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Eva Amaral


Foto tomada de Nueva Tribuna, procesada con Word

Ejemplos prácticos de la metateoría de la conspiración


Dedicado a ti, que muy legítimamente piensas que vives engañado y que corres el riesgo de caer en las garras de charlatanes peligrosos.

Para empezar, ¿qué es la metateoría de la conspiración?

—¿Qué es una teoría de la conspiración? Una explicación alternativa de la realidad, generalmente sustentada sobre fundamentos muy endebles, formulada por personas con argumentos y conocimientos cuestionables, y defendida por gente con muy baja cultura o escasos conocimientos, pero también por otros con altísima inteligencia que, con el convencimiento de vivir perpetuamente engañados, tratan de encontrar una verificación a su visión del mundo. Y aquí es donde reside el peligro de estas teorías: que pueden influir entre una población desengañada a causa de una sociedad en la que parece que no hay nada cierto al cien por cien, salvo que es innegable que la actuación del poder siempre genera dudas e incertidumbres. (…) Generalmente soy de los que piensan que la funcionalidad de estas teorías es la de restar importancia a una cosa y, a la vez, legitimar lo que busca atacar, precisamente por la cuestionabilidad de sus fundamentos, la escasa fiabilidad de sus formuladores y el estereotipo de sus seguidores (paranoicos, esquizofrénicos, colgados, pseudomísticos…). En definitiva, que las teorías de la conspiración son elaboradas por el poder para reafirmar su versión del mundo o sus actuaciones. Llámelo a esto, si quiere, la metateoría de la conspiración.

Redención (Nuestro último baile) (Libros Indie, 2021)

Como veis, plantea la posibilidad de que grupos conformados en torno a ciertos intereses (sociales, económicos, políticos, religiosos), con el fin de minimizar la identidad de sus acciones, camuflar la pretendida influencia de estas, o que se llegue a pensar que no existen tales grupos, intereses o acciones, elaboren un discurso en el cual acusen la existencia de otros grupos de intereses que intenten influir sobre la sociedad con tácticas camufladas; y cuanto más secretos y elitistas sean, mejor. La táctica tiene como fin hacer creer a la población la existencia de grupos ocultos que conspiran contra ellos, es decir, su forma de vida, su cultura, su economía o, incluso, su sexualidad. No es una estrategia nueva, ya fue llevada a cabo por Hitler, cuando hablaba de conspiraciones judías y esgrimía un panfleto escrito por esos supuestos colaboradores, que ya entonces resultó ser un fraude, otra teoría de la conspiración elaborada por los servicios secretos del zar, pero que algunos seguían creyéndose. El alemán ingenuo y de buen corazón le votó por salvar a su país de una conspiración, sin darse cuenta de que estaba apoyando a otra conspiración. Por supuesto, no hay nada que aterrorice a un ciudadano medio más que le digan que su forma de vida está amenazada.

A veces a uno le da por pensar que ciertas cosas y ciertas prácticas están más que superadas; pero entonces llega ese aire a olor a rancio que viene del otro lado del Atlántico, y algunos grupos políticos, se lo crean realmente o no, hacen campaña y propaganda basándolas en la existencia de grupos de millonarios, hipotéticos o reales que hacen cosas hipotéticas, que conspiran contra nosotros por razones económicas, sociales, culturales y hasta sexuales.

Una de las más delirantes es la del reemplazo, que pocos se atreven a defender en público, salvo algún tertuliano de Iker Jiménez, y es un argumento en contra de la inmigración. Según esta teoría (llámalo teoría, llámalo payasada), existe un verdadero y gran complot por parte de personas indeterminadas (determínese a grupo) para reemplazar gradualmente a las gentes europeas (y cristianas) por personas africanas, árabes y asiáticas, generalmente musulmanes. Es otro invento que viene de la parte rancia de EE. UU., tal vez ideado por un pueblerino miembro del KKK que no acaba de caer en la cuenta de que su país es fruto de un gran reemplazo; que el indígena al que desprecia y odia es el verdadero titular de la tierra que pisa. Apenas necesita esto un contraargumento: la mayoría de los millonarios son blancos y, además, pasa por alto que el producto de las migraciones se debe a la esquilmación de recursos de aquellos países a través de años de colonialismo directo o indirecto, promoción de gobiernos corruptos y eliminación de gobiernos poco proclives al robo de sus recursos por parte de potencias extranjeras. Es decir, admito que haya existido un gran reemplazo, pero ha sido al revés; no tienes más que verlo en Españoles por el mundo: colonias de occidentales fortificadas en medio de países con gente muy pobre y gobernantes muy ricos.

Esta teoría no supone gran preocupación: se desmonta por sí sola y la defiende únicamente gente muy profunda. Hay otras que están más en boga y siguen los mismos patrones.

Cambio climático: según algunos, el cuento de una trama empresarial que busca hacer dinero con la alarma. Defendida durante mítines en ciudades que rozan los cincuenta grados (50º). Es verdad que se hace difícil de contraargumentar cuando ahora las grandes corporaciones energéticas quieren sumarse a la energía limpia y verde. Sin embargo, tampoco olvidemos que esas mismas corporaciones se han pasado décadas negándolo y presentando, para ello, estudios científicos independientes que a los otros científicos no les costaba mucho desmentir; haciendo la guerra sucia contra las energías alternativas y contra activistas ecologistas; comprando jueces y fiscales en casos de agresión al medioambiente. Entonces, según esta teoría, ¿son los buenos o los malos? ¿O antes eran buenos y ahora malos?

Cabe preguntarse quién sale ganando con la afirmación o la negación del cambio climático: ¿ese lobby indefinido del que aseguran se forra con ello o, por el contrario, esas grandes corporaciones que antes lo negaban y ahora lo admiten pero como una especie de seguro de pervivencia y de lavado de imagen? Tal vez la pregunta se responde sola si te paras a pensar que lo que está en mano de un ciudadano medio para paliarlo son simples medidas orientadas a su ahorro económico. Porque el señor ese te está diciendo, a fin de cuentas, que no ahorres, que pretender respirar un aire más limpio es propio de masones y mariquitas.

Lobby LGTBI+: de ser un movimiento de reivindicación de la identidad sexual distinta a la heterosexual, y de la realidad de las personas trans, ha pasado a ser otra trama equiparable a la judeomasónica que controla la UE, la ONU y hasta el Vaticano. Para entender esta teoría de la conspiración, tenemos que asumir un argumento contra natura (como ves, no lo pongo en cursiva): la homosexualidad es una elección o, si acaso, causa de un síndrome hormonal, y la transexualidad es puro capricho. Sentada esta base, te será fácil aceptar la existencia de un conglomerado de multimillonarios gais que buscan, a través de la cultura, de la educación y de la visibilidad, convertir a tus hijos en homosexuales y transexuales y en elles. Catastrófico, ¿verdad? La teoría tienes dos problemas: 1) el argumento básico es erróneo, por no decir una puta basura; 2) no existe ese entramado llamado lobby gay. Existe, como decía el otro día, organización frente a otros entramados que sí existen: grupos y sectas ultrarreligiosos, de toda confesión, que sí buscan dominar los sistemas educativos para salvar la sexualidad de tus hijos, hijas e hijes (y no lo digo con retranca ni con ánimo de burla; lo digo en serio). Y lo llevan haciendo desde antes de la II República, no fuera a ser que el niño saliera socialista o mariquita. La única conspiración del Orgullo (lo empleo para englobar todas las realidades) es darse visibilidad, que la sociedad entera lo acepte como normal, que se redefina esta palabra, y que cese el miedo a mostrarse tal cual uno es.

Claro, los políticos están a la que saltan, y es tan feo declararse homófobo como racista. Es decir, no salen del armario. Por esa razón, vuelven a la idea del homosexual serio o normal; ese que hasta milita en el partido (porque es un partido abierto; tienen hasta negros y sudamericanos) y que no va alardeando de lo marica que es; ese que aguanta con una sonrisa contrita las correrías que sus amigos heteros le cuentan pero no se siente con el derecho a contar las suyas, aunque sea que por fin consiguió salir con esa persona que resultó ser también homosexual, e invitarla a una cena romántica; ese que votó en contra del matrimonio homosexual (y más tarde se casó con su pareja). Ese que no va al Orgullo porque no quiere que le digan cómo ser homosexual; ya tiene a otros que se lo dicen. Ese que acabará planteándose que por qué un homosexual tiene que parecer una persona formal y no existe el concepto de hetero serio y normal. Ese que renuncia a mostrarse como es con tal de que lo acepten y lo traten como a una persona; una persona algo gay, claro, pero no tanto. En definitiva, una persona que tenga un pie a cada lado del armario.

Cultura subvencionada: entiéndase por el término conjunto «productos culturales de orientación progresista», y por «subvencionada», un término peyorativo que equivale, en el argot listo del bar, a cobrar por la cara. No es tanto una teoría conspirativa como una falacia según la cual los artistas de izquierdas cobran un dinero y no tendrían ni que presentar ninguna producción. Los de derechas reciben las mismas subvenciones, de haberlas, pero se callan o borran publicaciones en redes cuando les da alguna algún gobierno local amigo. ¿Verdad, señor Soto? ¿Verdad, señor que siempre cantaba el himno de Valencia durante las fallas? ¡Ah!, y los periodistas que hablan contra los artistas subvencionados. Es un tópico que ya da hasta pereza, porque se ha desmentido hasta la saciedad. Sin embargo, ¿qué ocurre cuando este político ataca la cultura subvencionada y al mismo tiempo promete subvenciones y ayudas para la tauromaquia, y entiéndase «empresa tauromáquica»? No es por ponerse conspirativo, pero te da a pensar que un cierto lobby quiera que esas subvenciones y ayudas públicas destinadas a escritores, cineastas y demás vayan a parar a los empresarios y profesionales vinculados a la tauromaquia. No en vano, entre sus apoyos se encuentra un torero. No en vano, han prometido un ministerio, oficina o lo que sea dedicado a la tauromaquia. ¿Casualidad?

¿Quién ocupará ese puesto de tal relevancia nacional?

(Tranquilos, juego a su juego. Si he acertado, pues fíjate tú.)

Estas son básicamente las principales teorías de la conspiración, elaboradas en EE. UU. e incluso en Rusia (la célebre homofobia del gobierno putinesco). Durante la pandemia, se vio bastante claro cómo los grupos ultraconservadores se habían acercado, a lo largo de los años, a un público amante del misterio, lo inexplicable y las teorías de la conspiración, que han encontrado un buen altavoz en cierto programa televisivo al que se invita a negacionistas y personas que mantienen el postulado que la ultraderecha estadounidense formuló en la posguerra: una enorme conspiración del comunismo mundial que se manifestaba en la fundación de la ONU. Ya ves tú, con fotos de Lenin estamos en casa. Todo es un gran complot por parte de una élite a la que nunca son capaces de identificar; son solo «la élite». Si acaso, te dan uno de los consabidos nombres, de esos que generan rechazo irracional con solo oírlos por haberse tragado un bulo que ha sido más que desmentido.

Pero al girar las tornas descubres que estos desenmascaradores parecen trabajar para otros lobbies. ¿A quién beneficia negar la evidencia del cambio climático? ¿A quién que no sean aceptadas como normales otras identidades sexuales? ¿A quién la censura y retirada de ayudas públicas legítimas, solo porque a ti no te gustan las películas que se hacen?

Eso de que son cosas que no interesan más que a minorías y no a los ciudadanos normales es una falacia, por no decir un argumento propio de un desquiciado. Para empezar, todas esas personas son ciudadanos de hecho y forman parte de la sociedad; que pidan visibilización, consideración y respeto no implica que tengas que convertirte en ello; que te hagas gay, mujer o musulmán. Tú no tienes por qué ver una película gay, pero ellos llevan tragándose producciones de Esteso y Pajares durante décadas y no se han quejado; ¿por qué no van a poder expresarse también, tener su reflejo?

Pretender hacer leyes solo para una parte de la sociedad, por muy mayoritaria que sea, tiene un nombre: clasismo. Pero vaya que sí, que vienen presentándose como la línea de defensa contra unos millonarios que forman una élite. O sea, ellos, que han votado contra la subida del salario mínimo interprofesional y de las pensiones; que han llamado «parásitos» a desempleados y pensionistas; que han afeado criticar a las grandes fortunas que no tributan en España y han votado contra los impuestos a las grandes fortunas (tranqui, no creo que esto te afecte). Ellos, cuya ascendencia viene de alta cuna en la mayoría de los casos, vienen hablando en nombre de ¿quién? ¿A quiénes representan? ¿Al pueblo llano? ¿Y qué es eso de la gente normal? ¿Quién ha decidido aquí el que es normal y el que no? Ellos y sus lobbies. El Yunque. Porque, puestos a jugar a la teoría de la conspiración, parémonos a pensar cómo es posible que un partido político minoritario como era al principio, brazo político de ciertas asociaciones ultracatólicas fundamentalistas y aficionadas a hacer autobuses, consiguiera de la noche a la mañana tener tanta repercusión social y política, años atrás.

Y lo más gracioso de todo es que habrá quien me llame paranoico.

¿Quién teme al lobby gay feroz?


¿Existe un movimiento internacional clandestino que conspira para convertirnos a todos en homosexuales o transexuales? ¿Un contubernio que pretende que vistamos ropas coloridas, nos musculemos o nos vistamos de mujeres y nos acostemos con gente de nuestro mismo sexo? ¿Un cónclave de millonarios homosexuales que aspira a que nos cambiemos de sexo? ¿Una conspiración judeo-masónica-gay y encima bolivariana-abertzale?

Disturbios de Stonewall. Foto de Joseph Ambrosini

Si has respondido «sí» a alguna de estas preguntas es que eres tonto/a. Si no estás convencido, déjame aclararte una cosa.

Solo tienes que revisar un poco la historia, tan amplia como quieras, que descubrirás que en ninguna era, en ningún lugar, los homosexuales (incluyendo gais y lesbianas) han formado movimientos violentos. No consta en ninguna parte un movimiento supremacista gay que quisiera o lograra meter a heterosexuales en campos de concentración y exterminio; tampoco hay constancia de que haya existido una banda terrorista homosexual que atacara a líderes homófobos o a templos de cualquier credo, que podría llamarse Brigadas Rosas; no se ha asesinado a nadie por ser heterosexual; no hay bandas gais que patrullen por la noche y den una paliza de muerte a alguien por mostrar conductas heterosexuales o porque haya intentado un acercamiento a persona del sexo contrario. Y las violaciones en las cárceles masculinas las llevan a cabo hombres heterosexuales. Ni siquiera han constituido una guerrilla allá donde se les persigue con más saña, y razones no les faltan. Al final, lo más violento que protagonizaron fueron los disturbios de Stonewall, y para defenderse de la represión policial. Uno de los manifestantes contó cómo su padre, al verlo en las noticias, le dijo: «Ya era hora», porque era el único colectivo que apenas se había organizado ni protagonizado altercados.

¿Cómo puedes pensar que hay un movimiento financiado por millonarios, como los que financian a ciertos partidos políticos?

El lobby gay no existe. Existe organización, conciencia, ganas de visibilizar y ansias de normalizar las otras realidades no cishereosexuales (recuperemos la palabra «normal» para todo el mundo; ampliemos y redefinámosla). Lo que sí existe es un movimiento ultrarreligioso internacional que financia partidos de ultraderecha y propaga bulos; que eso no te lo han contado.

PD: el Yunque le come la poll* al Cónclave.


Si te ha gustado esta entrada, no dejes de echar un vistazo a mis novelas, Billy («algo es algo»); Redención (Nuestro último baile), y Queca, a través de esta página o en la web de la editorial Libros Indie, en donde puedes comprarlas si te parecen interesantes. (Cada portada es un enlace a la tienda; si no vives en España o en la UE, mira si están disponibles en tu país.) También están disponibles en esta web para venta en México, Ecuador, Estados Unidos y Argentina , además de a través de Todos Tus Libros, Casa del Libro, El Corte Inglés y Amazon.

También puedes mirar sus dosieres de prensa a través de este enlace.

Tres cosas atormentan al ex inspector de policía Guillermo Niño Pérez: un vecino que le obsesiona, el recuerdo de un crimen y una querella por sus torturas durante el franquismo. Por si esto fuera poco, se une la inquietud hacia un asesino en serie que parece pretender imitarle. Convencido de su intuición, el antiguo policía se dispone a desvelar cuál es la identidad del asesino, mientras los recuerdos le asaltan una y otra vez, entrelazándose con sus inquietudes, mientras su juicio se presenta inminente.

Susi se atormenta viviendo entre la esperanza y la desilusión por su ruptura con Ángel, del cual cree que le fue infiel. Mientras intenta rehacer su vida, descubre por una serie de casualidades que su ex guardaba un oscuro secreto que pudo propiciar la separación más allá de su sospecha de infidelidad: la investigación sobre una oscura secta elitista de personas muy poderosas y crueles, con espantosos objetivos y con implicación en la prostitución internacional y la ultraderecha. Se hacen llamar EL CÓNCLAVE. De esta manera, una historia de desamor se va convirtiendo en una peligrosa investigación para desentrañar los misterios y siniestros propósitos del tenebroso Cónclave. Solo venciéndolos, tendrá Susi la oportunidad de volver junto a Ángel.
Más que una historia de amor: una balada de heavy metal.

Un regalo inadecuado puede cambiarle la vida a cualquiera. Tal es el caso de Miki, solterón por obligación y solitario por vocación; cuando su cuñado le obsequia con un recuerdo que se ha traído de su viaje a Japón: una muñeca sexual de nombre Megumi que vendrá a paliar sus días de soledad y sus noches de celibato. Sin embargo, Miki enfurece y se niega a utilizarla, para no dar la razón a quien le tiene por un onanista con dedicación exclusiva. Aun así, hace algo peor: empieza a tratarla con la dignidad de una persona y a respetarla como mujer, llegando a establecer una relación de pareja con ella; hasta la noche en la que, sin remedio, sucumbe a sus artificiales encantos… y, a partir de entonces, Megumi ¡¡¡cobra vida!!! A riesgo de perder su dignidad, e incluso su salud mental, Miki luchará contra viento y marea para hacer ver al resto de la humanidad que su muñeca sexual está viva y tiene conciencia, sentimientos y autonomía. Y que la ama.

No compres mi libro todavía


[NOTA: esta entrada fue escrita durante el pleno Estado de Alarma establecido para frenar la pandemia de COVID-19. Su objeto era poder realizar contenidos promocionales de manera responsable, con vistas al final de, al menos, dicho estado. Esto quería decir que, al contrario que otros, grandes, medianos y pequeños, al autor le importaba más la salud y la vida de las personas que vender su libro o la alimentación de su ego. Actualmente, el libro puede comprarse en librerías y a través de internet con total libertad y tomando las precauciones necesarias. Gracias a todos los que esperaron y a los que se decidan a adquirirlo.]

Probablemente hayas llegado aquí y hayas visto las publicaciones relativas a mi novela Billy («algo es algo») y estés pensando que es lo suficientemente interesante como para comprarlo. Sin embargo, aunque me halaga y me ilusiona, tengo que pedirte que no lo compres todavía: no mientras dure la cuarentena. Por una sencilla razón: el único servicio disponible parece ser el de Amazon, y, si la cosa va de reducir el riesgo de contagio, lo ideal sería esperar a que esto pase. Te aseguro que «Billy» te estará esperando después.

Mientras tanto, seguramente tengas muchos libros pendientes de leer en tu casa, o también puedes rastrear por internet bibliotecas digitales gratuitas y legales. Así que creo que es una responsabilidad, como autor, pedirte que durante estos días no compres libros físicos, incluido el mío.

Salud, buenas tardes y buena suerte.

Prensa: Aquí están los cantautores


cartel_cantautores_4gEscucha a José Miguel López a las 14, poniendo canciones y entrevistando a Julia León, Adolfo Celdrán y Elisa Serna en Discópolis: http://www.rtve.es/radio/radio3-endirecto/

Recuerda también que mañana hay rueda de prensa y coloquio con ellos, más Antonio Gómez, Víctor Claudín y Fernando González Lucini, en la Sala Manuel de Falla de la SGAE (calle Fernando VI, 4)

Guía para tertulianos


Paco-Marhuenda-Illustracio-Jaume-Bach_EDIIMA20140513_0003_13Probablemente tengas a alguien en la cabeza, o tal vez no… ¿Existe una técnica para ser un buen tertuliano en programas políticos? Quizás; aquí hemos desentrañado algunos patrones de conducta en base a algún que otro tertuliano neoconservador. Si tú quieres ser el próximo as de las tertulias políticas, deberías seguir estos consejos que te harán el amo del plató. También son aplicables a otras: corazón, cine, filosofía… ¡El límite lo pones tú!

El papi: adoptar una actitud de superioridad paternal, incluso paternalista, te permite hacer creer a la audiencia que tu rival dialéctico no está a tu altura. Para ello, emplea un tono similar al que usaría tu padre o tu madre cuando discute contigo de política o de la vida, y utiliza frases tales como "¡Hay que ver cómo sois!". Recuerda que tú eres el verdadero papichulo de los debates.

Sabio tocapelotas: siguiendo el tono de la estrategia anterior, has de dar a entender no sólo que lo sabes todo, y que entiendes todo, sino que eres la máxima autoridad en cualquier campo, ya sea política, física cuántica, química, biología, etc. Echar mano de un par de nombres siempre te ayudará. Pero no te quedes en aparentar tu maestría en todo campo: tienes que ridiculizar la ignorancia de tu rival. Cualquiera que desconozca el dato (aunque te lo inventes) que proporciones, es indigno de medirse a ti en un combate retórico.

Generaliza a más no poder: da igual que sea una opinión individual, siempre tienes que demostrar que es una opinión borreguil, impuesta por los partidos de izquierda, por Cuba o Venezuela, y no como la tuya, que no obedece a ningún partido… Te ayudará el tono paternalista.

-Maníacos obsesivos: une ésta a las anteriores y verás que flipe. Demuestra que lo que la izquierda, o todo el que se oponga a tu señor Rajoy, sufre, es una especie de obsesión maníaca compulsiva.

-Tertulia interruptus: cuando tu oponente esté exponiendo sus argumentos, haz comentarios por lo bajo en el tono paternalista; di cosas como "por favor", "sí, claro", etc., pero sé sutil y no interrumpas con más de dos o tres palabras. Cuando te toque el turno y tu oponente trate de hacer lo mismo, no esperes y exige que se te respete el turno de palabra con mucha dignidad.

-Insulto reflejo: invéntate el insulto más imaginativo que exista (los becarios de tu periódico son una buena fuente, y lo hacen casi gratis) y suéltalo en tu primera intervención; de esta manera ya habrás creado un clima calentito, así que muy pronto tu oponente soltará un exabrupto contra alguien del PP: y ahí vuelves tú, denunciando muy seriamente que no hay necesidad de insultar, y nadie se habrá dado cuenta de que tú empezaste el fuego.

-Indígnate a más no poder: la sal de tu exposición; cada vez que te interrumpan, que se insulte o que se te cuestione, indígnate para dejar ver que no se están respetando las normas del debate. Amenaza con abandonar el debate, pero ¡cuidado!, ésa es una carta que sólo podrás utilizar una o dos veces; a la tercera tienes que irte (bueno, o no).

-Fuentes genéricas: apoya tus intervenciones con fuentes lo más genéricas posibles. ¿Cómo? Con expresiones tales como "todos los economistas", "cualquier sociólogo", "el 98% de los politólogos"… ¿Que no estás seguro de que sea así? ¿Desde cuándo te ha importado eso?

-Sensus comunis: si no existe una fuente genérica, o ya ha sido citada, recurre al "sentido común": "Eso es de sentido común", "eso lo sabe todo el mundo"… Sabes que no es cierto, pero los espíritus de tus antepasados tecnócratas, fundadores del partido que veneras y de este dogma de fe, te lo agradecerán con un sitio en su panteón.

-Y no olvides la premisa… qué digo premisa: el paradigma… qué digo paradigma: ¡¡¡EL DOGMA!!!: el PP es bueno, Rajoy es el mejor presidente de la democracia, todo el mundo quiere al PP y por tanto te quiere a ti. Gloria a Fraga y a sus hazañas y muerte a los enemigos del neoliberalismo y del neoconservadurismo (¡qué cacao!); larga vida al pensamiento tecnócrata y ¡Arriba Esp…! Bueno, ojo: no te pases, que eso ya no se ve tan bien.

Doctor Adrián Sifer

OXI


La Hidra de Lerna y Hércules, de François J. Bosio

Imágenes de la misa fascista en la Iglesia de los Jerónimos, Madrid


Esa iglesia que pide
alzamiento militar;
¿estos que invitan al crimen
tienen algo de humanidad?…
Delante de los descendientes
del más cruel dictador,
un curita mal nacío
va traicionando a su dios…

Manuel Gerena.. 19-7-14...

El pasado 18 de julio tuvo lugar una misa en la iglesia de los Jerónimos de Madrid en la que el párroco oficiante pidió abierta y deliberadamente un alzamiento militar para frenar lo que él considera “extrema izquierda”. A la salida del acto hicieron el saludo fascista; tenemos imágenes:

La celebración:

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El párroco:

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Los feligreses

segregacionistas

Una de las cofradías de semana santa

kkk

Servicio de biblioteca

cultura muerte

 

Y es que, como decía el gran Juan de Loxa en su poema adaptado por Aguaviva en “Es urgente”:

Van a misa rodeados de sus hijos
y allí se dan la paz con las manos manchadas.
No saben que el amor es todo lo contrario.

“No hay derecho”, 1977

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Como jugar al ajedrez con los ciudadanos


Cuando en un partido de fútbol una sección de la afición tiene comportamientos violentos, los periodistas, deportivos o no, se apresuran a asegurar que no es más que una minoría que en absoluto representa al resto de la afición. Esto es válido para el fútbol –niño bonito-, pero no para la Marcha de la Dignidad, en donde el comportamiento de algunos glosa al comportamiento de todos.

1964852_676231395773850_2051064661_nHasta ahora no he dicho nada desde el sábado, que sencillamente colgué una canción del gran Labordeta, pero voy a ser sincero… Cuando comenzamos a oír en el tren camino a casa que se había liado en la marcha que acabábamos de dejar este sábado, yo, por lo menos, me quedé perplejo: hasta ese momento todo había sido de una tranquilidad pasmosa (quitando la violencia… verbal); y cuando oigo las explicaciones y veo los vídeos, sigo flipándola. Recuerdo que al recorrer paseo del Prado vi a los servicios de limpieza y pensé "estarán contentos: les hemos dado poco trabajo", y sólo vi dos o tres pintadas sin importancia y con pinta de salir fácilmente (aunque no apoyo esto). Luego, por lo visto, "alguien" tira un (1) objeto a los policías que están apostados en la esquina con -¡sorpresa!- Génova y comienzan, sin previo aviso, a atacar, llegando a penetrar, ante la sorpresa de pacíficos asistentes y de la organización, que les recuerda que aún es una concentración legal. El resto ya lo habéis visto: mucha gente indignada responde con violencia, y los policías la toman con unos manifestantes que no hacen otra cosa que parapetarse detrás de una pancarta que dice “¡No pasarán!”… y quizás en ese melón que tiene alguno por cabeza sonara la repugnante canción de Celia Gámez.

Considerando todo lo que sólo, como poco, entre dos o tres días antes habían dicho ciertos responsables políticos (Ignacio González, Cristina Cifuentes…) y ciertos periodistas, que parecían –y lo digo muy seriamente- lanzar consignas para el que quiera entender, sólo me queda pensar que ya habían decidido que la cosa acabaría como el rosario de la aurora para desacreditar una marcha que ha contado con todo el respeto y la admiración de la gente. Dicho esto, o esperaron a la mínima provocación o la hicieron ellos. ¿Nunca os habéis parado a pensar por qué, de repente, las manifestaciones acaban así?, ¿que ya se ha decidido cómo van a acabar? Creo que hasta la torpeza en la ejecución de las órdenes y lo confuso de éstas han respondido al mismo plan, y si mucho me apuras, tal vez algún responsable político estuvo rezando porque hubiera un policía muerto, pues también ellos, y parecen haberse dado cuenta, han actuado de peones sacrificables en este plan.

Por cierto: nunca le perdonaré a la policía haber interrumpido el “Canto a la libertad” de Labordeta interpretado por la Solfónica. ¡Que Dios os perdone!

22M


A ell@s… a tod@s ell@s

marcha-por-la-dignidad

Caminaremos

Caminaremos
hasta el instante
en que la lluvia
crezca la libertad.
Caminaremos
hasta la aurora
en que en el viento
renazca la igualdad.

Caminaremos
hasta el momento
en que las manos
sean fraternidad.