Un cuento de hadas adulto del siglo xxi que puede leer todo el mundo.
SINOPSIS
Un regalo inadecuado puede cambiarle la vida a cualquiera. Tal es el caso de Miki, solterón por obligación y solitario por vocación; cuando su cuñado le obsequia con un recuerdo que se ha traído de su viaje a Japón: una muñeca sexual de nombre Megumi que vendrá a paliar sus días de soledad y sus noches de celibato. Sin embargo, Miki enfurece y se niega a utilizarla, para no dar la razón a quien le tiene por un onanista con dedicación exclusiva. Aun así, hace algo peor: empieza a tratarla con la dignidad de una persona y a respetarla como mujer, llegando a establecer una relación de pareja con ella; hasta la noche en la que, sin remedio, sucumbe a sus artificiales encantos… y, a partir de entonces, Megumi ¡¡¡cobra vida!!! A riesgo de perder su dignidad, e incluso su salud mental, Miki luchará contra viento y marea para hacer ver al resto de la humanidad que su muñeca sexual está viva y tiene conciencia, sentimientos y autonomía. Y que la ama.
Una vez más y de la mano de mi buen amigo Omar Jérez, aparezco en su sección, en esto que dio en llamar entrevista personal confrontada; y esta vez junto a Irene Otero Calvo, una mujer que es capaz de escribir, componer y cantar y hacerlo todo bien. Reproduzco la bonita introducción que nos hizo, y no, no me molesta aparecer como femenino.
Dos escritoras, dos amigas, dos buenas personas, dos creadoras con un talento demoledor, dos mentes invaluables, dos átomos que conectan con el ciclo de la vida, dos mujeres que luchan por los derechos e igualdad de sus semejantes, dos progresistas, dos seres irrepetibles, dos formas de sentir la existencia, dos más dos en sus cuerpos no hacen cuatro sino que suman cien, dos moléculas que serán estudiadas, dos ejemplos a seguir, dos entre mil millones que tenemos la gran suerte de tenerlas en nuestro ecosistema, dos seres sintientes, dos humanas que no conocen el odio, siendo dos fuerzas gravitatorias que generan un universo de autor como son las creadoras Irene Otero y Gustavo Sierra Fernández.
Amarlas, respetarlas o seguirlas es la opción que uno puede elegir si quieres sumergirte en un planeta de luz y color.
Esta es la segunda entrevista que me hace María Bravo para su La boca del libro; esta vez, con motivo de Queca. Aquí, un párrafo de ejemplo:
A veces las cosas te gustan o no, y no te planteas las razones. Supongo que será por el lenguaje, el modo de narrar y la agilidad de los diálogos; y esto quiere decir que te sea tan fácil leerla como ver una película del antiguo Hollywood. No me vale eso de que si la historia es buena lo demás está de más (me parece la excusa que pondría un escritor mediocre). La historia tiene que ser buena, pero también estar bien contada, sin escollos, sin lastres. Solo sentarse y leer. Me da igual que sea lineal o dé saltos, que esté escrita al modo tradicional o sea progresiva.
He aquí una selección de mi periplo de 19 días en el Museo Nacional del Prado; una obra de cada sala que me fue asignada. Las fotos han sido tomadas de la página del museo; ninguna de ellas se ha realizado sobre las obras. (No photo, please).
Relación:
Jan Brueguel el Viejo y Pieter Paul Rubens: La vista (serie Los cinco sentidos)
Francisco de Goya y Lucientes: Saturno devorando a sus hijos
Pierre Delabarre (atribución): copa de jaspe abarquillada con dragón (tesoro del Delfín)
Camillo Torreggiani: Isabel II velada
El Greco: Cristo abrazado a la cruz
Simon Vouet: Retrato de niña conpaloma
Pieter Brueguel el Viejo: El triunfo de la muerte
El Bosco: tríptico de El jardín de las delicias
Vicente Cutanda y Toraya: Una huelga de obreros en Vizcaya
Maestro de Zafra: San Miguel arcángel
Goya: La boda
Jacques Jordaens: Meleagro y Atalanta
P. P. Rubens y J. Jordaens: Perseo liberando a Andrómeda
Jacoppo Ligozzi: Alegoría de la redención
Francisco Pradilla: Juana la Loca
Taller romano: Joven griego
Goya: Gaspar Melchor de Jovellanos
Bartolomé Esteban Murillo: La conversión de san Pablo
El artista performativo y prologuista de Queca me prestó un hueco en esto que él dio en llamar «entrevista intrapersonal confrontada» para hablar de mi novela. Seguramente exagere en sus comparaciones, pero las acepto con agrado y humildad.
Te puedes imaginar estar solo como un panorama idílico en el que alguien se relaja frente a un prado verde con montañas al fondo; pero quien está solo de verdad no apreciará dicho pasaje. En su caso, la soledad es un escollo que lo lleva a una espiral de desesperación y una condena a repetir los mismos errores siempre. Es como querer cruzar un laberinto y equivocarse siempre en la misma bifurcación. Todo eso lleva al solitario a hacer cosas extravagantes o deplorables, pero también a adjudicarle acometer esas cosas aun no siendo verdad.
Billy («algo es algo»)
Tres cosas atormentan al exinspector de policía Guillermo Niño Pérez: un vecino que le obsesiona, el recuerdo de un crimen y una querella por sus torturas durante el franquismo. Por si esto fuera poco, se une la inquietud hacia un asesino en serie que
Queca
Un regalo inadecuado puede cambiarle la vida a cualquiera. Tal es el caso de Miki, solterón por obligación y solitario por vocación; cuando su cuñado le obsequia con un recuerdo que se ha traído de su viaje a Japón: una muñeca sexual de nombre Megu
Redención (Nuestro último baile)
Mi segunda novela: una historia de amor, misterio e intriga; la lucha de una chica por su pareja pasa por enfrentarse a una secta apocalíptica