Archive for the ‘Arte’ Category

Diario de un vigilante temporal


He aquí una selección de mi periplo de 19 días en el Museo Nacional del Prado; una obra de cada sala que me fue asignada. Las fotos han sido tomadas de la página del museo; ninguna de ellas se ha realizado sobre las obras. (No photo, please).

Relación:

  1. Jan Brueguel el Viejo y Pieter Paul Rubens: La vista (serie Los cinco sentidos)
  2. Francisco de Goya y Lucientes: Saturno devorando a sus hijos
  3. Pierre Delabarre (atribución): copa de jaspe abarquillada con dragón (tesoro del Delfín)
  4. Camillo Torreggiani: Isabel II velada
  5. El Greco: Cristo abrazado a la cruz
  6. Simon Vouet: Retrato de niña con paloma
  7. Pieter Brueguel el Viejo: El triunfo de la muerte
  8. El Bosco: tríptico de El jardín de las delicias
  9. Vicente Cutanda y Toraya: Una huelga de obreros en Vizcaya
  10. Maestro de Zafra: San Miguel arcángel
  11. Goya: La boda
  12. Jacques Jordaens: Meleagro y Atalanta
  13. P. P. Rubens y J. Jordaens: Perseo liberando a Andrómeda
  14. Jacoppo Ligozzi: Alegoría de la redención
  15. Francisco Pradilla: Juana la Loca
  16. Taller romano: Joven griego
  17. Goya: Gaspar Melchor de Jovellanos
  18. Bartolomé Esteban Murillo: La conversión de san Pablo
  19. Anónimo: Paisaje infernal
  20. Gregorio Martínez: Ticio encadenado

Entrevista intrapersonal confrontada, por Omar Jerez


El artista performativo y prologuista de Queca me prestó un hueco en esto que él dio en llamar «entrevista intrapersonal confrontada» para hablar de mi novela. Seguramente exagere en sus comparaciones, pero las acepto con agrado y humildad.

Te puedes imaginar estar solo como un panorama idílico en el que alguien se relaja frente a un prado verde con montañas al fondo; pero quien está solo de verdad no apreciará dicho pasaje. En su caso, la soledad es un escollo que lo lleva a una espiral de desesperación y una condena a repetir los mismos errores siempre. Es como querer cruzar un laberinto y equivocarse siempre en la misma bifurcación. Todo eso lleva al solitario a hacer cosas extravagantes o deplorables, pero también a adjudicarle acometer esas cosas aun no siendo verdad.

Aquí podéis leer la entrevista completa:

https://www.mundoclasico.com/articulo/40107/Entrevista-intrapersonal-confrontada-Omar-Jerez-con-Gustavo-Sierra

En defensa de Marcos Toro y su montaje de ‘La villana de Getafe’


Existe una ciudad modesta al sur de Madrid que los informativos nacionales y regionales tienden a ignorar salvo cuando ocurre un hecho luctuoso o morboso, como a todas las del cinturón del sur, que intentan tener una plena vida cultural para que la gente no tenga que ir a la ciudad de Madrid para disfrutar de un poco de cultura. Tiene una concejalía de Cultura que permite que autores nada conocidos hagan presentación de sus obras en los espacios públicos, exposiciones de pintores, conciertos…, y tiene Getafe Negro y una feria del libro asociada a este evento. Pues ni por esas. Se habla estos días de Getafe por la denuncia de un concejal de cierta formación política, que, como reza el dicho, «cuando el diablo se aburre, mata moscas con el rabo».

El hecho es que, el año pasado, un joven actor llevó a cabo un montaje al aire libre y gratuito de la obra de Lope de Vega La villana de Getafe. Para ello, Marcos Toro, que es su nombre, contó con la ayuda desinteresada de artistas locales, asociaciones de todo tipo: desde musicales y folklóricas hasta una de personas discapacitadas, y con vecinos anónimos. La gente disfrutó, tanto espectadores como participantes, y si alguien se enfadó, se sintió ofendido por lo que fuera o sencillamente no le gustó, se fue sin hacer escándalos; y un motivo escénico que fue causa de risas pasó desapercibido.

La idea de Marcos es instituir esta representación en una tradición anual, dado el localismo de la obra, y por eso se hizo también este año. Pero algo extraño pasó que no pasó el anterior. Quizás alguien que no lo hizo el año anterior lo hizo este, y aquel mismo motivo escénico le llenó de espanto. Días después, un concejal exigía que en próximas representaciones fueran retiradas las referencias sexuales y, aún más, que no sea Toro quien la representase; puede que tuviera un candidato en su cabeza, tal vez un distinguido director de autos sacramentales.

¡Ah! El motivo escénico era una escultura de cartón piedra que recuerda a un pene.

Una polla, para los profanos.

Algo que no es como enseñar a los niños a cazar o a torturar públicamente ganado bovino. Qué va. Es mucho peor. Horrible.

Le faltaban los huevos.

Tampoco te hagas ilusiones, que por cómo lo dicen parece que haya sido una película de Esteso y Pajares. Es una figura que lo parece. Punto. Y me parece que tampoco es necesario decir que no es una obra infantil, aunque los niños son bienvenidos.

No tengo tiempo ni interés para ver lo que van diciendo en las redes sus acólitos. En opinión de nuestro ilustre concejal elegido por parte del pueblo soberano, la gente (la cual repitió asistencia en su mayoría) se indignó mucho por ver profanada así una obra literaria del imperio español; hubo niños llorando desconsoladamente; los cielos amenazaron con hacer caer fuego sobre nuestras cabezas, y casi hubo linchamientos. Imaginación no le falta al hombre, porque la realidad fue otra.

En Getafe no ha pasado, en realidad, de una anécdota; una muestra de mojigatería, ya que el espectáculo era al aire libre, se podía ver gratis y, si no te gustaba lo que veías, pues cogías y te ibas al bar. Nadie se vio obligado a verla. El problema vino porque la página de su partido, a nivel nacional, lo recogió, y como una victoria; y de ahí cierta repercusión mediática, la que no tuvo el hecho de que en un pueblo se represente anualmente una obra de teatro de uno de los mayores dramaturgos españoles, y eso es bastante lamentable. Y ahora resulta que estamos gobernados por degenerados, según el relato de esta gente; es decir, que se obligó a los niños a ver cosas sexuales. Y como el relato de los hechos se magnifica, la gente de bien se piensa que en esa representación hubo, como poco, actos sexuales, desnudos (algo que, no recuerdo con qué ocasión, sí hizo el exalcalde del PP Juan Soler y que pasó desapercibido)…, ¡pornografía!, ¡y con niños delante! Y no ocurrió nada de eso; y es justamente lo que se hizo con la compañía de Alfonso Lázaro y Raúl García con el caso «Titiriteros»: un par de escenas sacadas de contexto, otras cuyo escándalo solo estaba en el ojo de quien veía, y, después de todo, ellos ya avisaron que no era un espectáculo infantil. En el caso de Toro, todos los asistentes y participantes, estupefactos, le han apoyado, incluidos niños y sus padres. De nuevo, su relato va contra la realidad y la actualidad.

Que habrá quien haya sacado el tema de subvencionados y toda esa palabrería no aplicable a otros fenómenos que reciben subvenciones públicas y gustan solo a una minoría de la población; y aquí te tienes que reír y aguantarte las ganas de insultar. ¿De qué subvención hablas? Primero, Toro es un actor de carrera que se ha matado a hacer castings y no ha desdeñado papeles de figurante en anuncios, y que ha tenido que luchar mucho con las instituciones para poder llevar a cabo proyectos de teatro en Getafe. Aquí lo único que hay es una persona que presentó un proyecto y se le fue aprobado, y que encima no cobra taquilla porque la representación es gratis. Y si hubo algo de dinero fue para comprar las cuatro cosas que componen el exiguo escenario.

Considero que es una lástima que solo fijen sus ojos en la cultura para decidir lo que es bueno y válido según sus criterios morales (que excluyen la tortura animal) y que esta sea su única, lamentable y patética contribución a las culturas de este país. Por lo demás, no les interesa.

Por expreso deseo de Marcos, que no quiere ver el tema politizado, he mantenido un discurso sosegado, que en ningún caso viene por ideologías; o sí, porque todos tenemos ideología, el conjunto de las ideas que te haces del mundo, y lo demás son falacias tecnócratas movidas por, cágate, ideologías. ¿Crees que lo suyo no es ideología o política? ¡Pero en qué mundo vives! No, no es ideología defender la libertad de expresión y atacar y criticar los intentos de censura, que tal vez tapen otros intereses, económicos o ideológicos, dentro de los cuales están los religiosos. Porque mucho se habla de los lobbies, pero se olvidan de un cierto lobby que quiere que veas el resto de iniciativas como mediatizadas por intereses y te retratan movimientos sociales en una teoría de la conspiración que no se la creen ni ellos. Porque no existe el lobby gay, pero el lobby ultracatólico sí.

Él pide sosiego y diálogo, para que la mecha se apague. Y estoy de acuerdo. Pero el hecho no puede hacer que olvidemos que esto no es ni medianamente anecdótico, cuando hemos visto sucesos similares en otros municipios en los que están estas personas. Tal vez pienses que lo que dicen y hacen no te afectará, que son solo problemas de gais, lesbianas, personas trans, mujeres víctimas de violencia de género (mujeres en general, o mujeres que no son tú), minorías étnicas con su nacionalidad española bien ganada o de nacimiento, gente racializada, musulmanes (alguna vez judíos), artistas, feministas, izquierdistas…, gente que no son tú; como si esta gente no contara ni fuera parte importante de la sociedad; algo extraño y ajeno. Decía: puedes pensar así, tolerarles pero estar en contra de su presencia subyugante porque no te identificas y tienes derecho a ver solo producciones que a ti te gusten, y proclamar que todo está bien; pero te engañas, porque tarde o temprano te alcanzará. Un día verás que han suspendido o censurado algo que querías ver, algo inofensivo, que te divierte; por una tergiversación de los hechos, una exageración de alguien que quizás ni lo ha visto. Imagínate que se dan cuenta de la homosexualidad implícita de Espartaco y dejan de ponerla en Semana Santa, y a ti te pirra. O que te ocurre a ti, que eres un artista transgresor, y te enteras de que a alguien le pareció espantoso un detalle irrelevante de tu producción, o de tu periódico. Entonces te darás cuenta de que has dejado entrar a un monstruo en tu casa, tú, que tanto te quejabas de censura y de cultura woke y que ahora mismo te estás callando porque esto crees que no va contigo.

No voy a dejar escapar la ocasión de criticar, por otra parte, el abandono que a nivel municipal sienten los creadores cuando las instituciones les ceden gratuitamente los espacios públicos y la población, sencillamente, pasa y, quizás luego, en casa, se quejarán de que el ayuntamiento no hace nada por la cultura local. A veces, para que acudan a tu evento, tienes que ofrecer comida, aunque ni por esas. He de decir que los ciudadanos abandonamos estos espacios, cada cual sabrá por qué, y, en mi opinión, fruto de eso es lo que ocurre luego. Tal vez sea porque se piense que, al no realizarse en la capital, es algo hecho por aficionados y de baja calidad. Y es una pena que se piense así.

Fragmentos ilustrados (una selección)


A lo largo de este año, he venido realizando una serie de postales en mis cuentas de Facebook, Instagram, TikTok y Twitter para promocionar mi novela Redención (Nuestro último baile). Consistían en ambientar el texto de una escena o el espíritu de un capítulo con una ilustración y un fragmento de alguna canción (preeminentemente de Queen, cualquiera de heavy metal y tres con temas de El Pecado). Dado su importante número, expongo aquí solo las relativas a los 23 capítulos más el epílogo. Si queréis escuchar las canciones que las acompañan y descubrir el resto, buscad mi nombre en estas redes sociales, o bien #RedenciónNuestroÚltimoBaile.

Y recordad que está a la venta en Libros Indie (para ventas en países americanos, busca en su tienda tu país), Casa del Libro, Amazon (aunque me hayan cambiado el apellido y no lo hayan rectificado) y, naturalmente, en tu librería habitual y a través de todostuslibros (que aún no han emplazado la portada). Y, por supuesto, no te olvides de mi primera, Billy («algo es algo»).

AUTORES:

(NOTA: muchas de las ilustraciones originales fueron sometidas a variaciones, con fines artísticos; especialmente, algunas de las ilustraciones de Doré. Salvo los elementos de la número 12, ninguna de estas ilustraciones aparece en el libro.)

Ilustraciones de Gustave Doré para Paraíso perdido, de John Milton: 1 (La caída de Lucifer), 17 (Satán toma su trono en el Infierno), 20 (Miguel expulsa a los ángeles caídos), 21 (El caos contempla cómo los ángeles rebeldes son arrojados al Infierno) y 24 (Adán mira a Eva durmiendo).

2 sir5life0 (Pixabay)

3 Videoclip de Bohemian rhapsody (Queen)

4 Fotografía de Pilar, por ella misma

5 Nobuhiro Watsuki: Hajime Saito, de El guerrero samurái

6 Pierre-Auguste Renoir: Chica durmiendo

Francisco de Goya y Lucientes: 7 (El sueño de la razón produce monstruos) y 14 (Quién más rendido)

8 Wolfgang Eckert (Pixabay)

9 Dina Dee (Pixabay)

10 Fantareis: marco de televisión (Pixabay)

11 Luis García: foto de la Gran Vía de Madrid (Wikipedia)

12 Sergio Medusa: ilustraciones para Redención (Nuestro último baile) / Gustavo Sierra Fernández: emblema del Cónclave

13 Rafael Sanzio: La escuela de Atenas (detalle central)

15 Eugenio Lucas Velázquez: Condenados por la Inquisición

16 Junniferbaya (Pixabay)

18 Enlighten images (Pixabay)

19 Mandy Fontana (Pixabay)

22 Yoshitoshi: Bodhidharma

23 Antonio Canova: Eros y Psique (fotografía original tomada de Wikipedia)

¡Quemad los museos!


«¡Quemad las bibliotecas! ¡Desviad el curso de los canales para inundar los sótanos de los museos!» fue el grito de guerra del manifiesto fundacional del movimiento futurista, allá por los años veinte del siglo pasado, redactado por su figura más visible, Marinetti. En su caso, se trató de una reacción contra los cánones del arte impuestos por la tradición. No sería ni el primero ni el último que se revolviera virulentamente contra lo anterior, ante el desprecio y la incomprensión de los académicos. Era una consigna ciertamente llamativa, casi revolucionaria, que llenaba de indignación a viejos momificados en sus cuartos de estudio y despachos, que admiraban los cadáveres inmóviles de las viejas obras de arte y se retenían al tocarla con sus huesudos y ávidos dedos.

Una consigna tan revolucionaria que acabó por formar parte de los movimientos protofascistas que estaban apareciendo: aquella insolencia, ese descaro, esa arrogancia contra lo anterior, muerto; pero también contra lo más nuevo que, en cierto modo, adolecía de lo que ellos consideraban una enfermedad del alma (me refiero a los movimientos socialistas). Lemas que hoy hasta consideraríamos punkis acabaron por engrosar los discursos de Mussolini, aunque después se recondujera al considerar que esas obras de arte reflejaban la grandeza y superioridad del pueblo italiano, heredero genético y moral del grandioso imperio romano, a pesar de que se produjeran cuando Italia no existía más que como una serie de Estados fragmentados unidos por un idioma igualmente fragmentado; eso sí, siempre que se depurara convenientemente de aquellas obras que él consideraba no ser tan italianas, que no le cuadraban en su museo ideológico de la grandeza imperial. Después, Hitler diría que había que eliminar aquellos libros que no solo no se adecuaran al espíritu alemán, sino que también atentaran contra él. Decidió que ciertos libros eran antialemanes y ordenó quemarlos.

Ahora que hemos visto atentados, aunque sea de manera simbólica, contra obras de arte por reclamar una atención hacia el cambio climático, convendría recordar estos hechos. No quiero en absoluto equilibrar ambos sucesos; quiero hacer llamar la atención sobre el peligro abstracto que conlleva utilizar las producciones del espíritu humano como dianas de la reivindicación que sea. No caeré en la tentación demagógica de un diputado que compara estos hechos con los de una Rosa Parks que solo se sentó en un autobús; dicho con respeto, pero mal vamos si nos ponemos en plan drama queen y ponemos a la misma altura de Parks o Gandhi esos gestos que pueden parecer muy revolucionarios pero que, en el fondo, no lo son en absoluto.

Dejando de lado algunas ideas, incluso apoyadas en datos que algunas personas han mostrado, que nos llevarían a planificar una auténtica teoría de la conspiración y que yo estoy por firmar, el creador de la metateoría de la conspiración, que puede leerse en Redención (Nuestro último baile), se va a abstener de exponerla y, en su lugar, desarrollará lo infructuoso y nocivo que estos hechos tienen contra el movimiento ecologista. Después, acabaré con lo que he anticipado con esa entradilla (quizás no del todo exacta, pero sí muy aproximada al suceso histórico), del error que supone usar de blanco de la reivindicación el atentado contra una obra de arte, por muy simbólico y sin ánimo de dañarla sea.

Sostienen que las razones de ejecutar estos actos tan revulsivos y provocadores se han debido a llamar la atención sobre la urgencia del cambio climático. Se basan, por un lado, en la máxima de que si no haces algo tremendo tu reivindicación pasa desapercibida, y, por el otro, por un supuesto dogma que dice que se gasta más en arte que en evitar o paliar el cambio climático. Sobre la segunda afirmación, sin tener datos en la mano, me atrevería a decir que es un poco falaz, ya que otras partidas presupuestarias tienen más fondo y, también, habría que escuchar a los expertos en todo esto. Y sobre la primera, es muy ingenuo pensar así, y siento decirlo. No he visto a un solo mandatario de los que estos días se reúnen en cumbre climática decir: «¡Horror! Hagamos algo antes de que manchen el cristal de otra obra de arte». No han conseguido con esto absolutamente nada salvo el descrédito hacia todo movimiento ecologista, incluso de aquellos que puedan haber formulado su oposición a estos actos. Podemos atestiguarlo al ver cómo, después de que dos activistas se pegaran a los marcos de los cuadros de Goya, la noticia de que cientos de activistas climáticos bloquearon en el aeropuerto de Ámsterdam la salida de jets privados pasó desapercibida o recibió un mísero crédito temporal en los telediarios, al igual que otras acciones.

Otra de las consecuencias ha sido una división de opinión; una polarización que se ha vuelto insoportable y que, disculpas por la sinceridad, ha llenado las redes sociales de argumentos algo estúpidos. Para muchos, condenar o reprobar estos actos es, sin duda, a causa de que la salud del planeta les importa menos que la de un estúpido cuadro de girasoles o de una señora desnuda/vestida, cuando eso no es cierto en absoluto y nos quitamos de la responsabilidad de las opiniones de gente oportunista al respecto. Se llega a plantear una falsa dicotomía que no sabemos de dónde ha venido, como si algún ente superior hubiera llegado y nos hubiera planteado una elección que marcará nuestro destino para siempre: o el planeta, o el arte. En consecuencia, los que no vemos con buenos ojos estas acciones y/o no acabamos de ver el porqué nos hemos quedado fuera y se nos dibuja como a unos viejos amargados que maldicen contra las ideas nuevas. Vamos, unos reaccionarios decimonónicos a los que preocupa más salvaguardar obras de arte que nos muramos extinguidos. Y no hay nada más lejos de la realidad.

Lo cierto es que, sin percatarse de ellos, se ha caído en la misma falacia con la que se ataca al ecologismo. Digamos: ¿a quién le importa el arte cuando el planeta está en peligro?; y ahora subimos un grado: En vez de preocuparos tanto por el planeta, mejor preocuparos por el paro. ¿Seguimos?; en vez de dar dinero a países pobres, mejor fíjate en la gente de aquí. Y rematamos: a los que les va mal aquí es porque son unos vagos que viven de subvenciones y paguitas en vez de ponerse a trabajar cavando zanjas. Y así es como hemos caído en la trampa conceptual. Bienvenidos al infierno de la demagogia.

Por otro lado, tampoco voy a pedir la cabeza en una pica de esas activistas; son demasiado jóvenes como para arruinarles así la vida y creo sinceramente que han sido las cabezas de turco de alguien que les aseguró que era un riesgo calculado; una persona que no cayó en la cuenta de que los marcos forman parte del patrimonio histórico. Porque se ha insistido en el hecho de que las obras no han sufrido daños; no obstante, no son de la misma opinión las personas dedicadas a la restauración y a la conservación.

Pero, al margen de todo esto, considero un gran error perpetrar estas acciones contra el arte pictórico o cualquier otra producción del espíritu humano; precisamente por eso, porque es humano, y la historia ha demostrado que nada bueno se esconde detrás de esas acciones, por muy loable que sea el fin y por mucho que yo apoye, efectivamente, ese fin. Se están usando los mismos medios para distintos fines, y, aunque uno de ellos sea totalmente digno, no es cierto que el medio sea irrelevante si el fin es bueno: a menudo, el medio puede desvirtuar el fin. (Vuelvo a insistir en que no me meto en la teoría de la conspiración aunque crea en ella, en este caso.) Cualquier movimiento que desprecie al ser humano o tome como diana las producciones del espíritu humano no esconde nada sano. Un ecologismo humanista no solo es posible, sino necesario. A fin de cuentas, el ecologismo es también una producción humana, tanto como los cuadros de Goya o las esculturas de Mirón. Un movimiento ecologista que considere al ser humano como un ente parasitario está absolutamente errado en su consideración y podría devenir en cosas mucho peores y peligrosas. Si piensas que la salvación del planeta pasa por la extinción del ser humano, y olvidas que tú eres un ser humano, ¿entonces para qué?

Tal vez parezca una exageración, pero no menor que decir que si no llenas de sopa de tomate un cuadro el mundo será destruido. Mi consideración se apoya en hechos históricos y en la experiencia. Nadie nos está dando elegir entre el arte y el planeta; ningún dios, profeta o elegido nos ha puesto en esa polémica; a ningún mandatario o dirigente de empresa petrolera se le ha removido el alma al ver su cuadro favorito empantanado en sopa. Solo ha servido para que unas ciertas personas acaben por convencer a la gente de que los ecologistas son unos críos mimados de clase alta y que el cambio climático es un cuento de unas, cito textutalmente la palabra favorita de toda teoría de la conspiración que busca una rebelión para someter las voluntades a las de un único individuo o grupo, élites que buscan enriquecerse; y ahí es donde veo yo el jaque mate perfecto.

Las obras de arte, los libros, las películas, las esculturas, los discos…, todo eso nos pertenece a todos, y atentar contra ello es atentar contra ti mismo. Se puede pensar en los museos como mausoleos dirigidos por personas mohosas y revenidas; pero nada más lejos de la realidad. Gracias a los museos, tú puedes ver una obra que te pertenece en cierto modo; si no, esas obras estarían pudriéndose en las cámaras de tesoros de reyes, magnates y dictadores. Eso ha sido un gran esfuerzo y una gran lucha para evitar que el arte esté solo al alcance de unos pocos y no de todos. Y podemos aspirar a mantener el planeta y, a la vez, mantener NUESTRAS obras, estén donde estén.

Y si no, quememos museos, bibliotecas y todo. ¿Para qué se está luchando por la enseñanza de la Filosofía, Humanidades y Artes? Convirtámonos todos en tecnócratas, démosles el gusto. Siempre nos quedarán los bares, queridos. (Y me gusta el bar. Viva el bar y, sobre todo, el Bar Garaje.)

BONUS

-El museo solo es para el arte burgués subvencionado por reyes y millonarios como expresión de su poder.

El arte burgués subvencionado por reyes y millonarios como expresión de su poder:

˜Bartholomäus Strobel el Viejo, Degollación de Juan el Bautista y banquete de Herodes (Museo del Prado)

Niponfilia


Hay un país en Oriente / al que llaman El País del Sol Naciente

‘Shōkan (Watashitachi no saigo no dansu)’ (montaje hecho por mí con la ayuda del traductor Google)

Por una de esas razones que no sabría explicar, Japón (es decir, su cultura, su historia, sus costumbres, etcétera) ejerce una gran fascinación sobre mí. Pero no por un exotismo paternalista, ni mucho menos, ya que es la misma fascinación que ejercen sobre mí otros lugares y países, como Irlanda, Bretaña (Francia), la ciudad de Nueva Orleans o incluso Galicia, entre otros. Es una fascinación que se traduce, realmente, en un ansia por comprender y saber más sobre este país, que llaman de sol naciente.

Esta fascinación es la que transplanté en Redención (Nuestro último baile), comenzando por la influencia que han tenido sobre mí mangas y animes como Akira (Katsuhiro Otomo) y El guerrero samurái (Nobuhiro Watsuki). Es precisamente por este último que creé al personaje que encarna en mi novela toda esa fascinación que siento, el inspector Jaime Santos. De hecho, su nombre es la mutación de la transliteración al castellano de un nombre, Hajime Saito, el personaje que inspiró su creación. Sin embargo, este personaje fue una persona real que Watsuki interpretó para su manga ambientado en el Japón Meiji.

Imagen atribuida a Goro Fujita (Hajime Saito). (Fuente: Wikipedia)

Hajime Saito (1844-1915) fue un espadachín y capitán del Shinsengumi, una especie de policía (con katana) que mantenía el orden durante la Restauración Meiji y, por tanto, luchaba por el shogun Tokugawa contra las reformas que el emperador quería instaurar y que suponían el final de feudalismo en Japón. Al finalizar la Restauración, Saito, uno de los pocos que sobrevivieron, ingresó al cuerpo de policía cambiándose de nombre (es de imaginar que el suyo sería de aquellos que inspiraran terror y rencor): Goro Fujita. Sobre el personaje histórico y su biografía legendaria, Nobuhiro Watsuki creó un personaje rudo, serio, terriblemente pragmático y con un gran sentido de la justicia, tan carismático que eclipsa al propio protagonista, su rival y antiguo enemigo, el espadachín Kenshin Himura (que sí es plenamente inventado, aunque es de esperar que tenga rasgos de personajes históricos).

Siempre es un poco difícil hacer que tu personaje no sea, en realidad, un préstamo algo indecente del personaje en que te inspiras, por lo que, para evitar eso, opté muchas veces por convertir a Jaime en una parodia respetuosa de los personajes de manga y anime, e incluso de las películas de Kurosawa (sin caer en la burla, por supuesto), porque Jaime, en la búsqueda de sus raíces culturales, pretende en muchas ocasiones «ser más japonés que los propios japoneses», algo que siempre le lleva a romantizaciones e, incluso, confusiones, como utilizar de grito de guerra el lema que Nobuhiro Watsuki atribuye al Shinsengumi: Aku soku zan, es decir, «Destruir el mal inmediatamente».

La historia de Jaime me permite expresar todo aquello que vine sabiendo y aprendiendo de la historia y cultura de Japón que me ha llegado a lo largo de los años y que me ha fascinado o llamada la atención. En primer lugar, Jaime no es japonés de nacimiento, sino de herencia. Resumiéndoos un poco su biografía, que no supone ningún destripe de la novela, el inspector Santos desciende de un diplomático japonés que, por oponerse a los proyectos expansionistas del Imperio previos a la II Guerra Mundial, se vio obligado a exiliarse y se instaló, misteriosamente, en España, en donde su hija se casó con un español y, aunque el hijo de estos se casó con una mujer española, Jaime heredó rasgos asiáticos totalmente. Durante su infancia y juventud, su abuela japonesa le cuenta cosas sobre su nación, con lo que despierta su admiración y orgullo, que lo llevan a investigar sobre sus raíces y recuperarlas. Sin embargo, no hay que olvidar que Jaime es español de nacimiento, por lo que su visión de las cosas que oye de su abuela y de las que estudia es occidental, lo cual produce que adquiera una perspectiva bastante idealizadora de la cultura y la historia japonesa.

«Bushido» (Fuente: Wikipedia)

Samuráis. Lo que lleva al joven Jaime a ingresar en la policía nacional es su fascinación por los samuráis. La visión que tiene de ellos es la misma que tenemos la mayoría de los occidentales, muy romantizada e idealizada. A menudo olvidamos que el samurái en sí era un miembro de la aristocracia, un guerrero al servicio de un señor feudal y del sogún; que si bien se debía regir por un código de conducta y honor, esto, en la práctica, no se dio en la mayoría de las ocasiones, y el régimen feudal resultaba un estatus de abusos clasistas en donde los campesinos tenían que agachar la cabeza a su paso. En ese sentido, son muy similares a los caballeros europeos (por los que un tal don Quijote tenía una enorme admiración, bastante parecida a la de Jaime, si me permitís el atrevimiento); una crítica muy presente en las películas del gran cineasta Akira Kurosawa, que expone esa problemática en su Los siete samuráis. Nuestra fascinación, como la de Jaime, en realidad se dirige a los espadachines sin clan ni ascendencia nobiliaria, los ronin. «Ronin» significa, literalmente, ‘alguien que se ha perdido en el oleaje’; eran, por lo general, antiguos samuráis que, por caer su señor feudal (daimyo) en desgracia o haber sido expulsados por ellos, perdían la condición de samurái y se veían obligados a vagar por los caminos (tenían prohibido trabajar la tierra) poniendo en alquiler sus servicios como espadachines a quien quisiera contratarlos. Claro que, viviendo en la miseria, es de esperar que tampoco ellos respetaran los códigos de honor.

De esta manera, el inspector idolatra de tal modo a aquellos legendarios espadachines que, en ocasiones, llega a tenerse por uno de ellos. Por esa razón, Jaime se somete al código del Bushido y sus siete virtudes. En las páginas 325 y 328 se reproducen los kanjis de dos de esas virtudes (como símbolo de un momento crucial en la historia), meiyo (名誉), el honor, con un trasfondo de responsabilidad absoluta sobre sus actos, y chugi (忠義), la lealtad, es decir, que si un samurái dice algo, lo cumplirá hasta sus últimas consecuencias, además de que será siempre leal a aquellos de los que tome el voto de defenderlos.

Mutsuhito, el emperador Meiji. Año de 1873 (Fuente: Wikipedia)

Restauración (a veces Revolución) Meiji. De acuerdo con la historia que su abuela le contaba, Jaime tiene un antepasado, perteneciente a un clan de samuráis de Kioto, que puso su espada al servicio de la causa del emperador Mutsuhito, más conocido como Meiji Tenno (‘emperador Meiji’). El emperador, en el siglo XIX, emprendió una serie de reformas que disgustaron al gobierno militar del shogun Tokugawa, ya que implicaban el fin del feudalismo y más poder para el trono, con lo cual se desató una guerra civil que acabaría ganando Meiji. Sin embargo, decir, como decía la abuela de Jaime, que la Restauración Meiji trajo la democracia es bastante simplista. Aun así, además de configurar buena parte de lo que sería el Japón contemporáneo, supuso grandes avances sociales por la pérdida de poder de la casta samurái. Es muy revelador el hecho de que, a partir de entonces, los campesinos pudieron tener apellido (linaje), privilegio reservado a los nobles.

Al ser algo bastante marginal en el libro, no esperéis ver un estudio en detalle, por lo que se recoge la opinión de una persona sobre el hecho. Todo lo que sé acerca de este capítulo histórico (similar en tiempo y contenido a las revoluciones liberales en Europa y América, en cuanto a la confrontación entre un antiguo sistema y el nuevo) viene del anime El guerrero samurái, ampliado después por artículos leídos en internet. Aunque sea una información insuficiente, siempre he defendido que los mangas y animes son una estupenda fuente de primera información respecto a la cultura japonesa, incluso a su historia, como es este caso.

Representación de Bodhidharma por Yoshitoshi (1878). Fuente: Wikipedia

Budismo zen. Jaime fue instruido en el budismo por su abuela, y por ello, quizás más que como religión, lo adoptó como filosofía personal, aunque, como le hace ver Susi, esto pueda ser contradictorio con sus actos, a lo que él responde que nunca vio cristiano cumplir a la perfección lo que Jesús predicó. A grandes rasgos, el budismo zen es la versión más oriental del budismo originario (el de los discípulos de Sidharta); es decir, la que impera en China, Corea y Japón, gracias a Bodhidharma, el discípulo de Buda que lo exportó a China. (Uno de los motivos más populares de Japón es el daruma, una representación del propio Bodhidharma, que se empeñó tanto en alcanzar la iluminación que acabó perdiendo piernas y brazos.) Supone un ejercicio de aniquilación del ego en vida a través de sus prácticas y enseñanzas. Sin ser yo, de nuevo, un gran experto en el budismo, lo que más me gusta como admirador de esta religión es su compromiso con la compasión hacia todos los seres vivientes, y el budismo japonés puede ser el que más me llame la atención, por su matiz de sabiduría más práctica (se enseña que nadie en vida comprenderá jamás la iluminación, por lo que solo cabe la contemplación) y, estéticamente, la sonoridad de los sutras, las oraciones budistas. Jaime recita en el libro dos de ellos, Fueko, que es una oración para que todos los seres vivos lleguen a la liberación del mundo material, y Shigu seigan mon, el «voto del bodhisatva», por el cual el creyente reafirma su compromiso con la vía de Buda y con su esfuerzo en ello y en ayudar a los demás a alcanzar la iluminación. Lo más impresionante de ellos es su pronunciación:

Takasugi Shinsaku (1839-1867). Fuente: Wikipedia

Y, en fin, estos son los guiños a Japón que recojo en Redención (Nuestro último baile). Son solo una muestra de mi fascinación y de mi admiración. No pertenezco al clan otaku (dicho con el máximo de los respetos) ni soy un entendido. Lo más probable es que, de haber sabido más, el libro hubiera aumentado su volumen con muchos datos innecesarios para la historia. Me dejo en el tintero la mención aTakasugi Shinsaku (de nuevo, en interpretación del OVA correspondiente a El guerrero samurái), la inspiración de otro personaje del manga de Watsuki, Soujiro Seta, en Yuri, y cuánto, cómo y dónde me ha influido (y sigue influyendo) la fabulosa película de Katusuhiro Otomo (del que me estoy leyendo los mangas y estoy muy entusiasmado con su descubrimiento.) Y la cosa no acabaría ahí: en un futuro, se desvelará por qué, estando tan orgulloso de su ascendiente pro Meiji, utiliza el lema atribuido al Shinsengumi Aku soku zan (Destruir el mal inmediatamente) y, mucho más adelante, quedará plasmada mi admiración por la modelo y actriz Reon Kadena.

Pero, tal vez, si hay un elemento en esa película que pueda resumir toda esta fascinación por Japón, esa es su increíble banda sonora, interpretada por un grupo fascinante, Geinoh Yamashirogumi: folklore japonés, teatro nô y kabuki, cánticos budistas (o eso me parecen), danzas tradicionales, todo ello mezclado con instrumentos eléctricos y electrónicos y música clásica europea. Disfrutad de este incalificable Requiem:

No acabaré sin una recomendación. Hace un tiempo, tuve la suerte de corregir el cómic Ukiyo (Libros Indie, 2021), con dibujos y guion de Pablo Carreiro. Este cómic es una maravillosa guía sobre Japón, abarcando desde la cultura popular hasta su arte y literatura, además de cómo se trata allí al colectivo LGTBI+ (según el autor, Japón es un país con 0 agresiones homófobas) y cómo se celebra el Día del Orgullo LGTBI+. A mí me pareció muy completo, bonito y divertido, y por eso lo recomiendo (y no, no cobro comisión).

Y, naturalmente, el mío (del que sí me llevo comisión):

Redención (Nuestro último baile) (Libros Indie, 2021): disponible en este enlace anterior, por la editorial, para España y UE, México, Ecuador, Estados Unidos, Argentina y Chile (buscar por Tienda). También solicitándolo en tu librería, presencialmente o a través de Todos Tus Libros, en Casa del Libro, Amazon y otras plataformas.

2º fragmento de ‘Redención (Nuestro último baile)’


arte barroco Bartholomäus Stroble El Prado Juan Bautista Herodes
˜’Degollación de San Juan Bautista y banquete de Herodes’, Bartholomäus Strobel (Museo del Prado)

—¡Mírelos! —proseguía el juez—. Mire las miradas libidinosas del marqués y de todos ellos, sus rostros sádicos esperando que la chica falle para excitarse con su sufrimiento. El arzobispo, si pudiera, se metería ahora mismo la mano bajo la sotana para masturbarse. El de antes era un mendigo recogido de la calle, probablemente comprado con una botella de alcohol; y ahora, una prostituta a la que habrán secuestrado de Europa del Este, lejos de su familia y de una carrera prometedora. Para ellos no significan nada, son lo que sobran. Quizás puedan utilizarlos para proporcionarse un alivio: una paliza a él y un polvo a la fuerza con ella, y a nadie le importará porque no los reclama nadie. Los miserables no son los que viven en la miseria: los miserables son todos estos que se aprovechan de la miseria de la gente para enriquecerse o para divertirse. Luego irán a confesarse, luego dirán que la gente les preocupa, luego nuestro gobierno y nuestro rey les darán condecoraciones y premios a su labor filantrópica. Mientras, los verdaderos benefactores son apartados de la sociedad por los mecanismos del poder. No se crea lo que dicen: un juez no puede hacer justicia, tiene las manos atadas. Un juez tiene que hacer cumplir su justicia, la que ellos le dicten.


© Gustavo Sierra Fernández

Redención (Nuestro último baile), p. 171

Libros Indie, 2021

Getafest, sábado 4 de abril, 19:30: lectura pública de Billy («algo es algo»)


Mañana sábado, a las 19:30, dentro de la iniciativa Getafest de la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Getafe, leeré en directo los primeros capítulos de Billy («algo es algo») para amenizar una tarde de cuarentena. La lectura va a ser un vídeo en directo a través de mi página pública de facebook: @billyalgoesalgo.

https://www.facebook.com/billyalgoesalgo/

Canales de Getafest:

Facebook: @CulturaGetafe

Youtube: GetaFest

Instagram: getafecultura

Twitter: #GETAFEST

Quiero seguir recordándoos que me encanta vuestro interés por el libro, pero que prefiero que durante la cuarentena no lo compréis para no poner en riesgo tanto vuestra salud como la del mensajero. Os aseguro que Billy («algo es algo») estará disponible después de esta crisis sanitaria. No tengo ni tanto ego ni tanta avaricia como alguno de los grandes, que incluso pidieron que no cerraran las librerías por no ver menguar sus ventas. Tampoco está disponible en digital ni puedo ponerlo en descarga gratuita (cosa que haría con mucho gusto). Por esas razones creé en redes la iniciativa #nocompresmilibrotodavía, para poder hacer una publicidad periódica y libre a la vez que responsable, pensando en cuando pase toda esta mierda. Creo que la responsabilidad del escritor, o del aficionado a la escritura (ya ves lo que me importan las categorías), consiste también en mirar por sus lectores, sean reales, efectivos, hipotéticos o potenciales. Quizás nadie lo agradezca ni le dé importancia, y preferirán seguir hablando de los que solicitaron no cerrar las librerías, a los que parece importarles muy poco la salud de sus lectores/ seguidores y la del gremio de libreros, así como también la de los mensajeros. Pero a mí me la suda, la verdad, lo que he hecho y voy a seguir haciendo es por una cuestión de conciencia y nada más. Prefiero no vender durante estos días, o incluso nunca, y poder irme a la cama, parafraseando al gran Paco Martínez Soria, mandando una pata pa’ Francia, la otra pa’ Inglaterra, y dormir a pierna suelta con la conciencia tranquila.

Camí de l’exili


… Un día, tú ya libre
de la mentira de ellos,
me buscarás. Entonces
¿qué ha de decir un muerto?

(Luis Cernuda, “Un español habla de su tierra”)

¿Carles Fontseré?El pasado día 14 de abril yo hubiera querido escribir una cosa, alarmado por la ingente cantidad de tonterías que ciertas personas, independientes o no, van escribiendo en foros, blogs y páginas de toda índole acerca de la II República Española. Particularmente, fue el comentario en otro sitio de una persona que afirmaba que el color morado de la bandera republicana le daba “náuseas”, porque “bajo esa bandera tuvo lugar una guerra que dejó [cifra probablemente no exacta] muertos” y que “trajo hambre y miseria”… Una lógica un poco extraña, por la que, reduciéndola al absurdo, tendrían que ser los colores de la bandera actual los que le causaran náuseas, pues era la bandera tricolor la oficial por aquellos días, y no fue el gobierno legítimo el que declarara la guerra, sino al contrario: los que se alzaron contra el gobierno legítimo pronto adoptaron la bandera monárquica, y fueron ellos los que causaron la miseria y el hambre que, durante la guerra, padeció básica y únicamente la población localizada en la zona controlada por el gobierno, debido al sitio de estos otros y al bloqueo de las naciones democráticas, que fueron cobardes hasta que ya no se pudo remediar. No es la primera vez que veo semejante sarta de tonterías: y lo digo así, porque esto es de primero de básica, de la ESO diríamos actualmente… Eso de decir que la bandera republicana era una bandera belicista, etc. Como digo, comencé a escribirlo intentando desmentir todas esas tonterías, pero me di cuenta de que explicaba cosas que están, no ya en los libros de sesudos y respetados historiadores, sino en los libros más básicos y en los libros de texto elaborados por serios y respetados catedráticos de Historia. Pero se me quedó clavada una espina… Por una parte pienso que el responsable de su propia ignorancia es uno mismo: eso es algo normal y se puede corregir, si uno tiene un mínimo de curiosidad y de espíritu objetivo. Pero cuando es otro el responsable de la ignorancia de otros conscientemente, eso es algo intolerable. Mi escrito hubiera ido dirigido a aquellas personas, de toda condición y tendencia, que desearan contrastar. Eso sí, con una advertencia: yo no soy, como otros, historiador, solamente un aficionado y un curioso, estudioso de otro campo en el que la historia juega un papel importante.

exiliados-españolesY no es exactamente el culpable ese señor, cuyo nombre no será pronunciado aquí nunca jamás, porque para nosotros, tanto su persona como su trabajo carecen de tanta importancia que no merecen ni nuestro abierto desprecio; un señor de quien, cuando era joven, el inspector Juan Antonio González Pacheco, conocido con el inmerecido apodo de “Billy el Niño”, dijo que nunca pasaría de ser el linotipista de los GRAPO, por muy de jefe que fuera (entre fachas anda el juego). No. La culpa sobre todo es de que aquella educación, aquel falseamiento de la historia y de la cultura, sigue pesando como una losa. Hay muchas cosas que me molestan de este señor y de otros de lo que se ha dado en llamar “revisionismo”; en primer lugar, que han envenenado la noble profesión de investigador de la Historia, pues han manipulado hábilmente (aunque no siempre), sacando de contexto o invirtiendo, documentos, declaraciones de personas históricas, etcétera: se podría decir que han inventado la “historia-basura”. Pero hay algo más, y esto va por toda la población: han pretendido vender sus descabelladas tesis como originales y novedosas, y NO LO SON, en absoluto; la mayoría de sus tesis y de sus líneas de investigación están literalmente sacadas de los libros del historiador del régimen Ricardo de la Cierva, que fue uno de los elaboradores de la historia vista por el lado vencedor: cada cosa que dicen, cada cosa que escriben, fue ya dicha en no sé qué discurso por el ministro Manuel Fraga o por el notorio notario Blas Piñar, por citar a algunos. Si queréis una prueba, os recomiendo ver una película: Mi calle, de Edgar Neville (causa por la que no siento demasiada admiración por este cineasta). Pero hay más: otra de sus fuentes de inspiración ha sido el revisionismo alemán e italiano de los años 70 y 80, esgrimido por los demócrata-cristianos, según los cuales, las dictaduras de Hitler y Mussolini fueron hasta necesarias e inevitables, pues, hubo –especialmente en Alemania-, a parte del “peligro” de la revolución, un “exceso de democracia” (alguien me trajo un comentario de esta índole una vez: primer comentario de “El gran mito de la guerra civil”)… Y así va a resultar que Franco trajo la democracia. Que quede claro de una vez: Franco no es Charles de Gaulle, no luchó contra la Alemania nazi, fue su aliado; ¡si incluso el mito de la laureada neutralidad de España en la II Guerra Mundial es una patraña!, no fue exigida por Franco, sino impuesta por Hitler ante las pretensiones imperialistas del Caudillo sobre Gibraltar y el Norte de África.

Robert CapaNo puedo, ni debo, excusar las barbaridades que algunas personas hicieran, y que empañaron a las otras, aunque no fueron tantas como en la zona fascista, especialmente, porque la diferencia entre ambas zonas fue que, mientras que en la republicana eran hechos que cometieron grupos descontrolados, en la que se autodenominaba “zona nacional” eran actos amparados y consentidos por el gobierno fascista de Burgos. Para ejemplificarlo: Queipo de Llano no sólo sabía de la ejecución de García Lorca, sino que la ordenó; y si no hubiera sido por Rafael Sánchez Mazas, la misma suerte hubiera corrido (aunque de alguna manera la corriera más tarde) el poeta Miguel Hernández. En otra ocasión, con documentos auténticos y todo, hablaré de la relación del gobierno de la República con los católicos, tema sobre el que también pesa demasiada mitología, muchas veces exagerada. Sobre lo que no hay mitología es sobre gente que morirá sin saber dónde está enterrada gente tan inofensiva como una madre:

http://politica.elpais.com/politica/2012/04/19/actualidad/1334838950_378933.html

1939 L´exode de Catalunya, por Carles FontserèPero en fin, ésta es a grandes rasgos la espina que me quería sacar. Hoy, que debería estar hablando de la Revolución portuguesa o de la liberación de Italia, a tenor de esta preciosa canción, os traigo estas reflexiones con las que no pretendo que nadie cambie su punto de vista, pero que sí, tenga la idea que tenga sobre el hecho concreto, deje de engordar el bolsillo a estos timadores de la historia y busquen a los respetados historiadores, sean éstos progresistas o conservadores: el buen historiador se atiene a los hechos, no los manipula a su conveniencia, y además, acude a las fuentes. Tiene, por eso, mucho más valor histórico esta canción de Xavier Ribalta, de su disco de 1974 Onze cançons amb esperança, un estremecedor homenaje a los exiliados de la República, con letra de Pere Oriol Costa; exiliados que huyeron de la represión y de la guerra, y que muchos de ellos conocerían el desprecio de los conservadores franceses, la reclusión en campos de trabajo, la lucha contra el nazismo, y, finalmente, harían entrar sus tanques los primeros en la plaza principal de París:

… ellos, los vencedores
Caínes sempiternos,
de todo me arrancaron.
Me dejan el destierro…

(Luis Cernuda, “Un español habla de su tierra”)

Quizás en un futuro haga un vídeo más artístico

Camí de l’exili

Camí de l’exili,
fugen del seu país,
camí de l’infern
a sota d’un cel gris,
soldats i oficials
amb les casaques estripades,
estripades al front
que van guardar tants anys
prop del gran riu.

Els qui hem de néixer encara
us diem adéu,
els vents de la costa
us diuen adéu.

Adéu, adéu, us plora la nit.
Què se n’ha fet, què serà de la vostra terra
Què se n’ha fet, què serà del vostre país?

En els balcons han canviat les banderes
i pels carrers sonen càntics diferents,
les vostres dones que us van jurar amor
hem vist canviar el seu cor davant els guanyadors.
Els qui hem de néixer encara us diem adéu,
els vents de la costa us diuen adéu.
Adéu, adéu, us canten els ocells.
Adéu, adéu, us plora la nit.
Adéu, adéu, adéu.

http://www.viasona.cat/grup/xavier-ribalta/a-l-olympia/cami-de-l-exili

Camino del exilio

Camino del exilio,/ huyen de su país,/ camino del infierno/ debajo de un cielo gris,/ soldados y oficiales/ con las casacas desgarradas,/ desgarradas en el frente/ que guardaron tantos años/ cerca del gran río.// Los que hemos de nacer aún/ os decimos adiós,/ los vientos de la costa/ os dicen adiós.// Adiós, adiós, os llora la noche./ ¿Qué se ha hecho, qué se será de vuestra tierra?/ ¿Qué se ha hecho, qué será de vuestro país?// En los balcones han cambiado las banderas/ y por las calles suenan cánticos diferentes,/ vuestras mujeres que os juraron amor/ las hemos visto cambiar su corazón ante los ganadores./ Los que hemos de nacer aún os decimos adiós,/ los vientos de la costa os dicen adiós./ Adiós, adiós, os cantan los pájaros./ Adiós, adiós, os llora la noche. Adiós, adiós, adiós.

Pere Oriol Costa – Xavier Ribalta

Y así el dolor se hizo silencio en rebeldía…

(Antonio Gómez)

espanoles-evacuacion

Teach you children


"Niño con granada de mano de juguete", Diane ArbusÉsta es una bonita canción, escrita por el miembro británico de Crosby, Stills, Nash & Young, Graham Nash, cuando aún estaba con su anterior grupo, los Hollies. Nash, que es un fotógrafo y coleccionista de fotografías, tuvo la inspiración para escribir “Teach your children” al ver la serie fotográfica “Niño con granada de mano de juguete en Central Park” de Diane Arbus: aquella expresión de enfado del chaval le hizo reflexionar de cómo ciertos valores perniciosos de (y para) la sociedad, como son la violencia y la guerra, se heredan a través de cosas tan triviales como pueden ser los juguetes. Sin embargo, no la grabó hasta 1970, ya con el mítico cuarteto de country-rock armónico, con la colaboración del gran Jerry García a la guitarra con pedal de acero (steel pedal guitar), instrumento imprescindible en el country. Como anécdota, propiciada por el enlace de la wikipedia, el candidato demócrata a al presidencia en 1984, Walter Mondale, la utilizó como fondo para su campaña de control de armas.

Teach your children

You who are on the road
Must have a code that you can live by
And so become yourself
Because the past is just a good bye.

Teach your children well,
Their father’s hell did slowly go by,
And feed them on your dreams
The one they picked, the one you’ll know by.

Don’t you ever ask them why, if they told you, you would cry,
So just look at them and sigh and know they love you.

And you, of tender years,
Can’t know the fears that your elders grew by,
And so please help them with your youth,
They seek the truth before they can die.

Can you hear and do you care and
Can’t you see we must be free to
Teach your children what you believe in.
Make a world that we can live in.

Teach your parents well,
Their children’s hell will slowly go by,
And feed them on your dreams
The one they picked, the one you’ll know by.

Don’t you ever ask them why, if they told you, you would cry,
So just look at them and sigh and know they love you.

http://www.stlyrics.com/songs/c/crosbystillsnashyoung6061/teachyourchildren237794.html

Enseñad a vuestros hijos

Vosotros que estáis en el camino/ debéis tener un código por el que podéis vivir/ y así os hacéis a vosotros mismos/ porque el pasado es sólo un adiós.// Enseñad a vuestros hijos bien,/ el infierno de sus padres pasó lentamente,/ y alimentadlos en vuestros sueños/ el que recogieron, el que sabréis.// ¿Nunca les habéis preguntado por qué?, si os lo dijeron, lloraríais,/ así que sólo miradlos y suspirad y sabed que os quieren.// Y vosotros, de años tiernos,/ no podéis saber los miedos con el que vuestros mayores crecieron,/ así que por favor ayudadles con vuestra juventud,/ buscan la verdad antes de que puedan morir.// ¿Podéis oír y os preocupáis y/ no podéis ver que debemos ser libres para/ enseñar a vuestros hijos en lo que creéis?/ Hacer un mundo en el que podamos vivir.// Enseñad a vuestros padres bien,/ el infierno de sus hijos se irá lentamente,/ y alimentadlos en vuestros sueños/ el que recogieron, el que vosotros sabréis.// ¿Nunca les habéis preguntado por qué?, si os lo dijeran, lloraríais,/ así que sólo miradles y suspirad y sabed que os quieren.

Graham Nash

Crosby, Stills, Nash & Young

Y aquí, el trío original, Crosby, Stills & Nash, interpretándola en el mítico Live-Aid: