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La banda sonora de Billy («algo es algo») desgranada


Mal está, tal vez, que uno hable de su propia obra, pero uno de los atractivos de Billy («algo es algo»), que lo dota de originalidad, es que el título de cada capítulo es un fragmento de alguna canción, un pedazo que es relevante y va acorde con el sentido del episodio. Generalmente son de cantautores de España, bien propias, o bien poemas musicalizados de Miguel Hernández, Juan de Loxa, etc.; sin embargo, hay alguna excepción: un poeta uruguayo, un grupo de heavy metal español, y un cantautor y una banda grunge estadounidense.

Billy («algo es algo») (Libros Indie, 2019) es la historia de Guillermo Niño Pérez: un antiguo inspector de la policía política franquista, al que amenaza una querella por las torturas que propició en sus años de servicio, pues ya se salvó de otras, y es perseguido por el recuerdo de la muerte de Gabriel Aceituno, un estudiante agitador al que interrogó brutalmente. Sin embargo, no son estas cosas las que le inquietan, sino un joven vecino cuyo comportamiento errático y su modo de vida misterioso le obsesiona de forma malsana, sacando de él al antiguo inspector que perseguía «malhechores» por su pensamiento y conducta fuera de la norma habitual. Un día, mientras reflexiona sobre cómo esquivar a la prensa que le asedia, un antiguo subordinado le indica que en el periódico se habla de un asesino en serie que imita los métodos de tortura de la Brigada. Tomándoselo como un agravio hacia él y sus compañeros, decide investigar, convencido de tener un sospechoso bastante prometedor.

Me ha quedado algo largo, pero prometo que, en comparación, la novela es más corta.

Al comienzo de este vídeo promocional puedes oír un collage sonoro con los fragmentos de las canciones

Antes del odio, de Miguel Hernández (musicalizado e interpretado por Adolfo Celdrán)

Vencida la República en 1939, el régimen fascista de Franco se dedicó a hacer una dura purga contra los ciudadanos que hubieran tenido, aunque fuera presumiblemente, parte en el anterior gobierno legítimo, en el ejército popular, hubiera pertenecido a partidos de izquierdas o regionalistas/ nacionalistas, o hubiera manifestado abiertamente esas ideas. La mayoría de los intelectuales apoyaron ferviente y abiertamente al partido y al gobierno del Frente Popular, entre ellos, el poeta Miguel Hernández, quien pertenecía al Partido Comunista de España. Hernández fue arrestado y encarcelado, llevado a distintas prisiones donde se hacinaba con otros presos; llegó a tener una pena de muerte sobre su cabeza que, finalmente, le sería conmutada; sin embargo, moriría debido a las insalubres condiciones de esas prisiones. En esas estancias, el poeta escribió unos poemas que describían su situación y la de muchos otros, que se reunirían en un libro titulado Cancionero y romancero de ausencias.

«Antes del odio» es un poema estremecedor, en el que Miguel Hernández describe la miseria por la pérdida de libertad, simbolizada en su mujer y su hijo, ausentes y lejanos; también la incertidumbre de una pena de muerte que podía materializarse cualquier noche, arbitrariamente, junto con otros tantos; y, además de eso, la inquebrantable libertad interior del ser humano.

En 1975, el cantautor Adolfo Celdrán, musicalizó este poema para su disco 4.444 veces, por ejemplo, siguiendo el empeño de rescatar a los poetas silenciados, despreciados o tapados por la censura. Celdrán dota al poema de una melodía estremecedora que amplía las palabras del prisionero.

«… me es pequeño y exterior»: el poema resulta la máxima expresión de los pensamientos y sentimientos de un preso por razones políticas, por esa razón merecía su sitio entre los títulos de Billy («algo es algo»).

Campanades a morts: letra y música de Lluís Llach

Vitoria, 3 de marzo de 1976. La crisis económica mundial comenzó a notarse en España con viveza; los obreros, ante los despidos, las retenciones y bajadas de sueldo, van a la huelga, mientras un cierto ministro de economía, convertido más tarde en aristócrata-empresario de éxito, lanzaba arengas tratando de convencer de que no había otra solución porque no había dinero para los sueldos: que había que conformarse, apretarse el cinturón y pedir a Dios que dé lo que que los humanos niegan (bien, esto es una licencia mía). Especialmente trágica era la situación en Vitoria/ Gasteiz, en donde la huelga parecía interminable y la ciudad estaba al borde de la lucha. Ocurrió que, aquel tres de marzo, los obreros y sus familias estaban reunidos en asamblea en la iglesia de San Francisco de Asís, cuando la policía armada arrojó botes de humo provocando que salieran aturdidos y asfixiados; lo que no podían esperar es que su precipitada salida fuera recibida con fuego real. Murieron los trabajadores Pedro Martínez Ocio, Francisco Aznar Clemente, Romualdo Barroso Chaparro, José Castillo y Bienvenido Perea. Vitoria se convirtió en un campo de batalla, mientras el responsable de las fuerzas de seguridad, el entonces ministro de la Gobernación, Manuel Fraga, se lavaba las manos delegando en Martín Villa, ministro de relaciones sindicales. Finalmente, Adolfo Suárez se puso al mando intentando impedir generar más violencia.

El cantautor catalán Lluís Llach cuenta que se encontraba frente al piano cuando oyó las noticias de las muertes; entonces, de una manera instintiva, aporreó sus teclas con fuerza, saliéndole casualmente los primeros acordes de esta canción, al estilo del réquiem de Mozart.

«… y que en la muerte os persiga nuestro recuerdo». El fragmento escogido («i que en la mort us persegueixin les nostres memòries») representa esa persistencia de los hechos morales de cada uno, que acompañan al actor hasta que muera, como es el caso del protagonista, Guillermo Niño, que se resiste a sentir remordimientos por un crimen que cometió, aunque su recuerdo le persiga.

Canción de vísperas, de Nicolás Guillén (musicalizado e interpretado por Adolfo Celdrán)

En 1977, Adolfo Celdrán sacó un disco que suponía una colección de las canciones que le habían sido censuradas, total o parcialmente, o directamente prohibidas en algún aspecto (grabación, interpretación o difusión radiofónica), con el nombre de Denegado. En él encontramos la musicalización de un poema de Nicolás Guillén, que, probablemente, hablara de la Cuba prerrevolucionaria. Como es natural, al ser muchos de sus versos muy aplicables a la España de la dictadura franquista, la canción no pasó los filtros de la censura.

El fragmento «El ojo del policía» hace referencia a ese llamado «olfato policial» del que Guillermo Niño dice hacer gala, aunque a menudo constituya solo un montón de sospechas infundadas basadas en prejuicios y primeras impresiones. Del otro fragmento que da nombre a otro capítulo, «… y, sobre la pista, el enano equilibrista», relativo a las sesiones del juicio contra Guillermo Niño por sus torturas, solo diré que siempre me ha hecho gracia cómo Adolfo consiguió burlar la censura, para que se impidiera establecer una relación entre este verso y cierto general famoso por su baja estatura, al presentarlo ante la censura como «… y, sobre la pista, Elena no equilibrista».

Cançó en i (letra y música de Francesc Pi de la Serra)

El ácido y satírico cantautor catalán, Pi de la Serra, era muy dado en sus canciones a los dobles sentidos, de manera que los críticos solían decir de él que lo importante no era tanto lo que cantaba como lo que se dejaba entrever en sus letras. En esta canción en concreto, Quico, como suele llamársele también cariñosamente, enumera un montón de clichés y frases hechas sobre la policía que podían oírse en las noticias, contando hazañas de sus agentes como impedir una violación o ayudar a una invidente a cruzar la calle.

«La policía está al servicio de los ciudadanos» (la policia està al sevei dels ciutadans) es el estribillo recurrente que Pi de la Serra deforma jugando con otras palabras como «oligarquía», «servilía», etc., y que escogí para el capítulo en donde se describen algunos de los discutibles métodos policiales de Guillermo Niño y sus compañeros de la Brigada de la Noche, además de su visión de la acción policial, que recuerda al decidirse a proponerse desenmascarar al asesino psicópata que le imita, El Carcelero.

Doña María, de Nicolás Guillén (musicalizado e interpretado por Adolfo Celdrán)

De nuevo un poema del poeta cubano interpretado por Celdrán sirve para nombrar dos títulos de Billy («algo es algo»). Como el anterior, parece ser un poema alusivo a la Cuba de la dictadura de Fulgencio Batista, en donde mucha gente pobre se ganaba un cierto sueldo como confidentes de la policía política. Algo así ocurrió en España, como podrás descubrir en mi novela. Adolfo la musicalizó y la grabó en su primer disco, Silencio (1970).

«¡Ay, pobre doña María…!», verso incial del poema, me sirvió para titular el capítulo en el que se cuentan las tribulaciones e inquietudes de Marisa, la mujer de Guillermo Niño, ante el juicio que va tomando forma, pero también ante el extraño comportamiento que su marido está adoptando y del que poco le cuenta.

«Rondando anduvo mi casa» es otro capítulo, en el que se describen algunas cosas que hace el exinspector.

Enfermedades de invierno, de Jesús López Pacheco (musicalizado e interpretado por Luis Pastor)

Este poema era un canto contra la intolerancia en días del postfranquismo (los últimos años de gobierno de Franco, previos a la transición), contraponiendo la gente llena de razones que luchaban por la democracia frente a los vilentos sicarios del régimen: los ultraderechistas, que comenzaron a volverse más virulentos a medida que la vida del general se apagaba. Grupos como la Alianza Apostólica Anticomunista (AAA/ Triple A), Guerrilleros de Cristo Rey, el PENS (partido nazi español) y el Batallón Vasco-Español (un grupo parapolicial que realizaba atentados contra miembros de ETA y de la izquierda abertzale), que nacieron a finales de los años 60 para presentar batalla contra los jóvenes contestatarios, los obreros y los curas progresistas, pasaron de limitarse a romper escaparates de librerías y boicotear obras de teatro o recitales de cantautores, obviando palizas eventuales a líderes sociales, a cometer asesinatos.

En enero de 1977, toda la tensión de una transición política muy conflictiva acabó por estallar en pocos días: el estudiante Arturo Ruiz moría durante una manifestación por disparos de los Guerrilleros de Cristo Rey, al día siguiente lo hacía Mari Luz Nájera en la manifestación en protesta por esta muerte por la acción policial desproporcionada, y, finalmente, tres pistoleros de la Triple A asesinaban a sangre fría a los abogados laboralistas Enrique Valdevira Ibáñez, Luis Javier Benavides Orgaz y Francisco Javier Sauquillo, y al empleado del despacho Ángel Rodríguez Leal. Se organizó un funeral multitudinario que estremeció por su silencio respetuoso y su demostración de fuerza pacífica, especialmente los militantes del PCE, al que pertenecían las víctimas, y que todavía era ilegal. Suele decirse que esta demostración fue la que convenció a Suárez para, finalmente, legalizar los partidos democráticos.

Se consiguió detener a los tres ultras junto a algunos cómplices y autores intelectuales, pero no se pudo establecer la relación entre este lúgubre suceso y la responsabilidad en él de personas como Blas Piñar, Mariano Sánchez Covisa, Antonio González Pacheco y otras personalidades que lideraban el movimiento integrista o con cargos en las fuerzas de seguridad.

No recuerdo muy bien, pero creo que el poema es anterior al atentado de Atocha. No obstante, cuando Luis Pastor la musicalizó para su disco Nacimos para ser libres (1977), quiso denunciar toda aquella violencia, resquicios de un mundo que se resistía a morir con irracionalidad e integrismo.

«No vayas a coger alguna bala en los pulmones» es un verso lo suficientemente explicativo. No se llegó a saber lo que realmente pasó entonces, por lo que lo que describo en este capítulo (reconozco que muy influido por la película 7 días de enero de J. A. Bardem) es solo elucubración, inspirada por la teoría de que hubo gente importante detrás de este atentado terrorista con la finalidad de generar conflictividad social; una ficción basada en esta teoría en la que verás el papel que Guillermo Niño, de haber existido, hubiera tenido en aquellos asesinatos.

Es urgente, de Juan de Loxa (musicalización de Virgilio Fernández; interpretación de Aguaviva)

Juan de Loxa, poeta, locutor y promotor del colectivo andaluz Manifiesto Canción del Sur, escribió un texto inspirado por dos sucesos. Uno fue el del atentado de la calle Atocha del que ya hemos hablado; el otro fue el asesinato por la espalda a manos de la guardia civil del estudiante Francisco Javier Verdejo. ¿Crimen? Intentar pintar en una pared la frase «Pan y Trabajo». Es un poema en el que De Loxa contrapone también el mundo de la violencia y la irracionalidad con la del diálogo, las razones y la libertad.

«Allí se dan la paz con las manos manchadas»: de nuevo un verso muy expresivo que se explica por sí solo, alusivo al fervor religioso de unas personas que mandaban y mandaban matar, o mataban directamente. Una frase que un joven seminarista le recita a Guillermo Niño mientras asiste a misa con Marisa.

Están cambiando los tiempos (letra y música de Luis Pastor)

También del disco Nacimos para ser libres, fue una canción que, a pesar de lo que indicaba su título (al menos en apariencia), no estuvo libre de polémicas y boicots, como, por ejemplo, un aluvión de protestas de ciertas gentes a la dirección de TVE por su interpretación en el especial «Yo canto», acompañadas de amenazas serias contra el artista. Sobre todo por el verso que escogí para este capítulo: «No saldrá del agujero», aunque irónicamente se acabó pidiendo que saliera para meterle en otro agujero más familiar.

Galería de perpetuas (letra y música de Pedro Cobos y José Nieto; intérprete: Marisol)

En el proceso de Pepa Flores con romper de alguna forma con su pasado, encarnado en la dulce niña prodigio de nombre Marisol, surgieron discos y canciones interesantes, muy alejadas de aquellas que cantaba en su niñez en aquellas películas ñoñas. Pepa/ Marisol demostraba no solo haber conservado, y hasta perfeccionado, sus dotes interpretativas, sino que podía ser una artista comprometida y para un público adulto. Galería de perpetuas (canciones para mujeres), del año 79, es uno de esos discos, y la canción que daba nombre al disco toda una declaración de intenciones.

Es parte de una historia: Dolores Vázquez, cantante folklórica conocida como La Petenera, cumple cadena perpetua en la prisión de Alcalá de Henares por un asesinato; sin embargo, como confiesa en su carta a su amante, en su opinión cumple esa sentencia por el contenido machista de algunas de las canciones que cantaba, justificando el maltrato y echando sobre la mujer la culpa.

«Su dignidad y su vergüenza» fue el verso escogido para el capítulo en el que una tal señora Lluch relata las torturas a las que fue sometida por el inspector Guillermo Niño (inspiradas por las que relata Lidia Falcón), declarando que, a su parecer, el policía mostraba un desprecio especial hacia las mujeres.

Jo vinc d’un silenci (letra y música de Raimon)

El valenciano Ramón Peleguero Sanchís, bautizado artísticamente como Raimon (con acento en la «o»), se representa a menudo como el cantautor arquetípico en España, pues, junto a Paco Ibáñez, influyó en los cantautores de todos los rincones de España y en todo idioma de manera definitiva.

En su disco Lliurament del cant (1976), aunque con la presentación previa en recitales, incluía esta canción, que es una de las más celebradas, solicitadas y aplaudidas: un himno para la clase obrera, reivindicando la sencillez y desvelando las mentiras que se esconden tras los grandes discursos y los grandes nombres históricos, porque, como él y yo sabemos, es la clase obrera, a la que él y yo pertenecemos aunque nos desclasen, la que hace la historia. ¡Y punto!

«Quien pierde los orígenes pierde identidad» (Qui perd els origens perd identitat) fue el verso elegido para el capítulo en el que narro la infancia y la juventud de Guillermo Niño en su pobre y pequeño pueblo de Extremadura, siendo hijo de un duro y severo labrador que esconde un secreto oscuro y sangriento… Y el sentido es ese: que siendo de clase humilde eligió, al hacerse policía, pasarse al bando de los que oprimen, ejeciendo la labor ejecutiva de esa represión.

Knockin’ on Heaven’s Doors (letra y música de Bob Dylan)

Rompiendo la hegemonía, para este capítulo escogí a un cantautor, pero estadounidense. Y había una razón.

Esta canción, todo un himno pacifista, pertenece a la banda sonora de la película Pat Garret & Billy The Kid, de Sam Peckinpah (1973), aunque ese Billy el Niño romantizado, interpretado por Kris Kristofferson, dista mucho de parecerse a Guillermo Niño (Billy Kid) o a aquel policía al que se apodó así.

«Demasiado oscuro para ver» (Too dark to see) es un verso alusivo al dolor que causa ser el responsable de tanta muerte.

La meva estrella (letra y música de Francesc Pi de la Serra)

De nuevo el genial cantautor catalán. Es una canción incluida en su disco No és possible el que visc (1974), en donde narra un suceso preciso: la represión de una manifestación y cómo, al tratar de ayudar a un viejo en la huida, descubre que es un infiltrado que trata de detenerle.

En ese momento es cuando dice «Todo se ha vuelto de color gris» (Tot s’ha tornat de color gris), refiriéndose al color del uniforme de la policía armada y a su ingente número. Aunque el capítulo que lo nombra no trata exactamente de eso, sino que es en un sentido más literal: todo se vuelve oscuro para el exinspector Guillermo Niño cuando la querella toma finalmente la forma de juicio.

Las cárceles, de Miguel Hernández (musicalizado e interpretado por Elisa Serna)

Otro poema de Miguel Hernández, esta vez de su poemario de la guerra El hombre acecha, en el cual los estudiosos ven un cambio de enfoque: más preocupación por la humanidad que por el conflicto bélico y el hecho revolucionario en sí.

Es un poema en el que Hernández habla de la represión que se producía en la zona dominada por los fascistas, y una reflexión: que se puede tener a una persona encerrada, pero solo su cuerpo: su alma es libre e inquebrantable.

«No le atarás el alma» De entre otras versiones, escogí el fragmento del poema que canta Elisa Serna, la gran cantautora y gran represaliada por el régimen, en su disco Este tiempo ha de acabar (1974), que era una reedición depurada de su disco publicado en Francia el año anterior Quejido. Elisa comenzó su andadura, influida por Paco Ibáñez, musicalizando poemas, especialmente los de Miguel Hernández. Yo elegí este fragmento para un capítulo en el que se describen algunas de las torturas que Guillermo Niño propiciaba a sus víctimas, porque, en cierto momento oscuro, esta canción me dio fuerzas. Creo que a Elisa le hubiera gustado el libro: espero que en el Cielo tengan servicio de biblioteca.

Los dos gallos (letra y música de Chicho Sánchez Ferlosio)

Chicho, hijo de Rafael Sánchez Mazas y hermano de Rafael Sánchez Ferlosio, dentro de la canción de autor, era una persona tan discreta como fundamental, eligiendo la mayor parte de las veces pasar al segundo plano y componer para otros. Sin embargo, tiene el mérito de ser uno de los grandes precursores. A principios de los 60 «grababa para dos jóvenes suecos, Sköld Peter Matthis y Svengöran Dahl, un número de canciones que saldrán en EP bajo el título
genérico de Spanska Motståndssånger (Canciones de la resistencia española), que fueron editadas en 1963 en Suecia (se reeditarán en LP en el año 1974), con portada e ilustraciones de José Ortega, y bajo anonimato del autor e
intérprete (“Se silencia el nombre por razones de seguridad”, rezaba en sueco la contraportada del disco). Era un encargo de la revista Clarté para un número especial, que se enmarcaría además en una exposición de 1965 en Estocolmo llamada Spannien Annorlunda (España diferente), con obras de pintores suecos y del grupo Estampa Popular» [de mi tesis La creación de una cultura de la resistencia a través de la canción social]. Una de esas canciones era esta: una alegoría sobre la guerra civil en la que enfrentaba a un gallo negro contra otro rojo.

«Otro gallo cantaría» es una alusión a que la historia hubiera sido muy diferente. Por eso utilicé este verso para narrar la micronovela que supone este capítulo, en donde cuento la historia del abogado, primero defensor de los oprimidos y luego acusador del opresor, Alberto Flores Leal, sus encontronazos con Guillermo Niño y su inicio de la demanda que, finalmente, llevará a cabo su hija Cristina. Además, ilustra una frase que describe aquellos encontronazos y luchas de poder como una pelea de gallos. Es todo un homenaje a los abogados laboralistas de los 60 y 70 que se jugaron la piel por los trabajadores y los opositores, por desgracia, en alguna ocasión, literalmente.

Los rockeros van al infierno (letra y música de José Luis Campuzano y Carolina Cortés; intérpretes: Barón Rojo)

Pudiera parecer que, con la elección del himno de los heavies españoles, incluido en el disco Volumen brutal (1981), vuelvo a alejarme de los cantautores de España, pero no es del todo cierto. Los fundadores de Barón Rojo, los hermanos Armando y Carlos de Castro, venían de Coz, otro grupo de rock duro, pero que, además, guardaba buenas relaciones con los cantautores y había apoyo mutuo. Los De Castro abandonaron Coz porque, según versiones, la discográfica prefería las canciones de los otros miembros a las suyas, o bien por la deriva comercial que el grupo estaba tomando, y fundaron el Barón Rojo: el gran grupo de hard-rock de España, sin desmerecer al resto.

«Esa falsa humanidad de los que se dicen buenos»: la elección de esta línea fue algo casual. Tenía puesta la canción y de repente la escuché, y me dije que podría ser uno de los títulos. De hecho, es el título de uno de los capítulos más escabrosos de la novela, en donde relato las inquietudes e inclinaciones y perversiones sexuales de Guillermo Niño, además de su homofobia repugnantemente patente.

Parábola sobre el billar, de Carlos Álvarez (musicalización e interpretación de Luis Pastor)

Este poema es una alegoría sobre la palizas en las detenciones: una bola roja de sangre, tres hombres condenados a chocar… Podían ser dos policías, o, en caso de querer más contundencia, matones contratados. Sergio Rodríguez Tejada, en su Zonas de libertad (libro que me sirvió para documentarme), contaba el testimonio de detenidos que apuntaban a que la policía de Valencia solía recurrir a los servicios de un brutal albañil, apodado Pepe el Boxeador, para llevar a cabo estas labores.

«No puede haber otro juego tan cruel como el billar» es el título del capítulo en el que un poeta y artista narra cómo fue sometido al método de tortura conocido como «la rueda»: un corro de policías o matones (para el caso es lo mismo) se pasan de mano en mano al detenido propinándole golpes.

Pueblo blanco (letra y música de Joan Manuel Serrat)

Se incluye en su álbum Mediterráneo (1971) esta estremecedora canción sobre un pueblo, uno de tantos, que ya agonizaba y donde la tierra parecía amarrar a sus habitantes. Según el cantautor bilingüe, hijo de madre aragonesa, la canción le fue sugerida al contemplar las ruinas de Belchite, el pueblo que quedó destruido durante la guerra y reconstruido en otro lugar.

«Fuerte p’a ser su señor y tierno para el amor»: para el capítulo en el que a Marisa se le empieza a caer la venda de los ojos respecto a su marido, en el que comienza a reflexionar sobre el papel que ambos han tenido en el matrimonio y en lo que ella era para él, solo me interesaba esta línea de «una canción que le gustaba (el cantante, no tanto)».

Què volen aquesta gent (letra de Lluís Serrahima, música de Maria del Bonet; interpretación de Maria del Mar Bonet)

Un estándar ejemplar de canción protesta en España por la trovadora mallorquina. La canción cuenta, de forma épica, a la manera de los juglares medievales, un suceso: el suicidio de un joven estudiante antes de ser detenido por unos hombres. Naturalmente, tanto letrista como intérprete no cometerían el error de decir quiénes eran esos hombres y que el término suicidio era solo un eufemismo. Pero el público era muy inteligente y adivinaba lo que la canción callaba tanto como lo que dejaba entrever el redactor del periódico al tratar este tipo de noticias. Erróneamente suele atribuirse su inspiración al asesinato de Enrique Ruano, que fue posterior a la grabación de la canción; en realidad habla de otro estudiante, también madrileño, que murió en circunstancias similares: Rafael Guijarro Moreno. Sin embargo, la canción sirve a ambos indistintamente. Realizó una adaptación al castellano muy fiel Elisa Serna.

«La ley una hora señala» (la llei una hora assenyala) y «Murió de una llamada al romper el alba» (traducción libre de n’és mort d’un truc a trenc d’alba): dos frases de la canción para dos capítulos que giran en torno al mismo tema. En Billy («algo es algo») me inventé un personaje ficticio, un joven llamado Gabriel Aceituno Arrendajo, que tuvo una suerte parecida a la de Guijarro y Ruano. El recuerdo de su asesinato es, en gran parte, el leit motiv de la novela.

«Alguna trovadora escribiría un romance describiendo un hecho similar: podrían prohibírselo, pero el romance correría de boca en boca» (Billy («algo es algo»)).

Refranívocos, de Mario Benedetti

El genial poeta uruguayo elaboró un poema en el que truncaba la segunda parte de refranes y dichos populares, cambiándoles el sentido, o inventándose algunos. Inolvidable la mezcla de su recitado junto a «El diablo en el paraíso» de Violeta Parra, interpretada por Daniel Viglietti.

«… pero algo es algo»: No, no es espoiler, si conoces el poema en sí. Ese «algo es algo», que además tomé como subtítulo, viene a significar que, a pesar de las injusticias, de alguna manera la literatura, el arte en general, viene a brindar un cierto consuelo, por pequeño que sea. Como ya sostuvo Gramsci, a través de la literatura el humilde puede soñar con la venganza sobre el poderoso.

Smells like teen spirits (letra y música: Kurt Cobain, Dave Grohl, Krist Novoselic; intérpretes: Nirvana)

El himno de los grunges se publicó en el disco Nevermind (1991), y, alcanzó tal éxito, que el grupo llegó hasta a cogerle manía. No se les puede quitar la razón, cuando un sonido tan sucio como encantador, el santo y seña de los desarrapados despreciados por la sociedad biempensante, entró por la puerta de los éxitos discográficos hacia la aceptación social.

«Ya estamos aquí, diviértenos» (Here we are now, entertain us): aquí sí me alejé del todo de la hegemonía de títulos de canciones de cantautores españoles. La razón es más personal y su elección no fue fácil del todo. En este capítulo, a través de nuestros alter-egos, intervenimos mi pareja, Cristina Bermejo Rey, que también es escritora (buscad su Trece relatos de amor maldito), y yo, encarnados en unos periodistas autónomos especializados en asesinos en serie, a los que Guillermo Niño requiere para ser asesorado acerca de El Carcelero. Y la canción, sin más, sonaba durante nuestro primer beso en Bar Garaje (Travesía del Pilar 2, Getafe, Madrid).

Anti-social (letra y música de Bernie Bonvoisin y Norbert Krief; intérpretes: Los Suaves)

Esta versión del grupo gallego de la canción de la banda francesa Trust? (con el precedente de Anthrax) no pertenece a los títulos de los capítulos, porque no me percaté de su letra hasta después. Cuando la escuché, pensé que podría haber estado genial, pero ya era tarde, así que siempre procuro incluirla en las publicaciones a modo de epílogo.


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La guerra, madre, la guerra


971822_10151605624836769_885448566_nSeguramente habrá quien diga de los que nos oponemos a la intervención militar, dígase guerra, en Siria por parte de la OTAN, que somos unos insensibles ante los abusos que el régimen de Basel al-Asad ha estado cometiendo sobre su población civil; pero básicamente hay está la razón de nuestra crítica: con la revuelta que se ha convertido en una guerra civil se lleva más de un año; los refugiados se agolpaban en la frontera con Turquía huyendo… Pero no sólo de al-Asad.

Nos hemos opuestos a esta intervención y a la toma de partido por parte de occidente a favor de los rebeldes por estas razones:

1.- Al-Asad no es el único dictador en el mundo actualmente que masacra a su población sin contemplación alguna; por lo que deducimos que tras esto hay intereses no necesariamente humanitarios.

2.- Entre los rebeldes hay de todo, pero ya no son aquellos que en la primavera árabe se levantaron pidiendo democracia: varios testimonios de corresponsales y, lo que es más grave, refugiados, aseguran que muchos de los milicianos rebeldes son combatientes del integrismo más sanguinario. De lo cuál se deducen otras dos posturas:

3.- Hay varias voces a tener en cuenta que tienen serias dudas sobre que el ataque con armas químicas, la línea roja que permitiría el asalto a Siria, lo hiciera verdaderamente el gobierno. Teorías al margen, muchas voces creíbles piensan que fueron los “rebeldes”. (NOTA: cuando en las noticias se trata este asunto, con los discursos de fondo de Estados Unidos, UK y Francia, suele decirse “Hay pruebas del uso de armas químicas”; pero rara vez he escuchado “uso de armas químicas por parte del régimen”).

y 4.- Será devastador para una población lo ya suficientemente martirizada por dos frentes brutales, como son el gobierno de al-Asad y los supuestos rebeldes (sean quienes sean) añadir un tercer frente en forma de bombardeos “aleatorios”, que nunca se producen donde dicen que van a ser…

(añadimos) 5.- Resulta preocupante que no hayamos vuelto a oír nada sobre el estado actual de Libia tras la caída de Gadafi…

Y, dicho sea de paso, no consideramos en absoluto a Putin como el defensor de los países no alineados amenazados por la OTAN, como alguna vez algún comentarista dejó caer por aquí: Putin es tan aprovechado como Obama, y lo único que le interesa es mantener sus privilegios e intereses en la región.

En 1938, Miguel Hernández compuso junto al brigadista Lan Adomian esta hermosa canción antibelicista: supone todo un contraste con su poética de esta etapa de exaltación revolucionaria esta reflexión sobre la guerra. Personalmente creo que las razones para invadir Siria son las mismas por las que en su día no se ayudó a la República española…

Coro Mixto dirigido por Salvador Moroder

La guerra, madre

La guerra, madre la guerra.
Mi casa sola y sin nadie.
Mi almohada sin aliento.
La guerra, madre: la guerra.
Mi almohada sin aliento.
La guerra, madre: la guerra.

La vida, madre: la vida,
La vida para matarse.
Mi corazón sin compaña.
La guerra, madre: la guerra.
Mi corazón sin compaña.
La guerra, madre: la guerra,

¿Quién mueve sus hondos pasos
En mi alma y en mi calle?
Cartas moribundas, muertas.
La guerra, madre: la guerra.
Cartas moribundas, muertas.
La guerra, madre: la guerra.

Miguel Hernández – Lan Adomian

Miguel Hernández & Lan Adomian’s “Las puertas de Madrid”


A lady of Madrid in a manifestation at Génova street, in November 37; photo by Julio Granell (Archives of the Spanish Comunist Party)Maybe it was circa 1937, when the fascist rebel army, commanded from north by general Emilio Mola, threatened Madrid, Spanish Republic’s capital; and perhaps it was a little before November of that year, when the nazi air force bombed over the town, its population and its monuments, when poet and soldier Miguel Hernández and the International Brigadist of the Lincol Batallion Lan Adomian, made a couple of songs to be sung by the people: they were “La guerra, madre” (The war, mother) and “Las Puertas de Madrid”, that is our song of today. These songs were compiled in some publications of war and, eventually, in Carlos Palacio’s compilation Colección de Canciones de Lucha (Struggle Songs collection), in february 1939. This was Palacio’s note about “Newyorker composser Lan Adomian”:

“… maker of many people songs, in which he had put his art at the service of the most noble and progresist causes. Fighter of the International Brigades, he had fought at the fronts of Madrid, leting us, as he get back to his land, some such beutiful songs, writen in September 1938. (Carlos Palacio, "Colección de Canciones de Lucha", Febrero 1939)”

http://www.altavozdelfrente.org/index.php/canciones/63-las-puertas-de-madrid (translation is mine)

So this was a very beautiful song, make for the People, to give them the breath necessary for resist:

Las Puertas de Madrid

Las puertas son del cielo,
las puertas de Madrid.
Cerradas por el pueblo
nadie las puede abrir.
Cerradas por el pueblo
nadie las puede abrir.

El pueblo está en las puertas
[Alt. El pueblo está en la calle]
como una hiriente llave,
la tierra a la cintura
y a un lado el Manzanares;
la tierra a la cintura
y a un lado el Manzanares.

¡Ay río Manzanares,
sin otro manzanar
que un pueblo que te hace
tan grande como el mar!
Que un pueblo que te hace
tan grande como el mar.

The Gates of Madrid

The gates are of Heaven (1) [Alt. The gates are of sky],/ the gates of Madrid./ Closed by the people/ nobody cant’t open them./ Closed by the people/ nobody cant’t open them.// People is at the gates [Alt. People is at the street]/ as a wounding key,/ soil in their waist/ and aside the Manzanares (2);/ soil in their waist/ and aside the Manzanares.// Oh Manzanares river,/ without any other apple orchard (3)/ that a people that makes you/ as big as the sea!// That a people that makes you/ as big as the sea!

Text by Miguel Hernández

Music by Lan Adomian

(1) It seems to mean “heaven”; but by the use in small letter might be interpreted as “sky”.

(2) The Manzanares river was a important line of defense: in some moments of the war, was the watershed among the loyalist army and the fascist.

(3) Untranslatable game of words: Manzanares means “Apple orchards”. 

A more contemporary version, by punk band Delincuencia Sonora:

Biographic Note of Lan Adomian from “¡ALBA!”:

lanadomianLan Adomian, the son of a Jewish cantor, studied classical music before volunteering to serve in the Spanish war. While recuperating from injuries, he composed a cycle of songs to accompany the words of the Spanish poet Miguel Hernandez. After returning from Spain, he wrote several symphonic works that dealt with Spanish themes. During the anti-communist crusade of the 1950s, Adomian chose self-exile in Mexico, where he continued his musical composition. Many of his works addressed Jewish themes, including The Ballad of Terezin, a cantata that was inspired by the poem "The Butterfly" written by a child victim of the Nazis. He also wrote The Forest of Martyrs, dedicated to the Jewish people killed in the holocaust; Israel, an orchestral piece first performed by the St. Louis Symphony; and Kodesh-Kodoshim, a cantata with a Hebrew text.

http://www.alba-valb.org/volunteers/lan-adomian

Another Spanish war and revolution songs of Adomian are, with Miguel Hernández, “La guerra, madre”, and with Pascual Pla y Beltrán “Todos camaradas” (All we are comrades) and “Madrid y su heroico defensor” (Madrid and his heroic defensor), dedicated to general José Miaja.

Miguel Hernández’s “Canción última”


Portrait of Miguel, made by drama-writer to be Antonio Buero Vallejo, while both were in jail after the warAfter the success of his great book Viento del pueblo (Wind of the People), edited in 1937, between 1938 and 1939, the poet Miguel Hernández was preparing a new poem book during the last years of the Spanish Civil War, but due to the defeating of the Spanish Republic, the book couldn’t be edited, but its poems were very known, as we’ll see… His new book, El hombre acecha (The man waylays) was bounding to keep the triomphalist tone of its predecesor, but the war was tooking to its tragic and sad end: the Non-Intervention Committee, answering to the denounce of Germany and Italy, commanded the inmediatly exiting of the foreigners fighters (for the Republic) from Spanish territory (many of them didn’t), and, as it was losing their territory, the Republic was almost completly alone in its struggle, and the soldiers were tiring, being hurted and dying more and more everyday. This tireness was retrated by Miguel Hernández in many of the poems of this book, as it was this “Canción última”, which closed the book, where the poet expresses his longing for go home, with his wife and son, and the despair in front of the inevitable lost of war.

(Advice: this translation musts not be taken very serious, because I’m not a philologist nor bilingual; you must take it as a first aproximation. For better translations, search for English, or in any other language, translations of Miguel Hernández’s book made by well-recognosized philologists)

Canción última

Pintada, no vacía:
pintada está mi casa
del color de las grandes
pasiones y desgracias.

Regresará del llanto
adonde fue llevada
con su desierta mesa
con su ruidosa cama.

Florecerán los besos
sobre las almohadas.
Y en torno de los cuerpos
elevará la sábana
su intensa enredadera
nocturna, perfumada.

El odio se amortigua
detrás de la ventana.

Será la garra suave.

Dejadme la esperanza.

El hombre acecha (1938-1939)

Last song

Painted, no empty:/ painted is my house/ with the colour of the great/ passions and misfortunes.// It shall return from the weeping/ where it was leaded/ with its deserted table/ with its noisy bed.// Kisses shall bloom/ upon the pillows./ And around the bodies/ the sheet will raise/ its intense night, scented/ bindweed.// Hatred softens/ behind the window.// It will be the gentle talon.// Let me the hope.

The book kept being inedit, but its poems were very well known by many readers of this great poet. Spanish songwriters took some of these poemas. So, Joan Manuel Serrat, in 1972, in his album homage to the poet, sang this poem:

And later, in 1976, a songwriter called Francisco Curto recorded his version too in another album-homage, with the same name: his version is a half recitated song:

Camí de l’exili


… Un día, tú ya libre
de la mentira de ellos,
me buscarás. Entonces
¿qué ha de decir un muerto?

(Luis Cernuda, “Un español habla de su tierra”)

¿Carles Fontseré?El pasado día 14 de abril yo hubiera querido escribir una cosa, alarmado por la ingente cantidad de tonterías que ciertas personas, independientes o no, van escribiendo en foros, blogs y páginas de toda índole acerca de la II República Española. Particularmente, fue el comentario en otro sitio de una persona que afirmaba que el color morado de la bandera republicana le daba “náuseas”, porque “bajo esa bandera tuvo lugar una guerra que dejó [cifra probablemente no exacta] muertos” y que “trajo hambre y miseria”… Una lógica un poco extraña, por la que, reduciéndola al absurdo, tendrían que ser los colores de la bandera actual los que le causaran náuseas, pues era la bandera tricolor la oficial por aquellos días, y no fue el gobierno legítimo el que declarara la guerra, sino al contrario: los que se alzaron contra el gobierno legítimo pronto adoptaron la bandera monárquica, y fueron ellos los que causaron la miseria y el hambre que, durante la guerra, padeció básica y únicamente la población localizada en la zona controlada por el gobierno, debido al sitio de estos otros y al bloqueo de las naciones democráticas, que fueron cobardes hasta que ya no se pudo remediar. No es la primera vez que veo semejante sarta de tonterías: y lo digo así, porque esto es de primero de básica, de la ESO diríamos actualmente… Eso de decir que la bandera republicana era una bandera belicista, etc. Como digo, comencé a escribirlo intentando desmentir todas esas tonterías, pero me di cuenta de que explicaba cosas que están, no ya en los libros de sesudos y respetados historiadores, sino en los libros más básicos y en los libros de texto elaborados por serios y respetados catedráticos de Historia. Pero se me quedó clavada una espina… Por una parte pienso que el responsable de su propia ignorancia es uno mismo: eso es algo normal y se puede corregir, si uno tiene un mínimo de curiosidad y de espíritu objetivo. Pero cuando es otro el responsable de la ignorancia de otros conscientemente, eso es algo intolerable. Mi escrito hubiera ido dirigido a aquellas personas, de toda condición y tendencia, que desearan contrastar. Eso sí, con una advertencia: yo no soy, como otros, historiador, solamente un aficionado y un curioso, estudioso de otro campo en el que la historia juega un papel importante.

exiliados-españolesY no es exactamente el culpable ese señor, cuyo nombre no será pronunciado aquí nunca jamás, porque para nosotros, tanto su persona como su trabajo carecen de tanta importancia que no merecen ni nuestro abierto desprecio; un señor de quien, cuando era joven, el inspector Juan Antonio González Pacheco, conocido con el inmerecido apodo de “Billy el Niño”, dijo que nunca pasaría de ser el linotipista de los GRAPO, por muy de jefe que fuera (entre fachas anda el juego). No. La culpa sobre todo es de que aquella educación, aquel falseamiento de la historia y de la cultura, sigue pesando como una losa. Hay muchas cosas que me molestan de este señor y de otros de lo que se ha dado en llamar “revisionismo”; en primer lugar, que han envenenado la noble profesión de investigador de la Historia, pues han manipulado hábilmente (aunque no siempre), sacando de contexto o invirtiendo, documentos, declaraciones de personas históricas, etcétera: se podría decir que han inventado la “historia-basura”. Pero hay algo más, y esto va por toda la población: han pretendido vender sus descabelladas tesis como originales y novedosas, y NO LO SON, en absoluto; la mayoría de sus tesis y de sus líneas de investigación están literalmente sacadas de los libros del historiador del régimen Ricardo de la Cierva, que fue uno de los elaboradores de la historia vista por el lado vencedor: cada cosa que dicen, cada cosa que escriben, fue ya dicha en no sé qué discurso por el ministro Manuel Fraga o por el notorio notario Blas Piñar, por citar a algunos. Si queréis una prueba, os recomiendo ver una película: Mi calle, de Edgar Neville (causa por la que no siento demasiada admiración por este cineasta). Pero hay más: otra de sus fuentes de inspiración ha sido el revisionismo alemán e italiano de los años 70 y 80, esgrimido por los demócrata-cristianos, según los cuales, las dictaduras de Hitler y Mussolini fueron hasta necesarias e inevitables, pues, hubo –especialmente en Alemania-, a parte del “peligro” de la revolución, un “exceso de democracia” (alguien me trajo un comentario de esta índole una vez: primer comentario de “El gran mito de la guerra civil”)… Y así va a resultar que Franco trajo la democracia. Que quede claro de una vez: Franco no es Charles de Gaulle, no luchó contra la Alemania nazi, fue su aliado; ¡si incluso el mito de la laureada neutralidad de España en la II Guerra Mundial es una patraña!, no fue exigida por Franco, sino impuesta por Hitler ante las pretensiones imperialistas del Caudillo sobre Gibraltar y el Norte de África.

Robert CapaNo puedo, ni debo, excusar las barbaridades que algunas personas hicieran, y que empañaron a las otras, aunque no fueron tantas como en la zona fascista, especialmente, porque la diferencia entre ambas zonas fue que, mientras que en la republicana eran hechos que cometieron grupos descontrolados, en la que se autodenominaba “zona nacional” eran actos amparados y consentidos por el gobierno fascista de Burgos. Para ejemplificarlo: Queipo de Llano no sólo sabía de la ejecución de García Lorca, sino que la ordenó; y si no hubiera sido por Rafael Sánchez Mazas, la misma suerte hubiera corrido (aunque de alguna manera la corriera más tarde) el poeta Miguel Hernández. En otra ocasión, con documentos auténticos y todo, hablaré de la relación del gobierno de la República con los católicos, tema sobre el que también pesa demasiada mitología, muchas veces exagerada. Sobre lo que no hay mitología es sobre gente que morirá sin saber dónde está enterrada gente tan inofensiva como una madre:

http://politica.elpais.com/politica/2012/04/19/actualidad/1334838950_378933.html

1939 L´exode de Catalunya, por Carles FontserèPero en fin, ésta es a grandes rasgos la espina que me quería sacar. Hoy, que debería estar hablando de la Revolución portuguesa o de la liberación de Italia, a tenor de esta preciosa canción, os traigo estas reflexiones con las que no pretendo que nadie cambie su punto de vista, pero que sí, tenga la idea que tenga sobre el hecho concreto, deje de engordar el bolsillo a estos timadores de la historia y busquen a los respetados historiadores, sean éstos progresistas o conservadores: el buen historiador se atiene a los hechos, no los manipula a su conveniencia, y además, acude a las fuentes. Tiene, por eso, mucho más valor histórico esta canción de Xavier Ribalta, de su disco de 1974 Onze cançons amb esperança, un estremecedor homenaje a los exiliados de la República, con letra de Pere Oriol Costa; exiliados que huyeron de la represión y de la guerra, y que muchos de ellos conocerían el desprecio de los conservadores franceses, la reclusión en campos de trabajo, la lucha contra el nazismo, y, finalmente, harían entrar sus tanques los primeros en la plaza principal de París:

… ellos, los vencedores
Caínes sempiternos,
de todo me arrancaron.
Me dejan el destierro…

(Luis Cernuda, “Un español habla de su tierra”)

Quizás en un futuro haga un vídeo más artístico

Camí de l’exili

Camí de l’exili,
fugen del seu país,
camí de l’infern
a sota d’un cel gris,
soldats i oficials
amb les casaques estripades,
estripades al front
que van guardar tants anys
prop del gran riu.

Els qui hem de néixer encara
us diem adéu,
els vents de la costa
us diuen adéu.

Adéu, adéu, us plora la nit.
Què se n’ha fet, què serà de la vostra terra
Què se n’ha fet, què serà del vostre país?

En els balcons han canviat les banderes
i pels carrers sonen càntics diferents,
les vostres dones que us van jurar amor
hem vist canviar el seu cor davant els guanyadors.
Els qui hem de néixer encara us diem adéu,
els vents de la costa us diuen adéu.
Adéu, adéu, us canten els ocells.
Adéu, adéu, us plora la nit.
Adéu, adéu, adéu.

http://www.viasona.cat/grup/xavier-ribalta/a-l-olympia/cami-de-l-exili

Camino del exilio

Camino del exilio,/ huyen de su país,/ camino del infierno/ debajo de un cielo gris,/ soldados y oficiales/ con las casacas desgarradas,/ desgarradas en el frente/ que guardaron tantos años/ cerca del gran río.// Los que hemos de nacer aún/ os decimos adiós,/ los vientos de la costa/ os dicen adiós.// Adiós, adiós, os llora la noche./ ¿Qué se ha hecho, qué se será de vuestra tierra?/ ¿Qué se ha hecho, qué será de vuestro país?// En los balcones han cambiado las banderas/ y por las calles suenan cánticos diferentes,/ vuestras mujeres que os juraron amor/ las hemos visto cambiar su corazón ante los ganadores./ Los que hemos de nacer aún os decimos adiós,/ los vientos de la costa os dicen adiós./ Adiós, adiós, os cantan los pájaros./ Adiós, adiós, os llora la noche. Adiós, adiós, adiós.

Pere Oriol Costa – Xavier Ribalta

Y así el dolor se hizo silencio en rebeldía…

(Antonio Gómez)

espanoles-evacuacion

Al borde del principio: homenaje de Adolfo Celdrán a Miguel Hernández


El poeta (agachado), con otros milicianos en 1937./JESÚS MIGUEL MARCOSEl 28 de Marzo de 1942, moría acuciado de una tuberculosis contraída por la insalubridad de las cárceles, en donde se hacinaban presos políticos de toda condición de la República, el gran poeta valenciano en lengua castellana Miguel Hernández. Su ejemplo moral y la injusticia que se cometió con él, nos llega a través de las eras mientras apreciamos sus poemas estremecedores. Muchos escritores, de ambos bandos, abogaron por su liberación ante las autoridades franquistas; la verdad es que, a excepción de algún caso bastante aislado y poco significativo, los escritores de uno y otro bando no sólo se respetaban y admiraban, sino que, incluso en el ambiente de revancha y dura represión de posguerra, los escritores franquistas intentaron llevar a cabo cierta reconciliación. Poetas afiliados a Falange, como Luis Rosales (que había dado también asilo a Lorca, a riesgo de su cargo e incluso de su propia vida), Dionisio Ridruejo o Luis Felipe Vivanco, que eran además amigos suyos, pedían su inmediata liberación y absolución; también Manuel Machado y otros, que mantenían cierta correspondencia con los poetas republicanos exiliados o que sobrevivían en España, como Vicente Aleixandre. Pero uno de los casos más interesantes es el que protagonizó Rafael Sánchez Mazas, escritor, miembro fundador de Falange Española y ministro de Franco, y padre, además, de los dos célebres Sánchez Ferlosio: Rafael y Chicho; es precisamente Chicho el que, con orgullo de hijo, contaba que, en cierta ocasión, su padre visitó a Franco y le habló de la prisión de Miguel Hernández y que era imprescindible, si no querían “otro Lorca”, la conmutación de la pena de muerte que pesaba sobre él. El general, que muy probablemente fuera la primera vez que oía ese nombre, dijo lacónicamente “Si al menos fuera un buen poeta…”, a lo que el escritor respondió tajante: “Es un buen poeta”. Sánchez Ferlosio asegura que su padre era una de las pocas personas, por su bagaje intelectual, capaces de contradecir y de contestar de esa manera al dictador, y tuvo su fruto, pues el general conmutó la pena de muerte a Miguel, pero no así su liberación. (Véase, José Luis Ferris, Miguel Hernández. Pasiones, cárceles y muerte de un poeta. Madrid, Eds. Temas de Hoy, 2002, 3ª edición; pp. 445-446)

A Celdran con Josefina Manresa viuda de Miguel Hernandez-GEn esta ocasión, y en otras posteriores y anteriores, los escritores alineados con Franco, a excepción de algún otro que no viene ni a caso ni a cuento, tuvieron una actitud intachable e incluso admirable en lo tocante a sus relaciones con los escritores republicanos –cosa que no se puede decir de “sus jefes”, e incluso de otros escritores fascistas europeos-, con una voluntad de reconciliación que debería afectar, además, a la población civil. Espero que no se entienda esto como una especie de suavización de la dictadura franquista, y mucho menos en uno de sus peores momentos, sino como un ejemplo de la solidaridad envidiable que había en el gremio de artistas, intelectuales y escritores. Mientras, desde su entrada en prisión y muerte, Miguel Hernández se había convertido en un referente moral para la oposición durante muchas décadas que duró la dictadura, una oposición que deseaba rendirle los homenajes que se le debieran, pero que no se podían… Hoy hay calles, institutos, plazas, centros culturales, teatros, etc., que llevan su nombre, y no sólo en España, aunque eso no baste realmente cuando, de vez en cuando, descerebrados de la extrema derecha, incluso de entre aquellos que leen devocionalmente a Nietzsche creyendo encontrar en sus páginas pretendidas visiones de alabanza al “hombre ario” (en España somos muy arios), profanan sus monumentos sin tener la más mínima idea de quién fue o qué hizo; pero más doloroso aún cuando las autoridades se desentienden de estos actos y, en otro orden de cosas, condenan con su silencio despreciativo y sus actos la obra y la vida del poeta. El país que quiere recuperar su sitio en el mundo, su prestigio, como dicen algunxs pomposamente recordando la era en que Aznar desayunaba en el rancho de George Bush (¿prestigio?), debería, para empezar, encontrar el lugar donde yace Federico García Lorca, si no quiere ser recordado como el país que no amaba a a sus poetas.

Pero para nosotros quedan grandes obras de homenaje, como fue el gran disco del cantautor Adolfo Celdrán, uno de los que mejor (quizás el mejor, me atrevería a decir) ha interpretado musicalmente los poemas de Miguel, de 1976, Al borde del principio, que se cerraba con este precioso homenaje recitado, en el que el gran Adolfo le habla a Miguel, y, a través de él, a la gente de entonces, anunciando la promesa de un nuevo tiempo y, a la vez, reivindicando la figura, tanto artística como moral:

Al Borde del Principio
(Homenaje a Miguel Hernández)

No digáis que no es tiempo
porque no es cierto.
No me digáis que aún no
porque no es cierto.

No digáis que la puerta
sigue y sigue cerrada.
La puerta la formamos
nosotros, nuestros cuerpos.

La puerta es aire
y viento y vendavales.
La puerta es el principio
que estuvo siempre abierto.

Desde el suelo, la furia
de un corazón de hermano
nos dice que aún le duelen
las entrañas del alma.

Sus ojos, iracundos,
amorosos, dolientes,
nos conviertan en viento
que barra los establos.

Es un pleno de Abriles.
Tengo, tenéis, tenemos,
tendremos ese día
un encargo importante:

Hay que verlo por él
que vive entre tus manos,
que mira por tus ojos,
que grita con tus labios.

Que sus ojos, sus manos,
sus gritos y sus labios
nos los cedió de un golpe
por desamordazarnos.

Miguel, aquí nos tienes
con tu viento y tu canto.
Llegó lo que abonaste
sembrándote en el campo.

Miguel, éste es el día
irremediable y tuyo.
Miguel, Miguel, amigo,
compañero y hermano.

Ven con nosotros, toma
posesión de tu sueño.
Regresa de la espera,
aprieta nuestras manos.

Mis manos, impregnadas
de tizas y de cantos.
Nuestras manos crispadas
de esperar tanto.

Ven a ocupar tu puesto.
Ven, Miguel. Empezamos.

Adolfo Celdrán

http://www.adolfoceldran.com/discos/Alborde/Alborde.html

Y aquí está, en un evento de homenaje más reciente, interpretándola en directo:

Homenaje a las Brigadas Internacionales


¡Tantas banderas!/ ¡tantos países!
¡tantos idiomas/  y un canto libre!
¡Tantos idiomas…!/ ¡y un solo canto
que alza la sangre/  y une las manos!

Antonio Gómez, “Celestino Alfonso

Hará unos días, paseando por la Avenida Complutense, descubrí con horror que alguien, cierto tipo de gente, había mancillado el monumento a las Brigadas Internacionales con pintura roja y escribiendo “asesinos” en el obelisco. Me causó una honda tristeza, a la par que indignación, por lo ejemplar que su acción y sus actos tuvieron. Voy a explicar brevemente su historia.

bandera brigadas_internacionalesContrario a la creencia popular, el origen de las Brigadas Internacionales no estuvo en el estallido de la guerra civil, sino un año antes; en 1935. Debido a las acciones de los gobiernos fascistas de Hitler, Mussolini y otros, la deriva hacia el fascismo de algunos gobiernos conservadores y el auge de este tipo de movimientos en todos los países democráticos del mundo, junto a las pretensiones imperialistas de Alemania e Italia, cuyo Duce decidió reclamar la tierra de Etiopía (éste fue, por así decirlo, el “Vietnam” de la intelectualidad internacional de mediados de los años 30), un grupo de intelectuales franceses decidió plantar cara al sistema que declaraban enemigo de la cultura y –por consiguiente- de la humanidad, y celebrar el I Congreso Internacional de Escritores para la Defensa de la Cultura, que tuvo lugar en París, en junio de 1935, y al que asistieron escritores de todas partes del mundo y de toda ideología opuesta al fascismo: algunos de ellos fueron André Gide, André Malraux, el católico Emmanuel Mounier, Henri Barbusse…, por Francia; Aldous Huxley por el Reino Unido; Ilya Ehrenburg, Mikhail Koltzov y otros por la Unión Soviética; Jaime Corteçao por Portugal; Bertolt Brecht, Heinrich Mann y otros, representando a la literatura exiliada de Alemania, junto a un escritor enmascarado que practicaba en tierras germana lo que se llamaba “literatura ilegal”; escritores de Grecia, Italia, Bulgaria, de Estados Unidos, de toda Latinoamérica, India, Irlanda, China, Japón… Por España, la delegación estuvo presidida por el socialista Julio Álvarez del Vayo, sustituyendo al presidente original, Ramón María del Valle Inclán, gravemente enfermo ya por entonces. El estrado estuvo presidido por la famosa estrella de tres puntas, símbolo del antifascismo internacional, que más tarde tomarían como emblema las Brigadas. De todos los acuerdos que allí se tomaron, lo que más nos interesa son éstos: el Congreso, representado por sus delegaciones, se comprometía a defender la cultura allí en donde estuviera amenazada; a promocionar y auspiciar la formación de Frentes Populares, tanto políticos como culturales, de todas las fuerzas democráticas, progresistas y revolucionarias; y, finalmente y con estas resoluciones, a combatir al fascismo, enemigo de la cultura, bajo todas sus formas. Éste fue el germen intelectual de las Brigadas.

brigadas_internacionales1936: encontrándose en la Olimpiada Obrera –contraolimpiada a la del Berlín nacionalsocialista- celebrada en Barcelona varios extranjeros (muchos de ellos alemanes e italianos), al estallar primero el golpe de Estado y después la guerra civil, muchos de ellos se alistan en las milicias partidistas que comienzan a organizarse. Ahora bien, aunque genéricamente llamamos brigadistas a todos los extranjeros que voluntariamente vinieron a luchar al lado de la República, no todos ellos pertenecieron a las Brigadas Internacionales, también nutrieron, como decimos, las milicias de los sindicatos y de los partidos, como por ejemplo la CNT y el POUM, a veces por afinidad ideológica y otras por proximidad (es decir, la unidad que estaba más cerca), hasta que en 1937 el gobierno decide disolver las milicias, integrar a los combatientes nacionales en el Ejército Popular, y a los extranjeros en las Brigadas, algo que no fue del gusto de todos por sus antagonismos con el PC oficial de la Unión Soviética.

Bandera_de_las_brigadasY es precisamente el tema de que las Brigadas Internacionales estuviera, en principio, dirigida por el Partido Comunista de Stalin lo que echa hacia atrás a muchos a la hora de expresar sus simpatías. Si bien eso es verdad, no menos verdad son dos motivos: que muchos desconocían lo que realmente Stalin representaba, y que muchos brigadistas no eran necesariamente estalinistas, sino que vinieron por un deseo de defender las libertades democráticas y las brigadas les brindaban esa oportunidad: en sus filas había comunistas “ortodoxos”, pero también comunistas “heterodoxos”, socialistas de toda tendencia, aventureros, liberales y es posible que hasta católicos progresistas y conservadores democráticos antifascistas (¿por qué no?). Por otro lado, el compromiso de la intelectualidad universalidad en su lucha contra el fascismo se manifestó aquí también, con las presencia en las brigadas de muchos escritores, intelectuales y artistas jóvenes: George Orwell (que no luchó en ellas, sino en la milicia del POUM, pero merece aquí su mención); André Malraux (que además era aviador), Ilya Ehrenburg, Koltzov (que en pleno frente fue reclamado por Stalin bajo la acusación de “desviacionista”, tras haber defendido a capa y espada el sistema y el nombre del “hombre de acero”), el británico Ralph Fox y el alemán Ludwig Renn (ambos muertos en el frente), Antoine de Saint-Exupéry (el autor de El Principito), el cubano Pablo de la Torriente y Brau (también muerto en el frente, y a quien Miguel Hernández le dedicaría una conmovedora elegía), el cantante y actor Paul Robeson (aunque fue más bien un brigadista simbólico), Ernest Hemingway… Vinieron de todas partes del mundo: los más numerosos, los franceses; también exiliados alemanes, italianos y portugueses; irlandeses que vinieron cantando la canción rebelde de Connolly; estadounidenses, en cuyas filas los combatientes afroamericanos pudieron ejercer altos cargos (algo que no les pasaría después en la II Guerra Mundial); polacos huyendo de la represión nazi; mexicanos, cubanos, argentinos…; judíos de todo el mundo, y una minoría, pero muy significativa, de chinos y japoneses. Se agruparon en batallones con nombres muy significativos, nombres de héroes y mártires nacionales: Lincoln, Washington (estadounidenses); Dombrovski (en honor a Jaroslaw Dombrovski, militar polaco que luchóLudwig Renn con el pueblo parisino durante la Comuna); Ernst Thälmann, Mateotti, Comuna de París, Garibaldi, etc. Y no todos eran combatientes: también vinieron médicos, enfermeras y otros especialistas, movidos por su solidaridad y su filantropía. No pretendo beatificarlos, también hubo cosas feas, ya que estaban atados a disciplina militar, pero, sobre todo y ante todo, su actitud fue de lo más ejemplar: no vinieron, como los voluntarios del otro bando, a imponer nada o a sacar tajada; vinieron a proteger, en abstracto, la legitimidad democrática de la República y sus libertades, y, en concreto, al pueblo de España y su cultura.

despedida brigadasEn 1938, obedeciendo a una denuncia conjunta de Italia y Alemania, la Sociedad de Naciones decide cumplir, o más bien romper, el Pacto de No Intervención, y ordenan la salida inmediata de las Brigadas Internacionales… mientras que los voluntarios del fascismo italiano y alemán permanecerían hasta el final de la guerra. Muchos de esos combatientes, que no tenían un hogar al que volver, se quedaron ilegalmente; otros volvieron a sus casas con la amargura en la boca. Y he aquí que me gustaría señalar algo: probablemente, gran parte de la culpa de la profanación del monumento la ha tenido una columna del Dr. José Iturmendi, decano de la facultad de derecho de la Universidad Complutense, en la que lo criticaba desde un supuesto: que obedece a la visión unilateral de la historia… Veamos: si el Dr. Iturmendi, al que presuponemos demócrata y amante de la libertad, quería hacer un ejercicio de neutralidad, no entendemos que otro tipo de monumento semejante quería alzar al lado: ¿acaso uno a la Legión Cóndor del III Reich, responsables de los bombardeos sobre las humildes poblaciones de Gernika y Almería entre otras?, ¿o uno a los voluntarios fascistas italianos (derrotados en Guadalajara por sus paisanos de la Brigada Garibaldi)? ¿O quizás a la División Azul, que en su lucha contra el marxismo se fueron a luchar con Hitler? Los brigadistas vinieron a luchar por las libertades, en primer término, pero los voluntarios fascista vinieron a imponer una dictadura. Dr. Iturmendi, parafraseando a Pete Seeger, ¿de qué lado está usted? Soy pacifista, pero mi admiración y respeto para aquel que luchó por la libertad de mi pueblo, fuera con la palabra o con el fusil. ¿A quién admira usted, Dr. Iturmendi?

Veteranos brigadistas internacionalesLa despedida de las Brigadas Internacionales fue un acto emotivo, paralelo en Madrid y en Barcelona, que contó con la presencia de las altas instituciones políticas y militares de la República. Allí, probablemente, se cantó este hermoso himno, originalmente con letra del poeta austríaco Josef Luitpold, y música de Béla Reinitz, y es uno de los más bellos himnos compuestos para las Brigadas, en donde la muerte no importa si con ello se consigue la paz… Sí, la paz, porque las Brigadas Internacionales lucharon por la paz, no por la guerra. Por ahora, ignoro quién fue el adaptador de la letra al castellano. En el vídeo podemos oír la impecable interpretación de Francisco Curto, en su disco La guerra civil española:

Abschied

Wenn das Eisen mich mäht
wenn mein Atem vergeht
sollt stumm unterm Rasen mich breiten

Laßt das Wortegespiel
war kein Held der da fiel
war ein Opfer vergangener Zeiten

es war einer der nie
nach Völkermord schrie
war ein Bürger kommender Zeiten

Wenn das Eisen mich mäht
wenn mein Atem vergeht
sollt stumm unterm Rasen mich breiten

Josef Luitpod – Béla Reinitz

(NOTA: animo a quien sepa alemán a dejar una traducción exacta del texto)

La despedida

Si la bala me da,
si mi vida se va,
bajadme, callados
a la tierra.
Las palabras dejad,
es inútil hablar,
ningún héroe
es el caído.

De tiempos futuros
será forjador,
ansiaba la paz,
no la guerra.

Si la bala me da,
si mi vida se va,
bajadme, sin más
a la tierra.

De tiempos futuros
será forjador,
ansiaba la paz,
no la guerra.

Si la bala me da,
si mi vida se va,
bajadme, sin más
a la tierra.

http://www.altavozdelfrente.org/index.php?option=com_content&task=view&id=108&Itemid=30

V Aniversario: los mejores vídeos del año (2ª parte: Abril, 2011-Septiembre, 2011)


Y así, tirando del hilo de los vídeos de youtube, me encontré esta otra de Jacques Brel, que ha sido siempre una de mis favoritas, y lo fue aún más cuando supe lo que significaba su letra. “Ces gens là” es una desgarradora canción, mitad crítica a la hipocresía de ciertas personas o clases sociales, mitad amargo amor imposible. Éste fue uno de los mejores vídeos vistos a lo largo de este año, con un Jacques Brel interpretando a los personajes de la canción y haciéndonos estallar en llanto al nombrar a su amor:

Y, aunque esta fue más reciente, por encadenarlo, no podía dejar de poner su canción más emblemática, "Ámsterdam”:

Otro de los grandes, que le suele a gustar a todo el mundo, aunque probablemente no sea tan bueno como Brel, es Bruce Springsteen, ese poeta del rock’n’roll, que siempre hace gala de su potencia y vitalidad. Dos temas fueron los que aquí aparecieron, de su disco The river. El primero, esa triste historia llamada “Jackson Cage”:

Y su melancólica y triste balada, “The river”, que la pusimos en Mayo:

Y vuelta a Woodstock. Reconozco que me gusta ver vídeos de actuaciones de rock porque me carga las pilas el derroche de energía de los músicos, y Woodstock y Monterey, para esto, son ideales. Éste en particular es uno de los que más buen rollo me da: el principio de la actuación del grupo de San Francisco, que mezclaba la psicodelia y la política, Country Joe & The Fish, que incluimos en la sección “Minutos musicales”:

Y de Woodstock a Monterey, de la psicodelia al soul, con la actuación de uno de los artistas más queridos e idolatrados en este blog: el inmortal Otis Redding:

Ambos fueron colgados a modo de intermedio, en esos días en los que no tengo nada especial que decir ni se me ocurre una canción que presentar o disertar. Pero una de mis grandes pasiones es descubrir canciones históricas que surgieron como canciones populares (de trabajo, religiosas, picarescas, pornográficas…) y acabaron encarnando cosas más grandes como revoluciones o guerras. Dos o tres han sido esos casos en los que al buscar la letra de una canción me he encontrado con un enrevesado de historias y personajes. “Santy Anno”, la canción de los voluntarios británicos al lado del general Santana en la guerra Méxicano-estadounidense y que acabó siendo el himno de los buscadores de oro, fue una de ellas, y descubrimos la impresionante versión de la gran Odetta:

Pero no necesariamente tiene que tener una canción una gran historia, o una letra que explique las relaciones de producción, etc. Para captar mi atención basta con que la música sea buena y la letra lo suficientemente significativa. Fue por ejemplo esta triste historia de Frankie Lymon, un genio prematuro que murió demasiado joven y que ya decía que no era “un delincuente juvenil”:

Pero las canciones vinculadas a una época, a sus sentimientos, siempre han sido mis preferentes. En Abril, al colgar la letra de la canción “For what it’s worth” de Buffalo Springfield, no podía adivinar que, en parte, estaba profetizando ciertos eventos tanto nacionales como internacionales. Aquí están, en el festival de Monterey, dándole un puntito más a la canción, con David Crosby ocupando el lugar de Neil Young:

Y siguiendo con el festival de Monterey, ¡qué coño!, otro gran grupo de Frisco, los Quicksilver Messenger Service, con la canción de Dino Valente: “Dino’s song”:

Y con la actuación de uno de mis grupos de blues blanco favoritos: Canned Heat y sus blues sureños:

Y si de grupos hippies hablamos, no podíamos pasar por alto a los mejores, a la gran banda de San Francisco: los Grateful Dead, uno de los conjuntos más constantes de la historia del rock, interpretando una canción apocalíptica de la cantante canadiense Donnie Dobson: “Morning dew”:

No sé porqué razones, pero de un tiempo a esta parte, los Grateful Dead se han ido ligando a mis vivencias personales variadas, como por ejemplo, esta “Cold rain & snow”:

Y, ¿quién se puede resistir a este raudal de buenas vibraciones, llamada “Uncle John’s Band”:

E incluso cierta identificación en temas de “chicos malos”, de los que nadie espera nunca nada, como es su versión de la autobiográfica “Mama tried” de Merle Haggard:

Una de las canciones más impresionantes que he escuchado nunca, ha sido “Free bird”, del grupo de rock sureño Lynyrd Skynyrd. Es una canción que además cobró una especial significación cuando la mayoría de la banda falleció en un accidente de avión, entre ellos Ronnie van Zant, vocalista del grupo y autor de la canción:

Pero uno de los grandes descubrimientos de este años fue esta impresionante balada de desengaño y de autoafirmación de la cantautora Melanie Safka. En versión original es una maravilla, pero esta toma de su actuación en el festival de Woodstock me dejó, literalmente, paralizado por su fuerza:

Pero una de mis grandes obsesiones de este año ha sido intentar desentrañar lo que quiere decir esta canción del folklore romaní, “Musikanti”, en donde creo encontrar cierta historia triste en la que en algún país de la Europa del Esta se alistara para la guerra a los gitanos. La descubrí gracias a la banda de World Music checa Gothart:

Pero la de este otro grupo gitano de Italia  también es muy interesante, Acquaragia Drom:

Y es que el folklore romaní ha sido una de mis grandes pasiones de este año. Tirando de vídeos y textos, descubrí que la nación gitana tiene su propia bandera y su propio himno, escrito por Žarko Jovanović para la banda sonora de una película y adoptado por el Congreso Internacional de los gitanos para ello. “Đelem, đelem”, una triste historia que denuncia el pojramos, el holocausto gitano, a mano de los nazis:

Y recorriendo el folklore romaní, nos encontramos al gran compositor yugoslavo (como él se define) Goran Bregovic, arreglando la canción del festival de primavera de los gitanos orientales, el “Ederlezi”:

Bregovic fue el autor de la banda sonora de esa maravillosa película, de corte absurdo a la manera de Berlanga, El tren de la vida (Radu Mihaileanu, 1998), en la cual unos judíos tratan de escapar del holocausto disfrazándose de nazis y deportados con un tren rumbo a Palestina, vía Rusia. En el camino se encuentran con unos gitanos que idearon un plan parecido para escapar hacia la India. Entonces se produce uno de los momentos más memorables de la película, cuando judíos y gitanos se baten en un emocionante duelo… musical:

Porque otro ciclo importante fue el de la música de los judíos sefarditas, con un legado que perdura hasta nuestros días. Me emocionó mucho saber que esta bella canción, “En tierras ajenas”, una canción que data de cuando vivían en la Edad Media en España, se convirtió en su himno de resistencia durante el holocausto, expresando un dolor más grande y profundo que aquel que sus antepasados tuvieron, volviéndose a mirar por última vez sus campos y casas mientras seguramente la entonaban, cuando fueron expulsados de España. Françoise Atlan es una de sus descendientes:

En otro orden de cosas, la segunda mitad de este año vino marcada por el Movimiento 15-M. Dolido y desengañado, como estaba más o menos, de ciertas utopías, intentando ser como Rick en Casablanca, regentando un café metafórico con buena música en donde la Resistencia era bien recibida, pero no los nazis, empecé a apoyar gran parte, si no todas, de sus acciones cuando se comenzó a intentar desprestigiarles y en algunas comunidades autónomas se les reprimía brutalmente. Para una de ellas, que tuvo lugar en Valencia, les dediqué esta canción del inmortal alcoyano Ovidi Montllor, cantautor y actor inolvidable: “La fera ferotge”, una canción alegórica y satírica sobre las reclamaciones sociales bien justificadas:

Pero revoluciones a un lado, que no al margen, siempre hay sitio para buenas y emotivas canciones, como esta “Darling be home soon”, del cantautor y ex-vocalista de Lovin’ Spoonful, John Sebastian, cuya emotiva interpretación de este tema en el festival de Woodstock, emocionándose al final, es una de mis actuaciones favoritas, y no me canso de verla:

O canciones de un rabioso optimismo contagioso, como “It don’t come easy”, del simpático Ringo Starr:

Pero sin perder la realidad… Debido al violento e injusto desalojo de la Plaza del Sol de Madrid, decidí desenterrar el hacha de guerra y decirle a los responsables, como ya lo hizo Javier Krahe hace años, que “Cuervo Ingenuo no fumar la pipa de la paz con tú”:

Tuvimos, sin motivo especial alguno, salvo mi propia admiración, un recuerdo emocionado hacia el gran Paul Robeson, actor, cantante y activista afroamericano de un compromiso natural y sincero no sólo con su propia gente, sino con todas. Robeson se hizo famoso por interpretar esta canción en una famosa película, Show boat”. “Ol’ Man river”:

Pero a mediados de los años 30, Robeson, que visitó a la Brigada Lincoln en España, cuando interpretaba la canción le cambió la letra, dándole un sentido mucho más revolucionario. Como ejemplo, esta actuación, que a día de hoy sigue poniendo los pelos como escarpias:

Y hay heridas que se empeñan en que no cicatricen. La pasividad y la desinformación con la que pasó desapercibida la profanación del monumento a Miguel Hernández por parte de un grupo de ultraderecha me resultó especialmente repugnante. Eso sí, los “demócratas” pueden darse palmadas en la espalda porque se ha detenido a un rapero que dijo unas tonterías… Adolfo Celdrán, interpretando su canción sobre uno de los mejores poemas de Hernández:

Como con Lorca, a cuya localización se niega cierta gente: éste es, sin lugar a dudas, el país que no ama a sus poetas. Me estremeció ver a don Agustín González, uno –si no el mejor- de los mejores actores españoles, declamar este “El rey de Harlem”:

Y que no sea por falta de homenajes. También recordamos a nuestro querido José Antonio Labordeta, de cuyo fallecimiento se cumplió un año. Para volver a recordarle, su canción más famosa:


… y éste, más o menos, ha sido el año en vídeos: un año intenso en ciertos aspectos, y en otros como todos… Pero la música que no pare, ¿eh? Lo que nos depare este año –según el calendario zamarril- el tiempo lo dirá, y espero verte, veros, el año que viene para contároslo, porque todavía quedan muchas cosas por decir, muchas canciones por descubrir y escuchar, muchos amigos a los que recordar o conocer, y muchos amores por vivir. Acabamos, si os parece, con una canción mítica, probablemente la mejor canción de rock de la historia: “Bohemian rhapsody”, de Queen, una canción que cuando estoy bajo o triste me gusta recordar y me recarga de nuevo con energías renovadas:

Y, a la manera de Bob Hite: Don’t forget to Boggie!

Con la mochila a cuestas VIII (Homenaje a Labordeta): El hombre con la voz a cuestas


…Un día cojo la cabra,
la trompeta y el tambor,
y me marcho a Zaragoza
y que pregone el patrón.

(Labordeta, “Meditaciones de Severino el Sordo”)

Retrospectivo existente

Me registro los bolsillos desiertos
para saber dónde fueron aquellos sueños.
Invado las estancias vacías
para recoger mis palabras tan lejanamente idas.
Saqueo aparadores antiguos,
viejos zapatos, amarillentas fotografías tiernas,
estilográficas desusadas y textos desgajados del Bachillerato,
pero nadie me dice quién fui yo.

Aquellas canciones que tanto amaba
no me explican dónde fueron mis minutos,
y aunque torturo los espejos
con peinados de quince años,
con miradas podridas de cinco años
o quizá de muerto,
nadie,
nadie me dice dónde estuvo mi voz
ni de qué sirvió mi fuerte sombra mía
esculpida en presurosos desayunos,
en jolgorios de aulas y pelotas de trapo,
mientras los otoños sedimentaban
de pálidas sangres
las bodegas del Ebro.

¿En qué escondidos armarios
guardan los subterráneos ángeles
nuestros restos de nieve nocturna atormentada?
¿Por qué vertientes terribles se despeñan
los corazones de los viejos relojes parados?
¿Dónde encontraremos todo aquello
que éramos en las tardes de los sábados,
cuando el violento secreto de la Vida
era tan sólo
una dulce campana enamorada?
Pues yo registro los bolsillos desiertos
y no encuentro ni un solo minuto mío,
ni una sola mirada en los espejos
que me diga quién fui yo.

Miguel Labordeta

Labordeta.JPGHace un año que nos dejó José Antonio Labordeta, que la voz solidaria de Aragón se apagó, pero no para siempre, pues su eco resonará durante eras mientras este mundo exista: los hombres y las mujeres pasan, pero no sus obras. Lo que más me conmovió de los días siguientes a su muerte fue la intangible cantidad de condolencias de las gentes, aunque no le conocieran más que en su faceta de político o de presentador; no vi nada excesivo, aunque a algunos así le pareciera, por una razón: merecía ese reconocimiento que, por contra, no recibieron otros compañeros de la canción que habían fallecido recientemente o en la década de los 90 (fue bastante indignante cómo se pasaron muy por alto los fallecimientos de Hilario Camacho, Quintín Cabrera, Joan Baptista Humet, Xabier Lete, Mikel Laboa, y otros más que quizás ahora no recuerde, cómo no se les dedicó un solo segundo, o en el mejor de los casos, 30 escasos segundos, pretendiendo ignorar sus logros, tanto como personas públicas como músicos). Lo único que me molestó fue la hipocresía de ciertas personas… Pero sin lugar a dudas, Labordeta había dejado una huella imborrable, una forma de vida, de pensar y de ser que, sin lugar a dudas, tiene muchos seguidores.

con la voz a cuestas (2001)Repetir lo que durante el año pasado y el día anterior dije sobre él, puede resultar un poco baladí, así que haré una reflexión personal. Cuando escucho las canciones del maño, del profesor, del poeta, del cantante, resuena el eco de miles de hombres y mujeres, trabajadores intelectuales y manuales: trae el eco de los escritores y poetas de la justicia, entre los que se encontraba Miguel; trae el eco de los profesores de la Institución Libre de Enseñanza, que remozaron la educación española librándola de años de preeminencia clerical; oigo a Miguel de Unamuno plantarle cara a Millán Astray, oigo la lógica popular poética de Antonio Machado, el desgarro jondo de García Lorca, el lamento profético de León Felipe y el verso campesino de Miguel Hernández…oigo la razón hecha canto y poesía. Pero también oigo a mis abuelos extremeños y leoneses convertidos en humildes y entrañables baturros; oigo el lamento campesino, las maldiciones proferidas por los humildes y la tristeza orgullosa de los emigrantes –la misma que veo hoy en miles de inmigrantes-; veo árboles –ese árbol que puede ser el que adorna la bandera de Aragón-, chozas de barro, aperos de labranza, libros viejos y prohibidos, pasiones y esperanzas escondidas, pero encendidas como rescoldos en las cenizas; veo una tierra entrañable y un pueblo vecino y amigo. Oigo un resonar de esperanzas tras la rejas de las prisiones y en el exilio… Cuando oigo a Labordeta, escucho a la esperanza, oigo a la justicia, pero sobre todo, a un vecino, a un amigo.

José Antonio Labordeta, Emilio Gastón y Enrique Tierno GalvánMuchos diletantes y creadores/ manipuladores de opinión dicen de cantantes como Labordeta, que cantaban sobre su tierra y sus gentes, que separaban a la gente, que creaban odios interregionales e interclasistas… A pesar de que, como sospecho inequívocamente, éstos personajes no han escuchado nunca a estos cantantes, no creo que su opinión nazca de una “inocente” ignorancia: ignorancia sí –per natura-, pero no inocente, sino malintencionada. Muy al contrario, estos cantantes unían a la gente: Labordeta nos traía el pensar y el sentir de su propia gente, nos acercaba a ellos y nos sentíamos hermanados al sentir que eran casi los mismos problemas, las mismas inquietudes y las mismas injusticias, y descubríamos que son otros, precisamente ellos, los que nos quieren separar.

labordeta estaciónComo ya indicamos en la primera entrega de esta serie de homenajes, José Antonio Labordeta fue, probablemente, muchas cosas de las que se propuso ser, de las cuales hemos intentado hablar: poeta, cantante, músico, político, comunista o anarquista (lo que él quisiera ser), aragonés, zaragozano de nacimiento y turolense de adopción, profesor, alumno (como el grabado del anciano de su paisano Goya que rezaba “Todavía aprendo”), paisano, vecino, trotamundos, juglar, trovador, un orzuelo en el ojo de los caciques, padre de familia, abuelo (nuestro “abuelo”), marido, amante y amado de una sola mujer… Pero, sobre todo, como él dijo que quisiera ser recordado, “un hombre sin más”:

Ya ves

Ya ves
que vamos avanzando
cumpliendo este camino.
No lo sé,
ya ves.

Ya ves,
que vamos recordando,
creciendo hacia el ocaso.
No lo sé,
ya ves.

Ya ves,
qué pálidas palabras
se pierden en la noche
sin hallar solución.

Ya ves,
que hemos ido surgiendo
de inciertas y duras voces
de desesperación.

Recuérdame,
como un árbol batido,
como un pájaro herido,
como un hombre sin más.
Recuérdame,
como un verano ido,
como un lobo cansino,
como un hombre sin más.

Ya ves,
que fuimos agrietando
los muros mantenidos
no lo sé,
ya ves.

Ya ves
que estamos añorando
unos niños perdidos,
no lo sé,
ya ves.

Ya ves
que voces diferentes
se cruzan en el alba
buscando la verdad.

Ya ves
que fuimos puente herido
de abrazos detenidos
por ver la libertad.

http://www.cancioneros.com/nc/12132/0/ya-ves-jose-antonio-labordeta

Dibujo de Labordeta dedicado a Fernando Glez. LuciniPor supuesto –parafraseando una las canciones que a mí más me gustan-, siempre te recordaremos, viejo. Nunca te podremos olvidar: nunca olvidaremos esa sencillez, esa honradez, esa sinceridad y honestidad que había detrás de un bigote de hombre bueno, de una calva entrañable y de unas gafas de sabio profesor. Por mucho que lo intente, “La Zamarra de Gustavo” nunca podrá ser la mochila de Labordeta, que él se fue acarreando a la espalda llena de un pedazo de cada pueblo y de cada gente, llena de libros y canciones, de recuerdos, porque su mochila tiene algo que nunca tendrá mi zamarra: el corazón de todos. Y mientras recorre los cielos con la mochila a cuesta, haciéndose paisano de las almas buenas, todavía suena su jota de despedida:

Allá va la despedida,
de los que se van del corro,
aquí se quedan los guapos
y nos marchamos los buenos…

Aquí se quedan los guapos/ y nos marchamos los buenos

Por aquello de “Al César lo que es del César”, recomiendo incansablemente la serie que nuestro maestro Fernando González Lucini, que fue amigo suyo y es un gran conocedor de su obra (de la de todos) le ha dedicado a lo largo de estos días, y agradecerle también su generosidad y sus enseñanzas:

http://fernandolucini.blogspot.com/search/label/Jos%C3%A9%20Antonio%20Labordeta

Dedicado a los amigos y parientes de José Antonio Labordeta, y a todo Aragón

Manuel Gerena’s “Song to real unity”


Manuel Gerena (born as Manuel Fernández Gerena, Puebla de Cazalla –Sevilla-, 1945) is one of the greatest flamenco singers (cantaores) and an From a Vazquez Montalbán's articleimportant songwriter. Through flamenco, Gerena’s song protests against Franco’s dictatorship and talks about the Andalusian humble people, about the peasants, the workers, laborers, etc. For that reason, Gerena had a lot of troubles for singing in Spain, meanwhile abroad he was well respeted and known. Actually, Manuel Gerena is promoting his poema book A contracorriente por la dignidad –Back current for dignity- (editorial Umbriel), which contains his record-homage to poet Miguel Hernández.

This song, “Canto a la unidad de verdad”, from his 1976’s namesake album, is a plea to the Spanish democratic forces for join in the fight for freedom during the Democratic transition; for this song, Gerena chose a pop orchestration instead of traditional flamenco way.

Listen: http://www.goear.com/listen/0ef1601/canto-a-la-unidad-de-verdad-manuel-gerena

Canto a la unidad de verdad

Si eres comunista,
si eres socialista,
si eres liberal
de verdad, de verdad, de verdad…

cuando tú te unas,
cuando to’s se unan,
cuando nos juntemos
será para ganar
de verdad…

Que no llora el pueblo
por lo que ha perdío,
pronto lo tendrá
de verdad…

¡Caigan los tiranos
como es merecío
bajo la justicia de nuestra unidad
de verdad…!

La autonomía,
razón soberana,
pronto la igualdad llegará
de verdad…

cuando se levante la voz
que trabaja,
gritando en la calle:
¡Queremos unidad!
¡De verdad, de verdad, de verdad!

¡Vamos, compañeros,
marchemos uníos,
marchemos cantando
la unidad que el pueblo está necesitando!

Song to the real unity

If you are a communist,/ if you are a socialist,/ if you are a truly, truly, truly/ liberal// when you will join,/ when everybody will join,/ when we will gather/ it will be for truly…/ winning// Well the people is not crying/ for that they have lost,/ soon they shall truly…/ have it again// May the tyrants fall/ as they deserve/ under our truly…/ unity’s justice!// The autonomy,/ sovereign reason,/ equality soon will truly…/ come// when the working voice/ stand up,/ crying out in the street:/ We want Unity!/ Really, really, really!// Let’s go, comrades,/ let’s march together,/ let’s march singing/ the unity the people is needing!

Manuel Gerena 

Notes about translation: although the chorus “de verdad” is what gives its name to the song, for a better translation I preferred to make a different translation in title and chorus, except in one of the verses, in which I preferred “really”. Because maybe it’s not too proper to put the adjective/ adverb at the bottom of the phrase, I have altered a little the lines.