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Romances anarquistas de Italia: Sante Geronimo Caserio


Sante Geronimo Caserio (1873-1894) fue un anarquista italiano, de origen lombardo y campesino. Trabajó de panadero en Milán, en donde ya entró en contacto y perteneció a movimientos anarquistas, en donde parece que conoció al político, poeta y Caserio(cut)trovador anarquista Pietro Gori (autor de muchas de las más famosas y populares baladas anarquistas italianas), quien alababa de Caserio su generosidad al subvencionarse con su exiguo sueldo su actividad propagandística revolucionaria. Caserio fue detenido en 1892 por repartir panfletos antimilitaristas y encarcelado durante ocho meses. Tras esto, al ser identificado y fichado en una manifestación, se vio obligado al exilio con 18 años. Pasa por Suiza, Viena –en donde trabaja como panadero-, y no se sabe cuándo acaba en Lyon trabajando como mensajero. El 24 de junio de 1894, Caserio asesinó al presidente de la República Francesa, Marie François Sadi Carnot después de que éste viniera de un acto público, con un puñal cMarie_Francois_Sadi_Carnoton los colores rojo y negro y al grito de “Viva l’Anarchia!”. Durante la presidencia de Carnot, se produjeron represiones contra los movimientos socialistas, dejando numerosos muertos y heridos la represión de una manifestación el 1º de Mayo de 1891, el antisemitismo, que culminaría con el Affair Dreyffus, alcanzaba su punto álgido, y se vio involucrado en el Escándalo de Panamá, que, sin embargo, no manchó su creciente popularidad.

Al parecer, el asesinato de Carnot fue una venganza por la ejecución a guillotina de tres anarquistas: Ravachol, Auguste Vaillant y Émile Henry, acusados de atentados (el de Ravachol, por ejemplo, fue en venganza por la represión del 1º de Mayo de 1891). Llevado a juicio el 2 de agosto de ese mismo año, Caserio se declaró en estos términos:

Pues bien, si los gobernantes pueden usar contra nosotros rifles, grilletes y prisiones, nosotros debemos, nosotros los anarquistas, para defender nuestras vidas, debemos atenernos a nuestros principios? No. Por el contrario, nuestra respuesta a los gobernantes será la dinamita, la bomba, el estilete, el puñal. En una palabra, tenemos que hacer todo lo posible para destruír a la burguesía y al gobierno. Ustedes que son representantes de las companías burguesas, si ustedes quieren mi cabeza, ténganla!

(http://es.wikipedia.org/wiki/Sante_Geronimo_Caserio#Juicio_y_ejecuci.C3.B3n)

Al no querer declararse demente y delatar a otros anarquistas, Caserio dijo: “Caserio es un panadero, nunca un delator”. No pidió clemencia, como tampoco intentó huir al matar al presidente.

Las “hazañas” de Caserio quedaron registradas en la voz popular. Así, la cantante y etnomusicóloga italiana Caterina Bueno recogía en 1962 de labios de un cochero firenzano llamado Stefano Arcidiacono este romance sobre el juicio de Caserio que ella grabaría más tarde:

L’interrogatorio di Caserio

Entra la corte Judicicaserio
esamina il Caserio
e gli domanda
se si era pentito.
«Cinque minuti m’avessero dato
un altro presidente avrei ammazzato».

«Lo conoscete voi
questo pugnale?»
«Sì, lo conosco,
ci ha il manico arrotondo:
nel cuore di Carnot
l’ho penetrato a fondo».

«Li conoscete voi
i vostri compagni?»
«Sì, li conosco,
io son dell’anarchia:
Caserio fa i’ fornaio
e non la spia».

Letra en italiano y traducción al inglés, junto a otras canciones sobre este personaje histórico:

http://www.antiwarsongs.org/canzone.php?lang=it&id=6004

El interrogatorio de Caserio

Entra el tribunal/ examina a Caserio/ y le preguntan/ si se ha arrepentido./ “Cinco minutos me fueran dados/ a otro presidente habré asesinado”.// “¿Conoce usted/ este puñal?”/ “Sí, lo conozco,/ tiene la empuñadura redonda:/ en el corazón de Carnot/ lo he clavado a fondo”.// “¿Conoce usted/ a sus compañeros?”/ “Sí, los conozco,/ yo soy de la anarquía (Alt. Soy anaraquista): Caserio es panadero/ y no un espía”.


Ravachol_PortraitCaserio fue ejecutado a guillotina el día 16 de aquel mismo mes. Echó a empujones de su celda al confesor, y poco antes de morir, gritó a la multitud que se agolpaba ante su cadalso a eso de las 5 de la madrugada: Coraggio, compagni — e viva l’Anarchia!

Una última venganza llevó a cabo cuando en la casa del presidente asesinado, su viuda recibía una fotografía del anarquista Ravechol firmada por Sante Geronimo Caserio. Pero quizás más literaria sea la de su antiguo amigo, el poeta Pietro Gori, que denunciaba su asesinato en esta ardiente composición:

La ballata di Sante Caserio/ Canto a Caserio

Lavoratori a voi diretto è il canto Pietro_Gori
di questa mia canzon che sa di pianto
e che ricorda un baldo giovin forte
che per amor di voi sfidò la morte.
A te Caserio ardea nella pupilla
delle vendette umane la scintilla
ed alla plebe che lavora e geme
donasti ogni tuo affetto ogni tua speme.

Eri nello splendore della vita
e non vedesti che lotta infinita
la notte dei dolori e della fame
che incombe sull’immenso uman carname.
E ti levasti in atto di dolore
d’ignoti strazi altier vendicatore
e ti avventasti tu sì buono e mite
a scuoter l’alme schiave ed avvilite.

Tremarono i potenti all’atto fiero
e nuove insidie tesero al pensiero
ma il popolo a cui l’anima donasti
non ti comprese, eppur tu non piegasti.
E i tuoi vent’anni una feral mattina
gettasti al vento dalla ghigliottina
e al mondo vil la tua grand’alma pia
alto gridando: Viva l’anarchia!

Ma il dì s’appressa o bel ghigliottinato
che il tuo nome verrà purificato
quando sacre saran le vite umane
e diritto d’ognun la scienza e il pane.
Dormi, Caserio, entro la fredda terra
donde ruggire udrai la final guerra
la gran battaglia contro gli oppressori
la pugna tra sfruttati e sfruttatori.

Voi che la vita e l’avvenir fatale
offriste su l’altar dell’ideale
o falangi di morti sul lavoro
vittime de l’altrui ozio e dell’oro,
Martiri ignoti o schiera benedetta
già spunta il giorno della gran vendetta
della giustizia già si leva il sole
il popolo tiranni più non vuole.

http://www.antiwarsongs.org/canzone.php?id=5993&lang=it

La balada de Sante Caserio/ Canto a Caserio

Jornal_CaserioTrabajadores os dirijo el canto/ de esta canción mía que sabe del llanto/ y que recuerda a un audaz joven fuerte/ que por amor a vosotros desafió a la muerte./ En ti Caserio arde en la pupila/ de las venganzas humanas la chispa/ y a la plebe que trabaja y gime,/ les diste a todos tu afecto, a todos tu esperanza.// Estabas en el esplendor de la vida/ y no viste que lucha infinita/ la noche de los dolores y del hambre/ que se avecina sobre la inmensa masa humana./ Y te levantaste en acto de dolor;/ de desconocidos lamentos, fiero vengador;/ y tú golpeaste, que eres tan bueno y gentil,/ a incitar a las almas esclavas y a los caídos.// Temblaron los poderosos ante el acto feroz/ y nuevas trampas tendieron al pensamiento,/ pero el pueblo al que el alma diste/ no te comprende; pero no te doblegaste./ Y tus veinte años, una fiera mañana,/ arrojaste al viento de la guillotina,/ y al mundo vil, tu gran alma piadosa,/ alto gritando: ¡Viva la anarquía!// Pero el día se acerca, oh, bello guillotinado,/ en que tu nombre será purificado,/ cuando sagradas sean las vidas humanas,/ y el derecho de todos a la ciencia y al pan./ Duerme, Caserio, bajo la fría tierra/ donde rugir oirás la final guerra,/ la gran batalla contra los opresores,/ la lucha entre los explotados y los explotadores.// Vosotros que la vida y el futuro fatal/ ofrecisteis en el altar del ideal,/ oh, falange de la muerte en el trabajo,/ víctimas del ajeno ocio y del oro,/ mártires desconocidos; oh, hueste bendita,/ ya despunta el día de la gran venganza;/ de la justicia ya se alza el sol,/ el pueblo más tiranos no quiere.


L'attentatio di Lione. Illustrazione di Costantini.Entendemos que la anarquía, la verdadera anarquía, no es el asesinato ni el atentado: esto es mala prensa, y no deben sufrir todos los errores de otros. La anarquía, como dice una vieja canción anarquista española, es amor a la ciencia y a la humanidad, y muchos de los crímenes cometidos por anarquistas no fueron realizados realmente por anarcosindicalistas, sino por la versión burguesa del anarquismo, que conlleva el ser asocial y la sociopatía. El caso de Caserio es distinto. Aunque aquí nunca defenderemos ningún tipo de asesinato, solo podemos comprender la desesperación de un joven obrero, unido a unos ideales respetables que, junto a su excesiva juventud, lo llevó a cometer tamaño acto contra alguien que, no se engañen, tampoco era un santo. Hablamos del siglo XIX, un tiempo en el que los gobiernos burgueses enviaban a la juventud de las clases humildes a luchar en las colonias por intereses que les eran ajenos: detrás del patriotismo, de palabras tan bellas como «democracia», «civilización», etc., se escondían los más vulgares intereses económicos y monetarios. Hablamos de los tiempos en los que las masas explotadas no podían salir a la calle bajo ninguna bandera (ni siquiera cristiana) a exigir mejoras en sus vidas sin ser detenidos, torturados, acusados en falso de crímenes horrendos, y ejecutados. Los miserables de Víctor Hugo eran los mismos, aunque matizados. Caserio mató a Carnot, pero Caserio era víctima de aquel sistema, y, por lo tanto, Carnot fue víctima de su propio sistema. Ciertas gentes son muy propensas a condenar en seguida ciertos tipos de actos, y nosotros también, pero ellos, al contrario que nosotros, se olvidan de los actos deleznables que se cometen en nombre de cosas abstractas, tras las cuales se esconden intereses de lo más mundano, y que las más de las veces, muchas más que los otros crímenes, dejan un ingente número de víctimas. Mientras Carnot era asesinado, en las colonias francesas morían, sin más, negros y asiáticos explotados en sus esclavizantes trabajos, o se reprimían cruelmente los movimientos de liberación nacional, o miles de jóvenes campesinos y trabajadores morían en las revueltas coloniales mientras que los amos engordaban a su costa.


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