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La Hoguera (26-IV-2015): Adrian Vogel


con-cohen-en-granadaAdrian y yo nos conocemos de hace mucho tiempo, desde que cuando cerró el foro de Hilario Camacho, nuestro amigo común Antonio Gómez me habló de su fantástico blog, en donde cuenta muchas más de las cosas de las que ayer pudimos hablar. Adrian Vogel comenzó su carrera en el mundo discográfico casi, como él mismo dice, de becario, cuando tras un curioso incidente de bultos en la aduana que protagonizó su padre, al que se le recompensó con un disco de Pink Floyd, Adrian se presentó en la emisora que dirigía Vicente Mariscal Romero con tal disco, y, a cambio, el gran Mariscal le ofreció un puesto que hoy se llamaría de becario. Después, por señas de Mariscal, Adrian pasó a la FM de Radio Popular que había formado Gonzalo García Pelayo, la 99.5, escuela de locutores y profesionales radiofónicos de la talla de los ya citados, más otras leyendas de la radio como Cifu, Julio Ruiz, José Miguel López y muchos más, en activo o no (de hecho, con Adrian, ya son tres los locos de aquella radio que han pasado por La Hoguera).

platinos-mjDespués llegaron las labores de producción en trabajos como el primer sencillo de Burning o el Hijos del agobio de Triana, cuyo asesoramiento consigue hacer de “Sr. Troncoso” una canción muy especial. Y ya desde los 80, entra a trabajar en diversas compañías discográficas como A&R, &R, marketing, ventas y dirección general; y ahí tiene la oportunidad de conocer a grandes estrellas internacionales, para muchos de nosotros inaccesibles: Leonard Cohen, Raimundo Fágner, con el que le une una intensa amistad desde entonces, y hasta el semi-dios Michael Jackson… Aunque este trabajo le reportase algún desencuentro nada doloroso y la única canción que se le ha dedicado: hay quien sostiene que el verdadero “rey del pollo frito” es él y no el señor José Ramón Julio Martínez Márquez.

Adrian, además, ha escrito algunos libros: entre ellos, Mi Mundial Brasil 2014 (Punto de Vista Editores, 15 Julio 2014) y otro que tiene en el horno Bikinis, Fútbol, Rock & Roll y otras películas (ensayo Pop sobre la transformación del franquismo sociológico).

Ayer pudimos escuchar estas anécdotas y otras más, junto a las canciones de The Rolling Stones (Street fighting man), Burning (Like a shot), Triana (Sr. Troncoso), Raimundo Fágner y Camarón de la Isla (La leyenda del tiempo –poema de Lorca), Leonard Cohen (Take this waltz –sobre el poema de Lorca, “Pequeño vals vienés”), Michael Jackson (They don’t care about us) y Jefferson Airplane (Wooden ships).

Escuchar:

http://www.ivoox.com/hoguera-adrian-vogel-audios-mp3_rf_4409695_1.html

http://www.getafevoz.es/programas/la-hoguera/

La Hoguera (12-IV-2015): Gonzalo The Pelayo


“De nuestro invitado de hoy me escucharía todos sus discos, vería todas sus películas, pero nunca, nunca, jugaría con él al póker”.

1600990_1441664749396319_1238386425_nCon este guiño que pretende resumir su intensa carrera, y el título que hace referencia a la película en donde es interpretado por Lluís Homar, empezamos nuestra charla con Gonzalo García Pelayo: persona polifacética donde las haya, que ha hecho de todo y todo bien. Gonzalo ha sido jugador, locutor, presentador, cineasta, fundador de la Radio Popular FM y del Sello Gong de Moviplay, en donde produce 130 discos, sobre todo, de rock, canción de autor y flamenco. Ha producido, entre otros, a Triana, Vainica Doble, Hilario Camacho, Pablo Guerrero, etc. El haber sido mánager de grupos como Gong y Smash, y el haber producido a Triana, hacen de él un promotor del llamado rock andaluz y del rock con raíces en España, en general. Junto a los compañeros con los que formó Popular FM, es responsable de una importante renovación musical al importar y pinchar discos de grandes grupos extranjeros como Jethro Tull, Jimi Hendrix, Bob Dylan, Canned Heat, etc. Y desde la dirección del Sello Gong, la importación de la Nueva Canción Chilena y la Nueva Trova Cubana a nuestro país.

De sus proyectos cinematográficos hablamos sobre su primera película, Manuela (1975) y de su próximo proyecto, que pretende rendir homenaje a los 40 años de la fundación del mítico grupo Triana.

Pudimos escuchar las canciones de Gong: “There’s a man going round”; Smash: “Ni recuerdo, ni olvido”; Triana: “Recuerdos de una noche”; Vainica Doble: “Eso no lo manda nadie” (original de Antonio Chacón); Hilario Camacho: “El agua en sus cabellos”; y Canned Heat: “I’m her man”. Una gran tarde que se hizo cortísima y que esperamos pueda repetirse alguna vez.

Escuchar:

http://www.getafevoz.es/programas/la-hoguera/

Ivoox: http://www.ivoox.com/audio_rf_4342021_1.html

Spreaker: http://www.spreaker.com/user/6970332/la-hoguera-gonzalo-the-pelayo

Se oye un rumor por las esquinas que anuncia que va a llegar el día en que todos los hombres juntos podrán caminar…


Rumor

Triana’s “Del crepúsculo lento nacerá el rocío”


hijos del agobioHijos del agobio (Children of the burden) was Triana’s second album, released in 1977. Perhaps is the most committed band’s LP: lucid lyrics of those years of changing in Spain, covered with stunning Andalusian progressive and psychedelic rock. Within it, in the inlay, we can read these words by Máximo Moreno, painter and designer of the amazing album cover:

… It’s at this right moment when it’s necessary to do the great effort, and if that effort can be captured in any way, You! will be stronger for keep on striving throughout your life. (…)

http://trianadiscografia.blogspot.com.es/2009/02/triana-hijos-del-agobio-1977-1-parte.html

The album closes with a great song, compossed by guitarrist of the band Eduardo Rodríguez “Roadway”: the only song in the album whose words are not made by Jesús de la Rosa (singer and keyboards), but by their friend, Andalusian songwriter Antonio Mata*, one of the best Andalusian songwriters, ex-member of the collective Manifiesto Canción del Sur (South Song Manifesto). It’s a song of struggle for a better tomorrow:

Del crepúsculo lento nacerá el rocío

¿Qué importa si es largo el camino?
Del crepúsculo lento, nacerá el rocío.
Segando el abrojo y el cardo,
mañana compañero, florecerá el trigo.

Cuando el trueno es amor
y el relámpago es vida
y la lluvia es la luz.

¿Qué importa si pierdo mañana
si gané libertad, para mis hijos?
El ayer no es el hoy ni el mañana
que es tiempo pasado.

Cuando el trueno es amor
y el relámpago es vida
y la lluvia es la luz.

Out of the slow twilight dew shall born

What does matter if the road is long/ Out of the slow twilight dew shall born./ Mowing crowfoot and thistle,/ tomorrow partner, wheat shall bloom.// When thunder is love/ and lightning is life/ and rain is the light.// What does matter if tomorrow I lose/ if I won the freedom for my children?/ Yesterday is not today nor tomorrow,/ cause it’s a past time.// When thunder is love/ and lightning is life/ and rain is the light.

Lyric: Antonio Mata

Music: Eduardo Rodríguez “Roadway”


* I really don’t know if Antonio Mata sung the song any time.

Rollo y Movida


Movida promovida por el Ayuntamiento

The Refrescos

Ayer vi, confieso que a medias, el documental sobre “la Movida Madrileña”, Frenesí en la gran ciudad, que echó La 2… Al igual que con este documental, mis recuerdos de entonces son muy vagos, ya que yo era demasiado pequeño, y sólo alcanzó a recordar la “post-movida”; recuerdo con cierta simpatía ese ambiente madrileño, en el que la gente parecía vestir como quisiera, algo que, de repente, desaparecería en los 90 (por lo menos en las ciudades periféricas de Madrid), cuando ya en mi adolescencia había como un acuerdo tácito entre los mozuelos y mozuelas de vestir todos iguales. Ciertamente, yo desconocía lo negativo que se escondía tras el vestirse como uno quisiera, incluso cuando en mi primera juventud creía que entre los hippies y los punkies había una corriente de simpatía. ¡Ingenuo de mí!

Hay cierta confusión acerca de lo que fue o pudo ser La Movida, algo muy normal si se piensa que fue un fenómeno, no único, sino aglutinador de varios fenómenos socio-culturales e incluso políticos, de varias cosas que habían venido gestándose a lo largo de la década de los 70. Con la Movida ha pasado algo similar a los movimientos de los años 60 en los Estados Unidos: tras veinte años después, todo el mundo afirma haber estado allí, y acaban metiéndose cosas que no eran exactamente de eso, y, sobre todo, una mitificación, las más de las veces excesiva, y a menudo con efectos negativos. Y, como en todo, se acaba reduciendo a un único elemento, generalmente a los que les ha ido bien.

Antes de nada he de avisar: esto no es un escrito en tono halagador, con tintes nostálgicos. Va a haber mucha crítica, y además feroz, hacia algunas figuras que, confieso, no me caen demasiado bien ni personal ni artísticamente. Valoraré lo que tuvo de positivo y criticaré lo que tuvo de negativo, desde mi punto de vista. Y más que nada, este es un escrito para reivindicar un movimiento anterior, para mí, más genuino y auténtico como fue el Rollo. Respecto a la música, suelo distinguir entre lo que amo, entre lo que no me gusta pero respeto, y lo que desprecio.

Vamos a hablar un poco de la Movida para luego reivindicar otros movimientos que la precedieron y que se tienden a olvidar. Vamos a comenzar enmarcando el fenómeno en su momento político-social.

TIERNOGALVANEn 1977 tienen lugar en España las primeras elecciones generales desde 1936, que gana UCD, y el PSOE de Felipe González consigue una amplia representación. En 1979, en las primeras elecciones municipales de la nueva democracia, el PSOE gana la alcaldía de Madrid, y don Enrique Tierno Galván, una figura que había sido clave en el antifranquismo y durante la transición, con su activismo y su personalidad, filósofo y profesor de profesión, se convierte en el primer alcalde democrático de Madrid desde los días de la República: emprendió una serie de reformas y actividades en la ciudad, en diversos ámbitos, que le valieron el título de “el mejor alcalde de Madrid”, un Madrid que experimentaba entonces un momento brillante, un momento de explosión cultural, fruto de lo que entonces se había venido haciendo y forjando. Con su actitud comprensiva hacia la juventud madrileña de finales de los 70 y de los 80, se convirtió en el alcalde de los jóvenes, y obtuvo el título de ser el padrino de, primero, el Rollo madrileño –del que hablaremos abajo- y luego de la Movida.

Durante los años anteriores, el peso de la dictadura había conseguido, o al menos en apariencia, que los movimientos juveniles y la música que se había estado desarrollando en el Reino Unido y en EE. UU, entraran en España con algo así como de 5 a 10 años de retraso (aunque siempre había avezados): por ejemplo, y hablando exclusivamente de rock, el gran festival hippie de España, el Canet Rock, que agrupa a grupos de rock progresivo y a cantautores de lo más contestatario, tiene lugar en 1975, seis años después de que ocurriera el Woodstock estadounidense; en su edición de 1977, sería casi exclusivamente de rock, y de rock progresivo: muchas de las músicas que allí se tocaron, en sus países de orígenes, estaban ya superadas. Sin embargo, entre el año 78 y el 80, todo pareció entrar de golpe. De repente pareció que todo se pudiera hacer y que todo, tanto lo bueno como lo malo, estuviera permitido: y se pasó, de los de melena y barba contestatarios de los 60 y 70 a los de los pelos (que tanto asustaban a nuestros queridos abuelos) de finales de los 70, y de éstos a los de los pelos coloraos de los 80 (con los que los buenos abuelos ya se cambiaban de acera, aunque sus nietos fueran de éstos).

Eskorbuto - Ensayos 1982 - FrontYa en los 80 se respira cierto aire de libertad en algunas ciudades: las movidas madrileñas, gallegas, barcelonesas, etc., con sus variantes. La Movida era, al principio, un compendio de cosas, a menudo demasiado difusas y heterogéneas, por lo que se tiende a su reducción: había heavies y rockeros que suspiraban por los últimos alientos de Led Zeppelin y que abarrotaron el estadio para ver a los Rolling Stones en su gira del 82, y que se agrupaban bajo la bandera de grandes bandas como Obús, Ñu, Leño, etc.; punkies, tan heterogéneos como lo habían sido en el Reino Unido: de los pasotas, pasando por el punk-glam de la ambigüedad sexual o de la homosexualidad provocadora (Macnamara, Almodóvar, Las Vulpes –cuya actuación en TVE, con su canción “Me gusta ser una zorra” hizo que rodara la cabeza del director del programa, Carlos Tena-), hasta los más abiertamente corrosivos y activistas, tales como Eskorbuto, Kortatu, los canarios Escorbuto Crónico… que bebían de las diversas fuentes en que se había dividido el punk extranjero (una “primitiva” Alaska se convertía en musa del punk algo más “digerible” y “simpático”, a la par que surrealista); y, por último, grupos de pop y de rock estilo años 50 (Loquillo, Los Coyotes, La Frontera). Proliferan diversas manifestaciones de estilo underground, y en la televisión programas dirigidos a los jóvenes, con estos “nuevos” estilos, tales como La Edad de Oro, o el magazine infantil-juvenil (aunque más juvenil) La Bola de Cristal: ambos programas, estuvieron en el punto de mira de los conservadores, cuyo peso en la sociedad española no había disminuido en absoluto, que se escandalizaban con los contenidos que Lolo Rico, su directora, consentía en su programa: educación sexual, moda juvenil, tolerancia interracial… Recuerdo este vídeo, de la sección “El 4º Hombre”, presentado por Javier Gurruchaga, denunciando el Apartheid de Sudáfrica y haciendo una apología de los negros a través de algunas de sus figuras más emblemáticas:

Pedro Almodóvar y Macnamara: provocación sexual y moralY, a parte de la música, otras manifestaciones, como el cine underground del primer Pedro Almodóvar, o las artes plásticas, que bebían directamente del pop-art de Andy Warhol. Pero al mismo tiempo que el PSOE, que había ganado las elecciones generales del año 82, y que copaba la mayoría de los ayuntamientos, se iba aburguesando cada vez más, a la vez que habían entrado en sus órganos de poder gente que no deberían estar allí, tales como Corcuera (un ministro muy odiado, con sus leyes represivas) o Miguel Boyer (Nota: estos dos y otros habían ocupado cargos públicos administrativos en el tardo-franquismo, de la mano de ministros y secretarios liberales), que contribuyeron a hundir en el descrédito al partido de inspiración marxista fundado por Pablo Iglesias, la Movida también se hundía a mediados de los 80. Digamos que los grandes, ante la avalancha de políticos oportunistas que, plagiando a Tierno, buscaban hacerse la foto con los músicos de pop y “punk-pop”, habían desertado (o nunca habían querido pertenecer), y la Movida quedó reducida a algunas figuras, algunas de ellas figurines. En esos momentos surgen grupos musicales que los documentales se empeñan una y otra vez en meter en aquello, tales como Hombres G y otros, cosa muy errónea por varios motivos: quizás la banda del hijo del Summers se criara en esos ambientes, pero cuando aparecen en la escena musical, de la llamada Movida sólo queda el nombre y algunas figuras que se pretende que la definen, llevando a cabo ese reduccionismo; y, por otra parte, no había nada más “anti-movida” que estos nuevos grupos de estética y música más bien conformista. El éxito de estas bandas banderas de lo que la generación de mi madre llamaba con desprecio “peras” o “niños peras”, y la pretensión de incluirlos en la Movida, supuso el tiro de gracia a un movimiento esencialmente inconformista. Aunque gran parte de culpa en esto la tuvieron los supervivientes.

movidaPorque ahora viene la crítica. La Movida, desde sus comienzos hacia el año 78, no era más que un nombre que designaba aquel compendio de nuevas manifestaciones artísticas y sociales de la juventud española; pero a mediados de los 80, los que habían triunfado se apropiaron, en cierto modo indebidamente del invento, reduciéndolo al post-modernismo, al glamour, a su visión de los hechos. Modernos, post-modernos y pseudo-punkies, que le besaban el culo al Andy Warhol enamorado de Imelda Marcos (no sin razón, algunos de ellos alaban e idolatran hoy el glamour de nuestra señora Marcos particular, Carmen Polo con su collar de perlas y sus descendientes femeninas, al tiempo que colaboran o han colaborado en medios de ultra-derecha), dan su visión de lo que supuso la Movida, ¡y hasta del punk español!, siempre que tienen ocasión: como dijo su alta representante, Alaska, no eran de izquierdas ni de derechas; obviamente, no podían ser de derechas, pero repudiaban a la generación anterior y su activismo político, mostrándose en esto sumamente desagradecidos, ya que muchos de aquella generación no sólo propiciaron el cambio necesario, sino que incluso los apoyaron, produjeron, etc. Desde entonces, la visión general que imperó acerca de aquella primera juventud de los primeros 80 fue la de una generación despolitizada (en el peor sentido del término), relativista (no sólo moralmente, sino también política y socialmente), hedonista pero en el sentido egoísta del concepto, libertina, frívola… Ignorando que muchas otras personas tenían preocupaciones más grandes que si les quedaría bien la cresta con purpurina púrpura, ensayar poses falsas de pretendida ambigüedad sexual transgresora, o fingir que les gustaba la última mierda cinematográfica underground que cagó el más pedante y cool de los postmodernos. Ciertamente se cocieron muchas cosas, gran parte de ellas positivas: la liberalización de las costumbres, de la sexualidad, una tolerancia mucho mayor que la que antes había habido, y, sobre todo, le restaron peso al conservadurismo tradicionalista.

El periódico de sucesos "El Caso" se hacía eco de la batalla en el Rock-OlaPero también tuvo cosas negativas socialmente: de repente, las drogas duras entraron en tropel; no es que antes este problema no hubiera existido, pero ahora se acuciaba, y muchas de las veces por algo tan idiota como que “se puso de moda”. La heroína, por ejemplo, arrasaba en los ambientes punk, y llegó a ser un problema tan dramático, que alguno de los supervivientes aseguran haber asistido a un funeral por semana; también en los círculos cool, y el efecto fue parecido al que pasó en otros países: cuando los “niños bien”, o bien hartos de su falso inconformismo, o bien descubriendo lo dañina que era, la traspasaron a los barrios pobres, aunque ellos le siguieron dando a la coca, la droga de moda; y de repente, los yonquis que se arrastraban por las ciudades en busca de un pico no eran ni tan interesantes ni tan cooles como Lou Reed. Otro aspecto negativo fue el fenómeno de las tribus urbanas: en principio, no había nada de malo en vestirse como uno quisiera; lo malo es que esto degeneraba en enfrentamientos absurdos que ni ellos mismo comprendían: ya no era ni siquiera una cuestión social o política, era, simplemente, una rivalidad mal entendida la que llevaba (y sigue llevando) a grupos que les gusta un tipo determinado de música y estética a enfrentarse con otros que les gusta otro tipo de música y practican otra estética. Hasta la ultraderecha acabó aceptando esto cuando las juventudes ultraderechistas adoptan la estética skin-head inglesa, colgando sus formales trajes de niño bien. El hecho adquiere proporciones dramáticas cuando en uno de los templos de la Movida madrileña, la discoteca Rock-Ola, tiene lugar un suceso trágico, a la par que absurdo: un muerto tras una reyerta entre jóvenes rockers y mods, una rivalidad que había practicado la juventud inglesa de los años 60 y que ni ellos sabían por qué. ¡Cómo la iban a entender unos chavales de Madrid! Este suceso en el año 84 pareció alimentar a la prensa sensacionalista y a aquella que, sin dejar de ser sensacionalista, deseaba desde hace tiempo sepultar de una vez por todas este fenómeno a veces tan malentendido; y así la discoteca Rock-Ola pagó los platos rotos de una fiesta que comenzaba a mostrar su lado negativo. En 1988, José Luis Corcuera, un siniestro personaje del PSOE, ocupó el Ministerio del Interior; en 1992 decretaba la “Ley de protección de la seguridad ciudadana”, conocida como “Ley Corcuera” o de “patada en la puerta”, del que, como ejemplo, ponemos este extracto, que fue declarado nulo por el Tribunal Constitucional:

A los efectos de lo dispuesto en el párrafo anterior, ser  causa legítima para la entrada y registro en domicilio por delito flagrante en conocimiento fundado por parte de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad que les lleve a la constancia de que se esté  cometiendo o se acaba de cometer alguno de los delitos que, en materia de drogas tóxicas, estupefacientes o sustancias psicotrópicas, castiga el Código Penal, siempre que la urgente intervención de los agentes sea necesaria para impedir la consumación del delito, la huida del delincuente o la desaparición de los efectos o instrumentos del delito.

Ley Orgánica 1/92 de 21 de febrero, de protección de la seguridad ciudadana, Art. 21.2

Esto es muy ilustrativo: muchos de los miembros del Partido Socialista habían simpatizado ampliamente con la “nueva ola”, algunos de una forma más honesta que otros, y muchos buscaron la foto para dotarse de un halo de modernidad. El cambio de actitud del gobierno hacia ciertas formas de “libertad de costumbre” presagiaban que la década siguiente iba a estar regida por un espíritu mucho más conservador. A fin de cuentas, y a pesar de lo que pudo haber dicho, el señor Felipe González decidió que lo mejor para España era permanecer en la OTAN.

Radio Futura: uno de los mejores grupos de la Movida madrileñaMusicalmente, también son bastante criticables algunas actitudes. Vuelvo a lo de antes: la Movida –e insisto: entendiéndola como un superfenómeno aglutinador de otros fenómenos socio-culturales- no tuvo una única música, tuvo varias, si bien es cierto que, por aquello de la moda, imperaban estilos más acordes a lo que se estaba haciendo ya entonces en el Reino Unido: pop, new wave, punk suave, etc. Sin olvidar a los grupos de rock duro, punk rock e incluso a algún que otro cantautor (la inclusión de Sabina en la Movida siempre me ha parecido algo hecho con ligereza, aunque por otro lado muchas de sus canciones de entonces entroncan muy bien con el espíritu de la época). La opinión de un amigo, que sabe de esto un huevo, es que supuso un tremendo paso hacia atrás en lo que a calidad en producción de los discos se refería; y la comparto ampliamente. Recuerdo la concepción que tenía de algunos de esos grupos entonces: me parecían sumamente idiotas muchos de ellos; mi percepción hacia algunos ha cambiado, pero respecto a otros, sigue invariable. No obstante, aquella época dio a grandes genios de la música popular española, como Santiago Auserón, Enrique Urquijo o Antonio Vega. Sin embargo, a finales de los 80, e incluso a mediados, todo era muy comercial, muy falso: de los grupos que se autodenominaban punkies (no hablo de los punkies auténticos) no quedaba nada más que unos pelos teñidos: ¡hasta en la versión española de Barrio Sésamo aparecían bailando con Espinete (que tenía la cresta de fábrica)! Y, por su parte, algunos punkies auténticos y otros irreverentes parecidos, caían en la misma trampa que sepultó a sus ídolos ingleses al revolverse contra la generación anterior (progresista, antifranquista y, a veces, utópica) y su, como decían ellos, forma correcta de pensar; y así, en el primer disco de Ilegales se incluye la canción más gilipollas del rock español, “Heil Hitler” (que digo yo que me parece muy bien que no te caigan bien los hippies… Pero de ahí a gritar “Heil Hitler” porque a ellos no le guste y a decir “simpáticos los nazis”…), mientras que el grupo Oi!, Conemrad (formado por ex miembros de Escorbuto Crónico, de Canarias) se ganaba el epíteto de neo-nazis por culpa de una pretendida parodia del “USA for Africa” que llevaron a cabo grandes estrellas musicales internacionales, titulada “La Laguna por África”, cuya letra, por su carácter sumamente racista y violento, no pienso reproducir aquí (aquí se puede leer una nota acerca de lo que pensaban sobre ello y qué fue lo que los llevó a hacer semejante canción; les ennoblece el sentirse bastante avergonzados por ello, al contrario que Jorge Martínez de Ilegales, de quien no creemos que sea un nazi, pero por alguna razón que desconocemos sigue defendiendo su aborto de canción, y a veces con argumentos de lo más estúpido). Y es que tal vez, Gabinete Caligari les podría haber hablado del precio de la provocación por la provocación, de cómo la bromita de declararse fascistas –sin pararse a pensar que los productores, periodistas y críticos musicales de entonces eran los antifranquistas de los años 70: aunque en realidad se trataba de eso, de cargar contra los hippies antifascistas de la década anterior porque eran quienes manejaban ahora los medios- casi acaba con su carrera, y todo por imitar una forma de provocación inglesa que ya estaba muerta y enterrada; quizás desconocían que, ya por entonces, en la patria del punk, había grupos de “música” que llevaban brazaletes nazis y decían practicar una aberración llamada “rock contra el comunismo”, y que era una aborto de esa estupidez de la provocación (¿provocación a quién?, nos preguntamos). Pero nos hemos desviado del tema… Quería decir que, musicalmente, hubo grandes grupos, de todos los estilos, de todas las tendencias, aunque quizás, como siempre, no se recuerde exactamente a los mejores de aquéllos. Pero nunca he estado de acuerdo en que fue el mejor momento de la música popular española, aunque algunas de sus figuras me parezcan respetables. Y aquí viene mi reivindicación.

Para algunos de los más postmodernos de la Movida, ésta supuso una ruptura con la anterior juventud: la juventud del 68, la juventud antifranquista, a laimages que consideraban excesivamente, o no excesivamente, politizada. Pero vamos a aclarar una cosa: la Movida no surgió por generación espontánea, y ni mucho menos fue un invento de los que eran tan guays que podían estar desinteresados de la política (aunque alaben los collares de doña Carmen Polo de Franco y escribieran en el medio de su amigo del alma Jiménez Losantos); los que realmente crearon el ambiente propicio para ello eran herederos, e incluso partícipes, de la anterior generación, pues antes de la Movida –y me voy a poner bíblico- existió el Rollo. El Rollo, al contrario que –insisto- algunos de la Movida, suponía una continuación, e incluso una colaboración, con la “generación anterior”. En la actitud comprometida de la mayoría de sus letras, podían autoproclamarse herederos de los cantautores contestatarios (a los que en los 80 darán la espalda algunos que respaldarán la Movida), y musicalmente, de los grandes grupos de rock progresivo, duro y psicodélico de los 70: Triana, Smash, Alameda…, abanderados del rock andaluz, nuestro rock sureño), los gallegos NHU (algunos de cuyos miembros colaboraron en la presentación del último disco de Benedicto como cantautor), los vascos Errobi, o incluso la banda de folk urbano madrileño Suburbano (capitaneados por Luis Mendo y Bernardo Fuster), y el gran rock progresivo catalán, la Música Laietana: Máquina!, Iceberg, Companya Elèctrica Dharma, y los cantautores experimentales Pau Riba y Jaume Sisa. A mediados de los 70 se formaron en los barrios populares de Madrid y otros sitios grupos de rock inspirados por el rock duro extranjero, que, dado su carácter temático de problemática social de esos barrios y ciudades, se dio en llamar rock urbano, para luego convertirse en el rock duro y en el heavy metal de los 80: Bloque, Asfalto, Leño (con Rosendo Mercado), Topo, Coz, Ñu, Cucharada (con Manolo Tena), Burning (con cierta fama de macarrillas, por la inclusión de un tema suyo en la película Navajeros), Gran Wyoming con su grupo Paracelso… Y luego bandas impresionantes del heavy en castellano como Obús, Ángeles del Infierno, Los Suaves, Barón Rojo… Y algunos punkies, como Kaka de Luxe (no sé si ya con Alaska). Toda esta premovida se desarrolla en un ambiente de colaboración entre los anteriores y los nuevos: productores, músicos y periodistas como Manolo Díaz, Hilario Camacho Gonzalo García Pelayo o Adrian Vogel apoyan a estos grupos; labor que merece la pena mencionar fue la Vicente Romero “Mariskal”, un disk-jokey radiofónico de los 70, que trajo los discos más innovadores del extranjero, y que abrió el sello discográfico en el que grabarían la mayor parte de estos grupos: “Chapa Discos”. Pero también contó con el recién estrenado alcalde de Madrid en 1979, don Enrique Tierno Galván, quien presidía a menudo el certamen-concurso del bario “Rock Isidro” (cuya segunda edición, creo, la ganó el Gran Wyoming), y donde comenzó todo.

FiestaPCE_cartel1986Personal y musicalmente el Rollo me parece un momento musical mucho más interesante y genuino que la Movida, o mejor dicho, lo que se dio en entender por ella: la mayor parte de estos grupos de rock de esta época eran unas personas que, sin renunciar a hacer buena música, se involucraban en los asuntos de entonces, y que eran muchos, aunque el fracaso del golpe de Estado intentara ocultarlos. Y por ello, socialmente, el bienio 1978-1979 me parece mucho más interesante, siendo una verdadera época de transición social. Tampoco se planteaban que tuviera que haber una ruptura necesaria, como predicaban los post-modernos, ni una provocación malentendida. Y, lo que era más importante, frente a la actitud indolente de algunas de las estrellas postmodernas de la Movida, a estas bandas no se les caían los anillos a la hora de protestar por cosas serias, como fue la protesta contra la permanencia en la OTAN, compartiendo cartel con los cantautores consagrados. No en vano Julio Castejón, líder de Asfalto, autocalificó a su grupo y a otros como “cantautores eléctricos”.

Pero bueno, si he dicho que intentar plantear una crítica musical y social a la Movida de los 80 me venía grande a causa de mi edad, hablar de el Rollo ya ni te cuento: con 0 años no te dejaban entrar en un concierto de Leño. Pero quedan algunos testimonios por aquí y por allá. Del blog de Adrian Vogel, recomiendo la lectura de estas entradas:

Y a partir de ahí se pueden rastrear más entradas. Interesantes también son las crónicas de Javier García-Pelayo (por cierto, sí: Gonzalo y Javier son las personas en las que se basa la película The Pelayos) sobre Smash y el rock progresivo de los años 70.

A parte, me parece que se reedita la película estandarte del Rollo: Nos va la marcha: ahí va una selección:

http://www.youtube.com/results?search_query=nos+va+la+marcha&oq=nos+va+la+marcha&gs_l=youtube.3..35i39.7644.8265.0.9188.2.2.0.0.0.0.134.239.0j2.2.0…0.0…1ac.1.HW71jL1z9qE

Y bien, hasta aquí hemos llegado: esto no es más que mi opinión personal del tema, fruto de discusiones privadas y de lo que he aprendido escuchando discos (se puede aprender mucho de una época escuchando sólo sus discos). Naturalmente sé que algunas de mis palabras herirán la sensibilidad de algunos seguidores de ciertas personas por las que, lo siento, no tengo demasiado respeto. Puede que lo parezca, pero en ningún momento he pretendido decir que la música popular tenga que hablar sobre los problemas actuales: ése es un elemento que yo, personalmente, valoro bastante, aunque admito que no es condición para que una música, un grupo o un cantante sean buenos; si la crítica ha derivado a eso, lo lamento.

Legalizando a ritmo de rock


“SI EL MUNDO NO SE ARREGLA POR SI SOLO, HABRÁ QUE HACERLO CON UNA BUENA…COZ”

Grito de guerra con el que la banda comenzaba sus conciertos en los primeros tiempos -Heavy Rock – Popular 1 – # 9 (1984)

Mitin del PCE en Torrelodones (Madrid), el domingo 12 de junio de 1977. Faltaban tres días para los primeros comicios legislativos de la democracia y el partido logró reunir a 300.000 personas.Tal día como hoy, en 1977, el entonces presidente Suárez daba un paso importante en aquello de la transición democrática: tras idas y venidas de emisarios y mensajeros entre el gobierno y el entonces ilegal Partido Comunista de España, reuniones clandestinas con Santiago Carrillo, y la demostración de responsabilidad de sus dirigentes y, más importante, la de civismo de sus bases y simpatizantes (mucho mayor que aquellos “defensores de la civilización occidental” que seguían diciendo que legalizarlos supondría la venida del caos), Suárez decidía legalizar en la Semana Santa de aquel año legalizar al “enemigo secular”. Fue un paso valiente y arriesgado, ya que muchos de los ministros, tanto civiles como militares, no es que fueran reacios, sino que eran hostiles, y amenazaban, indirectamente, aunque a veces muy directamente, con sus “ruidos de sable”: tras la legalización efectiva, el general Gabriel Pita da Veiga, a la sazón ministro de marina, al presentar su dimisión, se convertía en el capitán de una “rebelión” contra la decisión gubernamental; otros militares y cabecillas de la ultraderecha llenaban las páginas de los diarios ultras con incendiarias cartas y editoriales llamando abiertamente a la insurrección. Es de ley decir que tanto el presidente Adolfo Suárez (aun con sus luces y sus sombras) como el ministro de defensa, el general Manuel Gutiérrez Mellado (de quien he llegado a leer en algún medio ultra que era “agente de Moscú”), realizaron una labor encomiable, sobre todo al intentar apaciguar los ánimos de aquellos por lo que tenían que responder desde sus cargos.

Dolores Ibárruri y Rafael Alberti bajan las escaleras del Congreso en las primeras Cortes democráticas tras las elecciones.  MARISA FLÓREZPor su parte, la alegría de los dirigentes, las bases y los simpatizantes del PCE era desbordante, sobre todo porque ya no tenían que esconderse, y se manifestaban abiertamente. El partido, por entonces, gozaba de gran popularidad, además de muchas simpatías internacionales (debido a que con aquello del “eurocomunismo”, su secretario general Santiago Carrillo afirmaba alejarse de la temible y desprestigiante línea dura del estalinismo). Eran muchos, también, los artistas e intelectuales de toda generación, que o estaban afiliados o eran simpatizantes: veteranos literatos como Rafael Alberti y Gabriel Celaya eran una buena credencial; y con ellos, artistas e intelectuales algo más jóvenes. De entre ellos, destacaban los cantautores y los músicos, muchos de ellos reunidos en torno a algo que se llamó “Colectivo Musical del PCE”, que fue el que sacó un disco, dentro de la serie de discos llamado “Hablan los partidos”, que alternaban temas musicales con discursos de los dirigentes: Partido Comunista de España era el volumen 8º de esta serie, y reunía alocuciones de Dolores Ibárruri, Santiago Carrillo, Simón Sánchez Montero, Marcelino Camacho, Pilar Brabo, Ignacio Gallego y Ramón Tamames, con los temas musicales de Víctor Manuel, Ana Belén, Teddy Bautista y Coz, mítico grupo de rock que es hoy nuestro protagonista.

Coz fue uno de las primeras bandas de rock duro surgidas a finales de los 70, con el precedente de Triana, Asfalto, Bloque, Smash, etc., y, al igual que el resto de estas bandas, tenía un marcado cariz izquierdista: era natural, ya que casi todas ellas procedían de los barrios obreros, y a muchos de ellos les Coz, ¿en la fiesta del PCE?unía cierta afinidad peculiar con los cantautores de la época: Benedicto afirma en su libro Sonata de amigos, que –por cosas de la época- él y Bibiano tuvieron que pasar el examen ante el sindicato de espectáculos, estuvieron presentes como grupo de apoyo, además de cantautores como Elisa Serna, esta banda de rock duro, que ejercieron una cierta presión sobre el tribunal examinador. Desde entonces, Coz ha conocido diversos cambios desde su etapa inicial. En ésta de los inicios, la banda estaba dirigida por los hermanos Amancio y Carlos de Castro, que posteriormente formarían otra banda mítica, Barón Rojo; ellos son los coautores de esta canción junto al bardo asturiano Víctor Manuel, y que se recogía en dicho disco:

Rock de la legalización

Acaba de cumplir cincuenta y seis
que van del charlestón al rocanrol.
Acaba de cumplir cincuenta y seis
y ya podemos ver la luz del sol.
Nadie se esperaba esta explosión,
sábado caliente de resurrección.
Ya soy legal.

Las banderas rojas sin cesar
siguen invadiendo la ciudad.
Jóvenes y viejos se unirán
lágrimas y risas por igual.
Alguien rescató el viejo carnet
que estuvo escondido en la pared.
Ya soy legal.

Esto sí nos tiene que ayudar
a crecer sabiendo trabajar.
Sólo se me ocurre señalar
que la juerga acaba de empezar.

Víctor Manuel – Amancio y Carlos de Castro

http://www.cancioneros.com/nc/9386/0/rock-de-la-legalizacion-victor-manuel-san-jose-armando-castro-rueda-carlos-castro-rueda

El disco se puede descargar de aquí: http://www.mediafire.com/download.php?s4mkhm9k7xsis46

Capitán Trueno


Cap. Trueno, Crispín y Goliath modernizados; obra de ZósimoMuchas veces he nombrado a los grandes grupos de rock surgidos en los años 70, grupos practicantes de rock duro, psicodelia, rock progresivo, que, además, en cierta medida estaban emparentados con los cantautores (incluso algunos de sus miembros eran músicos de estudio de éstos); pero, a excepción de Triana, Errobi y algún otro más cercano a la canción de autor, nunca he puesto ninguna canción suya… Y ya va siendo hora.

Asfalto - Asfalto-frontalY es que eran grupos que no sólo hacían buena música, sino también buenas letras: eran unas letras mucho más maduras y adultas que las del pop de la década anterior. Quizás se debiera a que la mayoría de ellos provenía de los barrios proletarios y hablaban de temas que les tocaba muy de cerca. es el caso de una de las bandas más conocidas y mejores de aquella escena: el grupo madrileño Asfalto, al que su líder, Julio Castejón, denominó –junto a otros- como cantautores eléctricos, y no sin razón. Después de algunos singles desde principios de los 70, el grupo publica su primer larga duración en 1978, Asfalto, que se abría con una canción que, creo, todos habremos oído alguna vez. Al igual que grupos de rock extranjeros hicieron, como, por ejemplo, los gran Country Joe & The Fish, Asfalto mezclaba sus ideas sobre la sociedad y la política con el mundo del cómic o el tebeo (sobre la marcha, algo que también hizo Jaume Sisa en su “Qualsevol nit pot sortir el sol”), en este caso, con el personaje más popular del tebeo español: el Capitán Trueno, obra de Víctor Mora y Ambrós héroe de la justicia y defensor del inocente y del desposeído. He aquí el primer éxito de la banda, muy apropiado para aquel año:

Capitán Trueno

Si el Capitán Trueno pudiera venir
nuestras cadenas saltarían en mil
de él aprendimos que el bueno es el mejor
aunque al pasar el tiempo comprendemos que no.

Si el Capitán Trueno pudiera venir
nuestras cadenas saltarían en mil
monstruos gigantes, princesas encantadas
el malo siempre palma, la chica se salva.

Ven Capitán Trueno
haz que gane el bueno
Ven Capitán Trueno
haz que gane el bueno
Ven Capitán Trueno
que el mundo está al revés.

A bordo de su barco subiríamos tú y yo
perseguidos por los años desde que él nos dejó
en océanos de tebeo y con espadas de papel
haríamos a los piratas retroceder.

Ven Capitán Trueno
haz que gane el bueno
Ven Capitán Trueno
haz que gane el bueno
Ven Capitán Trueno
que el mundo está al revés.

http://www.letrasymas.com/letra.php?p=asfalto-capitan-trueno

Asfalto

(José Luis Jiménez, Julio Casejón, Enrique Cajide, Lele Laina)

¿Qué fue de los cantautores? Luis Pastor le responde con mucho gusto…


Portada del último disco de Luis Pastor, muy de Grateful Dead, ¿no?“¿Qué fue de los cantautores?” era la pregunta que algunos, bien maliciosa, bien ingenuamente, preguntaban a todo aquel “ex-combatiente” de la Nueva Canción genérica -es decir, en todo idioma oficial, o no reconocido, y en dialectos de todo el país- que lucharon con voces y guitarras contra el franquismo y sus coletazos. Luis Pastor responde en su nuevo disco a esta pregunta: según le entendí en un evento, fue un poema que estuvo madurando, harto de que le preguntaran por aquellos días, como si ya estuviera acabado y retirado, y no le preguntaran por lo que estaba haciendo hoy por hoy, y que se lo soltó a cierto periodista y crítico musical (del que no revelaremos el nombre) que le lanzó la pregunta, uno de los que a finales de los 70 tocó la trompeta del apocalipsis de la muerte de los cantautores, y que, paradójicamente, conduciría algo después un excelente programa para TV3 sobre la Nova Cançó, dejándole a cuadritos. Lo que aquí en este poema Pastor expone es algo que ya a menudo hemos hablado aquí, del desarrollo que tuvo la canción de autor crítica y combativa en nuestro país, que arrancó desde los años 60 y tuvo sus momentos álgidos y bajos entre los 60 y los 70: poniéndose de moda, quitándose de moda, poniéndose, etc., por parte de productores y críticos, entre los cuales los había más o menos honestos, y más o menos aprovechados. A finales de los 60, la canción de autor, o mal entendida “canción protesta”, llegó a ponerse relativamente de moda: esto no significa que los auténticos cantautores tuvieran toda la libertad del mundo para tocar, grabar y actuar, y casi lo que es más importante, distribuir sus producciones, o que estuvieran exentos de las multas y las detenciones; lo que la realidad era, más bien, cierto aire de indignación cuando con similares fórmulas ciertos intérpretes hacían su agosto imitando unas estructuras básicas y formales de la canción de autor, hasta el punto de llegar oír que el “Canto a Galicia” de un tal Julio no-sé-qué era el himno de los emigrantes gallegos; hechos tales que la banda de canción de autor satírica Desde Santurce a Bilbao Blues Band reflejaban en su demoledora “El ídolo”. Luis aborda muchas de las críticas que, por aquellos años, les lanzaba cierta crítica interesada: ¿chicos burgueses que no tenían por qué protestar? Muy especialmente él y otros, chavalxs que empezaron a trabajar desde muy jóvenes, sabían que era una falacia repugnante. La crítica reaccionaria, en su estilo de costumbre, no tenía mejores argumentos que mentir sobre la mayoría de ellos y generalizar, a veces exagerando verdades a medias, y otras, sencillamente, inventándose las cosas.

Portada de "Hermano Lobo", agosto de 1974, por Miguel GilaMediados de los 70: Franco la palma y se inicia un proceso irregular de democratización no acabado –ni de lejos- que, si bien por un lado pretendía instaurar una democracia parlamentaria, por el otro intentaba mantener ciertas cosas y, lo que es más importante, a ciertas personas. Entre 1976 y 1978, con una progresiva liberación de la libertad de expresión y relajación de la censura, la canción de autor tiene su nueva edad de oro; básicamente fueron tres las edades de oro que tuvo: a mediados de los 60, con la influencia de la Nova Cançó y, especialmente de Raimon y Paco Ibáñez, y que fue interrumpida por las medidas tomadas al respecto de las revueltas estudiantiles y obreras; la tercera, con el llamado “espíritu del 12 de febrero” en 1974, una época de relativa apertura de la libertad de expresión, que duró muy poquito; y esta última, durante la transición: en todas ellas, podrá aducir alguien, surgieron aprovechados, arribistas y demás, algunos de los cuales traicionaban su propio espíritu; pero, si bien esto es verdad, no dejemos de hacer notar que en todas ellas surgieron nuevos y grandes valores. Esta última edad de oro tiene su explicación en que, al haberse liberado un poco la libertad de expresión, las grandes discográficas internacionales comienzan a fichar a muchos de ellos (hasta la fecha, muy pocas multinacionales habían fichado cantautores: una de las salvedades fue Víctor Manuel, que grababa en Sony), mientras que personas que habían trabajado en la crítica y la prensa musical, como Alain Milhaud, Antonio Gómez o Gonzalo García-Pelayo, abrían nuevas discográficas que se ocuparan de esta música. Pero de ninguna manera significa esto que se forraran: a la par que se permite la grabación y distribución de casi todo material, paradójicamente, sus actuaciones son prohibidas, total o parcialmente, por el ministerio de la gobernación: el tan laureado ministro Manuel Fraga (tanta paz lleves como descanso dejas) se dedicó, prácticamente, a prohibir todo evento que tuviera una mínima relación con la canción de autor e incluso con la poesía: de los cuatro recitales de Raimon en lo que supuso su vuelta a Madrid, se suspenden los tres restantes (el primero, que fue grabado en un disco maravilloso, reflejaba en su portada el hecho); también se prohíbe la serie de recitales-homenaje de José Antonio Labordeta a su hermano, el gran poeta Miguel Labordeta (el primero se registra en el disco Labordeta en directo); parecida suerte correrán muchos de los festivales multitudinarios que, a lo Woodstock, presentaba lo mejor de cada casa en su lengua o dialecto regional, por una u otra cosa; y muchos de aquellos que conseguían realizarse, eran sistemáticamente saboteados por matones de la ultraderecha, a veces, enviados por la propia policía, cuando no eran de la misma policía. Quizás se debiera a que, en los primeros momentos de la transición, estos recitales tenían mucho de político, en ocasiones tanto que amenazaba con devorar el componente artístico: eran invitados de excepción figuras de la oposición, tanto política –de los cuales, muchos no se mostraron tiempo después lo que se puede decir agradecidos- como cultural (Gabriel Celaya fue invitado especial en el recital de Raimon en Madrid, y al contrario que con Felipe González, la asistencia anónima tuvo unidad de criterio al aplaudir su presencia, hasta el punto de arrancar lágrimas de los ojos del célebre poeta vasco); eso, por un lado, y por otro que aquellos recitales se convertían en los lugares para hacer todo tipo de reivindicaciones, lanzar todo tipo de vivas y mueras, y, en definitiva, decir todo aquello que durante más de cuarenta años no se podía haber dicho, a menudo sin ser conscientes de que el que pagaba el pato de toda esta celebración de la libertad de expresión era el propio cantautor (quien sí que era consciente a todas luces, era el enviado de la poli). A finales de los 70 esto era una situación algo insostenible, y, como les pasara a los Beatles, muchos cantautores se quejaban de que la gente no les oía, y ya no se sabía si los que reventaban los actos eran de izquierdas o de derechas. Pero su labor en estos años, a pesar de las multas, las detenciones, fue encomiable; aquellos que comenzaron cantando semi-clandestinamente en las sacristías de sacerdotes progresistas ahora llenaban estadios de fútbol y plazas de barrios y pueblos, y eran reclamados en recitales y festivales en el extranjero: Luis Pastor cantaba al aire en el barrio de Vallecas; Víctor Manuel y Nuberu lo hacían para los All my friends were theremineros asturianos; Carlos Cano, Manuel Gerena, Gente del Pueblo… para los jornaleros de Andalucía; Imanol se trajo de la mano a los bretones Gwendal, maestros de la música celta, para cantar en vasco; Benedicto y Bibiano recorrían Galicia practicando los preceptos aprendidos del inmortal José Afonso; Pablo Guerrero traía los ecos de la Extremadura que trabaja y que pasa de su “glorioso pasado” de conquistadores; Nuevo Mester de Juglaría, La Bullonera, Jarcha, Oskorri, Joaquín Díaz, Fuxan os Ventos, Sabandeños, Al Tall… dignificaban la música tradicional de su tierra, secuestrada por el nacional-folklorismo, y la gaita volvía a sonar rebelde y reivindicante. Y mujeres, como dice Luis, que merecen su mención a parte por muchas razones: la primera, por haber desafiado el estatus social que la sociedad las reservaba; la segunda, a consecuencia de la primera, que para muchas de ellas, probablemente, les fuera más difícil que a los que mean de pie el escribir sus canciones y cantarlas; y la tercera, porque a diferencia de las cantantes convencionales, algunas de ellas de diseño, de la época, con todo, eran dueñas absolutas de su producción y de su trabajo: Elisa Serna, Maria del Mar Bonet, Pilocha, Cecilia… Tod@s ell@s cantaban para un público que ya no era exclusivamente el universitario de entre 18 y 25 años de edad aproximadamente, sino que era un público muy heterogéneo, tanto social como demográficamente: jóvenes universitarios, bachilleres con acné, obreros, obreras y amas de casa de mediana edad, ancianos campesinos (que se preguntaban cómo esos muchachos podían saber todas esas cosas), y representantes de las clases medias: médicos, profesores, abogados…

otan noPero mientras sucede el máximo exponente, a la vez, se producía su declive, o quizás fuera un declive conducido por algunos, quién sabe… El caso es que ya entonces, ciertos críticos enarbolaron la bandera de la muerte, y haciendo una lectura parcial y sesgada de lo que dijera Mr. Bob Dylan, anunciaron la muerte de la canción de autor; pero mientras tanto, grupos tan curiosos como los futuros Pecos o Mecano intentaban hacerse su hueco versionando canciones de Aute o Víctor Manuel. Pero el declive avanza, y después del milagro del 23-F, después de la victoria electoral de D. Felipe González y su PSOE, aquellos políticos que anteriormente habían recurrido a ellos para amenizar sus mítines –el gancho era el cantautor o grupo de rock, ya que también merecen mención grupos tan geniales como Triana, Coz, Bloque, Asfalto y otros- declaran entonces contra ellos y consideran, más por conveniencia que por lealtad a la verdad, que ya no son necesarios: por conveniencia, decimos, pues la mayoría participó en las campañas y recitales contra la permanencia de España en la OTAN, junto a los grupos de heavy metal y punk-rock que se cargaban la visión de la juventud pasota de los 80. El cantautor argentino Alberto Cortez declaraba, en el programa “La Tierra de las mil músicas” (un capítulo con más buenas intenciones por parte del señor Luqui que buenas informaciones), que con la muerte de Franco se descubrió quiénes de ellos valían y quiénes no… Bueno, sobre esto podemos decir que el señor Cortez, a quien presentamos nuestra admiración, es tremendamente injusto con muchos compañeros: es cierto que hubo muchos cantautores, con buenas intenciones, eso sí, que no supieron afrontar el cambio, y se quedaron en el camino; pero no menos cierto es que la industria musical, la crítica y, en buena parte, el público y el cambio generacional dejó a muchos valiosos intérpretes en el camino. La fórmula hacia la frontera con los 80 era muy básica: renovarse, y así lo hicieron muchos, tales como Luis; la canción de autor ahora debía dejar atrás la arenga política y la rabia, y volverse algo más descriptiva, narrar lo cotidiano, y evitar, en lo posible, la frivolización de los temas: el elemento humanista y crítico debía de preservarse, pero bajo nuevas fórmulas. Esto no supuso, de ninguna manera, claudicar ni rendirse: alzaron sus voces también contra la guerra del golfo, contra la guerra de Irak -que es la que me tocó más de cerca-, en donde mientras Luis Pastor y Adolfo Celdrán presentaban sus escalofriantes canciones contra la guerra, José Antonio Labordeta, en su papel de diputado por Aragón, hacía vibrar el congreso con palabras de justicia y de verdad, tomadas de su hermano, mientras el presidente Aznar miraba para otro lado… Y ¡sí!, amigo neocón, mal bicho y lengua de víbora: contra la de Libia ¡también!… Otra cosa es que los medios lo hayan recogido. 

Desde entonces y hasta hoy, se han venido repitiendo los mismos clichés de crítica, la mayor parte de las veces por parte de gente cuya idea acerca de la canción de autor es la misma que tengo yo sobre urología: de oídas y sin comprobar. Básicamente, al tener sólo los referentes de Víctor Manuel o Serrat, y los desvaríos de cierta pseudo-prensa heredera de la de antaño, que aplica eso de “de la ceja” indiscriminadamente, hay mucha gente que se piensa que el cantautor superviviente de aquellos años es alguien que vive en urbanizaciones de lujo, que cena con Zapatero o Rubalcaba, que tiene un cochazo, que manda a sus hijos a colegios privados, y no sé cuántas cosas más… Y Luis revela cuál es la otra realidad, pidiendo, por favor, pero con cierto enfado, que no se meta a todos en el mismo saco. Acaba ya dándonos la pista de por qué derroteros anda la canción de autor de ahora, emparentándola con los raperos de calidad, capaces de hacer una poesía urbana de calidad y crítica con el sistema.

Y yo, que no soy cantautor, aunque dé el cante, me siento muy orgulloso de ellos, y de haber conocido a muchos de ellos: de los que no se rinden, de los que dejan en ridículo al señor Winston Churchill con aquella soberana memez que dijo acerca los revolucionarios a los 20 y a los 40, y, cuando tenga su edad, me gustaría ser como ellos.

NOTA: se me disculpe no haber nombrado a muchos, pues no pretendía ser exhaustivo; que esto no se entienda como una injusticia.

“A todos los compañeros cantautores que ya no están, pero que nos dejaron su ejemplo, su compromiso y sus canciones: Ovidi Montllor, Carlos Cano, Chicho Sánchez Ferlosio, Hilario Camacho, Imanol, Labordeta, Quintín Cabrera, Mikel Laboa…”

Dedicatoria del álbum de Luis Pastor, ¿Qué fue de los cantautores?

Qué fue de los cantautores

Éramos tan libertarios,
casi revolucionarios,
ingenuos como valientes,
barbilampiños sonrientes
—lo mejor de cada casa—
oveja negra que pasa
de seguir la tradición
balando a contracorriente
de la isla al continente
era la nueva canción.

Éramos buena gente,
paletos e inteligentes,
barbudos estrafalarios,
obreros, chicos de barrio,
progres universitarios,
soñando en una canción
y viviendo la utopía
convencidos de que un día
vendría la Revolución.

Aprendiendo a compartir
la vida en una sonrisa,
el cielo en una caricia,
el beso en un calentón.
Fuimos sembrando canciones
en esta tierra baldía
y floreció la poesía
y llenamos los estadios
y en muchas fiestas de barrio
sonó nuestra melodía.

Tardes y noches de gloria
que cambiaron nuestra historia.
Y este país de catetos,
fascistas de pelo en pecho,
curas y monjas serviles,
grises y guardias civiles,
funcionarios con bigote
y chusqueros de galón,
al servicio de una casta
que controlaban tu pasta
tu miedo y tu corazón.

Patriotas de bandera,
españoles de primera,
de la España verdadera
aquella tan noble y fiera
que a otra media asesinó
brazo en alto y cara al sol
leales al Movimiento
a la altura y al talento
del pequeño dictador
que fue Caudillo de España
por obra y gracia de Dios.

Toreando en plaza ajena
todo cambió de repente
los políticos al frente
de comparsa y trovador.
Se cambiaron las verdades:
"tanto vendes tanto vales".
Y llegó la transición:
la democracia es la pera.
Cantautor a tus trincheras
con coronas de laureles
y distintivos de honor
pero no des más la lata
que tu verso no arrebata
y tu tiempo ya pasó.

¿Qué fue de los cantautores?
preguntan con aire extraño
cada cuatro o cinco años
despistados periodistas
que nos perdieron la pista
y enterraron nuestra voz.
Y así van para más de treinta
con la pregunta de marras
tocándome los bemoles.
Me tomen nota señores
que no lo repito más:

algunos son diputados,
presidentes, concejales,
médicos y profesores,
managers y productores
o ejerciendo asesoría
en la Sociedad de Autores.
Otros están y no cantan,
otros cantan y no están.
Los hay que se retiraron,
algunos que ya murieron
y otros que están por nacer.

Jóvenes que son ahora
también universitarios,
obreros, chicos de barrio
que recorren la ciudad.
Un CD debajo el brazo,
la guitarra en bandolera,
diez euros en la cartera,
cantando de bar en bar.
O esos raperos poetas
que es su panfletos denuncian
otra realidad social.

¿Y mujeres? ni se sabe.
Y sobre todo si hablamos
de las primeras gloriosas
que tuvieron los ovarios
y el coraje necesarios
de subirse a un escenario
de aquella España casposa.

¿Qué fue de los cantautores?
aquí me tienen señores
como en mis tiempos mejores
dando al cante que es lo mío.
Y aunque en invierno haga frío
me queda la primavera,
un abril para la espera
y un “Grândola” en el corazón.

¿Qué fue de los cantautores?
aquí me tienen señores
aún vivito y coleando
y en estos versos cantando
nuestras verdades de ayer
que salpican el presente
y la mierda pestilente
que trepa por nuestros pies.

¿Qué fue de los cantautores?
De los muchos que empezamos,
de los pocos que quedamos,
de los que aún resistimos,
de los que no claudicamos.
Aquí seguimos,
cada uno en su trinchera
haciendo de la poesía
nuestro pan de cada día.

Siete vidas tiene el gato
aunque no cace ratones.
Hay cantautor para rato.
Cantautor a tus canciones.
Zapatero a tus zapatos.

Luis Pastor

http://canciondeautorenespanol.blogspot.com/2012/02/que-fue-de-los-cantautores.html

¿Es necesario repetirlo? ¡Venga, vale!

3 songs of Triana


El Patio (1975); front by Máximo MorenoTriana has been one of the best Spanish rock bands, considered as a legend today. Triana was formed by three musicians from other 60s pop groups: Jesús de la Rosa (1948-1983), vocals and keyboards; Eduardo Rodríguez “Roadway”, guitar and vocals; and Juan José Palacios “Tele” (1944-2002), percussion. They recorded his first LP in 1975. Triana belongs to the musical movement called as Andalusian rock and the flamenco-rock style (beside other bands as Smash or Medina Azahara), a kind of mix of flamenco and foreign psychedelic and progressive rock (King Krimson, Pink Floyd, etc.), so, maybe, it’s a kind of folk-rock. Triana’s lyrics, generally writen by De la Rosa or by “Roadway”, are very poeticals, and those of their beginnings are very implicated with society. Here there are three great songs, each one from a different album: El patio (“The Quadrangle”, 1975), Hijos del agobio (“Children of the burden”, 1977) and, their last one, … Llegó el día (“… Has come the day”, 1983):

El patio, recorded in 1974 and released in 1975, was their cover letter: psychedelic and progressive rock, with the touch of flamenco, and a very strong songs influenced by Andalusian poetry. The album first cut is this invitation to life and love.

Abre la puerta

Yo quise subir al cielo para ver
y bajar hasta el infierno para comprender
qué motivo es
que nos impide ver
dentro de ti
dentro de ti
dentro de mí…

Abre la puerta niña
que el día va a comenzar
se marchan todos los sueños
qué pena da despertar.

Por la mañana amanece
la vida y una ilusión
deseos que se retuercen
muy dentro del corazón.

Soñaba que te quería
soñaba que era verdad
que los luceros tenían
misterios para soñar.

Hay una fuente niña
que la llaman del amor
donde bailan los luceros
y la luna con el sol.

Abre la puerta niña
y dale paso a la luz
mira qué destello tiene
esa nube con el sol.

Por la mañana amanece
la vida y una ilusión
deseos que se retuercen
muy dentro del corazón.

Hay una fuente niña
que la llaman del amor
donde bailan los luceros
y la luna con el sol.

Open up the door

I wanted go up to heaven to see/ and go down to hell to understand/ which is that reason/ that prevent us from seeing/ inside you,/ inside you,/ inside me…// Open up the door baby/ the day is beginning/ all the dreams go along/ what a pity is awaking.// In the morning dawns/ life and a hope,/ wishes that are twisting/ very deep inside the heart.// I was dreaming I love you/ I was dreaming it was true/ that the bright stars had/ mysteries for dreaming.// There’s a spring, baby,/ they call it “of love”/ where are dancing the stars/ and the moon with the sun.// Open up the door baby/ and let ligh in/ look such a flash has/ that cloud with the sun…

Jesús de la Rosa


Hijos del agobio; front by Máximo MorenoMeanwhile, their second one, Hijos del agobio, with the same kind of powerful music (psychedelic, progresive and har-rock with flamenco), had a kind of songs more implicated with the Spanish society of the last 70s: a country that was on the road to democracy, but with a lot of injustices, as the repression against worker’s strikes, and the rise of the extreme-right wing’s parties and armed bands.  The next song –completed by the next track, “Necesito” (I need)- talked about that situation of a kind of politicians talking about what was the best for the people, and it’s also an allegation for democracy, the right of choosing:

¡Ya está bien!

Quién hablará
quién nos dirá
la verdad. 
Todos pretenden saber y decir
lo que piensa usted
con elegantes palabras
y el gesto duro a la vez
y queremos elegir
sin que nadie diga más
el rumbo que lleva a la orilla
de la libertad.
Enough is enough!

Who shall speak/ Who shall tell us/ the truth.// All of them claims to know and say/ what you think/ with smart words/ and a severe gesture both,/ and we want to choose,/ no need for someone saying anything more,/ the drift that shall drive us to freedom’s/ shore.

Jesús de la Rosa


Triana-Llego_El_Dia-FrontalFinally, … Llegó el día, released in 1983, was their sixth and last album. Since 1980, the band left a little their strong and experimental line, taking a more commercial style, not bad but less interesting than before. Jesús de la Rosa’s death in a wreck, at 14 October, put end to the career of the band. Both members of the band tryed to rescue the band’s name with new members unsuccesfully and with polemic… But it’s another story. This one, that gives name to the album, is probably the best of this LP, recovering Triana’s original spirit. It’s a beautiful song that seems to announce De la Rosa’s death… Maybe for that reason, but the words too, I use to compare it with Lynyrd Skynyrd’s “Free bird”, because both ballads sounds something like a farewell song:

Llegó el día

Ya no siento que me ahoga la nostalgia
y estoy muy cansado de llorar;
ya no importará más quien gane,
y no quiero de esta fuerza escapar.
Volaré por las estrellas una a una
en el brillo de tu cara y tu mirar,
pediré al sol que toda mi fortuna
sea un rayo perdido en alta mar.

Si sabes que no me vale,
si sabes que no me sirve.

Ahora siento que llegó el día
en que tengo ganas de vivir,
de atravesar los muros y ruinas,
que aunque pase el tiempo están ahí;
y florecer como un hombre nuevo
sin miedo a las tragedias por venir,
regalarle a la vida todo el fuego
de tus ojos y tus ansias de vivir.

Iba vestida la aurora
con rayos de sol,
y en los cabellos prendida
llevaba una flor.

Has come the day

Now I feel nostalgy doesn’t smother me/ and I’m very tired from crying;/ now shall no matter anymore who win,/ and I don’t want to run away from this strenght./ I will fly by the stars one by one/ on the shine of your face and your look,/ I’ll ask to the sun that all my fortune/ be a lost beam at offshore.// If you know that’s not worth for me,/ If you know that’s not help me.// Now I feel that has come the day/ in which I feel like living,/ like breaking through the walls and ruins,/ that although time pass by there they are;/ and bloom up as a new man/ without fear to tragedies to come,/ give away to life all the fire/ of your eyes and your longing of living.// The dawn was dressed/ with sunbeams,/ and pinned in her hair/ was wearing a flower.

Jesús de la Rosa

“Se oye un rumor por las esquinas…”


¡Rómpete guitarra,
rómpete si miento!

Elisa Serna

hijos del agobioLa politización del rock en España llegó alrededor de 10 años después que lo hiciera en Estados Unidos y en el Reino Unido, mientras que, por contra, la del folk y del flamenco se produjo casi inmediatamente (si es que, a pesar de la Sección Femenina, no lo había estado ya desde siempre). En la década de los 60, en el pop, hay unas poquitas tímidas canciones con algún tipo de mensaje social o de crítica, por contra, demasiado comercial a veces como para tomarlas –perdón por la expresión- en serio: temas como “Si yo tuviera una escoba”, canción críptica donde las haya (si yo tuviera una escoba… ¡cuántas cosas barrería!) o “Los chicos con las chicas”, que revelaba no sólo una manera nueva de relacionarse, sino que plantaba cara a los viejos reaccionarios que predicaban como ejemplar la educación sexualmente segregada… Pero aún eran canciones muy sencillas, muy comerciales y muy tímidas como para que sus intérpretes se metieran en las mismas aventuras que sus correligionarios de al otro lado de los dos charcos, cosa, por otro lado, impensable para ellos allá por los años 1968-1970. Tuvo que llegar, a mediados de la década de los 70, tras muchas aventuras e incomprensiones, el gran rock progresivo español, en cuyos grupos militaban algunos de los antiguos miembros de los grupos de pop de la década anterior. Para 1975, en los países en donde nació, la psicodelia y el prog-rock estaba desfalleciendo, delegando en el heavy metal, aunque era entonces cuando los grupos de punk-rock daban el campanazo; sin embargo, estos estilos entraron con fuerza en España (y en otros lugares de Europa) y la psicodelia vivió una especie de segunda edad de oro en nuestro país. Por su parte, en la década de los 60, los cantautores y los grupos de folk “politizado”, pagando por ello el no contar con ese respaldo comercial (salvo un pequeño grupo de ellos), pero también con consecuencias más duras que un pequeño rapapolvo (ya sabes: detenciones, multas, cárcel, exilio voluntario o no…), cuando no el silencio impuesto por alguno de los métodos habituales. Es también, en los años que van desde 1975 a 1978 cuando surge una esplendorosa legión de cantautores, cantaores y folkies contestatarios, aprovechando no tanto la inminente “apertura” (se graban los discos, pero muchas veces sus canciones no pueden emitirse por radio ni cantarse en los recitales, siempre y cuando los mismos recitales no hubieran sido suspendidos incluso a última hora), sino por los fichajes de muchos de ellos por parte de las grandes empresas discográficas. Esta proliferación de la canción contestataria, pues, contrastaba con la cesión de permisos y con la férrea censura.

Triana en directoY así, la temática de las canciones de los grupos de rock progresivo, con el precedente de algunos cantautores experimentales y progresivos (para los cuales, algunos de los miembros de estos grupos habían trabajado como músicos de estudio) resultaban sintetizarse de la música pop y rock y de las letras de los cantautores, a los que a veces versionan o incluso algún cantautor amigo se las regalaba. “Cantautores eléctricos”, como los llamó Julio Castejón, del mítico –y con buena salud- grupo madrileño Asfalto, la música de estos grupos era ya una manera adulta de concebir la música pop y rock, frente a la ingenuidad de los grupos de la década anterior. La proliferación fue magnífica, y aunque la conciencia política no era una constante en todos estos grupos, podemos meterlos en el mismo saco en el sentido de que expresaban una manera crítica hacia la sociedad a través de, ya no sólo por sus letras, sino por sus músicas, algo que heredarían los grupos de rock duro, heavy metal y punk-rock que irán apareciendo entre los finales de los 70 y los 80.

Jesús de la Rosa, TrianaDe entre todos ellos, aunque no fueran los primeros, destacan Triana, quizás el grupo más conocido del rock andaluz de mediados y finales de los 70, sobre todo por su giro comercial en los 80. Sus propios miembros aseguraban que Triana no era una gran revolución musical, sino que su éxito se debía más a sus letras; su éxito, según ellos, se debía a que aparecieron en el momento preciso y supieron estar a su altura. De su segundo disco, Hijos del agobio, es este “Rumor”, una canción que parece hablar de dicha transformación del músico que decide implicarse más con su arte en la sociedad, o bien, un homenaje a a algún cantautor, seguramente andaluz, y más probablemente –conjeturando e intuyendo- Antonio Mata, cantante amigo que colabora con Eduardo Rodríguez en la composición de la tremenda “Del crepúsculo lento nacerá el rocío”. Para ver que no es nada exagerada la importancia social del rock progresivo en general, del rock andaluz en particular, en las fechas de la transición democrática, sólo basta hacer notar que esta canción, como la de la mayoría de los cantautores contestatarios, recibió el sello castrador de “no radiable”…

Rumor

Un día salió del silencio
en el eco de una voz
y se expandió con el viento
que llega hasta el corazón,
la guitarra a la mañana
le habló de libertad

Salen de sus pensamientos
cosas que no quieren callar
por las calles y los caminos
que viene la madrugá,
la guitarra a la mañana
le habló de libertad.

Se oye un rumor por las esquinas
que anuncia que va a llegar
el día en que todos los hombres
juntos podrán caminar,
la guitarra a la mañana
le habló de libertad.

Salen de sus pensamientos
cosas que no quieren callar
por las calles y los caminos
y hasta la senda del mar,
la guitarra a la mañana le habló de libertad.

http://www.quedeletras.com/letra-cancion-rumor-bajar-44010/disco-hijos-del-agobio/triana-rumor.html

Jesús de la Rosa

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