En España, uno de los primeros intentos dentro de lo artístico de rescatar la memoria histórica fue el disco La cantata del exilio, compuesto por el hoy injustamente olvidado cantautor Antonio Resines y escrito por mi buen amigo Antonio Gómez: en él, combinando las canciones con testimonios reales de quienes lo vivieron -como Teresa Pamíes-, se nos narra las vicisitudes que los exiliados republicanos españoles pasaron desde su salida de España hasta la liberación de París, y, por supuesto, el tema de los españoles en los campos de exterminio fue uno de los que tocaron:
Dachau
Buchenwald
Mauthausen
Gussen
Aushwitz
Bergen-belsen
Thelezin
Aurigny
Oraniemburg
Ravensbrück
en todos ellos murieron españoles
fusilados
gaseados
apaleados
de agotamiento
de hambre
de frío
arrojados a los perros
torturados.
Peso medio de un internado en un campo: 40 kilos.
Media de tiempo de vida de un preso: entre 6 y 11 meses.
De los quince mil españoles que fueron internados en los diferentes campos, apenas dos mil pudieron ver el día de la liberación.
A la entrada de Mauthausen, junto a los antiguos cuarteles de las SS., en un grupo escultórico escrito en castellano, francés, alemán y ruso, puede leerse: "Homenaje a los 7.000 republicanos españoles muertos por la libertad."
música de Antonio Resines; recita: Antonio Gómez