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En defensa de Marcos Toro y su montaje de ‘La villana de Getafe’


Existe una ciudad modesta al sur de Madrid que los informativos nacionales y regionales tienden a ignorar salvo cuando ocurre un hecho luctuoso o morboso, como a todas las del cinturón del sur, que intentan tener una plena vida cultural para que la gente no tenga que ir a la ciudad de Madrid para disfrutar de un poco de cultura. Tiene una concejalía de Cultura que permite que autores nada conocidos hagan presentación de sus obras en los espacios públicos, exposiciones de pintores, conciertos…, y tiene Getafe Negro y una feria del libro asociada a este evento. Pues ni por esas. Se habla estos días de Getafe por la denuncia de un concejal de cierta formación política, que, como reza el dicho, «cuando el diablo se aburre, mata moscas con el rabo».

El hecho es que, el año pasado, un joven actor llevó a cabo un montaje al aire libre y gratuito de la obra de Lope de Vega La villana de Getafe. Para ello, Marcos Toro, que es su nombre, contó con la ayuda desinteresada de artistas locales, asociaciones de todo tipo: desde musicales y folklóricas hasta una de personas discapacitadas, y con vecinos anónimos. La gente disfrutó, tanto espectadores como participantes, y si alguien se enfadó, se sintió ofendido por lo que fuera o sencillamente no le gustó, se fue sin hacer escándalos; y un motivo escénico que fue causa de risas pasó desapercibido.

La idea de Marcos es instituir esta representación en una tradición anual, dado el localismo de la obra, y por eso se hizo también este año. Pero algo extraño pasó que no pasó el anterior. Quizás alguien que no lo hizo el año anterior lo hizo este, y aquel mismo motivo escénico le llenó de espanto. Días después, un concejal exigía que en próximas representaciones fueran retiradas las referencias sexuales y, aún más, que no sea Toro quien la representase; puede que tuviera un candidato en su cabeza, tal vez un distinguido director de autos sacramentales.

¡Ah! El motivo escénico era una escultura de cartón piedra que recuerda a un pene.

Una polla, para los profanos.

Algo que no es como enseñar a los niños a cazar o a torturar públicamente ganado bovino. Qué va. Es mucho peor. Horrible.

Le faltaban los huevos.

Tampoco te hagas ilusiones, que por cómo lo dicen parece que haya sido una película de Esteso y Pajares. Es una figura que lo parece. Punto. Y me parece que tampoco es necesario decir que no es una obra infantil, aunque los niños son bienvenidos.

No tengo tiempo ni interés para ver lo que van diciendo en las redes sus acólitos. En opinión de nuestro ilustre concejal elegido por parte del pueblo soberano, la gente (la cual repitió asistencia en su mayoría) se indignó mucho por ver profanada así una obra literaria del imperio español; hubo niños llorando desconsoladamente; los cielos amenazaron con hacer caer fuego sobre nuestras cabezas, y casi hubo linchamientos. Imaginación no le falta al hombre, porque la realidad fue otra.

En Getafe no ha pasado, en realidad, de una anécdota; una muestra de mojigatería, ya que el espectáculo era al aire libre, se podía ver gratis y, si no te gustaba lo que veías, pues cogías y te ibas al bar. Nadie se vio obligado a verla. El problema vino porque la página de su partido, a nivel nacional, lo recogió, y como una victoria; y de ahí cierta repercusión mediática, la que no tuvo el hecho de que en un pueblo se represente anualmente una obra de teatro de uno de los mayores dramaturgos españoles, y eso es bastante lamentable. Y ahora resulta que estamos gobernados por degenerados, según el relato de esta gente; es decir, que se obligó a los niños a ver cosas sexuales. Y como el relato de los hechos se magnifica, la gente de bien se piensa que en esa representación hubo, como poco, actos sexuales, desnudos (algo que, no recuerdo con qué ocasión, sí hizo el exalcalde del PP Juan Soler y que pasó desapercibido)…, ¡pornografía!, ¡y con niños delante! Y no ocurrió nada de eso; y es justamente lo que se hizo con la compañía de Alfonso Lázaro y Raúl García con el caso «Titiriteros»: un par de escenas sacadas de contexto, otras cuyo escándalo solo estaba en el ojo de quien veía, y, después de todo, ellos ya avisaron que no era un espectáculo infantil. En el caso de Toro, todos los asistentes y participantes, estupefactos, le han apoyado, incluidos niños y sus padres. De nuevo, su relato va contra la realidad y la actualidad.

Que habrá quien haya sacado el tema de subvencionados y toda esa palabrería no aplicable a otros fenómenos que reciben subvenciones públicas y gustan solo a una minoría de la población; y aquí te tienes que reír y aguantarte las ganas de insultar. ¿De qué subvención hablas? Primero, Toro es un actor de carrera que se ha matado a hacer castings y no ha desdeñado papeles de figurante en anuncios, y que ha tenido que luchar mucho con las instituciones para poder llevar a cabo proyectos de teatro en Getafe. Aquí lo único que hay es una persona que presentó un proyecto y se le fue aprobado, y que encima no cobra taquilla porque la representación es gratis. Y si hubo algo de dinero fue para comprar las cuatro cosas que componen el exiguo escenario.

Considero que es una lástima que solo fijen sus ojos en la cultura para decidir lo que es bueno y válido según sus criterios morales (que excluyen la tortura animal) y que esta sea su única, lamentable y patética contribución a las culturas de este país. Por lo demás, no les interesa.

Por expreso deseo de Marcos, que no quiere ver el tema politizado, he mantenido un discurso sosegado, que en ningún caso viene por ideologías; o sí, porque todos tenemos ideología, el conjunto de las ideas que te haces del mundo, y lo demás son falacias tecnócratas movidas por, cágate, ideologías. ¿Crees que lo suyo no es ideología o política? ¡Pero en qué mundo vives! No, no es ideología defender la libertad de expresión y atacar y criticar los intentos de censura, que tal vez tapen otros intereses, económicos o ideológicos, dentro de los cuales están los religiosos. Porque mucho se habla de los lobbies, pero se olvidan de un cierto lobby que quiere que veas el resto de iniciativas como mediatizadas por intereses y te retratan movimientos sociales en una teoría de la conspiración que no se la creen ni ellos. Porque no existe el lobby gay, pero el lobby ultracatólico sí.

Él pide sosiego y diálogo, para que la mecha se apague. Y estoy de acuerdo. Pero el hecho no puede hacer que olvidemos que esto no es ni medianamente anecdótico, cuando hemos visto sucesos similares en otros municipios en los que están estas personas. Tal vez pienses que lo que dicen y hacen no te afectará, que son solo problemas de gais, lesbianas, personas trans, mujeres víctimas de violencia de género (mujeres en general, o mujeres que no son tú), minorías étnicas con su nacionalidad española bien ganada o de nacimiento, gente racializada, musulmanes (alguna vez judíos), artistas, feministas, izquierdistas…, gente que no son tú; como si esta gente no contara ni fuera parte importante de la sociedad; algo extraño y ajeno. Decía: puedes pensar así, tolerarles pero estar en contra de su presencia subyugante porque no te identificas y tienes derecho a ver solo producciones que a ti te gusten, y proclamar que todo está bien; pero te engañas, porque tarde o temprano te alcanzará. Un día verás que han suspendido o censurado algo que querías ver, algo inofensivo, que te divierte; por una tergiversación de los hechos, una exageración de alguien que quizás ni lo ha visto. Imagínate que se dan cuenta de la homosexualidad implícita de Espartaco y dejan de ponerla en Semana Santa, y a ti te pirra. O que te ocurre a ti, que eres un artista transgresor, y te enteras de que a alguien le pareció espantoso un detalle irrelevante de tu producción, o de tu periódico. Entonces te darás cuenta de que has dejado entrar a un monstruo en tu casa, tú, que tanto te quejabas de censura y de cultura woke y que ahora mismo te estás callando porque esto crees que no va contigo.

No voy a dejar escapar la ocasión de criticar, por otra parte, el abandono que a nivel municipal sienten los creadores cuando las instituciones les ceden gratuitamente los espacios públicos y la población, sencillamente, pasa y, quizás luego, en casa, se quejarán de que el ayuntamiento no hace nada por la cultura local. A veces, para que acudan a tu evento, tienes que ofrecer comida, aunque ni por esas. He de decir que los ciudadanos abandonamos estos espacios, cada cual sabrá por qué, y, en mi opinión, fruto de eso es lo que ocurre luego. Tal vez sea porque se piense que, al no realizarse en la capital, es algo hecho por aficionados y de baja calidad. Y es una pena que se piense así.

LA HOGUERA: Taormina (1-III-2015)


Cortesía de Ismael Muelas

Siempre es un placer charlar un rato con José Palacios y Antonio Orozco, fundadores de Taormina Teatro, que nos cuentan historias, anécdotas y acerca del libro de José Palacios, Regreso a Luxor. Esperamos que se repita pronto y que las llamas de La Hoguera están vivas para ellos siempre que quieran. Sonaron también las siguientes canciones: Víctor Manuel, “Cómicos”; Oum Kalthoum: “Noura”; Kurt Weill: “Mack the Knife”; Marisol: “Galería de perpetúas”; Ovidi Montllor: “Rossinyol” (de La Fuga de Segovia); Ensemble Cantilena Antique: “Mia yrmana fremosa” (Martín Códax); Queen: “Bohemian Rhapsody”.

Fotografía cortesía de su autor.

Escuchad:

http://www.ivoox.com/hoguera-taormina-teatro-audios-mp3_rf_4282955_1.html

http://www.getafevoz.es/programas/la-hoguera/

Telón (o de amigos y actores)


RIOS.-Entonces… ¿nos olvidarán?
SOLANO.- (Mirando ansiosamente al público) ¿Nos olvidarán?
RIOS.- Puede que ya… estén olvidándonos…

José Sanchís Sinisterra, Ñaque

Créditos: Ismael Muelas

Ayer, José Palacios y Antonio Orozco ponían fin a su trayectoria de 50 años y a la de 41 de la compañía de teatro Taormina: no sólo una gran compañía de la que Palacios y Orozco han sido su alma y corazón, sino también una magnífica escuela formadora de actores. La despedida se produjo con la representación de la obra Ñaque o de piojos y actores, de José Sanchís Sinisterra, y no podía ser de otra manera.

No es sólo que esta obra (sencilla para preparar por una compañía con pocos recursos, pero muy complicada en cuanto al lenguaje) les haya acompañado desde sus comienzos, sino que, por alguna razón, ellos mismos parecen haberse visto reflejados en los dos cómicos de la legua del renacimiento que la protagonizan, Solano y Ríos, dos actores que parecen condenados a vagar por la eternidad haciendo su función durante todas las eras; dos fantasmas que, a medida que la obra avanza, van siendo conscientes de la futilidad de lo que hacen, de que están condenados al olvido.

José y Antonio representaron esta obra no hacía mucho, y tras otra representación (en este caso, Corona de amor y muerte de Alejandro Casona), anunciaron que se retirarían con esta obra; y, como dijo una de las componentes de la compañía, Mari Carmen Vizoso con motivo de aquella representación, se produjo entonces una singular transformación, en la que los dos veteranos actores parecían no interpretar a los dos cómicos, sino interpretarse a sí mismos. Y cualquiera que haya conocido a José Palacios y Antonio Orozco, o en cualquier caso el oficio de actor dramático, entenderá los paralelismos al leer la obra.

Mi relación con ellos se remonta a los años del bachillerato, aunque no podría precisar el año ni cuántos años hace de todo aquello… Un montón. Pero como todo habitante de Getafe de entonces ya les había visto en varias ocasiones, pues fueron prácticamente todos los colegios e institutos los que llevaron a sus alumnos a verles en sus funciones, muchas de ellas de tipo pedagógico sobre el teatro del Siglo de Oro. En mi caso, que yo recuerde, la primera que les vi fue precisamente en Ñaque, y quizás hasta ahora no me lo había planteado… De todas maneras, luego te quedabas flipado porque los reconocías comprando en los mismos sitios donde compraban tus padres, o caminando a toda velocidad por las calles. Pero es en el bachillerato donde nos conocimos, ellos como profesores casi desinteresadamente, y yo como alumno, en lo que en principio era una actividad extraescolar que luego cosechó mucho más.

Aquellos fueron de los mejores años de mi vida, con compañeros que han sido también amigos, y que de vez en cuando nos encontramos o mantenemos el contacto. Y es tanta la nostalgia, no tanto por aquellos días, sino por todo lo que suponía el montaje de una obra, o las representaciones en diversas asociaciones o certámenes de teatro aficionado y escolar, que uno echa de menos hasta las broncas. Porque voy a ser sincero: uno, como actor, era malo hasta decir basta; pero como tenía buenos amigos, se opusieron a que fuera apartado de las funciones (cosa que siempre les agradeceré), de modo que, a menudo, andaban ideando trucos para que mi interpretación no hundiera la obra. No diré que no lo pasé mal, y que seguramente debí echarme a un lado por el bien de la obra. Tampoco era mala fe o vanidad la mía, sino la rabia y el hecho de no rendirse. Si la volviéramos a representar hoy, no sé qué saldría. Pero dejémonos de sentimentalismos. Continué en el grupo de teatro durante todo el instituto (y fueron más años de los que me gustaría reconocer) y el primer año de carrera, momento en el que ya uno experimentó y supo lo que sus amigos y compañeros, algo más mayores, querían decir cuando lo ponían de pretexto para abandonar el grupo: ya éramos mayores para “competir con chicos de 16 años”. Y ahí acabó mi periplo dramático… Y, sin embargo, aprendí con ellos casi lo mismo, o incluso más, que en cualquier otra asignatura del instituto, sin ánimo de hacer desprecios.

Un día, en uno de los últimos años con el grupo del instituto, con unos chicos muy jóvenes, uno de los más mayores (es decir, de mi edad) les reveló una verdad, que yo también desconocía, para que se lo tomaran un poco más en serio: por aquellas clases extraescolares, José y Antonio no cobraban casi nada; lo hacían, básicamente, por amor al arte, y digámoslo: no era de aquellas compañías a las que les sale el dinero por las orejas. No. Taormina, es decir, José y Antonio y todos los actores que han formado parte de ella, han trabajado casi por amor al arte, casi; no como unos artistas petulantes que alaban “el arte por el arte” (hipócritamente, las más de las veces), sino en la extensión más sincera y honesta del término. Como dicen en esta entrevista publicada en Elbuzón.es, han vivido de lo que rentaba de la taquilla y muy pocas veces han pedido ayudas o subvenciones. Y éste ha sido el espíritu desde sus inicios: todo el vestuario, todo el atrezzo, ha sido elaborado, confeccionado, prestado, regalado o comprado por los miembros de la compañía; en sus comienzos, incluso, algunos comerciantes locales les cedían diversos materiales para el atrezzo de forma desinteresada. Sólo cuando las cosas han estado algo apretadas solicitaron las ayudas a las que como grupo o asociación de carácter cultural tendrían derecho. Sí, puedes llamarlo “autogestión”, si te parece, da igual. Junto a todo esto, un afán pedagógico por hacer llegar a los más jóvenes el amor al teatro; de ahí las muchas obras que Palacios ha escrito, basadas muchas de ellas en Ñaque, sobre la vida y las obras de los cómicos del siglo XVI y XVII, metiendo célebres entremeses de Cervantes, Lope de Vega, Lope de Rueda y otros. Quizás, desde hacía un tiempo habían abandonado los planteamientos más vanguardistas desde sus inicios, pero en realidad ellos tocaron todos los palos del teatro, y de todos los estilos: desde el más politizado al más “neutral”; desde la tragedia más tremenda a la comedia más desternillante; desde los montajes más complejos a los más sencillos; desde lo más vanguardista a lo más clásico… siempre que fuera de calidad, quizás siguiendo aquello que dijo Bertolt Brecht, que siempre que sea buen teatro, será entretenido.

Por todo lo dicho, Taormina han sido, no sé si el motor, pero sí una parte fundamental del engranaje del motor cultural de su ciudad. Nunca trataron a la cultura como algo estático, muerto, arqueológico…, muy al contrario: en sus voces y cuerpos la cultura cobraba vida, e hicieron un gran esfuerzo por acercar esa cultura a una población determinada (aunque no se cerraron en los límites locales, como lo demuestra su cantidad de premios en certámenes nacionales), de todas las edades y condiciones (con precios muy asequibles), y los que hemos vivido en eso que se dio en llamar “la periferia”, las “ciudades dormitorio”, etc., sabemos lo que cuesta, y lo que gratifica, encontrar un oasis en medio del desierto cultural.

Cuando cae definitivamente el telón sobre una compañía de actores, sobre todo si ha significado tanto para la vida cultural y cotidiana de una ciudad, queda ese sabor amargo… Pero en realidad tendemos a olvidar que cuando el telón cae sólo se acaba la función, y llega ese momento agridulce de recoger y empacar los bártulos; detrás del telón la vida sigue, y aunque Taormina acabe como tal, queda mucho por delante, y retirarse, en esta ocasión, no significa otra cosa que emprender nuevos proyectos. Y una muestra del agradecimiento del público fue la que, según José Palacios, le hizo una chica, en referencia a nuestra cita inicial: “Yo nunca os olvidaré”.

Apoya al grupo Taormina


Escrito por Antonio Orozco y José Palacios 26/12/2012

En 1963 comenzamos nuestra andadura teatral en Getafe bajo distintos nombres y diez años más tarde, en 1973, fundamos Taormina teatro. En el año 2013 cumpliremos cincuenta años de teatro en Getafe. Cuarenta como Taormina. Durante estas cinco décadas de entrega a Getafe, hemos evitado recurrir a las instituciones para solicitar subvenciones y siempre nos hemos costeado los montajes y el alquiler del almacén con nuestro trabajo. A excepción de una subvención que recibimos de la Delegación de Cultura hace casi veinte años. En el 2011 la crisis nos obligó a solicitar ayuda al Ayuntamiento de Getafe para cubrir, al menos, los gastos del local donde guardamos el atrezzo y los decorados de las obras. Ayuda que nos fue concedida a cambio de una representación en el García Lorca. El entonces concejal de Cultura alegó que Taormina era un ‘institución’ en la localidad y no podía desaparecer por una cantidad tan irrisoria.

En octubre de ese mismo año acudimos al responsable de Cultura del actual Gobierno municipal y le requerimos ayuda para el año 2012. Aunque en un principio nos prometió su total cooperación, más tarde la ayuda económica para el pago del almacén no pudo llevarse a cabo por falta de presupuesto. Pero sí continuó cediéndonos el teatro García Lorca para representar nuestras obras, cosa que agradecemos. Aún así, y con gran esfuerzo, hemos continuado nuestra programación durante todo el año 2012. Pero será difícil que podamos seguir aguantando la situación un año más. El número de funciones se ha reducido considerablemente en estas últimas temporadas, tanto aquí como fuera de Getafe. Llevamos tres años sin poder estrenar nuevos montajes por falta de presupuesto, ofreciendo en su lugar reposiciones de obras ya vistas por mucha gente y que, como consecuencia, atraen menos público y por lo tanto proporcionan menos ingresos.

Si no recibimos la ayuda económica que solicitamos para el pago del local en el año 2013, del Ayuntamiento o de cualquier otra institución o empresa privada, es casi seguro que tendremos que echar el telón definitivamente, sin tan siquiera haber podido celebrar el que tal vez sea nuestro último aniversario.

A pesar de todo esto, no podemos dejar de agradecer a los getafenses el habernos seguido fielmente durante tanto tiempo, habiendo incluso abarrotado el teatro en todos los estrenos realizados. Gracias por no habernos fallado nunca.

http://www.getafecapital.com/index.php/opinion/901-opinion/8847-taormina-a-punto-de-echar-el-telon-definitivamente?view=article&id=8847%3Ataormina-a-punto-de-echar-el-telon-definitivamente&catid=901%3Aopinion

Teatro griego de Taormina, Sicilia, que dio nombre al grupoPor esa razón, abrimos una petición para reunir firmas, con la finalidad de que los responsables implicados vean el cariño y la admiración que esta localidad madrileña tiene hacia el grupo de teatro local por excelencia, con el que han crecido varias generaciones viendo obras dramáticas de los más diversos géneros y estilos (comedia, teatro infantil, tragedia, obras de reflexión), teniendo mucha importancia, sobre todo, para la educación en Getafe, sus “piezas didácticas”, en donde ambos actores/ directores engarzan con sus propios textos entremeses del teatro del siglo de oro, explicando la ajetreada vida del cómico de los siglos XVI y XVII, y los distintos estilos de hacer teatro que entonces había. Para Taormina, la educación en teatro ha sido su principal actividad junto (y unida) a la interpretación, una actividad por la que nunca han recibido, ni han pedido, demasiado: lo cual indica una entrega total y desinteresada al teatro. Por esa razón, sería una total injusticia que fueran a desaparecer por esto.

Firmar:

http://www.change.org/es/peticiones/concejal-de-cultura-del-ayuntamiento-de-getafe-dar-la-ayuda-solicitada-al-grupo-de-teatro-taormina

Pedimos disculpas, pero andamos liaos


j. l. lopezvazquez2

Con todo nuestro cariño, respeto y admiración hacia el gran José Luis López Vázquez, actor sin igual.

¡Devolvedle el nombre a Alberti!


Ayer Fernando me dejaba de piedra cuando relataba lo que había leído en el Diario de Almería:

El Teatro Municipal de Huércal-Overa dejaba ayer de lucir el nombre que la anterior corporación asignó al edificio de espacios escénicos mediante un procedimiento en el que se plantearon los nombres más votados por los vecinos. No obstante el nombre del Teatro dejará de ser el de Teatro Municipal Rafael Alberti y de hecho ya desde ayer ha dejado de verse en las letras de la fachada. 

El motivo no es otro que el cambio de nombre, así lo explicó a Diario de Almería el primer edil huercalense, Domingo Fernández, quien detalló que «no creemos que sea un nombre que nos vende como municipio».

Así sin más, la noticia le deja a uno de piedra, y más aun cuando lees las declaraciones del ex-director del teatro, Vicente Parra:

Ya en el inicio de la legislatura, el equipo de gobierno del PP, procedió a eliminar de un brochazo el Patronato que llevaba su nombre. Ahora las decisiones son unilaterales de una sola persona que es la que determina su quehacer diario. Entonces un grupo de «expertos» en las distintas ramas escénicas asesoraba a los miembros del ente autónomo en orden a valorar las distintas propuestas artísticas puestas sobre la mesa. Hoy no, actualmente se prescinde de esa valiosa información y se operaba unipersonalmente. Aclarado este punto, y contestando más concretamente a la pregunta, afirmo rotundamente que en ningún momento, nadie manifestó la conveniencia de cambiar el nombre del teatro. Se escucharon algunos rumores, pero en las reuniones nadie propuso abierta y claramente la no idoneidad del nombre.

(…)

No estoy en nada de acuerdo con la polémica planteada en lo referente a que este espacio escénico no debe llevar ese nombre porque «no vende», por no tener «vinculación local», y mucho menos porque Rafael Alberti «era republicano y de izquierdas». Parece mentira que el pleno siglo XXI se puedan decir impunemente esas barbaridades. Resulta incomprensible que un escritor, poeta, dramaturgo, historiador de su época…, de renombre mundial; abanderado de nuestro país por doquier; miembro de la Generación del 27; íntimo de escritores tan sobresalientes como: Federico García Lorca, Vicente Aleixandre, Miguel Hernández, Antonio Machado, Pablo Neruda…; Premio Nacional de Literatura; Hijo Predilecto de Andalucía; Doctor Honoris Causa por la Universidad de Cádiz; andaluz de pura cepa… No merezca dar nombre al Teatro de Huércal-Overa, por su trayectoria política. Vaya falacia.

Lleno de indignación, dejaba este comentario a Fernando, que le gustó mucho, que es un poco la síntesis de muchas de las cosas que pienso:

No es una pena… es una vergüenza. Si los políticos salen día a día diciendo cosas extrañas como «vender la Marca España» (¿cobraremos copy-right cada vez que alguien use algo «español»?), y hablan de «recuperar el prestigio perdido» (cuando son ellos los que lo han perdido y lo hacen perder), y luego son capaces de borrar el nombre de Rafael Alberti porque «no vende» (esto me pone los pelos de punta, hermano), de no buscar a García Lorca para no abrir «viejas heridas» (?), de dejar de gestionar el patrimonio de Miguel Hernández, va a resultar que éste es el país que no ama a sus poetas. Luego se les llenará la boca porque «se les ocurrió» dar la presidencia del Instituto Cervantes a Vargas Llosa, y también llenarse de «orgullo patrio» cuando el novelista peruano nacionalizado español recibió el Nobel. ¿Qué nombre, pues, elegirán? Profetizo ver informativo como los de A3 dando una «simpática» noticia sobre el ocurrente nombre que el ayuntamiento ha dado al auditorio, por ejemplo, «David Bisbal» (con todos mis respetos), o incluso -y quizás ésa sea la raíz- «Teatro BBVA», pero sin nombrar el insigne antiguo nombre que tuvo… Por cierto que no había reparado en mirar de qué partido es el gobierno municipal, cosa que me la traía al fresco, pero al verlo -y aún sospechándolo- he de decir que no me sorprende en absoluto.

ALBERTIOtro lector profetizaba el nombre “Teatro Coca-Cola”: algo que no es absurdo; es muy posible que detrás de esta decisión haya otros intereses, como que la corporación municipal no pueda mantener el teatro y haya llegado a un contrato con alguna empresa privada (eso es legal). Pero alguna comentarista refería otros casos en los que, con explicaciones nada motivadas, algunos ayuntamientos habían cambiado así porque sí nombres de calles y edificios municipales, relacionados, de algún modo, con la izquierda. A parte de todo esto, decidí escribir una severa, pero educada, carta al ayuntamiento de Huércal-Overa, intentando hacerles recapacitar y censurar su consideración de que el nombre de un teatro municipal “les venda”, ya que es un espacio cultural y, además, público, para uso y disfrute, principal, pero no exclusivamente, de sus vecinos: sería éste el único caso en el que el nombre de un teatro atraiga turistas, y, de ser así, qué mejor nombre que el de uno de nuestros poetas más universales: leído, apreciado y estudiado en todo el mundo. No os penséis que mi protesta, ni tampoco la de Fernando, se deba sólo a que Rafael Alberti fuera de izquierdas: también me opondría a que un gobierno municipal de izquierdas cambiara el nombre de un hipotético teatro “Luis Rosales” o de un hipotético centro cultural “Gerardo Diego”… ¡De ningún modo! Si yo fuera alcalde de Madrid, mantendría el nombre del teatro “Pedro Muñoz Seca”, aunque sea un autor que a mí no me gusta nada y reconozco que fue una víctima injusta de la guerra (algo que, ciertamente, nunca le he oído decir a ninguno de estos señores sobre García Lorca o sobre otro). Pero ¡vamos!: resulta que no se pueden cambiar nombres de calles, plazas y edificios que llevan el recuerdo de militares golpistas asesinos, incluso pueblos enteros que aún hoy llevan el sufijo “del Caudillo” porque “es histórico” (como la bandera del III Reich), porque “vecinos ya se han adaptado, y les sería difícil” (cosa que no parece pasar con estos otros nombres)… Y salen los informativos llenos de declaraciones de señores y señoras, algo ignorantes, que se tragan lo que los medios dicen porque piensan que es imposible que un medio engañe… Francamente, no entendemos por qué cuesta tanto cambiar el nombre de unos señores que tanto daño hicieron y lo fácil que es cambiar el nombre de aquellos que, con su obra y sus acciones, lucharon por las libertades democráticas.

Espero que los representantes de la corporación local recapaciten en su decisión, que se den cuenta del inmenso error en el que han caído; y a sus vecinos que no se dejen engañar con dulces palabras y vanas promesas: parafraseando al gran Pepe Isbert, “como alcalde vuestro que es, os debe una explicación”. Y como hizo Fernando ayer, acabo con la canción que Pablo Guerrero le dedicó mientras esperaba su retorno del exilio: “Ven Alberti”.

¡Que biba Ehpañia!


La España de charanga y pandereta,
cerrado y sacristía,
devota de Frascuelo y de María,
de espíritu burlón y alma inquieta,
ha de tener su mármol y su día,
su infalible mañana y su poeta…

El mañana efímero”, Antonio Machado

eljuevesEn 1970, el grupo de teatro crítico alternativo “Tábano” estrenaba, con dificultades e incidentes “propios” de la época, la obra satírica Castañuela 70. Para ello contaron con la colaboración musical del grupo madrileño Las Madres del Cordero: Moncho Alpuente, Antonio Piera, Jerónimo Martínez, Arturo Bodelón y Luis Cristobal "Cocodi", originalmente, con la colaboración de Nieves Córcoles como acompañante ocasional, y del gran Antonio Gómez, apodado por aquellos días como “La Madrastra”, a modo de “director” de orquesta. Para esa obra, Las Madres interpretaban esta tremenda canción satírica, reuniendo un montón de tópicos al uso por la fauna reaccionaria española de entonces… De esta canción, incluida luego en el disco Todo está muy negro hace que ha llovido cerca de 42 años, mientras que de la cita de Antonio Machado arriba señalada se cumplirán los excelentes 100 años el año que viene… Y, o todo sigue igual, o nada ha cambiado. Pero mientras podamos irnos de fiesta, ¡qué más da los escándalos y las injusticias! ¡Qué más da que seamos el hazme reír del mundo entero por sentar a un juez en el banquillo por intentar investigar las violaciones contra los derechos humanos!

A los que intentaron e intentan cambiar las cosas, aunque sea un poco.

Escuchar: http://www.goear.com/listen/5da12fc/a-pesar-de-todo-las-madres-del-cordero

A pesar de todo

-¡Ele Manuel! ¡Arsa con la castañuela revival!

A pesar de todo,
todo sigue igual,
si se vive bien para que cambiar;
y si acaso alguno lo pasará mal,
con una quiniela se puede arreglar.
¿Dónde vas a ir que mejor estés?
Piénsalo un momento,
luego quédate.

Porque nos tienen envidia
nos critican desde fuera;
vale más una española
que quinientas extranjeras.

¡Déjalos que piensen!
¡Déjalos que inventen!,
que luego en España
su dinero invierten.
¡Qué viva el turismo!
¡Qué viva el folklor!
Castañuelas, guitarras
¡así se vive mejor!

¿Dónde vas a ir…

¡Ay!
No se por qué gritan tanto
hablando de democracia;
esos inventos modernos (¡oy!)
siempre acaban en desgracia.

Y a pesar de todo…
-Maehtro: biss.

¿Dónde vas a ir…

¡Ay!
Terminó la castañuela:
gracias por sus ovaciones,
pero no olviden ustedes
¡que esto es España señores!

Y a pesar de todo…

-Maestro, maestro: "trih".
-El "trih" ese.
¿Dónde vas a ir…

¡Ay!
Mucho nos hemos reído,
y estuvo muy bien la risa;
pero si se queda en risa
¡ay, qué risa tía Felisa!

Y a pesar de todo…

Moncho Alpuente – Antonio Piera

La historia de Castañuela 70, con imágenes originales, narrada por algunos de sus protagonistas:

Tributo a Hair (y) 8: Flesh failures/ Let the sunshine in


Sin título2ATENCIÓN: esta entrada puede ser considerada como eso que llaman un spoiler, es decir, un destripe de la película. Aunque intentaré no destripar demasiado la película con mi reflexión, si no la has visto y eres de los que quieren mantener el suspense, no veas el primer vídeo, sino el segundo, que recoge únicamente la canción.

Ayudar a un amigo, por pequeña que sea la acción, puede traer consecuencias desastrosas para uno mismo: eso importa poco cuando estás dispuesto a arriesgar lo que sea por la felicidad de aquellos a los que quieres. La canción con la que se cierra el musical supone una de las críticas contra la guerra cantadas más impresionante, aunque su crítica es tremendamente elemental: la guerra, y sobre todo este tipo de guerras, totalmente evitables, son criticables pues mueren personas y se obliga a matar, y hay personas que prefieren morir a matar, mientras los políticos, los banqueros y los generales engordan gracias a la sangre inocente que engrasa los increíbles beneficios (todos recordamos la más reciente intervención en nuestro país del despreciable Jeb Bush) de una guerra muy rentable que esconde sus auténticos intereses bajo banderas, grandes palabras e ideales, y el miedo.

La letra de la canción es muy acertada; mi única pega se dirige a la alabanza de Timothy Leary, el sintetizador del LSD y uno de los padres de la contracultura de los años 60. Mis razones son que personas como el Dr. Leary, Ken Kesey y otros místicos que aseguraban traer una nueva dimensión de la conciencia, un despertar místico más allá de los medios de cualquier religión tradicional, a través de drogas como el LSD (que comenzó como un experimento del ejército), obnubilaron a toda una generación y fue causa de su autodestrucción; en más de una ocasión, la capacidad crítica de los hippies era anulada por la mística y la lisérgica, especialmente cuando iban unidas. Uno no puede evitar ver en esto el mismo plan desarrollado contra los barrios negros, sobre todo cuando años después, el funesto presidente Nixon declaraba que los enemigos internos de “América” eran los hippies, los estudiantes y los negros.

´Final de la película

Flesh failures

(Let the sunshine in)

We starve-look
At one another
Short of breath
Walking proudly in our winter coats
Wearing smells from laboratories
Facing a dying nation
Of moving paper fantasy
Listening for the new told lies
With supreme visions of lonely tunes

Somewhere
Inside something there is a rush of
Greatness
Who knows what stands in front of
Our lives
I fashion my future on films in space
Silence
Tells me secretly
Everything
Everything

Manchester England England
Manchester England England
(Eyes look your last)
Across the Atlantic Sea
(Arms take your last
embrace)
And I’m a genius genius
(And lips oh you the
doors of breath )
I believe in God
(Seal with a righteous kiss)
And I believe that God believes in Claude
(Seal with a righteous kiss)
That’s me, that’s me, that’s me

The rest is silence
The rest is silence
The rest is silence

Singing
Our space songs on a spider web sitar
Life is around you and in you
Answer for Timothy Leary, dearie

Let the sunshine
Let the sunshine in
The sunshine in
Let the sunshine
Let the sunshine in
The sunshine in
Let the sunshine
Let the sunshine in
The sun shine in…

La carne fracasa

(Dejad entrar la luz del sol)

Parecemos hambrientos/ los unos a los otros/ faltos de aliento/ Caminando orgullosos en nuestras ropas de invierno/ llevamos perfumes de laboratorio/ frente a una nación moribunda/ de emocionantes fantasías de papel/ escuchando las nuevas mentiras que nos han contado/ con visiones supremas de melodías solitarias.// En algún lugar/ dentro de algo hay una corriente de/ grandeza/ Quién sabe lo que nos depara/ nuestra vida/ Labro mi futuro sobre películas del espacio./ El silencio/ me cuenta secretamente/ todo/ todo.// Manchester, Inglaterra, Inglaterra,/ (los ojos te miran por última vez)/ a través del Océano Atlántico/ (Los brazos te sujetan/ por última vez)/ Y soy todo un genio/ (y los labios te ¡oh!/ las puertas del aliento)/ Creo en Dios/ (el sello con un escueto beso)/ y creo que Dios cree en Claude/ que soy yo, que soy yo, que soy yo./ El resto es silencio…// Cantando/ nuestras canciones espaciales con un sitar de tela de araña/ La vida está alrededor y dentro de ti/ la respuesta para Timothy Leary, cariño/ Dejad entrar la luz del sol.

Sólo canción

Tributo a Hair 7: 3-5-0-0


The Black Panthers in front of the Alemeda Courthouse during Huey Newton's Trial El tema que presentamos hoy es uno de los más fuertes del musical, y por eso traemos una foto que no se pertenece a la obra, sino que es una foto de algunos miembros del Partido de los Panteras Negras, de los que hablaremos más abajo.

Parece ser que en el musical la canción la cantan unos soldados que van a ser embarcados hacia Vietnam, mientras que en la película es una actuación de protesta en Washington de unos jóvenes vestidos de negro, quizás de Panteras Negras, que por alguna razón interfiere en los altavoces mientras el general larga su discurso, y que éste sabe solucionarlo sólo como los generales de este calao saben parar una canción que les incomoda. Y es que, a parte de Vietnam, EE. UU tenía otra “guerra”: sus distintos gobiernos, desde los días en que la esclavitud fue abolida, no fueron capaces de solucionar los problemas raciales; en muchos sentidos, integración significaba sumisión, ser el tío Tom. Los negros eran, extraoficialmente, ciudadanos de segunda. Desde el siglo XIX hasta nuestros días, los afroamericanos se unieron a diversos movimientos para reclamar su identidad y su dignidad: desde el cristianismo de los días de la esclavitud, pasando por el comunismo, y finalmente, en los años 60, en los movimientos pacifistas, en las iglesias protestantes, en la fe musulmana, e incluso en partidos radicales de inspiración revolucionaria. La guerra de Vietnam y la introducción de las drogas en sus barrios, en donde los hacinaban haciendo caer a sus jóvenes en una espiral de desesperación y vacío social, parecían ser una trama bien construida por los blancos para diezmarlos o para tenerlos adiestrados. El asesinato del líder musulmán Malcolm X y del pastor Martin Luther King, a pesar de las palabras de paz de ambos (en la última etapa de Malcolm), hicieron estallar en los barrios lo que ya venía tiempo cociéndose…

El Partido de los Panteras Negras (Black Panthers Party) surgió de la mano de unos jóvenes negros que se consideraban revolucionarios y se inspiraban en el marxismo y en el maoísmo. Sus fundadores más importantes fueron Huey P. Newton (brutalmente asesinado en 1989) y Bobby Seale; una de sus militantes más conocidas fue Angela Davies. El movimiento se consideraba un grupo de autodefensa contra la violencia de los blancos, del gobierno, de la policía, etc., de ahí su apariencia paramilitar y la exhibición de armas; pronto fueron declarados terroristas, mientras que otros grupos étnicos, como los nativos americanos, los asiáticos y los portorriqueños, fundaron también sus movimientos de autodefensa y colaboraban con ellos. A pesar de las arengas violentas de algunos de sus jefes y la predisposición de algunos de sus miembros a ello, en realidad, sus fundadores y jefes, tras ese aspecto de guerrilla, abogaban por acciones más prácticas como era la ayuda a los barrios negros, educación para los niños y adolescentes, y la erradicación del narcotráfico en sus barrios. Su relación con los hippies y con los activistas blancos existió, pero fue siempre un poco cautelar; en el mundo de la música, las relaciones también fueron un poco relativas: la práctica mayoría de los músicos negros, como Ike y Tina Turner o Jimi Hendrix, les apoyaban incondicionalmente, mientras que los músicos blancos, como Mick Jagger, aunque les apoyaran, no quisieron implicarse demasiado.

Volviendo a la canción, aclarados estos puntos, tiene más de lo que parece; por un lado, el título, “3-5-0-0” se refiere al número del primer contingente enviado a Vietnam: 3500 soldados; y, por otro lado, la canción toma versos y se inspira en el poema de Allen Ginsberg “Wichita Vortex Sutra”:

Three-Five-Zero-Zero

Ripped open by metal explosion
Caught in barbed wire
Fireball
Bullet shock
Bayonet
Electricity
Shrapnel
Throbbing meat
Electronic data processing
Black uniforms
Bare feet, carbines
Mail-order rifles
Shoot the muscles
256 Viet Cong captured
256 Viet Cong captured

Prisoners in Niggertown
It’s a dirty little war
Three Five Zero Zero
Take weapons up and begin to kill
Watch the long long armies drifting home

Prisoners in Niggertown
It’s a dirty little war
Three Five Zero Zero
Take weapons up and begin to kill
Watch the long long armies drifting home

Prisoners in Niggertown
It’s a dirty little war
Three Five Zero Zero
Take weapons up and begin to kill
Watch the long long armies drifting home

Ripped open by metal explosion
Caught in barbed wire
Fireball
Bullet shock
Bayonet
Electricity
Shrapnel
Throbbing meat
Electronic data

Tres-Cinco-Cero-Cero

Desgarrado por una explosión metálica/ atrapado en una alambrada/ bola de fuego/ balazo/ bayoneta/ electricidad/ metralla/ carne palpitante/ proceso electrónico de datos/ uniformes negros/ pies desnudos, carabinas/ rifles comprados por correo/ disparad a los músculos/ 256 prisioneros del Viet Cong// Presos en el Barrio Negro/ es una pequeña guerra sucia/ tres cinco cero cero/ Coged las armas y empezad a matar/ Mirad a los grandes ejércitos yéndose a casa// (repetición)// Desgarrado por una explosión metálica/ atrapado en una alambrada/ bola de fuego/ balazo/ bayoneta/ electricidad/ metralla/ carne palpitante/ proceso electrónico…

Tributo a Hair 6: Where do I go?


0El mundo hippie fascina a Claude, sobre todo porque finalmente ha captado la atención de Sheyla, y está a punto de no presentarse a su incorporación… Pero una broma pesada le hace recordar el propósito de su viaje, y ni siquiera sus nuevos amigos son capaces de convencerle. Realmente, Claude no está convencido de que esté haciendo lo correcto:

Where do I go?

Where do I go?
Follow the river
Where do I go?
Follow the gulls

Where is that something?
Where is that someone?
That tells me why I live and die

Where do I go?
Follow the children
Where do I go?
Follow their smiles

Is there an answer
In their sweet faces
That tells me why I live and die?

Follow the wind song
Follow the thunder
Follow the neon in young lovers’ eyes

Down to the gutter
Up to the glitter
Into the city
Where the truth lies?

Where do I go?
Follow the children
Where do I go?
Follow their smiles

Is there an answer
In their sweet faces
That tells me why I live and die?

Follow the wind song
Follow the thunder
Follow the neon in young lovers’ eyes

Down to the gutter
Up to the glitter
Into the city
Where the truth lies

Where do I go?
Follow my heartbeat
Where do I go?
Follow my hand

Where will they lead me?
And will I ever
Discover why I live and die?

Why do I live? (beads, flowers)
Why do I die? (freedom, happiness)
Tell my where do I go (beads, flowers)
Tell me why Tell me where (freedom, happiness)
Tell my why Tell me where (beads, flowers)
Tell me why (freedom!)

¿A dónde voy?

¿A dónde voy?/ Sigo el río/ ¿A dónde voy?/ Sigo a las gaviotas.// ¿Dónde está ese algo,/ dónde está ese alguien/ que me diga por qué vivo y muero?// ¿A dónde voy?/ Sigo a los niños/ ¿A dónde voy?/ Sigo sus sonrisas// ¿Hay alguna respuesta/ en sus dulces caras/ que me diga por qué vivo y muero?// Sigo a la canción del viento/ sigo al trueno/ sigo el neón en los ojos de los jóvenes amantes.// Abajo al arroyo/ arriba hacia el brillo,/ en la ciudad/ donde la verdad yace// (repetición de todas las estrofas)// ¿A dónde voy?/ Sigo el latido de mi corazón/ ¿A dónde voy?/ Sigo a mi mano// ¿A dónde me conducirán?/ Y, ¿descubriré alguna vez/ por qué vivo y muero?// ¿Por qué vivo? (abalorios, flores)/ ¿Por qué muero? (libertad, felicidad)/ Dime a dónde voy (abalorios, flores)/ Dime por qué, dime dónde (libertad, felicidad)/ Dime por qué, dime dónde (abalorios, flores)/ Dime por qué (¡libertad!)