Este poema del gran poeta turco
Nâzim Hikmet es de una preciosidad incomparable. El poema toma voz en un niño
de 7 años que murió en el ataque a Hiroshima y que está vagando por toda
la eternidad llamando de puerta en puerta, pidiendo la paz universal. Os pongo
el poema original, para aquellos que seáis o sepáis turco, a continuación la
traducción inglesa que hizo Pete Seeger para una canción de Judy Collins, y un
vídeo de esa canción; y, finalmente, la traducción al castellano de la versión
inglesa:
KIZ ÇOCUĞU
Kapıları çalan benim
kapıları birer birer.
Gözünüze görünemem
göze görünmez ölüler.
Hiroşima’da öleli
oluyor bir on yıl kadar.
Yedi yaşında bir kızım,
büyümez ölü çocuklar.
Saçlarım tutuştu önce,
gözlerim yandı kavruldu.
Bir avuç kül oluverdim,
külüm havaya savruldu.
Benim sizden kendim için
hiçbir şey istediğim yok.
Şeker bile yiyemez ki
kâat gibi yanan çocuk.
Çalıyorum kapınızı,
teyze, amca, bir imza ver.
Çocuklar öldürülmesin
şeker de yiyebilsinler.
Nâzim Hikmet
[1956]
I come and stand at
every door
(The little girl)
I come and
stand at every door
But no one hears my silent tread
I knock and yet remain unseen
For I am dead, for I am dead.
I’m only seven although I died
In Hiroshima long ago
I’m seven now as I was then
When children die they do not grow.
My hair
was scorched by swirling flame
My eyes grew dim, my eyes grew blind
Death came and turned my bones to dust
And that was scattered by the wind.
I need no
fruit, I need no rice
I need no sweet, nor even bread
I ask for nothing for myself
For I am dead, for I am dead.
All that I
ask is that for peace
You fight today, you fight today
So that the children of this world
May live and grow and laugh and play.
Nâzim Hikmet
English translation by Pete Seeger
melodía:
"Great Selchie of Shule Skerry"
intérprete: Judy Collins
Vengo
y me quedo de pie en cada puerta,/ pero nadie oye mi paso silencioso./ Llamo y
todavía permanezco sin ser visto/ porque estoy muerto, porque estoy muerto.//
Tengo sólo 7 años aunque morí/ en Hiroshima hace tiempo,/ tengo 7 años ahora
como entonces,/ cuando los niños mueren no crecen.// Mi cabello se quemó por un
remolino de fuego,/ mis ojos se volvieron sombríos, mis ojos se cegaron,/ la
muerte vino y convirtió mis huesos en polvo/ y fueron dispersados por el
viento.// No necesito fruta, no necesito arroz,/ no necesito dulces, ni
siquiera pan;/ no pido nada para mí,/ porque estoy muerto, porque estoy
muerto.// Todo lo que pido es aquello para la paz./ Luchad hoy, luchad hoy/
para que los niños de este mundo/ puedan vivir crecer y reír y jugar.
En cuestión de si las víctimas son niños, lo de menos es la guerra que sea.