Well there goes another day Now I wonder why You and I Keep telling lies I can’t believe that what you say ‘cause tomorrow’s lullaby can’t passify my lonesome crying Make believe that’s all you know And to make believe is a game A child’s rein You’ve changed your name So sadly I watched the show I watched you became Truth is the shame Yeah, too much pain
La reclamación de fama de un niño
Pues ahí se va otro día/ Ahora me pregunto por qué/ tú y yo/ seguimos diciendo mentiras/ No puedo creer en eso que dices/ porque la nana de mañana/ no puede pacificar/ mi llanto solitario/ Haces creer que es todo lo que sabes/ y hacer creer es un juego/ La rienda de un niño/ Has cambiado tu nombre/ Muy tristemente contemplé el espectáculo/ Te vi transformarte/ La verdad es la vergüenza/ Sí, demasiado dolor.
Tras el huracán del folk-rock y la revolución eléctrica para el folk, y lírico-melódica para el rock, fueron muchos los grupos que fueron apareciendo en Estados Unidos, especialmente en California, practicantes de la mezcla de música tradicional y pop al estilo británico. Uno de ellos fue Buffalo Springfield, un grupo de folk-rock, country y bluegrass que fueron los grandes pioneros del estilo country-rock, a pesar de su corta vida, aunque no así la de la mayoría de sus miembros. El grupo contó con Stephen Stills, Neil Young (canadiense), Jim Messina, Richie Furay, Dewey Martin y Bruce Palmer; comenzó sus andanzas en 1966 y finalizó en 1968. Algunos de sus componentes formarían los primeros y más influyentes conjuntos de country-rock: Stephen Stills fundaría junto a David Crosby, de los Byrds, y Graham Nash, de los Hollies, el grupo al que se uniría Neil Young, que tuvo ciertos trabajos en solitario, Crosby, Stills, Nash & Young; y, por su parte, Richie Furay y Jim Messina fundarían Poco. Neil Young, además, fundó Crazy Horse, otro gran grupo de country-rock.
Su primer álbum, en 1966, que llevaba por título, como suele ser costumbre, el nombre de la banda, se abría con una canción que quedó como un himno del activismo de los años 60 nada más aparecer. “For what it’s worth” es una canción que narra aquellas primeras manifestaciones, promovidas generalmente por el movimiento estudiantil, contra la guerra de Vietnam: concretamente habla de las revueltas de Sunset Strip. Más que criticar, nos narra el ambiente de esas manifestaciones, el miedo cuando aparece la policía y todo se viene abajo, etc. Su posicionamiento, sin embargo, se ve claro, y, de alguna manera, vaticina con dos años de antelación las movilizaciones del año 68:
El vídeo, como reconoce el usuario, contiene imágenes de Jefferson Airplane
For what it’s worth
There’s something happening here What it is ain’t exactly clear There’s a man with a gun over there Telling me I got to beware
I think it’s time we stop, children, what’s that sound Everybody look what’s going down
There’s battle lines being drawn Nobody’s right if everybody’s wrong Young people speaking their minds Getting so much resistance from behind
I think it’s time we stop, hey, what’s that sound Everybody look what’s going down
What a field-day for the heat A thousand people in the street Singing songs and carrying signs Mostly say, hooray for our side
It’s time we stop, hey, what’s that sound Everybody look what’s going down
Paranoia strikes deep Into your life it will creep It starts when you’re always afraid You step out of line, the man come and take you away
We better stop, hey, what’s that sound Everybody look what’s going down Stop, hey, what’s that sound Everybody look what’s going down Stop, now, what’s that sound Everybody look what’s going down Stop, children, what’s that sound Everybody look what’s going down
Por lo que vale la pena
Hay algo pasando aquí/ lo que es no está exactamente claro/ Hay un hombre con un arma por allí/ diciéndome que tenga cuidado// Creo que es hora de que paremos, niños, qué es ese sonido/ Todo el mundo mira lo que está sucediendo// Hay frentes de batalla siendo elaboradas/ Nadie tiene razón si todo el mundo se equivoca/ La gente joven hablando de sus intenciones/ obteniendo mucha más resistencia desde atrás// Creo que…// Buen día de campo para la pasma/ Mil personas en la calle/ cantando canciones y llevando pancartas/ En general dicen, hurra por nuestro bando// Creo que…// La paranoia ataca fuerte/ se arrastrará dentro de tu vida/ Comienza cuando tienes miedo siempre/ te sales de la línea, el hombre viene y te lleva// Será mejor que paremos, hey, qué es sonido/ Todo el mundo mira lo que sucede…
Stephen Stills
Buffalo Springfield
Y, como viene siendo ya costumbre, un vídeo del festival de Monterey, al que fueron invitados como uno de los grupos revelación del folk-rock. En esta actuación no estuvo Young, que había dejado el grupo, para volver más tarde de nuevo, poniendo en peligro la asistencia de la banda al evento. Sin embargo, su lugar fue cubierto para la actuación por el byrd David Crosby, amigo del conjunto (nada extraño, ya que todos estos músicos se conocían ya de la época en la que arrastraban sus guitarras como cantautores folk por los cafés de Nueva York y California). En él hacen una versión memorable del tema, subiendo el tono en los estribillos finales; aunque las imágenes de los amigables y colaboradores policías que aparecen en el montaje se corresponden poco o nada con la imagen –real, no obstante- negativa que da la canción. El grupo es presentado con elogios por el miembro de los Monkees, Peter Tork:
La violencia que había comenzado el año de 1968 no se detuvo, y siguió en auge en 1969, coincidiendo con la legislatura de Richard Milhous Nixon, elegido en 1968. Las protestas contra la guerra del Vietnam se recrudecían, así como los disturbios raciales, mientras Nixon, aunque fuera indirectamente, declaraba a los estudiantes, a los hippies y a los negros enemigos declarados de “América”. El año 1969 ya anunciaba que la década siguiente iba a estar marcada por un incremento de la violencia como no se veía desde hacía 40 ó 50 años atrás. Este panorama afectó a la música rock estadounidense (y británica) de dos maneras, una directa y otra indirecta. El modo directo en que los acontecimientos socio-políticos afectaron a la música fue que los cantantes y grupos de rock se mostraban mucho más implicados a través de sus canciones que antes, con temas que hablaban sobre la guerra, ya no siempre desde el pacifismo más utópico y naif, al estilo de John Lennon, sino desde las críticas al gobierno, al ejército y a la banca; sobre los disturbios raciales, posicionándose, claramente, a favor de los negros y de sus figuras públicas, desde Martin Luther King hasta los Panteras Negras (cuyos líderes no eran tan radicales como sus bases)… O bien hubo quien hizo aún más hermética su burbuja, predicando una “huida hacia los bosques” en donde estar a salvo de la violencia urbana, o a través de alguna religión mística del lejano oriente.
La incidencia indirecta, probablemente muy relacionada con la otra, fue que muchos de los grupos ya veteranos experimentaron una especie de regreso a las raíces muy curiosa: los Byrds y los Grateful Dead volvían sus ojos al country-rock, al igual que los miembros de bandas pioneras, ya desaparecidas o recicladas, como Crosby, Stills, Nash & Young (David Crosby de Byrds; Graham Nash de los Hollies; y Stephen Stills y Neil Young de Buffalo Springfield), Poco (con Richie Furay de Buffalo Springfield), Flyin’ Burrito Brothers (con ex-Byrds Chris Hillman y Gram Parsons). También Bob Dylan volvía a sus raíces del folk y sacaba un disco íntegramente de country, mientras surgían nuevos grupos que enraizaban en el rock y el blues más purista: Creedence Clearwater Revival y su swamp-rock, el blues atronador de Allman Brothers, o los abanderados del rock sureño Lynyrd Skynyrd. Los Beatles vuelven al rock y al rythm’n’blues de sus raíces en sus dos últimos álbumes, al igual que hicieron los Rolling Stones, y los Who se reciclaban en el rock más duro de la última hornada. Y es que cuando el rock duro volvió sus ojos al blues más clásico y tradicional y lo atiborró de esteroides, éste se renovó en un estilo que comenzó a llamarse heavy rock: Led Zeppelin, AC/ DC, Black Sabbath… Incluso Deep Purple, un grupo rock duro “sesentayochero” reemplazaban a su vocalista por otro con una voz más aguda y potente para estar a la altura de los tiempos. Por otro lado, también estaban los que no dejaban de explorar otras vías más progresistas, dando lugar al rock progresivo de los años 70 (Moody Blues, King Crimson, Genesis, etc.), de los cuales algunos harían auténticas obras maestras y otros rebasaban la barrera de lo soportable. Pero, ¿y Jefferson Airplane? Con una melodía base de blue-grass y una letra reivindicativa, abrían su disco de 1969 Volunteers:
En Jefferson Airplane confluyeron las dos incidencias en este disco: temáticamente su disco más político, y musicalmente más austero que los anteriores, con presencia del rock duro más puro junto a temas de folk-rock y de country, para el que contaron con la colaboración de amigos como David Crosby, Stephen Stills, Joey Covington (futuro sustituto de Dryden), Jerry García, el teclista Nicky Hopkins y el conjunto Ace of Cups a los coros. Detrás de la politización del grupo estaba Paul Kantner, el Airplane más político según sus compañeros, que, como hemos dicho, ya había tomado las riendas del grupo desde hacía tiempo. No todos estaban demasiado de acuerdo con esta línea: Jack Casady consideraba que no era asunto suyo implicarse en política así, pero como músico profesional debía hacer que aquello sonara bien; Jorma Kaukonen se define como apolítico, aunque en el disco aparece con una camiseta que tiene grabada la famosa efigie del “Che” Guevara. Dentro del disco, el grupo, representado en la portada con máscaras y accesorios de broma con la bandera de su país detrás, presenta en el interior del disco la reproducción de un diario en el que se habla sobre un ficticio festival de rock (alterando el nombre de grupos reales como “Bud Dolan”, “Rolland Stoves” o “The Beavers”), y al lado una especie de encuesta a los miembros de Jefferson Airplane que reproduzco. Ante la pregunta “¿Cuál es tu barra favorita de la bandera?” los miembros del grupo tienen sus más diversas respuestas, algunas aparentemente absurdas, como Grace, respondiendo “Apunta eso hacia otro lugar” (supongo que se refiere a un micrófono), o Paul Kantner, asegurando que “Michoucan” (uno de los Estados de México, supongo) es su barra favorita; o Jack Casady, que tiene cuatro barras favoritas en la bandera de EE.UU. Pero más reveladoras son las respuestas de Balin y Jorma:
Marty Balin: “¿Qué bandera?”
Jorma Kaukonen (que es quien da la respuesta más explícita): “Déjame contestar esa pregunta con otra: ¿Por qué el Pentágono no mantiene lejos sus espíritus malignos?”
Y así, el álbum se abre con “We can be together”, una especie de himno generacional de reafirmación contra los ataques lanzados contra los hippies y otros colectivos por el presidente Nixon y demás, escrito por Paul Kantner. Lo más conflictivo de la letra, para los directivos de RCA, era la presencia de la palabra “motherfucker”, hijo de puta, y rogaron al grupo que quitaran “eso”; pero ellos se salieron con la suya… Y, francamente, nunca había oído la palabra “hijo de puta” de una manera tan deliciosa. “We can be together”: un deseo y una reivindicación generacional:
del documusical “Go ride the music”
We can be togeher
We can be together Ah you and me We should be together We are all outlaws in the eyes of america In order to survive we steal cheat lie forge fuck hide and deal We are obscene lawless hideous dangerous dirty violent and young But we should be together Come on all you people standing around Our life’s too fine to let it die and We can be together All your private property is Target for your enemy And your enemy is We We are forces of chaos and anarchy Everything they say we are we are And we are very Proud of ourselves Up against the wall Up against the wall (motherfucker) Tear down the walls Tear down the walls Come on now together Get it on together Everybody together We should be together We should be together my friends We can be together We will be We must begin here and now A new continent of earth and fire Come on now gettin’ higher and higher Tear down the walls Tear down the walls Tear down the walls Won’t you try
Podemos estar juntos
Podemos estar juntos/ tú y yo/ Deberíamos estar juntos/ Todos somos proscritos a los ojos de América/ Con el fin de sobrevivir robamos, timamos, mentimos, falsificamos, jodemos, nos escondemos y traficamos/ Somos obscenos, ilegales, horribles, peligrosos, sucios, violentos y jóvenes,/ pero deberíamos estar juntos/ Vamos toda la gente que estáis alrededor/ Nuestra vida es demasiado hermosa como para dejarla morir y/ podemos estar juntos/ Toda vuestra propiedad privada es/ objetivo de tu enemigo/ y tu enemigo es/ nosotros/ Somos fuerzas del caos y la anarquía/ Todo lo que dicen es que somos lo somos,/ y nosotros estamos [somos] muy/ orgullosos de nosotros mismos./ ¡Contra la pared/ contra la pared (hijo de puta)!/ ¡Echad abajo las paredes!/ ¡Echad abajo las paredes!/ Vamos ahora juntos/ Pongámonos en marcha juntos/ Todos juntos/ Deberíamos estar juntos/ deberíamos estar juntos, amigos míos/ Podemos estar juntos/ Lo estaremos/ Debemos comenzar aquí y ahora/ un nuevo continente de tierra y fuego/ Vamos ahora colocándonos más y más/ Echad abajo las paredes…/ ¿no lo intentaréis?
“Up against the wall, motherfucker!” no sólo es una frase que se podría haber oído a un policía, sino que tiene al menos dos variantes: una, la de un movimiento anarquista llamado “The Motherfuckers” (los hijos de puta), y otra, de la que deviene ésta además, es de un poema titulado “Black People!” (¡Pueblo Negro!), del poeta Amiri Baraka, dedicado, obviamente, a la comunidad afroamericana y al movimiento de Derechos Civiles. La expresión se convirtió en un grito de protesta del 68 estadounidense, y Jefferson Airplane, con esta canción la fomentó como grito revolucionario. Y aquí está la actuación en la que, contra los censores, Grace dice “motherfucker” en el show de Dick Cavett, convirtiéndose en la primera cantante en decir esta palabra en la televisión estadounidense:
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