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Escenas del apocalipsis psicodélico desde el Aeroplano Jefferson


Jefferson AirplaneA vueltas con el apocalipsis en la música, me pareció tremendo el olvido de algunas de las mejores canciones apocalípticas de los Jefferson Airplane, quienes, estadísticamente, tienen más canciones de corte apocalíptico que los míticos Doors. Como siempre he defendido, quizás, y con el permiso de los maravillosos Grateful Dead, y aun de los omnipotentes Beatles, los Airplane reflejaban mejor que ninguna banda el auténtico espíritu hippie: a veces, optimistas y naives; otras duros contestatarios; eróticos muchas veces; transgresores sin buscar el escándalo gratuito; pacifistas pero revolucionarios; y además grandes analistas de su tiempo a través de sus canciones, y sus tiempos eran los del miedo a la III guerra mundial, al holocausto nuclear, muy presente en el país del miedo, en aquellos años de la Guerra Fría. De ahí les vino la inspiración para muchos  de sus temas de corte apocalíptico, pero, mientras las canciones de este corte de, por ejemplo, los Doors, ofrecían un panorama desolador, las baladas de este estilo de Jefferson Airplane, como bien defiende su comentarista Jeff Tamarkin, casi siempre ofrecen una posibilidad de salvación de la humanidad, una esperanza. Éstas son algunas de las más representativas, de la gran época del grupo (1965-1969), que ya han aparecido por aquí. ¡Veamos!

crownEn orden cronológico, hay un disco suyo que reúne la mayor parte de sus canciones apocalípticas: Crown of Creation, cuya portada ya es lo suficientemente inquietante y llamativa, con ese hongo atómico sobre el que se dibujan sus componentes. Este disco reflejaba una ruptura temática con sus anteriores álbumes, sobre todo con su gran éxito del 67, After Bathing At Baxter’s: si éste representaba el año del Verano del Amor, con sus flores, sus colores chillones, sus reuniones musicales en el parque, sus drogas, etc., Crown of Creation reflejaba a la perfección en muchos de sus temas el año de 1968: con sus revueltas, su violencia, su escalada bélica en Vietnam, y la represión y criminalización de muchos movimientos sociales, ya fueran pacifistas o raciales, o ambas cosas. La idea de que la juventud rebelde suponía la resistencia contra una coalición de los poderes oscuros, que nos abocaban irremediablemente al holocausto nuclear, están presentes en la canción que da nombre al disco, escrita por Paul Kantner, quien conjugaba estas visiones con su afición a la ciencia ficción –una línea que continuará en su proyecto Blow against the Empire-. A pesar de todo, hay una promesa de esperanza en la canción, algo por lo que luchar y resistir, y no rendirse: “tú”, por quien mi vida ha de sobrevivir:

Muy pegadita a ésta (de manera que casi se confunden y se complementan perfectamente) sigue una canción escrita por Jorma Kaukonen, que asegura haber estado sólo jugando con las palabras, pero cuyo resultado es uno de los textos más lucidos del rock de esta época (y de todas): “Ice Cream Phoenix” presenta un panorama de confusión casi esquizoide: todo un apocalipsis psicodélico que queda rematado con una pregunta no tan hipotética: ¿por qué la gente se ama si no hay mañana?

Y si en estas dos el final del mundo aparece sólo como contexto, como fondo, en la canción que cierra el disco aparece ya en la superficie: el pesimismo, el holocausto nuclear, el desastre ecológico, la guerra, los intentos desesperados e impotentes por pararla, la violencia y la consecuencia de todo esto: la aniquilación de la humanidad, toman protagonismo en “The House At Pooneil Corners”, que es el contrapunto, como ya explicamos, a la canción que abría su disco de 1967, “The ballad of you & me & Pooneil”: una letra desesperada, una música inquietante, que acaba con una pequeña broma: “una caca hace caca en el sol”… Que una neoyorquina mañana de invierno gobernó sobre las azoteas de la ciudad, con su mensaje de advertencia, mientras lo grababa todo Jean Luc Godard:

La guerra fría era el leit-motif de muchas de estas canciones, como también lo fue de este tema, “Wooden ships”, que Paul Kantner escribió junto a David Crosby y Stephen Stills, de Crosby, Stills & Nash –por entonces- y que dio lugar a dos canciones gemelas: una la de este fabuloso trío de folk-rock y country-rock, y otra, la que Jefferson Airplane incluyó en su disco de 1969 Volunteers, el disco más comprometido y político de la banda. La canción nos sitúa en un panorama post-apocalíptico, tras una carnicería mundial, en el que un Adán y una Eva de los últimos días de la humanidad, cada uno de uno de los bandos contendientes, se encuentran y han de recomenzar todo de nuevo, dejando atrás el mundo de la violencia y del odio. Esta canción fue interpretada por la banda en el festival de Woodstock en una monstruosa versión de 20 minutos que te ofrezco aquí en dos partes:

Otros temas de corte apocalíptico de la banda, ya algo posteriores a esta época, son, por ejemplo, “Have you seen the saucers” o, en un sentido amplio, “War movie”, en donde Paul Kantner vuelve al concepto de enfrentamiento de todas las gentes de la tierra contra los poderes oscuros que nos dirigen, y que además nos dirigen al desastre, sólo que esta vez, el enfrentamiento es galáctico: la resistencia de los terrícolas contra tiranos extraterrestres como Richard Nixon:

Para ver las letras de las canciones y sus traducciones, pinchar en los enlaces.

Ola de frío… ¡mejor con rock’n’roll!


Para los que sufrís la ola de frío, os invito a combatirlo y a entrar en calor con un poco del vertiginoso y estimulante rock de los Grateful Dead: no podía ser de otra manera que “Cold Rain and Snow”:

Rock & Diablo


¿Rock cristiano? Los mejores grupos están con Satán

Bart Simpson

Escena de “Little Nicky” (steven Brill, 2000)

Madrid_fuente_del_ángel_caido_2005-06-28Esta escena de la comedia Little Nicky me sirve para ilustrar el propósito de esta entrada, que no es otra cosa que la desmitificación de la llamada “música del diablo”, es decir, lo de que el rock es música satánica: una gilipollez, entendida para bien o para mal, por parte de fanáticos religiosos, antirreligiosos y satanistas simpatizantes o militantes, mientras que la cita de Bart Simpson es para atacar, no a aquellos que piensan que se puede predicar el cristianismo a través de la música rock, sino a quien piense que, si no es rock cristiano, sus practicantes y oyentes están condenados al infierno. La concepción del rock como música del diablo, canciones con mensajes satanistas, la banda sonora del infierno, etc., es, en realidad, muy anterior a la aparición de esta canción de los Rolling Stones, o de su álbum anterior, del “Friend of the devil” de los Grateful Dead, de la aparición de Black Sabbath, o de grupos como Megadeath y otros. Esa concepción data de los días del nacimiento del rock’n’roll, cuando los religiosos de Estados Unidos, principalmente los famosos predicadores WASP del sur, advertían contra la degeneración y depravación que esta música causaba en la juventud blanca de su país calificándola como “música satánica”, aunque, en realidad, lo que de verdad les escandalizaba fue que era una música mestiza, surgida de la unión de las música populares blancas y negras por igual. Desde entonces, fanáticos religiosos, críticos musicales buscando notoriedad y amantes de lo oculto y del misterio con poco criterio científico y mucho sensacionalismo, han buscado anécdotas, mensajes satánicos en canciones, puestas del derecho o del revés, portadas de discos y letras incomprensibles, absurdas en apariencia, entre la historia y la discografía de muchos grupos. Hoy en día, muy pocos se creen que el rock, en todas sus variantes, tenga realmente algo serio que ver con el satanismo, simpatizante o militante.

BE020078Una breve relación de esta leyenda negra del rock. Siguiendo con los fanáticos estadounidenses, la mayor parte de las veces que han surgido estas acusaciones se debieron principalmente a choques de los grupos con la religión: cuando Lennon dijo “los Beatles somos más populares que Jesucristo”, los predicadores fanáticos, fascistas y racistas de Estados Unidos, que veían mucho peor que sus jóvenes escucharan la “música del diablo” a que se vistieran con sábanas, quizás más por darse notoriedad que por otra cosa, organizan hogueras públicas en donde quemar productos del grupo, convocados a través de ciertas emisoras… Ésta fue una de las primeras condenas. Y cuando en su Sgt. Pepper’s aparecía en su portada el famoso mago negro Aleister Crowley, la acusación estaba más que cantada… Cosa que en realidad no significaba nada, pues también aparecían personajes tan dispares y distantes como Hitler, James Dean, Marilyn, Karl Marx, etc. Si alguna vez, algún miembro del cuarteto de Liverpool estuvo involucrado de alguna manera en algo de este rollo, fue sin duda por curiosidad, ya que ellos se mostraron siempre más proclives al misticismo oriental, aunque la historia de esto les persiguiera: cuando el cateto neofascista disfrazado de hippie y autoproclamado mesías Charles Manson escribía con sangre en las paredes de las casas de sus víctimas versos de la canción “Helter skelter” (que, por sí, no quiere decir nada) en aparentes misas negras y daba su particular explicación, afirmando además que los Beatles eran los cuatro jinetes del apocalipsis racial que pretendía desatar, no faltó aquel que quiso vincularles directamente con historias oscuras y siniestras. Tampoco faltó quien no dejó de relacionar que, cuando Lennon fue asesinado residía en el Edificio Dakota, lugar con fama de maldito porque allí se rodó La semilla del diablo, de Roman Polanski y, encima, residió el famoso Crowley, que va a ser una constante en esta relación de anécdotas. Esos mismos evitan indicar el hecho de que en el edificio, actualmente, reside Yoko Ono sin problema aparente alguno. Por cierto, que la relación entre el edificio Dakota y el mago negro inspiró una de las mejores películas de entretenimiento de los años 80: Cazafantasmas.

Quinto disco de la bandaLa historia de los Rolling Stones, que vendrá a continuación, dará lugar al rock satánico, que era más publicitario que real, y es hasta probable que surgiera a modo de reacción contra los que atacaban al rock como instrumento del diablo. El primer grupo en recibir esta denominación fue Black Sabbath; pero tras tan llamativo nombre -que en realidad venía de una película de Mario Bava titulada así-, la música “estridente” y las barrocas portadas de sus discos, el satanismo resultaba ser sólo una seña de identidad del grupo, una marca, acorde con la moda de los primeros 70 de interpretar personalidades en la música, y, en realidad, el satanismo del grupo es bastante discutible, ya que cuando el diablo aparece en sus canciones no es de manera positiva, sino asociado al poder, la guerra, el capitalismo, etc. Y lo mismo podríamos decir de nuestros Ángeles del Infierno, cuyo nombre tiene tan poco que ver con la religión satánica como con la famosa banda de moteros estadounidenses. Por su parte, también han surgido rumores y leyendas sobre Led Zeppelin, y no por sus canciones, sino también porque Jimmy Page, el guitarrista, compró la biblioteca de Aleister Crowley y se rumorea que puso en práctica algunos de los rituales que el satanista había descrito. Hay quien afirma, no obstante, que mientras el satanismo de estas primeras bandas era simple imagen, no se puede decir lo mismo de las bandas posteriores surgidas entre los 80 y los 90: respecto a esto, al satanismo militante del black metal y del death metal, ignoro realmente cuánto de verdad y cuánto de sensacionalismo por parte de los tertulianos de, por ejemplo, “la nave del misterio”, hay.

Pero tampoco era necesario hacer canciones heavies, arrancarles la cabeza a los murciélagos de un bocado, o ponerse títulos y nombres estrambóticos: con sólo poner “diablo” en tu canción ya estabas en el punto de mira de ciertos desquiciados, como les ocurrió a los Grateful Dead con su deliciosa balada country-rock “Friend of the Devil”; o sencillamente hacer una letra lo suficientemente críptica como para que alguien la relacione con el culto al diablo, tal y como les ocurrió a los geniales Led Zeppelin con su “Stairway to Heaven”, que puesta al ravés, etc. (recomiendo vivamente leer el enlace), o a una banda tal como los Eagles y su “Hotel California”, de la que alguien aseguraba que era un hotel comprado por Anton LaVey, sacerdote de la Iglesia de Satán y amigo del inquietante Kenneth Anger, con quien vamos a enlazar a la siguiente historia.

Rolling_Stones_-_Their_Satanic_Majesties_Request_-_1967_Decca_Album_coverCiertamente los iniciadores de esta simbología y de esta imagen fueron los Rolling Stones, aunque fue, en primera instancia, de una manera bastante fortuita. En 1967, el grupo intentaba sacar un disco mientras las tres cabezas más visibles de la banda, Mick Jagger, Keith Richard y Brian Jones, se encontraban envueltos en juicios e idas y venidas a prisión por tenencia y consumo de drogas (ya que hablamos de gurús y magos negros que intentaron hacerse publicidad al arrimarse a las estrellas del rock, no olvidemos tampoco a los inspectores de policía que también intentaron darse notoriedad arrestándolos): el disco, que fue, resultado de todo ello, junto a cierta sequía de ideas musicales propiciada por quedarse noqueados por el Sgt. Pepper’s, fue un desastre, aunque con el tiempo ha ido ganando y ha terminado por convertirse en un disco de culto; sin embargo, lo más llamativo del disco, por encima de las acusaciones de plagio de los Beatles, fue su título: Their Satanic Majesties request, “el ruego de sus satánicas majestades”, sobrenombre que acompañará ya a la banda para siempre. Y sin embargo, el disco no contiene referencia diabólica alguna, y su origen es de lo más mundano: furiosos como estaban contra el gobierno de su país, Jagger se fijó en el barroco mensaje, que databa de los días del imperio colonial, impreso en su pasaporte, algo así como: [traduzco]  Su Británica Majestad ruega y exige (Her Britanic Majesty requests and requires] que el portador de este documento… Y, entonces, Jagger, a modo de desagravio, quiso titular al disco, que enun principio iba a llamarse “Las navidades cósmicas de los Rolling Stones”, como Her Satanic Majesty requests nad requires: “Su Satánica Majestad ruega y exige”; pero la Decca se negó a sacar tal flagrante insulto a la corona británica, y por ello se cambió parte del nombre. Misterio resuelto.

Aleister_Crowley_2Más compleja, sin embargo, es la historia de “Simpathy for the devil”, incluida en el Beggars Banquet y única canción del disco con referencia satánica. Para empezar, hay que entender que las ciencias ocultas, la magia negra, etc., formaba parte del ambiente místico o pseudomísitco de la contracultura, o mejor dicho, de la cultura de las estrellas millonarias, y así Kenneth Anger, que era un director underground de temática gay y sadomasoquista, que, a parte de eso, proclamaba ser el heredero del mago satánico Aleister Crowley -uno de aquellos ocultistas que a principios de siglo XIX y después mucho más, tras la I Guerra Mundial, fundaron sectas ocultistas para dar explicación a tanta miseria y dar una solución, o provocar el apocalipsis final-, quiso lograr cierta publicidad acercándose a los Rolling Stones, del que algunos miembros colaborarían en sus películas, y describió a Mick Jagger como una encarnación del diablo de los últimos tiempos y a Keith Richard como su diablejo ayudante: esto no dejaba de ser una solemne gilipollez, pero, de algún modo, afectó a los dos stones, que comienzan, junto a sus parejas sentimentales, a interesarse por este mundo inquietante y misterioso: se hacen con libros de Crowley y otros brujos, y viajan al Caribe para ver rituales de vudú o algo así… Y en algunos de estos cultos, reservados sólo para los iniciados nativos, casi no lo cuentan (una torpeza muy habitual en aquellos tiempos). No obstante, el idilio con la magia negra, en realidad, duró muy poco: Keith Richard y Anita Pallenberg, movidos por un sentimiento de precaución, se echan atrás en su idea de celebrar una boda satánica con Anger como oficiante, mientras que, inexplicablemente, Mick Jagger comienza a ser visto en público con un crucifijo colgando de su cuello. Quizás habían cabreado a algún grupúsculo que pensara que estaban frivolizando sus creencias. Pero la historia de “Simpathy for the devil” tiene más que ver con la cultura, que con el satanismo.

Escena de The Rolling Stones Rock and Roll CircusEn los días del 68, Jagger se encontraba leyendo la novela El maestro y margarita, del escritor ruso Mikhail Bulgákov, obra en la que el diablo se presenta con palabras muy elegantes para comprobar los efectos de la revolución rusa, y, básicamente, de ahí surgió la idea: Mick Jagger interpreta al diablo, que se presenta muy cortésmente contando ser el causante de muchas de las tragedias desde la antigüedad hasta aquellos días –de nuevo, el diablo se presenta como algo negativo- y acaba exigiendo cortesía y simpatía. Quitando ciertas polémicas (como el asesinato de los Kennedy), no deja de ser una canción dramatizada, y la única referencia a su idilio con las ciencias ocultas parece ser esa introducción afro-caribeña, dando un aire de ritual vudú o algo así. Naturalmente, se quiso ver aquí una especie de manifiesto satanista, y ciertos grupos ocultistas debieron utilizarla en sus misas negras o lo que sean; lo cierto es que vino a acrecentar su leyenda negra cuando la interpretaron en el multitudinario concierto de Altamont, en donde un muchacho que, en versión de su agresor, llevaba un arma cargada para matar a Jagger, fue asesinado por uno de los Hell’s Angels encargados de la seguridad del concierto: cierta prensa algo sensacionalista no dejó de referir el hecho de que, minutos antes, habían interpretado esta canción, algo a lo que poca gente hizo caso, pero que en las mentes de los crípticos del rock tuvo su eco y acabó convirtiéndose en una falsa leyenda: “Mientras los Rolling Stones tocaban ‘Simpathy for the Devil’ era asesinado un chico”: algo bastante absurdo (hay varios minutos entre ambos acontecimientos), y, en cualquier caso, lo sucedido allí –que comenzó desde antes-, más que deberse a las fuerzas infernales liberadas por la canción, se debió a la vanidad subyugadora de Jagger (algo de lo que se ha arrepentido una y otra vez). De todas maneras, la canción ha constituido parte esencial del repertorio de las giras de los Rolling Stones desde entonces y, en la mayoría de las ocasiones, no ha habido ninguna tragedia ni el diablo se ha dignado a aparecer por allí, que nosotros sepamos.

Y éste es el final de la historia: quien quiera ver aquí la invocación de fuerzas oscuras infernales, mensajes apocalípticos o misales negros, corre un poco el riesgo de quedar en ridículo:

Simpathy for the devil

Please allow me to introduce myself
I’m a man of wealth and taste
I’ve been around for a long, long year
Stole many a mans soul and faith
And I was round when Jesus Christ
Had his moment of doubt and pain
Made damn sure that Pilate
Washed his hands and sealed his fate

Pleased to meet you
Hope you guess my name
But what’s puzzling you
Is the nature of my game

I stuck around St. Petersburg
When I saw it was a time for a change
Killed the czar and his ministers
Anastasia screamed in vain
I rode a tank
Held a generals rank
When the blitzkrieg raged
And the bodies stank

Pleased to meet you
Hope you guess my name, oh yeah
Ah, what’s puzzling you
Is the nature of my game, oh yeah

I watched with glee
While your kings and queens
Fought for ten decades
For the gods they made
I shouted out,
Who killed the Kennedys?
When after all
It was you and me
Let me please introduce myself
I’m a man of wealth and taste
And I laid traps for troubadours
Who get killed before they reached Bombay

Pleased to meet you
Hope you guessed my name, oh yeah
But what’s puzzling you
Is the nature of my game, oh yeah, get down, baby
Pleased to meet you
Hope you guessed my name, oh yeah
But what’s confusing you
Is just the nature of my game

Just as every cop is a criminal
And all the sinners saints
As heads is tails
Just call me lucifer
Cause I’m in need of some restraint
So if you meet me
Have some courtesy
Have some sympathy, and some taste
Use all your well-learned politesse
Or I’ll lay your soul to waste, um yeah

Pleased to meet you
Hope you guessed my name, um yeah
But what’s puzzling you
Is the nature of my game, um mean it, get down

Woo, who
Oh yeah, get on down
Oh yeah
Oh yeah!
Tell me baby, what’s my name
Tell me honey, can ya guess my name
Tell me baby, what’s my name
I tell you one time, you’re to blame
What’s my name
Tell me, baby, what’s my name
Tell me, sweetie, what’s my name

http://www.lyricsfreak.com/r/rolling+stones/sympathy+for+the+devil_20117881.html

Simpatía por el diablo

Por favor, permíteme que me presente/ soy un hombre de riqueza y buen gusto/ He estado por ahí durante mucho, muchos años/ robé las almas y la fe a muchos hombres/ Y yo estuve cerca cuando Jesucristo/ tuvo su momento de duda y dolor/ Me aseguré bien de que Pilatos/ se lavara las manos y sellara su destino.// Encantado de conocerte,/ espero que adivines mi nombre/ pero lo que te desconcierta/ es la naturaleza de mi juego.// Me quedé por San Petersburgo/ cuando vi que era hora de un cambio/ Maté al zar y a sus ministros/ Anastasia gritó en vano./ Conduje un tanque/ ostenté el rango de general/ cuando el blitzkrieg [guerra relámpago] bramó/ y los cuerpos apestaban// Miré con júbilo/ mientras vuestros reyes y reinas/ lucharon durante diez décadas/ por los dioses que crearon/ Grité:/ ¿quién ha matado a los Kennedy?/ cuando después de todo/ fuimos tú y yo/ Permíteme, por favor, que me presente/ soy un hombre de riqueza y buen gusto/ y tendí trampas para los trovadores/ que fueron asesinados antes de llegar a Bombay// Encantado de conocerte,/ espero que hayas adivinado mi nombre/ pero lo que te desconcierta/ es la naturaleza de mi juego.// Encantado de conocerte,/ espero que hayas adivinado mi nombre/ pero lo que te confunde/ es la naturaleza de mi juego.// Así como todo policía es un criminal/ y todos los pecadores santos/ como las cabezas son cabos/ simplemente llámame Lucifer/ pues necesito algo de contención/ Así que si me encuentras/ ten algo de cortesía/ ten algo de simpatía, y algo de gusto/ Utiliza toda tu bien aprendida educación/ o haré que tu alma se pierda.// Arrodílllate/ Dime cariño, cómo me llamo/ Dime cielo, ¿puedes adivinar mi nombre?/ Te lo digo una sola vez, tú tienes la culpa…

Mick Jagger & Keith Richard

La canción formaría parte del especial The Rolling Stones Rock and Roll Circus, que no vio la luz en su día (1968), según las malas lenguas, porque los Who estuvieron mucho mejor que ellos. Al final de la interpretación, Mick se quita su camiseta, mostrando en su torso desnudo falsos, y pueriles, tatuajes satanistas, adelantándose algunos años a los cantantes satánicos, o pseudo-satánicos, de heavy metal:

Y la de Altamont, en donde apreciamos que Mick está tan subido que parece ciego a todo lo que sucede a su alrededor, y también que no sucede en ese momento el asesinato de Meredith Hunter… Aunque hay que decir que su comentario de “Siempre pasa algo raro cuando interpretamos este número” después de que el comienzo de la interpretación fuera interrumpido, por ser de muy mal gusto, sobra y mucho; aunque, por otro lado, durante los acordes finales, Jagger canta “tranquilizaos todos”. En este vídeo podemos ver también a Jagger, visionando la película en la sala de pruebas para el juicio por asesinato, y degustando el sabor amargo de su propia vanidad:

Otro día hablaremos del rock cristiano si eso…

Turn on your lovelight


BobbyBland1996Mientras se asientan los recuerdos y las sensaciones del evento de ayer (del que, desde luego, soy el menos indicado para hablar debido a mi mero papel de “observador”), como viene siendo costumbre despido la semana con algo quizás menos trascendental. Y pido perdón por utilizar el término “menos trascendental” aplicado a los Dead y a la música soul.

Turn on your love light” fue un estándar del soul en 1961, escrito por Joe Scott para el cantante de rythm & blues Bobby Bland, que, originalmente suena así de bien, con ese aire optimista y revitalizador propio del soul:

Turn on your love light

Without a warning
You broke my heart
You took it, darling
And you tore it apart

You left me sitting
In the dark, crying
You said your love
For me was dying

I’m begging you, baby
Baby, please
I’m begging you, baby
Baby, please

Shine on your light
Let it shine on me
Turn on your light
Let it shine on me
Let it shine, shine
Shine, let it shine

I got a little lonely
In the middle of the night
I need you, darling
To make things all right

Come on, baby
Come on, please
Come on, baby
Come on, please

Shine on your light
Let it shine on me
Just a little bit higher
A little bit higher
Just a little bit higher
A little bit higher

I’m begging you, baby
I’m on my knees
I want you to
Turn on your light
Let it shine on me

Come on, baby
I’m begging you
Shine on your light
Let it shine on me

I feel alright
I feel alright
I feel alright
I feel alright

Turn on your love light
Let it shine on me
Turn on your love light
Let it shine on me

Let it shine
Let it shine

Enciende tu lámpara del amor

Sin aviso/ rompiste mi corazón/ Lo cogiste, cariño,/ y lo hiciste pedazos.// Me dejaste sentado/ en la oscuridad, llorando./ Dijiste que tu amor/ por mí se estaba muriendo.// Te lo ruego, cariño,/ cariño, por favor…// Ilumina tu lámpara,/ que me ilumine,/ enciende tu lámpara,/ que me ilumine,/ que ilumine, ilumine,/ ilumine, que ilumine.// Me quedo un poco solo/ en mitad de la noche./ Te necesito cariño/ para hacer las cosas bien.// Vamos cariño,/ vamos por favor… // Ilumina tu lámpara,/ que me ilumine,/ sólo un poquito más,/ un poquito más…// Te lo estoy rogando, cariño,/ me pongo de rodillas,/ quiero que/ enciendas tu lámpara,/ que me ilumine.// Vamos cariño/ Te lo estoy rogando/ Ilumina tu lámpara/ que me ilumine// Me siento bien…// Enciende tu lámpara/ que me ilumine…// Que ilumine…

Joe Scott & Deadric Malone

live-dead¡Y sí! Ya noto a muchos impacientes… Desde 1967 la canción formó parte indispensable del repertorio en directo de los divinos Grateful Dead, cantada, hasta que no pudo más, por Ron “Pigpen” McKernan (teclados, harmónica, percusiones y voz en los temas de rythm’n’blues de la banda). Con esta canción, llenándola de esteroides hasta la saciedad, alargándola imposiblemente hasta el infinito, los Dead solían cerrar sus actuaciones, dejando un reguero de oyentes y bailantes alucinados y satisfechos, pero siempre con ganas de más. La versión más conocida de la canción es la que aparece en su álbum en directo de 1969 Live/ Dead, siendo el final de una cadena de canciones: “Saint Stephen”-“The Eleven”-Turn on your lovelight”. Ésta, por su parte, es una versión del año 68:

The_Grateful_Dead01Una de sus más flipantes interpretaciones de este clásico lo realizaron en Woodstock: ¡casi 40 minutos de frenético rythm’n’blues y rock duro, mientras que Owsley bailaba alrededor del escenario, y sin dar muestras de agotamiento! En su día, a Jerry García no le gustó la actuación de la banda, por haber estado, según él, demasiado drogados como para dar lo mejor de sí mismos. En la actual reedición de la película de Woodstock (Michael Wadleigh, 1969), que incluye un apéndice de actuaciones nunca vistas antes, se incluye íntegra esa actuación que, sin lugar a dudas, te tendrá pegado al sillón durante cuarenta minutos. Sin embargo, éste vídeo se corresponde a una película anterior que recogía algunas actuaciones de los Dead en el fastuoso festival sin arreglar, y por tanto, de mala calidad… Pero merece la pena verlo a falta de las imágenes de las que hablo (acaba con una entrevista a García y a Bob Weir:

Si el Diablo era amigo de los Grateful Dead… También es mi amigo


gratefuldeadveryCitada por los más rancios extremistas reaccionarios fanáticos de la religión como ejemplo del supuesto maridaje entre la música rock de todos los tiempos y el satanismo, esta deliciosa canción de country, escrita por el letrista oficial de los Grateful Dead, Robert Hunter, y compuesta por Jerry García y por John Dawson “Marmaduke” (Dead invitado y fundador de New Riders of The Purple Sage), y publicada en el disco número 6 de la banda, American Beauty, no parece ser otra cosa sino la historia de un fugitivo (temática muy de moda por entonces) que tiene que pedir prestado para ello, y previsiblemente se endeuda. Así que, lejos de ser una especie de himno satanista –como sostienen los pastores y diáconos alcoholizados simpatizantes del KKK-, parece ser más bien, o por lo menos así lo entiendo, una metáfora sobre el endeudamiento del fugitivo. En cualquier caso, una gran canción, nacida en los días del regreso a las raíces experimentado por el rock de finales de los 60 y principios de los 70.

Friend of the Devil

I lit out from Reno, I was trailed by twenty hounds
Didn’t get to sleep that night till the morning came around

Set out running but I take my time
A friend of the devil is a friend of mine
If I get home before daylight I just might get some sleep
Tonight

I ran into the devil babe, he loaned me twenty bills
I spent the night in Utah in a cave up in the hills

I ran down to the levee but the devil caught me there
He took my twenty dollar bill and vanished in the air

Got two reasons why I cry away each lonely night
The first one’s named sweet Anne Marie and she’s my heart’s delight
Second one is prison baby, sheriff’s on my trail
And if he catches up with me I’ll spend my life in jail

Got a wife in Chino babe, and one in Cherokee
First one says she’s got my child but it don’t look like me

(añadidos de Robert Hunter en su disco Jack O’Roses –1980-)

You can borrow from the devil, you can borrow from a friend
But the devil will give you twenty, when your friend got only ten

http://www.dead.net/song/friend-devil

Amigo del Diablo

*Me encendí en reno*, fui rastreado por veinte sabuesos/ No pude dormir esa noche hasta que la mañana llegó.// Partí huyendo pero tomo mi tiempo./ Un amigo del diablo es un amigo mío./ Si llego a casa antes de la luz del día podría dormir/ esta noche.// Corrí hacia el diablo cariño, me prestó veinte billetes./ Pasé la noche en Utah en una cueva sobre las colinas.// Corrí hacia el dique pero el diablo me atrapó allí/ Cogió mi billete de veinte dólares y se desvaneció en el aire// Tengo dos razones por las que lloro cada noche solitaria./ La primera se llama Anne Marie la dulce y es el deleite de mi corazón/ La segunda es la prisión cariño, el sheriff me sigue la pista/ y si me alcanza pasaré mi vida en la cárcel.// Tengo una esposa en Chino cariño, y una en Cherokee/ La primera dice que su hijo es mío pero no se parece a mí.// [añadidos de Hunter] Puedes pedir prestado al diablo, puedes pedir prestado a un amigo,/ pero el diablo te dará veinte, mientras tu amigo sólo tiene diez.

Letra: Robert Hunter

Música: Jerry García & John Dawson

The Grateful Dead

Versión de Robert Hunter

Here comes George Harrison!


GeorgeGeorge Harrison fue durante muchos años el Beatle calladito, el amable y tranquilo jovencito medio-irlandés, de acuerdo a la caracterización que la prensa hizo de los rasgos característicos de cada uno de ellos. En las primeras épocas del grupo, Harrison era la tercera voz del coro, pero también voz solista en las versiones de las canciones country y rockabilly, sobre todo de su ídolo, Carl Perkins. Finalmente rompió su timidez inicial y comenzó a presentar al grupo sus canciones, aportando más variedad musical y temática al grupo.

George Harrison14Hacia la mitad de la década de los 60, Harrison comienza a interesarse por la cultura y por la música de la India: se compra un sitar en una de aquellas tiendas underground que comenzaban a surgir por Londres, y le da ese aire místico a la canción “Norwegian wood” del álbum Rubber soul; a partir de entonces, el sitar indio será uno de los instrumentos más demandados por los músicos psicodélicos de a ambos lados del océnao, siendo él junto a Brian Jones de los Rolling Stones (éste más interesado en la música norte-africana) los dos principales exotizadores de la música pop (aunque, en honor a la verdad, ya había elementos exóticos y místicos en el jazz). Durante unas vacaciones en la India, conoce al gran sitarista Ravi Shankar, y con una ingenuidad que el veterano músico indio encontró entre descarada y encantadora, le rogó que le enseñara en pocas semanas las técnicas que él había tardado décadas en aprender y dominar; de ahí surgió una amistad que culminaría en el famoso Concierto por Bangladesh. George Harrison estudia seriamente el hinduismo, al tiempo que se aparta del consumo del LSD –pero no del hachís y de la marihuana-, e intenta propagar sus enseñanzas a través de muchas de sus canciones; su obsesión hinduista le traería algún que otro desengaño, como el descubrir lo realmente terrenal que se escondía tras las palabras y barbas de santo hindú del Maharishi Mahesh Yogi. Muy distinto fue el encuentro con los Hare Krishna del gurú Prabhupada: Harrison abraza abiertamente el krishnaísmo y colabora con ellos a través de su música (siguiendo las enseñanzas de esta religión: “cada cual sirve al Señor de la mejor manera que sabe o puede”). Sin embargo, al contrario que le pasa otros místicos, Harrison nunca dejó las preocupaciones de la tierra, algo que se demuestra en el concierto por Bangladesh, en la participación de la campaña “War is over”, junto a otros músicos amigos, de John Lennon y Yoko Ono, y otra serie de acciones.

Y así, para rendirle homenaje en el aniversario de su muerte, traigo dos canciones que tocó con los Beatles, que son dos de mi favoritas de las suyas. La primera de ellas es esta “It’s all too much”, balada psicodélica escrita en 1967 e inspirada por su primera esposa, que apareció como banda sonora de la película de animación Yellow Submarine:

It’s all too much

It’s all too much, It’s all too much

When I look into your eyes, your love is there for me
And the more I go inside, the more there is to see

It’s all too much for me to take
The love that’s shining all around you
Everywhere, it’s what you make
For us to take, it’s all too much

Floating down the stream of time, of life to life with me
Makes no difference where you are or where you’d like to be

It’s all too much for me to take
The love that’s shining all around here
All the world’s a birthday cake,
So take a piece but not too much

Set me on a silver sun, for I know that I’m free
Show me that I’m everywhere, and get me home for tea

It’s all to much for me to see
A love that’s shining all around here
The more I am, the less I know
And what I do is all too much
It’s all too much for me to take
The love that’s shining all around you
Everywhere, it’s what you make
For us to take, it’s all too much
It’s too much, It’s too much

Es demasiado

Es demasiado, es demasiado// Cuando te miro a los ojos, tu amor está ahí para mí/ y cuanto más entro, más hay para ver.// Es demasiado para que yo lo coja/ el amor que brilla a tu alrededor/ Por todas partes, es lo que haces/ para que nosotros lo cojamos, es demasiado.// Flotando en el arroyo del tiempo, de la vida para la vida conmigo/ no hay diferencia entre donde estés o donde tú quisiera estar.// Es demasiado para que yo lo coja/ el amor que brilla por aquí/ Todo el mundo es una tarta de cumpleaños,/ así que ten un trozo, pero no demasiado.// Dame un sol plateado, porque sé que soy libre/ Enséñame que estoy por todas partes, y llévame a casa para la hora del té.// Es demasiado para que yo lo coja/ un amor que brilla por aquí/ Cuanto más soy, menos sé/ y lo que hago es todo demasiado./ Es demasiado para que yo lo coja/ el amor que brilla alrededor de ti/ Por todas partes, es lo que haces/ para que nosotros lo cojamos, es demasiado…

George Harrison


george-harrisonY la segunda, es otra de sus mejores. Al igual que el “Octopus’ garden” de su amigo Ringo, esta canción nació en los días duros del final de los Beatles, cuando no hacían más que pelearse por todo (durante los ensayos de Let it be, tal y como se ve en la película, Harrison, harto de las imprecaciones de Paul McCartney sobre su forma de tocar una canción, abandona los ensayos bastante dolido), y decidió hacer pellas un día y buscar refugio en la casa de su amigo Eric Clapton: y allí, en un día soleado, tocando la guitarra, nació “Here comes the sun”, que abriría la cara B de Abey road:

Here comes the sun

Here comes the sun
here comes the sun, and I say
it’s all right

Little darling, it’s been a long cold lonely winter
little darling, it feels like years since it’s been here
here comes the sun
here comes the sun, and I say
it’s all right

Little darling, the smiles returning to the faces
little darling, it seems like years since it’s been here
here comes the sun
here comes the sun, and I say
it’s all right

Sun, sun, sun, here it comes
sun, sun, sun, here it comes
sun, sun, sun, here it comes
sun, sun, sun, here it comes
sun, sun, sun, here it comes
sun, sun, sun, here it comes

Little darling, I feel that ice is slowly melting
little darling, it seems like years since it’s been clear
here comes the sun
here comes the sun, and I say
it’s all right
Here comes the sun
here comes the sun, and I say
it’s all right
it’s all right

Ya viene el sol

Y viene el sol/ ya viene el sol, y digo/ que está bien.// Cariñito, ha sido un largo y solitario frío invierno,/ cariñito, se sienten como años desde que estuvo aquí/ Ya viene el sol…// Cariñito, las sonrisas vuelven a las caras/ cariñito, parecen años  desde que estuvo aquí…// Sol, sol, sol, ya viene…// Cariñito, siento que el hielo se está derritiendo lentamente/ Cariñito, parecen años desde que ha estado despejado/ Aquí viene el sol…

Pocos años después, la tocó en acústico en el Concierto Por Bangladesh:

Post-facio: los Grateful Dead interpretando “It’s all too much”:

En la cima del mundo


walter vinsonUna canción vieja de folk-blues, compuesta por dos músicos de blues: “Sittin’ on top of the world”, escrita por Walter Vinson (también conocido como Walter Jacobs) y Lonnie Chatmon (que firma como Carter), que ha tenido numerosas versiones a lo largo de la historia, tanto country como blues. Una de mis versiones favoritas es la de los Grateful Dead, incluida en su primer disco de 1967, y que supone sólo una de las muchas variables de la canción:

Sittin’ on top of the world

Mississippi river, so big and wide
Blonde-headed woman on the other side
Now she’s gone, gone, gone and I don’t worry
‘Cause I’m sittin’ on top of the world

I worked all summer, spring and fall
Blonde-headed woman, she’s the cause of it all
Now she’s gone, gone, gone and I don’t worry
‘Cause I’m sittin’ on top of the world

Saw her in Dallas, in El Paso
So come back baby, I need you so
Now she’s gone, gone, gone and I don’t worry
‘Cause I’m sittin’ on top of the world

Mississippi river, so big and wide
Blonde-headed woman on the other side
Now she’s gone, gone, gone and I don’t worry
‘Cause I’m sittin’ on top of the world

http://www.dead.net/song/sittin-top-world

Sentado en la cima del mundo

El río Mississippi, tan grande y ancho,/ la mujer de pelo rubio al otro lado./ Ahora se ha ido, ido, ido y yo no me preocupo/ porque estoy en la cima del mundo.// Trabajé todo el verano, la primavera y el otoño,/ la mujer de pelo rubio, la causa de todo./ Ahora se ha ido…// La vi en Dallas, en El Paso./ Así que vuelve nena, te necesito mucho./ Ahora se ha ido…

Walter Jacobs (W. Vinson) – Lonnie Carter (L. Chatmon)

Una versión en directo:

Y otra, mezclando otro de mis temas favoritos: Cold Rain and Snow

Dear Janis: Adagio galaico-galáctico por la chica enterrada viva en el blues


No sé bien qué fue de ella. Un amigo me dijo
que murió cuando supo que no es un rock la vida

Pablo Guerrero, “Dulce muchacha triste”

Santa Janis, tomada de su página de FacebookJanis Joplin, la diva del blues blanco, la reina blanca del blues, era encontrada en su cuarto de hotel muerta un 4 de octubre de 1970, al parecer, a causa de una sobredosis de heroína: como una polilla ante una llama, la chica que quería vivir demasiado deprisa quemó su vida, dejando una estela de inolvidables canciones e interpretaciones. Mientras tanto, los que habían causado su muerte comerciaban con ella, asegurando que vendían una heroína tan pura que mató a Janis Joplin. Pero ella, al parecer, decidió dejar la vida a lo grande al dejar en su testamente una suma de dinero para celebrar una fiesta en su honor. Muerte accidental o suicido, en cualquier caso su muerte convulsionó a toda la escena musical de San Francisco (aunque para 1970, la escuela de San Francisco estaba bastante disuelta), en donde estaban todos sus amigos, que reaccionaron de diversas maneras: Jerry García, de los Grateful Dead, declaraba que era mejor morir así que sufrir los estragos de la vejez; mientras que Marty Balin, de Jefferson Airplane, probablemente movido por el dolor, se negaba a actuar en el concierto-homenaje a su memoria.

pearlEn aquellos días, Janis Joplin estaba grabando su último álbum, Pearl, que respondía a una nueva toma de personalidad, con una nueva banda: The Full Tilt Boogie Blues Band. A muchos les sorprendió su muerte, pues la veían entusiasmada tanto con el proyecto como con el grupo, que ya la había acompañado en varios conciertos y festivales. El disco quedó inconcluso y salió a título póstumo; la canción “Buried alive in the blues” (Enterrada viva en el blues), compuesta por Nick Gravenites, a la que Janis iba a poner letra al día siguiente, tuvo que salir como instrumental, y sonar a modo de despedida:

La muerte de Janis conmocionó a todos los aficionados, incluso en España, aunque su nombre fuera conocido sólo por unos cuantos.

Bibiano en concierto (del Arquivo Gráfico e Documental de VOCES CEIBES)Bibiano Morón ya es uno de nuestros habituales (y lo seguirá siendo, por, y sólo por, su música). Fue uno de los últimos miembros en entrar en el colectivo de la Nova Canción galega Voces Ceibes, fue el inseparable compañero de Benedicto en múltiples recitales y, como su amigo y compañero, trabajó con José Afonso durante un tiempo. La llegada de Bibiano a Voces Ceibes supuso un cierto revulsivo en sus preceptos musicales y literarios: a partes iguales, Bibiano era un enamorado tanto del folklore gallego como de la música popular contemporánea más nueva: Bibiano mezclaba en sus melodías influencias que iban desde los gaiteros de las aldeas hasta los Beatles y Bob Dylan; por ello, fue un cantautor de folk-rock progresivo y experimental, pero sin desatender la temática social. Así pues, en lo que fue tal vez su disco más progresivo y experimental, Aluminio, del año 1979, el trovador eléctrico rendía su sentido homenaje a una de sus figuras más admiradas, planteándose la pregunta; “¿de dónde viene ese rugido de dolor?” y alternando en su letra las de dos temas de Joplin: “Bye, bye baby” y “Move over”:

Adagio para Janis Joplin

¡Hola Janis!
Xa sei que hei…
en ti
estou escoitando
"Bye,
bye,
bye,
baby, bye bye…”

E penso que non é moi tarde,
é sixelamente noite,
sonidos eletrizantes,
i a pesares de todo
na casa durmen todos.

¿Quen pode desentrañar
onde tes ises sonidos?
Somente pra saber si
debías seguir pinchándote.
Ábrese na túa gorxa
un paradiso de door,
sobrevoando América
mentras o mundo ruxe
como un carburador.

You say that is over, baby,
you say that is over now,
But still you hang around me, come on,
Won’t you move over.

¡Hola Janis!/ Ya sé que he…/ en ti/ estoy escuchando/ “Bye,/ bye,…/ baby, bye bye…”// Y pienso que no es muy tarde,/ es bastante de noche,/ sonidos electrizantes,/ y a pesar de todo/ en casa duermen todos.// ¿Quién puede desentrañar/ donde tienes esos sonidos?/ Solamente para saber si/ debías seguir pinchándote./ Se abre en tu garganta/ un paraíso de dolor,/ sobrevolando América/ mientras el mundo ruge/ como un carburador.// [Dices que se ha acabado, cariño,/ dices que ya se ha acabado,/ pero todavía me merodeas, vamos,/ ¿no te vas a apartar?

Bibiano

V Aniversario: los mejores vídeos del año (2ª parte: Abril, 2011-Septiembre, 2011)


Y así, tirando del hilo de los vídeos de youtube, me encontré esta otra de Jacques Brel, que ha sido siempre una de mis favoritas, y lo fue aún más cuando supe lo que significaba su letra. “Ces gens là” es una desgarradora canción, mitad crítica a la hipocresía de ciertas personas o clases sociales, mitad amargo amor imposible. Éste fue uno de los mejores vídeos vistos a lo largo de este año, con un Jacques Brel interpretando a los personajes de la canción y haciéndonos estallar en llanto al nombrar a su amor:

Y, aunque esta fue más reciente, por encadenarlo, no podía dejar de poner su canción más emblemática, "Ámsterdam”:

Otro de los grandes, que le suele a gustar a todo el mundo, aunque probablemente no sea tan bueno como Brel, es Bruce Springsteen, ese poeta del rock’n’roll, que siempre hace gala de su potencia y vitalidad. Dos temas fueron los que aquí aparecieron, de su disco The river. El primero, esa triste historia llamada “Jackson Cage”:

Y su melancólica y triste balada, “The river”, que la pusimos en Mayo:

Y vuelta a Woodstock. Reconozco que me gusta ver vídeos de actuaciones de rock porque me carga las pilas el derroche de energía de los músicos, y Woodstock y Monterey, para esto, son ideales. Éste en particular es uno de los que más buen rollo me da: el principio de la actuación del grupo de San Francisco, que mezclaba la psicodelia y la política, Country Joe & The Fish, que incluimos en la sección “Minutos musicales”:

Y de Woodstock a Monterey, de la psicodelia al soul, con la actuación de uno de los artistas más queridos e idolatrados en este blog: el inmortal Otis Redding:

Ambos fueron colgados a modo de intermedio, en esos días en los que no tengo nada especial que decir ni se me ocurre una canción que presentar o disertar. Pero una de mis grandes pasiones es descubrir canciones históricas que surgieron como canciones populares (de trabajo, religiosas, picarescas, pornográficas…) y acabaron encarnando cosas más grandes como revoluciones o guerras. Dos o tres han sido esos casos en los que al buscar la letra de una canción me he encontrado con un enrevesado de historias y personajes. “Santy Anno”, la canción de los voluntarios británicos al lado del general Santana en la guerra Méxicano-estadounidense y que acabó siendo el himno de los buscadores de oro, fue una de ellas, y descubrimos la impresionante versión de la gran Odetta:

Pero no necesariamente tiene que tener una canción una gran historia, o una letra que explique las relaciones de producción, etc. Para captar mi atención basta con que la música sea buena y la letra lo suficientemente significativa. Fue por ejemplo esta triste historia de Frankie Lymon, un genio prematuro que murió demasiado joven y que ya decía que no era “un delincuente juvenil”:

Pero las canciones vinculadas a una época, a sus sentimientos, siempre han sido mis preferentes. En Abril, al colgar la letra de la canción “For what it’s worth” de Buffalo Springfield, no podía adivinar que, en parte, estaba profetizando ciertos eventos tanto nacionales como internacionales. Aquí están, en el festival de Monterey, dándole un puntito más a la canción, con David Crosby ocupando el lugar de Neil Young:

Y siguiendo con el festival de Monterey, ¡qué coño!, otro gran grupo de Frisco, los Quicksilver Messenger Service, con la canción de Dino Valente: “Dino’s song”:

Y con la actuación de uno de mis grupos de blues blanco favoritos: Canned Heat y sus blues sureños:

Y si de grupos hippies hablamos, no podíamos pasar por alto a los mejores, a la gran banda de San Francisco: los Grateful Dead, uno de los conjuntos más constantes de la historia del rock, interpretando una canción apocalíptica de la cantante canadiense Donnie Dobson: “Morning dew”:

No sé porqué razones, pero de un tiempo a esta parte, los Grateful Dead se han ido ligando a mis vivencias personales variadas, como por ejemplo, esta “Cold rain & snow”:

Y, ¿quién se puede resistir a este raudal de buenas vibraciones, llamada “Uncle John’s Band”:

E incluso cierta identificación en temas de “chicos malos”, de los que nadie espera nunca nada, como es su versión de la autobiográfica “Mama tried” de Merle Haggard:

Una de las canciones más impresionantes que he escuchado nunca, ha sido “Free bird”, del grupo de rock sureño Lynyrd Skynyrd. Es una canción que además cobró una especial significación cuando la mayoría de la banda falleció en un accidente de avión, entre ellos Ronnie van Zant, vocalista del grupo y autor de la canción:

Pero uno de los grandes descubrimientos de este años fue esta impresionante balada de desengaño y de autoafirmación de la cantautora Melanie Safka. En versión original es una maravilla, pero esta toma de su actuación en el festival de Woodstock me dejó, literalmente, paralizado por su fuerza:

Pero una de mis grandes obsesiones de este año ha sido intentar desentrañar lo que quiere decir esta canción del folklore romaní, “Musikanti”, en donde creo encontrar cierta historia triste en la que en algún país de la Europa del Esta se alistara para la guerra a los gitanos. La descubrí gracias a la banda de World Music checa Gothart:

Pero la de este otro grupo gitano de Italia  también es muy interesante, Acquaragia Drom:

Y es que el folklore romaní ha sido una de mis grandes pasiones de este año. Tirando de vídeos y textos, descubrí que la nación gitana tiene su propia bandera y su propio himno, escrito por Žarko Jovanović para la banda sonora de una película y adoptado por el Congreso Internacional de los gitanos para ello. “Đelem, đelem”, una triste historia que denuncia el pojramos, el holocausto gitano, a mano de los nazis:

Y recorriendo el folklore romaní, nos encontramos al gran compositor yugoslavo (como él se define) Goran Bregovic, arreglando la canción del festival de primavera de los gitanos orientales, el “Ederlezi”:

Bregovic fue el autor de la banda sonora de esa maravillosa película, de corte absurdo a la manera de Berlanga, El tren de la vida (Radu Mihaileanu, 1998), en la cual unos judíos tratan de escapar del holocausto disfrazándose de nazis y deportados con un tren rumbo a Palestina, vía Rusia. En el camino se encuentran con unos gitanos que idearon un plan parecido para escapar hacia la India. Entonces se produce uno de los momentos más memorables de la película, cuando judíos y gitanos se baten en un emocionante duelo… musical:

Porque otro ciclo importante fue el de la música de los judíos sefarditas, con un legado que perdura hasta nuestros días. Me emocionó mucho saber que esta bella canción, “En tierras ajenas”, una canción que data de cuando vivían en la Edad Media en España, se convirtió en su himno de resistencia durante el holocausto, expresando un dolor más grande y profundo que aquel que sus antepasados tuvieron, volviéndose a mirar por última vez sus campos y casas mientras seguramente la entonaban, cuando fueron expulsados de España. Françoise Atlan es una de sus descendientes:

En otro orden de cosas, la segunda mitad de este año vino marcada por el Movimiento 15-M. Dolido y desengañado, como estaba más o menos, de ciertas utopías, intentando ser como Rick en Casablanca, regentando un café metafórico con buena música en donde la Resistencia era bien recibida, pero no los nazis, empecé a apoyar gran parte, si no todas, de sus acciones cuando se comenzó a intentar desprestigiarles y en algunas comunidades autónomas se les reprimía brutalmente. Para una de ellas, que tuvo lugar en Valencia, les dediqué esta canción del inmortal alcoyano Ovidi Montllor, cantautor y actor inolvidable: “La fera ferotge”, una canción alegórica y satírica sobre las reclamaciones sociales bien justificadas:

Pero revoluciones a un lado, que no al margen, siempre hay sitio para buenas y emotivas canciones, como esta “Darling be home soon”, del cantautor y ex-vocalista de Lovin’ Spoonful, John Sebastian, cuya emotiva interpretación de este tema en el festival de Woodstock, emocionándose al final, es una de mis actuaciones favoritas, y no me canso de verla:

O canciones de un rabioso optimismo contagioso, como “It don’t come easy”, del simpático Ringo Starr:

Pero sin perder la realidad… Debido al violento e injusto desalojo de la Plaza del Sol de Madrid, decidí desenterrar el hacha de guerra y decirle a los responsables, como ya lo hizo Javier Krahe hace años, que “Cuervo Ingenuo no fumar la pipa de la paz con tú”:

Tuvimos, sin motivo especial alguno, salvo mi propia admiración, un recuerdo emocionado hacia el gran Paul Robeson, actor, cantante y activista afroamericano de un compromiso natural y sincero no sólo con su propia gente, sino con todas. Robeson se hizo famoso por interpretar esta canción en una famosa película, Show boat”. “Ol’ Man river”:

Pero a mediados de los años 30, Robeson, que visitó a la Brigada Lincoln en España, cuando interpretaba la canción le cambió la letra, dándole un sentido mucho más revolucionario. Como ejemplo, esta actuación, que a día de hoy sigue poniendo los pelos como escarpias:

Y hay heridas que se empeñan en que no cicatricen. La pasividad y la desinformación con la que pasó desapercibida la profanación del monumento a Miguel Hernández por parte de un grupo de ultraderecha me resultó especialmente repugnante. Eso sí, los “demócratas” pueden darse palmadas en la espalda porque se ha detenido a un rapero que dijo unas tonterías… Adolfo Celdrán, interpretando su canción sobre uno de los mejores poemas de Hernández:

Como con Lorca, a cuya localización se niega cierta gente: éste es, sin lugar a dudas, el país que no ama a sus poetas. Me estremeció ver a don Agustín González, uno –si no el mejor- de los mejores actores españoles, declamar este “El rey de Harlem”:

Y que no sea por falta de homenajes. También recordamos a nuestro querido José Antonio Labordeta, de cuyo fallecimiento se cumplió un año. Para volver a recordarle, su canción más famosa:


… y éste, más o menos, ha sido el año en vídeos: un año intenso en ciertos aspectos, y en otros como todos… Pero la música que no pare, ¿eh? Lo que nos depare este año –según el calendario zamarril- el tiempo lo dirá, y espero verte, veros, el año que viene para contároslo, porque todavía quedan muchas cosas por decir, muchas canciones por descubrir y escuchar, muchos amigos a los que recordar o conocer, y muchos amores por vivir. Acabamos, si os parece, con una canción mítica, probablemente la mejor canción de rock de la historia: “Bohemian rhapsody”, de Queen, una canción que cuando estoy bajo o triste me gusta recordar y me recarga de nuevo con energías renovadas:

Y, a la manera de Bob Hite: Don’t forget to Boggie!

Himnos para un recital: Monterey


Cartel del festivalEntre el 16 al 18 de junio de 1967, tuvo lugar en Monterey (California) el primer recital multitudinario de lo que entonces se llamaba pop, y acabó convirtiéndose en rock (las denominaciones varían, si hablamos de Estados Unidos o del Reino Unido; nosotros entendemos por rock a aquella música que, teniendo una base en el rock’n’roll clásico, explora y experimenta sus posibilidades, tanto musicales como líricas): la fórmula –que no era nueva- estaba tomada de los festivales de jazz y de folk de los años anteriores; sin ánimo alguno de desacreditar a estos precursores, Monterey (y su gran heredero, Woodstock) era mucho menos excluyentes, y admitía a músicos de jazz, folk y de lo que luego se llamaría World Music. Por otro lado era llevar a un plano mucho más ambicioso aquellos mini-festivales que se habían venido produciendo durante aquel año y el anterior en San Francisco: los Tribal Stomp (reunión de tribus) y los Human Be-In (“humanidad enrollada”), que contaban con los grupos de rock y psicodelia de San Francisco tocando en el parque, con la eventual asistencia de oradores revolucionarios y grupos religiosos de inspiración oriental, junto a magos y malabaristas. El Festival Internacional de la Música Pop de Monterey fue organizado por el grupo de folk-pop The Mamas & The Papas, el productor Alan Pariser y el publicista Derek Taylor, y pretendieron que a esta cita acudieran los grupos y músicos más punteros del momento de todos los estilos; pero la mayoría de los grandes y veteranos, tales como los Beach Boys, los Beatles, los Rolling Stones y Bob Dylan, declinaron la oferta por diversas circunstancias. De aquellos monstruos del pop británico sólo asistieron dos: los Who –tan fieles a su audiencia como ésta a ellos- y Eric Burdon, de los Animals, con su nueva formación.

Eric Burdon en MontereyEntre 1965 y 1966, con la partida del teclista Alan Price (motivada, en parte, por irreconciliables diferencias tanto musicales como personales con los otros miembros), los Animals originales comienzan su disgregación. En 1966, Eric Burdon recluta a un buen número de músicos para una nueva formación que sería llamada Eric Burdon & The Animals, con John Weider, Vic Briggs, Danny McCulloch y Barry Jenkins; con este nuevo grupo, Burdon, reconvertido en un bluesman progresivo y psicodélico, acudiría al Festival de Monterey, en donde realizarían una versión memorable del ya clásico de los Rolling Stones, “Paint it black”. Eric Burdon, que es un músico en constante crecimiento, quedó muy impresionado por los grupos nuevos que actuaron y las propuestas nuevas que representaban, a parte del ambiente general del festival, que representó el grito de alerta del nacimiento de una nueva generación. Todas estas impresiones las quiso plasmar, con la ayuda de su grupo, en una canción, un tributo a los grupos, cuyos sonidos característicos imitan al ser nombrados, y al público que asistió, que se tituló así, Monterey:

Monterey

The people came and listened
Some of them came and played
Others gave flowers away, yes they did

Down in Monterrey,
Down in Monterrey.

Young gods smiled upon the crowd
Their music being born of love
Children danced night and day
Religion was being born

Down in Monterrey

The birds and the airplane did fly
Oh, Ravi Shankar’s music made me cry
The who exploded into fire and light?
Hugh Masekela’s music was black as night

The Grateful Dead blew everybody’s mind
Jimmy Hendrix, baby, believe me,
Set the world on fire, yeah

His majesty, Prince Jones,
Smiled as he moved among the crowd
Ten thousand electric guitars
Were grooving’ real loud, yeah

You want to find the truth in life.
Do not pass music by
And you know I would not lie, no, I would not lie,
No, I would not lie

Down in Monterrey
All right!

Three days of understanding,
Of moving with one another
Even the cops grooved with us
Do you believe me, yeah?

Down in Monterrey, down in Monterrey
Down in Monterrey, down in Monterrey

I think that maybe I am dreaming
Monterrey, Monterrey
Down in Monterrey
Did you hear what I say?
Down in Monterrey

http://www.songstraducidas.com/letratraducida-Monterey_16574.htm

Monterey

La gente vino y escuchó/ algunos de ellos vinieron y tocaron/ otros lanzaron flores, sí lo hicieron// En Monterey…// Los jóvenes dioses sonreían desde arriba a la multitud/ Su música había nacido con amor/ Los niños bailaban día y noche/ La religión estaba naciendo.// En Monterey// Los pájaros y el aeroplano volaron (1)/ Oh, la música de Ravi Shankar (2) me hizo llorar/ los Who ¿explotaron en fuego y luz? (3)// La música de Hugh Masekela era negra como la noche (4).// Los Grateful Dead alucinaron a todos/ Jimi Hendrix, cariño, créeme,/ prendió fuego al mundo, sí (5)// Su Majestad, el Príncipe Jones (6),/ sonreía al moverse entre la multitud/ Diez mil guitarras eléctricas/ estamos tocando bien alto, sí// Queréis encontrar la verdad de la vida./ No paséis de la música/ y sabéis que yo no mentiría, no, no mentiría,/ no, yo no mentiría.// En Monterey/ ¡Muy bien!// Tres días de comprensión,/ de moverse uno con otro/ Hasta los polis fliparon con nosotros (7)/ ¿Me crees, sí?// En Monterey, en Monterey…// Pienso que a lo mejor estoy soñando (8)// Monterey, Monterey,/ en Monterey/ ¿Oíste lo que he dicho?/ En Monterey.

Eric Burdon & The Animals


Notas

Muchas de estas actuaciones a las que se refiere Burdon ya las recopilé en esta entrada: https://albokari2.wordpress.com/2007/08/28/monterrey-pop-festival/ –aunque puede que muchos de esos vídeos ya no estén disponibles-; sin embargo, aquí van algunas explicaciones:

(1) Al traducir al castellano la frase “The birds and the airplane did fly” se pierde la ambigüedad de la letra escuchada, ya que se refieren respectivamente a los Byrds –que se llamaron birds con “y” porque en el argot de la época, bird significaba “marica”, y además así imitaban a los Beatles, que decidieron llamarse beetles –escarabajos- con “ea”, para hacer pensar en la música beat- y a Jefferson Airplane, el grupo revelación de psicodelia de esos dos años.

(2) Supongo que la mayoría, si no todos, conocéis más o menos a Ravi Shankar: la historia de cómo llegó a ser casi un músico de rock, sin abandonar el Ravi Shankar en Montereyfolklore indio, es muy curiosa, y se debe a George Harrison. Durante unas vacaciones, Harrison, que comenzaba a enamorarse de la cultura hindú en la mayoría de sus aspectos, viajó a la India, en donde contactó con Shankar, quien, en honor a la verdad, era más o menos conocido en occidente en círculos más cultos; George, que ya había tocado el sitar en el tema “Norwegian wood”, le pidió a Shankar que le instruyera en lo básico: esto hizo mucha gracia al maestro sitarista, cuyo aprendizaje en el instrumento indio por excelencia le había llevado más de 30 años. Gracias a George Harrison y a otros músicos hinduizantes, Shankar fue introducido en los círculos de la música pop y convertido en un icono de la contracultura musical como los propios Beatles o Jimi Hendrix. En el festival de Monterey, sus largos ragas dejaron tan maravillada a la audiencia que arrancó de sus asientos a la mayoría de los asistentes que rompieron en largos y efusivos aplausos.

(3) Final de la actuación de los WhoLos Who se habían comenzado a hacer famosos por acabar sus conciertos con la apoteósica costumbre de destrozar sus instrumentos mientras sonaban los acordes de su canción de cierre. El músico Al Kooper sugirió que fueran los últimos en actuar por esta razón, pero Pete Townshend no soportaba la idea de actuar después de Hendrix, el cual se burló de él y le dijo que si quería ser el primero en romper una guitarra sobre el escenario; el pique entre los dos titánicos guitarristas se solucionó con un “a cara o cruz” que ganaron los Who, quienes, siguiendo su costumbre, destrozaron sus instrumentos durante los acordes finales de “My generation”. Lo que no sabían es que Hendrix pretendería superar su actuación… (ir a nota 5)

(4) Hugh Masekela era un músico de jazz-fusión procedente de Sudáfrica. 

(5) y así pues, The Jimi Hendrix Experience saltó al escenario dolorido tras la actuación de los Who. Jimi, que se había Jimi Hendrix prendió fuego al mundotenido que ir al Reino Unido para poder grabar, con sus malabares guitarrísticos, dejó a la audiencia flipando, pero cuando durante los acordes finales de “Wild thing” (un tema de los Troggs), Hendrix no sólo comenzó a romper su guitarra a golpes y a follarse el amplificador, sino que, como si fuera un sacrificio ritual, prendió fuego a su propia guitarra, y terminó por destrozarla a golpes contra el suelo mientras los amplificadores aún vibraban con los últimos acordes. Mama Cass, de Mamas & Papas, le dijo a Townshend al principio que le estaba robando su escena, pero Townshend respondió que sólo la estaba representando; sin embargo, el guitarrista de los Who reconoció que, si aquello fue una competición, fue Hendrix el que la ganó, y calificó su actuación como de epifanía (Visto en Historia del Rock & Roll: Enchufándose).Hendrix Jones Monterey

(6) Se refiere a Brian Jones, de los Rolling Stones, que acudió al festival y acompañó a Jimi Hendrix; también fue el encargado de presentar su actuación. Jones apareció vestido con sus mejores galas, con una pose algo mayestática, atrayendo la atención de las cámaras y de los curiosos, aunque pudo moverse sin muchos problemas a pesar de su condición de super-estrella del pop.

(7) La película rodada por D. A. Pennebaker muestra como los agentes de policía parecían estar no solo colaborando, sino encantados y disfrutando de muchas cosas: imágenes curiosas que se repetirían en Woodstock, cuando en la película de Michael Wadleigh se recogen las impresiones del jefe de policía, según el cual “debemos estar orgullosos de estos chicos”.

(8) Estas líneas, “I think I maybe I’m dreamin’”, pertenecen a la canción “Renaissance Fair” de los Byrds, escrita a raíz de aquellos encuentros de la juventud en esos Tribal Stomp y Human Be-In.