musical mucho más interesante y genuino que la Movida, o mejor dicho, lo que se dio en entender por ella: la mayor parte de estos grupos de rock de esta época eran unas personas que, sin renunciar a hacer buena música, se involucraban en los asuntos de entonces, y que eran muchos, aunque el fracaso del golpe de Estado intentara ocultarlos. Y por ello, socialmente, el bienio 1978-1979 me parece mucho más interesante, siendo una verdadera época de transición social. Tampoco se planteaban que tuviera que haber una ruptura necesaria, como predicaban los post-modernos, ni una provocación malentendida. Y, lo que era más importante, frente a la actitud indolente de algunas de las estrellas postmodernas de la Movida, a estas bandas no se les caían los anillos a la hora de protestar por cosas serias, como fue la protesta contra la permanencia en la OTAN, compartiendo cartel con los cantautores consagrados. No en vano Julio Castejón, líder de Asfalto, autocalificó a su grupo y a otros como “cantautores eléctricos”.

Pero bueno, si he dicho que intentar plantear una crítica musical y social a la Movida de los 80 me venía grande a causa de mi edad, hablar de el Rollo ya ni te cuento: con 0 años no te dejaban entrar en un concierto de Leño. Pero quedan algunos testimonios por aquí y por allá. Del blog de Adrian Vogel, recomiendo la lectura de estas entradas:

Y a partir de ahí se pueden rastrear más entradas. Interesantes también son las crónicas de Javier García-Pelayo (por cierto, sí: Gonzalo y Javier son las personas en las que se basa la película The Pelayos) sobre Smash y el rock progresivo de los años 70.

A parte, me parece que se reedita la película estandarte del Rollo: Nos va la marcha: ahí va una selección:

http://www.youtube.com/results?search_query=nos+va+la+marcha&oq=nos+va+la+marcha&gs_l=youtube.3..35i39.7644.8265.0.9188.2.2.0.0.0.0.134.239.0j2.2.0…0.0…1ac.1.HW71jL1z9qE

Y bien, hasta aquí hemos llegado: esto no es más que mi opinión personal del tema, fruto de discusiones privadas y de lo que he aprendido escuchando discos (se puede aprender mucho de una época escuchando sólo sus discos). Naturalmente sé que algunas de mis palabras herirán la sensibilidad de algunos seguidores de ciertas personas por las que, lo siento, no tengo demasiado respeto. Puede que lo parezca, pero en ningún momento he pretendido decir que la música popular tenga que hablar sobre los problemas actuales: ése es un elemento que yo, personalmente, valoro bastante, aunque admito que no es condición para que una música, un grupo o un cantante sean buenos; si la crítica ha derivado a eso, lo lamento.

Viajando al fin de la noche


Del universo nihilista de los Suaves…

Viajando al fin de la noche

Conduciendo son las seis,
la botella entre los pies,
las penas viajan en coche,
tormento del amanecer,
la luna empieza a caer,
y el sol asesina la noche.
Hoy con sangre escribiré
que una maldita mujer
fue la causa de mi ruina
y, nunca nunca olvidaré
que hace tiempo otra mujer
sin piedad me dio la vida.

Para soportar mi condena
y descansar mis penas
¿Quién me presta un corazón?

Asfalto empieza a llover
caen lágrimas en el arcén
y el cielo escupe reproches
maldiciendo no sé a quien
voy como Cristo sin fé
viajando al fin de la noche.

Soy una vía sin tren.
Una monja en un burdel.
Una botella vacía.
Soy como un vaso al revés.
Como Caín sin Abel.
Una batalla perdida.

¿Un paraíso en la tierra?
La verdad es que un alma en pena
vive mejor que yo.

Los faros ya no dejan ver.
La aguja señalando cien.
Las venas cargadas de noche.
La máquina muere de sed.
Motor, beber y correr.
Alguien morirá esta noche.

Nunca un libro escribiré
jamás un árbol plantaré
ni a un hijo daré la vida
siempre es tarde y esta vez,
será la ultima vez
hermana muerte querida.

Para soportar mi condena,
y para descansar mis penas,
¿quién me presta un corazón?

http://www.quedeletras.com/letra-cancion-viajando-al-fin-de-la-noche-bajar-5181/disco-hay-alguien-ahi/los-suaves-viajando-al-fin-de-la-noche.html

Los Suaves

El afilador


El Afilador - Francisco_de_Goya_y_Lucientes_008El disco de Los suaves de 1994, Santa Compaña, continuaba con el estilo que los había convertido en un grupo con firma propia dentro del heavy en castellano: grandes pequeñas desgracias, retratos de perdedores y solitarios, soledades eternas… arropadas por una tempestad de guitarras eléctricas que le dan a sus historias el halo épico que merecen. Ésa es la forma de “El afilador”, la canción que abre el disco. Esta canción, que toma algún elemento de la música popular gallega, relata la historia de un carácter tan gallego como es “el afilador”, envuelta en un ambiente sombrío y casi mágico, muy galaico; es la historia de un perdedor, de un solitario, de nuevo. Pero todo esto que he escrito se queda en nada en comparación con esta impresionante reseña que he encontrado: http://www.elportaldelmetal.com/critica/los-suaves-santa-compa%C3%B1a

El afilador

Está regresando a casa
en donde se ahoga el sol
y va cerrando los ojos
para poder ver mejor.
La lluvia ya se marchó,
despertaron las estrellas,
y se ve el camino del cielo
mucho más que el de la tierra.

Va caminando solo,
pensativo, triste y viejo,
viviendo mientras no muere,
los solitarios dan miedo.
Anduvo de aquí para allá,
y ahora que siente su hora
viene a echarse a descansar
a dejar su rueda sola.

Noche, niebla, hora secreta,
tiempo del afilador
¿es que nunca va a ganar?
un solitario soñador
solitario perdedor.

Los largos dedos del sol
apartan el manto de seda
en este país que por siglos
fue el final de la tierra,
y él va llorando, amigo,
por algo más que sus penas,
no hay luces en las ventanas
ni bienvenida el la puerta.

Al pozo de los recuerdos
él ha ido a revolver
y en las aguas remansadas
hay mentiras de mujer,
y cuentan que él lo supo,
y que entonces lo mató
la pena de haberlo sabido
la pena de una traición.

Noche, niebla, hora secreta,
tiempo del afilador
¿es que nunca va a ganar?
un solitario soñador
solitario perdedor.

http://www.musica.com/letras.asp?letra=1054584

Yosi – Los Suaves

Variaciones sobre el mito de Caín y Abel


Tintoretto: "El asesinato de Abel"Ayer vi un documental sobre el origen del mito de Caín y Abel, que me recordó uno de los temas pendientes. El mito del primer asesinato (presente en muchas culturas), del primer genocidio es aceptado, generalmente, al igual que muchos mitos, como una historia que explica un cambio en la sociedad humana: en su caso, el paso de una sociedad nómada, eminentemente de ganaderos, a una sedentaria de agricultores, pues Abel era pastor y Caín trabajaba la tierra, y, probablemente, los primeros choques entre ambas formas de producción. Nadie debería ver más allá de esto, pues es una de las historias más terribles de la tradición judeo-islámica-cristiana, y yo, personalmente, me niego a aceptar ninguna figura que propugne que el género humano lleve en sus genes la maldad y la predisposición al asesinato.

East-of-eden-novelSin embargo, como todo elemento perteneciente a la herencia de una cultura, el tema de Caín y Abel ha inspirado miles de obras, desde la Antigüedad hasta nuestros días, aunque a veces se aplique el calificativo “cainita” de una manera algo arbitraria y gratuita. Una de las mejores (mejor dicho, dos) variaciones del tema es la magistral película de Elia Kazan, Al Este del Edén (East of Eden, EE. UU, 1955), basada en la novela de John Steinbeck, con el gran James Dean encarnando a un Caín moderno, pero profundizando en sus motivaciones humanas (Kazan trastoca un poco el mito original, y así, en su película, es Caín el que hace una especie de sacrificio de sangre, al ofrecer a su padre el dinero que ha obtenido al especular con la I Guerra Mundial). A parte de la genial película de Kazan y de estas soberbias pinturas, traigo sólo dos ejemplos más.

Una alegoría algo bíbilica por Manuel Monleon, cartelista valencianoEl mito fue relativamente explotado durante la guerra civil española por los escritores e intelectuales fieles a la República, y aunque los otros pudieran utilizarlo también, vaya usted a saber con qué significaciones, tenían ellos más legitimidad, pues fue el bando faccioso el que se alzó en armas. He aquí una hermosa poesía, a su manera, escrita, probablemente, por un campesino que, bajo el pseudónimo de “Centenillo”, la leyó desde el Altavoz del Frente al bando fascista, con la esperanza de que muchos desertaran. La emotividad de algunos pasajes dan la sensación de que el desconocido poeta se refiera a una persona real, a otro obrero que marchara junto a los explotadores:

Para ti, nuevo Caín

Ayer te vi en el taller
vistiendo ropa mugrienta,
esgrimiendo la herramienta,
la máquina febril.
Tú que ayer, en el trabajo,
fuiste mi amigo más fiel,
esta guerra sin cuartel
te ha hecho mi hosco rival.
Ayer compartimos juntos
las ocasiones festivas
y hoy quieres quitar la vida
a tu amigo fraternal.
Dime, ¿no sabes quién soy?
Yo soy tu hermano de pena,
desertor de la cadena
de tu negra esclavitud.
Tú estás en rebeldía,
yo al grito de mi conciencia
lucho por la independencia
de toda la juventud.
¿Recuerdas cuando en el patio
de un mísero casuchillo
sobre rústicos ladrillos
gateábamos con afán?
¡Cuántas veces nuestras madres,
en sus faldas nos mecían
y nos obsequiaban un día
a los dos de un mismo pan!
Y en amistad familiar,
en nuestra infancia vivíamos
y las horas transcurríamos
de inocente festival.
Subiéndonos a los árboles,
corriendo a las mariposas,
¿quién no recuerda esas cosas
con cariño fraternal?
Luego fuimos a la escuela,
y al calor de la enseñanza
conocimos las bonanzas
de exquisita educación.
Muchas fueron las faltas
que juntitos cometimos
y en secreto eludimos
la paternal represión.
Llegamos a los veinte años
y el peón, el amigo, el hombre
de la patria en falso nombre
se marchó tras de un traidor.
Hizo alto el yunque y el torno
pararon fraguas y arados,
después de que el español malo
partiese al son de un tambor.
Y hoy te veo, camarada,
en los momentos más fieros
matando a plomo y acero
al pueblo trabajador.
Di, faccioso, ¿qué defiendes
cuando matas a tu hermano?
El caudal de unos tiranos,
ladrones de tu sudor.
Y hoy, que te veo volver
formando en las malditas filas,
con máuser, sable y mochila
del gran crimen popular,
quiero gritarle: "¡CAÍN!",
pero no cumplo mi antojo,
siento humedecer mis ojos
y a gritos rompo a llorar.

Centenillo

Sobre la marcha, nº 37, 25 de octubre de 1937.

Tomado de César de Vicente Hernando (selección, introducción y notas): Poesía de la Guerra Civil española (Akal, Madrid, 1994), pp. 276-277 

Detalle de la contraportada del disco "Frankenstein"Muchos años más tarde, uno de nuestros grupos de rock favoritos, los Suaves, en su disco de 1984 Frankenstein, adaptaban también la historia con el trasfondo de la guerra civil, pero dándole la vuelta al mito. Por muy laicos, profanos e incluso ateos que fueran los que hicieron las revisiones del mito, se mantuvo casi invariablemente la bondad de Abel y el pecado de Caín como algo negativo. Pero muchos son los que se rebelan contra la visión oficial. Los Suaves, por ejemplo, ponen el acento en dos cosas: en que es Abel el primero en derramar sangre con sus sacrificios, y que Dios, al preferir el sacrificio de sangre de Abel al del trabajo de la tierra de Caín, fuerza la envidia de Caín y, en cierto sentido, legitima el “sacrificio de sangre” de Caín.

A Caín

Amanece el tiempo, se perdió el Edén.
Corre la sangre en el altar de Abel,
Dios complacido sonríe al ver,
dolor y muerte en el ara de Abel.
Caín, su hermano, va a sacrificar
su cosecha de trigo a Míster Jehová.
El fuego no sube, no quiere aceptar
el Dios sanguinario su oferta de paz.

No habrá más altares , no aguantaré más.
¿Hay que dar gracias por morir y llorar?
Caín el rebelde, primer luchador
contra la injusticia, contra el Dictador.

Hay guerra civil. Este del Edén.
De parte del amo, el pastor Abel.
Lucha entre hermanos, y por defender
al Cruel, al Tirano, muere el tonto Abel.

Yosi – Los Suaves

Letra tomada de la información del vídeo insertado

(NOTA: presento una queja al aire, porque, cuando busco las inmortales obras de arte basadas en temas religiosos, lo primero que encuentro son numerosos blogs y páginas web religiosas que no parecen tener el más mínimo respeto por la autoría de las obras, ya que muy pocos son los que hacen notar al autor del cuadro).

Pardao


De su disco de 1989, Maldita sea mi suerte, de Los Suaves:

Pardao

Entre los charcos de la última lluviaMaldita Sea Mi Suerte Delantera
y a una esquina no muy frecuentada
de una ciudad sucia y olvidada
llega el cantor a empezar la jornada
y de una funda hecha una ruina
saca su amiga vieja y gastada
afina un poco sus cuerdas cansadas
mientras la gente pasa apresurada.

Y nadie sabe cómo pasa su vida
nadie se entera cómo su vida pasa
"Pardao" le llaman en la plaza
porque aunque llueva él canta
… y no se marcha.

Sin detenerse algunos lo miran
y poco a poco otros se paran
para escuchar su voz fatigada
contar historias y viejas baladas
por un momento las penas se olvidan
y ahora es calle lo que era calzada
pues "Pardao" con su vieja guitarra
pone en la vida promesas olvidadas.

Y nadie sabe cómo pasa su vida
nadie se entera cómo su vida pasa
"Pardao" le llaman en la plaza
porque aunque llueva él canta
… y no se marcha.

Corre el tiempo y vuelven las prisas
y poco a poco
la gente se marcha
sólo "Pardao" en su acera mojada
guarda sus cosas despacio con calma
unas monedas en su gorra raída
en su bolsa una botella mediana
en sus días esperanzas quemadas
y en sus noches pensiones baratas

Y nadie sabe cómo pasa su vida
nadie se entera cómo su vida pasa
"Pardao" le llaman en la plaza
porque aunque llueva él canta
… y no se marcha.

"Pardao"
Mira qué vida lleva
su patria y su hogar es una acera.
"Pardao"
Mira qué vida pasa
el parque es su tierra, la calle su casa.
"Pardao"
Mira qué vida lleva
no tiene familia, no tiene bandera.
"Pardao"
Mira qué vida pasa
su luz las estrellas, su cama la plaza.

Yosi

http://www.quedeletras.com/letra-cancion-pardao-bajar-5240/disco-con-el-corazon/los-suaves-pardao.html

Sóc, no vull ofendre, anticlerical (Epílogo): Prohibidos cuentos que ya no duermen al monstruo de Frankenstein


Yo no sé muchas cosas, es verdad,
pero me han dormido con todos los cuentos…
y sé todos los cuentos.

León Felipe, “Los cuentos”

2El otro día hablábamos de la educación católica durante el régimen, con todos sus avatares: el castigo corporal, la represión sexual, la educación en el miedo… También decíamos que esto no fue una constante. Esta educación la sufrieron varias generaciones: la juventud comprendida entre los nacidos a finales de los años 30 hasta principios y mediados de los 70, y actuaba al menos en tres frentes: la escuela, clerical o laica, era el primero, pero lo enseñado ahí se reforzaba en la misa y la catequesis (obligatoria) por un lado, y, por otro, la educación familiar, aunque a veces el triángulo podía romperse en la familia, si los padres eran, al menos, medianamente liberales y desmentían lo aprendido en los otros dos sitios. A mediados y finales de los 70, la educación ya es algo más liberal en algunos aspectos, y se dan casos en los que los religiosos llegan a enseñar educación sexual con base fisiológica (cosa que, por otro lado, acarreó dificultades a estos profesores), pero la cosa aún colea, y a principios de los 80 los profesores “nostálgicos del imperio” encontrarán su bastión en escuelas privadas y concertadas (cosa que ocurre actualmente con las sectas o sub-sectas católicas que abren colegios).

escuela_cruzpqPodría parecer que cada una de esta generación afrontó esta educación a su manera, pero no es del todo cierto: ya incluso la generación nacida a mediados y finales de los años 30 se comienza a sacudir la mentira, el yugo de los cuentos sociales, religiosos y políticos aprendidos en la escuela. En los 60 y los 70, la gran revolución sexual no llega a España del todo, pero sí sus ecos, y mientras la televisión muestra con ciertos fines a la juventud depravada de Estados Unidos y Reino Unido, muchos quedan asombrados, ya no de los “malvados” hippies que bailan semi o completamente desnudos en los parques, sino del nimio hecho de ver a una pareja besarse por la calle y no ser ni apercibidos ni multados. Una cierta cultura del placer se va instalando poco a poco en la conciencia juvenil de mediados y finales de los 70; la juventud de los 80 será ya una juventud plenamente hedonista, en muchas ocasiones en el peor sentido de la palabra, en el que el placer se concibe como una práctica egoísta. España pasó de la más absoluta represión sexual y moral al libertinaje más absoluto, pasamos de las películas de Marcelino pan y vino a las de Andrés Pajares y Fernando Esteso… ¿La culpa la tuvo la progresiva liberalización de las costumbres y de la moral? Honestamente, pienso que no: lo que ocurrió es que, de la noche a la mañana, una generación salida del tardofranquismo descubrió que podía hacer todo lo que quisieran, todo lo que antes estaba prohibido o mal visto.

obusPero si bien hay algunos que, por aquello de la apoliticidad (no del todo cierta) de la generación de los 80, parecen inconscientes sobre todo el pasado que pesaba a sus espaldas, hay otros que reflexionan sobre ello, a muchos los encontramos en los grupos de heavy metal y rock duro, auténticos herederos de los cantautores, como dice Antonio, que comenzaron a finales de los 70. Nuestro ejemplo son dos de mis grupos favoritos: los celestiales Ángeles del Infierno y los duros Suaves.

AngelesdelInfiernoJoven para morir, el disco que Ángeles del Infierno sacaron en 1986, es un disco que explota la temática de la juventud rebelde, una juventud que no acata las normas que sí acataron sus padres, e intenta vivir entre el placer y la conciencia de clase (todo ello adornado con tiernas y arrolladoras baladas de amor). “Prohibidos cuentos” es una de estas canciones, en la que se rebelan contra la educación anteriormente recibida y reivindican no sólo el placer, sino también el amor. Una canción con la que yo, particularmente, me identifico a su manera:

Prohibidos cuentos

Me han educado el
ser formal,
contestatarios y
oír hablar,
en tres salmos aprendí
que es el bien y el mal.

Muchas oraciones
y arrepentimientos,
si no habrá castigo
con el fuego eterno.

Oscura noche,
secretos sueños,
falsos profetas,
prohibidos cuentos.

Pasiones muertas
que resucitan
deseos ocultos
vuelven a mi.

No me reprimiré
me olvidare de ti,
muchas diversiones
menos oraciones,
prefiero estar contigo
y arder en el infierno.

Oscura noche,
secretos sueños,
falsos profetas,
prohibidos cuentos

http://letrascanciones.mp3lyrics.org/a/angeles-del-infierno/prohibidos-cuentos/

Rober Álvarez – Juan Gallardo


LosSuaves-320x240-12030Más o menos en la misma onda que el grupo vasco se manifiesta el grupo de heavy y hard gallego capitaneado por Yoshi, Los Suaves en su disco del 84 Frankenstein. La canción que da título al disco, “Frankenstein (Todos somos el monstruo)”, hace un paralelismo entre la historia del monstruo de Frankenstein y la juventud crecida y educada en los años 70: cuando la generación más vieja, padres y educadores, se quejaban de la juventud, siempre hay que recordar que, al igual que en el relato de Mary Shelley, la tara quizás no esté en el producto ni en el productor. La generación de los 80 era el monstruo de Frankenstein del tardofranquismo, de aquella nostalgia que suspiraba por el regreso del general, que abogaba por seguir con la dureza en las leyes, con la represión… A ellos los Suaves les replicaban que ellos –todos- eran su particular monstruo de Frankenstein:

Frankenstein

(Todos somos el monstruo)

El drama del horror ha terminado.
De qué puede servir que ahora pida perdón.
Estoy con la muerte, su frío ha llegado.
¿No puedes contestarme? ¡Maldito señor?
Mi vida fue hecha para llenarse de amor.
Pero fui empujando al odio y la destrucción.
Paz y amistad, todo me fue negado.
Ver tu injusticia me quema el corazón.

¡Jamás remordimientos!
¡Jamás veré el sol!
¡Jamás pensamientos!
¡Jamás ilusión!

Queda en mi recuerdo, odio y repulsión.
¿Sabes como sufría al causar tanto dolor?
No espero despertar en nadie compasión.
Siempre estuve solo con tu maldición.

Enciende la pira donde arderá mi cuerpo.
Luz y pensamientos desaparecerán.
Descansaré en paz cuando ya esté muerto
Adiós, te dejo. Es el final.

¡Jamás remordimientos!
¡Jamás veré el sol!
¡Jamás pensamientos!
¡Jamás ilusión!

http://www.quedeletras.com/letra-cancion-frankenstein-todos-somos-el-monstruo-bajar-5099/disco-esta-vida-me-va-a-matar/los-suaves-frankenstein-todos-somos-el-monstruo.html

Yoshi

Bueno, tal vez pueda estar equivocado respecto a la interpretación de la letra, pero… En cuanto a mí, lo que soy, se lo debo a mi educación: se lo debo a mi madre y a algunos profesores de la escuela pública y del instituto. Con esas enseñanzas, como muchos antes que yo, conseguí vencer al monstruo de Frankenstein…

El último metro


Malas Noticias DelanteraLos Suaves son el gran grupo de heavy rock gallego en castellano; capitaneados por el gran Yoshi, han mantenido su línea heavy desde sus comienzos a finales de los 70 hasta nuestros días, pero también con una enorme calidad de sus letras, de todo tipo: sociales, de amor/ desamor, y de marcha rockera… Pero su gran especialidad fue retratar las pequeñas cosas, la cotidianeidad de la vida, la soledad, la tristeza consecuente… No es casualidad que Yoshi comenzara sus andanzas como una especie de cantautor que, como nadie le escuchaba, decidió ponerse “bruto”. Esta canción –cuenta Yoshi al presentarla en el disco acústico grabado en Barcelona-, aparecida en su disco de 1993 Malas noticias fue una especie de respuesta a algunas fans del grupo descontentas porque, según ellas, la mayoría de sus canciones pecaban de cierto machismo; en ella nos presenta a una mujer trabajadora, cansada, que sólo puede ser mujer cuando duerme. Dedicado a todas mis amigas:

El último metro

El último metro
¿Dónde vas? ¿dónde vas?,
cansada de trabajar,
viajando en el último metro,
mirando contra el cristal.
¿Dónde vas? ¿dónde vas?
el día te ha tratado mal
y sola regresas a casa,
tirada en el asiento de atrás.

Trabajando es un hombre,
durmiendo es una mujer,
es casi Dios cuando sueña,
un niño al oscurecer;
si te odia es un ángel,
si te quiere es Lucifer,
pero cuando sus lágrimas caen,
una pequeña niña es.

¿Qué ha sido del amor?
gato negro de la noche
que araña sin compasión.
¿Qué fue de tu ilusión?,
siempre arriba y abajo,
viviendo como un ascensor…
Y por las noches,
a guardar sueños y penas
en el sexto izquierda.

Trabajando es un hombre,
durmiendo es una mujer,
es casi Dios cuando sueña,
un niño al oscurecer;
si te odia es un ángel,
si te quiere es Lucifer,
pero cuando sus lágrimas caen…

¿Dónde vas?
salpicaduras de sol
en la vieja manta de la noche
se burlan de tu confusión.
¿Dónde vas? ¿dónde vas?
solitaria en tu vagón
mirando tu sobra en el suelo,
compañera de perdición.

Trabajando fue un hombre,
en cama una mujer,
un ángel cuando soñaba,
un niño al oscurecer;
Casi Dios cuando odiaba,
queriendo fue Lucifer,
y cuando, pobre, lloraba
una pequeña niña fue.

¿Qué ha sido del amor?
gato negro de la noche
que araña sin compasión.
¿Qué fue de tu ilusión?,
siempre arriba y abajo,
viviendo como un ascensor…
Y por las noches,
a guardar sueños y penas
en el sexto izquierda.

Yoshi

http://www.quedeletras.com/letra-cancion-el-ultimo-metro-bajar-5169/disco-especial-acustico/los-suaves-el-ultimo-metro.html

30 Suaves Años: «Dolores se llamaba Lola»


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