Archive for the ‘Poesías y canciones’ Category

Juan Carlos


En honor a la verdad, a muy poca gente le convencía el joven príncipe Juan Carlos, salvo a los monárquicos. Por un lado, en la ultra-derecha se prefería a un militar de vocación; los carlistas querían un rey, pero de la rama de Carlos María, claro; y los falangistas "camisa vieja" tampoco lo apreciaban, ya que el falangismo es republicano. Por otra parte, y como es lógico, a la izquierda no les hacía ni gracia. A la gente del pueblo, por su parte, aquel tipo tan alto con una expresión -en honor a la verdad- algo lela, que parecía el perrito faldero de Franco, les parecía algo pusilánime. En los últimos días del franquismo, los de la izquierda interpretaban a este personaje que no parecía siquiera tener voz propia como el intento desesperado de que el franquismo sobreviviera a su progenitor: es decir, para muchos el actual rey de España no era más que un pelele, un espantapájaros en manos de los auténticos jefes: los ministros de Franco.
A mediados de los 70, poco antes de la muerte de Franco, Bernardo Fuster, que residía en Alemania, afiliado al FRAP y cantando con el pseudónimo de "Pedro Faura", le dedicó, en su disco Manifiesto, esta canción (que no sé si su majestad habrá oído alguna vez):

Esta es una canción dedicada a un personaje muy curioso que tenemos en España:
Juan Carlos, el pelele.


Terminar la tragedia en esperpento,
jaleando con ¡hala!, ¡ole! y ¡ele!,
se preparan montando un gran pelele
de ignorancia dechado y monumento.

¡Pelele!

Su borbónica faz es un portento,
"Homenaje a la baba" se titula,
manes de don Camulo, ved que mula
coronada de sangre y escremento.
Tiremos, compañeros, de la manta,
que el pueblo está que arde y ya quemando
ante tanta miseria y desespero,
y ved como ya el pueblo se levanta
p’a terminar la farsa propinando
gran patada en borbónico trasero.

Popular/ Pedro Faura

Companys, no és això


Durante aquellos 3 ó 4 años que duró la transición democrática se produjeron reticencias, pactos, reculadas, deserciones, renuncias, por parte de, para ser justos, todas las partes. Muchos problemas, que aún hoy son temas candentes de conversación, quedaban en el tintero, y, de nuevo para seer justos, tal vez las mayores renuncias fueran las de la izquierda, o mejor dicho, el PSOE y el PCE, y no ya por el tema de la bandera o la monarquía, sino por temas sociales que aún tendrían que esperar. Uno de los hechos más dolorosos fue su renuncia a conseguir justicia para los represaliados por el franquismo, incluidos aquellos que hoy todavía siguen enterrados "con otros cien" (como decía la canción de Serrat) esperando digna sepultura y un nombre en ella. A día de hoy, los herederos ideológicos de, no ya Suárez, sino de los anteriores, siguen oponiéndose mientras abundan calles y plazas y topónimos con referencias franquistas e incluso fascistas.
No era aquello por lo que se había luchado: Carrillo lo sabía y González también lo sabía. Para algunos, aquella preciada libertad, daba más la sensación de ser la tremenda resaca de una fiesta en la que se había estado muy borracho, y también que les empezaban a echar la calle porque no estaban invitados a la siguiente fiesta. Comenzaba la gran traición a aquellos que habían mantenido el puesto caliente para algunos políticos que empezaban a sufrir amnesia. Esto es lo que Lluís Llach, más o menos, canta en su genial disco del 78, El meu amic, el mar: no es eso compañeros, una reflexión de cómo los sueños a veces se quedan en sueños:

Companys, no és això

No era això, companys, no era això
pel que varen morir tantes flors,
pel que vàrem plorar tants anhels.
Potser cal ser valents altre cop
i dir no, amics meus, no és això.

No és això, companys, no és això,
ni paraules de pau amb garrots,
ni el comerç que es fa amb els nostres drets,
drets que són, que no fan ni desfan
nous barrots sota forma de lleis.

No és això, companys, no és això;
ens diran que ara cal esperar.
I esperem, ben segur que esperem.
És l’espera dels que no ens aturarem
fins que no calgui dir: no és això.

No es esto compañeros, no es esto/ por lo que murieron tantas flores,/ por lo que lloramos tantos anhelos./ Quizás debamos ser valientes de nuevo/ y decir no, amigos, no es esto./

No es esto compañeros, no es esto,/ ni palabras de paz con barrotes/ ni el comercio que se hace con nuestros derechos,/ derechos que son, que no hacen ni deshacen/ nuevos barrotes bajo forma de leyes./

No es esto, compañeros, no es esto;/ nos dirán que hace falta esperar./ Y esperamos, bien es cierto que esperamos./ Es la espera de los que no nos detendremos/ hasta que no sea preciso decir, no es esto.

Lluís Llach

Qui pregunta ja respon


El año 77 seguía dejando un montón de incertidumbres, especialmente en toda la gente interesada por la política que intentaba desentrañar la verdad que se escondía detrás de ciertos pactos casi contranaturales con la impresión de que se les ocultaba algo. Pero más profundas eran aún las dudas acerca de un montón de temas pendientes desde hacía tiempo o nuevos: ¿sería el rey el monarca absoluto con voz y mando en todas las cuestiones?, ¿se estaba bajando los pantalones el PCE?, los políticos ex-franquistas llamados reformistas, ¿eran realmente demócratas o simples arrivistas y aprovechados?, ¿se produciría algún golpe militar tras la legalización del PCE?, y Suárez, ¿era en realidad un rojo infiltrado en las filas del franquismo durante sus años en ciertos ámbitos del gobierno franquista, o era un franquista flojo?…
A respuestas parecidas dada aquella incertidumbre pretendía responder Raimon, quizás la mejor voz de la oposición anti-franquista (o, si no, la más representativa), con esta canción incluida en su álbum de 1977 Lliurament del cant:

Qui pregunta ja respon


Quants homes calen per a fer un país,
quants països per a fer el món,
quantes llibertats per a fer la democràcia:
llibertats.

Quantes cases calen per a fer un carrer,
quants carrers per a fer una ciutat,
quants arbres per a fer un espai verd,
un espai verd.

Quants obrers calen per a fer una classe obrera,
quants burgesos calen per a fer una burgesia,
quantes lluites per a vèncer,
quantes lluites.

Quantes "apertures" calen per a trencar la tancadura,
quants pagesos calen per a fer una pagesia,
quantes amnisties calen per a fer l’amnistia,
l’amnistia.

Això em preguntava el vent a mi mateix,
això em preguntava jo a mi mateix.
Qui pregunta ja respon,
qui respon també pregunta.

Un home no fa un país,
un país no fa el món,
una llibertat no fa la democràcia,
llibertat.

Una casa no fa un carrer,
un carrer no fa una ciutat,
un arbre no fa un espai verd,
un espai verd.

Un obrer no fa una classe obrera,
un burgès no fa una burgesia,
una lluita no fa la victòria,
una lluita.

Una "apertura" no trenca la tancadura,
un pagès no fa una pagesia,
una amnistia no fa l’amnistia,
l’amnistia.

Això em preguntava el vent a mi mateix,
això em preguntava jo a mi mateix.
Qui pregunta ja respon,
qui respon també pregunta.

Cuántos hombres se necesita para hacer un país,/cuántos países para hacer el mundo,/cuántas libertades para hacer la democracia:/libertades./Cuántas casas se necesita para hacer una calle,/cuántas calles para hacer una ciudad,/cuántos árboles para hacer un espacio verde,/un espacio verde./Cuántos obreros se necesita para hacer una clase obrera,/cuántos burgueses para hacer una burguesía,/cuántas luchas para vencer,/cuántas luchas./Cuantas "aperturas" se necesita para romper la cerradura,/cuantos campesinos se necesita para hacer un campesinado,/cuantas amnistías se necesita para hacer la amnistía,/la amnistía./Esto me preguntaba el viento a mí mismo,/esto me preguntaba yo a mí mismo./Quien pregunta está respondiendo,/quien responde también pregunta./Un hombre no hace un país,/un país no hace el mundo,/una libertad no hace la democracia,/una libertad./Una casa no hace una calle,/una calle no hace una ciudad,/un árbol no hace un espacio verde,/un espacio verde./Un obrero no hace una clase obrera,/un burgués no hace una burguesía,/una lucha no hace la victoria,/una lucha./Una "apertura" no rompe la cerradura,/un campesino no hace un campesinado,/una amnistía no hace la amnistía,/la amnistía./Estas cosas me preguntaba el viento a mí mismo,/estas cosas me preguntaba yo a mí mismo./Quien pregunta está respondiendo,/quien responde también pregunta.

Raimon

Canción de la esperanza


Tras las primeras elecciones y al año siguiente con la aprobación de la Constitución, pareciera que las aguas se iban calmando. Sin embargo, la situación era bien distinta: a los problemas tradicionales que dejaba la dictadura se sumaba una crisis económica mundial que dejaba a millones de obreros en el paro. Comenzaba también los debates interminables acerca de temas tan escabrosos, sobre todo en un país católico (en el cual, no obstante, sus detractores estaban a favor de la pena de muerte), como el aborto. También escabrosas eran las amnistías: desde 1976 en adelante, las sucesivas amnistías permitían que algunos exiliados volvieran y algunos presos fueran liberados; pero no todos: lo más complicado era liberar a los presos pertenecientes a bandas armadas.
Pero quedaba un regusto amargo en la boca de muchos, sobre todo al ver como sus libertades seguían supeditadas a los deseos y caprichos de la burguesía y de la iglesia, a la vez que la policía y la guardia civil no respetaban dichas libertades. Las manifestaciones eran brutales, a veces con fuego real, y los grupos ultras actuaban casi con total impunidad… Han pasado 30 años y algunos de los represaliados por el franquismo siguen sin la justicia que les corresponde.
En el año 79, Víctor Manuel cantaba esta canción: es una canción en la que, dirigiéndose a Franco, hace una especie de resumen de aquellos últimos años, repasando lo sucedido, y, sobre todo, invitando a una lucha que no debe cesar nunca, porque no es necesario que haya un dictador para seguir luchando:

Canción de la esperanza

Tanto imaginarnos
una muerte digna en ti,
y tú salpicabas la pared.
Fuimos una oreja,
un latido, un transistor,
mientras salpicabas la pared.
Esperábamos con miedo la ruptura,
tú bien sabes el por qué.
Tantas gentes no dormían en sus casas,
tú ya sabes el por qué.
Siempre sospechamos
que la vida no eras tú,
una vieja historia fantasmal.
Eras la costumbre, la pistola y el altar,
un espejo roto en el desván.
La imposible y desgraciada pesdilla,
la campana de cristal.
Algún día nos dirán que no exististe,
mas que en sueño en realidad.

¡Que no cese la esperanza acorralada!
Con un voto no cambiamos casi nada
¡Que no cese la esperanza acorralada!
muerto el perro no se fue con él la rabia.

Era casi fácil rebelarnos contra ti
en el sindicato, en un papel;
toda la política se hacía contra ti,
eras el resumen a vencer.
Ahora todo es más complejo todavía,
lo difícil es crecer
y aceptar que otros decidan por tu cuenta
con el voto que les des.
Siempre había soñado
que se irían de una vez,
nunca había soñado con un rey.
Es muy desigual
esta partida de ajedrez:
ellos tienen votos y el poder.
Prosigamos con la lucha
siemrpe viva en la oficina o el taller,
que la historia nos empuja maldiciendo
en la mesa de un café.
¡Que no cese la esperanza acorralada!
Con un voto no cambiamos casi nada
¡Que no cese la esperanza acorralada!
muerto el perro no se fue con él la rabia.

Víctor Manuel

Herriaren alde


A finales de los 70 el sentimiento de unidad frente a las fuerzas de represión tuvo reflejos en las canciones de todo el país, como ésta de Urko, con letra de Bitoriano Gandiaga, "Herriaren alde", al lado del pueblo:

Herriaren alde

Baina gu
nahastaile omen gara
zeren Herriak ez bait du
hainbeste ixtimatzen euskara.

Baina, hala balitz ere
gu, Herriaren alde:
zeren Herria bait gara gu ere.

Baina nik begiak saldu
behar izan nituen,
ezin bait nintzen bizi bestela.

Eta nik begiak
ez nituela maite
ere, zenbaitek esan zuen.

Baina gu
nahastaile omen gara
zeren Herriak ez bait du
hainbeste ixtimatzen euskara.

Baina, hala balitz ere
gu, Herriaren alde!

Pero nosotros/dicen que somos alborotadores/porque se dice que el pueblo no/estima tanto el euskera/Pero, aunque fuera así/nosotros, a favor del pueblo:/porque nosotros también somos el pueblo./Pero yo, mis ojos/tuve que vender/porque no podía vivir así./Y aun así,/hubo gente que dijo/que yo no quería a mis ojos. –http://www.musikazblai.com/

Bitoriano Gandiaga
Urko

Enfermedades de invierno


Hay quien dice que muerto Franco hubo libertad… Falso… Hay quien dice que una vez elegido Suárez hubo paz y libertad… Falso…
La verdad es que durante los años de la transición el rebrote reaccionario y de violencia recordó a los más viejos del país otra fecha, 40 años atrás, cuando los comunistas y anarquistas se batían a tiros con los falangistas en Barcelona. Realmente, desde 1975/ 76 hasta más o menos el intento del golpe de estado, los asesinatos se producían casi a diario: ETA y GRAPO, y en menor medida el FRAP y Terra Lliure, mataban a militares y policías: ciertamente muchos eran altos mandos cuyas manos estaban muy manchadas de sangre, pero otras veces eran muchachos que habían salido de su pueblo a buscar un trabajo. Por su parte, los escuadrones de ultra-derecha asesinaban a miembros de dichas bandas, pero también a sindicalistas, estudiantes, obreros; reventaban actos, manifestaciones y recitales, a veces con su presencia, otras con amenazas de bomba, y la mayor parte de las veces consentidos por la policía y la guardia civil. Sus líderes, civiles y militares, y algún político trasnochado borracho de nostalgia de la peor, como era Arias Navarro, advertían del peligro del Partido Comunista y sus -según ellos- intenciones. Por otro lado, ni siquiera la constitución del 78 garantizó la plena libertad, pues en muchas comisarias y muchos cuarteles se seguía practicando el abyecto arte de la tortura. La policía, todavía en manos de cargos filo-franquistas, tuvo una tremenda responsabilidad: fueron los responsables del asesinato de los tres obreros de Vitoria, y de Germán durante los San Fermines de 1978. El asesinato de los abogados de Atocha, de varios estudiantes y de los sucesos de Montejurra a manos de los ultras indicaban que todavía quedaban elementos que se resistían al cambio. No eran buenos tiempos… Y así lo simbolizaba esta estupenda canción sobre un poema de Jesús López Pacheco, de Luis Pastor de aquellos días, en la conversación de una madre y de su hijo.

http://www.goear.com/files/external.swf?file=8a4828c

Enfermedades de invierno

-Si no fueran ciegos
nos verían esta luz que habita en nuestro pecho.
-Hijo, abrígate bien. Y ponte la bufanda.
No vayas a coger alguna bala en los pulmones.
Que no está el tiempo bueno todavía.

-Llegará el tiempo
de los hombres desnudos,
madre,
y ¡ay de los que entonces
no tengan nuestra luz dentro del pecho!
Ay de los oscuros.
Se morirán podridos de su noche.

-Pero mientras llega el verano,
cuando salgas,
tú abrígate bien el pecho, hijo mío.

Jesús López Pacheco

Todos menos yo


Y, finalmente, llegaron las primeras elecciones democráticas desde el año 36 (conviene recordar, que luego nos la meten doblá). Como todo el mundo sabe a estas alturas, ganó UCD  de Adolfo Suárez, seguido del PSOE; la gran torta se la dio el Partido Demócrata Cristiano de Gil Robles, y, como no podía ser de otra manera, los partidos de ultra-derecha. La antigua AP, liderada por un "joven" don Manuel, debido a su discurso tremendista y amenazante, obtuvo muchos menos votos que el PCE  de Santiago Carrillo. Aquella noche debió ser la noche electoral más larga desde la recién inaugurada democracia: era la primera vez que se votaba (en serio, quiero decir: el pseudo-referendum de Franco no vale) -si, por experiencia sé que si te toca pringar en una mesa puede ser eterno y agotador a estas alturas, imaginaos las primeras, con gente que apenas sabía qué coño era un censo electoral-. Aquella noche, en parte debido a la ausencia de variedad televisiva, hicieron una gala -hortera como ella sola- presentada por José María Iñigo (el único presentador que debía de existir, por lo visto) como excusa para poder dar los avances informativos cada media hora.
Sin embargo, pero debieron de ser los espacios electorales que echaron por la televisión. Estaba visto que el "Libertad sin ira" de Jarcha había sido todo un éxito, porque casi todos los partidos sacaron un himno parecido para sus espacios. El PCE, por contra, optó por una semi-psicodélica versión de "La Internacional" al sintetizador a cargo de Teddy Bautista; pero la nota más sonada la daba un cantautor nacional-sindicalista de nombre Vicente Diez (no confundir con el asturiano Vicente Díaz) plagiando "Si me quieres escribir" para el vídeo de Falange Auténtica (porque llevaba la geta de Primo de Rivera y abajo ponía el nombre del partido, que si no a más de uno se lo hubieran colado). Más serio y más amenazante se nos presentaba el señor Fraga, con un discurso en el que además de defender la "sagrada unidad de España" (cosa que le colocaba al lado del capullo de Blas Piñar) venía a decir que o le votaban a él o se iba a armar la de Dios (se nota quién fue el maestro y quienes los discípulos)… En fin: este tipo de cosas cantaba jocosamente Patxi Andión, tomando como base una especie de valse mussette del gran Jacques Brel, en esta impresionante canción que, a día de hoy, no tiene el más mínimo desperdicio:

Todos menos yo


¡Patatas! ¡Pipas! ¡Caramelos!
Pasen señores, pasen y vean:
el gran circo ya está en marcha.
¡Señoras y señores!, ¡niños queridos!, sin más dilaciones:
¡las elecciones!


Una buena elección
es una buena acción
que te permite ver
quién va a mentir después:
tú tienes que votar,
hay que participar,
todos para ganar
se meten en tu hogar,
todos van a actuar en la televisión.
Todos… menos yo.
Hay que pensarlo bien
no vaya a ser que al fin
tengamos que salir
echando pies de aquí:
he visto a más de uno
que van a rezar
a ver si el Señor
en su infinita bondad
les resucita al general.
Algunos… menos yo.
¡Jaja!
Ya tienes un papel
en la gran función
donde ninguno son
lo que eran ayer:
el bueno no es bueno,
el indio es inglés,
el malo comulga
y la chica soy yo.
¡Jajajajaja!
¡vaya función!
Algunos se han liao
con Cristo redentor
y ofrecen el milagro
de resurrección:
los ciegos van a ver,
los sordos van a oír,
los cojos van a andar
y al fin de la función
las mujeres van a parir.
Todas… menos yo.
Todos vana a ganar
y nadie va a perder
dormidos a la sombra del general;
y aunque no es lo peor que puede suceder
el último la vez, del primero la voz
y a todos guarde Dios con el santo papel
Todos… menos yo.
¡Jaja!
Ya tienes un papel en la gran función
donde ninguno son lo que eran ayer
el bueno no es bueno,
el indio es inglés,
el malo comulga
y la chica soy yo
¡Vaya función!

letra: Patxi Andión
música: "Vesoul", por Jacques Brel

¡Ay, qué risa!


Como veíamos en la canción anterior de La Bullonera, muchos sentían desconfianza hacia los políticos que habían estado en el gobierno de Franco: había algunos que parecían chaqueteros (hasta la extrema-derecha los llamó así), que de repente proclamaban su democracia a los cuatro vientos, pero que no se esforzaban en absoluto durante aquel gobierno de Arias Navarro y después con el gobierno provisional de Suárez, y a lo que más se dedicaban era a alertar del poco sentido democrático de los comunistas, que querían implantar dictaduras (hablamos de gente como Fraga y Arias Navarro que conste). Estos políticos se hacían llamar reformistas, pero en realidad la mayoría eran aprovechados que no estaban dispuestos a perder sus privilegios. Víctor Manuel, en una de sus etapas artísticas más políticas, dándole a la época lo que necesitaba, escribió esta canción adoptando el tradicional acento chulesco madrileño para criticar a ritmo de chotis a aquellos políticos.
NOTA: debido a mi desconocimiento, la primera versión que puse de esta letra era "tía Felisa", pues era un dicho madrileño para burlarse de algo que otro había dicho. Pero, en realidad, Víctor Manuel juega con esto y dice en realidad "tía FEDISA": FEDISA (Federación de Estudios Independientes, S.A.) fue una asociación que creo Fraga junto a Areilza y otros políticos de tendencia reformista con la intención de abrir paso a una transición democrática dentro del régimen.

¡Ay, qué risa!


No me vendas democracias en porciones,
no me digas que yo soy totalitario,
debe ser tu cerebelo fatigado
de ejercer tanto poder en solitario.
El sobaco me lo rasco si me pica,
pero no le echo la culpa al piojo verde.
Ya se sabe que los rojos son muy bordes
y que son unos eternos disconformes.

¡Ay, qué risa,
tía FEDISA!
Se te nota que no tiés ninguna prisa.
Es la reforma un aparato irreformable
que no me sabe ni al pescado ni a la carne.
¡Ay qué risa!
¡Reformisa!
Se te nota en el azul de la sonrisa,
y nos pasamos tus mejores intenciones
por la entrepierna justo al lao de las cuestiones.

Hay tres mendas preocupados por España:
son Jenichi, Albornoz y Madariaga.
Cuando le hablan al país de democracia
se le ensancha la sonrisa a los jerarcas;
sin que nadie se lo pida te lo explican,
lo que quieren subvertir los comunistas,
pero el horno ya no está p’a estas cuestiones:
el que no es un demócrata es fascista.

¡Ay, qué risa,
tía FEDISA!
Se te nota que no tiés ninguna prisa.
Es la reforma un aparato irreformable
que no me sabe ni al pescado ni a la carne.
¡Ay qué risa!
¡Reformisa!
Se te nota en el azul de la sonrisa,
y nos pasamos tus mejores intenciones
por la entrepierna justo al lao de las cuestiones.

Víctor Manuel

Quién te ha visto y quién te ve


El gobierno provisional tras la muerte de Franco, presidido por Arias Navarro y al servicio de su majestad, dio muy pocas garantías de voluntad democrática, a pesar de lo que dijera Fraga o Suárez. Por otro lado, muchos viejos franquistas comenzaron a hacer cambios apresuradamente para no perder sus puestos en el gobierno o donde fuera: de repente todos eran demócratas de toda la vida. Eso es lo que viene a decir esta fantástica canción de La Bullonera; ya el título por sí solo lo dice todo:

Quién te ha visto y quién te ve

Ahora dicen que ya viene
ahora casi es democracia
ahora casi no nos mienten
ahora sólo nos engañan.

Desde la fecha certera
de aquel 20 de Noviembre
la dictadura de siempre
se fue poniendo muy fea,
y aunque nadie lo notase
fue a buscar un cirujano:
un experto americano
que la dejó sin bigote.

Ahora dicen que ya viene
ahora casi es democracia
ahora casi no nos mienten
ahora sólo nos engañan.

A los caciques de siempre
se les ve muy moderados:
más les vale ir de costado
que nadar contracorriente.
Y antes de perderlo todo
prefieren cambiar de prisa
de bigote, de camisa,
de partido y de retrato.

Ahora dicen que ya viene
ahora casi es democracia
ahora casi no nos mienten
ahora sólo nos engañan.

Como son tan obedientes
con la ley del beneficio
no pueden quitarse el vicio
de empobrecer a la gente;
y esto tiene pior apaño,
porque no está el personal
propenso para aguantar
así otros 40 años.

Ahora dicen que ya viene
ahora casi es democracia
ahora casi no nos mienten
ahora sólo nos engañan.

Despachan la libertad
con receta y gota a gota,
no vayan a darnos toda
y luego nos siente mal.
Pueden incluso afirmar
que ha muerto la dictadura;
aquí nos queda la duda
de haberla enterrado mal.

Ahora dicen que ya viene
ahora casi es democracia
ahora casi no nos mienten
ahora sólo nos engañan.

Un, dos, tres…

Ahora dicen que ya viene
ahora casi es democracia
ahora casi no nos mienten
ahora sólo nos engañan.

La Bullonera

Canto a la unidad de verdad


El proceso democrático que se intentaba abrir era arduo y penoso, especialmente por la poca colaboración que el presidente del gobierno, Arias Navarro, y sus ministros, entre los cuales destacamos a Fraga, mostraban. Además del rebrote reaccionario por parte de políticos, grupos ultras descontrolados y policías y militares. Es en ese momento cuando se toma la consciencia de que, quizás incluso más que antes, hay que unirse y permanecer unidos ante los viejos fósiles. Así nos lo expresó Manuel Gerena, cantaor del pueblo:

Canto a la unidad de verdad


Si eres comunista,
si eres socialista,
si eres liberal
de verdad, de verdad, de verdad…

cuando tú te unas,
cuando to’s se unan,
cuando nos juntemos
será para ganar
de verdad…

Que no llora el pueblo
por lo que ha perdío,
pronto lo tendrá
de verdad…

¡Caigan los tiranos
como es merecío
bajo la justicia de nuestra unidad
de verdad…!

La autonomía,
razón soberana,
pronto la igualdad llegará
de verdad…

cuando se levante la voz
que trabaja,
gritando en la calle:
¡Queremos unidad!
¡De verdad, de verdad, de verdad!

¡Vamos, compañeros,
marchemos uníos,
marchemos cantando
la unidad que el pueblo está necesitando!

letra y música: Manuel Gerena