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La casa del sol naciente: el antro de perdición que dio lugar a una de las mejores canciones de la historia


Rising_sun_animals_USCuando la voz ronca y potente de Eric Burdon y el vibrante órgano de Alan Price comenzaron a tocar unos acordes que no sólo se convertirían en históricos, sino que ya eran históricos, cuando hacia 1965 los Animals acompañaban en gira a Chuck Berry, quizás desconocieran que estaban devolviendo a su dimensión popular a una canción tan vieja, tal vez, como la ciudad de Nueva Orleans.

new-orleansArtistas de todos los campos, desde dramaturgos y novelistas hasta bluesmen y blueswomen, anónimos o conocidos, entre el siglo XIX y el siglo XX, describieron la ciudad de Nueva Orleans (la ciudad colonial estadounidense por excelencia, en donde se mezcla el pasado francés, español y el anglosajón con la cultura afroamericana y el inmemorial legado indio: un auténtico crisol de culturas) como un lugar en el que la oportunidad se vuelve vicio y la gente que va a ella a vivir acaba atrapada en un destino de corrupción e inmoralidad sin salida: una ciudad en donde todo es posible, pero a qué precio. Ése es precisamente el origen de la canción folklórica más conocida del mundo: “The House of the Rising Sun”. Los orígenes de la canción son imprecisos, ya que es tan versátil a través de sus versiones que no se puede decir si es la nieta de una antigua canción inglesa, como sostiene Alan Lomax –el gran folklorista estadounidense-, o si es un blues hecho por negros. Pero no sólo su música es así de versátil, sino también su letra: la canción nos habla en primera persona de alguien que, económica o moralmente, se ha arruinado en un antro conocido como “La Casa del Sol Naciente”, pero no hay una clara letra arquetípica, y el protagonista de la canción puede ser tanto un hombre como una mujer, en cuyo caso, la temática de la canción cambia considerablemente. Si es una mujer la que canta, “La Casa del Sol Naciente” resulta ser un prostíbulo en donde ella ha vendido su ser y su vida y le resulta imposible salir de ahí; pero si es un hombre, y aún sin descartar la teoría del prostíbulo, viene a ser más Gwen Foster y Clarence "Tom" Ashelybien una casa de juegos en donde el protagonista se ha arruinado y la única manera de salir de la miseria es volver a probar a suerte en el antro. O puede, poniéndonos metafísicos, que la Casa del Sol Naciente sea una metáfora sobre la ciudad de Nueva Orleans, o un arrabal suyo –o todos en conjunto-, tal y como se ha descrito. No obstante, en el enlace de arriba a la wikipedia, se recogen algunos lugares, que ya no existen, que reclaman haber sido la famosa casa del amanecer (quizás llamada “del sol naciente” porque en ella te daban las del alba).

Como toda canción folklórica, sus orígenes no son claros, y mucho menos su autoría. Alan Lomax sostenía que la autoría de la canción pertenecía a dos estadounidenses de Kentucky, Georgia Turner (a la que produjo la canción) y Bert Martin (lo cual explicaría la ambigüedad del narrador) en base a una tradicional melodía inglesa:

La versión más antigua registrada pertenece a Clarence “Tom” Ashely, quien la aprendió de su abuelo, y Gwen Foster, en 1934:

En 1938 la grabaría el cantante country y directivo discográfico Roy Acuff: obviamente, la canción debió de empezar a volverse muy popular en Estados Unidos a causa de la Gran Depresión, que marcó las dos décadas siguientes tanto social como culturalmente:

2ª canción que suena

Así, en los años 40 y 50, los jóvenes folkloristas y cantautores que surgieron en la posguerra la convirtieron en un estándar en sus recitales y grabaciones, dándole su identidad étnica dependiendo, a menudo, de la del cantante: Leadbelly, Woody Guthrie, Pete Seeger, Odetta… Hicieron sus versiones, como de las grandes canciones populares norteamericanas, quizás orientadas a la temática más social que folklórica en ocasiones.

Y así, de los viejos folksingers pasó a los jóvenes cantautores de folk y country que se arremolinaban en torno a los cafés del bohemio Greenwich Village neoyorquino: uno de ellos fue Dave Van Ronk, quien, al parecer, le dio a la canción un toque personal muy original con sus arreglos, y se la enseñó a otro joven folksinger llegado de las tierras de Minnesota:

Así pues, cuando en 1962 apareció el primer disco de Bob Dylan, de título homónimo, Van Ronk se disgustó mucho con él porque en los créditos del disco su versión de “House of the rising sun” no aparecía como acreditado de los arreglos, aunque tampoco venía ninguna otra indicación:

Sin embargo, ni Van Ronk ni Dylan fueron los únicos en grabar su versión de la canción, ya en 1960 lo había hecho Joan Baez en un estilo más próximo al blues, probablemente aprendida de Seeger:

Ésta es la letra más tradicional que he encontrado -según el enlace (http://www.songfacts.com/detail.php?id=439)- con protagonista femenina:

The House of the Rising sun

There is a house in New Orleans They call the Rising Sun.
It’s been the ruin of many a poor girl, and me, O God, for one.

If I had listened what Mamma said, I’d ‘a’ been at home today.
Being so young and foolish, poor boy, let a rambler lead me astray.

Go tell my baby sister never do like I have done.
To shun that house in New Orleans they call the Rising Sun.

My mother she’s a tailor; she sold those new blue jeans.
My sweetheart, he’s a drunkard, Lord, Lord, drinks down in New Orleans.

The only thing a drunkard needs is a suitcase and a trunk.
The only time he’s satisfied is when he’s on a drunk.

Fills his glasses to the brim, passes them around.
Only pleasure he gets out of life is hoboin’ from town to town.

One foot is on the platform and the other one on the train.
I’m going back to New Orleans to wear that ball and chain.

Going back to New Orleans, my race is almost run.
Going back to spend the rest of my days beneath that Rising Sun.

La Casa del Sol Naciente

Hay una casa en Nueva Orleans. La llaman El Sol Naciente./ Ha sido la ruina de muchas pobre chicas, y yo, Oh Dios, para una.// Si hubiera escuchado lo que mi mamá me dijo, estaría hoy en casa./ Siendo tan joven y tonto, pobre muchacho, dejé que un vagabundo me descarriara.// Dile a mi hermana pequeña que nunca haga lo que yo he hecho./ Que rehúya de esa casa de Nueva Orleans que la llaman El Sol Naciente.// Mi madre es costurera; vendió esos vaqueros nuevos./ Mi novio es un borracho, Señor, Señor, bebe en Nueva Orleans.// Lo único que un borracho necesita es una maleta y un baúl./ El único momento en el que está satisfecho es cuando está bebido.// Llena sus vasos hasta el borde, los pasa a su alrededor./ El único placer que obtiene de la vida es vagar de pueblo en pueblo.// Un pie está sobre el andén y el otro en el tren./ Vuelvo a Nueva Orleans para llevar esa bola con cadena.// Vuelvo a Nueva Orleans, mi carrera está casi acabada./ Vuelvo a pasar el resto de mis días bajo ese Sol Naciente.


La versión de Dylan cruzó el charco, y llegó a uno de los jóvenes grupos de blues y rythm’n’blues británicos: The Animals, grupo que –en mi opinión- interpretaron de una manera más profesional la música tradicional afroamericana; y así, el grupo encabezado por Eric Burdon y Alan Price puso en las listas de éxitos una de las canciones más conmovedoras del imaginario tradicional estadounidense, no sé si cambiando la letra, o apoyándose en alguna de las innumerables versiones existentes.

The House of The Rising Sun

There is a house in New Orleans
They call the Rising Sun
And it’s been the ruin of many a poor boy/ girl 
And God I know I’m one

My mother was a tailor
She sewed my new bluejeans
My father was a gamblin’ man
Down in New Orleans

Now the only thing a gambler needs
Is a suitcase and trunk
And the only time he’s satisfied
Is when he’s on a drunk

Oh mother tell your children
Not to do what I have done
Spend your lives in sin and misery
In the House of the Rising Sun

Well, I got one foot on the platform
The other foot on the train
I’m goin’ back to New Orleans
To wear that ball and chain

Well, there is a house in New Orleans
They call the Rising Sun
And it’s been the ruin of many a poor boy
And God I know I’m one

http://www.lyrics007.com/The%20Animals%20Lyrics/House%20Of%20The%20Rising%20Sun%20Lyrics.html

La Casa del Sol Naciente

Hay una casa en Nueva Orleans/ que la llaman El Sol Naciente/ y ha sido la ruina de muchos pobres chicos-chicas/ y Dios sabe que soy uno de ellos.// Mi madre fue costurera,/ cosió mis vaqueros nuevos,/ mi padre fue un jugador/ en Nueva Orleans.// Lo único que necesita un tahúr/ es una maleta y un baúl,/ y el único momento en que está satisfecho/ es cuando está bebido.// Oh madre, dile a tus hijos/ que no hagan lo que yo he hecho,/ pasar vuestras vidas en el pecado y en la miseria/ en la Casa del Sol Naciente…


La interpretación de los Animals fue versionada por un grupo de pop catalán llamado Els Dracs (los dragones) como “La casa del sol neixent”:

Más versiones indispensables. Comenzando con los cantautores de la posguerra. Woody Guthrie interpretándola como balada country:

Pete Seeger, por su parte, prefiere una interpretación más cercana al blues:

La impresionante Odetta:

Y, siguiendo con las damas negras de la canción, la gran Nina simone:

La sudafricana Miriam Makeba:

De las versiones de los nuevos cantautores estadounidenses de los 60, me gustaría resaltar la de Tim Hardin –uno de mis favoritos-, que parece basarse mucho en los arreglos Van Ronk-Dylan. Escúchala: http://www.goear.com/listen/da7c13b/the-house-of-the-rising-sun-tim-hardin

Vamos acabando, dando un salto en el tiempo, con la  hermosa versión de la cantautora irlandesa Sinéad O’Connor:

Y, finalmente, como le vi ayer en televisión, Mr. Eric Burdon, gozando de buena salud:

El tema de los prostíbulos ha sido, por otra parte, un motivo recurrente en literatura; a veces se ha hablado de las vidas de las prostitutas, y otras, se ha hecho un elogio del recurso a la prostitución como una de las prácticas de la bohemia: un tema bastante trasnochado y falseado. Podemos ocupar páginas y páginas de lo fructífero que fue el hecho de que Picasso o Baudelaire acudieran a los lupanares, además de para satisfacer su libido, para inmortalizar en sus obras a anónimas mujeres que no tuvieron otra que ganarse la vida vendiendo su cuerpo. Artistas geniales, sí, pero prácticas que pesan como una losa sobre su reputación y que a veces sirven para excusarles, y no por argumentos pacatos. Se podrá exculpar, no obstante, a aquel artista que prescindiera de los habituales servicios de un burdel para pagar a la mujer por ser musa y modelo de su obra y nada más.

Este es uno de los motivos que recojo en mi novela, Redención (Nuestro último baile), en donde aparece un prostíbulo inventado, La Casa Roja, que es dirigido por un cruel y egocéntrico proxeneta llamado Pietro Castello. Este sitio, quizás como La Casa del Sol Naciente, no existe como sitio en particular, y sí existe como sitio en general. Su nombre es la mezcla del título de esta canción (e hipotético nombre del prostíbulo al que se refiere, si fue tal) y el denominado Barrio Rojo de Ámsterdam (bandera de una engañosa y mal llamada libertad sexual). Así pues, la Casa Roja es uno de los escenarios de mi novela, cuando Susi tiene que hacer una visita en el transcurso de sus investigaciones y reflexiona sobre la prostitución, quienes recurren a ella y su glorificación por los seudointelectuales pretendientes a bohemios y demás falsos progresistas.

Nunca me he tragado eso de la libre elección de una mujer para prostituirse, por mucho que me hablen de esas mujeres que lo hacen porque quieren y ganan mucho dinero; el problema es que esas mujeres no lo hacen por subsistir, sino por satisfacer su afán de lujo, y en sus prácticas condenan a las mujeres que se han visto obligadas por necesidades reales y no por tener un abrigo de bisón para cada día de la semana: cuando la miseria gobierna, no hay libertad de elección; y cuando defendemos que es un recurso muy válido para cuando la mujer no encuentra un trabajo que le permita vivir con dignidad, parece que no nos demos cuenta de lo enfermizo de nuestros argumentos. La prostitución NO es un trabajo digno, de hecho, ni siquiera podemos considerarlo trabajo; la prostituta SÍ es digna, porque es una persona que tiene que arrastrar esa dignidad para sobrevivir, y cuando los abolicionistas decimos no a la prostitución, ni denigramos ni estamos en contra de la prostituta; al contrario.

No me vale esa mierda de argumentos de que hay mujeres que llevan tanto tiempo en esto que ya no saben hacer otra cosa (argumento que nos arruina cualquier programa de rehabilitación); no me vale esa porquería de que hacen una función social porque hay hombres solitarios, porque eso me pone en una situación de privilegio que detesto, y resulta que no es lo mismo para las mujeres solitarias, cuyo recurso es la prostitución masculina de lujo; odio cuando se argumenta a favor desde una libertad sexual que no puede existir donde la miseria arrastra a miles de mujeres a vender su cuerpo, y desprecio el argumento de arriba de que así nos posicionamos contra las prostitutas: argumento esgrimido por pseudosindicatos de «trabajadoras del sexo» que, en realidad, son sindicatos verticales dirigidos por los proxenetas. Es al contrario: respeto a toda persona que intenta ganarse un sueldo sin hacer daño a nadie, pero no a quien defiende la existencia de dichos trabajos por el argumento, enmascarado o no, de que por su existencia ellos pueden mantener su estatus de privilegio. La legalización no es una solución: solo servirá para regular a los proxenetas como empresarios de facto y hacer de la moderna esclavitud un negocio legal. Se acabará con la «trata» porque será considerada legal. ¿Pero realmente creéis que parte de su sucio dinero pasará a las arcas del Estado a través de los impuestos? Cada vez que se defienden estos argumentos, se dignifica la labor no de la prostituta, sino del macarra.

Cosas así piensa Susi en ese capítulo de Redención (Nuestro último baile), haciéndose vocera de mis pensamientos sobre el tema. Y no, The House of The Rising Sun no es un alabanza a la prostitución; es al contrario.


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Tres cosas atormentan al ex inspector de policía Guillermo Niño Pérez: un vecino que le obsesiona, el recuerdo de un crimen y una querella por sus torturas durante el franquismo. Por si esto fuera poco, se une la inquietud hacia un asesino en serie que parece pretender imitarle. Convencido de su intuición, el antiguo policía se dispone a desvelar cuál es la identidad del asesino, mientras los recuerdos le asaltan una y otra vez, entrelazándose con sus inquietudes, mientras su juicio se presenta inminente.
Susi se atormenta viviendo entre la esperanza y la desilusión por su ruptura con Ángel, del cual cree que le fue infiel. Mientras intenta rehacer su vida, descubre por una serie de casualidades que su ex guardaba un oscuro secreto que pudo propiciar la separación más allá de su sospecha de infidelidad: la investigación sobre una oscura secta elitista de personas muy poderosas y crueles, con espantosos objetivos y con implicación en la prostitución internacional y la ultraderecha. Se hacen llamar EL CÓNCLAVE. De esta manera, una historia de desamor se va convirtiendo en una peligrosa investigación para desentrañar los misterios y siniestros propósitos del tenebroso Cónclave. Solo venciéndolos, tendrá Susi la oportunidad de volver junto a Ángel.
Más que una historia de amor: una balada de heavy metal.

Sóc, no vull ofendre, anticlerical (III): El día que Sinéad le declaró al guerra al papa


La mano dura en la educación,
aunque sea con buena intención,
engendra amargura en el corazón:
Mal reprimido rencor.

Respeto y obediencia”, Vainica Doble

john-lennon-20080425005341673-000La relación de los artistas con las religiones de todo el mundo siempre ha sido complicada, sobre todo los músicos de pop y de rock. Por resumir algunos casos, George Harrison, amante del hinduismo, se hace vaishnva y simpatiza y apoya a la secta hinduista Hare Krishna (la adaptación occidental del vishnuísmo); Michael Jackson, Testigo de Jehová de nacimiento, tras contraer matrimonio con Lisa Marie Presley, se convierte a la “religión” de la cienciología, pero tras el divorcio de la hija de Elvis, la abandona al darse cuenta de que la secta se enriquece con los bienes de sus adeptos y que le utiliza a él y a otras estrellas como reclamo publicitario. Algo similar les ocurrió a los Beatles con el supuestamente santo Maharishi Mahesh Yogi, de quien descubren que en la India no se le considera más que como un charlatán, y que tenía una fijación nada espiritual con Mia Farrow. Los Rolling Stones Mick Jagger y Keith Richard y sus novias, influenciados por el inquietante artista underground y reconocido satanista Kenneth Anger, flirtean durante un tiempo con el esoterismo, la magia negra y el satanismo; pero, sin dar explicación, de repente Mick Jagger comenzó a actuar con un crucifijo colgado del pecho. Y luego está John Lennon, que, a pesar de escarceos místicos, siempre fue o un creyente a su estilo o un materialista, y su incidente “cristiano”, cuando, citado fuera de contexto, pareció decir soberbiamente que eran “más populares que Jesucristo”, algo que en el Reino Unido pasó sin más, pero en Estados Unidos la ultraderecha utilizó constantemente, haciendo campañas de quemas de sus discos y fotos; rogado por sus amigos, Lennon se deshace en disculpas y afirma intentando parecer divertido, pero notándosele un gran nerviosismo: “Si hubiera dicho que la tele es más popular que Jesucristo, no hubiera pasado nada”. Sin embargo, el músico de Liverpool da una de cal y otra de arena, y tras las disculpas pasa a criticar la intervención en el Vietnam, y leemos entre líneas que Lennon está criticando a esa gente (que tampoco necesitaban la excusa de la blasfemia para odiarle) el que les preocupe más lo que él piense sobre la religión que se esté comenzando una guerra, en último término, colonialista…. En 2008 el Vaticano decidía absolver a John Lennon por sus declaraciones, mientras que gran parte del mundo ya le tenía como un Mesías (al menos, tardaron menos que con Galileo). Algo parecido a nuestra historia central, pero para ello, antes, un último caso de artista re-bautizado, para enlazar con nuestra historia.

y1pHvnLBsgb5MyZ-SdHLJWEgNLs0_L21yiTqPmOSiNOWNtCHBqx_mgd8al14dgw5Q8-sD0FQrakPOQBob Dylan nació y se crió como judío. Durante la mitad de los años 60, Dylan flirtea con el budismo y el hinduismo, a la par que hace sátiras en sus canciones sobre la Biblia y la Torah, aunque no parece abandonar la senda del judaísmo. Pero, a finales de los 70, Dylan se convierte al catolicismo –de esa época queda algún excelente disco, que van desde Slow Train Coming (1979) a Infidels (1983)-, y en 1997, tras una severa enfermedad, actúa ante el papa Juan Pablo II en Conferencia Eucarística Mundial en Bolonia. El pontífice, después, haría una homilía basándose en la letra de “Blowin’ in the wind” (no obstante, el actual pontífice Benedicto XVI, se mostró disconforme con este tipo de actos). Sin embrago, en la década del 2000, hay quien asegura que Dylan se ha reconvertido al judaísmo, mientras él asegura que su fe “son las canciones”.

AminotyourgirlPero volvamos a la década de los 90, con un Dylan bautizado (¿llegó a bautizarse?) y tocando ante el jefe de la iglesia católica sus antiguas canciones rebeldes y antimilitaristas, que ahora sonaban a himnos de salvación y bautismo. En 1992, la cantautora de rock irlandesa, Sinéad O’Connor, incluyó en su disco de aquel año Am I Not Your Girl? una versión de la canción que Bob Marley (otro buen caso de músico representante de una fe, en este caso, su mejor embajador) había compuesto basándose en el discurso del Ras etíope Haile Selassie ante las Naciones Unidas en 1963 –el emperador etíope, que, según los rastaffaris, desciende del mismísimo Salomón y de su idilio con la reina de Saba, fue un hombre más preocupado por lo que pasaba fuera de su país que por lo que pasaba dentro-. Ésta es la canción original de Marley:

War

Until the philosophy which hold one race superior
And another
Inferior
Is finally
And permanently
Discredited
And abandoned –
Everywhere is war –
Me say war.

That until there no longer
First class and second class citizens of any nation
Until the colour of a man’s skin
Is of no more significance than the colour of his eyes –
Me say war.

That until the basic human rights
Are equally guaranteed to all,
Without regard to race –
Dis a war.

That until that day
The dream of lasting peace,
World citizenship
Rule of international morality
Will remain in but a fleeting illusion to be pursued,
But never attained –
Now everywhere is war – war.

And until the ignoble and unhappy regimes
that hold our brothers in Angola,
In Mozambique,
South Africa
Sub-human bondage
Have been toppled,
Utterly destroyed –
Well, everywhere is war –
Me say war.

War in the east,
War in the west,
War up north,
War down south –
War – war –

Rumours of war.
And until that day,
The African continent
Will not know peace,
We Africans will fight – we find it necessary
And we know we shall win
As we are confident
In the victory
Of good over evil –
Good over evil, yeah!
Good over evil –
Good over evil, yeah!
Good over evil
Good over evil, yeah!

Guerra

Hasta que la filosofía que sostiene que hay una raza superior/ y otra/ inferior/ sea finalmente/ y permanentemente/ desacreditada/ y abandonada/ –por todas partes hay guerra-/ digo guerra.// Que hasta que no haya más/ ciudadanos de primera y de segunda clase en toda nación/ Hasta que el color de la piel de un hombre/ no importe más que el color de sus ojos/ Digo guerra.// Que hasta que los derechos humanos básicos/ estén garantizados para todos por igual/ sin considerar la raza/ –Esto es una guerra.// Que hasta ese día/ el sueño de la paz duradera,/ la ciudadanía mundial,/ las leyes de la moralidad internacional,/ permanecerán en nada más que una ilusión efímera a seguir/ pero nunca alcanzado/ –Ahora en todas partes hay guerra – guerra.// Y hasta que los innobles e infaustos regímenes/ que soportan nuestros hermanos en Angola,/ en Mozambique,/ Sudáfrica;/ que el cautiverio infrahumano/ haya sido derrocado,/ absolutamente destruido –/ Pues en todas partes hay guerra –/ Digo guerra// Guerra en el este,/ guerra en el oeste,/ guerra al norte,/ guerra hacia el sur,/ guerra – guerra –/ Rumores de guerra./ Y hasta ese día,/ el continente africano/ no conocerá la paz,/ nosotros los africanos lucharemos –lo declaramos necesario-/ y sabemos que venceremos/ porque estamos seguros/ de la victoria/ del bien sobre el mal.

http://www.traducidas.com.ar/letras/bob-marley/war

Norman J. Whitfield – Barrett Strong – Bob Marley

Volvamos a la historia… Sinéad O’Connor fue invitada para promocionar su disco en el popular programa “Saturday Night Live”, el 3 de Octubre de 1992, y supongo que nadie sabía lo que iba a hacer. Sobre el escenario, una O’Connor completamente rapada, rodeada de cirios blancos y vestida de blanco, interpretaba a capella su versión de la canción de Marley, pero sustituía las líneas que hacen referencia al continente africano por éstas:

Until that day,
There is no continent,
Which will know peace.
Children, children.
Fight!
We find it necessary.
We know we will win.
We have confidence in the victory
Of good over evil
Fight the real enemy!

(Hasta ese día,/ no hay continente/ que conocerá la paz./ Niños, niños./ ¡Luchad!/ Lo declaramos necesario./ Sabemos que ganaremos./ Estamos convencidos de la victoria/ del bien sobre el mal./ ¡Combatid al auténtico enemigo!)

http://www.sing365.com/music/lyric.nsf/War-lyrics-Sinead-O%27Connor/AC4454BAC7EFBF2648256897000C3DCA

Sinead_rips_into_the_PopeY mientras decía las frases finales, la cantante irlandesa mostraba una fotografía del papa Juan Pablo II y la rompía en dos, enlazando la protesta antibélica y antirracista con una denuncia contra los abusos sexuales de la iglesia católica sobre los niños (recordemos que recientemente se han desvelado en Irlanda numerosos casos escandalosos que, en su día, fueron convenientemente ocultados). Ni qué decir tiene que la productora recibió un aluvión de críticas y protestas airadas, incluso una hipócrita crítica de la –para mí- impresentable Madonna (cantante que también fue ira de los más fundamentalistas por disfrazarse de “monja putón” en sus actuaciones). Esto vino en perjuicio de la carrera de Sinéad en su propio país, al que ella calificó en más de una ocasión como de “dictadura católica”, por lo cual no se sorprendió. Lo que sí que seguramente no se esperaba era lo que le aconteciera dos semanas después…

Aproximadamente el 17 de octubre de ese año tuvo lugar el concierto-tributo a Bob Dylan, un macrofestival en el que participaron amigos, colegas y alumnos del trovador de Minnesota, todos ellos interpretando alguna canción suya. El cantautor y actor Kriss Kristofferson fue el encargado de introducir a Sinéad O’Connor, pero lo que ninguno sabía era, o que había más seguidores del Dylan neo-católico, o que la gente no tiene personalidad alguna. O’Connor intenta arrancar con su canción, pero los abucheos son tan fuertes que le es imposible; Kristofferson se acerca a ella y la dice “No dejes que estos cabrones te desanimen”, y Sinéad responde “No estoy desanimada”. Los gritos son tan fuertes que O’Connor ordena a su banda parar y se arranca a capela con su versión de “War”, pero paró justo antes de su añadido, intentando aparentar fuerza, pero visiblemente muy nerviosa y alterada:

Tras el escenario se echó a llorar mientras Kristofferson intentaba consolarla. Aquel mismo mes, en una entrevista a una publicación italiana, Sinéad O’Connor, como ya lo hiciera Lennon en sus días, pidió perdón, también, sobre todo, al papa, calificando su gesto como un acto ridículo y un arrebato propiciado por una crisis de fe. Pero el público no perdonaba…

Aparición de Sinéad O'Connor en "After_Dark" (21-1-95) para hablar de los abusos sexualesEn realidad, Sinéad O’Connor no es una persona atea o anticristiana, sino al revés: llegó a ordenarse sacerdotisa en la “herética” iglesia católica del obispo Michael Cox. Sobre la religión se declara cristiana y opinaba: “Creo que Dios salva a todo el mundo, independientemente de si se quiere o no. Así que cuando morimos nos vamos todos a casa… No creo que Dios juzgue a nadie. Él ama a todos por igual.” (http://en.wikipedia.org/wiki/Sin%C3%A9ad_O%27Connor#Religion, la traducción es mía). Muchos fundamentalistas católicos consideraron a Sinéad O’Connor una atea satánica pecadora, una “persona peligrosa”… Quizás su gesto fue una rabieta, como decía ella… Pero tal vez tuviera todo su derecho en expresarlo así cuando piensas y reflexionas que también Sinéad O’Connor fue víctima de abusos sexuales por parte de curas cuando era una adolescente. Y apoyo al cien por cien sus palabras cuando dijo que era necesaria otra iglesia porque “Cristo estaba asesinado por mentirosos”.

Óró Sé do Bheatha ‘Bhaile (del levantamiento jacobita a la independencia de Irlanda)


El Joven Pretendiente (autor desconocido)De nuevo una canción que, al buscar la letra, nos encontramos con toda una historia detrás, con la que se puede estar de acuerdo o no, pero que es historia, y además, algo innegable, una bella canción. De nuevo, la información la hemos sacado de la Wikipedia, que la data exactamente en el levantamiento jacobita, pero pienso, por experiencia, que ésa sea sólo una versión “revolucionada” de una tonada tradicional aún más antigua (como pasa con muchas canciones de guerra y/ o revoluciones).

La Marcha de los Guardias a Finchely (William Hogarth, 1749-1750)Originalmente la canción se titulaba “Séarlas Óig”, “Joven Charles”, refiriéndose al pretendiente jacobita del trono de Inglaterra Bonnie Prince Charlie, el Gentil Príncipe Carlos (escocés: bonnie=”bello): Carlos Eduardo Estuardo, que en 1745 llevó a cabo un levantamiento de los jacobitas (católicos) para instalarse en el trono: el III Levantamiento Jacobita. Para comprender la letra, hay que entender que estamos en un tiempo en el que, en lo que hoy es el Reino Unido más la actual República de Irlanda, las pugnas por el trono estaban matizadas, pero no definidas en última instancia, por el conflicto religioso entre protestantes y católicos: cuando Guillermo III de Orange derrocó al católico rey Jacobo II, abuelo de Carlos Eduardo, promulgó que nunca más en la corona inglesa reinaría un católico. Por esta razón, el levantamiento jacobita de 1745 recibió el apoyo de los católicos irlandeses y escoceses. Sus partidarios irlandeses cantaban esta canción.

Óro Sé do Bheatha ‘Bhaile       

(Chorus)

Óró, sé do bheatha ‘bhaile,
bh’Fearr liom tú ná céad bó bhainne,
Óró, sé do bheatha ‘bhaile
Anois ar theacht an tsamhraidh.

A Shéarlais Óig, a mhic Rí Shéamais
‘Sé mo mhór-chreach do thriall as Éirinn
Gan tuinnte bróig’ ort, stoca nó leinidh
Ach do chascairt leis na Gallaibh

        Chorus

‘Sé mo léan géar nach bhfeicim
Mur mbéinn beo ‘na dhiaidh ach seachtain
Séarlas Óg is míle gaiscidheach
Ag fógairt fáin ar Ghallaibh

        Chorus

Tá Séarlas Óg ag triall thar sáile
Béidh siad leisean, Franncaigh is Spáinnigh
Óglaigh armtha leis mar gharda
‘S bainfidh siad rinnce as éiricigh!

Oh-ro, bienvenido a casa

Hola, bienvenido a casa,/ te prefiero antes que a cien vacas lecheras,/ Hola, bienvenido a casa…/ ahora que llega el verano.// Joven Carlos, hijo del rey Jacobo*/ es una gran desgracia/ tu exilio de Irlanda/ sin cordones en tus zapatos, calcetines o camiseta,/ derrocado por los extranjeros.// (Estr.)// Ay de mí que no veo/ si yo estuviera vivo después sólo por una semana/ El Joven Carlos y mil guerreros/ desterrando a todos los extranjeros.// (Estr.)// El Joven Carlos viene por el mar/ estarán con él, voluntarios armados/ franceses y españoles** con él como guardia/ ¡y harán a los herejes bailar!

Tradicional

Patrick PearseEl conflicto jacobita perduró como símbolo entre los independentistas irlandeses, convirtiéndose en una de las canciones favoritas del IRA durante el Levantamiento de Pascua, que marcó el inicio de la independencia de Irlanda (sobre este hecho histórico, ya traje una hermosa canción), más aún en la versión que el poeta nacionalista irlandés, Padraig Pearse, haría, convirtiendo en protagonista de la canción a la legendaria pirata irlandesa Gráinne Ní Mháille, o Grace O’Malley, que participó en algunas revueltas contra la corona inglesa en el siglo XVI.

Óro Sé do Bheatha ‘Bhaile

(versión de Padraig Pearse)

Óró, sé do bheatha ‘bhaile,
Óró, sé do bheatha ‘bhaile,

Óró, sé do bheatha ‘bhaile
Anois ar theacht an tsamhraidh.

El encuentro de Grace O'Malley y la reina Isabel I‘Sé do bheatha, a bhean ba léanmhar,
Do b’ é ár gcreach tú bheith i ngéibheann,
Do dhúiche bhreá i seilbh méirleach,
Is tú díolta leis na Gallaibh.

        Chorus

Tá Gráinne Mhaol ag teacht thar sáile,
Óglaigh armtha léi mar gharda,
Gaeil iad féin is ní Gaill*** ná Spáinnigh,
Is cuirfidh siad ruaig ar Ghallaibh.

        Chorus

A bhuí le Rí na bhFeart go bhfeiceam,
Mura mbeam beo ina dhiaidh ach seachtain,
Gráinne Mhaol agus míle gaiscíoch,
Ag fógairt fáin ar Ghallaibh.

Oh-ro, bienvenido a casa

(Estr.): ¡Hola!, bienvenido a casa,/ ¡Hola!, bienvenido a casa,/ ¡Hola!, bienvenido a casa…/ ahora que llega el verano.// Bienvenida, oh mujer que estabas tan afligida,/ fue nuestra ruina que estuvieras en cautiverio,/ nuestra tierra hermosa en posesión de ladrones,/ ¡y tú vendida a los extranjeros!// (Estr.)// Grace O’Malley viene por el mar,/ guerreros armados vienen con ella como guardia,/ son irlandeses, no franceses ni españoles…/ ¡y derrotarán a los extranjeros!// (Estr.)// Que el Rey de los Milagros quiera que podamos ver,/ aunque podamos vivir una semana más después,/ a Grace O’Malley con mil guerreros…/ ¡dispersar a los extranjeros!

Notas:

(La traducción al castellano la he realizado basándome en las traducciones al inglés que aparecen en el artículo de la Wikipedia; la historia también ha sido extraída del mismo artículo: http://en.wikipedia.org/wiki/%C3%93r%C3%B3_S%C3%A9_do_Bheatha_%27Bhaile

* Me atengo a la convención de traducir a la lengua propia los nombres de los reyes extranjeros, tal como también aparece en el texto irlandés.

** Por cuestiones de coherencia, he alterado los versos, ya que en inglés el adjetivo antecede al nombre, y en castellano quedaba desnaturalizado. Tanto Francia como España, países católicos, apoyaron a los jacobitas contra los reyes protestantes ingleses… Aunque claro, siempre se intuye alguna otra razón de peso (la cuestión religiosa no suele explicar muchas veces la historia por sí sola).

*** Las notas recogidas en el artículo de la Wikipedia apuntan a que, a veces, en vez de Gaill, “extranjeros”, aparece Frainc, “franceses”.

(Otras versiones con música: http://chrsouchon.free.fr/orosedo.htm)


Como es natural, la canción ha recibido a lo largo de su historia muchas interpretaciones, de las cuales la wikipedia ha recogida algunas de las más significativas. Actualmente, en youtube puedes encontrar éstas:

http://www.youtube.com/results?search_query=oro+se+do+bheatha+bhaile&aq=0&oq=oro+se+do+

De las cuales tomamos sólo algunas. Para empezar, por ser la más antigua, la de los Clancy Brothers con Tommy Makem, interpretando el texto original:

Wolfe Tones, la versión de Pearse (al igual que las siguientes):

Imprescindibles, los Dubliners:

E impresionante y hermosa la cantautora irlandesa Sinnéad O’Connor, en directo:

Bob Dylan: 70 años enredado en la tristeza


Bob-DylanAyer fue el 70º cumpleaños de Bob Dylan, el trovador de Minnesota. Nuestro amigo ha sido, es y sigue siendo un genio de la música: ha sido el gran responsable de la revolución de la música popular del siglo pasado, aunque su figura siempre ha sido bastante controvertida. Influyó en sus contemporáneos, cambiando tanto la manera de hacer folk como de hacer rock, tanto en la música como en las letras (los Beatles, los Rolling Stones, Jimi Hendrix, los Byrds, Donovan, Joan Baez, Judy Collins, el propio Arlo Guthrie, hijo de su ídolo, etc.), pero también en generaciones posteriores de músicos entre los años 70 a 90: Bruce Springsteen, U2, Sinéad O’Connor, Tom Petty… Y, por no alargar una lista infinita, en nuestros propios cantautores: Hilario Camacho, Pau Riba, Jaume Sisa, Pablo Guerrero, Luis Pastor, etc.

BobDylanComenzó influenciado por los grandes de la canción de autor y del folk de los años cuarenta y cincuenta: Pete Seeger, Malvina Reynolds, y, sobre todo, Woody Guthrie. Su gran hito fue que, siendo un cantautor folk, alcanzó el éxito reservado a las estrellas del pop británico. Pero contra lo que Dylan quiso rebelarse siempre fue contra su papel de líder, razón por la cual tomaba decisiones a veces descabelladas: cuando comenzó a cantar folk, renegó de su gusto por el rock’n’roll y de su ídolo Elvis; y cuando era la figura del folk y de la canción protesta, en la que todo chico contestatario con guitarra se veía reflejado, proclamó la muerte la canción protesta (no por falta de motivos, sino, según él, por la mala calidad de las canciones de este tipo que estaban surgiendo), se fue alejando de artistas contestatarios para empezar a unirse a los músicos de rock y dio el petardazo final en el festival de folk al cambiar de repente al rock. A finales de los 60 se vuelca al country con el disco Nashville Skyline y, para escapar del mito de líder generacional, saca el controvertido y bob-dylan-smoking-a-cigdiscutible disco Selfportrait, un compendio de versiones de otros cantantes y de canciones propias que no alcanzan la calidad de sus anteriores, según los críticos. Entre los 70 y los 80 vuelve a las raíces, pero su figura sigue rodeada de controversia y de polémica: muy pocos vieron con buenos ojos su conversión al catolicismo y que cantara al papa Juan Pablo II, mientras que los que lo vieron bien se dedicaron a abuchear a la cantautora irlandesa Sinéad O’Connor durante el concierto-homenaje a Dylan porque meses antes, en protesta contra la política teocéntrica de su país, rompió una foto de este papa. Y luego volvió al judaísmo del que durante tanto tiempo renegó… Y quizás sea el cambio constante lo que le ha configurado como uno de los mejores artistas del siglo XX: negar su “yo” anterior y afirmar el actual, para que en una nueva etapa surja la síntesis, tanto personal como artística, entre lo que fue y lo que es. ¡Feliz cumpleaños Bob! Sigue siendo tú, ya sabes lo que quiero decir…

He elegido esta canción, “Tangled up in blue”, porque es una de las que refleja la vida y el sentimiento de Dylan, es decir, es algo semibiográfica. Escrita hacia 1975, en pleno declive de la generación anterior, abría uno de los mejores y más personales álbumes de Bob, Blood on the tracks:

Tangled up in blue

Early one mornin’ the sun was shinin’
I was layin’ in bed
Wond’rin’ if she’d changed at all
If her hair was still red
Her folks they said our lives together
Sure was gonna be rough
They never did like Mama’s homemade dress
Papa’s bankbook wasn’t big enough
And I was standin’ on the side of the road
Rain fallin’ on my shoes
Heading out for the East Coast
Lord knows I’ve paid some dues gettin’ through
Tangled up in blue

She was married when we first met
Soon to be divorced
I helped her out of a jam, I guess
But I used a little too much force
We drove that car as far as we could
Abandoned it out West
Split up on a dark sad night
Both agreeing it was best
She turned around to look at me
As I was walkin’ away
I heard her say over my shoulder
“We’ll meet again someday on the avenue”
Tangled up in blue

I had a job in the great north woods
Working as a cook for a spell
But I never did like it all that much
And one day the ax just fell
So I drifted down to New Orleans
Where I happened to be employed
Workin’ for a while on a fishin’ boat
Right outside of Delacroix
But all the while I was alone
The past was close behind
I seen a lot of women
But she never escaped my mind, and I just grew
Tangled up in blue

She was workin’ in a topless place
And I stopped in for a beer
I just kept lookin’ at the side of her face
In the spotlight so clear
And later on as the crowd thinned out
I’s just about to do the same
She was standing there in back of my chair
Said to me, “Don’t I know your name?”
I muttered somethin’ underneath my breath
She studied the lines on my face
I must admit I felt a little uneasy
When she bent down to tie the laces of my shoe
Tangled up in blue

She lit a burner on the stove
And offered me a pipe
“I thought you’d never say hello,” she said
“You look like the silent type”
Then she opened up a book of poems
And handed it to me
Written by an Italian poet
From the thirteenth century
And every one of them words rang true
And glowed like burnin’ coal
Pourin’ off of every page
Like it was written in my soul from me to you
Tangled up in blue

I lived with them on Montague Street
In a basement down the stairs
There was music in the cafés at night
And revolution in the air
Then he started into dealing with slaves
And something inside of him died
She had to sell everything she owned
And froze up inside
And when finally the bottom fell out
I became withdrawn
The only thing I knew how to do
Was to keep on keepin’ on like a bird that flew
Tangled up in blue

So now I’m goin’ back again
I got to get to her somehow
All the people we used to know
They’re an illusion to me now
Some are mathematicians
Some are carpenters’ wives
Don’t know how it all got started
I don’t know what they’re doin’ with their lives
But me, I’m still on the road
Headin’ for another joint
We always did feel the same
We just saw it from a different point of view
Tangled up in blue

Copyright © 1974 by Ram’s Horn Music; renewed 2002 by Ram’s Horn Music

http://www.bobdylan.com/songs/tangled-up-in-blue

Enredado en la tristeza

Una temprana mañana el sol brillaba/ yo estaba acostado en mi cama/ preguntándome si ella habría cambiado del todo/ si su pelo seguía siendo rojo/ Sus amigos dijeron que nuestras vidas juntos/ seguramente iban a ser duras/ Nunca les gustaron los vestidos hechos a mano de mamá/ La libreta de ahorros de papá nunca era lo suficientemente grande/ y yo estaba de pie al lado del camino/ la lluvia cayendo sobre mis zapatos/ dirigiéndome hacia la Costa Este/ El Señor sabe que he pagado algunas de las dudas por estar/ enredado en la tristeza.// Ella se había casado la primera vez que nos encontramos/ pronto estaría divorciada/ La ayudé a salir del apuro, supongo/ pero empleé un poco de demasiada fuerza/ Condujimos aquel coche todo lo rápido que pudimos/ abandonándolo afuera del oeste/ Nos separamos en una oscura noche triste/ los dos convenimos en que era lo mejor/ Ella se volvió para mirarme/ mientras yo me alejaba caminando/ La oí decir sobre mi hombro/ “Nos encontraremos de nuevo en la Avenida”/ enredados en la tristeza.// Tuve un empleo en los bosques del gran norte/ trabajando de cocinero por una temporada/ pero nunca me gustó aquello demasiado/ y un día el hacha simplemente cayó/ y entonces puse rumbo hacia Nueva Orleans/ donde pasé a ser empleado/ trabajando un tiempo en un barco pesquero/ justo afuera de Delacroix/ pero todo este tiempo estaba solo/ el pasado estaba cerca detrás/ He visto muchas mujeres/ pero ella nunca escapó de mi mente, y yo acababa de madurar/ enredado en la tristeza.// Ella trabajaba en un local de top-less/ y yo paré ahí para tomar una cerveza/ y seguí solo mirando a un lado de su cara/ en el foco tan claro/ y más tarde mientras la multitud adelgazaba/ estaba a punto de hacer lo mismo/ ella estaba de pie allí detrás del respaldo de mi silla/ Me dijo: ¿Sé tu nombre?/ Murmuré algo por debajo de mi aliento/ Ella estudió las facciones de mi cara/ he de admitir que me sentí un poco incómodo/ cuando se inclinó para atar los cordones de mi zapato/ enredado en la tristeza.// Ella encendió un mechero en la estufa/ y me ofreció un pito/ “Pensé que nunca me ibas a decir hola”, dijo/ “Pareces un tipo callado”/ Entonces abrió un libro de poemas/ y me lo pasó/ escrito por un poeta italiano/ del siglo XIII/ y cada una de sus palabras sonaron a verdad/ y brillaban como el carbón ardiendo/ vertiéndose de cada página/ como estaban escritas en mi alma de mí para ti/ enredadas en la tristeza.// Viví con ellos en la Calle Montague/ en un sótano bajo las escaleras/ había música en los cafés por la noche/ y la revolución en el aire/ Entonces comenzó a traficar con esclavos/ y algo dentro de él murió/ Ella tuvo que vender todo lo que poseía/ y se congeló por dentro/ y cuando por fin se desfondó/ me puse en retirada/ La única cosa que sabía cómo hacerla/ era seguir manteniéndome como un pájaro que volaba/ enredado en la tristeza.// Por eso ahora estoy de regreso otra vez/ Tengo que llegar a ella de alguna manera/ Toda la gente que solíamos conocer/ son para mí una ilusión ahora/ Algunos son matemáticos/ Algunas son esposas de carpinteros/ No sé cómo todo esto se inició/ No sé qué están haciendo con sus vidas/ Pero yo, todavía estoy en la carretera/ dirigiéndome a otro porro/ Nosotros siempre sentimos lo mismo/ sólo que lo veíamos desde un punto de vista diferente/ enredados en la tristeza.

Bob Dylan

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