Posts Tagged ‘Otis redding’

Rock & Soul Music: ¡Feliz 2013!


Vamos a cerrar el año con una selección de música rock’n’soul, como dice Country Joe: son actuaciones en directo cuya capacidad de levantar los ánimos y los culos está garantizada. Así que, ¡vamos! Quiero ver esos culos dando botes ¡¡ya!!:

LAS AUTORIDADES SANITARIAS ADVIERTEN: la escucha y visionado de las siguientes canciones pueden provocar incontrolables botes casi involuntarios. Boten bajo su responsabilidad y no se arrepentirán.

Comenzamos con Country Joe & The Fish, con la canción con la que abrieron su actuación en Woodstock al grito de “Marihuana”… Ni el mismísimo Gallardón se resistirá a esto:

Continuamos con el mismo festival, con la monstruosa mezcla de los fabulosos Canned Heat:

https://albokari2.wordpress.com/2011/12/09/a-change-is-gonna-come/

Algo más heavy: Jefferson Airplane interpretando la mejor versión que hicieron del clásico de Fred Neil:

https://albokari2.wordpress.com/2011/03/06/jefferson-aeromodelismo-el-otro-lado-de-jefferson-airplane-ja-en-directo-y-el-incidente-de-altamont/

Siguen dos de Otis Redding: Can’t turn you loose,

y “Shake”, el clásico de Sam Cooke, interpretado en el festival de Monterey:

La gran Janis Joplin, versionando a Etta James:

Ya lo decían los Blues Brothers:

Dos clásicos del sol de Sam and Dave: “Soul man”,

y “Hold on, I’m coming”, es decir: aguanta que ya vengo:

Wilson Pickett nos lleva a la tierra de las mil danzas y nosotros que nos dejamos:

El gran Jackie Wilson

Ike & Tina Turner, versionando el tema de Creedence Clearwater Revival:

El buen rollo jamaicano de Bob Marley & The Wailers:

Y seguimos con Jimi Hendrix, un tema de su último disco en vida

y otro con Buddy Miles:

Y acabamos con Canned Heat de nuevo: “Boogie para Woodstock en dos movimientos”, es decir “Woodstock Boogie”:

2ª parte:

Y ahora el gran final, con Sly & The Family Stone, que nos llevan a lo más alto, ¿lo conseguirán?:

Yo diría que sí:

Epílogo:

Pues ya sólo queda desearos un buen año nuevo, desearnos lo mejor, y, de todas maneras, que al menos en el nuevo año no nos abandone la marcha, porque “LOS SUAVES METEN CAÑA”:

La actuación tarda un poco

El maravilloso mundo de Sam Cooke


Un poco de relax y de buen rollo, con una de las más deliciosas canciones del pionero del soul, Sam Cooke: “Wonderful World

Wonderful World

Don’t know much about history
Don’t know much biology
Don’t know much about a science book
Don’t know much about the french I took

But I do know that I love you
And I know that if you love me too
What a wonderful world this would be

Don’t know much about geography
Don’t know much trigonometry
Don’t know much about algebra
Don’t know what a slide rule is for

But I do know that one and one is two
And if this one could be with you
What a wonderful world this would be

Now I don’t claim to be an "A" student
But I’m trying to be
So maybe by being an "A" student baby
I can win your love for me

Don’t know much about history
Don’t know much biology
Don’t know much about a science book
Don’t know much about the french I took

But I do know that I love you
And I know that if you love me too
What a wonderful world this would be

La ta ta ta ta ta ta
(History)
Ooh ooh ooh ooh ooh ooh
(Biology)
La ta ta ta ta ta ta
(Science book)
Ooh ooh ooh ooh ooh ooh
(French I took)

But I do know that I love you
And I know that if you love me too
What a wonderful world this would be

http://artists.letssingit.com/sam-cooke-lyrics-wonderful-world-wzxlmlw

Mundo maravilloso

Cooke_WonderfulWorldNo sé mucho de historia,/ no sé mucha biología,/ no sé mucho sobre un libro de ciencia,/ no sé mucho sobre el francés que aprendo,// Pero lo que sí sé es que te quiero/ y sé que si tú también me quieres/ qué mundo tan maravilloso sería éste.// No sé mucho sobre geografía,/ no sé mucho sobre trigonometría,/ no sé mucho sobre álgebra,/ no sé para qué es una regla de cálculo,// pero lo que sí sé es que uno y uno son dos/ y si este uno pudiera ser contigo/ qué mundo tan maravilloso sería éste.// Ahora, no pretendo ser un estudiante de matrícula/ pero lo intento ser,/ pues quizás siendo un estudiante de matrícula, cariño,/ pueda ganar para mí tu amor…

Sam Cooke, Lou Adler & Herb Alpert

Versión del gran Otis Redding, alabado sea por siempre:

La siempre sorprendente Joan Baez:

Representando al pop británico, los Herman’s Hermits:

El pionero del reggae, Johnny Nash:

Y acabamos con una maravillosa rareza: un grupo de Osaka llamado Ulfuls (ウルフルズ), que interpreta algunos de los versos en su propia lengua… Ya lo decía Cooke: ¡Un mundo maravilloso!

V Aniversario: los mejores vídeos del año (2ª parte: Abril, 2011-Septiembre, 2011)


Y así, tirando del hilo de los vídeos de youtube, me encontré esta otra de Jacques Brel, que ha sido siempre una de mis favoritas, y lo fue aún más cuando supe lo que significaba su letra. “Ces gens là” es una desgarradora canción, mitad crítica a la hipocresía de ciertas personas o clases sociales, mitad amargo amor imposible. Éste fue uno de los mejores vídeos vistos a lo largo de este año, con un Jacques Brel interpretando a los personajes de la canción y haciéndonos estallar en llanto al nombrar a su amor:

Y, aunque esta fue más reciente, por encadenarlo, no podía dejar de poner su canción más emblemática, "Ámsterdam”:

Otro de los grandes, que le suele a gustar a todo el mundo, aunque probablemente no sea tan bueno como Brel, es Bruce Springsteen, ese poeta del rock’n’roll, que siempre hace gala de su potencia y vitalidad. Dos temas fueron los que aquí aparecieron, de su disco The river. El primero, esa triste historia llamada “Jackson Cage”:

Y su melancólica y triste balada, “The river”, que la pusimos en Mayo:

Y vuelta a Woodstock. Reconozco que me gusta ver vídeos de actuaciones de rock porque me carga las pilas el derroche de energía de los músicos, y Woodstock y Monterey, para esto, son ideales. Éste en particular es uno de los que más buen rollo me da: el principio de la actuación del grupo de San Francisco, que mezclaba la psicodelia y la política, Country Joe & The Fish, que incluimos en la sección “Minutos musicales”:

Y de Woodstock a Monterey, de la psicodelia al soul, con la actuación de uno de los artistas más queridos e idolatrados en este blog: el inmortal Otis Redding:

Ambos fueron colgados a modo de intermedio, en esos días en los que no tengo nada especial que decir ni se me ocurre una canción que presentar o disertar. Pero una de mis grandes pasiones es descubrir canciones históricas que surgieron como canciones populares (de trabajo, religiosas, picarescas, pornográficas…) y acabaron encarnando cosas más grandes como revoluciones o guerras. Dos o tres han sido esos casos en los que al buscar la letra de una canción me he encontrado con un enrevesado de historias y personajes. “Santy Anno”, la canción de los voluntarios británicos al lado del general Santana en la guerra Méxicano-estadounidense y que acabó siendo el himno de los buscadores de oro, fue una de ellas, y descubrimos la impresionante versión de la gran Odetta:

Pero no necesariamente tiene que tener una canción una gran historia, o una letra que explique las relaciones de producción, etc. Para captar mi atención basta con que la música sea buena y la letra lo suficientemente significativa. Fue por ejemplo esta triste historia de Frankie Lymon, un genio prematuro que murió demasiado joven y que ya decía que no era “un delincuente juvenil”:

Pero las canciones vinculadas a una época, a sus sentimientos, siempre han sido mis preferentes. En Abril, al colgar la letra de la canción “For what it’s worth” de Buffalo Springfield, no podía adivinar que, en parte, estaba profetizando ciertos eventos tanto nacionales como internacionales. Aquí están, en el festival de Monterey, dándole un puntito más a la canción, con David Crosby ocupando el lugar de Neil Young:

Y siguiendo con el festival de Monterey, ¡qué coño!, otro gran grupo de Frisco, los Quicksilver Messenger Service, con la canción de Dino Valente: “Dino’s song”:

Y con la actuación de uno de mis grupos de blues blanco favoritos: Canned Heat y sus blues sureños:

Y si de grupos hippies hablamos, no podíamos pasar por alto a los mejores, a la gran banda de San Francisco: los Grateful Dead, uno de los conjuntos más constantes de la historia del rock, interpretando una canción apocalíptica de la cantante canadiense Donnie Dobson: “Morning dew”:

No sé porqué razones, pero de un tiempo a esta parte, los Grateful Dead se han ido ligando a mis vivencias personales variadas, como por ejemplo, esta “Cold rain & snow”:

Y, ¿quién se puede resistir a este raudal de buenas vibraciones, llamada “Uncle John’s Band”:

E incluso cierta identificación en temas de “chicos malos”, de los que nadie espera nunca nada, como es su versión de la autobiográfica “Mama tried” de Merle Haggard:

Una de las canciones más impresionantes que he escuchado nunca, ha sido “Free bird”, del grupo de rock sureño Lynyrd Skynyrd. Es una canción que además cobró una especial significación cuando la mayoría de la banda falleció en un accidente de avión, entre ellos Ronnie van Zant, vocalista del grupo y autor de la canción:

Pero uno de los grandes descubrimientos de este años fue esta impresionante balada de desengaño y de autoafirmación de la cantautora Melanie Safka. En versión original es una maravilla, pero esta toma de su actuación en el festival de Woodstock me dejó, literalmente, paralizado por su fuerza:

Pero una de mis grandes obsesiones de este año ha sido intentar desentrañar lo que quiere decir esta canción del folklore romaní, “Musikanti”, en donde creo encontrar cierta historia triste en la que en algún país de la Europa del Esta se alistara para la guerra a los gitanos. La descubrí gracias a la banda de World Music checa Gothart:

Pero la de este otro grupo gitano de Italia  también es muy interesante, Acquaragia Drom:

Y es que el folklore romaní ha sido una de mis grandes pasiones de este año. Tirando de vídeos y textos, descubrí que la nación gitana tiene su propia bandera y su propio himno, escrito por Žarko Jovanović para la banda sonora de una película y adoptado por el Congreso Internacional de los gitanos para ello. “Đelem, đelem”, una triste historia que denuncia el pojramos, el holocausto gitano, a mano de los nazis:

Y recorriendo el folklore romaní, nos encontramos al gran compositor yugoslavo (como él se define) Goran Bregovic, arreglando la canción del festival de primavera de los gitanos orientales, el “Ederlezi”:

Bregovic fue el autor de la banda sonora de esa maravillosa película, de corte absurdo a la manera de Berlanga, El tren de la vida (Radu Mihaileanu, 1998), en la cual unos judíos tratan de escapar del holocausto disfrazándose de nazis y deportados con un tren rumbo a Palestina, vía Rusia. En el camino se encuentran con unos gitanos que idearon un plan parecido para escapar hacia la India. Entonces se produce uno de los momentos más memorables de la película, cuando judíos y gitanos se baten en un emocionante duelo… musical:

Porque otro ciclo importante fue el de la música de los judíos sefarditas, con un legado que perdura hasta nuestros días. Me emocionó mucho saber que esta bella canción, “En tierras ajenas”, una canción que data de cuando vivían en la Edad Media en España, se convirtió en su himno de resistencia durante el holocausto, expresando un dolor más grande y profundo que aquel que sus antepasados tuvieron, volviéndose a mirar por última vez sus campos y casas mientras seguramente la entonaban, cuando fueron expulsados de España. Françoise Atlan es una de sus descendientes:

En otro orden de cosas, la segunda mitad de este año vino marcada por el Movimiento 15-M. Dolido y desengañado, como estaba más o menos, de ciertas utopías, intentando ser como Rick en Casablanca, regentando un café metafórico con buena música en donde la Resistencia era bien recibida, pero no los nazis, empecé a apoyar gran parte, si no todas, de sus acciones cuando se comenzó a intentar desprestigiarles y en algunas comunidades autónomas se les reprimía brutalmente. Para una de ellas, que tuvo lugar en Valencia, les dediqué esta canción del inmortal alcoyano Ovidi Montllor, cantautor y actor inolvidable: “La fera ferotge”, una canción alegórica y satírica sobre las reclamaciones sociales bien justificadas:

Pero revoluciones a un lado, que no al margen, siempre hay sitio para buenas y emotivas canciones, como esta “Darling be home soon”, del cantautor y ex-vocalista de Lovin’ Spoonful, John Sebastian, cuya emotiva interpretación de este tema en el festival de Woodstock, emocionándose al final, es una de mis actuaciones favoritas, y no me canso de verla:

O canciones de un rabioso optimismo contagioso, como “It don’t come easy”, del simpático Ringo Starr:

Pero sin perder la realidad… Debido al violento e injusto desalojo de la Plaza del Sol de Madrid, decidí desenterrar el hacha de guerra y decirle a los responsables, como ya lo hizo Javier Krahe hace años, que “Cuervo Ingenuo no fumar la pipa de la paz con tú”:

Tuvimos, sin motivo especial alguno, salvo mi propia admiración, un recuerdo emocionado hacia el gran Paul Robeson, actor, cantante y activista afroamericano de un compromiso natural y sincero no sólo con su propia gente, sino con todas. Robeson se hizo famoso por interpretar esta canción en una famosa película, Show boat”. “Ol’ Man river”:

Pero a mediados de los años 30, Robeson, que visitó a la Brigada Lincoln en España, cuando interpretaba la canción le cambió la letra, dándole un sentido mucho más revolucionario. Como ejemplo, esta actuación, que a día de hoy sigue poniendo los pelos como escarpias:

Y hay heridas que se empeñan en que no cicatricen. La pasividad y la desinformación con la que pasó desapercibida la profanación del monumento a Miguel Hernández por parte de un grupo de ultraderecha me resultó especialmente repugnante. Eso sí, los “demócratas” pueden darse palmadas en la espalda porque se ha detenido a un rapero que dijo unas tonterías… Adolfo Celdrán, interpretando su canción sobre uno de los mejores poemas de Hernández:

Como con Lorca, a cuya localización se niega cierta gente: éste es, sin lugar a dudas, el país que no ama a sus poetas. Me estremeció ver a don Agustín González, uno –si no el mejor- de los mejores actores españoles, declamar este “El rey de Harlem”:

Y que no sea por falta de homenajes. También recordamos a nuestro querido José Antonio Labordeta, de cuyo fallecimiento se cumplió un año. Para volver a recordarle, su canción más famosa:


… y éste, más o menos, ha sido el año en vídeos: un año intenso en ciertos aspectos, y en otros como todos… Pero la música que no pare, ¿eh? Lo que nos depare este año –según el calendario zamarril- el tiempo lo dirá, y espero verte, veros, el año que viene para contároslo, porque todavía quedan muchas cosas por decir, muchas canciones por descubrir y escuchar, muchos amigos a los que recordar o conocer, y muchos amores por vivir. Acabamos, si os parece, con una canción mítica, probablemente la mejor canción de rock de la historia: “Bohemian rhapsody”, de Queen, una canción que cuando estoy bajo o triste me gusta recordar y me recarga de nuevo con energías renovadas:

Y, a la manera de Bob Hite: Don’t forget to Boggie!

Un cambio va a llegar


ACIGCcoverEn otras ocasiones hemos hablado de la toma de posición desde la música de los artistas afroamericanos en los 60 y los 70, lo cual siempre parece natural, pues alguna vez, de una forma u otra, sufrieron el racismo en sus propias carnes. Llama la atención, sin embargo, que estos temas no se prodigaran tanto en las voces negras, que parecían más destinadas a los temas comerciales, y sí lo hicieran las voces blancas, salvo cantautores como Richie Havens, folksingers como Leadbelly o bluesmen como Lightnin’ Hopkins (la intuición que tengo acerca de esto es que, de nuevo, operaba cierto racismo, y que las discográficas, incluidas aquellas dirigidas por afroamericanos, no se arriesgaban a sacar discos de personas negras hablando sobre su situación y criticando al gobierno y a la policía, salvo, quizás, grupos algo más underground). Esto no significa, por supuesto, que no tuvieran inquietudes y que la cosa, como no podría ser de otra manera, les preocupase. Una de las primeras canciones del pop y del soul, es decir, ya alejada del folk contestatario y de los gospells tradicionales cantados en las iglesias protestantes, que hablan sobre esta situación hecha por un artista afroamericano es esta “A change is gonna come”, del gran Sam Cooke, pionero del soul y maestro de grandes ídolos como Otis Redding o James Brown.

Cooke_in_studioParece ser que Sam Cooke quedó impresionado con el apoyo que muchos folksingers blancos, viejos y nuevos, daban a las acciones del Movimiento por los Derechos civiles, y, concretamente le impresionó que el “Blowin’ in the wind”, de un principiante, pero ya laureado, Bob Dylan, pudiera ser tan sincera y expresiva con el tema del racismo hacia la población negra, viniendo de un blanco; así que, en 1963, Sam Cooke decide hacer un “Blowin’ in the wind”, hecho por un afroamericano para –que no exclusivamente- afroamericanos, que, curiosamente, salió como cara B al arrollador tema meramente comercial “Shake”. La canción de Cooke resulta, no obstante, algo más suave que el clásico de Dylan: no es una crítica explícita realmente, no es un llamamiento a la lucha (algo que, muy probablemente, le hubiera hundido), sino que entronca más con los tradicionales spirituals negros, en el que se hace más un llamamiento a la esperanza, pero no a la claudicación. “A change is gonna come”, que no podría ser de otra manera, mezcla la situación social general de la comunidad afroamericana con su propia biografía: “Nací cerca del río”, dice el vocalista nacido en el Estado de Mississippi, el estado con el nombre del río que significaba para muchos racismo e injusticia, pero también su vida y sus ansias de huir de allí. En esta canción se mezclan dos vivencias, una más personal y la otra más social. La primera es la muerte accidental de su hijo de tan solo 18 meses; la segunda, refleja cuando él y su grupo fueron arrestados por escándalo público al querer registrarse en un hotel de política "”sólo blancos” en Louissiana. Según la wikipedia, ambas vivencias estaban reflejadas en los versos “There have been times that I thought I couldn’t last for long/but now I think I’m able to carry on/It’s been a long time coming, but I know a change is gonna come”. Y, aunque la cosa tampoco es para tirar cohetes, me pregunto que habría pensado Sam Cooke al ver a uno de los suyos presidir el país más poderoso del mundo, y que su canción, que ya sonó durante la muerte de Malcolm X, interpretada por el grupo Arcade Fire, acompañaba a la investidura el actual presidente de los Estados Unidos. Pero, a parte de eso, muchos cambios tienen que venir…

A change is gonna come

I was born by the river
In a little tent, and oh
just like that river
I’ve been running ever since

It’s been a long long time coming, but I know
A change is gonna come, oh yes it will

It’s been too hard living
but I’m afraid to die
‘cause I don’t know what’s up there
beyond the sky,

It’s been a long time coming, but I know
A change is gonna come, oh yes it will

(I go to the movie and I go downtown
Somebody keep tellin’ me
don’t hang around)

It’s been a long time coming, but I know
A change is gonna come, oh yes it will

Then I go to my brother
and I say brother help me please
But he wind up knocking me
back down on my knees

There have been times that I thought
I couldn’t last for long
But now I think I’m able to carry on

It’s been a long time, but I know
A change is gonna come, oh yes it will

http://www.songsofsamcooke.com/songs/a_change_is_gonna_come

Va a venir un cambio

Nací cerca del río/ en una tienda pequeña, y oh/ como ese río/ he estado huyendo desde entonces.// (estr.) Ha tardado mucho, mucho tiempo en llegar, pero sé/ que va a venir un cambio, oh sí vendrá.// Ha sido una vida demasiado dura/ pero tengo miedo de morir/ porque no sé qué es lo que ahí arriba/ más allá del cielo,// (estr.)// (Voy al cine y voy al centro de la ciudad/ alguien sigue diciéndome/ que no merodee)// (Estr.)// Entonces voy a ver a mi hermano/ y le digo, hermano ayúdame por favor/ pero acaba por golpearme/ poniéndome de rodillas// Ha habido momentos en los que pensé/ que no aguantaría mucho más/ pero ahora creo que soy capaz de soportarlo// Ha tardado tiempo, pero sé/ que va a venir un cambio, oh sí, vendrá.

Sam Cooke

Por supuesto, la canción ha sido versionada innumerables veces, de nuevo, con mejores o peores resultados, con mejor o peor calidad. He aquí algunas, de la cuales empezamos por nuestro idolatrado Otis Redding:

También inolvidable la versión de aquel gran artista, que nos dejó hará relativamente poco: Solomon Burke:

Míralo en una de sus últimas actuaciones:

Curiosa, por otro lado, esta interpretación de Bob Dylan, con la que –como dice el usuario del vídeo-, cierra el ciclo:

También aquel grupo, que en muchos aspectos eran la versión afroamericana de Mamas & Papas, The Fifth Dimension, mezclándola con el tema de los Rascals “People gotta be free”:

Inolvidable Aretha, con una introducción de su propia cosecha:

Alejándonos un poco del soul, pero no exactamente de la música negra, he aquí la versión de The Band:

Una interpretación más reciente fue la del veterano grupo de blues y rock sureño Allman Brothers Band, en 2003:

Y acabamos con un fragmento en el que la banda Arcade Fire la interpreta en uno de los dos conciertos gratis que dieron para apoyar la candidatura de Barack Obama:

¿Estará Otis sentado en el muelle de la bahía del Cielo?


Estatua de Otis en el parque Gateway de Macon, su ciudad natalGrabada poco antes de su trágica muerte, “(Sittin’ on) The Dock of the bay” se convirtió en el legado del gran cantante de soul Otis Redding. La canción tiene algo de autobiográfica y es de las más personales del genial artista, así como un contenido bastante profundo. Parece ser que la escribió en colaboración con Steve Crooper, productor y guitarrista de, entre otros grupos, Booker T. & The MGs (un gran grupo interracial de rythm & blues), tras la actuación en Monterey y en el mítico Fillmore de San Francisco, cuando estuvo un rato en el puerto y le vino la idea. Como dice Crooper (declaraciones recogidas en uno de estos enlaces), Otis Redding raramente escribía en sus canciones sobre sí mismo (junto a ésta, “Mr. Pitiful” –señor penoso- y “Sad song” –canción triste-), y ésta era claramente sobre él en un momento de nostalgia, durante un tiempo en el que había estado algo enfermo: ciertamente, había nacido en Macon, Georgia, y en esos momentos se encontraba en San Francisco, popularmente llamado Frisco. Poco después de grabar esta canción, Otis y la banda que le acompañaba, The Bar Kays, alquilaron un avión para realizar las actuaciones que tenían previstas, pero el 10 de Diciembre (1967) el avión se estrelló, causando la muerte de Otis y de la mayoría de los Bar Kays. Por esa razón, la canción parece tomar un significado tremendo, como un mensaje de despedida…

Otis_ReddingLa canción, por otra parte, no contiene ningún tipo de premonición, mensaje místico, remordimientos, etc., algo que (seguramente ya habrá dicho alguien buscando desesperadamente la atención de los amantes del misterio) pudiera indicar que presintiera su muerte. Lo único curioso de esta gran canción es, simplemente, que nunca antes Otis Redding se había expresado tan abiertamente sobre sí mismo en una canción. Sencillamente es una canción en la que el artista expresa un momento de tristeza, impotencia, soledad y/ o incertidumbre, ante el cual lo único que se puede hacer es sentarse, relajarse y esperar a ver qué pasa.

(Sittin’ on) The Dock of the Bay

Sittin’ in the mornin’ sun
I’ll be sittin’ when the evenin’ come
Watching the ships roll in
And then I watch ‘em roll away again, yeah

I’m sittin’ on the dock of the bay
Watching the tide roll away
Ooo, I’m just sittin’ on the dock of the bay
Wastin’ time

I left my home in Georgia
Headed for the ‘Frisco bay
‘Cause I’ve had nothing to live for
And look like nothin’s gonna come my way

So I’m just gonna sit on the dock of the bay
Watching the tide roll away
Ooo, I’m sittin’ on the dock of the bay
Wastin’ time

Look like nothing’s gonna change
Everything still remains the same
I can’t do what ten people tell me to do
So I guess I’ll remain the same, yes

Sittin’ here resting my bones
And this loneliness won’t leave me alone
It’s two thousand miles I roamed
Just to make this dock my home

Now, I’m just gonna sit at the dock of the bay
Watching the tide roll away
Oooo-wee, sittin’ on the dock of the bay
Wastin’ time

http://www.lyricsdepot.com/otis-redding%25/sitting-on-the-dock-of-the-bay.html

(Sentado en) El muelle de la bahía

Sentado al sol de la mañana/ estaré sentado cuando caiga la tarde/ observando a los barcos llegar navegando/ y luego los veré marcharse navegando de nuevo, sí.// Estoy sentado en el muelle de la bahía/ contemplando la marea fluir/ Oh, solo estoy sentado en el muelle de la bahía/ perdiendo el tiempo.// Dejé mi hogar en Georgia/ me fui a la bahía de Frisco/ porque no tenía nada por lo que vivir/ y parece que nada va a llegar a mi camino.// Así que solo voy a sentarme en el muelle de la bahía/ contemplando la marea fluir/ Oh, estoy sentado en el muelle de la bahía/ perdiendo el tiempo.// Parece que nada va a cambiar/ todo permanece aún igual/ No puedo hacer lo que diez persona me dicen que haga/ así que supongo que permaneceré igual, sí.// Sentado aquí, descansando mis huesos/ y está soledad no me dejará en paz/ Son dos mil millas las que recorrí/ solo para hacer de este muelle mi hogar.// Ahora, solo voy a sentarme en el muelle de la bahía/ contemplando la marea fluir/ Oh sí, sentado en el muelle de la bahía/perdiendo el tiempo.

Otis Redding – Steve Crooper

Quédate con nosotros, Jerry Leiber


Tras estos días intensos, quiero contribuir un poco a que vuelva la calma, que no que nos durmamos, pero sí a relajar tensiones.

jerry-leiberEl pasado día 22, fallecía Jerry Leiber, el 50 % del famoso binomio Leiber-Stoller, grandes compositores de los mejores temas de rock’n’roll y rythm & blues pre-soul de los años 50 y 60; Jerry Leiber y Mike Stoller compusieron algunos de los mejores temas de Elvis Presley, de los inolvidables Drifters, de Ben E. King, y de un montón más. Eran canciones comerciales, pero también muy inteligentes a la vez, y muchos de los artistas negros se sorprendían de que dos “tipos” judíos hubieran comprendido tan bien su música. Para rendirle tributo, como no podía ser de otra manera, traemos la que con toda seguridad sea su canción más conocida.

leiber_stollerBen E. King fue, a finales de los 50, el vocalista principal del gran grupo de rythm & blues The Drifters, tras el abandono de los dos vocalistas principales originales; pero en mayo de los años 60, por disputas salariales con el mánager del grupo, King es despedido de la banda, aunque se mantiene hasta encontrar un sustituto. Es entonces cuando comienza su carrera en solitario… Ben e. King tenía un proyecto de canción que iba a ser cantada por los Drifters, que no quisieron hacerla, y King, al abandonar el grupo decidió, no grabarla. Sin embargo, al faltarle nuevo material la interpretó al piano y se llamó al binomio Leiber-Stoller para acabar la canción, que no era otra más que “Stand by me”, inspirada por una canción gosspell con el mismo título. Es, probablemente, la canción más famosa, interpretada, tarareada, Stand-by-me-ben-e-kingcantada y causa de numerosos nacimientos de la historia. La historia de la canción también es muy tierna, pues, como declaraba King, aunque es un tema de amor de un hombre a una mujer, y su letra roza la poesía cortesana medieval y renacentista, cuando él la cantaba pensaba en sus amigos los Drifters, y era a ellos a quienes se la dedicaba (historia más completa:http://historiadeunacancion.blogspot.com/2011/02/stand-by-me.html):

Stand by me

When the night has come

And the land is dark

And the moon is the only light we see

No I won’t be afraid

No I won’t be afraid

Just as long as you stand, stand by me

And darling, darling stand by me

Oh, now, now, stand by me

Stand by me, stand by me

If the sky that we look upon

Should tumble and fall

And the mountain should crumble to the sea

I won’t cry, I won’t cry

No I won’t shed a tear

Just as long as you stand, stand by me

And darling, darling stand by me

Oh, stand by me

Stand by me, stand by me, stand by me

Whenever you’re in trouble won’t you stand by me

Oh, now, now, stand by me

Oh, stand by me, stand by me, stand by me

Darling, darling stand by me

Stand by me

Oh stand by me, stand by me, stand by me

http://www.musica.com/letras.asp?letra=98614

Quédate conmigo

Cuando la noche cae/ y la tierra es oscura/ y la luna es la única luz que vemos,/ no, no tendré miedo…/ mientras te quedes, te quedes conmigo.// (Estr.) Y cariño, cariño, quédate conmigo/ Oh, ahora, ahora, quédate conmigo./ Quédate conmigo, quédate conmigo.// Si el cielo que vemos arriba/ se agitara y cayera/ y la montaña se derrumbara en el mar,/ no lloraré, no lloraré,/ no, no derramaré una lágrima/ mientras te quedes conmigo// (Estr.)// Cuando sea que tengas problemas, ¿no te quedarás conmigo?…

Ben e. King –Jerry Leiber –Mike Stoller

Y, decíamos, ha sido, sino la que más, una de las canciones más interpretadas por artistas de toda condición y estilo, con más o menos éxito o calidad (el problema viene siendo que, debido a su aparente sencillez, es una canción que todo el mundo cree cantarla bien, empezando por el que esto escribe)… De entre las versiones, hay un poco de todo, y no voy a poner aquí todas las que salgan en la lista de youtube. Comenzamos con una rareza de 1963, cuando en un curioso sencillo el boxeador Muhammad Ali la versionaba, y, según el blog que hemos enlazado, King le dijo que hacía menos daño boxeando que cantando:

Otra versión, como asegura la entrada de Wikipedia, fue la del inolvidable Otis Redding, sin embargo, en el youtube y otros sitios no hay más que la versión original atribuida a Otis, y en el Definitive Otis Redding no me aparece, así que esperaremos a lo que vosotros digáis, lo mismo ocurre con la versión de Marvin Gaye. De quien sí hemos encontrado la versión, que creo que nunca llegó a publicar (quizás en algún concierto), es de Jimi Hendrix, mientras recorría las discográficas esperando a ser contratado. Ésta es una maqueta que se puede encontrar en recopilatorios “de gasolinera” y en discos oficiales de rarezas y de pre-historia del artista. A pesar del mal sonido, es una versión muy interesante:

No os voy a marear con el número infinito de artistas que la tocan ocasionalmente en sus conciertos, desde U2 hasta Bruce Springsteen, pasando por los Led Zeppelin, ni mucho menos con la aberrante versión que hizo el miembro más popular, después del padre, del clan Iglesias. Pero sí la del grupo de punk Pennywise, pues supone una ruptura con el pop y el rock clásico, y demuestra que los tipos duros también tienen (tenemos) su corazoncito (¿o es que alguien lo dudaba?):

Y ahora, traducciones y adaptaciones, que no es que me gusten demasiado, pero hay que reconocer que muchas están bien. Es el caso de la adaptación del cantante italiano Adriano Celentano, que traducía esta letra a “Pregherò”, rezaré:

Y, es muy probable que “Rogaré”, la adaptación al castellano del cantante valenciano Bruno Lomas, sea en realidad una adaptación de la de Celentano:

Y así, y así, por no marearos y quedarnos sólo con algunas, y desechando, por supuesto, ciertas aberraciones e interpretaciones oportunistas que no vienen al caso y no tienen cabida (ni la tendrán) en este sitio, acabamos, como no podía ser de otra manera, con la que se considera la mejor versión de todas, después de la original… No es otra que la versión que hizo John Lennon para su disco nostálgico de 1975 Rock and roll:

The Temptations y su “bola de confusión”: lo que fue ayer y es el mundo hoy


Classic_5_Temptations_circa_1965Siempre que oímos el sagrado nombre del grupo de rythm & blues y soul, The Temptations, lo asociamos –como no puede ser de otra manera, debido al cine y al renacimiento del soul más comercial que ha tenido lugar en nuestro país hasta hace poco- a su gran éxito “My girl”; así que, cuando supe que esta canción que oí en un documental, ilustrando las revueltas raciales en Estados Unidos durante los años 70, no podía salir de mi asombro y la flipé un poco.

Decir lo que otra persona ya dijo, mejor de lo que yo lo diría ahora, en el blog del gran Adrian, resultaría inútil. No obstante unas pequeñas anotaciones. Era de esperar que en el transcurso de los años 1963-1968, con las revueltas estudiantiles por todo el mundo, viejas dictaduras fascistas que se tambaleaban pero que no caían –como quería nuestro Lluís Llach- mientras otras nacían en lo que fue la cuna de la civilización occidental, el fantasma de la guerra fría y la amenaza más que real de una III Guerra Mundial, la guerra del Vietnam, el neocolonialismo sobre América Latina y sobre otras partes del mundo por parte de Estados Unidos… No sólo tuvo una influencia decisiva en los grupos de pop británicos y en algunos grupos blancos de los Estados Unidos, sino que Album-psychedelic-soultambién la tuvo sobre los grupos sagrados del idolatrado sello de soul y rythm & blues Tamla-Motown, en donde grababan muchos de aquellos maravillosos músicos negros. Y esto era casi más natural que la conversión de los grupos blancos, ya que a toda esa lista de sucesos hay que sumarle los problemas raciales de Estados Unidos, democracia que, a veces, parecía practicar un plan encubierto de exterminio, aunque fuera cultural, sobre su población negra: los asesinatos de Martin Luther King y Malcolm X, junto a la persecución del grupo radical Black Panthers –cuyos jefes no eran tan radicales ni tan violentos como quieren hacernos creer muchas veces, y además no se perseguía con la misma saña a los grupos radicales de supremacía blanca, sin que esto suponga un paralelismo con el partido de autodefensa negro-, fue como un jarro de agua fría sobre estos músicos, que no podían quedarse de brazos cruzados. Pero para la Motown, sello que se resistía a salirse de lo puramente comercial, aunque lanzara música soberbia, esto suponía un salto muy arriesgado (¿sería demasiado descabellado atribuirlo a la cuestión racial?: aunque lo parezca, no olvidemos que, por razones incomprensibles, para poder dejarse oír, Jimi Hendrix tuvo que “exiliarse” al Reino Unido); pero aún así lo dio, junto a otros sellos de música negra o que contara con alguna superestrella afroamericana, y el resultado fue increíble a lo largo de los 60 y 70: el “What’s goin’ on?” de un Marvin Gaye que se preguntaba “¿A quién le interesa realmente salvar un mundo desesperado?”; el famoso “War”, de Edwin Starr (que antes grabaron los propios Temptations); el “I’m black and I’m proud” del Ball_of_Confusion_(That's_What_the_World_Is_Today)_(album_cover)gran James Brown (aunque a día de hoy, incluso sus más próximos colaboradores se sorprenden, dada la ideología conservadora del padrino del soul, que le lleva a apoyar públicamente al presidente Nixon y a la guerra de Vietnam); o el sentido político de la bella canción “A change gotta come”, cantada por Otis Redding, Solomon Burke y otros… Y, la que nos ocupa hoy, “Ball of confusion (That’s what the world is today)” de los Temptations, escrita por el nuevo dúo de compositores estrella del sello: Norman Whitfield y Barrett Strong, mezclando la problemática social con la naciente psicodelia funky, publicándola en un sencillo que llevaba la leyenda “Palabras más duras que el acero. Una valiente interpretación por los Temptations. Un emocionante nuevo sencillo”:

Ball of confusion

(That’s what the world is today)

People movin’ out
People movin’ in
Why, because of the color of their skin
Run, run, run, but you sho’ can’t hide
An eye for an eye
A tooth for a tooth
Vote for me, and I’ll set you free
Rap on brother, rap on
Well, the only person talkin’
‘Bout love thy brother is the preacher
And it seems,
Nobody is interested in learnin’
But the teacher
Segregation, determination, demonstration,
Integration, aggravation,
Humiliation, obligation to our nation
Ball of Confusion
That’s what the world is today

The sale of pills are at an all time high
Young folks walk around with
Their heads in the sky
Cities aflame in the summer time
And, the beat goes on

Air pollution, revolution, gun control,
Sound of soul
Shootin’ rockets to the moon
Kids growin’ up too soon
Politicians say more taxes will
Solve everything
And the band played on
So round ‘n’ round ‘n’ round we go
Where the world’s headed, nobody knows
Just a Ball of Confusion
Oh yea, that’s what the wold is today

Fear in the air, tension everywhere
Unemployment rising fast,
The Beatles’ new record’s a gas
And the only safe place to live is
On an indian reservation
And the band played on
Eve of destruction, tax deduction
City inspectors, bill collectors
Mod clothes in demand,
Population out of hand
Suicide, too many bills, hippies movin’
To the hills
People all over the world, are shoutin’
End the war
And the band played on.

http://www.sing365.com/music/lyric.nsf/ball-of-confusion-lyrics-the-temptations/5ce42244ebdfe10448256d8f0028a6b7

Bola de confusión

(Eso es lo que es el mundo hoy)

Gente saliendo/ Gente entrando/ por qué, todo por el color de su piel/ Corre, corre, corre, pero no podrás esconderte/ Ojo por ojo/ diente por diente/ Vótame, y te liberaré/ Critica hermano, critica/ La única persona que habla/ sobre el amor al prójimo es el pastor/ Y parece ser que/ nadie se interesa en enseñar/ menos el profesor/ Segregación, determinación, demostración,/ integración, agravación,/ humillación, obligación para con nuestra nación/ Bola de confusión/ Eso es lo que es el mundo hoy.// La venta de pastillas está en su punto más alto (1)/ Personas jóvenes se pasean con/ sus cabezas por los cielos/ Ardientes ciudades en verano/ y, el ritmo continúa (2)// La contaminación del aire, revolución, control de armas,/ el sonido del soul/ Disparo de cohetes a la luna/ Niños que crecen demasiado pronto/ Los políticos dicen que más impuestos/ lo solucionarán todo/ y la banda se puso a tocar/ así que vamos girando y girando y girando,/ a donde el mundo se dirige, no lo sabe nadie/ Bola de confusión/ Eso es lo que es el mundo hoy.// Miedo en el ambiente, tensión por todas partes/ el rápido aumento del desempleo,/ el último disco de los Beatles es un bombazo (3)/ y el único lugar seguro en el que vivir/ es en una reserva india/ Y la banda se puso a tocar/ Víspera de la destrucción (4), deducción de impuestos/ Inspectores urbanos, recaudadores de facturas/ se compra ropa mod,/ la población está fuera de control/ suicidio, demasiadas facturas, los hippies se van/ a las colinas (5)/ La gente del mundo entero está gritando/ “Acabad con la guerra”/ Y la banda se puso a tocar.

Norman Whitfield – Barrett Strong

Copyright 1970 Jobete Music Company, Inc.

NOTAS:

(1) Probable juego de palabras: “The sale of pills are at an all time high” significa literalmente lo que he traducido; pero no descarto una segunda interpretación, que sólo tendría sentido en inglés, dada por el significado en argot del adjetivo “high”: “colocado, colgado”; así: “La venta de píldoras está todo el tiempo colocada”. Pero es sólo una elucubración, aunque avalada por los dos versos siguientes.

(2) Probable referencia al éxito del dúo Sonny & Cher “And the beat goes on”.

(3) Por las fechas, ese disco probablemente fuera Abbey Road, aunque también es posible que no se refiera a un disco en concreto, ya que era una frase al uso desde que la banda de Liverpool sacara en 1965 su Rubber soul, o incluso desde Help!

(4) “Eve of destruction” fue un tema de folk-rock del año 65, escrito por P. F. Sloan y Steve Barri, y cantado por el vocalista de folk Barry McGuire, que obtuvo un considerable éxito y una de las primeras canciones protesta del folk-rock. Es una canción de inspiración apocalíptica, acerca de la guerra fría, influenciada por Bob Dylan.

(5) Woodstock, o yo no me llamo Gustavo.

Los maravillosos Temptations en directo:

Y la soberbia versión de la reina negra del rock, Tina Turner:

Monterrey Pop Festival


Reconozco que por lealtad cronológica, esta entrada debería haber
aparecido en junio. Pero la pongo ahora siguiendo el curso de la
historia del movimiento hippy que he hecho aquí mismo. He reunido algunas de las más memorables actuaciones, pero hubo más…
En Junio de 1967, el llamado Verano del Amor por la explosión cultural
o pseudo-cultural, según se mire, que sucedía en San Francisco, la
banda de folk-pop The Mamas & The Papas, junto a su productor Lou
Adler, decidieron celebrar todo aquello que estaba pasando entre la
juventud con un concierto multitudinario gratuito, siguiendo un poco
los guiones de los tradicionales festivales de jazz (en los que dicho
sea de paso, tuvieron una actuación polémica Chuck Berry primero y Bob
Dylan después). Para ello, la organización quiso reunir lo más puntero
de entonces del pop británico, el folk-rock, el blues y la psicodelia.
Para ello pretendieron reunir, sin pagar un dóllar, a los grandes hasta
entonces junto a nuevas promesas del pop y el rock: no obstante, por
motivos diversos, los Beatles, los Rolling Stones, los Beach Boys y Bob
Dylan rehusaron la oferta, aunque Brian Jones asistió como público. A pesar de la decepción que debió suponer
esto, su lado positivo fue que se pudo centrar la atención en los
nuevos talentos, para los que incluso este festival fue el comienzo de
su leyenda tanto a nivel nacional como internacional. Se pretendía que
fuera una celebración de la nueva conciencia, con flores y paz y esas
cosas… Y funcionó, y de qué manera ("Monterrey", por Eric Burdon & The Animals):

Para empezar, el himno de aquellos días. Scott McKenzie era un
antiguo compañero de John Phillips, el alma de Mamas & The Papas,
en los días del grupo folk The Journeymen. Cuando McKenzie grababa su
primer LP, John le regaló una canción que sería el único éxito de este
cantante armonioso de folk-rock. Le presenta Mama Cass y le acompaña
John Phillips y los músicos que acompañaban a Papas & Mamas:
 

Hubo dos grupos británicos que decidieron no faltar a la cita. Los
primeros de ellos, The Who, siempre dispuestos a tocar allá donde se
les necesite y a no defraudar a su audiencia… ni a dejar el escenario
en pie:
 

Por su parte, tras la ruptura de los Animals originales, aquel grupo de rythm’n’blues que sonaba tan profesional, Eric Burdon, todo un activista del movimiento hippie, presentaba a los nuevos Animals, con esta versión de un clásico de los Rolling Stones:

 

Junto a ellos, los ya populares grupos de folk-rock de California y Nueva York. Simon & Garfunkel
fueron invitados al festival; fueron un dúo de folk convencional sin un
gran éxito hasta que su productor electrificó su canción "The sounds of
silence", y desde entonces continuaron como dúo de folk-rock hasta su
no-amistosa separación debido a problemas tanto políticos como
musicales. Sobre la inclusión del dúo en el fenómeno hippy habría mucho
que debatir; no obstante, su estilo suave y simpático, casi naïf, les
hacía merecedores de un puesto:

 

Y, por supuesto, una canción que ya era leyenda con tan sólo 2 ó 3 años:

Por su parte, tampoco se podía dejar de invitar de lado a los Byrds: ellos habían inventado el folk rock prácticamente, tomando de Dylan, tomando de los Beatles, de Pete Seeger. Para el año 67 ya habían mezclado estas influencias con jazz contemporáneo, configurando la psicodelia que habían contribuido a crear. Aquí los tienes, tocando una canción muy famosa por aquellas días que también interpretaron Love, The Leaves y Jimi Hendrix Experience:

Buffalo Springfield fue uno de los más jóvenes grupos de folk-rock. Contó desde el principio con Stephen Stills y Neil Young; no obstante, en Monterrey Neil no tocó, y fue sustituido para ello por el byrd David Crosby:

Y, por supuesto, los propios organizadores del festival: The Mamas & The Papas, un grupo que representaba el lado amable y bonito de los hippies, aunque a veces artificial, que conjugaba el pop y el soul con el folk bien templado con sus armonías vocales:

Pero también fueron grupos desconocidos internacionalmente y nacionalmente, pero no así regionalmente, generalmente de blues. Uno de ellos, fueron aquellos monstruos del blues más puro a la par que renovado: Canned Heat

Otros, no obstante, eran bien conocidos como músicos acompañantes. Paul Butterfield Blues Band, con Mike Bloomfield a la guitarra, eran bien conocidos como acompañantes de Bob Dylan durante aquel festival de jazz tan polémico:

Pero, los grandes descubrimientos a nivel de nueva escuela de música, fueron sin lugar a duda los nuevos grupos de rock de San Francisco. Particularmente dos de ellos, Jefferson Airplane y Grateful Dead, se convirtieron en los auténticos símbolos musicales del movimiento hippie.
Jefferson Airplane fue el primero de aquellos grupos en grabar un LP, abriendo el filón de San Francisco. Formado por músicos de folk, a estas alturas se les seguía considerando un grupo de folk-rock que iba incorporando los elementos psicodélicos que serían su marca de fábrica:

No obstante, para muchos, The Grateful Dead era mejor grupo. Por lo menos, sus fans se mostraron leales hasta la muerte de Jerry García, sin caer en fanatismos:

Otros fueron Quicksilver Messenger Service,

Country Joe & The Fish, comandados por el cantautor Country Joe McDonald, una de las bandas más politizadas del movimiento hippie:

Y Big Brother & The Holding Company:

La actuación de Big Brother fue la presentación a nivel nacional del gigantesco talento de Janis Joplin, que, aunque aquí es solo la vocalista del grupo, muchos fueron los que percibieron que Janis tenía que ser un todo y no una parte:

Otro de los grandes descubrimientos que acaecieron durante el festival fue la de este muchacho negro. Jimi Hendrix había sido músico de estudio y de giras de estrellas tan rutilantes como Ike & Tina Turner, Chuck Berry, Little Richard… Pero a la hora de comenzar su carrera en solitario se topó con la incomprensión y, a menudo, con el racismo, hasta que Chas Chandler, bajista de los Animals, le descubrió y se lo llevó a Londres, en donde formó el grupo de blues-rock Jimi Hendrix Experience. Aquí, ya conocido, volvía triunfalmente demostrando lo que valía al país que le había dado la espalda:

Como guitarristas salvajes, en el festival Jimi y Pete Townshend, de los Who, tuvieron una discusión de quién actuaría primero. Lo echaron a suertes y ganó Townshend el honor de ser el 1º en destrozar una guitarra sobre aquel escenario:

Pero cuando le tocó el turno a Hendrix…

Para acabar, dos invitados de excepción. Otis Redding era, y es, una super-estrella del soul y de la música negra en general: tan pronto ponía al público a dar brincos como los ponía de rodillas llorando por la historia de desamor que estaba contando. Pocos días después de esta actuación, Otis fallecía tras sufrir un accidente de avión:



Ravi Shankar, sitarista indio, era en el 67, gracias a la corriente mística que invadía a la nueva generación, en todo un icono. Sus discos se vendían tan bien como losde los Beatles. Fue Shankar quien enseñó a George Harrison las técnicas básicas del sitar, y fue Harrison quien le introdujo en el panorama underground. Ravi Shankar fue el único músico que cobró porque tenía que pagarse el billete de avión para poder volver a la India:



Éste fue el primero de aquellos festivales multitudinarios de los hippies. Les seguirían otros, con más o menos fortuna, siendo Woodstock el que no sólo se le acercó, sino que lo superó. Pero éste fue el primero, y todo un ejemplo de que un grupo muy numeroso de personas podía convivir durante tres días sólo por la música.

Historia del movimiento hippy. II parte


Los cincuenta se acababan con el gran evento de la década: la Revolución Cubana (de la que en la actualidad sólo quedan iconos e imágenes, habiendo pasado de revolución popular a dictadura personal). Al mismo tiempo, la guerra fría se había recrudecido, muy especialmente por la experimentación con misiles y la carrera espacial que ambas potencias poseían, llegando en los dos lados a una esquizofrenia enfermiza que desemboca en ambos bandos en espionajes y contraespionajes. En Estados Unidos, es el siniestro senador McCartthy el que aprovecha la paranoia del país para llevar a cabo un auténtico control político sobre políticos y artistas más digno de un régimen fascista, o incluso de la rusia estalinista, que de un régimen democrático. Actores y directores, como Charles Chaplin, músicos como Pete Seeger, o escritores como Ginsberg, sufrieron el vigilante ojo del anticomunismo americano. El punto álgido internacional llegó cuando Fidel Castro, buscando aliados en este teatro, se define comunista y recaba la ayuda de la Unión Soviética: los rusos ponen misiles en Cuba apuntando a Estados Unidos. El momento es tan caliente internacionalmente que incluso el papa Juan XXIII apela al catolicismo de Kennedy para parar una locura. Años atrás, el presidente Eisenhower había acercado posturas con el general Franco, poniendo, a cambio de ayuda económica, bases en diversos sitios, como Rota o Torrejón.
Aquel momento de la guerra fría fue muy determinante: tuvo un tremendo impacto en la mente de muchos, especialmente de jóvenes, que empezaron a plantearse y a cuestionarse la fuerza militar. Fue precisamente el episodio de los misiles cubanos el que inspiraría a Bob Dylan una de sus mejores canciones de la época folk: «A hard rain’s a gonna fall» hablaba del miedo y de la posibilidad de la destrucción total bajo la amenaza de la guerra atómica. El movimiento folk se había renovado con nuevos nombres, como Joan Baez, Judy Collins, Tom Paxton, Richie Havens, y, por supuesto, Bob Dylan, que fue el primero de ellos en tener un éxito popular inequívoco del que muchos expertos aseguran que en cierto sentido fue su muerte artística. No suponía realmente una renovación de temas, pues el pacifismo y la lucha de los derechos civiles fue una constante del folk de los años 50, si bien, puede ser, la dimensión sindicalista hubiera decaído (excepto en Joan Baez). Folksingers blancos y negros se unen en las marchas por los derechos civiles de Martin Luther King.
Por otro lado, el mundo musical sintió la conmoción ante los grupos que venían desde el Reino Unido: los Beatles abrieron la puerta con su rock’n’roll y rythm’n’blues de raigambre americano, tras ellos grupos tan importantes como Rolling Stones, The Who, Kinks, Hollies, Animals… No suponían realmente una revolución de índole social, estrictamente hablando, pero sí una revolución en el mundo juvenil: ellos daban la impresión de no necesitar trabajar, de tener el destino en sus manos, de vivir al margen de lo que la sociedad exigía a los jóvenes: aquella era todavía una época en la que te tomaban en serio a partir de los 25 y no antes. Aunque las canciones pudieran ser frívolas a veces, o no decir nada más que «te quiero, me quieres», sí es cierto que abrían las nuevas posibilidades de una nueva forma de ver las relaciones entre los jóvenes. Sin embargo, estos muchachos todavía no tendrían grandes cosas que decir por ahora.
El panorama bohemio y underground era otra cosa. El mundo del jazz iba por otros derroteros, con nombres como Pharoah Sanders, John Coltrane y otros más; un mundo muy minoritario e intelectual comparado con el beat británico, el soul (rythm’n’blues comercial), el folk (hasta la llegada de Dylan minoritario) o el surf californiano. El nuevo jazz tenía componentes nuevos en el que, desde los días del be-bop, a la libertad creadora del intérprete se sumaban las experiencias lisérgicas. Desde finales de los 50, Timothy Leary y Richard Alpert, profesores de psicología de la universidad de Berkeley, junto al escritor de ciencia ficción Aldous Huxley, habían sintetizado el LSD, a principios como experimento del ejército americano, para desembocar en un elemento de la contracultura generalmente antimilitarista (elemento bastante engañoso). Pronto surgieron en Estados Unidos comunas dedicadas a la experimentación del cuerpo y la introspección mental en las que los sutas budistas e hindúes se unían a la marihuana y al LSD en una supuesta búsqueda de respuestas místicas más inducidas que auténticas. De ellas, la más famosa quizás fuera el grupo activista Merry Pranksters, los alegres bromistas, dirigidos por el escritor Ken Kesey (autor de Alguien voló sobre el nido del cuco) que plasmó las tempranas vivencias del grupo a bordo de un autobús, junto a Neal Cassady (el «musa» de los poetas beats) en el libro La gasesosa de ácido eléctrico (The Electric Kool-Aid Acid Test). Estos exploradores lisérgicos participarían e incluso organizarían las primeras marchas pacifistas contra la guerra de Vietnam y los primeros conciertos propiamente llamados hippies. Ocurrió entonces, hacia 1963 ó 1964, que confluyeron bajo más o menos el mismo objetivo, los exploradores lisérgicos, algunos de los folk-singers, los músicos de jazz, y los grupos de rock-garaje admiradores del pop británico: les unía principalmente el cuestionarse el papel de su país a nivel tanto nacional como internacional.
 

Musicalmente también es una era muy revolucionaria respecto a la música popular. Entre 1964 y 1965, en los locales de California y Nueva York se vive una intensa proliferación de nuevos grupos de folk y de jazz. Uno de ellos, que alcanzó un éxito popular considerable, fue The New Christy Minstrel, autores del popular «Green back dollar», que estuvo compuesto, entre otros, por Jim McGuinn, que luego formaría The Byrds, y Barry McGuire, un cantautor de folk-rock protesta que obtuvo un éxito disimulado con esta canción, obra de P. F. Sloan y Steve Barri, con una letra apocalíptica muy del gusto de la época, influida claramente por Dylan.

Otros grupos que fueron germen de los futuros grupos flok-rock californianos y de rock de San Francisco, fueron The Journeymen, The Mugwumps o Town Criers, grupos estos que no consiguieron el reconocimiento público, pero cuyos miembros triunfarían en distintas formaciones con nuevos lenguajes: de Journeymen saldrían Scott McKenzie (cantante que sólo tuvo éxito con una canción), y John y Michelle Phillips, que junto a los Mugwumps Mama Cass Elliot y Dennis Doherty formarían The Mamas & The Papas; por su parte, otros dos Mugwumps, John Sebastian y Zal Yanovski, formarían el grupo de bluegrass y folk-rock Lovin’ Spoonful.

En 1964 se les siguen considerando betanicks, pero poco poco el murmuro de la palabra «hippie» se va haciendo más claro y audible cuando los estudiantes activistas de izquierdas, los promotores de los derechos civiles, los aventureros lisérgicos y los místicos van confluyendo en algo que era curiosamente concreto e impreciso a la vez movidos por la nueva injusticia global: la guerra de Vietnam. No obstante, el componente político no fue tan determinante en un principio entre los hippies como el misticismo, el rock y las drogas, aunque las primeras manifestaciones contra la guerra de Vietnam vienen prácticamente de manos de líderes activistas inmersos en este nuevo mundo.
En 1967 el mundo hippie tiene su capital en la ciudad californiana de San Francisco, una ciudad abierta y tolerante tradicionalmente, que también había acunado a los antiguos beatnicks y hipsters; y más concretamente en el barrio de Haight Ashbury. Tampoco es casualidad que tuviera una localización geográfica concreta dada la heterogeneidad ideológica de EE.UU: conviene no olvidar que, al igual que los negros, un beatnick o un hippie no podía atravesar los estados sureños con la sensación de sentirse como en casa, al contrario que pasaba con toda California, Nueva York y otras zonas más abiertas a la diversidad cultural. El Haight Ashbury se convierte casi en un ghetto de los hippies, y a él se acercan diversos turistas para contemplar el fenómeno, entre ellos las estrellas del pop británico para ver la nueva música que allí se estaba creando: Grateful Dead, Jefferson Airplane, Quicksilver Messenger Service, Big Brother & The Holding Co., con la maravillosa Janis Joplin al frente, eran los nuevos grupos formados por músicos que venían de antiguas formaciones o aventuras en solitarios de folk, folk-rock o jazz, practicantes de un rock nuevo y refrescado que mezclaba magistralmente el rock y el blues con el folk, el jazz, instrumentos y ritmos orientales, y nuevas visiones musicales en ocasiones inspiradas por el consumo de drogas. Estos grupos tocan juntos en las múltiples salas de música que existían entonces: el Matrix, el Avalon Ballroom, vieron los mejores momentos de estos grupos antes de que las empresas discográficas mancharan su ambición de ser simplemente músicos de San Francisco populares.
En torno a la comunidad de Haight Ashbury surgen diversas propuestas artísticas: música, teatro independiente, poesía…, pero también negocios que traían todo lo que un hippie podía desear: discos, ropa oriental, collares, cuentas, instrumentos musicales contra más exóticos mejor… A parte el negocio subterráneo de la droga, pero junto a esto prolifera la Clínica Médica Gratuita, dirigida a los chicos con problemas de drogas: no se trataba de prevención y rehabilitación, sino de enseñar a como se podía utilizar una droga sin correr riesgos o, por lo menos, los mínimos. Haight Ashbury podía parecer un paraíso urbano, un lugar donde no trabajar y poder dedicarse a la expansión personal y espiritual de uno mismo y de su cuerpo. Pocas cosas había que sacaran a un hippie de su pretendido estado mental de paz espiritual. No obstante, otros entendían las ciudades como trampas mortales en las que se atrapaba y castraba el alma humana, y comprendían que el lugar del hombre era la naturaleza: algunos huyen a los campos y abren granjas donde fundar comunas y vivir de lo que producían (algunas de ellas hoy en día perviven, sustentándose de vender sus productos): la más famosa fue la granja de Hogh Farm.
Junto a las drogas surge el fenómeno del nuevo misticismo, propugnado por los poetas beats y otros pensadores contraculturales. No fue casualidad que el principal grupo hinduista de occidente apareciera a caballo entre Nueva York y el Haight Ashbury: los Hare Krishna. Los auténticos hippies comenzaron estudiando los textos sagrados de la India, China o Japón; algunos, por su parte, practicaban una suerte de neo-paganismo, mientras que otros fijaban su fe en las raíces del cristianismo. Sin duda alguna, a pesar de utilizar las drogas como medio, éste era en principio una práctica honesta y sincera, si bien la santidad de los gurús que permitían el uso de drogas a sus discípulos era bien discutible (si su religión lo prohibía, claro); pero en el momento en que las grandes estrellas del rock y del cine comenzaron a interesarse por estas prácticas, aparecieron multitudes de maestros espirituales que venían de la India, en donde no gozaban del respeto que decían poseer, con el único objetivo de «hacerse la foto» y ganar su espiritualidad a golpe de fama: el ejemplo más sonado fue el del Maharishi Mahesh Yogi, que utilizó las ansias espirituales de los Beatles para obtener fama, además de mostrar un interés más terrenal que espiritual por su discípula Mia Farrow.
El objetivo de los hippies era oponerse a la sociedad bienpensante americana mediante la religión, las drogas, la auto-marginación y las expresiones artísticas. Y en en Junio de 1967 dieron su grito de afirmación en el Festivla Pop de Monterrey, en donde actuaron sin cobrar (excepto Ravi Shankar, por aquello de tener que volver a la India) los nuevos grupos de rock de San Francisco, los grupos de blues, algunas estrellas del pop británico, junto al gigante del soul Otis Redding y al maestro sitarista Ravi Shankar.

Aunque opuesto a toda guerra, el hippie pretendía vivir al margen de cualquier activismo político, lo cual no le impedía participar en las manifestaciones por la paz/ contra la guerra. Se produce entonces una escisión dentro de ellos, quedando divididos entre activistas y pasotas. El activista solía ser un estudiante o poseer una gran cultura, pero más que místico su tendencia mental iba hacia el socialismo, y, en muchos casos, eran pacifistas pero no pacíficos. El pasota, por su parte, era el hippie en sentido estricto, con tendencia automarginativa e ideas, a veces, demasiado utópicas, frente al activista, que siempre optaba por la práctica. El activista siempre criticaba la falta de acción del pasota, al que acusaba de querer cambiar el mundo a base de canciones y oraciones, o de no querer cambiarlo en absoluto mientras siguiera existiendo su isla, mientras que el pasota le acusaba de querer cambiar el mundo para su beneficio al tiempo que inventaba el bonito término de lunático del poder. Un buen ejemplo de crítica contra los activistas es la canción de los Beatles «Revolution». Por lo general, los músicos suelen practicar el pasotismo, sin desdeñar sus buenas dosis de activismo: los hippies no eran tan políticos en la música como posteriormente se ha pretendido, aunque sintieran simpatías por movimientos como los Panteras Negras y sus equivalentes indios, portorriqueños y asiáticos; sólo hay un número contado de casos en los que la política es un factor determinante en la creación artística, como los Jefferson Airplane, los Who, Country Joe & The Fish, además de los folksingers y cantautores. Sin embargo, en 1968 los pacíficos Human Be-In y Tribal Stomps que venían realizándose desde 1966 fueron adquiriendo un cariz cada vez más político. De una manera feroz, las concentraciones dejaron de ser pacifistas y utópicas para convertirse en batallas callejeras. Fue, no obstante, un huracán que recorrió casi todo el mundo: el mayo francés, la Primavera de Praga, la matanza en la Plaza de las Tres Culturas en México, y nuestras primeras (descartando las del 56) revueltas estudiantiles. También se notó en sus ropas, que comenzaron a alternar los motivos orientales con ropas militares, motivos socialistas y camisetas con la efigie del «Che» Guervara. El año 68 fue el momento culmen en el que nuevas ideologías desafiaban tanto al status capitalista como al comunista que se habían establecido tras la 2ª Guerra Mundial. A partir de ese año, todas sus exhibiciones estarían fuerte y ferozmente marcadas por un halo político antimilitarista.
El otro gran éxito de los hippies fue el concierto multitudinario de Woodstock en 1969, cuya cifra de asistentes se aproximó de manera muy simbólica a la del número de combatientes que había en Vietnam. Pero la década de los 70 venía pisando fuerte, trayendo consigo un huracán de violencia y atentados terroristas de diversos símbolos, borrando los buenos sentimientos hippies que, aunque subsistiendo en las comunas y en las granjas, fueron desapareciendo por una razón: se pasó de moda, venían nuevas generaciones con nuevas demandas y cada vez más se contemplaba a los hippies como una rareza del pasado.

Los hippies no fueron más que, en muchos aspectos, otro movimiento juvenil con ansias de cambiar el mundo, cosa que consiguieron en parte pero sin librarse de que a la mayoría de ellos, como en todo movimiento juvenil, el mundo les cambiara. Como todo movimiento juvenil tuvo sus cosas buenas y sus cosas malas, frente a los maniqueísmos de considerarlos la mejor generación del s. XX o una panda de degenerados morales.
Hay que entender que como movimiento aparecen en una de las épocas más feroces de la guerra fría, con un nuevo frente comunista amenazante desde el Caribe. El ambiente de tensión, violencia, patriotismo exacerbado y militarismo promovió la necesidad de alejarse de un mundo regido tradicionalmente por las armas y buscar refugios en diversos paraísos artificiales, para poder explorar las profundidades del alma humana. Como radicalmente opuestos a la política de su país y promotores naturales de la lucha por los derechos civiles, los hippies no eran bien considerados por las instituciones clasistas y racistas de sus países; no en vano pueden afirmar, incluso con más derecho que sus predecesores beatnicks, haber sido el primer movimiento-moda juvenil totalmente inter-racial: mientras que los rockers eran generalmente blancos, y los funkies negros, o había un rock’n’roll blanco y otro negro, los hippies no reconocían colores: para ellos era perfectamente normal que un blanco tocara blues y un negro country’n’western. Fundaron gracias a sus nuevas conciencias movimientos que han tenido una importancia indiscutible: el movimiento ecologista fue re-fundado por ellos prácticamente. Lo mismo se puede decir respecto a las ideas de igualdad de sexos y de tolerancia sexual; también las ideas renovadas de igualdad y fraternidad propiciaron un cambio en la forma de ver las relaciones entre los seres humanos y sus culturas desde el respeto y sin «centrismos» culturales de ninguna clase.
Pero tuvieron sus defectos, de entre ellos el más grave fue el abuso de las drogas: desde los planteamientos de Leary y Alpert y otros, los hippies buscaron en las drogas aquel remanso de paz y sintonía espiritual que decían que los indios americanos, los shaivas (adoradores de Shiva) y otros obtenían gracias a su consumo propiciada por una visión bastante sesgada de estas culturas. Las drogas, lejos de enriquecer a la cultura del movimiento hippie, en realidad contribuyó a su destrucción y a propagar la visión de viciosos que de ellos se tenían, una publicidad alimentada por las sucesivas muertes de sobredosis de las grandes estrellas del rock: Brian Jones, Janis Joplin, Jim Morrison, Al «Blind Owl» Wilson, Ron «Pigpen» McKernan… Ante esto siempre cabe preguntarse si no fueron los servicios secretos americanos, al igual que a todas vistas parece que hicieron en los barrios negros, quienes promovieron la introducción y el consumo de drogas cada vez más peligrosas en el mundo hippie. A parte de los supuestos espías soviéticos, el enemigo interior que el gobierno americano decía tener era triple: los negros, los estudiantes y los hippies.
Pasaba algo parecido con la libertad sexual o con el marketing. Los hippies fueron víctimas de sus propios vicios: muy pronto la revolución de la conciencia, la libertad sexual y el hacer lo que quieras sinceros y honestos de algunos en principio, atrajo a un número importante de oportunistas a los que las revoluciones les importaba un pito: querían drogas y sexo nada más. Parecido era lo de la exploración espiritual, la cual, una vez fue manifestada por las millonarias estrellas musicales y cinematográficas su afición atrajo a un número significativo de gurús gorrones y charlatanes que, aprovechándose de la inocencia o ignorancia de las estrellas del rock, llegaron a desvirtuar en moda lo que en sus lugares de origen eran religiones serias y repetadas. El elemento bohemio y marginal que habían sido desde el año 64 comenzó a ser un negocio cuando las estrellas del pop británico comenzaron a practicar (o a intentarlo) ese estilo de vida: de repente, entre un grupo de gente que afirmaba despreciar el dinero se comenzó a mover un importante negocio de miles de dólares en la industria discográfica: ser hippie, en algunos sitios, estaba de moda. Pocas veces el utopismo de un mundo sin dinero basado en el respeto a los demás dio sus buenos resultados: Woodstock y Monterrey fueron magníficos, pero también está el desastre de Altamont protagonizado por los Rolling Stones, del que ya hablé un día. El dólar, enemigo declarado de los hippies en un principio, entró entre ellos para destruirlos de la manera más atroz en la que se puede destruir un movimiento juvenil: la frivolización de sus principios en estética y pseudo-elementos; abundan grupos de pop ñoños y frívolos que hacían letras bastante naïves con una pretendida y falsa base hippie.
Si bien los Rolling Stones pecaban de excesiva terrenalidad, los Beatles pecaban de excesiva espiritualidad. La marginación política por la que finalmente la mayoría optaban tenía también su cara y su cruz: se puede entender que ante la tensión, la violencia y el patriotismo exacerbado uno prefiriera apartarse del mundo; pero esto tenía su efecto negativo en lo tocante a las reivindicaciones serias de entonces, ya que se adquiría así cierto halo malsano de esnobismo intelectual muy perjudicial por un lado, y un egoísmo injustificado. Por supuesto hablamos sólo de los pasotas, los auténticos hippies, pues los activistas compartían ciertas pautas y estética, pero porque toda época tiene su estética. Esto fue muy notable también en nuestro país, cuando empezaron a instalarse en Ibiza parecían ignorar que existía una dictadura viva y operante.
En España, el hippismo entró diez años después de lo que se puede considerar su nacimiento, como ha venido siendo la tendencia de este país respecto a las modas y a las músicas, de la mano de Pau Riba, Jordi Batiste o Hilario Camacho, entre otros, dando lugar a grupos de tendencias psicodélicas y de rock progresivo sobre todo en Andalucía y Cataluña: Smash, Triana, Iceberg, Gong, Companyia Elèctrica Dharma, Barcelona Traction… Pero también de otros lugares: Dolores, los gallegos NHU, los vascos Errobi… No obstante, el hippismo a la americana no se entendió muy bien aquí, ya que conllevaba la marginación voluntaria y la no acción política. Dicen las malas lenguas que los que de aquí se hicieron hippies eran niños ricos que podían jugar a hippies y que, cuando se cansaran, podrían volver al puesto que su papá le tenía asignado en la empresa o en el negocio familiar (no sé hasta qué punto de verdad esto fue verdad, pero también se podía decir lo mismo de ciertos activistas).

Los hippies contribuyeron a cambiar el mundo de entonces, no se puede negar. Pero pagaron un precio muy alto, sucumbiendo a sus contradicciones, a sus vicios, quizás por ellos mismos, quizás por una mano negra que mueve los hilos hasta del mismo presidente de los Estados Unidos…

Otis


 

Otis Redding, ¡éste sí que era una bestia!

 
Ambas actuaciones son del Festival Pop de Monterrey, uno de los últimos conciertos que pudo dar antes de su absurda muerte.
A %d blogueros les gusta esto: