Posts Tagged ‘Hilario Camacho’

Otro fragmento de Billy («algo es algo»)


1968: Raimon actúa en el vestíbulo de la hoy Facultad de Geografía e Historia de la Universidad Complutense de Madrid

Allí estaban los cantautores: cantando las verdades a quienes las quisieran escuchar, aunque los que debieran hacerlo pretendieran ser sordos. Contaban la historia de la gente, expresaban el sentimiento de un pueblo insumiso que no se resignaba, que quería vivir, que quería amar libre. Paco Ibáñez desenmascaraba a los usurpadores con la verdadera cultura española. Chicho Sánchez Ferlosio era la denuncia del anonimato popular. Raimon, un grito de esperanza alzado contra el viento y la noche. Lluís Llach componía el réquiem para tumbar la estaca. Serrat cantaba la ternura del hogar. María del Mar era la calma y la furia del Mediterráneo. Pi de la Serra sentenciaba que volveríamos a reír fuerte y sin miedo cuando el día dejara de ser gris. Ovidi Montllor profetizaba que llegaría el día en el que el llanto fuera de alegría. En la sureña profundidad de la gigantesca garganta de José Menese se refugiaba la voz del humilde. Manuel Gerena convertía los palos que mataron a “Chato” El Esparraguero en palos flamencos. Enrique Morente rezaba a la estrella de la justicia. Un cromlech ancestral eran las palabras de Bertolt Brecht en la voz eusquérica de Mikel Laboa. Imanol, un estremecimiento sobre los montes del País Vasco. Benedicto no traía de armamento más que palabras amigas galaicas. Bibiano exigía gaitas para todos, para hacer sonar la alborada que anunciaba el nuevo día. Elisa Serna era la persistente memoria incombustible y humilde de las casas de los obreros. Julia León, la tenaz queja del campesino castellano. Adolfo Celdrán advertía que la noche se acaba y el día está llegando. Aute cantaba la belleza de aquellos ojos que vieron morirse los cielos en el mes de septiembre. Labordeta era la fuerza del cierzo aragonés soplando contra la injusticia. Aguaviva confirmaba que la invasión de los bárbaros que profetizara Juan de Loxa había llegado. El Nuevo Mester de Juglaría cantaba en las plazas la sangrienta hazaña de una épica oculta por el poder. Las Madres del Cordero se reían de los poderosos poniéndolos ante el espejo del esperpento. Los Sabandeños: un ejército musical de luchadores canarios. Carlos Cano cantaba ante la hoguera el dolor del pueblo andaluz. Víctor Manuel era la voz minera que surgía de las entrañas de la tierra de Asturias. Luis Pastor, el furor proletario del irreductible barrio de Vallecas. Pau Riba, Jaume Sisa, Hilario Camacho…, los hippies que predicaban la paz y el amor contra la cultura del odio. Y Pablo Guerrero era la poesía que llovía a cántaros sobre el techo del obrero, el campesino y el estudiante extremeño. Y tantos otros… En sus voces las palabras de los poetas y de los desposeídos cobraban vida, se movían. Eran los trovadores que cantaban la épica de la Resistencia viva. La Verdad nunca había sonado tan bien.

Gustavo Sierra Fernández, Billy («algo es algo») (Libros Indie, 2019).

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La Hoguera (12-IV-2015): Gonzalo The Pelayo


“De nuestro invitado de hoy me escucharía todos sus discos, vería todas sus películas, pero nunca, nunca, jugaría con él al póker”.

1600990_1441664749396319_1238386425_nCon este guiño que pretende resumir su intensa carrera, y el título que hace referencia a la película en donde es interpretado por Lluís Homar, empezamos nuestra charla con Gonzalo García Pelayo: persona polifacética donde las haya, que ha hecho de todo y todo bien. Gonzalo ha sido jugador, locutor, presentador, cineasta, fundador de la Radio Popular FM y del Sello Gong de Moviplay, en donde produce 130 discos, sobre todo, de rock, canción de autor y flamenco. Ha producido, entre otros, a Triana, Vainica Doble, Hilario Camacho, Pablo Guerrero, etc. El haber sido mánager de grupos como Gong y Smash, y el haber producido a Triana, hacen de él un promotor del llamado rock andaluz y del rock con raíces en España, en general. Junto a los compañeros con los que formó Popular FM, es responsable de una importante renovación musical al importar y pinchar discos de grandes grupos extranjeros como Jethro Tull, Jimi Hendrix, Bob Dylan, Canned Heat, etc. Y desde la dirección del Sello Gong, la importación de la Nueva Canción Chilena y la Nueva Trova Cubana a nuestro país.

De sus proyectos cinematográficos hablamos sobre su primera película, Manuela (1975) y de su próximo proyecto, que pretende rendir homenaje a los 40 años de la fundación del mítico grupo Triana.

Pudimos escuchar las canciones de Gong: “There’s a man going round”; Smash: “Ni recuerdo, ni olvido”; Triana: “Recuerdos de una noche”; Vainica Doble: “Eso no lo manda nadie” (original de Antonio Chacón); Hilario Camacho: “El agua en sus cabellos”; y Canned Heat: “I’m her man”. Una gran tarde que se hizo cortísima y que esperamos pueda repetirse alguna vez.

Escuchar:

http://www.getafevoz.es/programas/la-hoguera/

Ivoox: http://www.ivoox.com/audio_rf_4342021_1.html

Spreaker: http://www.spreaker.com/user/6970332/la-hoguera-gonzalo-the-pelayo

LA HOGUERA: Carlos de Abuín y Antonio Gómez


Estuvimos dos horas con Carlos de Abuín, presentándonos las canciones de su disco Otro mundo, y dando un repaso a la intensa carrera de Antonio Gómez.

http://www.ivoox.com/hoguera-carlos-abuin-antonio-gomez-audios-mp3_rf_4281537_1.html

http://www.ivoox.com/player_ej_3996538_4_1.html?c1=ff6600

Viaje de Carlos de Abuín a Otro Mundo


Voy a comenzar un ciclo, que responde a una política nueva que he tomado, que llamo “Me regalas un disco, te regalo una entrada”: cantautores, o cualquier músico, preferentemente noveles, que me regalen un disco suyo, tendrán una entrada aquí. De momento sólo hay tres, y éste es el primero.

Carlos de Abuín y Yolanda Yone en "Discópolis"Conocí a Carlos ya hace tiempo en el foro de Hilario Camacho, y desde entonces hemos estado en contacto pero sin llegar a encontrarnos en persona, hasta el año pasado, en el que coincidimos en un ciclo de canción de autor, pero no nos reconocimos: me gustó su forma de interpretar una canción de Hilario Camacho, que durante años fue algo así como su mentor, y eso se nota; recordaba una anécdota de cuando Hilario y él fueron a la radio a presentar un ciclo de canción de autor, y fue presentado algo así como su discípulo: –¿Y qué pasará si el discípulo no se porta? –preguntaba algo así el locutor (que no recuerdo quién era)- -¡Pues nada! –dijo Hilario-, que habrá que darle unos azotes en el culo (interpreto lo que creo recordar: no será así al pie de la letra, seguramente, salvo lo del “culo”). Fue ya, finalmente, este mes pasado, durante los cursos de verano de la UNED, cuando nos conocimos en persona. Después tuve ocasión de comer con él, y es ahí donde me regaló su primer disco grabado, tras años de actuaciones, que es del que vamos a hablar: Otro mundo.

Lo escuché con avidez y desde la primera pista disparó mi índice “envidia sana”, es decir, que al escucharlo pensé: “Si yo me dedicara a la música, éste es el tipo de canción que querría hacer”. En un capítulo del Pesadilla en la cocina español, Chicote le recomendaba a un cocinero que cuando hiciera un plato, lo que tenía que sentir era envidia por el que se lo iba a comer; no creo que éste fuera el ánimo de Carlos de Abuín, pero sí despertó mi envidia. Y así se lo hice saber a Carlos, con la frase final: “Seguro que Hilario no te daría unos azotes en el culo” (ya que durante esa comida le recordé la anécdota).

otro-mundo-portadaPero, aparte de la envidia, ¿qué es lo que me gusta de Otro mundo? Digamos que Carlos, con la cuidada producción y arreglos de José Antonio Romero (uno de los productores más importantes de este país), utiliza lenguajes que yo entiendo y comparto. Musicalmente, se basa mucho en el rock clásico y la psicodelia de los 60 y 70, rastreables en Beatles, Dylan, Hendrix, etc., que es una música con la que me ganarás casi siempre; y ahí, sin perder por ello la originalidad, se nota la influencia de Hilario, del Hilario de La estrella del alba, A pesar de todo, etcétera. Líricamente, sus canciones, revestidas de poesía, enlazan constantemente lo individual y lo particular; nacen de reflexiones cotidianas que comienzan con las impresiones que tiene uno mismo y que acaban concatenándose con lo que ocurre actualmente, o con lo que viene ocurriendo desde hace tiempo. Carlos, que durante un tiempo se cuestionó su papel como cantautor, como puede oírse en el enlace a la radio de abajo, es, por esa razón, uno de los mejores cantautores actuales que he tenido el gusto de escuchar y conocer.

otro-mundo-contraportadaUna mantis religiosa gigantesca, encerrada en un laberinto transparente de muros azules, da la bienvenida cuando coges el disco; recortada sobre un paisaje, todo ello inmerso en un color verde, te mira con ojos inexpresivos, dando la impresión de que, bajo cierta luz verde y aumentado, cualquier insecto puede parecer una de esas criaturas híbridas y primigenias ideadas por H. P. Lovecraft, un hacedor de otros mundos. La contraportada, también coloreada de verde, suponemos que es la sierra de Guadarrama, que inspira una de las canciones, que también bajo esa coloración da la impresión de tratarse del paisaje de otro mundo. Estas fotos, como las que acompañan en el interior, y su diseño, son obra de Beatriz Pérez Otín.

Además de Carlos, que ha escrito y compuesto la totalidad de las canciones, y José Antonio Romero, que, además de encargarse de la producción y los arreglos, interpreta diversos instrumentos, le acompañan en la música Yolanda Yone (coros), Juan Carlos Melián (percusión) y Manu Míguez (violín y piano).

Friedrich_duerrenmatt_19890427El primer tema se llama “Vieja dama”, y está inspirado en la obra del dramaturgo suizo Friedrich Dürrenmatt, La visita de la vieja dama (1956), obra que relata como una millonaria anciana regresa a su pueblo ofreciendo millones a sus habitantes si matan a su antiguo amante, ya que ella quedó embarazada de él y por eso huyó despreciada por el pueblo. Un tema que se abre con una cacofonía de ruidos eléctricos y aullidos que parece una tempestad, dando paso a una pieza con tintes psicodélicos en la que Carlos reinterpreta esta obra, rayando en la lectura social de cómo una persona, si posee mucho dinero, puede comprar y hasta hacer la ley, y de cómo la miseria empuja a otros a cometer crímenes abominables.

“Entre el norte y el oeste” es, confiesa Carlos, fruto de las reflexiones que se le ocurren en sus diarios viajes de trabajo, cuando yendo y viniendo hacia Madrid atraviesa la Sierra del Guadarrama. Parecen momentos mágicos esos viajes en los que medio adormecido se te ocurren pensamientos filosóficos, poéticos, etc., a veces de manera inconexa…

Por su parte, el tema “Quién”, un conjunto de preguntas retóricas, transcurre a un ritmo de jazz lento; la respuesta final resulta desoladora…

LarraEl “Preludio (A la muerte de Larra)” se le ocurrió mientras trabajaba sobre la figura del escritor y periodista Mariano José de Larra (1809-1837), quien, como buen romántico, se quitó la vida a causa de un desamor. Con cierta musicalización de cabaret que presagia una trágica resolución, que nos hace imaginarnos a Larra recorrer los espacios de su casa buscando una pistola que luego limpia y prepara cuidadosamente envuelto en oscuras cavilaciones, Carlos interpreta los sentimientos del joven escritor que le llevan a la irrenunciable decisión de quitarse la vida, ya que, para él, nada tenía sentido en esta vida.

Continúa la autobiográfica “Palabras de ánimo”, en el estilo por el cual va contando sus experiencias vitales a lo largo de una trayectoria de aprendizaje que, más que los libros, lo da la vida misma. Es una canción que examina con cierta crítica el panorama actual y contiene líneas muy interesantes. El deseo "Quiero que los ricos y los pobres no jueguen al ajedrez", cosa que no puede ser porque los hombres viven en la granja que ideó George Orwell, enajenados por multitud de elementos dictados por los profetas de turno, quienes no sólo son “malos consejeros”, sino más bien “payasos”; y es que a fin de cuentas es como cuando te sientas a ver la televisión un sábado por la tarde y aparece Concha Velasco: “la peli repetida” hasta la saciedad, hasta que ya ni te parece interesante y ni te conmueve ni te hace gracia, porque encima es malísima.

Soledad Miranda“Zíngara” es una revisión-homenaje de Soledad Miranda (1943-1970), una joven que aspiraba a ser actriz y cantante pop, y que acabó haciendo cine porno tras figurar en algunas películas de la época, poco antes de su trágica muerte en un accidente de tráfico. Es un retrato y una reflexión de cómo los sueños pueden frustrarse, y de cómo a menudo en esa carrera hacia el reconocimiento quedan en el camino muñecos rotos. La interrupción brusca de la canción marca ese sentido de sueños frustrados.

Acaba el disco con el tema “Esperando con indolente impaciencia”, un tema que se abre con una introducción folk dylanesco, adornado con el típico ruido estético de los antiguos discos de vinilo, para abrirse jubilosamente con una música que recuerda a los mejores Beatles. Es la espera, que de tanto esperar ya ni siquiera importa lo que acontezca con tal de que acontezca; cuando los minutos acaban pareciendo eslabones de cadena y los días pesan como losas fúnebres, es entonces que, de tanto esperar, ya ni siquiera “esperamos nada”, hasta que todo acaba con una distorsión psicodélica hendrixiana.

Todos estos elementos: poesía, música, cuidada y original producción, filosofía (compartimos formación académica, y creo que es ésa una de las claves por las que comprendo bastante bien este disco)… configuran un “otro mundo” mucho más que aceptable: imprescindible para comprender la canción de autor actual.

¿Me atreveré a decir que el tocayo ha entrado ya en la historia de la música?

Carlos de Abuín

Otro Mundo

(2013)

  1. Vieja dama
  2. Entre el norte y el oeste
  3. Quién
  4. Preludio (a la muerte de Larra)
  5. Palabras de ánimo
  6. Zíngara
  7. Esperando con indolente impaciencia

Todos los temas de Carlos de Abuín

Producción y arreglos: José A. Romero

Fotografías y diseño: Beatriz Pérez Otín

30-30 records

Presentación del disco en Heliotropo:

http://www.rtve.es/alacarta/audios/heliotropo/heliotropo-carlos-abuin-otro-mundo-29-06-13/1897921/

¡Comprar!

http://www.elargonauta.com/cds-y-dvds/otro-mundo/58853/

“El agua en sus cabellos”, a Antonio machado’s poem sung by Hilario Camacho


Hilario Camacho - De PasoHilario Camacho was one of the most personal and original Spanish songwriters. He begun in the collective from Madrid Canción del Pueblo (People’s Song), and his first EP, with musicalization of two poems of the Cuban poet Nicolás guillén, was in the way of the classic protest song (musical soberty, explicit –the more they might be- lyrics, etc.)… But after a travel across some countries of Europe, and after his military service, he started to do other kind of songs in 1972: more dylanesque folk-rock style and psichedely; a lyrics less “political”, but comitted, in his way, with reality (and anti-francoism). The most of Camacho’s lyrics are writen by his own hand (some of them, given to other friends singers), but he liked to musicalize some of the dearest poets by the Spanish songwriters too (he even was the one who adapated and musicalized poet Allen Ginsberg), as it was this case, of his 1975 album De paso (Passing through), where he sings this poem of Antonio Machado (from Soledades. Galerías. Otros poemas 1907), in a sweet folk-rock style:

LXII

[El agua en sus cabellos]

Desgarrada la nube; el arco iris
brillando ya en el cielo,
y en un fanal de lluvia
y sol el campo envuelto.
    Desperté. ¿Quién enturbia
los mágicos cristales de mi sueño?
Mi corazón latía
atónito y disperso.
    …¡El limonar florido,
el cipresal del huerto,
el prado verde, el sol, el agua, el iris!
¡el agua en tus cabellos!…
Y todo en la memoria se perdía
como una pompa de jabón al viento.

LXII

[Water on her hair]

Teared up the cloud; the rainbow/ shining now in the sky,/ and in a bell jar of rain/ and sun the field is covered./ I woke up. Who is disturbing/ the magic crystals of my dream?*/ My heart was beating/ amazed and dispersed./ … The flowery lemon place,/ the cypress grove in the orchard,/ the green meadow, the sun, the water, the iris!/ the water on your hair!…/ And everything in the memory was losing away/ as a bubble in the wind.

Antonio Machado

* There are too little variations between the original version and Hilario’s. This is the only that deserves to be noticed: where Hilario sings “¿Quién enturbia ya mi sueño?”, so “Who is disturbing now my dream?”.

A Mallorca, durant la guerra civil


Bartomeu Rosselló-Pòrcel fue un poeta mallorquín enmarcado en aquella edad de plata de las letras catalanas, que se desarrolló casi al mismo tiempo, casi con las mismas vicisitudes, que la edad de plata de las letras castellanas, en la rosselló-pòrceldécada de los 20 y los 30. Residió y trabajó en Barcelona y en Madrid. La guerra civil estalla. Mallorca es tomada sin grandes dificultades, y una especie de aventurero y mercenario fascista italiano, llamado Arconovaldo Bonacorsi, quien se hacía llamar “Conde Rossi” y a veces “general Aldo Rossi”, a la sazón enviado por Mussolini como una especie de vicecónsul, dirige una de las más brutales represiones contra la población civil, hasta el punto de que Georges Bernanos, todo un escritor católico, afín a los sublevados fascistas, llega a escribir asqueado un testimonio sobre tales crueldades en Los grandes cementerios bajo la luna. Ante la imposibilidad, por su actividad en el ejército republicano (al que se alistó, aunque su delicado estado de salud le mantuvo alejado de la acción), de poder regresar a Palma, su ciudad natal, escribe uno de los más bellos poemas del período de la guerra civil, comparable a los de Antonio Machado, en el que la ausencia de reflexión política o de arenga revolucionaria es suplida por la nostalgia propia del exiliado. Rosselló-Pòrcel muere en El Brull en 1938, a los 24 años de edad, a causa de una tuberculosis, y se convertiría en el símbolo de una generación literaria catalana perdida. Su amigo Salvador Espriu le dedicaría una hermosa poesía a su memoria.

0639Por otro lado, y como fue la costumbre, su labor –a parte de la esforzada labor editorial, que tuvo que luchar contra los vientos y las mareas de la censura institucional, y que en ningún caso debe ser olvidada ni obviada- fue difundida y popularizada por varios cantautores, entre ellos la hermosa Maria del Mar Bonet, quien en su disco epónimo de 1974, para el que contó con la colaboración del también grande Hilario Camacho (¿enemistad castellanos-catalanes?, para quien la quiera, para quien la crea), y con una maravillosa portada confeccionada por el inmortal Joan Miró, rescataba algunos de los poemas de este gran autor mallorquín. Por supuesto, y supongo que con trabas institucionales, este implícito alegato contra la guerra y el fascismo, fue cantado por la bardesa balear:

Escuchar:

http://www.musicadepoetes.cat/app/musicadepoetes/servlet/org.uoc.lletra.musicaDePoetes.Titol?autor=197&titol=1309

A Mallorca, durant la guerra civil

Verdegen encara aquells camps
i duren aquelles arbredes
i damunt del mateix atzur
es retallen les meves muntanyes.
Allí les pedres invoquen sempre
la pluja difícil, la pluja blava
que ve de tu, cadena clara,
serra, plaer, claror meva!
Sóc avar de la llum que em resta dins els ulls
i que em fa tremolar quan et recordo!
Ara els jardins hi són com músiques
i em torben, em fatiguen com en un tedi lent.
El cor de la tardor ja s’hi marceix,
concertat amb fumeres delicades.
I les herbes es cremen a turons
de cacera, entre somnis de setembre
i boires entintades de capvespre.

Tota la meva vida es lliga a tu,
com en la nit les flames a la fosca.

César de Vicente Hernando, Poesía de la Guerra Civil Española (Eds. AKAL, 1995), p. 170

A Mallorca, durante la guerra civil

Verdean aún aquellos campos/ y duran aquellas arboledas/ y sobre el mismo azul del cielo/ se recortan mis montañas./ Allí las piedras invocan siempre/ la lluvia difícil, la lluvia azul/ que viene de ti, cadena clara,/ sierra, placer, ¡claridad mía!/ Soy avaro de la luz que me queda dentro de los ojos/ ¡y que me hace temblar cuando te recuerdo!/ Ahora los jardines son como músicas/ y me turban, me fatigan como en un tedio lento./ El corazón del otoño ya se marchita,/ concertado con humaredas delicadas./ Y las hierbas se queman en cerros/ de cacería, entre sueños de septiembre/ y nieblas entintadas de atardecer.// Toda mi vida se liga a ti,/ como en la noche las llamas a la oscuridad.

Bartomeu Rosselló-Pòrcel

Música: Maria del Mar Bonet

El sonido es malo, pero las imágenes merecen la pena

Desde Santurce a Bilbao Blues Band’s “El ídolo”


Desde Santurce a Bilbao Blues Band - Vidas Ejemplares Carátula CDDesde Santurce a Bilbao Blues Band was a songwriting band of satyrical and critical song of the 70s: their name (From Santurce to Bilbao…) it’s a reference to a Northern popular song plus the “blues band”, own of the great 60 and 70s foreigners rock bands; acording to Ramón “Moncho” Alpuente, they took the idea from great graphic humorist “Forges”. The most members of the band were the “survivors” of another band, Las Madres del Cordero (The Mothers of the Lamb, a name that refers to Frank Zappa’s fantastic group): Moncho Alpuente and Antonio Piera, plus Jordi Pi, Felipe Montes, Álvaro Ibernia and Joss Martín. Their first and only LP, produced by Alain Milhaud in 1974, was called Vidas Ejemplares –Exmplary Lives-, that was, with the curious presentation of the cover nad the back, a critic against the Catholic moraltiy of family. With them, collaborated in this record aome friends as the great songwriter Hilario Camacho and Rosa León, the lyricist –brother of other great songwriter: Javier Krahe- Jorge Krahe, the songwriting and progressive rock female duo Vainica Doble, Macu from the group Aguaviva, and the famous female singer Massiel (soloist in other song). The band, with several members, continues during the 70s, but, at finally, break up. Alpuente, with other musical adventures since then, actually is a journalist and musical critic (so he was then); Antonio Piera, actually writes in this blog and he is very implicated in civil and social causes.

El Idolo - PortadaThe second track of the album was this critic against commercial singers, most of them overrated. Singers who like to go to parties of people from Government, some of them of Extrem-Right wing, but sometimes, when a kind of protest song came into fashion, they sing “social” themes, making a lot of money, meanwhile Desde Santurce a Bilbao Blues Band and their friends, for singing songs like these, were fined and, sometimes, got inot jail. The lyric of the song is very difficoult, for being an exclussive of this country and of that time, so I’ve quoted some lines.

El ídolo

Señoras y señores,
ladies & gentlemen,
con ustedes
¡el ídolo de las multitudes!

Mis canciones se cotizan
en los hit parades,
y mi voz la canoniza
el disc-jokey.

Yo soy tremendamente pop,
tremendamente in,
tremendamente
ayayayayay.

Insignes compositores
trabajan para mí;
sus canciones emotivas
en mi voz las amortiza
el royalty.

Yo protesto si es preciso,
canto a Machado
y a Brecht,
y cuando llega el verano
vuelvo a la rumba otra vez.

Canto en lengua ehtranherah,
en catalán y en francés,
y ahora, al ponerse de moda,
canto en gallego también.

Yo soy el rey del hit parade
yo me impongo mi ley,
soy un camale-ón
que cambia de color
ante el mo-ne-y.

Yo a los palacios subí
y a las cabañas bajé,
y en todas partes mi voz,
gracias al televisor,
escucha usted.

Yo triunfé en Eurovisión,
defendiendo con pasión
a mi país,
y ante Europa demostré
que en esto de la canción
somos así.

Él se llama Raphael,
es Karina y es Serrat,
Víctor Manuel.

Yo soy todos a la vez,
soy el cantante español
made in Spain.

Mis fans gimen de placer
y mi manager también
¡soy un filón!

Mi voz es una mina,
mi abuelo era minero,
se llamaba Manuel.

No canto por dinero…

The idol

Señoras y señores,/ ladies and gentlemen (1),/ here’s to/ the idol of the mass!// My songs are quoted/ on the hit parades,/ and my voice is canonizad/ by the disc-jokey.// I am tremendously pop,/ tremendously in,/ tremendously/ ayayayay.// Distinguished melodists/ are working for me;/ their emotional songs,/ in my voice, are amortized/ by the royalty.// I protest if I must,/ I sing Machado/ and Brecht (2),/ and when the summer comes/ I get back to rumba again.// I sing in foreigner languages,/ in Catalan and French,/ and now, as come into fashion,/ I sing in Galician too (3).// I am the king of the hit parade,/ I impose my own law,/ I am a chamele-on/ that change his colour/ in front of the di-ne-ro (4).// I went up to the palaces/ and went down to the alleys (5),/ and everywhere you hear,/ due to television,/ my voice.// I got succeed at Eurovision,/ defending with passion/ my country,/ and in front of Europe I proved/ that in the issue of singing/ we are this way (6).// His name is Raphael,/ he is Karina and he is Serrat,/ Víctor Manuel (7).// I am all at once,/ I am the Spanish singer,/ made in Spain.// My fans moan with pleassure/ and so my manager,/ I am a vein!// My voice is a mine,/ my grandfather was a miner,/ his name was Manuel (8).// I don’t sing for money…

Moncho Alpuente

(1) In those years, some commercial singers, musical critics, and their followers, abused of English words, and even of making strange mixings of both languages. For that reason, there’s a lot of English words in the song. I mark these in the original in italic, and in the translation the values are reverted.

(2) As I was saying, singers like Julio Iglesias or Juan Pardo –singers with conservatives ideas, and even widely Francoists-, when protest song, or at least, a kind of that style, was into fashion, make that kind of songs, getting a lot of money and being ignored by censorship. Desde Santurce… and others songwriters never made a lot of money singing those songs, and even it get them a lot of problems. The success that songwriters get by singing poems by Antonio Machado (as Joan Manuel Serrat) and Bertolt Brecht made that some of this singers sung some of those poems.

(3) So it was: singing in Galician came into fashion, and many commercial singers decided to sing in this beautiful language; for example, Mr. Julio Iglesias –ok, he is Galician, but he never sung in Galician before nor later-.

(4) Let me this little poetic license in the translation.

(5) This is a refference to José Zorrilla’s play Don Juan Tenorio. The line is not exactly a translation of the lyric, only keeping its order, but from this translation of the play:

http://www.poetryintranslation.com/PITBR/Spanish/donjuanpart1act1.htm

(6) At least, the European know that Eurovision is the contest-festival of the commercial song in Europe since 60s (or last 50s?). In the 60s and 70s, the Francoist regime used the participation in the contes politically, as it was usual about all: always with the motto “Spain is different” (according to regime, we the Spaniards are of a special way in every sense). If the singer loses the contest, it was due to the “envy” of the rest of the world, specially France and England; but when the singer wins… When Massiel won the contest, the press said a kind of stuffy rubbish declarations about the English singer, Cliff Richard (in the same way, when Beatles come to Spain, the press said a lot of foolish things in this stuffy chauvinist way). Every international show, may were music or sport, was conceibed as a war against the world, or better, as a war of the world against Spain.

(7) Raphael and Karina (linked for your information) are two commercial singers (Raphael seems to be very known outside, but not Karina); meanwhile, Joan Manuel Serrat and Víctor Manuel (which the followers of this blog already know) are songwriters. I think that, in those days, as Serrat as Víctor Manuel were a little commercials in the songwriting and protest song, and for that this reference (I must say that Antonio Piera today is fan of Serrat).

(8) I don’t know to who reffers this line. Maybe Víctor Manuel? (see Note before).

¿Qué fue de los cantautores? Luis Pastor le responde con mucho gusto…


Portada del último disco de Luis Pastor, muy de Grateful Dead, ¿no?“¿Qué fue de los cantautores?” era la pregunta que algunos, bien maliciosa, bien ingenuamente, preguntaban a todo aquel “ex-combatiente” de la Nueva Canción genérica -es decir, en todo idioma oficial, o no reconocido, y en dialectos de todo el país- que lucharon con voces y guitarras contra el franquismo y sus coletazos. Luis Pastor responde en su nuevo disco a esta pregunta: según le entendí en un evento, fue un poema que estuvo madurando, harto de que le preguntaran por aquellos días, como si ya estuviera acabado y retirado, y no le preguntaran por lo que estaba haciendo hoy por hoy, y que se lo soltó a cierto periodista y crítico musical (del que no revelaremos el nombre) que le lanzó la pregunta, uno de los que a finales de los 70 tocó la trompeta del apocalipsis de la muerte de los cantautores, y que, paradójicamente, conduciría algo después un excelente programa para TV3 sobre la Nova Cançó, dejándole a cuadritos. Lo que aquí en este poema Pastor expone es algo que ya a menudo hemos hablado aquí, del desarrollo que tuvo la canción de autor crítica y combativa en nuestro país, que arrancó desde los años 60 y tuvo sus momentos álgidos y bajos entre los 60 y los 70: poniéndose de moda, quitándose de moda, poniéndose, etc., por parte de productores y críticos, entre los cuales los había más o menos honestos, y más o menos aprovechados. A finales de los 60, la canción de autor, o mal entendida “canción protesta”, llegó a ponerse relativamente de moda: esto no significa que los auténticos cantautores tuvieran toda la libertad del mundo para tocar, grabar y actuar, y casi lo que es más importante, distribuir sus producciones, o que estuvieran exentos de las multas y las detenciones; lo que la realidad era, más bien, cierto aire de indignación cuando con similares fórmulas ciertos intérpretes hacían su agosto imitando unas estructuras básicas y formales de la canción de autor, hasta el punto de llegar oír que el “Canto a Galicia” de un tal Julio no-sé-qué era el himno de los emigrantes gallegos; hechos tales que la banda de canción de autor satírica Desde Santurce a Bilbao Blues Band reflejaban en su demoledora “El ídolo”. Luis aborda muchas de las críticas que, por aquellos años, les lanzaba cierta crítica interesada: ¿chicos burgueses que no tenían por qué protestar? Muy especialmente él y otros, chavalxs que empezaron a trabajar desde muy jóvenes, sabían que era una falacia repugnante. La crítica reaccionaria, en su estilo de costumbre, no tenía mejores argumentos que mentir sobre la mayoría de ellos y generalizar, a veces exagerando verdades a medias, y otras, sencillamente, inventándose las cosas.

Portada de "Hermano Lobo", agosto de 1974, por Miguel GilaMediados de los 70: Franco la palma y se inicia un proceso irregular de democratización no acabado –ni de lejos- que, si bien por un lado pretendía instaurar una democracia parlamentaria, por el otro intentaba mantener ciertas cosas y, lo que es más importante, a ciertas personas. Entre 1976 y 1978, con una progresiva liberación de la libertad de expresión y relajación de la censura, la canción de autor tiene su nueva edad de oro; básicamente fueron tres las edades de oro que tuvo: a mediados de los 60, con la influencia de la Nova Cançó y, especialmente de Raimon y Paco Ibáñez, y que fue interrumpida por las medidas tomadas al respecto de las revueltas estudiantiles y obreras; la tercera, con el llamado “espíritu del 12 de febrero” en 1974, una época de relativa apertura de la libertad de expresión, que duró muy poquito; y esta última, durante la transición: en todas ellas, podrá aducir alguien, surgieron aprovechados, arribistas y demás, algunos de los cuales traicionaban su propio espíritu; pero, si bien esto es verdad, no dejemos de hacer notar que en todas ellas surgieron nuevos y grandes valores. Esta última edad de oro tiene su explicación en que, al haberse liberado un poco la libertad de expresión, las grandes discográficas internacionales comienzan a fichar a muchos de ellos (hasta la fecha, muy pocas multinacionales habían fichado cantautores: una de las salvedades fue Víctor Manuel, que grababa en Sony), mientras que personas que habían trabajado en la crítica y la prensa musical, como Alain Milhaud, Antonio Gómez o Gonzalo García-Pelayo, abrían nuevas discográficas que se ocuparan de esta música. Pero de ninguna manera significa esto que se forraran: a la par que se permite la grabación y distribución de casi todo material, paradójicamente, sus actuaciones son prohibidas, total o parcialmente, por el ministerio de la gobernación: el tan laureado ministro Manuel Fraga (tanta paz lleves como descanso dejas) se dedicó, prácticamente, a prohibir todo evento que tuviera una mínima relación con la canción de autor e incluso con la poesía: de los cuatro recitales de Raimon en lo que supuso su vuelta a Madrid, se suspenden los tres restantes (el primero, que fue grabado en un disco maravilloso, reflejaba en su portada el hecho); también se prohíbe la serie de recitales-homenaje de José Antonio Labordeta a su hermano, el gran poeta Miguel Labordeta (el primero se registra en el disco Labordeta en directo); parecida suerte correrán muchos de los festivales multitudinarios que, a lo Woodstock, presentaba lo mejor de cada casa en su lengua o dialecto regional, por una u otra cosa; y muchos de aquellos que conseguían realizarse, eran sistemáticamente saboteados por matones de la ultraderecha, a veces, enviados por la propia policía, cuando no eran de la misma policía. Quizás se debiera a que, en los primeros momentos de la transición, estos recitales tenían mucho de político, en ocasiones tanto que amenazaba con devorar el componente artístico: eran invitados de excepción figuras de la oposición, tanto política –de los cuales, muchos no se mostraron tiempo después lo que se puede decir agradecidos- como cultural (Gabriel Celaya fue invitado especial en el recital de Raimon en Madrid, y al contrario que con Felipe González, la asistencia anónima tuvo unidad de criterio al aplaudir su presencia, hasta el punto de arrancar lágrimas de los ojos del célebre poeta vasco); eso, por un lado, y por otro que aquellos recitales se convertían en los lugares para hacer todo tipo de reivindicaciones, lanzar todo tipo de vivas y mueras, y, en definitiva, decir todo aquello que durante más de cuarenta años no se podía haber dicho, a menudo sin ser conscientes de que el que pagaba el pato de toda esta celebración de la libertad de expresión era el propio cantautor (quien sí que era consciente a todas luces, era el enviado de la poli). A finales de los 70 esto era una situación algo insostenible, y, como les pasara a los Beatles, muchos cantautores se quejaban de que la gente no les oía, y ya no se sabía si los que reventaban los actos eran de izquierdas o de derechas. Pero su labor en estos años, a pesar de las multas, las detenciones, fue encomiable; aquellos que comenzaron cantando semi-clandestinamente en las sacristías de sacerdotes progresistas ahora llenaban estadios de fútbol y plazas de barrios y pueblos, y eran reclamados en recitales y festivales en el extranjero: Luis Pastor cantaba al aire en el barrio de Vallecas; Víctor Manuel y Nuberu lo hacían para los All my friends were theremineros asturianos; Carlos Cano, Manuel Gerena, Gente del Pueblo… para los jornaleros de Andalucía; Imanol se trajo de la mano a los bretones Gwendal, maestros de la música celta, para cantar en vasco; Benedicto y Bibiano recorrían Galicia practicando los preceptos aprendidos del inmortal José Afonso; Pablo Guerrero traía los ecos de la Extremadura que trabaja y que pasa de su “glorioso pasado” de conquistadores; Nuevo Mester de Juglaría, La Bullonera, Jarcha, Oskorri, Joaquín Díaz, Fuxan os Ventos, Sabandeños, Al Tall… dignificaban la música tradicional de su tierra, secuestrada por el nacional-folklorismo, y la gaita volvía a sonar rebelde y reivindicante. Y mujeres, como dice Luis, que merecen su mención a parte por muchas razones: la primera, por haber desafiado el estatus social que la sociedad las reservaba; la segunda, a consecuencia de la primera, que para muchas de ellas, probablemente, les fuera más difícil que a los que mean de pie el escribir sus canciones y cantarlas; y la tercera, porque a diferencia de las cantantes convencionales, algunas de ellas de diseño, de la época, con todo, eran dueñas absolutas de su producción y de su trabajo: Elisa Serna, Maria del Mar Bonet, Pilocha, Cecilia… Tod@s ell@s cantaban para un público que ya no era exclusivamente el universitario de entre 18 y 25 años de edad aproximadamente, sino que era un público muy heterogéneo, tanto social como demográficamente: jóvenes universitarios, bachilleres con acné, obreros, obreras y amas de casa de mediana edad, ancianos campesinos (que se preguntaban cómo esos muchachos podían saber todas esas cosas), y representantes de las clases medias: médicos, profesores, abogados…

otan noPero mientras sucede el máximo exponente, a la vez, se producía su declive, o quizás fuera un declive conducido por algunos, quién sabe… El caso es que ya entonces, ciertos críticos enarbolaron la bandera de la muerte, y haciendo una lectura parcial y sesgada de lo que dijera Mr. Bob Dylan, anunciaron la muerte de la canción de autor; pero mientras tanto, grupos tan curiosos como los futuros Pecos o Mecano intentaban hacerse su hueco versionando canciones de Aute o Víctor Manuel. Pero el declive avanza, y después del milagro del 23-F, después de la victoria electoral de D. Felipe González y su PSOE, aquellos políticos que anteriormente habían recurrido a ellos para amenizar sus mítines –el gancho era el cantautor o grupo de rock, ya que también merecen mención grupos tan geniales como Triana, Coz, Bloque, Asfalto y otros- declaran entonces contra ellos y consideran, más por conveniencia que por lealtad a la verdad, que ya no son necesarios: por conveniencia, decimos, pues la mayoría participó en las campañas y recitales contra la permanencia de España en la OTAN, junto a los grupos de heavy metal y punk-rock que se cargaban la visión de la juventud pasota de los 80. El cantautor argentino Alberto Cortez declaraba, en el programa “La Tierra de las mil músicas” (un capítulo con más buenas intenciones por parte del señor Luqui que buenas informaciones), que con la muerte de Franco se descubrió quiénes de ellos valían y quiénes no… Bueno, sobre esto podemos decir que el señor Cortez, a quien presentamos nuestra admiración, es tremendamente injusto con muchos compañeros: es cierto que hubo muchos cantautores, con buenas intenciones, eso sí, que no supieron afrontar el cambio, y se quedaron en el camino; pero no menos cierto es que la industria musical, la crítica y, en buena parte, el público y el cambio generacional dejó a muchos valiosos intérpretes en el camino. La fórmula hacia la frontera con los 80 era muy básica: renovarse, y así lo hicieron muchos, tales como Luis; la canción de autor ahora debía dejar atrás la arenga política y la rabia, y volverse algo más descriptiva, narrar lo cotidiano, y evitar, en lo posible, la frivolización de los temas: el elemento humanista y crítico debía de preservarse, pero bajo nuevas fórmulas. Esto no supuso, de ninguna manera, claudicar ni rendirse: alzaron sus voces también contra la guerra del golfo, contra la guerra de Irak -que es la que me tocó más de cerca-, en donde mientras Luis Pastor y Adolfo Celdrán presentaban sus escalofriantes canciones contra la guerra, José Antonio Labordeta, en su papel de diputado por Aragón, hacía vibrar el congreso con palabras de justicia y de verdad, tomadas de su hermano, mientras el presidente Aznar miraba para otro lado… Y ¡sí!, amigo neocón, mal bicho y lengua de víbora: contra la de Libia ¡también!… Otra cosa es que los medios lo hayan recogido. 

Desde entonces y hasta hoy, se han venido repitiendo los mismos clichés de crítica, la mayor parte de las veces por parte de gente cuya idea acerca de la canción de autor es la misma que tengo yo sobre urología: de oídas y sin comprobar. Básicamente, al tener sólo los referentes de Víctor Manuel o Serrat, y los desvaríos de cierta pseudo-prensa heredera de la de antaño, que aplica eso de “de la ceja” indiscriminadamente, hay mucha gente que se piensa que el cantautor superviviente de aquellos años es alguien que vive en urbanizaciones de lujo, que cena con Zapatero o Rubalcaba, que tiene un cochazo, que manda a sus hijos a colegios privados, y no sé cuántas cosas más… Y Luis revela cuál es la otra realidad, pidiendo, por favor, pero con cierto enfado, que no se meta a todos en el mismo saco. Acaba ya dándonos la pista de por qué derroteros anda la canción de autor de ahora, emparentándola con los raperos de calidad, capaces de hacer una poesía urbana de calidad y crítica con el sistema.

Y yo, que no soy cantautor, aunque dé el cante, me siento muy orgulloso de ellos, y de haber conocido a muchos de ellos: de los que no se rinden, de los que dejan en ridículo al señor Winston Churchill con aquella soberana memez que dijo acerca los revolucionarios a los 20 y a los 40, y, cuando tenga su edad, me gustaría ser como ellos.

NOTA: se me disculpe no haber nombrado a muchos, pues no pretendía ser exhaustivo; que esto no se entienda como una injusticia.

“A todos los compañeros cantautores que ya no están, pero que nos dejaron su ejemplo, su compromiso y sus canciones: Ovidi Montllor, Carlos Cano, Chicho Sánchez Ferlosio, Hilario Camacho, Imanol, Labordeta, Quintín Cabrera, Mikel Laboa…”

Dedicatoria del álbum de Luis Pastor, ¿Qué fue de los cantautores?

Qué fue de los cantautores

Éramos tan libertarios,
casi revolucionarios,
ingenuos como valientes,
barbilampiños sonrientes
—lo mejor de cada casa—
oveja negra que pasa
de seguir la tradición
balando a contracorriente
de la isla al continente
era la nueva canción.

Éramos buena gente,
paletos e inteligentes,
barbudos estrafalarios,
obreros, chicos de barrio,
progres universitarios,
soñando en una canción
y viviendo la utopía
convencidos de que un día
vendría la Revolución.

Aprendiendo a compartir
la vida en una sonrisa,
el cielo en una caricia,
el beso en un calentón.
Fuimos sembrando canciones
en esta tierra baldía
y floreció la poesía
y llenamos los estadios
y en muchas fiestas de barrio
sonó nuestra melodía.

Tardes y noches de gloria
que cambiaron nuestra historia.
Y este país de catetos,
fascistas de pelo en pecho,
curas y monjas serviles,
grises y guardias civiles,
funcionarios con bigote
y chusqueros de galón,
al servicio de una casta
que controlaban tu pasta
tu miedo y tu corazón.

Patriotas de bandera,
españoles de primera,
de la España verdadera
aquella tan noble y fiera
que a otra media asesinó
brazo en alto y cara al sol
leales al Movimiento
a la altura y al talento
del pequeño dictador
que fue Caudillo de España
por obra y gracia de Dios.

Toreando en plaza ajena
todo cambió de repente
los políticos al frente
de comparsa y trovador.
Se cambiaron las verdades:
"tanto vendes tanto vales".
Y llegó la transición:
la democracia es la pera.
Cantautor a tus trincheras
con coronas de laureles
y distintivos de honor
pero no des más la lata
que tu verso no arrebata
y tu tiempo ya pasó.

¿Qué fue de los cantautores?
preguntan con aire extraño
cada cuatro o cinco años
despistados periodistas
que nos perdieron la pista
y enterraron nuestra voz.
Y así van para más de treinta
con la pregunta de marras
tocándome los bemoles.
Me tomen nota señores
que no lo repito más:

algunos son diputados,
presidentes, concejales,
médicos y profesores,
managers y productores
o ejerciendo asesoría
en la Sociedad de Autores.
Otros están y no cantan,
otros cantan y no están.
Los hay que se retiraron,
algunos que ya murieron
y otros que están por nacer.

Jóvenes que son ahora
también universitarios,
obreros, chicos de barrio
que recorren la ciudad.
Un CD debajo el brazo,
la guitarra en bandolera,
diez euros en la cartera,
cantando de bar en bar.
O esos raperos poetas
que es su panfletos denuncian
otra realidad social.

¿Y mujeres? ni se sabe.
Y sobre todo si hablamos
de las primeras gloriosas
que tuvieron los ovarios
y el coraje necesarios
de subirse a un escenario
de aquella España casposa.

¿Qué fue de los cantautores?
aquí me tienen señores
como en mis tiempos mejores
dando al cante que es lo mío.
Y aunque en invierno haga frío
me queda la primavera,
un abril para la espera
y un “Grândola” en el corazón.

¿Qué fue de los cantautores?
aquí me tienen señores
aún vivito y coleando
y en estos versos cantando
nuestras verdades de ayer
que salpican el presente
y la mierda pestilente
que trepa por nuestros pies.

¿Qué fue de los cantautores?
De los muchos que empezamos,
de los pocos que quedamos,
de los que aún resistimos,
de los que no claudicamos.
Aquí seguimos,
cada uno en su trinchera
haciendo de la poesía
nuestro pan de cada día.

Siete vidas tiene el gato
aunque no cace ratones.
Hay cantautor para rato.
Cantautor a tus canciones.
Zapatero a tus zapatos.

Luis Pastor

http://canciondeautorenespanol.blogspot.com/2012/02/que-fue-de-los-cantautores.html

¿Es necesario repetirlo? ¡Venga, vale!

Vainica Doble’s “Eso no”


vainica-doble_72Vainica Doble (double hemstitching), compossed by Carmen Santonja and Gloria Van Aerssen, was a duo of these two songwriters, but with folk, folk-rock and psychedelic rock in the middle of 70s decade. Carmen and Gloria like to do very tender songs about childhood, education, mothership, and love, but always woth a critic point and a bit of protest. Contracorriente (countercurrent) is their 1976’s album, an original, as in lyrics as in music, record, for many of their fans, their best, and maybe named so for is not such political as other records of this year. One of the tracks of the album is this one “Eso no”, a piece of Andalussian psychedelic rock, with the great Gualberto, father of Andalussian rock and leader of the mitic rock band Smash, playing a sitar, and to the great songwriter Hilario Camacho making a second voice:

Eso no

Y a mí me podrán mandar
y  a servir a Dios y al rey,
pero quitarme a tu persona,
eso no
lo manda nadie.
Eso no,
eso no
lo manda nadie.

That’s not

And they may tell me/ to serve to God and to the king,/ but take away your person from me,/ that’s not/ told by anybody.

Carmen Santonja & Gloria Van Aerssen

Con la mochila a cuestas (Homenaje a Labordeta): todas las entradas


I. Prólogo (contiene vídeo “La albada”)

II. El alumno (incluye “Rosa rosae)

III. Intermedio: Colección de viñetas

IV. El profesor (incluye “Paisajes urbanos, días escolares” y “A veces me pregunto”)

V. El trovador (incluye “Mataos”, poema de Miguel Labordeta, y “El poeta”)

VI. El juglar (incluye “Canta compañero, canta” y “Palabras)

VII. El paisano (incluye “Desobediencia civil”)

VIII. El hombre con la voz a cuestas (incluye “Retrospectivo existente”, de M. Labordeta, “Ya ves” y la jota de despedida del Congreso)

Epílogo: Aguantando el temporal (incluye “Aguantando el temporal” –a dúo con Hilario Camacho- y vídeo de “Serenamente hablando”)