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La banda sonora de Billy («algo es algo») desgranada


Mal está, tal vez, que uno hable de su propia obra, pero uno de los atractivos de Billy («algo es algo»), que lo dota de originalidad, es que el título de cada capítulo es un fragmento de alguna canción, un pedazo que es relevante y va acorde con el sentido del episodio. Generalmente son de cantautores de España, bien propias, o bien poemas musicalizados de Miguel Hernández, Juan de Loxa, etc.; sin embargo, hay alguna excepción: un poeta uruguayo, un grupo de heavy metal español, y un cantautor y una banda grunge estadounidense.

Billy («algo es algo») (Libros Indie, 2019) es la historia de Guillermo Niño Pérez: un antiguo inspector de la policía política franquista, al que amenaza una querella por las torturas que propició en sus años de servicio, pues ya se salvó de otras, y es perseguido por el recuerdo de la muerte de Gabriel Aceituno, un estudiante agitador al que interrogó brutalmente. Sin embargo, no son estas cosas las que le inquietan, sino un joven vecino cuyo comportamiento errático y su modo de vida misterioso le obsesiona de forma malsana, sacando de él al antiguo inspector que perseguía «malhechores» por su pensamiento y conducta fuera de la norma habitual. Un día, mientras reflexiona sobre cómo esquivar a la prensa que le asedia, un antiguo subordinado le indica que en el periódico se habla de un asesino en serie que imita los métodos de tortura de la Brigada. Tomándoselo como un agravio hacia él y sus compañeros, decide investigar, convencido de tener un sospechoso bastante prometedor.

Me ha quedado algo largo, pero prometo que, en comparación, la novela es más corta.

Al comienzo de este vídeo promocional puedes oír un collage sonoro con los fragmentos de las canciones

Antes del odio, de Miguel Hernández (musicalizado e interpretado por Adolfo Celdrán)

Vencida la República en 1939, el régimen fascista de Franco se dedicó a hacer una dura purga contra los ciudadanos que hubieran tenido, aunque fuera presumiblemente, parte en el anterior gobierno legítimo, en el ejército popular, hubiera pertenecido a partidos de izquierdas o regionalistas/ nacionalistas, o hubiera manifestado abiertamente esas ideas. La mayoría de los intelectuales apoyaron ferviente y abiertamente al partido y al gobierno del Frente Popular, entre ellos, el poeta Miguel Hernández, quien pertenecía al Partido Comunista de España. Hernández fue arrestado y encarcelado, llevado a distintas prisiones donde se hacinaba con otros presos; llegó a tener una pena de muerte sobre su cabeza que, finalmente, le sería conmutada; sin embargo, moriría debido a las insalubres condiciones de esas prisiones. En esas estancias, el poeta escribió unos poemas que describían su situación y la de muchos otros, que se reunirían en un libro titulado Cancionero y romancero de ausencias.

«Antes del odio» es un poema estremecedor, en el que Miguel Hernández describe la miseria por la pérdida de libertad, simbolizada en su mujer y su hijo, ausentes y lejanos; también la incertidumbre de una pena de muerte que podía materializarse cualquier noche, arbitrariamente, junto con otros tantos; y, además de eso, la inquebrantable libertad interior del ser humano.

En 1975, el cantautor Adolfo Celdrán, musicalizó este poema para su disco 4.444 veces, por ejemplo, siguiendo el empeño de rescatar a los poetas silenciados, despreciados o tapados por la censura. Celdrán dota al poema de una melodía estremecedora que amplía las palabras del prisionero.

«… me es pequeño y exterior»: el poema resulta la máxima expresión de los pensamientos y sentimientos de un preso por razones políticas, por esa razón merecía su sitio entre los títulos de Billy («algo es algo»).

Campanades a morts: letra y música de Lluís Llach

Vitoria, 3 de marzo de 1976. La crisis económica mundial comenzó a notarse en España con viveza; los obreros, ante los despidos, las retenciones y bajadas de sueldo, van a la huelga, mientras un cierto ministro de economía, convertido más tarde en aristócrata-empresario de éxito, lanzaba arengas tratando de convencer de que no había otra solución porque no había dinero para los sueldos: que había que conformarse, apretarse el cinturón y pedir a Dios que dé lo que que los humanos niegan (bien, esto es una licencia mía). Especialmente trágica era la situación en Vitoria/ Gasteiz, en donde la huelga parecía interminable y la ciudad estaba al borde de la lucha. Ocurrió que, aquel tres de marzo, los obreros y sus familias estaban reunidos en asamblea en la iglesia de San Francisco de Asís, cuando la policía armada arrojó botes de humo provocando que salieran aturdidos y asfixiados; lo que no podían esperar es que su precipitada salida fuera recibida con fuego real. Murieron los trabajadores Pedro Martínez Ocio, Francisco Aznar Clemente, Romualdo Barroso Chaparro, José Castillo y Bienvenido Perea. Vitoria se convirtió en un campo de batalla, mientras el responsable de las fuerzas de seguridad, el entonces ministro de la Gobernación, Manuel Fraga, se lavaba las manos delegando en Martín Villa, ministro de relaciones sindicales. Finalmente, Adolfo Suárez se puso al mando intentando impedir generar más violencia.

El cantautor catalán Lluís Llach cuenta que se encontraba frente al piano cuando oyó las noticias de las muertes; entonces, de una manera instintiva, aporreó sus teclas con fuerza, saliéndole casualmente los primeros acordes de esta canción, al estilo del réquiem de Mozart.

«… y que en la muerte os persiga nuestro recuerdo». El fragmento escogido («i que en la mort us persegueixin les nostres memòries») representa esa persistencia de los hechos morales de cada uno, que acompañan al actor hasta que muera, como es el caso del protagonista, Guillermo Niño, que se resiste a sentir remordimientos por un crimen que cometió, aunque su recuerdo le persiga.

Canción de vísperas, de Nicolás Guillén (musicalizado e interpretado por Adolfo Celdrán)

En 1977, Adolfo Celdrán sacó un disco que suponía una colección de las canciones que le habían sido censuradas, total o parcialmente, o directamente prohibidas en algún aspecto (grabación, interpretación o difusión radiofónica), con el nombre de Denegado. En él encontramos la musicalización de un poema de Nicolás Guillén, que, probablemente, hablara de la Cuba prerrevolucionaria. Como es natural, al ser muchos de sus versos muy aplicables a la España de la dictadura franquista, la canción no pasó los filtros de la censura.

El fragmento «El ojo del policía» hace referencia a ese llamado «olfato policial» del que Guillermo Niño dice hacer gala, aunque a menudo constituya solo un montón de sospechas infundadas basadas en prejuicios y primeras impresiones. Del otro fragmento que da nombre a otro capítulo, «… y, sobre la pista, el enano equilibrista», relativo a las sesiones del juicio contra Guillermo Niño por sus torturas, solo diré que siempre me ha hecho gracia cómo Adolfo consiguió burlar la censura, para que se impidiera establecer una relación entre este verso y cierto general famoso por su baja estatura, al presentarlo ante la censura como «… y, sobre la pista, Elena no equilibrista».

Cançó en i (letra y música de Francesc Pi de la Serra)

El ácido y satírico cantautor catalán, Pi de la Serra, era muy dado en sus canciones a los dobles sentidos, de manera que los críticos solían decir de él que lo importante no era tanto lo que cantaba como lo que se dejaba entrever en sus letras. En esta canción en concreto, Quico, como suele llamársele también cariñosamente, enumera un montón de clichés y frases hechas sobre la policía que podían oírse en las noticias, contando hazañas de sus agentes como impedir una violación o ayudar a una invidente a cruzar la calle.

«La policía está al servicio de los ciudadanos» (la policia està al sevei dels ciutadans) es el estribillo recurrente que Pi de la Serra deforma jugando con otras palabras como «oligarquía», «servilía», etc., y que escogí para el capítulo en donde se describen algunos de los discutibles métodos policiales de Guillermo Niño y sus compañeros de la Brigada de la Noche, además de su visión de la acción policial, que recuerda al decidirse a proponerse desenmascarar al asesino psicópata que le imita, El Carcelero.

Doña María, de Nicolás Guillén (musicalizado e interpretado por Adolfo Celdrán)

De nuevo un poema del poeta cubano interpretado por Celdrán sirve para nombrar dos títulos de Billy («algo es algo»). Como el anterior, parece ser un poema alusivo a la Cuba de la dictadura de Fulgencio Batista, en donde mucha gente pobre se ganaba un cierto sueldo como confidentes de la policía política. Algo así ocurrió en España, como podrás descubrir en mi novela. Adolfo la musicalizó y la grabó en su primer disco, Silencio (1970).

«¡Ay, pobre doña María…!», verso incial del poema, me sirvió para titular el capítulo en el que se cuentan las tribulaciones e inquietudes de Marisa, la mujer de Guillermo Niño, ante el juicio que va tomando forma, pero también ante el extraño comportamiento que su marido está adoptando y del que poco le cuenta.

«Rondando anduvo mi casa» es otro capítulo, en el que se describen algunas cosas que hace el exinspector.

Enfermedades de invierno, de Jesús López Pacheco (musicalizado e interpretado por Luis Pastor)

Este poema era un canto contra la intolerancia en días del postfranquismo (los últimos años de gobierno de Franco, previos a la transición), contraponiendo la gente llena de razones que luchaban por la democracia frente a los vilentos sicarios del régimen: los ultraderechistas, que comenzaron a volverse más virulentos a medida que la vida del general se apagaba. Grupos como la Alianza Apostólica Anticomunista (AAA/ Triple A), Guerrilleros de Cristo Rey, el PENS (partido nazi español) y el Batallón Vasco-Español (un grupo parapolicial que realizaba atentados contra miembros de ETA y de la izquierda abertzale), que nacieron a finales de los años 60 para presentar batalla contra los jóvenes contestatarios, los obreros y los curas progresistas, pasaron de limitarse a romper escaparates de librerías y boicotear obras de teatro o recitales de cantautores, obviando palizas eventuales a líderes sociales, a cometer asesinatos.

En enero de 1977, toda la tensión de una transición política muy conflictiva acabó por estallar en pocos días: el estudiante Arturo Ruiz moría durante una manifestación por disparos de los Guerrilleros de Cristo Rey, al día siguiente lo hacía Mari Luz Nájera en la manifestación en protesta por esta muerte por la acción policial desproporcionada, y, finalmente, tres pistoleros de la Triple A asesinaban a sangre fría a los abogados laboralistas Enrique Valdevira Ibáñez, Luis Javier Benavides Orgaz y Francisco Javier Sauquillo, y al empleado del despacho Ángel Rodríguez Leal. Se organizó un funeral multitudinario que estremeció por su silencio respetuoso y su demostración de fuerza pacífica, especialmente los militantes del PCE, al que pertenecían las víctimas, y que todavía era ilegal. Suele decirse que esta demostración fue la que convenció a Suárez para, finalmente, legalizar los partidos democráticos.

Se consiguió detener a los tres ultras junto a algunos cómplices y autores intelectuales, pero no se pudo establecer la relación entre este lúgubre suceso y la responsabilidad en él de personas como Blas Piñar, Mariano Sánchez Covisa, Antonio González Pacheco y otras personalidades que lideraban el movimiento integrista o con cargos en las fuerzas de seguridad.

No recuerdo muy bien, pero creo que el poema es anterior al atentado de Atocha. No obstante, cuando Luis Pastor la musicalizó para su disco Nacimos para ser libres (1977), quiso denunciar toda aquella violencia, resquicios de un mundo que se resistía a morir con irracionalidad e integrismo.

«No vayas a coger alguna bala en los pulmones» es un verso lo suficientemente explicativo. No se llegó a saber lo que realmente pasó entonces, por lo que lo que describo en este capítulo (reconozco que muy influido por la película 7 días de enero de J. A. Bardem) es solo elucubración, inspirada por la teoría de que hubo gente importante detrás de este atentado terrorista con la finalidad de generar conflictividad social; una ficción basada en esta teoría en la que verás el papel que Guillermo Niño, de haber existido, hubiera tenido en aquellos asesinatos.

Es urgente, de Juan de Loxa (musicalización de Virgilio Fernández; interpretación de Aguaviva)

Juan de Loxa, poeta, locutor y promotor del colectivo andaluz Manifiesto Canción del Sur, escribió un texto inspirado por dos sucesos. Uno fue el del atentado de la calle Atocha del que ya hemos hablado; el otro fue el asesinato por la espalda a manos de la guardia civil del estudiante Francisco Javier Verdejo. ¿Crimen? Intentar pintar en una pared la frase «Pan y Trabajo». Es un poema en el que De Loxa contrapone también el mundo de la violencia y la irracionalidad con la del diálogo, las razones y la libertad.

«Allí se dan la paz con las manos manchadas»: de nuevo un verso muy expresivo que se explica por sí solo, alusivo al fervor religioso de unas personas que mandaban y mandaban matar, o mataban directamente. Una frase que un joven seminarista le recita a Guillermo Niño mientras asiste a misa con Marisa.

Están cambiando los tiempos (letra y música de Luis Pastor)

También del disco Nacimos para ser libres, fue una canción que, a pesar de lo que indicaba su título (al menos en apariencia), no estuvo libre de polémicas y boicots, como, por ejemplo, un aluvión de protestas de ciertas gentes a la dirección de TVE por su interpretación en el especial «Yo canto», acompañadas de amenazas serias contra el artista. Sobre todo por el verso que escogí para este capítulo: «No saldrá del agujero», aunque irónicamente se acabó pidiendo que saliera para meterle en otro agujero más familiar.

Galería de perpetuas (letra y música de Pedro Cobos y José Nieto; intérprete: Marisol)

En el proceso de Pepa Flores con romper de alguna forma con su pasado, encarnado en la dulce niña prodigio de nombre Marisol, surgieron discos y canciones interesantes, muy alejadas de aquellas que cantaba en su niñez en aquellas películas ñoñas. Pepa/ Marisol demostraba no solo haber conservado, y hasta perfeccionado, sus dotes interpretativas, sino que podía ser una artista comprometida y para un público adulto. Galería de perpetuas (canciones para mujeres), del año 79, es uno de esos discos, y la canción que daba nombre al disco toda una declaración de intenciones.

Es parte de una historia: Dolores Vázquez, cantante folklórica conocida como La Petenera, cumple cadena perpetua en la prisión de Alcalá de Henares por un asesinato; sin embargo, como confiesa en su carta a su amante, en su opinión cumple esa sentencia por el contenido machista de algunas de las canciones que cantaba, justificando el maltrato y echando sobre la mujer la culpa.

«Su dignidad y su vergüenza» fue el verso escogido para el capítulo en el que una tal señora Lluch relata las torturas a las que fue sometida por el inspector Guillermo Niño (inspiradas por las que relata Lidia Falcón), declarando que, a su parecer, el policía mostraba un desprecio especial hacia las mujeres.

Jo vinc d’un silenci (letra y música de Raimon)

El valenciano Ramón Peleguero Sanchís, bautizado artísticamente como Raimon (con acento en la «o»), se representa a menudo como el cantautor arquetípico en España, pues, junto a Paco Ibáñez, influyó en los cantautores de todos los rincones de España y en todo idioma de manera definitiva.

En su disco Lliurament del cant (1976), aunque con la presentación previa en recitales, incluía esta canción, que es una de las más celebradas, solicitadas y aplaudidas: un himno para la clase obrera, reivindicando la sencillez y desvelando las mentiras que se esconden tras los grandes discursos y los grandes nombres históricos, porque, como él y yo sabemos, es la clase obrera, a la que él y yo pertenecemos aunque nos desclasen, la que hace la historia. ¡Y punto!

«Quien pierde los orígenes pierde identidad» (Qui perd els origens perd identitat) fue el verso elegido para el capítulo en el que narro la infancia y la juventud de Guillermo Niño en su pobre y pequeño pueblo de Extremadura, siendo hijo de un duro y severo labrador que esconde un secreto oscuro y sangriento… Y el sentido es ese: que siendo de clase humilde eligió, al hacerse policía, pasarse al bando de los que oprimen, ejeciendo la labor ejecutiva de esa represión.

Knockin’ on Heaven’s Doors (letra y música de Bob Dylan)

Rompiendo la hegemonía, para este capítulo escogí a un cantautor, pero estadounidense. Y había una razón.

Esta canción, todo un himno pacifista, pertenece a la banda sonora de la película Pat Garret & Billy The Kid, de Sam Peckinpah (1973), aunque ese Billy el Niño romantizado, interpretado por Kris Kristofferson, dista mucho de parecerse a Guillermo Niño (Billy Kid) o a aquel policía al que se apodó así.

«Demasiado oscuro para ver» (Too dark to see) es un verso alusivo al dolor que causa ser el responsable de tanta muerte.

La meva estrella (letra y música de Francesc Pi de la Serra)

De nuevo el genial cantautor catalán. Es una canción incluida en su disco No és possible el que visc (1974), en donde narra un suceso preciso: la represión de una manifestación y cómo, al tratar de ayudar a un viejo en la huida, descubre que es un infiltrado que trata de detenerle.

En ese momento es cuando dice «Todo se ha vuelto de color gris» (Tot s’ha tornat de color gris), refiriéndose al color del uniforme de la policía armada y a su ingente número. Aunque el capítulo que lo nombra no trata exactamente de eso, sino que es en un sentido más literal: todo se vuelve oscuro para el exinspector Guillermo Niño cuando la querella toma finalmente la forma de juicio.

Las cárceles, de Miguel Hernández (musicalizado e interpretado por Elisa Serna)

Otro poema de Miguel Hernández, esta vez de su poemario de la guerra El hombre acecha, en el cual los estudiosos ven un cambio de enfoque: más preocupación por la humanidad que por el conflicto bélico y el hecho revolucionario en sí.

Es un poema en el que Hernández habla de la represión que se producía en la zona dominada por los fascistas, y una reflexión: que se puede tener a una persona encerrada, pero solo su cuerpo: su alma es libre e inquebrantable.

«No le atarás el alma» De entre otras versiones, escogí el fragmento del poema que canta Elisa Serna, la gran cantautora y gran represaliada por el régimen, en su disco Este tiempo ha de acabar (1974), que era una reedición depurada de su disco publicado en Francia el año anterior Quejido. Elisa comenzó su andadura, influida por Paco Ibáñez, musicalizando poemas, especialmente los de Miguel Hernández. Yo elegí este fragmento para un capítulo en el que se describen algunas de las torturas que Guillermo Niño propiciaba a sus víctimas, porque, en cierto momento oscuro, esta canción me dio fuerzas. Creo que a Elisa le hubiera gustado el libro: espero que en el Cielo tengan servicio de biblioteca.

Los dos gallos (letra y música de Chicho Sánchez Ferlosio)

Chicho, hijo de Rafael Sánchez Mazas y hermano de Rafael Sánchez Ferlosio, dentro de la canción de autor, era una persona tan discreta como fundamental, eligiendo la mayor parte de las veces pasar al segundo plano y componer para otros. Sin embargo, tiene el mérito de ser uno de los grandes precursores. A principios de los 60 «grababa para dos jóvenes suecos, Sköld Peter Matthis y Svengöran Dahl, un número de canciones que saldrán en EP bajo el título
genérico de Spanska Motståndssånger (Canciones de la resistencia española), que fueron editadas en 1963 en Suecia (se reeditarán en LP en el año 1974), con portada e ilustraciones de José Ortega, y bajo anonimato del autor e
intérprete (“Se silencia el nombre por razones de seguridad”, rezaba en sueco la contraportada del disco). Era un encargo de la revista Clarté para un número especial, que se enmarcaría además en una exposición de 1965 en Estocolmo llamada Spannien Annorlunda (España diferente), con obras de pintores suecos y del grupo Estampa Popular» [de mi tesis La creación de una cultura de la resistencia a través de la canción social]. Una de esas canciones era esta: una alegoría sobre la guerra civil en la que enfrentaba a un gallo negro contra otro rojo.

«Otro gallo cantaría» es una alusión a que la historia hubiera sido muy diferente. Por eso utilicé este verso para narrar la micronovela que supone este capítulo, en donde cuento la historia del abogado, primero defensor de los oprimidos y luego acusador del opresor, Alberto Flores Leal, sus encontronazos con Guillermo Niño y su inicio de la demanda que, finalmente, llevará a cabo su hija Cristina. Además, ilustra una frase que describe aquellos encontronazos y luchas de poder como una pelea de gallos. Es todo un homenaje a los abogados laboralistas de los 60 y 70 que se jugaron la piel por los trabajadores y los opositores, por desgracia, en alguna ocasión, literalmente.

Los rockeros van al infierno (letra y música de José Luis Campuzano y Carolina Cortés; intérpretes: Barón Rojo)

Pudiera parecer que, con la elección del himno de los heavies españoles, incluido en el disco Volumen brutal (1981), vuelvo a alejarme de los cantautores de España, pero no es del todo cierto. Los fundadores de Barón Rojo, los hermanos Armando y Carlos de Castro, venían de Coz, otro grupo de rock duro, pero que, además, guardaba buenas relaciones con los cantautores y había apoyo mutuo. Los De Castro abandonaron Coz porque, según versiones, la discográfica prefería las canciones de los otros miembros a las suyas, o bien por la deriva comercial que el grupo estaba tomando, y fundaron el Barón Rojo: el gran grupo de hard-rock de España, sin desmerecer al resto.

«Esa falsa humanidad de los que se dicen buenos»: la elección de esta línea fue algo casual. Tenía puesta la canción y de repente la escuché, y me dije que podría ser uno de los títulos. De hecho, es el título de uno de los capítulos más escabrosos de la novela, en donde relato las inquietudes e inclinaciones y perversiones sexuales de Guillermo Niño, además de su homofobia repugnantemente patente.

Parábola sobre el billar, de Carlos Álvarez (musicalización e interpretación de Luis Pastor)

Este poema es una alegoría sobre la palizas en las detenciones: una bola roja de sangre, tres hombres condenados a chocar… Podían ser dos policías, o, en caso de querer más contundencia, matones contratados. Sergio Rodríguez Tejada, en su Zonas de libertad (libro que me sirvió para documentarme), contaba el testimonio de detenidos que apuntaban a que la policía de Valencia solía recurrir a los servicios de un brutal albañil, apodado Pepe el Boxeador, para llevar a cabo estas labores.

«No puede haber otro juego tan cruel como el billar» es el título del capítulo en el que un poeta y artista narra cómo fue sometido al método de tortura conocido como «la rueda»: un corro de policías o matones (para el caso es lo mismo) se pasan de mano en mano al detenido propinándole golpes.

Pueblo blanco (letra y música de Joan Manuel Serrat)

Se incluye en su álbum Mediterráneo (1971) esta estremecedora canción sobre un pueblo, uno de tantos, que ya agonizaba y donde la tierra parecía amarrar a sus habitantes. Según el cantautor bilingüe, hijo de madre aragonesa, la canción le fue sugerida al contemplar las ruinas de Belchite, el pueblo que quedó destruido durante la guerra y reconstruido en otro lugar.

«Fuerte p’a ser su señor y tierno para el amor»: para el capítulo en el que a Marisa se le empieza a caer la venda de los ojos respecto a su marido, en el que comienza a reflexionar sobre el papel que ambos han tenido en el matrimonio y en lo que ella era para él, solo me interesaba esta línea de «una canción que le gustaba (el cantante, no tanto)».

Què volen aquesta gent (letra de Lluís Serrahima, música de Maria del Bonet; interpretación de Maria del Mar Bonet)

Un estándar ejemplar de canción protesta en España por la trovadora mallorquina. La canción cuenta, de forma épica, a la manera de los juglares medievales, un suceso: el suicidio de un joven estudiante antes de ser detenido por unos hombres. Naturalmente, tanto letrista como intérprete no cometerían el error de decir quiénes eran esos hombres y que el término suicidio era solo un eufemismo. Pero el público era muy inteligente y adivinaba lo que la canción callaba tanto como lo que dejaba entrever el redactor del periódico al tratar este tipo de noticias. Erróneamente suele atribuirse su inspiración al asesinato de Enrique Ruano, que fue posterior a la grabación de la canción; en realidad habla de otro estudiante, también madrileño, que murió en circunstancias similares: Rafael Guijarro Moreno. Sin embargo, la canción sirve a ambos indistintamente. Realizó una adaptación al castellano muy fiel Elisa Serna.

«La ley una hora señala» (la llei una hora assenyala) y «Murió de una llamada al romper el alba» (traducción libre de n’és mort d’un truc a trenc d’alba): dos frases de la canción para dos capítulos que giran en torno al mismo tema. En Billy («algo es algo») me inventé un personaje ficticio, un joven llamado Gabriel Aceituno Arrendajo, que tuvo una suerte parecida a la de Guijarro y Ruano. El recuerdo de su asesinato es, en gran parte, el leit motiv de la novela.

«Alguna trovadora escribiría un romance describiendo un hecho similar: podrían prohibírselo, pero el romance correría de boca en boca» (Billy («algo es algo»)).

Refranívocos, de Mario Benedetti

El genial poeta uruguayo elaboró un poema en el que truncaba la segunda parte de refranes y dichos populares, cambiándoles el sentido, o inventándose algunos. Inolvidable la mezcla de su recitado junto a «El diablo en el paraíso» de Violeta Parra, interpretada por Daniel Viglietti.

«… pero algo es algo»: No, no es espoiler, si conoces el poema en sí. Ese «algo es algo», que además tomé como subtítulo, viene a significar que, a pesar de las injusticias, de alguna manera la literatura, el arte en general, viene a brindar un cierto consuelo, por pequeño que sea. Como ya sostuvo Gramsci, a través de la literatura el humilde puede soñar con la venganza sobre el poderoso.

Smells like teen spirits (letra y música: Kurt Cobain, Dave Grohl, Krist Novoselic; intérpretes: Nirvana)

El himno de los grunges se publicó en el disco Nevermind (1991), y, alcanzó tal éxito, que el grupo llegó hasta a cogerle manía. No se les puede quitar la razón, cuando un sonido tan sucio como encantador, el santo y seña de los desarrapados despreciados por la sociedad biempensante, entró por la puerta de los éxitos discográficos hacia la aceptación social.

«Ya estamos aquí, diviértenos» (Here we are now, entertain us): aquí sí me alejé del todo de la hegemonía de títulos de canciones de cantautores españoles. La razón es más personal y su elección no fue fácil del todo. En este capítulo, a través de nuestros alter-egos, intervenimos mi pareja, Cristina Bermejo Rey, que también es escritora (buscad su Trece relatos de amor maldito), y yo, encarnados en unos periodistas autónomos especializados en asesinos en serie, a los que Guillermo Niño requiere para ser asesorado acerca de El Carcelero. Y la canción, sin más, sonaba durante nuestro primer beso en Bar Garaje (Travesía del Pilar 2, Getafe, Madrid).

Anti-social (letra y música de Bernie Bonvoisin y Norbert Krief; intérpretes: Los Suaves)

Esta versión del grupo gallego de la canción de la banda francesa Trust? (con el precedente de Anthrax) no pertenece a los títulos de los capítulos, porque no me percaté de su letra hasta después. Cuando la escuché, pensé que podría haber estado genial, pero ya era tarde, así que siempre procuro incluirla en las publicaciones a modo de epílogo.


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Otro fragmento de Billy («algo es algo»)


1968: Raimon actúa en el vestíbulo de la hoy Facultad de Geografía e Historia de la Universidad Complutense de Madrid

Allí estaban los cantautores: cantando las verdades a quienes las quisieran escuchar, aunque los que debieran hacerlo pretendieran ser sordos. Contaban la historia de la gente, expresaban el sentimiento de un pueblo insumiso que no se resignaba, que quería vivir, que quería amar libre. Paco Ibáñez desenmascaraba a los usurpadores con la verdadera cultura española. Chicho Sánchez Ferlosio era la denuncia del anonimato popular. Raimon, un grito de esperanza alzado contra el viento y la noche. Lluís Llach componía el réquiem para tumbar la estaca. Serrat cantaba la ternura del hogar. María del Mar era la calma y la furia del Mediterráneo. Pi de la Serra sentenciaba que volveríamos a reír fuerte y sin miedo cuando el día dejara de ser gris. Ovidi Montllor profetizaba que llegaría el día en el que el llanto fuera de alegría. En la sureña profundidad de la gigantesca garganta de José Menese se refugiaba la voz del humilde. Manuel Gerena convertía los palos que mataron a “Chato” El Esparraguero en palos flamencos. Enrique Morente rezaba a la estrella de la justicia. Un cromlech ancestral eran las palabras de Bertolt Brecht en la voz eusquérica de Mikel Laboa. Imanol, un estremecimiento sobre los montes del País Vasco. Benedicto no traía de armamento más que palabras amigas galaicas. Bibiano exigía gaitas para todos, para hacer sonar la alborada que anunciaba el nuevo día. Elisa Serna era la persistente memoria incombustible y humilde de las casas de los obreros. Julia León, la tenaz queja del campesino castellano. Adolfo Celdrán advertía que la noche se acaba y el día está llegando. Aute cantaba la belleza de aquellos ojos que vieron morirse los cielos en el mes de septiembre. Labordeta era la fuerza del cierzo aragonés soplando contra la injusticia. Aguaviva confirmaba que la invasión de los bárbaros que profetizara Juan de Loxa había llegado. El Nuevo Mester de Juglaría cantaba en las plazas la sangrienta hazaña de una épica oculta por el poder. Las Madres del Cordero se reían de los poderosos poniéndolos ante el espejo del esperpento. Los Sabandeños: un ejército musical de luchadores canarios. Carlos Cano cantaba ante la hoguera el dolor del pueblo andaluz. Víctor Manuel era la voz minera que surgía de las entrañas de la tierra de Asturias. Luis Pastor, el furor proletario del irreductible barrio de Vallecas. Pau Riba, Jaume Sisa, Hilario Camacho…, los hippies que predicaban la paz y el amor contra la cultura del odio. Y Pablo Guerrero era la poesía que llovía a cántaros sobre el techo del obrero, el campesino y el estudiante extremeño. Y tantos otros… En sus voces las palabras de los poetas y de los desposeídos cobraban vida, se movían. Eran los trovadores que cantaban la épica de la Resistencia viva. La Verdad nunca había sonado tan bien.

Gustavo Sierra Fernández, Billy («algo es algo») (Libros Indie, 2019).

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La Hoguera (3-V-2015): ¡Gloria a los Muertos del Mundo del Trabajo!


Funeral_abogados_AtochaLos años 70 fueron especialmente conflictivos en el mundo laboral: las justas peticiones de aumento de salario, reducción de jornada, mejora de las condiciones laborales en general y el formar un sindicato propio, se saldaron con multas, cárceles e incluso el asesinato a sangre fría. Los poetas y cantantes concienciados quisieron denunciar estos hechos y hacer un homenaje a los mártires del mundo del trabajo. Éstas son sólo algunas de ellas, que, como dice la primera canción, esas sevillanas rebeldes de Gente del Pueblo, relatan “¡Qué duros son los caminos!”.

El caso, por ejemplo, de Amador Rey y Daniel Niebla, obreros ferrolanos asesinados por la policía el 10 de marzo de 1972 (dando lugar al Día da Clase Obreira Galega), inmortalizados en un poema de Uxío Novoneyra que Bibiano musicalizó y cantó. O el de los líderes sindicales encausados en el llamado Proceso 1001 (entre ellos, Marcelino Camacho, referente moral de la lucha obrera), héroes de un romance flamenco compuesto y cantado por Manuel Gerena.

Estudiantes, obreros y abogados asesinados por la guardia civil, como Javier Verdejo, cuya pintada por el pan, el trabajo y la libertad, fue interrumpida por un disparo; o los abogados de la calle Atocha, cuyo atroz asesinato por un grupo ultraderechista conmocionó a toda la sociedad. Ambos casos reflejados en un poema por Juan de Loxa, que sería cantado por Aguaviva. Y es que eran tanto los casos, y pocos los que quedaron sin alguna canción, fuera directa o indirecta, que hubo quien, como Imanol, dedicó canciones a todos ellos y, en su caso, alternando el castellano y el euskera.

Pero, a pesar de todo esto, todas las manos, todos los esfuerzos, son necesarios; Luis Pastor lo recordaba, apoyándose en el refranero popular, en su canción “Un grano no hace granero”, que se puede escuchar de fondo por falta de tiempo.

Funeral Vitoria 1976Y si hubo un caso en el que quedó patente la falta de diálogo del gobierno resultante de la dictadura, y de su poca predisposición hacia el cambio democrático, ése fue la violenta represión de los obreros vitorianos en 1976: mientras el ministro de la gobernación (hoy diríamos, del interior) Manuel Fraga estaba en Alemania, convenciendo a la sociedad internacional del cambio democrático en España, las fuerzas del orden, sobre las que tenía potestad, acribillan una asamblea de trabajadores, resultando cinco muertos, ante su indolente indiferencia. Cuando regresa, ante la indignación de la práctica totalidad de la población, sólo es capaz de advertir de que eso debiera “servir de ejemplo” a quien sobrepasa las líneas marcadas. A día de hoy, mientras hay quien trata a esta persona de “padre y ejemplo” de la democracia, los ministros que estuvieron con él, como Martín Villa y Osorio, responsables de la situación, sin ningún pudor en absoluto se atreven a decir que los manifestantes pertenecían al entorno de ETA, que sobrepasaron las líneas rojas y agotaron la capacidad de paciencia del gobierno. Cuenta el gran Lluís Llach que, cuando estaba oyendo las noticias se encontraba sentado al piano, y casi instintivamente golpeó con fuerzas sus teclas, surgiendo los acordes de la canción con la que denuncia a los responsables y rinde homenaje a los obreros: “Campanades a mort”.

Escuchar:

http://www.ivoox.com/gloria-a-muertos-del-mundo-del-trabajo-audios-mp3_rf_4440310_1.html

http://www.getafevoz.es/programas/la-hoguera/

LA HOGUERA (15-II-2015) – Federico García Lorca: Poemas y canciones


garcia_lorca_1Invocamos el espíritu inmortal del poeta de Granada a través de sus poemas y de canciones sobre ellos. Con la colaboración especial y desinteresada de José Palacios y Antonio Orozco, de Taormina Teatro, recitando los poemas “Fábula y rueda de los tres amigos”, “Los negros: Norma y paraíso”, “Romance de la guardia civil española”, “El crimen fue en Granada” de Antonio Machado, y la traducción al castellano de “Noiturnio do adoescente morto”. Sonaron: Aguaviva: "¡Ay, amor!"; Enrique Morente & Lagartija Nick: "Vuelta de paseo"; Paco Ibáñez: "Romance de la luna luna"; La Argentinita: "Zorongo gitano"; Carlos Cano: "La canción del mariquita"; Lluís Llach: "Els negres (Norma i paradís); El Último Ke Zierre: "Canción del gitano apaleado"; Enrique Moratalla: "Gacela del amor desesperado"; Aguaviva: "24 bofetadas"; Xoán Rubia: "Noiturnio do adoescente morto"; Hilario Camacho: "Pequeña muerte". Música ambiente: "El amor brujo", de Manuel de Falla.

Escuchar:

http://www.ivoox.com/federico-garcia-lorca-poemas-canciones-audios-mp3_rf_4085914_1.html

It’s not fair, Lou!


LoureedtransformerEl otro día, viendo un mini-reportaje sobre Lou Reed, una periodista afirmaba, y reconocemos que no sin razón, que Lou Reed en España representó para la juventud de los 80 en relación a los cantautores lo mismo que en su país hacia el movimiento hippie: una especie de reacción, de rechazo, muchas veces por esnobismo intelectual que por otra cosa… Eso es cierto, pero, si algo debieran saber, o quizás lo saben, pero se lo callan, toda esa pléyade de modernos, post-modernos, guays, cooles, etc. que enarbolaron o enarbolan el estandarte “Lou Reed” contra una generación anterior, que les abrió muchas puertas (algunas, directamente) y contra la que se consideraban superiores porque ellos no pensaban en “política”, es que, en España, los primeros en hacer una versión de Lou Reed, o al menos que se grabara en un disco, fue precisamente un grupo de cantautores: Aguaviva.

En el maravilloso disco de 1977, No hay derecho, Pedro Luis Cobos y José Nieto repetían hasta tres veces el motivo central del disco: “no hay derecho”; primero, bajo el título de “Pasodoble de las majas”, así, como un pasodoble y como el tema con la letra más extendida de este motivo; en último lugar, cerrando el disco, una versión con el título “No hay derecho”, en estilo godspel y rythm’n’blues o soul; y justo en medio una adaptación del “Walk on the wild side” de Lou Reed en el que se repetía ese estribillo, bajo el nombre de “No hay derecho, Lou”:

Dicho sea de paso, no he comentado nada de la muerte de Lou Reed porque tenía sentimientos encontrados. Este crítico de El Mundo lo explica mejor que yo:

http://www.elmundo.es/blogs/elmundo/rockandblog/2013/10/30/al-infierno-con-lou-reed.html

Y estoy bastante de acuerdo: pienso que cuando se desembarazó de Andy Warhol (nunca he sabido quién parasitaba a quién) y cuando se bajó un poco de su súpernarcisismo, quizás alimentado por los chupap… que rodeaban a este círculo de esnobs culturetas drogatas que era el “underground neoyorquino”, pero el underground de Warhol, su música, o por lo menos sus letras, se volvieron más interesantes.

Çapulcu (No nos dejan cantar, Robeson)


türkülerimizi söyletmiyorlar bize,
Korkuyorlar Robson

“Korcu”, Nâzim Hikmet

Noam ChomskyÇapulcu, que en turco significa algo así como “saqueador”, “alborotador”, etc., fue la palabra que el primer ministro turco utilizó para referirse para esa inmensa parte de la población turca que se manifestaba contra él, en base a los disturbios producidos… Claro que, en realidad, y como pasa aquí y en muchos otros sitios, los disturbios fueron causados por agentes infiltrados de la policía. Por esa razón, el filósofo y escritor estadounidense Noam Chomsky se declara a sí mismo çapulcu, y yo, dicho sea de paso, también.

Hikmet en prisiónY esto recuerda bastante a lo acontecido un años antes de la década de los 50, cuando el poeta turco Nâzim Hikmet, por entonces en la cárcel por ser comunista, escribió un poema de solidaridad y amistad al cantante y actor afroamericano Paul Robeson, quien había figurado como una de las principales firmas en un manifiesto de intelectuales que pedían la liberación del poeta turco, a tenor de que la ultraderecha estadounidense saboteó con amenazas y disturbios su concierto de Peekskill. El poema se titula “Korcu”, “miedo”, y fue musicalizado y adaptado por Manolo Díaz para el grupo Aguaviva en 1971:

(En el enlace de arriba se encuentra el original de “Korcu” junto a una traducción al castellano, además de un desarrollo más amplio de esta bella historia de amistad y solidaridad entre dos artistas que intentaron acallar por miedo)

Sigue siendo urgente esa invasión de los bárbaros (gracias Juan)


No necesariamente                          
hombres musculosos esos bárbaros,
aunque algunos,                               
sí necesariamente                             
  con gran imaginación.                      

Juan de Loxa, “No necesariamente”

loxa_poemaAyer tuve el inmenso honor de conocer al gran poeta andaluz Juan de Loxa (vía Lucini), promotor del colectivo de cantautores andaluces Manifiesto Canción del Sur (Carlos Cano, Antonio Mata, etc.) y quedé impresionado con su humanidad, sinceridad, sencillez… cuando le hice una pregunta que hacía tiempo tenía ganas de hacerle (aunque esta vez mi intuición me ha fallado, pero sospecho que indirectamente: seguiremos investigando). Como le dijo Raimon al sindicalista Gregori López Raimundo: “… he sentido fuerte un gran orgullo muy de hombre”. Al hilo de esta conversación, Juan citó uno de sus poemas más impresionantes que grabó el grupo Aguaviva en su impresionante disco No hay derecho (1977), y quiero reproducirla aquí a modo de homenaje/ agradecimiento:

aguaviva-no-hay-derechoNo hay derecho es uno de los discos más interesantes del conjunto de folk-rock Aguaviva: musicalmente, recorre el folk-rock, la zarzuela, el soul, y hasta se atreven con una adaptación del tema de Lou Reed “Take a walk on the wild side” con el título de “No hay derecho, Lou” (hay tres versiones del tema “No hay derecho”: la primera, a lo zarzuela; la segunda, ésta adaptación de Reed; y la tercera, a ritmo de soul, o mejor dicho, gosspel). Entre canción y canción, Aguaviva entremete imitaciones paródicas de los políticos ultraderechistas de entonces, que se aferraban al moribundo régimen como a un clavo ardiendo, con sus soflamas acerca de la unidad y el orgullo nacional, el caos y la destrucción que traerán los contubernios demócrata-comunistas-europeos-judeo-masónicos-… Y líricamente, la gran parte de las canciones son obra del grupo, a excepción de ésta, la penúltima canción, cuya letra es del gran De Loxa. Todo el disco tiene algo brechtiano: no establece líneas temáticas, sino que las rompe continuamente.

Javier Verdejo (4)Esta conmovedora canción es un retrato de aquellos días de los coletazos del régimen, aquellos días en los que clamar por la justicia era un crimen y el asesinato oficial e institucionalizado no. Días en los que los asesinos hacían gala de sus pureza cristiana al “darse la paz” en sus misas, orgullosos de haber enviado a las masas rebeldes al infierno o al purgatorio, según ellos. Este poema le fue trágicamente inspirado por los asesinatos de los abogados de Atocha y de Javier Verdejo, estudiante almeriense muerto por tiros de la guardia civil mientras intentaba pintar en una pared “¡Pan y Trabajo!”.

¡En fin! Gracias por un momento tan agradable Juan. ¡Va por ti!… ¡Y vivan los poetas andaluces y los Bárbaros del Sur!

Es urgente

Es urgente pedir por esta boca,
poner los dedos en la llaga.
Pan y trabajo,
siempre se escapa el tiro
pa los de abajo.
No le saliera el tiro
por la culata.
Urgente es preguntar por los ausentes,
de su eterna prisión romper los lazos,
gritar para exigir la libertad que aspiro,
antes de que este tiempo nos quiebre entre balazos.
Sus fusiles…
Sus ametralladoras…
Por "hache" o por "be" no te dejan vivir.
Sus fusiles disparan si "hache" es:
pan para los hijos, escuelas, trabajo
o decir que basta ya de tanto asesinato.
Sus ametralladoras
sorprenden cualquier reunión, en donde
se hable del hombre y sus derechos.
Van a misa rodeados de sus hijos
y allí se dan la paz con las manos manchadas.
No saben que el amor es todo lo contrario.
Quitarnos las mordazas de la boca es
urgente, tirar al río el cinturón
a bofetadas, ay amor, de flores.
Que para limpiar la frente de sudores
bien pueden valer claveles
por pañuelo. ¡Qué dolores
para pintar el puente de otros colores!

Juan de Loxa

Música de Virgilio Fernández

Desde Santurce a Bilbao Blues Band’s “El ídolo”


Desde Santurce a Bilbao Blues Band - Vidas Ejemplares Carátula CDDesde Santurce a Bilbao Blues Band was a songwriting band of satyrical and critical song of the 70s: their name (From Santurce to Bilbao…) it’s a reference to a Northern popular song plus the “blues band”, own of the great 60 and 70s foreigners rock bands; acording to Ramón “Moncho” Alpuente, they took the idea from great graphic humorist “Forges”. The most members of the band were the “survivors” of another band, Las Madres del Cordero (The Mothers of the Lamb, a name that refers to Frank Zappa’s fantastic group): Moncho Alpuente and Antonio Piera, plus Jordi Pi, Felipe Montes, Álvaro Ibernia and Joss Martín. Their first and only LP, produced by Alain Milhaud in 1974, was called Vidas Ejemplares –Exmplary Lives-, that was, with the curious presentation of the cover nad the back, a critic against the Catholic moraltiy of family. With them, collaborated in this record aome friends as the great songwriter Hilario Camacho and Rosa León, the lyricist –brother of other great songwriter: Javier Krahe- Jorge Krahe, the songwriting and progressive rock female duo Vainica Doble, Macu from the group Aguaviva, and the famous female singer Massiel (soloist in other song). The band, with several members, continues during the 70s, but, at finally, break up. Alpuente, with other musical adventures since then, actually is a journalist and musical critic (so he was then); Antonio Piera, actually writes in this blog and he is very implicated in civil and social causes.

El Idolo - PortadaThe second track of the album was this critic against commercial singers, most of them overrated. Singers who like to go to parties of people from Government, some of them of Extrem-Right wing, but sometimes, when a kind of protest song came into fashion, they sing “social” themes, making a lot of money, meanwhile Desde Santurce a Bilbao Blues Band and their friends, for singing songs like these, were fined and, sometimes, got inot jail. The lyric of the song is very difficoult, for being an exclussive of this country and of that time, so I’ve quoted some lines.

El ídolo

Señoras y señores,
ladies & gentlemen,
con ustedes
¡el ídolo de las multitudes!

Mis canciones se cotizan
en los hit parades,
y mi voz la canoniza
el disc-jokey.

Yo soy tremendamente pop,
tremendamente in,
tremendamente
ayayayayay.

Insignes compositores
trabajan para mí;
sus canciones emotivas
en mi voz las amortiza
el royalty.

Yo protesto si es preciso,
canto a Machado
y a Brecht,
y cuando llega el verano
vuelvo a la rumba otra vez.

Canto en lengua ehtranherah,
en catalán y en francés,
y ahora, al ponerse de moda,
canto en gallego también.

Yo soy el rey del hit parade
yo me impongo mi ley,
soy un camale-ón
que cambia de color
ante el mo-ne-y.

Yo a los palacios subí
y a las cabañas bajé,
y en todas partes mi voz,
gracias al televisor,
escucha usted.

Yo triunfé en Eurovisión,
defendiendo con pasión
a mi país,
y ante Europa demostré
que en esto de la canción
somos así.

Él se llama Raphael,
es Karina y es Serrat,
Víctor Manuel.

Yo soy todos a la vez,
soy el cantante español
made in Spain.

Mis fans gimen de placer
y mi manager también
¡soy un filón!

Mi voz es una mina,
mi abuelo era minero,
se llamaba Manuel.

No canto por dinero…

The idol

Señoras y señores,/ ladies and gentlemen (1),/ here’s to/ the idol of the mass!// My songs are quoted/ on the hit parades,/ and my voice is canonizad/ by the disc-jokey.// I am tremendously pop,/ tremendously in,/ tremendously/ ayayayay.// Distinguished melodists/ are working for me;/ their emotional songs,/ in my voice, are amortized/ by the royalty.// I protest if I must,/ I sing Machado/ and Brecht (2),/ and when the summer comes/ I get back to rumba again.// I sing in foreigner languages,/ in Catalan and French,/ and now, as come into fashion,/ I sing in Galician too (3).// I am the king of the hit parade,/ I impose my own law,/ I am a chamele-on/ that change his colour/ in front of the di-ne-ro (4).// I went up to the palaces/ and went down to the alleys (5),/ and everywhere you hear,/ due to television,/ my voice.// I got succeed at Eurovision,/ defending with passion/ my country,/ and in front of Europe I proved/ that in the issue of singing/ we are this way (6).// His name is Raphael,/ he is Karina and he is Serrat,/ Víctor Manuel (7).// I am all at once,/ I am the Spanish singer,/ made in Spain.// My fans moan with pleassure/ and so my manager,/ I am a vein!// My voice is a mine,/ my grandfather was a miner,/ his name was Manuel (8).// I don’t sing for money…

Moncho Alpuente

(1) In those years, some commercial singers, musical critics, and their followers, abused of English words, and even of making strange mixings of both languages. For that reason, there’s a lot of English words in the song. I mark these in the original in italic, and in the translation the values are reverted.

(2) As I was saying, singers like Julio Iglesias or Juan Pardo –singers with conservatives ideas, and even widely Francoists-, when protest song, or at least, a kind of that style, was into fashion, make that kind of songs, getting a lot of money and being ignored by censorship. Desde Santurce… and others songwriters never made a lot of money singing those songs, and even it get them a lot of problems. The success that songwriters get by singing poems by Antonio Machado (as Joan Manuel Serrat) and Bertolt Brecht made that some of this singers sung some of those poems.

(3) So it was: singing in Galician came into fashion, and many commercial singers decided to sing in this beautiful language; for example, Mr. Julio Iglesias –ok, he is Galician, but he never sung in Galician before nor later-.

(4) Let me this little poetic license in the translation.

(5) This is a refference to José Zorrilla’s play Don Juan Tenorio. The line is not exactly a translation of the lyric, only keeping its order, but from this translation of the play:

http://www.poetryintranslation.com/PITBR/Spanish/donjuanpart1act1.htm

(6) At least, the European know that Eurovision is the contest-festival of the commercial song in Europe since 60s (or last 50s?). In the 60s and 70s, the Francoist regime used the participation in the contes politically, as it was usual about all: always with the motto “Spain is different” (according to regime, we the Spaniards are of a special way in every sense). If the singer loses the contest, it was due to the “envy” of the rest of the world, specially France and England; but when the singer wins… When Massiel won the contest, the press said a kind of stuffy rubbish declarations about the English singer, Cliff Richard (in the same way, when Beatles come to Spain, the press said a lot of foolish things in this stuffy chauvinist way). Every international show, may were music or sport, was conceibed as a war against the world, or better, as a war of the world against Spain.

(7) Raphael and Karina (linked for your information) are two commercial singers (Raphael seems to be very known outside, but not Karina); meanwhile, Joan Manuel Serrat and Víctor Manuel (which the followers of this blog already know) are songwriters. I think that, in those days, as Serrat as Víctor Manuel were a little commercials in the songwriting and protest song, and for that this reference (I must say that Antonio Piera today is fan of Serrat).

(8) I don’t know to who reffers this line. Maybe Víctor Manuel? (see Note before).

Los muchachos están cansados


ERLICHy por eso salieron a manifestarse en Valencia… y por eso les dieron con las porras bajo esas excusas que ya todos sabemos y que engañan a muy pocos… y por eso los muchachos les respondieron con los libros en la mano… y por eso el despreciable ministro de cultura (me temo que en esta legislatura, más que en la anterior, esta palabra/ concepto ha de ir en minúsculas) y la repugnante de delegada del gobierno de Valencia deberían dimitir FULMINANTEMENTE… y por eso, porque los chavales le dieron una lección a este casposo ministro de cabaret, que es a la cultura lo que Kissinger al Nobel de la Paz, les dedico esta canción, de mucho antes de que ellos nacieran y de cuando yo ya me abría paso hacia el mundo a la fuerza.

la-invasión-de-los-bárbarosLa invasión de los bárbaros es un estupendo disco de rock progresivo a cargo de la fabulosa banda Aguaviva, en el que el grupo musicalizaba poemas del gran poeta andaluz Juan de Loxa, ideólogo del colectivo Manifiesto Canción del Sur. De Loxa apoya gran parte de su poesía en el concepto de “bárbaro” elaborado por el filósofo Walter Benjamin: el bárbaro, lejos de ser aquél que trae la ruina y la depravación, es el que desafía las leyes del imperio y amenaza con destruir sus bases culturales, pero no con la violencia, sino con cultura auténtica para que el imperio se convierta en una sociedad justa.

Los muchachos estamos cansados

Los muchachos estamos cansados,
nos han decepcionado las tragamonedas.
En este cansancio un hastío
de las músicas que no son las nuestras.
Y nuestra música es la búsqueda
de nuestros propios ojos
entre todos los ojos.
Si hace ruido nuestra mirada con la vuestra,
hemos encontrado un ritmo para los dos:
Si entonces navegamos
y navegamos sin notar el gentío,
quiere decir que nuestra banda
sigue funcionando bien.
Y escribimos esperanza en el papel de liar
y fumaremos juntos dispuestos a cualquier cosa.
Los muchachos estamos
dispuestos a cualquier cosa
siempre que sea bella
y nos haga más bárbaros.
¡Queremos ser los bárbaros
que hagan crecer los trigos!
Nos han engañado y ahora
queremos "ser nuestra propia música"
para que siempre nuestra banda
siga funcionando bien.

Juan de Loxa

José Nieto/ J.García

http://aguaviva.myartsonline.com/canciones/LOSMUCHACHOSESTAMOSCANSADOS.html

No nos dejan cantar, Robeson… Tienen miedo


nazim-hikmet-2Si el otro día incluíamos un poema de Nâzim Hikmet cantado por Paul Robeson, hoy es Nâzim Hikmet el que escribe un poema a Paul Robeson, con quien tenía una buena amistad. La historia de este poema transcurre en una historia paralela que tiene lugar en 1949. A finales de los 40, el poeta turco se encontraba preso por sus simpatías comunistas, y su liberación se convirtió en una de las principales causas de la intelectualidad internacional. Ese mismo año, se forma un comité para exigir su liberación, formado por Pablo Picasso, Jean Paul Sartre y Paul Robeson. Nâzim Hikmet estaría en prisión hasta el año 50, después de haber protagonizado una impactante huelga de hambre que conmocionó al mundo entero.

Concertgoers in Peekskill, New York face racist mobs brainwashed by anti-communist, cold war propaganda against Paul Robeson and the left in the United States. Robeson performed during this period under threat of injury and death.

Ese mismo año, el 27 de agosto, Paul Robeson fue invitado a cantar en Peekskill en beneficio del Consejo de los Derechos Civiles, Nueva York, junto a otros artistas famosos por su activismo como Woody Guthrie, Pete Seeger y su esposa Toshi, y Lee Hays. Según nuestra fuente, ya se habían celebrado en ese mismo lugar tres conciertos sin el menor incidente, pero Robeson se estaba destacando como dos cosas que cierta gente detestaba: por un lado, como un defensor de los derechos civiles que había levantado airado su voz en varias ocasiones contra el infame KKK; y, por otra, como un comunista. De manera que, convocados por el Ku Klux Klan de la zona, varias organizaciones de extrema derecha, algunos de veteranos de la Ultraderechista quemando partiturasguerra, se personan en la zona y comienzan, primero, con insultos tales como “¡Volveos a Rusia, negros blancos!” y, luego, con agresiones. El propio Robeson queda paralizado en su coche mientras se le impide salir a encararse con la turba: quizás no viera que los fanáticos de la supremacía blanca habían fingido su linchamiento con una figura y una cruz ardiendo. La policía, por su parte, que se presenció más tarde, no hace nada contra éstos, pero sí reacciona contra los asistentes al concierto que intentan plantarles cara. El concierto tuvo que posponerse hasta septiembre. Mientras los asistentes protestaban contra el disturbio provocado por los grupos anticomunistas, antinegros y antisemitas –¡muchos de ellos veteranos de la II Guerra Mundial en el ejército de los Estados Unidos!- y la connivencia de las fuerzas del orden público y de los políticos, uno de los dirigentes de estas asociaciones, la Legión Americana, declaraba: “Nuestro objetivo era impedir el concierto de Paul Robeson y creo que cumplimos nuestro objetivo.” Pcar_peekskill_riotsor su parte, los organizadores, varios asistentes y el propio Robeson, que anunciaba su compromiso para el siguiente concierto, emprendían acciones de protesta y legales. En una de estas acciones de protesta en Harlem, Robeson declaraba: “Seré leal a la América de las verdaderas tradiciones; a la América de los abolicionistas, de Harriet Tubman, de Thaddeus Stevens, de aquellos que lucharon por la libertad de mi pueblo, no la de aquellos que intentaron esclavizarlos (…) Volveré con mis amigos a Peekskill…” (la traducción es mía). Y también defendía su derecho a cantar a pesar del color de su piel y de sus ideas: «Voy a cantar donde quiera que la gente quiera que cante… y no me asustan las cruces que arden ni en Peekskill ni en cualquier otro lugar» (http://es.wikipedia.org/wiki/Paul_Robeson).

La policía cargando contra los asistentes al conciertoY, efectivamente, así fue: Paul Robeson volvió para el concierto del 4 de septiembre. Como vieron que ellos no podían contar con la policía, varios voluntarios se organizaron como personal de seguridad, especialmente aquellos que habían luchado en la II Guerra, rodeando al cantante. La actuación de Seeger transcurrió sin incidentes, pero tras el concierto aparecen de nuevo los reventadores del primer concierto, portando insignias patrióticas y, seguramente, emblemas e insignias fascistas. Organizadores, participantes y asistentes, entre los que se encuentra el escritor Howard Fast, deciden hacer una línea humana y tomar la vía de la no-violencia cantando el himno sindicalista y de los derechos civiles “We shall not be moved” (“No nos moverán”). Por otro lado, los alborotadores arremetieron contra varios vehículos; en un coche en el que iban Seeger, Hays, Toshi y Guthrie, éste tuvo que poner una camisa roja para evitar la rotura del cristal. Eugene Bullard, el primer aviador negro y veterano de la I Guerra Mundial, fue derribado y golpeado por la masa, una acción por la que, a pesar de haber testimonio fotográfico, nadie fue encausado. 

Robeson protegido por varios voluntariosTras esto, más de 300 personas fueron a pedir explicaciones al gobernador Thomas Dewey, que se negó a recibirlos aduciendo que habían sido los comunistas los iniciadores del disturbio. Las denuncias interpuestas hacia las ligas ultraderechistas de veteranos de guerra fueron desestimadas. Otros políticos cargaban directamente contra los organizadores del concierto y sus figuras: representando a Mississippi, John E. Rankin culpaba directamente a Robeson, y cuando el congresista Jacob Javits se refirió a estos disturbios como un atentado contra la democracia y la libertad de opinión, el de Mississippi le contestó furiosamente “No me sorprende oír a los Varios asistentes protegen el perímetro del concierto de septiembrecaballeros de Nueva York defender al enclave comunista” y que el pueblo americano no simpatizaba con aquel negro comunista y con aquella manada de rojos. El congresista sureño había empleado el término despectivo nigger, y cuando se sugirió que probablemente se había equivocado, el caballero sureño remarcó en voz alta lo que había dicho. Otro congresista del sur, Edward E. Cox, denunció a Robeson como un agente agitador comunista.

Eugen Bullard, héroe de guerra, derribado por los hombres del sheriffPero no se detuvo ahí la cosa: mientras conciertos benéficos de similares características se arruinaban por la acción calculada de movimientos de extrema derecha, el nombre de Paul Robeson, el hombre que acudió para una buena causa, quedó manchado ante la opinión pública: muchos de sus conciertos fueron cancelados y su nombre retirado de los cuadros de honor de los honorables sitios a los que había pertenecido. En la década siguiente se produciría su juicio por parte del comité de Actividades Antiamericanas.

Fuentes: http://en.wikipedia.org/wiki/Peekskill_Riots

Otros sitios, con más info y fuentes:

http://www.trussel.com/hf/americanheritage.htm

http://www.bencourtney.com/peekskillriots/

http://www.trussel.com/hf/pkphotos.htm

nazim hikmetSu amigo Nâzim Hikmet, en prisión, se enteró de lo acontecido, y seguramente no pudo evitar establecer un paralelismo: Hikmet estaba encarcelado por una pseudodemocracia que estaba abalada por la misma gran democracia que había permitido el desprestigio del cantante afroamericano. Éste es un fragmento de su poema “Miedo”, solidarizándose, como él lo hiciera, con su amigo del otro continente.

Korku

Bize türkülerimizi söyletmiyorlar Robson
inci dişli zenci kardeşim
kartal kanatlı kanaryam
türkülerimizi söyletmiyorlar bize,
Korkuyorlar Robson
şafaktan korkuyorlar,
görmekten, duymaktan, dokunmaktan korkuyorlar.
Yağmurda çırçıplak yıkanır gibi ağlamaktan,
sımsıkı bir ayvayı dişler gibi gülmekten korkuyorlar.
Sevmekten korkuyorlar, bizim Ferhad gibi sevmekten
(Sizin de bir Ferhad’ınız vardır elbet Robson, adı ne?)
Tohumdan ve topraktan korkuyorlar,
akan sudan ve hatırlamaktan korkuyorlar.
Ne iskonto, ne komisyon, ne vade isteyen bir dost eli
sıcak bir kuş gibi gelip konmamış ki avuçlarının içine,
Ümitten korkuyorlar Robson, ümitten korkuyorlar, ümitten.
Korkuyorlar kartal kanatlı kanaryam…

Miedo

No nos dejan cantar nuestras canciones, Robeson,/ mi amigo africano de dientes como perlas,/ mi canario con alas de águila./ No nos dejan cantar nuestras canciones,/ tienen miedo, Robeson,/ miedo del alba,/ de ver, de oír, y de tocar,/ de llorar como de ducharse el cuerpo desnudo bajo la lluvia;/ tienen miedo de la risa como de morder un membrillo duro,/ tienen miedo de amar, como nuestro Ferhad*/ (debéis tener un Ferhad, Robeson, ¿cómo se llama?);/  tienen miedo de la semilla y de la tierra,/ del agua corriente y de recordar/ una mano amistosa que no pide un descuento, ni una comisión o crédito;/ nunca han puesto en sus palmas como si fuera un –libre y tranquilo- pájaro;/ tienen miedo de la esperanza, Robeson, de la esperanza, la esperanza;/ tienen miedo, mi canario con alas de águila.

Nâzim Hikmet

(traducción hecha en base a la que nos ha facilitado en inglés nuestra amiga Evin Okçuoğlu)

* Ferhad es el nombre de un legendario amante turco.

En 1971, el grupo Aguaviva cantaba una adaptación, musicalizada por Manolo Díaz, con el nombre de “No nos dejan cantar”. Aunque el texto presenta alguna que otra variación (desconozco al traductor-adaptador), sigue siendo bastante fiel, y su mensaje bastante actualizado para la situación sociopolítica de los años 70, sobre todo cuando aquí también, cuando no era la propia policía, matones de ultraderecha boicoteaban conciertos y espectáculos diversos, siempre y cuando la censura, por otro lado, los hubiera permitido: