Archive for the ‘Música’ Category
7 Nov
A vueltas con ‘Bella ciao’
Hace unas semanas tuve un detalle, por su cumpleaños, con una persona a la que admiro y con la que mantengo buenas relaciones: el cantautor alicantino Adolfo Celdrán. Quienes sean seguidores asiduos de este blog o, simplemente, hayan entrado por una búsqueda relacionada con él ya sabrán a quién me refiero. Para los demás, en resumidas cuentas: Adolfo es un cantautor que inició su carrera a finales de los 60. Se reitiró hacia la década de los 80, aunque todavía sacó un par de discos muy interesantes; además de sus propias letras, ha musicalizado poemas de grandes poetas en castellano, como Nicolás Guillén, León Felipe, Jesús López Pacheco y, muy especialmente, Miguel Hernández, entre otros, y también de poemas adaptados, como los de Bertolt Brecht.
Bien. La carrera discográfica de Adolfo empezó con un sencillo que contenía tres canciones. Estas eran: Cajitas, una adaptación del tema de Malvina Reynolds (de la que también Víctor Jara haría su versión); General, adaptación de un fragmento del poema de Bertolt Brecht Catón de guerra alemán, y Bella ciao, el himno de los partisanos antifascistas italianos de la Resistencia y de la II Guerra Mundial.
A estas alturas, poca gente hay que no conozca esta canción, especialmente después de la popularidad conseguida al ser banda sonora de la exitosa serie La casa de papel. Voy a ahorrarme la de tonterías que hemos tenido que leer al respecto, por parte de personas interesadas o muy desinformadas (además de muy incultas, y si queréis lo escribo en mayúsculas), porque no interesa al caso y ya sabemos que a ciertos movimientos, esos contra los que lucharon los originales cantantes de Bella ciao, les gusta apropiarse de las cosas para crear confusión o pervertirlas (1). En fin. La cuestión es que poca gente sabe que la primera adaptación al castellano y la primera versión de la canción que se grabó en España fue esta que Adolfo incluyó en su disco, registrada en la SGAE desde el año 68, por lo que podemos considerarla una versión canónica, especialmente por la fidelidad que guarda respecto a la letra original. El sencillo sería censurado, prohibiendo su reproducción radiofónica (incluso rayándolo para impedirla), casi de inmediato. En 1977, para su disco Denegado, que reunía muchas de las canciones que le habían censurado o directamente prohibido, haría una nueva versión, en la que colaborarían amigos como Elisa Serna, Pablo Guerrero, Manuel Toharia, Carmina Álvarez y Fernando Celdrán, su hermano.
[(1) También ha ocurrido con otro himno partisano: Fischia il vento.]
Decía al principio que tuve un detalle con Adolfo por su cumpleaños. Mi última novela, Redención (Nuestro último baile) (Libros Indie, 2021), se cierra con un epílogo que se inspiró en su maravillosa canción A contratiempo, en mi opinión, una de las canciones más hermosas y lúcidas que se han hecho en España y en castellano. El título del epílogo es «Música de créditos: A contratiempo, escrita e interpretada por Adolfo Celdrán (epílogo)». Creo que le hizo ilusión, porque más tarde me llamaría para darme las gracias y por ser de los pocos (según sus propias palabras) de apreciarla en su justa medida.
Aparte de esto, me quiso contar una cuestión. En 2018, un DJ brasileño llamado Alok pidió permiso a Warner Music para poder utilizar la versión de Adolfo en un remix. Eso sí, también se lo pidió a Adolfo, lo cual es un gran detalle.
Y aquí viene lo que él me pidió que hiciera.
En particular, son dos asuntos. En primer lugar, llamar la atención sobre que en muchas de las publicaciones del tema de Alok en plataformas como YouTube y Spotify no todas incluyen su nombre como autor e intérprete original del sample utilizado, o bien, en el mejor de los casos, sí, pero teniendo que desplegar la pestaña de «Ver más». Naturalmente, en este asunto Alok no tiene culpa alguna, además de que siempre ha mostrado su buena fe. En Spotify, por ejemplo, sí se recoge con el título: «Bella ciao (feat. André Sarate & Adolfo Celdrán)»; en youtube, en la página de la discográfica Spinnin’ Records, solo se recoge el nombre de Sarate.
La otra cosa sobre la que Adolfo me reclama la atención es que de las 40 millones de visualizaciones de la canción, sumando todas las plataformas, ni Warner ni la Asociación Española de Intérpretes y Ejecutantes le han abonado nada.
Si algún curioso quiere ver el epílogo, lo puede hacer en esta publicación de Facebook
o en esta de Twitter
11 Jun
Escritor de bolsillo
Estimado señor o señora, ¿leerá mi libro? Me llevó años escribirlo, ¿le echará un vistazo? Está basado en la novela de un hombre llamado Lear y necesito un trabajo, por lo que quiero ser escritor de libros de bolsillo.
Es la sórdida historia de un hombre sórdido, y su pegajosa esposa, que no le comprende. Su hijo trabaja para el Daily Mail; es un trabajo estable, pero quiere ser escritor de libros de bolsillo.
Tiene mil páginas, más o menos. Habré escrito más en una o dos semanas. Puedo hacerlo más largo si le gusta el estilo. Puedo cambiarlo del todo. Y quiero ser escritor de libros de bolsillo.
Si le gusta de verdad, puede tener los derechos. Le puede hacer millonario en una noche. Si lo tiene que devolver, puede enviarlo aquí, pero necesito un respiro y quiero ser escritor de libros de bolsillo.
Paperback writer (Lennon – McCartney); The Beatles, 1966 [letra traducida y adaptada por mí]
Es una canción que me representa desde hace dos años. Sin entrar en la historia en la que se inspira (que podéis leer en la Wikipedia), su estructura es como la de una carta que presentamos a las editoriales cuando enviamos nuestros manuscritos (hermosa palabra que se va perdiendo en favor del más descarnado y tecnócrata término de ‘proyecto’), o lo que les enviamos a críticos y prensa confiando en que nos cedan un espacio para hablar de nuestro trabajo, que no nació ayer. No sé cómo funcionaría en la Gran Bretaña de los años 60, aunque parece que no difería demasiado (eso sí, ahora ahorramos más en papel y en fotocopias; y ni quiero pensar en los tiempos en los que no existían medios de reproducción mecánica): intentas contar en pocas palabras de qué trata tu libro, tratando de dar ya no solo con las mágicas palabras clave que te abrirán la puerta, sino su correcta disposición, como si fueras Gandalf a las puertas de Moria y te das cuenta de que la solución es la más sencilla.
Así que, estimado señor o señora, ¿quiere leer mis libros?:
Billy («algo es algo»)
Libros Indie: España y UE. Disponible también para México, Ecuador, EE. UU., Argentina, Chile, Costa Rica y Colombia (seleccionar en la pestaña «Tienda» el país).
En tu librería y a través de todostuslibros.com (CEGAL)
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Redención (Nuestro último baile)
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Queca
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17 May
Fragmento de ‘Redención (Nuestro último baile)’ – Cap. 3: Bohemian Rhapsody
—¿Cómo lo llevas, tía?
Susi suspiró, meditó sobre si quería hablar de ello y, tras decidirse, comenzó:
—Pues a ratos. Hay días que me es un poco indiferente… No quiero decir que no me importe, sino que no puedo estar siempre pendiente de cómo esté o si me va a escribir. Y luego hay ratos en los que se hace un poco insoportable. Me acuerdo de cuando fuimos a este o a tal sitio, de lo que hicimos no sé qué día… Lo que me mata de verdad es recordar cuando comenzamos…
Is this the real life…?[1]
Justo en ese momento el alma de Susi se encogió al oír los acordes de aquella canción que tanto asociaba con Ángel, sobre todo cuando rememoraba su divertida interpretación.
—Bueno —dijo él sin parecer darse cuenta de lo que estaba aconteciendo—, si te sirve de consuelo, por lo poco que sé, él está igual.
Por unos instantes dejó de escuchar a Yuri. Su alma había quedado atrapada en unos hermosos y pausados acordes de piano; pero decidió desentenderse del recuerdo de la canción.
Mama, just killed a man…[2]
—¿Sí? Pues ya lo siento. Pero claro, yo ya es que no podía más con sus rarezas y exigencias.
—Es normal —afirmó Yuri con su sempiterna sonrisa inexpresiva—. A mí casi no me cuenta nada en realidad. No sé qué le habré hecho.
—La verdad es que me gustaría saber qué pasa por su cabeza. ¿Le has llegado a preguntar?
Life had just begun…[3]
—¿Sabiendo cómo es? No. —Rio cerrando los ojos hasta convertirlos en dos ranuras seminvisibles—. Cuando el tío se cierra en banda, no hay quien le saque nada.
If I’m not back again this time tomorrow
Carry on, carry on, as if nothing really matters…[4]
Susi permaneció callada un buen rato más. Estaba hipnotizada por la canción: era como si le revelara una verdad profunda, aunque sencilla, que siempre hubiera estado latente en su corazón.
Gotta leave you all behind and face the truth![5]
—¿Y si le escribo? —preguntó saliendo de su enclaustramiento mental.
—Pues no sabría decirte… La verdad es que no sé cómo se lo tomará.
«Yuri, tío —pensó Susi—, ¿alguna vez sabes algo?». Lo cierto es que la actitud de este a veces era exasperante, nunca sabía si le estaba dando esperanzas o hundiéndola en la miseria.
I see a little silhouetto of a man…[6]
—¡Bah! Paso —habló ella, en realidad, para evitar escuchar esta parte de la canción—. Mira, llámame orgullosa, pero a ver por qué me tengo que poner en contacto con él después de cómo se portó.
—Ya —aportó con bastante indolencia.
—Te confieso que gran parte de lo que me pasa es por egoísmo. Quiero saber de él, pero me jodería descubrir que le va guay. Me duele reconocerlo: lo que me gustaría es que estuviera llorando por mí, echándome de menos…
I’m just a poor boy and nobody loves me…[7]
—… y lo único por lo que quiero que me escriba es para pedirme perdón, y ya está.
—Ya, pero ya sabes que es muy orgulloso y que no lo hará.
Spare him his life from this monstrosity![8]
—Yo no es que me quede atrás —repuso ella.
—Pues tampoco te quejes.
«¿Cómo?». Esto la enojó bastante: no conseguía habituarse a las sorprendentes salidas de las que a veces hacía gala su amigo, ignorando si debía juzgarlas como bordes o como inocentes meteduras de pata.
Bismillah!
We will not let you go!
Let me go![9]
—Mira —dijo Yuri—, me duele decir esto. Puede que Ángel sea de ese tipo de gente… Gente como… Hitler.
Le miró desconcertada.
Beelzebub has a devil put aside for me…[10]
—Se acercan aparentando las mejores intenciones y van devorando a las personas —clarificó este.
So you think you can stone me and spit in my eye![11]
—Oye, Yuri —protestó Susi—, Ángel no será un santo ni el mejor de los hombres, pero de ahí a que me lo compares con un genocida fascista creo que hay un paso bastante grande, ¿no te parece?
—¡Ah, no! —se exculpó cerrando los ojos y sonriendo, parecía el icono de WhatsApp que más usaba—. No he querido decir eso. Es solo que a lo mejor Ángel se ha estado aprovechando un poco de ti. Piénsalo. Son cosas que yo he ido viendo. Ya sabes que a mí no se me escapa casi nada. Es más, podría enseñarte muchas cosas por su caligrafía y sus expresiones corporales: tiene una personalidad infantil, impulsiva y, a la vez, insegura. No me lo tomes muy en cuenta, pero no me sorprendería que en realidad no te haya querido nunca.
Oh, baby! Can’t do this to me, baby![12]
—¿Recuerdas —continuaba— aquella vez que rompisteis? Me hablaba mucho de ti y decía que te notaba algo rara, por lo que te estaba poniendo a prueba para ver si le querías. Entonces tuve que decírtelo cuando me comentaste que estaba un poco pesado. No fue aposta, te lo aseguro, se me escapó y hasta lloré cuando le diste puerta. Lo que quiero decir con esto es que puede ser un manipulador maquiavélico, y a las pruebas me remito. Me jode decir esto porque es mi amigo, pero creo que es la verdad… Y lo siento por ti.
Aquí, ¡justo aquí!, el corazón de Susi se hizo trizas, sin saber exactamente el porqué. Se resistía a creerlo, lo cual suponía un nuevo dilema. Si Yuri le estaba diciendo la verdad, odiaba a Ángel y todo lo que había significado alguna vez para ella; pero si Yuri, por la razón que fuera, la estaba engañando, nunca se lo perdonaría.
Nothing really matters… to me…[13]
—Bueno, se hace tarde —anunció Yuri—. Debería irme ya si no quiero perder el último autobús.
[Más tarde]
Cogió el móvil y reprodujo Bohemian Rhapsody. Descubrió que cada parte de esta canción parecía reflejar los instantes de un estado anímico depresivo: la culpa, la huida, el momento entre absurdo y épico de encontrarse en una encrucijada, y la epifanía final anunciada por la triunfante guitarra de Brian May, el momento de rebelarse contra la situación. Susi se desgañitaba y lloraba cantando con Mercury, dedicándole las últimas estanzas a su ausente con rabia y tristeza por la imposibilidad de estar juntos que él había provocado.
So you think you can stone me and spit in my eye?
So you think you can love me and leave me to die?
Oh, baby! Can’t do this to me, baby!
Just gotta get out, just gotta get right outta here.[1]
Y el momento de la aceptación: que nada en esta vida importa realmente…
Anyway the wind blows…[2]
[1] «¿Es que crees que puedes apedrearme y escupirme al ojo? / ¿Es que crees que puedes quererme y dejarme para que me muera? / ¡Oh, cariño! ¡No me puedes hacer esto, cariño! / Solo necesito salir, solo necesito salir ya de aquí».
[2] «Como quiera que sople el viento…».
[1] «¿Es esta la vida real…?».
[2] «Mamá, acabo de matar a un hombre…».
[3] «La vida acababa de comenzar».
[4] «Si no vuelvo de nuevo esta vez mañana, / continúa, continúa como si nada importara de verdad».
[5] «¡Tengo que dejaros a todos atrás y afrontar la verdad!».
[6] «Veo la pequeña silueta de un hombre…».
[7] «Solo soy un pobre chico y nadie me quiere…».
[8] «Perdónale la vida por esta monstruosidad».
[9] «¡En el nombre de Alá! [advocación en árabe] / ¡No te dejaremos ir! / ¡Dejadme ir!».
[10] «Belcebú tiene un diablo preparado para mí…».
[11] «¿Es que crees que puedes apedrearme y escupirme al ojo?».
[12] «¡Oh, cariño! ¡No me puedes hacer esto, cariño!».
[13] «Nada importa realmente… para mí…».
© Gustavo Sierra Fernández (2021)
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19 Abr
Entrevista con Javier Carbonell para «Gorrion»
Nos visita el estupendo escritor Gustavo Sierra Fernández para tratar su nueva novela: «Redención (Nuestro último baile)», una bonita historia de amor con tintes de multigénero, en la que se aborda la crítica y la reflexión social y política, estando todo ello además acompañado de la magia de la música.
También nuestra entrevista estará acompañada asimismo de varios geniales temas escogidos por Gustavo que tienen mucho que ver con su singular trama.
En definitiva, una historia que encandilará a los amantes del género y a todos aquellos que disfrutan devorando libros todos los días.
Javier Carbonell
https://www.ivoox.com/redencion-nuestro-ultimo-baile-gorrion-60-audios-mp3_rf_68752820_1.html
Dossier de prensa:
11 Abr
‘Redención (Nuestro último baile)’: la banda sonora
Redención (Nuestro último baile) es un libro bastante musical; hay alguna escena en la que sus protagonistas hasta cantan. Por esa razón, era de justicia confeccionarle su propia banda sonora. Queen y, especialmente, Freddie Mercury son una constante a lo largo del libro; también suenan de fondo canciones de otros artistas, como Guns N’ Roses y Nirvana; algunas dan nombre a títulos de capítulo, como A contratiempo, Dream of life y Great king rat, y otras inspiraron o guardan relación con alguna escena o capítulo. Así que esta sería la banda sonora no-original de Redención (Nuestro último baile):
Queen: Too much love will kill you
El Pecado: Pánico
Ángeles del Infierno: Todos somos ángeles
Queen: Bohemian rhapsody
Guns N’ Roses: Sweet child o’ mine
The Beatles: It won’t be long
El Pecado: Ecos al amanecer
Noriyuki Asakura: Run to you (de la BSO de El guerrero samurái)
Nirvana: Smells like teen spirit
Patti Smith: Dream of life
Queen: Great king rat; Breakthru; We are the champions
Las Madres del Cordero: A benficio de los huérfanos
Wolfgang Amadeus Mozart: Dies irae
El Pecado: Angelina
Queen: Who wants to live forever; Under pressure
Galneryus: Angel of salvation
BSO El guerrero samurái: Howling wolf (theme of Hajime Saito)
Geinoh Yamashirogumi: Illusion (BSO de Akira)
Shigu seigan moon (sutra budista japonés)
Queen: I want to break free
Fueko (sutra budista japonés)
Geinoh Yamashirogumi: Requiem (BSO de Akira)
Ben E. King: Stand by me
Adolfo Celdrán: A contratiempo
Consigue la Redención:
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Descarga el dosier de prensa y lee tres fragmentos gratis:
26 Mar
Devenires de un acontecimiento: mayo del 68 cincuenta años después
Por fin ha sido publicado el libro que recoge las ponencias y comunicaciones que hicimos hará dos o tres años en la Universidad Complutense de Madrid, con motivo del 50º aniversario del Mayo del 68: Devenires de un acontecimiento: mayo del 68 cincuenta años después, que editan Roberto Gutiérrez y Andrea Mosquera en la editorial Cenaltes.
Hacia la página 221 podrás leer mi aportación: «Estética de la Resistencia: Canción del Pueblo y los sucesos del 68», en donde hablo del papel que tuvo la canción de autor, y más concretamente del colectivo madrileño Canción del Pueblo, en las circunstancias y hechos que marcaron el mes de mayo. A la lectura de mi comunicación asistieron algunas veteranas y asociadas de aquel colectivo, como Elisa Serna, Julia León y Clara Ballesteros.
Sin embargo, debido a las circunsancias actuales, el libro no está impreso en físico; no obstante, la editorial lo ha puesto en descarga libre, directa y gratuita desde su página web.
Descarga el libro (click en la foto):
Y aquí solo mi intervención:
7 Nov
Crowfunding para Fernando Lobo
Fernando Lobo es un cantautor gaditano con una ya dilatada trayectoria. Ahora que tiene preparado material para un nuevo álbum, necesita tu ayuda para hacerlo realidad.
¿Quieres ayudar a Fernando a lanzar su quinto disco?
Pincha en la foto y descubre cómo.
22 Sep
Presentación de Billy («algo es algo»): EL VÍDEO
Y éste fue el resultado de la inolvidable presentación de Billy («algo es algo») que hicimos en Getafe, en el Espacio Mercado. Condujo la periodista y escritora Cristina Bermejo Rey, grabó Amalia Pasucal Durá de Onda Vecinal, y la actuación musical estuvo a cargo de Javi, José y Sergio, del grupo de rock getafense El Pecado, que interpretaron una increíble versión del «Al alba» de Luis Eduardo Aute más dos canciones, en versión acústica, de esta banda que, aunque renovada, ya tiene años de trayectoria: «Al amanecer» y «Pánico». No estuvieron presentes, pero conviene recordarles y agradecerles, José Palacios y Antonio Orozco, de la histórica compañía teatral Taormina, quienes ya previamente prestaron generosamente sus voces para interpretar a Guillermo Niño y al Comisario Cabezas.
A tod@s ell@s, así como a los asistentes, quiero dar mis más profundas gracias.