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Pablo Neruda’s “Para mi corazón basta tu pecho”, sung by Paco Ibáñez


Paco canta NerudaThis is a very beautiful musicalization of Pablo Neruda’s poem number 12, of his Twenty Love Poems and a Song of Despair, made by the great songwriter Paco Ibáñez, acompanied by the Argentine Cuarteto Cedrón, recorded on an album of 1977 Paco Ibáñez canta a Pablo Neruda (“… sings Pablo Neruda”), a record that seems to be lost in his discography.

And now the usual note when I translate the great poets: this “translation” must be taken just like an aproximation.

12

(Para mi corazón basta tu pecho)

Para mi corazón basta tu pecho,
para tu libertad bastan mis alas.
Desde mi boca llegará hasta el cielo
lo que estaba dormido sobre tu alma.

Es en ti la ilusión de cada día.
Llegas como el rocío a las corolas.
Socavas el horizonte con tu ausencia.
Eternamente en fuga como la ola.

He dicho que cantabas en el viento
como los pinos y como los mástiles.
Como ellos eres alta y taciturna.
Y entristeces de pronto, como un viaje.

Acogedora como un viejo camino.
Te pueblan ecos y voces nostálgicas.
Yo desperté y a veces emigran y huyen
pájaros que dormían en tu alma.

(For my heart your breast is enough)

For my heart your breast is enough,/ for your freedom my wings are enough./ From my mouth shall reach for the sky/ that what was sleeping upon your soul.// It’s in you the hope of every day./ You come just like the dew to the corollas./ You undermine the horizon with your absence./ Eternally on the run just like the wave.// I’ve said that you were singing in the wind/ like the pine trees and like the masts./ Just like them, you are tall and taciturn./ And suddenly you grow sad, like a travel.// Homely like an old road./ Echoes and nostalgic voices prove you./ I woke up and sometimes the birds that were sleeping in your soul/ migrate and run away.

Pablo Neruda

Barcelona, March 2012

León Felipe’s “Vencidos”


http://laescribania.wordpress.com/2010/11/13/leon-felipe-un-exiliado/León Felipe, born as Felipe Camino Galicia de la Rosa (1884-1968), was one of the most important Spanish poets, since the 20s til his dead in 1968. His first poem book, Versos y oraciones del caminante (Verses and prays of the Walkerman) was edited in 1920. León Felipe couldn’t be framed in any of the principal poetic ways of the 20s: neither a vangardist, a clasicist or a revolutionary, but a poet with simple poems in free verse, perhaps alike Antonio Machado. The war and the exile, later, made of him one of the most fierce revolutionary poets, with a strong humanist thought. León Felipe was such aesthetic as revolutionary in his very particular poetry. He died in Mexico City, in 1968. This poem belongs to his first book: the figure of Don Quixote was used by León Felipe many times, as a symbol of the real Spanish spirit, and as a personal symbol of himself too: always dreaming, always fighting against windmills, and always getting beaten and tired. Later, he made an union of Don Quixote and Jesuschrist.

Again, I must to tell that this is just an aproximation, and shouldn’t be used for professional or academic purposes. If you like it, you better look for good editions in your language, better if it’s bilingual.

The poet recites his own poem; recorded in «León Felipe y su intérpretes» (RCA 1977)

Vencidos

Por la manchega llanura
se vuelve a ver la figura
de Don Quijote pasar…

Y ahora ociosa y abollada va en el rucio la armadura,
y va ocioso el caballero, sin peto y sin espaldar…
va cargado de amargura…
que allá encontró sepultura
su amoroso batallar…
va cargado de amargura…
que allá «quedó su ventura»
en la playa de Barcino, frente al mar…

Por la manchega llanura
se vuelve a ver la figura
de Don Quijote pasar…
va cargado de amargura…
va, vencido, el caballero de retorno a su lugar.

Cuántas veces, Don Quijote, por esa misma llanura
en horas de desaliento así te miro pasar…
y cuántas veces te grito: Hazme un sitio en tu montura
y llévame a tu lugar;
hazme un sitio en tu montura
caballero derrotado,
hazme un sitio en tu montura
que yo también voy cargado
de amargura
y no puedo batallar.
Ponme a la grupa contigo,
caballero del honor,
ponme a la grupa contigo
y llévame a ser contigo
pastor.

Por la manchega llanura
se vuelve a ver la figura
de Don Quijote pasar…

http://www.ucm.es/info/especulo/bquijote/q_leonf2.htm

Defeated

All along the Manchega plains/ it’s seing again the shape/ of Don Quixote passing by…// And now idle and battered upon the gray goes the armor,/ and the knight is going idle, without breastplate and without backplate…/ he goes charged with bitterness…/ for his amorous battling/ found a sepulture…/ he goes charged with bitterness…/ for there “stood behind his fortune”*/ at the beach of Barcino, in front of the sea…// All along the Manchega plains/ it’s seing again the shape/ of Don Quixote passing by…/ he goes charged with bitterness…/ the knight, defeated, goes back to his place.// How many times, Don Quixote, by that same plain/ at the times of discouragement I look you passing by just like that…/ And how many times I shout to yo: make me a site on your mount/ and take me to your place;/ make me a site on your mount/ beaten knight,/ make me a site on your mount/ because I go charged with/ bitterness too/ and I cannot battle./ Put me on the rump with you,/ knight of honour,/ put me on the rump with you/ and take me to be with you/ a shepherd.// All along the Manchega plains/ it’s seing again the shape/ of Don Quixote passing by…

León Felipe

Gustave_Doré_-_Miguel_de_Cervantes_-_Don_Quixote_-_Part_1_-_Chapter_1_-_Plate_1_'A_world_of_disorderly_notions,_picked_out_of_his_books,_crowded_into_his_imagination'* Real quote from Don Quixote, but the translation is mine, not taken from an English edition. The context of the poem follows the endings of Don Quixote: at the beach of Barcino (Barcelona), Don Quixote is challenged by the Knight of the White Moon (Caballero de la Blanca Luna), who is a disguised man from his village: if he loses, he shall get back to his village. And so it was. When he is at his deathbed, he takes the decision of make himself a shepherd. The most of the academics read this as a literary symbol, almost biographic, of the own Miguel de Cervantes: a reference to his pastoral novel, La Galatea. Perhaps, other criticist might see in this a metaphore of the history of literature, when, at the aftermath of Middle Age and the beginnings of Modernity, the writers, the poets, left behind the genre of knights and begun to write bucolic poetry (for example, the love between shepherds writen by Garcilaso de la Vega).

Contrary to popular belief, this poem, at its beginnings, didn’t talk about the Spanish civil war, the defeated Spanish Republic, nor the exile, as can be noted in the date of edition. But later, as it’s natural, many people used in this way. So, the popular songwriter Joan Manuel Serrat sung his own version, probably in this spirit, but not necessarily:

From his succesful LP “Mediterráneo” (1971)

Con la mochila a cuestas V (Homenaje a Labordeta): el trovador


Cuando decimos que Labordeta es un trovador nos referimos a la figura estricta del trovador medieval: un creador que no concebía la música sin poesía y viceversa, y que a la vez, se nutría de las artes populares y aspiraba a que sus obras sean conocidas en el pueblo, cosa que se hacía a través de los juglares; sin embargo, en el sentido de cercanía con el pueblo, Labordeta, como el resto de sus compañeros, era un juglar (un coplero, un romancista, un folklorista, etc.) Así pues, como cantautor, o “escribe-autor” como él prefería, Labordeta entendía el cantar siempre con una letra con signo poético y que además tuviera una cierta utilidad.

El poeta

y1p5Zre_QaDqR-JQG49KE5zkYNw2_h65aOUwZtM3ttm5Yvn_zdW4RT3tgqtERLgBKQOReZKG0adS_k Según José Antonio, su hermano mayor, Miguel Labordeta (1921-1969), supuso en su vida el 97 % de las cosas que él era. Es justo reivindicar, junto a la figura de J. A. Labordeta, la de su hermano Miguel, un poeta prácticamente olvidado para la mayoría, pero de una gran calidad. Miguel, licenciado en Historia, escribió su primer libro en 1945, Sumido 25, en el ambiente de la naciente poesía de posguerra, que más adelante se conocerá como Generación de los 50 (aunque esta denominación es muy confusa y suele ser muy excluyente, por lo que siempre hemos pretendido evitarla): la reciente tragedia de la guerra civil y de la II Guerra Mundial, las reflexiones sobre el ser humano que esto conllevó, la desesperación del poeta y su esfuerzo por ofrecer alguna esperanza… Miguel escribe en las revistas literarias punteras de posguerra como Espadaña y otras, que se oponían al clasicismo y al garcilasismo falso, pedante y oficial (revista Garcilaso, grupo Escorial, J. Mª Pemán, etc.) junto a los poetas más rutilantes como Blas de Otero, José Hierro, Gabriel Celaya, Gloria Fuertes, Eugenio de Nora… y también aquellos que escribían en sus lenguas maternas, que suelen ser injustamente excluidos por esta razón: Salvador Espriu, Celso Emilio Ferreiro, Gabriel Aresti… Miguel funda revistas y edita libros al mismo tiempo que se ocupa, primero, de la docencia en el colegio Santo Tomás de Aquino (propiedad de la familia y dirigido por su padre), y después, de la dirección del mismo. Muchas de las cosas que José Antonio hizo a lo largo de su vida, lo hizo aconsejado por su propio hermano, en quien además encontró a menudo un aliado en sus aspiraciones.

Miguel Labordeta moría en agosto de 1969; la colección “Fuendetodos” se abrió con su último libro de poemas. Es encomiable la labor de José Antonio en la reivindicación y recuperación de la obra de su hermano, no sólo cantando sus canciones, sino además promocionando la edición de sus obras completas, para lo cual siempre contó con la inestimable ayuda de los amigos de su hermano, que siempre estaban ahí cuando los necesitó.androsbig

De Miguel, Labordeta tomó mucho de su universo poético, a pesar de que su hermano no creía en una poética ni exclusivista ni  populista, pero toda esa reflexión sobre la humanidad, el mundo, la visión de uno mismo en la sociedad que le tocó vivir, tendrá su sello sobre la misma poética de José Antonio, quien no sólo escribía para cantar, sino también para publicar. Labordeta escribió muchos libros, muchos de poesía, que se encuentran aquí: http://www.10lineas.com/labordeta/libros.htm. Por otra parte, los discos de Labordeta tenían una peculiaridad que se puso más o menos de moda entre los cantautores: el disco-libro: su primer sencillo, Cantar y callar (1968) tenía este formato, un libro de sus poemas que incluía un vinilo de 45 Rpm. con cuatro canciones; con alguna diferencia, básicamente éste fue el formato de todos sus discos, uniendo de alguna manera el mundo editorial y el mundo discográfico, que de alguna manera venía a legitimar la tan denostada profesión de “cantante popular”.

Labordeta siempre fue un cantautor de los que una vez llamamos “autónomos”, es decir, de aquellos que, como Pablo Guerrero, Luis Eduardo Aute, Raimon, Lluís Llach o Pi de la Serra, son autores de la mayoría de las letras de sus canciones, frente a los otros, que o bien cantaban exclusivamente letras de poetas consagrados (Paco Ibáñez, Amancio Prada), o bien las alternaba con las suyas propias casi al 50 % (Joan Manuel Serrat); pero Labordeta encontró sitio para cantar a un poeta: a su hermano. Las canciones de Miguel que Labordeta cantó fueron “Puesto que joven azul de la montaña ha muerto”, “Retrospectivo inexistente” (recitado durante la grabación de uno de los recitales en homenaje a Miguel, que salió como Labordeta en directo), “Tú cantarás por todos” y “Hermano hombre”. Y muchos seremos los que no olvidaremos su emotiva intervención en el Congreso de los Diputados, tratando de meter en razón al presidente del gobierno para que no apoyara la guerra de Iraq leyéndole un poema de su hermano:

Mataos… SEVERA CONMINACIÓN DE UN CIUDADANO DEL MUNDO

Mataos,
pero dejad tranquilo a ese niño que duerme en una cuna.
Si vuestra rabia es fuego que devora al cielo
y en vuestras almohadas crecen las pistolas:
destruios, aniquilaos, ensangrentad
con ojos desgarrados los acumulados cementerios
que bajo la luna de tantas cosas callan,
pero dejad tranquilo al campesino
que cante en la mañana
el azul nutritivo de los soles.
Invadid con vuestro traqueteo
los talleres, los navíos, las universidades,
las oficinas espectrales donde tanta gente languidece,
triturad toda rosa hallad; al noble pensativo,
preparad las bombas de fósforo y las nupcias del agua con la muerte
que han de aplastar a las dulces muchachas paseantes,
en esta misma hora que sonríe
jpor una desconocida ciudad de provincias,
pero dejad tranquilo al joven estudiante
que lleva en su corazón un estímulo secreto.
Inundad los periódicos, las radios, los cines, las tribunas
de entelequias, estructuras incompatibles,
pero dejad tranquilo al obrero que fumando un pitillo
ríe con los amigos en aquel bar de la esquina.
Asesinaos si así lo deseáis,
exterminaos vosotros: los teorizantes de ambas cercas
que jamás asiríais un fusil de bravura,
pero dejad tranquilo a ese hombre tan bueno y tan vulgar
que con su mujer pasea en los económicos atardeceres.
Aplastaos, pero, vosotros,
los inquisitoriales azuzadores de la matanza,
los implacables dogmáticos de estrechez mentecata,
los monstruosos depositarios de la enorme Gran Estafa,
los opulentos energúmenos que en alza favorable de cotizaciones
preparáis la trituración de los sueños modestos
bajo un hacha de martirios inútiles.
Pisotead mi sepulcro también,
os lo permito, si así lo deseáis inclusive y todo,
aventad mis cenizas gratuitamente
si consideráis que mi voz de la calle no se acomoda a vuestros fines suculentos,
pero dejad tranquilo a ese niño que duerme en una cuna,
al campesino que nos suda la harina y el aceite,
al joven estudiante con su llave de oro,
al obrero en su ocio ganado fumándose un pitillo,
y al hombre gris que coge los tranvías
con su gabán roído a las seis de la tarde.
Esperan otra cosa.
Los parieron sus madres para vivir con todos,
y entre todos aspiran a vivir, tan sólo ésto,
y de ellos ha de crecer, si surge,
una raza de hombres con puñales de amor inverosímil,
hacia otras aventuras más hermosas.

(He intentado encontrar, sin éxito el vídeo, pero siempre que lo veo, mientras que mi admiración a Labordeta y a su hermano mayor crece, al ver la cara de fastidio y de asco del señor d. José María Aznar, mi desprecio y rencor hacia aquel que fue nuestro presidente del gobierno, bajo el cual muchos dicen que conocimos (¿-imos?) un tiempo de bonanza, crecen inconmensurablemente: aquello fue otro “Unamuno Vs. Millán Astray”, un la razón contra la violencia. Sólo la historia pondrá a cada uno en su sitio, y de hecho ya ha comenzado a hacerlo.)

Acabamos esta entrega con el homenaje de José Antonio a su hermano Miguel. Metido ya en el mundo de la canción, en la Semana Santa de 1969, Labordeta escribió la letra de “El poeta”, probablemente pensando en todos aquellos poetas españoles que habían puesto su pluma al servicio del pueblo y que habían muerto represaliados o estaban exiliados, o murieron en el exilio; como él mismo dice, tardaba mucho en grabar las canciones que escribía, así que, cuando en agosto de ese mismo año, durante sus vacaciones estivales, supo de la muerte de su hermano mayor, decidió cambiar el sentido de su canción y dedicársela a la memoria de su poeta favorito:

El poeta

(A Miguel Labordeta, mi hermano)

Él quiso ser
palabra sobre el río al amanecer,
y caminó
por viejas esperanzas que nadie entendió.
Dejó pues
la mano entre las manos y se nos marchó
con un suave silencio
que el viento rompió

    Su gesto fue
    dolido por el caminar
    entre yerbas y piedras
    y un extenso erial.

Su voz se ató
al yermo del paisaje y a la sangre en flor.
Se hizo pared
allí donde los muros cayeron tras él.
Su soledad
abrió por los caminos la necesidad
que levanta a los hombres
a la libertad.

   Caminos son
   abiertos por su fuerte voz
   lanzada contra cierzo y sol
   y contra tantos siglos de dolor.

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Historia de la canción de autor: cuando el cantante deviene poeta


A pesar de lo extenso de la entrada anterior sobre la relación entre canción y poesía, pienso que algo coja quedó y que tenía que completarla con una segunda entrada. La entrada anterior podríamos considerarla acerca del cantante como intérprete de poesía; esta va sobre el cantante como poeta. 

Hablábamos ayer sobre el poeta: a mediados de los años 30 en España, como ya ocurriera en otros países, debido a las tensiones y a la lucha social, el poeta descubre que él puede contribuir de una manera u otra; muchos poetas afamados acaban militando en el PCE, y otros surgen de este partido, o de los entornos anarcosindicalistas, o simplemente son voceros de la justicia sin militar claramente en nada, como León Felipe. Es decir, el poeta adquiere un compromiso con su tiempo y admite una responsabilidad moral y política, liberándose así de años de elitismo intelectual (o al menos intentándolos). Pero, cuidado: los poetas de ultra-derecha sintieron lo mismo, y no quisiera yo apoyar aquello que dijo Primo de Rivera acerca del papel profético-conductor (de dux, -cis, palabra latina que devino en otras como duce o führer o caudillo) tomada de las teorías estético-filosóficas de Schopenhauer y Nietzsche deformados por el fascismo y el nacional-socialismo… No, yo hablo del poeta como hombre, no como profeta o líder, como dijo el gigante andino:

Tú piensas que eres distinto
porque te dicen poeta,
y tienes un mundo aparte
más allá de las estrellas.
De tanto mirar la luna
ya nada sabes mirar,
eres como un pobre ciego
que no sabe adónde va.
Vete a mirar los mineros,
los hombres en el trigal,
y cántale a los que luchan
por un pedazo de pan.
Poeta de tierras rimas,
vete a vivir a la selva,
y aprenderás muchas cosas
del hachero y sus miserias.
Vive junto con el pueblo,
no lo mires desde afuera,
que lo primero es ser hombre,
y lo segundo, poeta.
De tanto mirar la luna…

«El poeta», Atahualpa Yupanqui
 

El poeta que nace preocupado por su tiempo, dando lugar a la llamada poesía testimonial, mira la realidad de su tiempo: denuncia, reivindica y canta al hombre común, no a los reyes ni a los sacerdotes ni a los señores. Para ello, a partir de 1934, el poeta retoma formas arcaizantes como el romance, el soneto, etc., más fáciles de entender y de recordar para un pueblo poco culto, pero ávido de palabras. Tras la derrota en la guerra civil, el poeta pasa de animar a la batalla a dar esperanzas: cuántos paisanos no se sintieron reflejados en los versos de prisionero de Miguel Hernández, en los versos de exiliado de León Felipe, Rafael Alberti o José Bergamín, cuántos no lloraron al oír palabras de esperanza.
Es esta poesía de los años 40 la que inspira a los poetas testimoniales de la Generación del 50, a Aresti y a Ferreiro: una poesía de denuncia social, surgida casi al mismo tiempo que la novela realista y social, como Tiempo de silencio de Luis Martín Santos; se trata de una nueva poesía que pasa del cultismo y el elitismo propugnado por los poetas de régimen, que habla de lo que acontece al hombre de la calle e intenta darle esperanza. El poeta, con el don de la palabra, es consciente de que no sirven las viejas fórmulas de hablar al hombre: ahora se trata de ponerse al lado del hombre, de compartir con él sus miserias, alegrías y esperanzas. La nueva poesía humanista, elaborada dentro y fuera del país en los cuatro idiomas cooficiales es la más perfecta para un tiempo en dónde sólo cupiera la espera y el miedo.
 

Los cantantes que fueron inspirados por esta forma de hacer la poesía comprendieron esa responasabilidad de situarse junto al hombre y la mujer: el poeta no es un sabio, no es un iluminado, es un hombre. La palabra está viva: si no se acepta este axioma no hay nada que hacer; hay vida en el verso que puede crear vida. El cantante que entienda esto debe poner la música adecuada a la palabra: así pervivió aquel proyecto de poesía y música popular. El cantante que hace esto adquiere unos compromisos con el pueblo a los que no se puede negar:

Si se calla el cantor,
calla la vida…
No callarán jamás
de frente al crimen.

«Si se calla el cantor», Horacio Guarany y Mercedes Sosa 

¿Qué compromisos adquiere? Los mismos que el poeta: debe ser portador de fe y creyente; «Creo en el hombre», dice Blas de Otero… El cantor y el poeta no deben fingir, deben hacer lo que creen, y venir a hablar sin situarse a un nivel superior a aquellos a los que habla y, sobre todo, no distraerse, no practicar la futilidad del verso ni la frivolidad:

Y es que el canto que no sirva para todos,
ese canto que ni abrigue ni despierte
es un lujo inaceptable por sí sólo,
 

es una pompa de jabón sobre un susurro,
es un paso en el vacío, es un hueco,
la cienmilésima parte de un murmullo,

porque el que canta bajo canta solo
y es el suyo un canto para adentro,
y racionan la voz y dan un poco,
y así transforman demandas en lamentos;

 

«Sonetos 37/ 73», Patxi Andión


El poeta, además, ha de ser consciente que cantará-escribirá para los demás:

No es más hondo el poeta en su oscuro subsuelo,
su canto asciende más alto en el aire
cuando ya es de todos los hombres.

«Poetas andaluces», Rafael Alberti


De esta manera el cantor deviene poeta. Y de qué manera: surge la canción poética, y dentro de ella un estilo curioso: alternar recitados con cante; tenemos ejemplos maravillosos de recitadores que consiguen poener los pelos como escarpias en algunos de los cantantes, como José Antonio Muñoz, de Aguaviva, Juan José Oña, de Jarcha, y, sobre todo, Patxi Andión. El cantor ahora puede hacer dos cosas, sin que deje de hacer la otra:

  1. Convertirse en portavoz de los poetas: cantar para difundir la obra de los grandes poetas como hicieron Paco Ibáñez, Joan Manuel Serrat o Amancio Prada y otros con los poetas castellanos los tres, catalanes y gallegos los dos últimos respectivamente también;
  2. Crear una poesía nueva, auténtica y original como hicieron Pablo Guerrero, Aute, Xabier Lete, Antton Valverde, Labordeta, Manuel Gerena etc.

Sería necesario volver a repetir que aunque el componente político es ciertamente importante, no es tan determinante como la poesía por la poesía; aún así, fuera verdad o no, el hecho de que Serrat -por poner un ejemplo de un cantautor entre la música «profunda» y el «superestrellato» musical- cantara algunos de los versos menos políticos de Machado, Hernández o «La paloma» de Alberti implica ya una intencionalidad política bien clara, pero no tanta como literaria. Hay que notar que esto en su caso no obedeció a una moda pasajera para sacar dinero, como en el caso de algunos cantantes arrivistas y aprovechados que no citaré aquí, sino a un auténtico, original, sincero y honesto intento de difundir y aproximar la poesía a un pueblo altamente inculto todavía a finales de los 70, a pesar de las prohibiciones y la castración censora. La muestra es lo que consiguieron algunos de aquellos que fundamentalmente crearon una nueva poesía: la publicación de sus canciones en libros de poesías, aunque muchos eran poetas antes que cantantes, y que incluso tenían poemas escritos sobre la poesía, como estos «Sonetos 37/ 73» de Patxi, o «La poesia» de Pi de la Serra («Ha de ser honest el poeta», dice Quico), «La poesía es palabra» de Aute, o «Manifiesto» de Víctor Jara («… no las lisonjas fugaces ni las famas extranjeras, sino el canto de una lonja hasta el fondo de la tierra»).
En conclusión, muchos de ellos consiguieron ser respetados como poetas más tarde, o como portavoces de los poetas: el hecho de que la gente aprendiera y coreara los poemas de Alberti en la voz de Paco Ibáñez, se cite en todos los libros de Lengua y Literatura el disco de Serrat Dedicado a Antonio Machado, poeta, o -como anécdota- se venda en Australia a través de internet un libro de poemas de Manuel Gerena bajo el sello de «Literatura española» no es futil ni baladí. Más adelante incluiremos un dossier de canciones que son reflexiones sobre la poesía.

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