Éste es el primer programa de dos con los que cerramos ayer la temporada en GetafeVoz
Manuel Gerena comenzó su carrera a principio de los años 70. De orígenes campesinos, y habiendo realizado casi todo tipo de trabajo, como haber trabajado de electricista a los 13 años y toda la vida en el campo sevillano, bajo la vigilante mirada de los capataces, llegó un momento en su vida en el que quiso plasmar esas experiencias en poesía y canción, y la forma en la que le pareció más natural hacerlo fue la savia musical de Andalucía: el flamenco.
Pero no convence en los círculo puristas: su cante no les parece apropiado, así como las cosas que canta, que son de su plena autoría, y, además, tiene la desfachatez de rebelarse contra la tradicional chaqueta del cantaor, y aparecer sobre el escenario con una camisa roja o un jersey (en fin, como cualquier cantaor del pueblo). Fuera por reticencias formales puristas, o por rechazo ideológico, Manuel es vetado en los certámenes y festivales flamencos; pero, en realidad, esto le acerca más al sentir popular: su cante no agrada a flamencólogos ortodoxos, señoritos que lo pagaran ni instituciones, pero tiene una enorme resonancia entre campesinos, obreros y estudiantes, porque Manuel era de ellos y canalizaba sus sentimientos y aspiraciones en soleás, martinetes, garrotines, etc. También, por otro lado, recibe el respaldo de importantes nombres de la cultura de entonces, como Rafael Alberti o Blas de Otero, y de estudiosos del flamenco, o de la música popular en general, como Manuel Vázquez Montalbán, Francisco Caudel, José María Moreno Galbán, Caballero Bonald, etc.; algunos de ellos, expertos en el flamenco que saludan a Gerena y a sus compañeros por un lado, como auténticos renovadores del flamenco, y, por el otro, como verdaderos recuperadores de la raíz más popular del cante jondo.
Y así entabla amistad con los cantautores de todas partes y con otros cantaores-cantautores, como él, “heterodoxos”, como Enrique Morente, Pepe Suero, Manuel Molina, El Cabrero y otros. Como ellos, Manuel, a diferencia de algunos cantaores y folklóricos que hacían la misma música (pero no las mismas letras), rompe el provincialismo y además el tradicional rechazo al flamenco y al folklore andaluz que había en otras partes de España (por aquello que pasaba entonces), teniendo verdaderos triunfos en zonas como Cataluña, en donde no sólo le siguen los paisanos emigrantes sino catalanes de nacimiento también, o la cuenca minera asturiana: una región tan alejada, musical y culturalmente, del cante jondo (pero con matices); y también en el extranjero: Alemania, Italia, Bélgica… Recogieron con placer su cante y lo que canta. Y es que será por aquello que decía Antonio Machado: que cuanto más popular sea un artista, más universal se vuelve.
En el año 2001 publica el que es su último disco: Manuel Gerena canta a Miguel Hernández, pues la influencia de este gran poeta en las letras de Gerena es innegable (el disco contiene una última pista, que consiste en el mismo poeta recitando uno de sus poemas). Este disco acompaña, además, a su último libro de poemas, A contracorriente por la dignidad (editorial Umbriel).
Nosotros, ayer, tuvimos el honor de poder tenerle en nuestro humilde programa, y nos dejó casi al final un pequeño regalo en forma de martinete… Y, como somos conscientes de la dificultad que entraña el cante flamenco, no podemos menos que agradecérselo infinitamente.
Escuchar: http://www.ivoox.com/hoguera-manuel-gerena-audios-mp3_rf_4697633_1.html