Si ayer hablábamos del nacimiento preciso de la canción de autor española, hoy lo hacemos del de la portuguesa. Ayer fue el 50º aniversario de la grabación del tema “Os vampiros”, una de nuestras canciones favoritas, por José Afonso, que fue celebrado en el Aula Magna de Lisboa, en un concierto en el que participaron Rui Pato, João Afonso, Luis Pastor, Manuel Freire, Francisco Fanhais, el Ensemble VOCT, Lourdes Guerra, Pedro Fragoso, Rogério Pires, Sérgio Caldeira, Pedro Syroh y el poeta José Fanha.
José Afonso la grabó, acompañado por Rui Pato, en el monasterio de San Jorge de Milreu, y se editó en un EP del sello “Discos Rapsódia” junto a otras tres, bajo el título Dr. José Afonso em Baladas de Coimbra. Cuatro años después, Zeca escribiría en el libro Cantares (ed. Nova Realidade, 1967) explicando los motivos de la canción:
“En un viaje que hice a Coimbra me di cuenta de lo inútil del cantar del color de rosa y de lo bonito (…). Si le diésemos una cierta dignidad y le atribuyésemos, por la urgencia de los temas tratados, un mínimo valor educativo, conseguiríamos tal vez fabricar un nuevo tipo de canción cuya actualidad pudiera repercutir en el espíritu narcotizado del público, molestando su conciencia adormecida en lugar de distraerle. Ésa fue la intención que orientó la génesis de Vampiros.” (http://www.publico.pt/cultura/jornal/50-anos-de-os-vampiros-de-jose-afonso-em-concerto-26848886; la traducción es mía)
Pero, ¿qué fue lo que le inspiró?
“La fauna híper-nutrida de algunos parásitos de la sangre ajena sirvió de chivo expiatorio. Descargué la bilis e hice una canción que sirviera de pasto a las arañas y a las moscas. Casualmente se me acabó el dinero y me quedé en Pombal con un amigo llamado Pité. La noche nos pilló desprevenidos y congelados en un pinar que me recordó el del rey y otros ambientes brr [?] heredados del Antiguo Testamento. (Ídem)
[Hasta aquí, escrito y traducción parcial en base al artículo 50 anos de Os Vampiros de José Afonso em concerto de Nuno Pacheco, para Público (Portugal)]
Ciertamente, José Afonso no comenzó con este trabajo: llevaba cantando en público desde finales de los 40 y su primer EP se graba en 1953; sus trabajos anteriores son deliciosos, entroncados con la tradición musical portuguesa, y que no dejarán de considerarse canción de autor. Pero es con la grabación de “Os Vampiros” cuando Zeca da el pistoletazo de salida a la Nueva canción portuguesa, dando las pistas de por dónde debían ir los cantores portugueses: hacer canciones que, a la vez que criticaran el régimen de Oliveira-Salazar sirviera a la población como himnos de combate y resistencia, aunque sostener esto para la totalidad de su producción sería altamente reduccionista. Pero lo cierto es que muy pronto “Os Vampiros”, junto, entre otras, a la “Trova do vento que passa”, una canción cantada por Adriano Correia de Oliveira, y que hablaba tanto de la emigración como del exilio forzoso, se convirtieron en los himnos de lucha de la resistencia, activa y pasiva, portuguesa, con lo que el censor tuvo que revisar la letra de aquel cuento de terror de nuevo. Fue una canción que, aunque con antecedentes (aunque fueran tomados de la tradición musical), separó a José Afonso de los “simples” cantantes tradicionales y lo convirtió en un referente cultural universal.
La canción ya ha salido aquí, con su correspondiente traducción. Os dejo con esta impresionante interpretación en el Coliseu: